0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas1 página
Este documento presenta una leyenda chilena sobre El Caleuche, un barco fantasma que vaga por los mares y canales del sur de Chile. El Caleuche está tripulado por poderosos brujos y se ilumina profusamente por las noches, ocultándose en niebla que él mismo produce. Los tripulantes tienen una sola pierna y andan saltando, y son tontos para ocultar lo que ocurre a bordo. Se dice que no se debe mirar al Caleuche porque sus tripulantes castigan a quienes lo miran deformándoles la
Este documento presenta una leyenda chilena sobre El Caleuche, un barco fantasma que vaga por los mares y canales del sur de Chile. El Caleuche está tripulado por poderosos brujos y se ilumina profusamente por las noches, ocultándose en niebla que él mismo produce. Los tripulantes tienen una sola pierna y andan saltando, y son tontos para ocultar lo que ocurre a bordo. Se dice que no se debe mirar al Caleuche porque sus tripulantes castigan a quienes lo miran deformándoles la
Este documento presenta una leyenda chilena sobre El Caleuche, un barco fantasma que vaga por los mares y canales del sur de Chile. El Caleuche está tripulado por poderosos brujos y se ilumina profusamente por las noches, ocultándose en niebla que él mismo produce. Los tripulantes tienen una sola pierna y andan saltando, y son tontos para ocultar lo que ocurre a bordo. Se dice que no se debe mirar al Caleuche porque sus tripulantes castigan a quienes lo miran deformándoles la
Cuenta la leyenda que el Caleuche es un barco que navega vagando por los mares de Chiloé y los canales del sur. Está tripulado por brujos poderosos, y en las noches oscuras va profusamente iluminado. Abordo se escucha música sin cesar y se oculta en una niebla que él mismo produce. Jamás navega a la luz del día. Cuentan que los tripulantes tienen una sola pierna para andar y que la otra está doblada por la espalda, por lo que andan a saltos y brincos. Todos son tontos y desmemoriados para ocultar el secreto de lo que ocurre abordo. Al Caleuche, no hay que mirarlo, porque los tripulantes castigan a los que miran, volviéndoles la boca torcida, la cabeza hacia la espalda o matándoles de repente por arte de brujería.