Está en la página 1de 4

2.

Prédica sobre la oración


Tema: Regalos de la oración

Objetivo: Motivar a la práctica de una vida de oración,


realzando lo bondadoso que es Dios y que siempre responde
a las oraciones.

Texto base: 1 Crónicas 4:9-10

Jabes fue más ilustre que sus hermanos. Su madre le llamó Jabes, diciendo: “Porque
lo di a luz con dolor”. Y Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: “¡Oh, si realmente me
dieras bendición y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me
libraras del mal, de modo que no tuviera dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió.
(1 Crónicas 4:9-10)

Introducción

Hace algunos años salió un libro que analizaba este pasaje


bíblico y que llegó a ser un libro bastante conocido, «La
oración de Jabes». Aunque sabemos poco sobre la vida de
este hombre, hay algunas verdades espirituales interesantes
en esos dos versículos. Esta oración nos recuerda que Dios
escucha las oraciones de sus hijos y le gusta darles regalos.

Jabes era descendiente de Judá (hijo de Israel). La breve


nota sobre su vida aparece dentro de la genealogía del
patriarca de quien descendieron el rey David y el Señor
Jesús. Jabes, que significa «triste» o «el que causa dolor»,
recibió este nombre porque su madre lo tuvo en medio de
mucho sufrimiento. A pesar de su nombre, era un hombre
honorable en su familia y temeroso del Señor.

Entendiendo el valor de la oración

La oración es el medio por el cual nos comunicamos con


Dios. Si lo consideramos como nuestro Padre celestial y
mejor amigo, no dudaremos en pedirle consejos,
comunicarle nuestras aflicciones o darle gracias por sus
buenas dádivas. Si lo tenemos como nuestro Señor y
Maestro, siempre pediremos su dirección, perdón y gracia.
Por eso la oración es tan importante para los hijos de Dios.
Nos recuerda que el bondadoso Dios de amor está cerca de
nosotros y nos ayuda.

La oración de Jabes

Jabes clamó al Señor, Dios de Israel para pedirle:

 La bendición de Dios - «si realmente me dieras


bendición» - Jabes reconocía que Dios es la fuente de
todas las bendiciones. Él sabía que solo a través del
Señor podía alcanzar la gracia y la bondad para la vida.
Él imploró con sinceridad que viniera una bendición
real, duradera y permanente de parte del Padre.
 Ampliación de las fronteras - «ensancharas mi
territorio» - Él sabía también que del Señor vienen la
provisión, la prosperidad y el crecimiento. Todas las
cosas en la tierra y en el cielo, le pertenecen al Señor.
Jabes pidió que Dios le diera victoria en sus proyectos
bendiciendo sus esfuerzos y ayudándolo en sus
limitaciones.
 La presencia de la mano de Dios - «tu mano estuviera
conmigo» - Esto significa desear la presencia activa de
Dios contigo. Jabes creía en el Dios vivo y poderoso que
actúa. Conocía las obras maravillosas del Señor
soberano y creía que podía vivir en la compañía de este
Dios amoroso.
 La protección contra el mal - «me libraras del mal, de
modo que no tuviera dolor» - El pedido final de Jabes
fue por protección de los efectos del mal. Aunque nació
en un contexto de dolor y tenía un nombre que se lo
recordaba constantemente, Jabes le pidió a Dios que lo
librara del mal. Sabía que cuando pasara por
sufrimientos, tristezas y pruebas, contaría con la ayuda
del Señor para protegerlo de cualquier daño.

Un regalo en la oración

A través del ejemplo de Jabes y de muchos otros casos en la


Biblia, vemos la generosidad de Dios al responder las
oraciones. A Dios le gusta dar regalos a sus hijos y contestar
sus oraciones (Mateo 7:11). Por eso debemos orar siempre y
expresarle nuestra gratitud por sus bondades y su
generosidad.

Los dones que se dan a través de la oración son una


expresión del amor de Dios por nosotros. Podemos reflejar
ese amor amando a otras personas, enriqueciendo sus vidas
con los dones que hemos recibido. Podrás usar los dones y
talentos, los regalos que Dios te ha dado, para bendecir a tu
familia, conocidos y hasta a personas que no conoces. Así
verás la multiplicación de los dones de Dios sobre todo lo
que puedes aportar.

Oren sin cesar.


(1 Tesalonicenses 5:17)

Conclusión de la predicación sobre la oración:

Da gracias a Dios por la bendición de poder hablar con él y


obtener respuestas a través de la oración. Dios se complace
en oírnos y en responder cuando le pedimos conforme a su
voluntad (1 Juan 5:14):

 Dale gracias por su bondad constante y su generoso


amor que nos da mucho más de lo que pedimos o
pensamos.
 ¡Ora sin cesar! (1 Tesalonicenses 5:17)
 Reconoce, como lo hizo Jabes, que solo Dios puede
conceder todas las bendiciones que necesitas.
 Pide la presencia del Señor a tu lado todos los días.
Decide no ir solo por la vida...
 Ora y pídele al Señor que te libre del mal. Él es Dios
defensor - (Mateo 6:9-13; Salmo121).
 Comparte con otros las bendiciones recibidas en
oración. Por ejemplo, si Dios te concede un empleo y los
recursos materiales, dona, ofrenda, ayuda a alguien con
necesidad. Si Dios te ha dado una familia unida y
bendecida, pueden orar en familia y bendecir a otros
que no tienen esa bendición. Si Dios te ha dado salud,
usa tus fuerzas y tu buena disposición para visitar y
orar por los enfermos. Si Dios te da sabiduría,
habilidades e inteligencia, usa esos dones para que
otros sean beneficiados: enseña a niños carentes a
jugar futbol o a tocar un instrumento, a hacer buen uso
de los recursos informáticos, a bordar, pintar, a hablar
inglés, matemática, a cocinar, etc.

Aprendamos en oración a llevar nuestros pedidos, nuestros


sueños y aflicciones delante de Dios confiando siempre en
su bondad.

También podría gustarte