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Poesía: Justa y Perpetua

La gloria de Dios los cielos la proclaman

La obra de sus manos lo grita el firmamento

Con júbilo dichosos los ángeles aclaman

Al Soberano creador del universo,

El sol de su esplendor hace derroche

Y anuncia con su luz que viene el día

Se oculta dándole pasó a la noche

Y el uno al otro declaran sabiduría

Sin palabras, sin lenguaje ni voz

Recorre el camino con firmeza

Y alegre cual gigante va veloz

De Dios exaltando la grandeza

Ley pusiste que es lo que mantiene

Los astros que circundan todo el orbe

Ley mandamiento infalible se sostiene

Escrita con amor la diste al hombre

Tu ley Señor justa y perpetua

Que ayuda a transformar la mente

Tu ordenanza santa y recta

Que al sencillo en sabio lo convierte


Dulce cuál miel que destilan los panales

Mas que el oro refinado son deseables

Con ella se amonestan las maldades

Para dejar el camino torcido y miserable

Grande galardón hay en guardarlos

Protege todo el ser de la soberbia

Señala los errores y a enmendarlos

Para no seguir la vida de miseria

Transgredir tu santa ley lleva a la muerte

Tristeza, dolor, angustia siente el alma

Mas si confiesa su pecado al Dios viviente

Su gracia y el perdón infunden calma

Se regocija el corazón con tu precepto

El testimonio fiel ilumina la mirada

Lo promulgaste para ser perpetuo

Y lo será por siempre en tu morada

Te alabó, oh, Jehová porque eres bueno

Agradable sean los dichos de mi boca

Cuál incienso hacienda hasta el cielo

Supremo redentor, mi eterna roca.

Autor: Gloria Leticia Millán

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