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Moniciones 26 de noviembre de 2023 “Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo”

Monición de entrada: Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos. Con mucha alegría nos
reunimos hoy, en la casa de Dios, para celebrar la santa misa en el último domingo de este año
litúrgico, con la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Con nuestra mirada puesta en el fin
de los tiempos, celebremos con fe y esperanza nuestra misa de hoy. De pie y cantamos…
Monición única para todas las lecturas: Las lecturas de hoy ponen ante nuestra mirada la figura
de un rey-pastor que se desvive por su rebaño. En Ezequiel, Dios es el pastor de su pueblo, al que
cuida, alimenta y protege. En el evangelio, Jesús es rey y juez que, como el pastor que separa las
ovejas de los cabritos, en su venida al final de los tiempos juzgará a todos según el amor que cada
uno ha mostrado con los más pequeños. El destino de los benditos del Padre es la vida eterna,
inaugurada por Cristo con su resurrección. Escuchemos con atención.
Oración de los fieles: Hermanos, al celebrar la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo,
dirijámosle nuestras plegarias, para que el mundo se renueve en justicia, amor y servicio.
Hagámoslo diciendo todos: «Rey eterno, escucha nuestra oración»

1. Por la Iglesia, para que su presencia en el mundo sea un signo creíble del Reino que
viene y lugar donde cada hombre pueda conocer la realeza del amor que se manifiesta
en la cruz de Cristo. Oremos.
2. Por el papa, obispos y sacerdotes, para que vivan con alegría su ministerio, imitando con
amor a Aquel que ha venido para servir y no para ser servido. Oremos.
3. Por los gobernantes de las naciones, para que Cristo, Rey del Universo, les conceda el
poder de ejercer el dominio en beneficio de todos, especialmente de los más
necesitados. Oremos.

4. Por todos nosotros, para que, dóciles a la escucha obediente de la Palabra, seamos
valientes y constructores del Reino que Jesús ha venido a traer. Oremos.

Padre misericordioso, escucha nuestra oración y haz que, a ejemplo de Cristo, tu Hijo, que ha
vencido el pecado y la muerte, sepamos ser testigos de la verdad y la bondad. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.

Presentación de las Ofrendas: Ofrezcamos ahora el pan y el vino, y con ellos, nuestro ardiente
deseo de participar de la resurrección de Cristo
Oración para la comunión espiritual: Así como estamos sentados, los que no pudieron
comulgar sacramentalmente, hacemos esta oración para la comunión espiritual:

Creo, Jesús mío, que está real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del
Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma. Pero no
pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como
si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me
aparte de Ti. Amén.

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