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APLICACIONES DE LA ELECTRICIDAD

En el hogar, en los servicios, en la industria o, incluso, en el transporte, la energía eléctrica tiene


un amplio abanico de aplicaciones. Con la electricidad, se puede iluminar, obtener calor y frío,
calentar agua, cocinar, o poner en marcha un aparato.

En sus inicios, la energía eléctrica se utilizó como fuente de iluminación, ya que se trataba de un
sistema más seguro y práctico que los que se habían utilizado hasta el momento, como las velas, la
grasa de la ballena, el queroseno o el gas. Thomas A. Edison y Joseph Swan fueron los pioneros en
construir las primeras lámparas.

Otro avance importante para el aprovechamiento de la electricidad como fuente de energía fue el
desarrollo de la batería y del motor eléctrico. La primera, creada por el italiano Volta, permitía
almacenar energía eléctrica en forma de energía química. El segundo, ingeniado por el inglés
Henry, servía para transformar la energía eléctrica en trabajo, ya que la corriente eléctrica hacia
girar una rueda que activaba toda la maquinaria.

La máquina de vapor de Watt, que había sido hasta entonces el motor del transporte y la industria,
tuvo que dejar paso a la maquina eléctrica, la cual se convirtió en uno de los motores de la
sociedad industrial actual.

Energía eléctrica. Es una forma de energía electromagnética que se produce cuando existe una
diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos, lo que da como resultado un intercambio o
flujo de electrones denominado “corriente eléctrica”.

Energía química. Permite las uniones y reacciones atómicas y moleculares, por lo que se trata de
una forma de energía indispensable para la vida, ya que los seres vivos la requieren para mantener
su propio funcionamiento (metabolismo).

Energía cinética. Es un tipo de energía mecánica que involucra el movimiento de las partículas de
un sistema físico determinado. Es la energía que tienen los objetos que están en movimiento.

Energía eólica. Es un tipo de energía asociada al viento y a su fuerza de empuje natural,


aprovechable en los campos eólicos para transformarla en electricidad.

Energía calórica o térmica. Está relacionada con la temperatura y la capacidad de recibir o entregar
calor. Un objeto o sistema que recibe energía calórica (calor) aumenta su temperatura siempre
que no esté sufriendo un cambio de estado de agregación.

Energía magnética. Es la energía que genera la presencia de un campo magnético. Es propia de las
relaciones ferromagnéticas, como las que permiten la atracción entre un imán y ciertos metales.

Energía solar. Es la radiación calórica y lumínica del sol, aprovechada por las plantas para realizar
la fotosíntesis y por otros seres vivos para calentarse.

Energía atómica. Es la energía que poseen los núcleos de los átomos y la que permite que se
mantengan unidos entre sí: está relacionada con las fuerzas nucleares fuertes y débiles, que
mantienen a los neutrones y protones juntos en el núcleo y a los electrones orbitando alrededor.
Energía potencial. Es la energía que está contenida en un sistema físico o un objeto en una
situación determinada y puede, acto seguido, transformarse en otras formas de energía, como la
cinética.

Energía interna. Es la suma de la energía de los elementos que constituyen un sistema.

Energía hidráulica. Se obtiene a partir del aprovechamiento de la energía cinética de ríos, mareas y
caídas de agua.

Energía lumínica. Está vinculada a la luz perceptible y a los objetos y reacciones que la producen.

Energía sonora. Es la energía asociada a los sonidos.

Energía geotérmica. Es la energía obtenida a partir del aprovechamiento del calor interior del
planeta, que se transmite a través de capas de roca y minerales calientes por procesos de
conducción y convección.

Leyes de la energía

La energía no se crea ni se destruye, se transforma o transmite.

Según la física, la energía en el universo se rige en base a los siguientes principios o leyes,
conocidos como las tres Leyes de la termodinámica:

Ley universal de conservación de energía. Establece que la energía no puede ni crearse ni


destruirse ya que permanece invariable en el universo: únicamente puede transformarse en otra,
pero no extinguirse ni crearse de la nada.

Ley de la entropía. Establece que el grado de desorden en el universo tiende a incrementar con el
tiempo, es decir, que todo sistema aislado tiende paulatinamente al desorden. Esto se traduce,
entre otras cosas, en que la energía en forma de calor jamás podrá fluir de un cuerpo frío a otro
más caliente.

Tercera ley o ‘Postulado de Nernst’. Plantea que una vez alcanzado el cero absoluto (0° K), todos
los procesos físicos se detienen y la entropía (grado de desorden) alcanza un valor constante y
estable.

La energía puede almacenarse de diversas formas mediante:

Acumulación de elementos de alta energía potencial. Los hidrocarburos o las sustancias


combustibles, una vez expuestas al oxígeno liberan cantidades importantes de energía.

Almacenamiento en pilas y baterías (energía eléctrica). En estos elementos se puede almacenar


energía debido al ordenamiento de sus moléculas cargadas eléctricamente en campos
aprovechables de energía.

Depósitos naturales de glucosa y grasa. En los seres vivos la energía se almacena en forma de
glucosa y de grasa, fuente de energía para el organismo animal.
Transformaciones de energía

Las transmisiones de calor implican el aumento o disminución de la temperatura de un objeto.

La energía induce dos tipos de transformaciones en los objetos que interactúan con ella:

Transformaciones mecánicas. Tienen que ver con la forma de los objetos y sus variaciones físicas
como la dilatación, la deformación, etc.

Transformaciones térmicas. Implican el aumento de la temperatura de un objeto que recibe una


carga energética, como ocurre con los objetos tras mucho roce o dejados al sol.

Degradación de energía

Si bien la energía no se destruye ni se crea, sí se degrada, es decir, en toda transmisión de energía


se pierde un porcentaje (nunca se transmite el 100%) al degradarse en energía calórica en el
proceso.

Aprovechamiento de la energía

Por medio del fenómeno de la electricidad, la energía eléctrica es transformada, por ejemplo, en
luz.

Las transformaciones de la energía pueden aprovecharse para beneficio de los seres vivos y en
especial de la humanidad, en la medida en que puede transmitirse y propagarse, incluso enfocarse
o concentrarse, permitiendo generar cantidades importantes de movimiento, calor y trabajo.

Las máquinas, de hecho, son un ejemplo de cómo transformar electricidad en otras formas de
energía (mecánica, lumínica, etc.).

Unidades de medición de energía

La energía puede medirse en distintas unidades, conforme al tipo de que se trate, pero se acepta
como unidad fundamental el julio (j).

Un julio equivale a la cantidad de trabajo realizado por una fuerza de 1 newton para desplazar un
objeto durante 1 metro.

Otras unidades posibles son: caloría (cal), frigoría (fg), termia (th), kilovatio (kW), British Thermal
Unit (BTU), electronvoltio (eV), caballos de vapor por hora (CVh).

Fuentes de energía

Los convertidores utilizan distintos tipos de energía y la convierten en eléctrica.

Se consideran “fuentes de energía” a aquellos ingenios humanos que permiten transformar


energía de diversa índole en energía eléctrica para surtir a las comunidades humanas.

No son realmente “fuentes” sino grandes convertidores que aprovechan la energía eólica, nuclear,
química o hidráulica, etc.

Ejemplos de energía
Existen numerosos ejemplos de energía en el día a día. Desde la energía química de las baterías,
que permite encender una linterna (y generar energía lumínica), o la energía química contenida en
los alimentos que consumimos para poder desplazarnos (energía mecánica) o la que percibimos
cuando intentamos detener un objeto en movimiento (energía cinética).

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