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Texto reflexivo sobre las lecturas y los temas abordados en clase

No puedo evitar pensar en lo extraño que es escribir en el entorno académico en primera persona. Se supone que a estas alturas, desde el camino
profesional y académico que he tomado hace ya un rato, esto no se realiza más. Creo que de alguna manera esa línea y media resume lo que he
reflexionado en estas clases y con este material; aunque trataré de hacerme entender mejor:

A mis pacientes y ciertas personas que muestran algún interés suelo hablarles de mi profesión (psicología) como una disciplina que en realidad
tiene muchas formas, que es como el humo que emana de una fogata en el sentido de que a la distancia parece tener una forma, pero que a
medida que te acercas a su silueta esta se torna difusa, opaca, ambigua. Tiendo a decirles que no existe tal cosa como La Psicología sino más
bien Psicologías; algo así como religiones, que son formas de promover algo más grande: La espiritualidad. De esta manera encontramos las
posturas psicoanalíticas, cognitivas, conductuales, cognitivo-conductuales, sistémicas, Gestalt, humanistas, etc, como formas de abordar algo
más grande: El ser humano.

Podré olvidar las llaves y mi libreta en cualquier lugar, pero tengo muy vivos recuerdos puntuales de mi pregrado, dentro de los que se
encuentran esas “batallas” entre los profesores de psicoanálisis y de conductual. Algunas veces me fasciné con Freud, pero luego me decanté por
una orientación que parece más cercanas a mis intereses cientificistas; de allí el recuerdo de mi profesor de psicología conductual diciendo:
“Toda psicología es, por lo menos, metodológicamente conductista”, precepto que llevo hasta el día de hoy. Casi una década después me
encuentro con una clase que no pensé me evocara todo lo anterior, me pegaría una cachetada de realidad para recordarme eso más grande que la
práctica de una teoría explicativa de fenómenos incomprensibles en su totalidad. El sujeto y su bienestar son nuestro objetivo, sin importar los
caminos que lleguen allí.

Daniel Díez Valencia.

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