ier la evidencia de
sPersiomnacicn de la
B= y ultimos lugares
WP Promueve depen-
BS egoisinos; tie-
forma, haciendo
ESF santos, ni saci-
yy obcecados
Se requieren mutua-
jee fertlecen cuando
= responder, estar
Btenza de la asis-
slzarse en m
BBB 2 travds de la
Peance es pensar en
dos, colmado
de escuelas y
Befomacion de los
Beeponen en
HS auiere ense-
Berece ser toda la
res abocamnos
caplruto &
dacia dénde va el oficio docente?
Estanislao Antelo
EI modelo de docente del siglo xx
i docente ensefia conocimientos, veloes y normas, con amor, afeco y ca
fo. Considera que se debe trtar de manera diferendada alos que tienen rence
‘adaptar la ensefianza al context, el cuiculum alas necesidades especiales de los
fhicos y compensa la carenca de contencién familar. La vocaion a estabilidad
leboral y expesiones, tales como “ls posiblided de contbuir ala formocion de
Susetos etic" y “vansformarla sociedad, son las razones principales que lo rele
le sugeriia que estudie, se perfectione y
creat gue sea conscente de la mspareebided que implica ensefar y que
‘onozca las necesidades de los alumnos
F_ docente considera que los saberes més importantes que se requieren para
Poder ensefiar son los siguientes: ciddctica, sicopedagogt, dinémicas arupales y
Contenidos dcipinres. Reconoce aspectos omidos en su formacién inc, tales
fame €l uso de estrategias para interven en stuaones de vclenciay en comer.
tos de pobreza o para integrarnitos con necesidades especicles También lamen-
ta no aber depuesto de heramientas para tabaiar con la dversidady para poder
adapiarse a la realidad cambiante
\2 defiricén del docente medelo de sifo i que comparimos es resutado
de una breve exporacén reciente’; pero podemos encontara, con vatiaciones, en
Pk de la Seawiate de Chenin
a0 200.6 up extn cnfarnads pr ks sgseres signe
Caampoy Sees Pelee, Sbastin Cae, Stina Meta Caro Bere Mies Core See
Ceampey res Sb. Enis 348 docs qe pian et maswos dl fo
‘tres indagaciones similares, En espacal, las investigaciones lderadas por Emilio
‘Tent Fanfani (2005), que son exhaustivas y elocuentes’
La ventana epocal
Existe cierto acuerdo generalizado alrededor del papel crucial que ha de
tener la educacién de las nuevas generaciones en un mundo en perpetuo cam-
bio. Como ocurrié poco tiempo atrés con el deseado afio 2000, hoy se suele
agregar a todo objetivo pedagégico, el sintagma siglo x0 con la ambicién de
sobredimensionar la promesa del mundo por venir y de darse cierto aire de
importancia. Se escucha decir que nifos y j6venes se han vuelto expertos en
izaci6n, Intemet y socie-
igital es bastante cono-
‘ida. Quien avenza en esa diteccin, répidamente, se enfrenta a cierta obligecion
magisterial de adaptar, adecuar 0 renovar el arsenal tecropedagogico para que
al acto educativo tenga lugar. La sensacion es que los aparatos escolares y sus
vvecinos que forman formadores legen siempre tarde a la vemissage de la eter
na noveded pedagogica; mientras que las encuestas muestran que los docen-
tes estén abiertos al cambio y a la innovacion. Margarita Poggi abre un seminario
sobre el oficio docente, en estos términos:
ocas veces en la historia del ofcio docente, este ha enfrentado tantos
miento de nifios y jOvenes, al estalido de los modelos de autoridad, 2
sociedades que se “dualizan" no s6lo en términos econémicos, sino tam
bign en relacion con el acceso al conocimiento (2006: 10),
‘ce doe eoio doce 8B.
En ese mismo seminario, se retera a cada paso la magnitude la
Gon que esté teniendo lugar ya concomitante obligacién de pensar ydisefa
vas formas educatvas acordes con las circunstancias. Inés Aguertondo 110 al
eufemisms. Los cambios son muchos; y nuestas respuestas, pobres (2006,
243), No s6lo esté en juego la inofensiva compulsiin a la innovacion y ala capar
Gitacién frenética que acompafia a la pedagogia como su sombra (Diker, 2005),
Tal vez se anunce que, en el etemo combate por el monopolio de la educacién
de las crias sapiens, las précicas educativas escolares conocidas han perdido 0
pierden parte de su efcacia, enfrentadas a las promesas de la tecnocienca y a sus
entusiastas, 0 al deterior imeversible de vastos sectores poblacionales. Entre los
mas sagaces, algunos sostienen cue, tal vez, sea la idea misma de educacin la
que agoniza’ (Fukuyama, 2001; Sloterdiik, 2000; Zizek, 2008). Revolucion 0
‘Apocalipsis, lo cierto es que tenemos que preparamos para esto.
En 2003 organizamos, con el mismo grupo de jévenes investigadores al que
1nos referimos al principio de este capitulo, un curso de capadtacién centrado en
una expresion por entonces generalizada, que extiende sus efectos hasta nuestros
dias: ‘A mi, nadie me prepar6 para esto’. EI esto para el que nadie parece estar
preparado (s6lo los fundamentalistas parecen saber lo que hacen), probablemen-
te, precise un esfuerzo desctptvo particular en el campo pedagdgico, sobre todo,
en su formato escolar. Por momentos, esto es el presente: desigual, excluyente,
pobre, sin Estado, que termina por opacar la especificidad del oficio. “En muchos
casos, la escuela pierde su caréctertredicional de insttucién especialzada en el
desarrollo de los aprendizajes basicos y, con los mismos recursos humanos y tec-
nolégicos, debe atender miitiples cuestiones que exceden lo estictamente 'peda-
gogico” (Tenti Fanfani, op. cit: 21). Ese exceso funciona como resultado del
desplazamienta de la ambicién de convertir, otrora confinade al destinatario y
ahora dirgida al educador, que pasa de conversor a convertido.
Mientras que el no estar preparado remite sin vueltas al presente, evoca, a
la ver, sin decirlo a viva voz, un pasado mitico en el que, efectivame
cadores estaban preparados par
plantes la omnipresencia del
del oficio, en la formacién inical y en la capactacién se sopesa en
carencia, todo parece faltar jerra pedagégica; y se vuelve dificil estimar el136 Les oes doco
grado de incidencia que estas carencias tienen o tendrian en la tarea de ense-
far. Cuando los maestras afirman no estar preparados para esto (en ese est,
caben descripciones, tales como "condiciones actuales", "le reali
época’, “los nuevos tiempos”), deberiamos hacer un esfuerzo por sistematizar
los rasgos preponderantes del mentado esto; a menos que no consideremos
relevante indagar sobre las caracteristicas y los factores determinantes de lo que
esté aconteciendo y optemos por privilegiar una estrategia mas pragmatica de
adecuacién inteligente a las trensformaciones de la época.
Vamos a compartir un inventaro tentatvo y provisorio de los rasgos caractexs-
ticos de la docencia verndcula, que hemos reunido arbitaria, pero pacientemen-
te. El afin es menos iustativo que citco, en uno de los sentidos, con frecuencia,
colvidado de la citica, que radica en aventurarse a pensar lo que no se sabe
Caracteristicas del docente
Transmisién con carifio: un poquito de amor para dar
‘Cuando se pregunta a los docentes si son capaces de identifica alguna vaiacin
entre lo que les fue ensefiado en las escuelas a la que asistieron y aquello que la
escuela tiene hoy que ensefiar, evocan una escuela que les dio conocimientos, valor
res y norma afirman que eso mismo elo que ellos tienen ahora para da. Pero
también responden que esa combinacién se completa con amo, efecto y cat.
En una investigacién tealizada en los llamados cantextos de pobreza
(Redondo, 2004), se destacan tres posiciones predominantes alrededor del fi
cio. ‘Por un lado, los compensadores de carencias que usan mucho el verbo:
brindar: brindan afecto, buenos habitos, amor, etcétera. Son satisfactores de
niecesidades. Por el otro, los técnicos, profesionales desafectados, indi
contexto, que no parecen mostrar ningin compromise afectivo con el pobre
diferente. Por titimo, los reparadores: socio-docentes que reconocen la injusti-
Cia que origin la marginaidad y se embarcan en la tarea de reparar y encauzar
la lucha para conseguir abandonar la pobreza (ibid: 103).
Si nos concentramos en el primer grupo (los dadores de amor), la varack
reside en que un docente poco afectuoso, malhumorado, dspero, dist
desentendido o alejado de los buenos sentimientos no tiene chance. Si b
se trata de una navedad —hemos visto cémo el imperative de amar a los |
‘nc dénde va ofa docente? 137
Por otra lado, existen otra serie de tareas / caracteristicas que padres, alum-
nos y docentes reconocen que leva adeante la escuela son mily impor
tantes, en tanto emiten a una posibildad de futuro que se inscribe ene
presente, Le escuela no sblo debe ensefi, sino que la constucidn de slb>
jetvidades adultes recuierecuidedo, seguidad,afecto, espeto. Mis que elk
ciente la escuela debe ser cigna, debe si usta (Cler 2001),
Dime quién eres y dénde vives, yte diré qué,
cémo y cuanto te ensefio
Un segundo conjunto de problemas s? manifesta alrededor de la expre-
sién comtn hay que darle mas al que menos tiene, Puede tener
lidad indager sobre el sentido que los dacentes encuestados le adj
este fener menos, y saber en qué medida afecta,incide o condiciona la tarea
de ensefiar En relacion con el significado de este tener menas, la mayorla lo
asocia con tener menos medios de subsbtencia, menos contencién familiar
‘muy poccs casos, lo asacian a tener menos
formacién’ En ese sentido, cuando la corpo-
racién docente afirma que los chicos ‘no vienen como antes’, prioriza como
faltante la contencion familiar (que muce en desidia), las condiciones de
Vida dignas (que el Estado ausente y la marginalidad creciente sustraen a los
educandos) y el respeto (que cae en cesuso 0 se trastoca hasta limites
insospechados).
Una ver identificada y diagnosticada la carencia, que por momentos es mi
tiple, se debe ensefiar de una manera es2edal a los que tienen menos. Las
medidas que sugieren los docentes de nuestro estudio son las siguientes: adap-
tar la ensefanza al contexto; adaptar el curriculum a las necesidades de los
alumnos y recurtir al apoyo de especial
‘Veamos otro ejemplo que se refiere
importancia del contexto:
EH oficio docente, como profesin, sta asciado a esa capacidad clagnds-
tica pare encontrar las formas de aprendzaje y de ensefianza adecuadas
diferentes problemas ¢ individuos. El docente tiene la necesided de
‘tender las especicidades de los ‘gupos poblaciondes y pre
funtarse por sus condiciones de educabiidad (..) Es necesaio que el
‘maestto tengo una séidaformacién pedsgbgica que le permita el mane-
jodeun ee tice lms conten los del aula
cols de sus alunos (Colv, 2006: 183 y 185),VOB i nes ce ofc,
Por otro lado, la carencia necesita adaptacion y compensacién. ¥ la mayor
de las compensaciones es la que mitiga la falta de contencién o de protec
cidn familiar, Aquello sefialado como falta es percibido por los docentes como
lun condicionante y un limite de la tarea, que se converte obligatoriamente en
reparadora. Pareciera que los obstéculos no pertenecen al orden de lo cogni-
tivo (cantidad, grado 0 complejidad del saber, 0 conocimiento transmitido),
sino a un saber actuar sobre la problemstica contextual, que se vuelve deter-
‘minante. La carencia entendida como una ausencia que est por todes par
se halla, en realidad, demasiado presente.
Las medidas sugeridas para enfrentar este tener menos abrevan en variacio-
nes diferentes del arte de adaptarse al contexto, siempre prestas a tomar un
tono imperativo y amable con la l6gica de la demnanda:
Esto significa que los docentes, dependiendo del nivel escolar en el que
enseftan, necesitan manejar adecuadamente las conceptos centrales de
las discipinas, deben comprender los procesos de desarollo psicokigico
¥ socal de ls nifios y jvenes, y necesitan mejorar un repertari de for-
mas de ensefar y de evaluar que les permitan ori abajo y lograr
los resutados esperados. Necesitan también conocer y tomar en cuenta
los factores de contexto socal y cultural que marcan el modo de ser y de
interpretar el mundo que tenen sus alumnos (..). E “nuevo profesiona-
lsmo" se dibuja como un serie de rasgos que se requieren de los doven-
tes fente alas demandas complejas de la sociedad del conocimiento por
un lado, y alas candicones socio-cuurales y de desarrollo espectias de
‘ada pals, por otto (Avalos, 2006: 217 y 225),
Las demandas son interminables y extrernadamente diversas: de tipo cogni-
tivo (conocimiento profundo, creatividad, flexbilidad, apertura a lo nuevo); de
de respuesta a la
les y sus consecuencias)
Es decir que, frente a la carencia, un docente debe adecuar la oferta a la
Particularidad que la situacion demanda. Dar de comer, vestt, contenes,
oficiar de padres son las nuevas tareas que deben realizar los maesttos, que
a la vez se refieren a la necesidad de capacitarse para encontrar herramien:
tas que les permitan atender estas t
cidn aparece como una salida indivic
‘ack donde va ido docnte? 139
Podemos encontrar un ejemplo de la magnitud que adquiere el predorinio
de lo contextual en un documento gremial reciente (Ctera, 2007), en el que se
‘ormulan las siguientes preguntas: “ZCual es el maestro/profesor que nuestias
escuelas necesitan para atender las problematicas generales del contesto (pro-
regionals, nacional) y las particulares del nivel educativo para el que
.-) {Qué docente formar?”
Las respuestas a estos interrogantes son:
Un trabejador de la educacion formado en los ISFD" tendrla que ser Un suleto
que retina las siguientes condiciones:
* ser consciente de la dimensién poltica de su préctic, lo que significa saber
aque hay un pals a consti
+ Comprender que no hay que escineir a vida escolar de los complejos proce-
506 sociales y cuturales que se viven en la realidad social
Contibuir al protagonismo de los movimientos sociales y populares en la vida
politica social de la provincia y del pals
Favorecer la construccin de la subjetividad e identidad de los citerentes suje-
tos sociales, a partir de sus propias realidades histricas, regionals, medio-
ambientales y cuturles (bid)
El contexto, el pais que se ha de consti, la vida polica y social, la cons-
truccién de la subjetividad, los movimientos populares, etcétera: este es el con-
junto proritario que define el nicleo mismo del ofcio, en la versi6n sindical
Hacedor de criticos, se ofrece. Motivador, facilitador,
con vocacién y entrega
Cuando los problemas abordados son los que definen rasgos especificos del
oficio docente, se conjugan viejos y nuevos temas. Por un lado, la etema
vocacidn, adosada a expresiones, tales como: “La posibilidad de contibuir a la
fotracién de sujetos cricos, la posibiidad de transformar la sociedad, a posi-
bilidad de formar hombres de bien’. Por el otro, fa entrega y Ja paciencia.
Taino Sopetordefomadon eee
‘ rf (2005), Cardo se weogaa ios edicores ner
ha res maven en es rr 09 cunt aps takes
a ats eevee”. af i a
ly shes he nas hn‘Ha dénde va fie docetet V4
4a entrega, como una de las caracteristicas de la tar Capacitate, amor mio
Sos interrogantes. Quizé la entrega pertenezca mas
Por ultimo, analicemos qué entienden los docentes por formacidn. (Cusles
son los especialistas que pueden aportar al trabajo docente? ¢émo se forma
un docente? ZQué debe saber? ZQué se omite en la formacién de los nkievos
docentes?
I ranking de especalistas lo encabezan los psicapedagogos y psicdlogos,
-seguides por pedagogos y didactas, La impronta de lo psi tiene su justificacién. En
el trabajo ctado de Emilio Tenti Fanfari, se asoda le reiada del témino enserian-
za ala primaca de la caracerizacion del docente como facitador de aprendizaes.
Tamafio convencimiento (la mayor parte de los docentes) es consecuente con la
voluntad de formar seres creativos y cricos a la que nos referimas. En este sent
o, para facta los aprendzajes, se precisan saberes especiales:
in. Tenti Fanfani repara en el problema cuando afirma que atin se promo-
jona el magisterio como vacacidr
no que no requiere recompensas (6p. ci
ilmente. Ms atin, cor
de tener efcacia cuando ya nadie la
ciudadanos ctticos, etcéter.
sobre una vision mas técnica de la funcién. Esto pod Ei buen docente seria alguien copaz de interpreta lo que el estueiante
necesita aprender y orientarlo hacia las fuentes donde este conocimiento
docentes asocian vocacién y entrega con el combo compuesto por los verbos
stimula, interesar y motive.
‘Como primera observacién, resulta relevante que nie! prestigio ni la bits conocimiento y conoce los procedimientos que garantizan el aprendizaje
més eficaz (ibid.: 127).
‘Mariano Narodowski anticipé, en ese breve, peto notable libro denominado
Después de case, la magnitud del problema, itonizando sobre la tropa asesora:
combo estimularinteresar
io vinculado con lo co
interés es porque el desinterés de los (.) Los acuales argumentos pedagogicns para determinar, por ejemplo,
aa la inflacion concomitante de apa- promociones de un nivel a otro de gradiaidad (0 simplemente para
pedagdgico. Mientras que el deseo de determinar si un chi 6 incuyen enundados que combi-
modelos complejos
jie de transfor mente ajeno al lego (..
nsmisién. Psicologico puede determinar diferencias entre normalidades y patologlas
(1999: 78 y 79).
Volvamos a nuestros docentes. Entre los saberes demandados, figuran las
dindmicas grupales y el conocimiento de las necesidades de los alumnos. Lo
‘que parece haberse omitido en la formacion inicial se refiere a situaciones nue-
‘oda lip qo cpa i) a hos142 Lo om
en la perspectiva de los docentes encuestados, en mas capactacién y actualiza-
‘i6n. Mientras que algunos relacionan la capacitacion con la imagen de un docen-
te profesional (formado en nuevas metodologies y técricas de ensefianza); ottos
la vinculan con la necesidad de teformular el rl en funcidn de las nuevas condi-
ones sociales. Para e50, se necesita menos discurso y més practica. El valor de
la practica no se ciscute; sin embargo, Emilio Tenti Fanfani repara en la posible
distorsién que acartea la exaltacién de lo “préctico’: “Es preciso evitar todas las
tentaciones de cierto populismo demagégico —paraddjicamente reivindicado por
‘muchos ‘académicos’€ incluso ‘expertos'~ que pregonan el cardcter suficiente
del conocimiento que facilita ‘le experiencia’ o a practica™ (6p. cit: 27).
El gremio docente oftece su particular visién
pios docentes se vuelvan protagonistas en la produccién de nuevos cono-
mientos, desde procesos de investigaci6n y sistematizacion de los
saberes que se producen en sus précticas (Ctera, 2007),
leidad social a la qu ipta de la siguiente
bajo con la diversida
incertidumbre".
los docentes encuestados que aluden a la necesidad de cam-
la asccian con la figura
cotorgado a la capaci:
compromiso individual
Es cada docente quien decide 0 no capacitarse/actualizarse en forma continua,
‘sin consiste en que la escuela serd mds eficaz si cada uno asume
con responsabilidad (entrega, compromiso, respeto, vocacién, perseverancia,
etcétera) su rol. Como en el ingenuo adagio en el que se afirma: Si cada uno
barriera su veredla, la ciudad estarafimpia.
Y entonces, chacia donde va el oficio docente?
No sabemos. Poco es lo que podemos saber sobre lo que atin no sucedid,
‘Si sabemos que el destino del oficio docente, como el de cualquier otro oficio,
se dime en e} Fagor de batallas y ozares, 2 €8 pos
‘aca dev feo docente? 14
discusién. En esta ocasién, optamos por referinos a un conjunto de problemas
{que no agotan ni pretenden agota las nurerosas variables en juego, Problemas
‘acerca del papel dela transmisin en la accion educativa, Aquello que elegimos
llamar compromiso con la transmisién.
Dijimos que no es sin afectos, La docencia no es sin amor
vincular esté siempre pres
listas de carencias emocional
para no dejar la dimension afectiva fuera de s
to es que entra por la ventana, Vearos un dima ejemplo, entre los educado-
res de los més chicos:
desde los primeros afios con brazos fires pero abiertos que le oftezcan
seguidad y posibilidad de autonomia; es alertar sobre los peligios, es
rmostar ef mundo y cémo andar en él, es saber retiarse cuando el bebé
ye nto manifiestan que pueden resolver por sf solos (Volante, 2001).
iuién puede objetar lo antes dicho? Nacie, o muy pocos. incluso el dasico
gesto individualista contemporéneo que promueve no aferrase en demasia 8
los otros (otros que se vuelven pesadas cargas para transportar 0 peligros que
cludit) y sus intromisiones no hace més que enfatizar el problema, El esfuerz0
por ensalzar, a toda hora y a propésito de cualquier asunto, la autonomia y sus
‘detivados denota la fortaleza y la omnipresenda de la heteronomia, destino ime-
rmediable que gobiema el comportamiento de la especie, hasta nuevo aviso tec-
nocientfico, La educacién escolar no es la excepcén. Se promueve autonomla,
iciatva, se premia a los emprendedores, Peto... la dificultad esté en
fica hay
sin compromiso con el atto. La palabra compromiso se tolera poco
los que pregonan la profesionalizacion a ultranza. Los ablertamente
en cambio, usan la palabra compromiso a cada paso. El compromi-
lucha, entrege, combate. El compromiso es multiple y polimorfo: con los
la época, con el pas, con los més débiles, con la pobreza, etcéie~
tienen sus buenas razones.
“ 0 lstrae del aspecto inst44 Lon goes dl ofco
rensién técnica la despolitiza. Nilo no rio aro, de acuerdo. Pero
lado por donde podemos avanzar. La distincién deja intacto el
nnudo de la cuestiin. Pero icual es? &Cudl creemos que es?
El compromiso no es con el otto, sino con la tarea, E50 es lo que afima
Meitieu (2006), sin pudor. Dice que no estamos obligados a elegir entre el
“Ni cuidados maternales,
conectan sabidurla con seguimiento. La
ciones, marcas pega
dad, un no perder
consideracién, Seguimiento como reconocimiento. No es oponiendo los térmi-
‘Ros como se avanza, pero tampoco, yurtaponiéndolos. “Un profesor no es ni un
‘simple’ erudito ni
r Amamos el ofcio y, por ahadidur, a los nifios
y jévenes, afortunados circunstanciales de los efectos colaterales que nuestra
pasién desata, No hay otra forma ms efcaz de amarlos que ensefiando el mundo,
Y si ensefiamos es porque aramos ef mundo y lo que en él estd por vent.
Si tomamos en serio los resultados, y en especial, los resultados de las inves
tigaciones que hemos citada, y no ahorramos eufer 10s, tanto el exagerado
amor y cariflo como la feria de competencias par ransformar la ensefian-
za en una cosa into trivia, algo que puede esperar.. La masividad del recha-
zo a la transmisién es también masividad del rechazo a la cultura, o tal vez
mejor, escolar indiferencia al reparto de bienes culturales.
“Sa dns Due Ar
cat unr de ene
CAPITULO 9
Algunas claves para afrontar
los desaffos de ensefiar hoy
Andrea Aliaud
i
Diagndstico y alternativas del oficio de ensefiar
Hoy ensenar es dificil para todos y en todas las escuelas. En el Primero 0 en
cel Tercer Mundo. Maestros y profesores més o menos formados, con mayor 0
menor experiencia, con més 0 menos saber, con mucha 0 poca paciencia.
Escuelas estatales, privadas, pobres,rcas, urbanas, rurales, grandes o chicas. Hoy,
a todos, nos cuesta en todas partes.
‘Muchos y complejos resuitan los andlisis producidos que tratan de der cuenta
de esta difcutad. Por eso, en este capftulo, nos proponemos esbozar un breve
ciagnéstico que, sin pretensiones de originaidad, siva para plantear el problema
y, desde all, referi algunas alterativas posibles. Dos constataciones ya enunca-
das en este libro orientaron las reflexiones que aqui se presentan.
La primera se refiere a a necesidad de concebir la ensefianza como una act-
vidad compleja (como siempre lo fue), pero que necesariamente hoy requiere,
centre quienes la ejercen, poder asumir ates dosis de incertidumibre y, a la vez,
estar provistos de algunas firmes certezas,
La segunda reflexion, vinculada con la anterior, emite @ una manera particular
de entender y llevar ala formacién profesional de los docentes através de préct-
cs, iscursos y formatos pedagdgicos que vinculen (0 al menos, no disocien) el
saber sobre o acerca de la ensefianza con el saber enseniar
Exigencia y declive
Forman parte de este apartado las consideraciones que intentan caracerizar @