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Imagen de Alamy Stock Phoco Disesio grifico: Gloria Gauger © Dela traduccion, préloge y noses, Maria Eugenia Aleatens y Maris Duras © Fediciones Sirvela 8, A., 2021 f Almagro 25, ppal. deha oto Madrid, Tel. + 36 uw srurlescom ISBN: 37 a4ts24s-a0-6 Depésito legal: M-2s Impreso ex Griticas Dehon Printed and made in Spain Papel 100% procedeate de bosques gestionados de acuerdo con criterios de sostenibilidad VIDAS DE SANTA OSITH Y SANTA FE Traduccién, prélogo y notas de Maria Eugenia Alcatena y Marfa Dumas Libros del Tiempo Lecturas Medievales Vida de santa Osith, virgen y mértir Agui comrenza LA VIDA DE SANTA OSITH, VIRGEN ¥ MARTIR Esto nos muestran las Sagradas Escrituras: bienaventu- rado es quien se encomienda a Dios, y ama y teme a su Creador més que a ningiin otro sefior. Quien Io ama y teme y bien lo sirve jamas pierde, ni aqui ni alla. A quien abandona tierra en su nombre, le otorga el cielo como recompensa. No hace un trato necio quien deja tierra y toma el cielo; ni necio es el trato que hace quien deja muerte y recibe vida. Hace un buen trato, un trato justo, quien muerte deja y vida recibe, porque, ciertamente, la riqueza del mundo no es sino dolor y gran tristeza: el honor del mundo es, para todos nosotros, transitorio y muy poco estable, Quien no quiera creerlo o saberlo, bien me atrevo a decirlo, necio es en verdad. Podemos com- prenderlo por aquellos que partieron, nuestros ances- tros y difuntos: :d6nde estén nuestros abuelos y nuestros padres, dénde nuestros tios, dénde nuestras madres, que fueron tan icos y bellos, que tenfan tantos vestidos 58 y caballos'? Todos partieron, en fin, sabedlo, y os espe- ran en el camino cualquiera sea el dfa en que os aprestéis, a emprender el viaje. Por eso os digo, si estiis dispuestos a escucharlo, que quien ama a Dios nacié bienaventurado. Pues, mientras ame a Dios y permanezca en su servicio, en verdad os lo digo, no debe temer el dia en que tenga que abandonar el siglo. Muy caro es a Dios quien toma ejemplo de sus santos, que abandonaron tierra y honor y todo el mundo por el amor de Dios, y suftieron vergiienza y calumnia. Por Dios permitieron que su sangre se derramara. Gon buena intencién y con buena esperanza, ofrecieron su muerte para recibir vida. De estos encontramos gran abundan- cia en los escritos sagrados que leemos. ¥ no solo varo- nes, sino también mujeres, santas y verdaderas siervas de * Se plasma aqui el t6pico literario del whi sunt (en latin, «zd6nde estin?», proveniente de la frase «Ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere?» 0 «gDénde estén quienes vivieron en el mundo antes que nosotros?»). Se trata de un topico acuftado en la literatura elasica ndido por toda la literatura occidental, muy cultivado, cen los siglos medievales. Bajo la forma de la interrogacién, invita a reflexionar sobre Ia fugacidad de Ia vida terrenal y los bienes mun- anos, por lo que se aviene muy bien con la concepcién cristiana de la vida en el mundo como mero trdnsito hacia Ia vida eterna y su consecuente menosprecio de las glorias y vanidades terrenales. En su formulacién, el autor se pregunta de manera general («nuestros», snuestrass) por los antepasados y destaca la transitoriedad de las Fiquezas, la belleza fisica y las posesiones suntuarias, paraa continua cidn dirigirse directamente a su piblico y advertirle que le aguarda ¢1 mismo destino inminente que a ellos (tal como sefiala Harden, 1959) a ee Dios, y algunas tiernas doncellas, que rechazaron todo el mundo para entregarse a nuestro Seftor Dios y sufrieron por su nombre con verdadera contricién. De una de ellas queremos hablar, que debe ser ensal- zada vivamente, que amé a Dios, sirvié a Dios y por él abandoné el mundo entero. Por su creador verdadero abandoné a su sefior terrenal, que era un rey fuerte y poderoso. Por Dios lo rechaz6 todo, por él sufrié pena y dolor y por tiltimo el martirio. Habéis ofdo mencionar muchas veces a la virgen de la que 0s quiero hablar; su vida no es muy leida ni es conocida en todas partes, como deberia. Su nombre es Osith, nacié y fue criada en Ingla- terra, Hizo voto de su virginidad a Dios y lo mantuvo hasta su muerte. Su vida es bella y gloriosa, santa y dulce y pre- ciosa. En este romance’, mucho podremos oft, aprender y retener sobre santa Osith y sobre su vida: cémo Dios la escogié como amiga; cémo Dios la amé y le mostré su afecto de muchas maneras, a través de milagros y de prodigios, que acaecieron en muchos lugares y fueron claramente vistos en Inglaterra, tanto en la paz. como en la guerra —Dios los hizo aparecer alli en la noche y en el dia, en la mafiana y en la tarde—. Escuchadme todos porque, 0s lo digo con seguridad, vale mas ofr acerca de esto que de la gesta de los paganos, de Gurcedin y de los sajones, enemigos de Dios y felones, y otras historias semejantes en las que se os miente en gran abundancia’, Quien ama y 1s de anglonormando, en este caso), en contraposicidn con el latin, ir, en este relato compuesto en lengua romance (francés 5B autor se refiere con bastante probabilidad a Guitechin o Gui- teclin, el rey de los sajones en la Chanson de Saisnes de Jean Bodel, un cantar de gesta de finales del siglo Xu. La exaltaci6n de la materia presta ofdo a vanidades no es agradable a Dios. Debemos guardar en la memoria la verdadera historia de los santos de Dios, pues, cuando ofmos necedades, a menudo toma- mos ejemplo de ellas; quien escucha y atiende palabras sensatas muy a menudo se enmienda. De santa Osith ahora os contaremos, asi como lo encontramos en el escrito’, Ciertamente, mucho mueve amar ya respetar ya temer. Mucho agrada a Dios en lo alto; bien lo diréis cuando hayais ofdo mas. Muy temible es airarla, pues enseguida piensa en vengarse. No necesita para ello querella ni pleito; muy pronto se venga de quien la ofende, como oiréis mas adelante. En este romance, si lo escuchais con atencién, no seréis alimentados con f4bulas, sino con milagros y prodigios que Dios realiz6 en Inglaterra por santa Osith, que a él se consagr6. Y creo que quienes lo escuchéis de buena gana conoceréis la gratitud de santa Osith, pues quien lo dese bien puede procurarse auxilio y avanzar hacia Dios. Ahora atended hagiogrsfica mediante la desestimacién simulténea de géneros secu- lares contemporéneos es frecuente en los prélogos de las vidas de santos, aunque el blanco privilegiado de estos ataques no suele ser cl cantar de gesta, sino el roman (la novela de aventuras medieval) y el lai, censurados por su caricter mas bien vano y fabuloso (como ocu- re, por ejemplo, en La vie sent Edmund le rei de Denis Piramus 0 La vie scint Richard Evesque de Cyeestre de Pierxe d’Abernon de Fetcham), En este sentido, es notable que el autor de Osithdirija esa acusaci6n al cantar de gesta, wn género que suele fundar su valor en su veracidad historica, aspecto en el que insiste Jean Bodel en su célebre prologo ala Chanson de Saisnes. “EL sescrito» hace referencia a la fuente latina de la que el autor se vale para componer su propio texto. 56 el relato de su vida, del que podréis recibir ayuda, soco- rro y enmienda en el camino hacia nuestro Sefior Dios omnipotente. La virgen de Dios tan bienaventurada que tiene por nom- bre santa Osith provenfa de un linaje noble. Fue hija de un rey muy renombrado. Este rey moraba en Inglaterra; Fredeyold lo llaman los ingleses. Santa Osith tuvo a este rey por padre y Witburc la reina fue su madre, que era hija del rey Pende, de gran poderio y de nobleza y que tuvo a muchos bajo su dominio. San Beda® lo destaca en su histo- ria de los ingleses y dice que, aunque este rey fue pagano, tuvo progenie de fe verdadera, fiel a la ley cristiana. Tenia tun hijo muy renombrado, hijas y sobrinas en gran canti- dad que se consagraron a Dios por completo, lo amaron y sirvieron mucho. Este rey Pende de quien he hablado engendr6 hijas preciadas que nuestro Sefior Dios escogid para si. Habéis odo sus nombres con frecuencia. Una se lama Keneburc y la otra tiene por nombre Eadbure. * Beda vivis entre va, 6724673 y 735. Fue monje en la abadia bene- dictina de Wearmouth Jarrow, en Northumbria, reino en el que entre los siglos Vil y Vint twvo lugar un importante florecimiento de las cien- ciasy las artes. La produccién de Beda ineluye una gran variedad de textos teol6gicos, historiogrificos, cientificos, hagiogréticos y grama- ticales. La Historia ecclesiastca gontis Anglorum (finalizada en 731) fue, sin duda, su obra mas influyente y mis difundida, no solo en las islas britinicas sino también en toda Europa Occidental, donde se cons. situyé muy pronto como un modelo privilegiado para la escritura de Ia historia, La amplia circulacién de manuscritos de la Historia desde 1 siglo vit a uno y otro lado del canal de Ia Mancha representa un testimonio incontestable de su popularidad. Santa Osith fue de su linaje, pues era su sobrina®, Tomé jemplo de su castidad para servir con gusto a nuestro Seftor Dios. Ya en su primera infancia deposité su fe en el hijo de Dios. Tenia puestos su voluntad y todo su amor en Dios, su creador. Posefa riquezas magnificas, como corresponde a la hija de un rey poderoso; abundancia de bebida y de alimento, y cuanto en el mundo se tiene por preciado. Pero poco estimaba todas estas cosas; por Dios lo desdeiié y abandons todo. La riqueza y los bienes que en el mundo ve no precia en nada, Debéis saber que la muchacha era de rostro claro y hermoso, de cuerpo bien torneado y agradable, pero por dentro era incluso mas, refinada’. A ricos y pobres rechaz6, prometié su doncellez © Al referise al linaje de Osith, el autor destaca, en especial los ancestros maternos de Ia santa. Su abuelo, Penda, rey de Mer cia (entre ca. 625 y 635), tiene en efecto un lugar prominente en la Historia ecclesiastica gents Anglorum de Beda, donde aparece como un monarea belicoso pero tolerante, sin embargo, a la predicacién del cristianismo en sus terras (libro TI, capitulo 21). Todas las hija de Penda, incluidas Kenebure y Eadbure, aqui mencionadas, aleanzaron Ia santidad como monjas o abadesas, con la excepeién de Witbure, la ‘madre de Osith, entregada en matrimonio a Fredeyold. Este, a quien Beda no hace referencia, ha sido identificado por Bailey (1989) coma tun rey local o subragulus del sur de Mercia, sujeto al dominio de Wal- here, hijo de Penda y rey de Mercia entre 658 y 675 7 Este esun t6pico corriente en las vidas de virgenes santas: se pon- era la belleza de la joven, para puntualizar a continuacién que sus cualidades espirituales eran atin mas hermosas que su apariencia. Este L6pico aparece asimismo en el retrato de santa Fe, de quien se dice 4que era sbella por su rostro, mas bella por su fee (20) y que «muy bello era su rostro y atin mejor su corazén» (ve, 125-126) 58 a Dios y, como a su sefior, le pidié que esta nunca fuera violada. Y nuestro Sefior Dios la escuché: por la dulzura y por la misericordia divinas no perdié la virginidad por ningtin hombre de madre nacido. Nunca ningtin hombre a conocié de esta manera; virgen naci6, virgen muri6. La ciudad donde santa Osith nacié se llama Queren- done’. Los lugarefios que moran en Ia regién, asf como muchas otras gentes provenientes de tierras lejanas, bien conocen el lugar donde santa Osith nacié. Fue sefialado con dlaridad, de modo que todos puedan reconocerlo: nunca desde entonces hasta el dia de hoy ha vuelto a cre- cer en ese lugar pasto ni vegetaci6n. Por su nacimiento el lugar fue sacralizado y secuestrado de todo uso humano. Mientras estuvo en esta vida, Dios realiz6 por ella muchos milagros y, después de que fue martirizada, muchos otros, realiz6; oiréis algunos de ellos si os place. Para alegraros, 0s contaré una parte de los que he aprendido. Como os decia antes cuando me referi a los padres de santa Osith, ella provenfa de un gran linaje, de gran riqueza y de gran santidad: abuelos y tios de gran poder, tias y sobrinas de gran castidad. La mayoria se reunié y aconsejé al padre de Osith que la doncella fuese con- fiada a una tutora tal que garantizara que no fuera a corromperse de ninguna manera. Confidrsela a Modwen® * Quarrendon, en Buckinghamshire, cerca de la ciudad de Ayles- bury, la cual constituyé un centro alternative de veneracién de santa sith. Quatrendon se encuentra deshabitada desde el siglo xvi " Modwen 0 Modwenna de Burton fue una santa abadesa de ori- igen itlandés que fund6 numerosos monasterios en Inglaterra, Escocia e Irlanda, Su vida se relata en dos hagiografias latinas de los siglos x1 satisfizo a la mayoria: a este acuerdo arribé el consejo. Cuando la doncella aprendié a hablar, fue confiada a Modwen, la abadesa, quien la amé6 y aprecié maravillosa- mente; junto a ella, fue a Roma y regres6. Esta Modwen, de la que hablé, fund dos conventos en las lindes de Ardene, uno en Poleswurthe, segiin dice la gente, y el otro en Straneshale”. Modwen permanecié en uno, otorg6 a Edith el otro: esta era hermana del rey Edfrid", Modwen le tenfa gran amor. Un dia sucedié asi. Modwen partié lejos a rezar. Envi a Osith junto a Edith, que la acogerfa bien ya que mucho la amaba. Edith habfa sido compaiiera de Osith durante largo tiempo, se alegré y regocijé mucho por su Ilegada. Transcurrido algiin tiempo, Modwen regresé (por Conchubranus) y XII (por Geoffrey de Burton) y una anglonor manda (anénima) del siglo xm, incluida asimismo en el manuserito Campyey, que conserv6 las vidas de Osith y Fe, Las vidas latinas y anglonormanda de Modwen también narran, en términos muy simi lares, el episodio del rio que se relata a continuacién, © En Ios siglos medievales, el bosque de Arden, situado cerca del centro geografico de Inglaterra, era vasto y frondoso. Segtin la leyenda hagiogrifica de Modwen, la abadia de Polesworth fue fan- dada por ella y tuvo por primera abadesa a santa Edith; el convento de Straneshale, por otra parte, no ha sido identificado. 4 Edith aparece aqui como la hermana de Alfredo (ca. 847-899), rey de Wessex y, desde 886, rey de los anglosajones. Existen regis. tros de una santa llamada Fdith, fundadora © primera abadesa de Polesworth, pero en otras fuentes aparece como la hermana del rey Athelstan (895-989), nieto del rey Alfredo. En cualquiera de los dos ‘casos, se trata de una figura hist6ricamente muy posterior a la mayoria de los personajes que intervienen en la vida de Osith 60 al convento. Edith habia encontrado un libro, repleto de proverbios y de buenas sentencias; hall6 alli ejem- plos de milagros y de santidad en gran abundancia. No quiso reservar este bien para ella sola, sino compartirlo con Modwen. No quiso confidrselo a una persona des- cuidada, que lo daharfa ficilmente. Llamé a Osith con mucha dulzura: —Querida hermana —dijo—, os placeria visitar a nuestra madre Modwen para Ilevarle este libro de mi parte? Decidle que en él puede encontrar grandes bie- nes, de los que ella misma puede aleccionarse, y que, mediante las ensefianzas que encontrar4, podra aleccio- nar a todos los suyos. Osith obedece, dio su consentimiento, dijo que irfa alli con gusto; toma el libro, no se demoré para nada, sino que se aprest6 a partir. jAy, Dios! Edith no sabia la aven- tura que advendria entonces a Osith. No la hubiese dejado ir, segtin creo, ni por todo el oro del rey Midas; si Edith hubiese sabido lo que le advendria, no hubiera permitido que emprendiera este viaje ni por todo el oro que hay en Espaiia ni por el honor de Lovaina. Si Edith hubiese sabido lo que le esta por suceder a Osith, no le hubiese mandado a entregar este mensaje ni por todo lo que pose- yeron Salomén el sabio 0 Alejandro a lo largo de su vida. Pero Dios le ocults este saber, porque quiso obrar en Osith, una gran maravilla. El invierno era frio y habia Hovido mucho. Esto no demoré ala doncella. Al despuntar el dia en la mafiana, enseguida se puso en marcha, Tom6 el libro y partié al encuentro de Modwen, adonde la envi6 Edith. Por este camino corria un curso de agua que la joven debfa cru- zar. El puente era largo y de una sola tabla; comenzé a él cruzarlo temerosa y con cuidado, El rio era ancho y pro- fundo, y ella estaba ya en la mitad del puente. El viento era fuerte y muy tempestuoso y arranca las faldas de su manto, pero este quedé prendido de los broches en el cuello, Ella recogié los jirones del manto contrasu cuerpo yal hacerlo olvids el libro, que cay de sus manos al agua, Quedé consternada por esta pérdida. Se incliné para aga- rrarlo y lo sigui6; crey6 haber recuperado su libro, pero el rio los capturé a ambos El rio los arrastré lejos de aquel lugar y los arrojé por un arroyo a tres arpendes”* del puente, los sumié en un abismo. Alli yacieron ambos tres dias y tres noches sin socorro; alli yacieron tres dias y tres noches hundidos en un pozo; tres dias y tres noches Osith yacié alli, ahogada en aquel arroyo. Asi dejaremos yacer a Osith y contaremos acerca de su sefiora. Desde que amanecié la maiiana del cuarto dia, Edith comenz6 a preguntarse maravillada qué podria haber demorado tanto a la joven. Dijo que irfa a averi- guar el motivo. En su coraz6n sufria gran turbacién. Se levanté antes del canto del gallo, se puso en camino de inmediato. Modwen se encuentra con ella por el auxilio de la gufa divina. En cuanto vio a Edith, Modwen rompié el silencio: bien advirti6 por su semblante que estaba afli- gida y enfadada. EL aypende es una antigua unidad de superficie francesa cuyo primer testimonio data de finales del siglo Xt. Su medida exacta varia segtin las localidades y las épocas; en la Edad Media suele equivaler al actus quadratus romano, es decir, aproximadamente 1,260 m*. Al igual que el actus, puede aplicarse asimismo como una unidad de medida Tineal, como en este caso, 62 —Zdith, querida hermana, gpor qué estdis afligida? —Seitora —dijo Edith—, oid ahora lo que me ator: menta: os envié a la doncella Osith con un libro que yo amaba mucho. Hoy es el cuarto ido desde entonces sin que haya recibido de ella ni mensaje ni excusa. Sefiora, gqué la demors tanto? Dijo Modwen: —De esto no sabia nada hasta ahora. jPreguntar si una y otra quedaron turbadas se tontert Habfa unos pastores por alli cerca, que estaban paciendo sus animales por esos prados. Las mujeres fue- ron hacia ellos y, después de saludarlos, preguntaron: —Amigos, que Dios 0s guarde. Os rogamos que digais verdad sobre esto: visto a una muchacha cruzar el puente, en la maiiana del tercer dia antes de hoy, cubierta fa transe! pabé con un manto negro? A esto dijeron los pastores: —Hoy hace cuatro dias vimos pasar a una joven como la que buscais, més arriba en el camino. La vimos llegar hasta el puente, pero, como atendiamos a nuestros ani- males, mas no sabemos, a fe os lo decimos, Entonces las dos mujeres supusieron que se habia aho- gado y regresaron al puente. Ambas comenzaron a supli- car a Dios, con lagrimas, con gran devocién, que consin- tiese en mostrarles el cuerpo, para que al menos pudieran enterrarlo. Modwen terminé su plegaria primero. Desde el puente lamé dos veces a Osith: —Doncella Osith, salid de manera que podamos ver vuestro cuerpo. Para ello, os dé fuerza y vigor aquel que a Lazaro resucité el tercer dia. ‘Modwen apenas habia concluido su invocacién cuando 63 del agua s yi —Sefiora, vedme aqui. i6 Osith, limpia y seca, al igual que su libro, Como era una virgen completamente pura, su libro y ella emergen sin rastro de agua", Por Dios, quién pudiese contemplar la alegria que estas mujeres manifies- tan! Quien pudiese observar a estas tres deberia rechazar el mundo entero. Modwen abraz6 a Osith, Mientras Modwen vivid, Osith permanecié junto a ella; mientras Modwen estuvo en vida, Osith no se separé de su seftora. Que munca sea ocultado este milagro de cémo Osith tuyo morada en el rio, El rio donde Osith se ahogé ha cobrado renombre desde entonces. Que jamas en el siglo se oculte este hecho: el lugar es Hamado Nunnepol". No digo que "© Dos citcunstancias resultan especialmente significativas en este ‘milagro: en primer lugar, como Jesucristo, Osith vuelve a la vida al cabo del tercer dia; y, en segundo lugar, se enfatiza que tanto ella como su libro emergen del rio secos y limpios, sin ninguna mécula, Esta particularidad es presentada por el narrador como signoy corres: pondencia de la pureza virginal de la santa. En este aspecto, el episo dio remitea una tradicién milagrosa extendida; la exégesis tipol6gica patristica habia interpretado la segunda seial que Gedeén pidié a Dios, que un vell6n de lana quedara seco sobre la tierra mojada por el rocio (Jueces 6, 36-40), como una figura y profecfa de la maternidad virginal de Marfa; asi, la imagen de aquello que emerge seco de entre las aguas qued6 consagrada como simbolo de integridad y vinginidad invioladas “ Nombre compuesto formado por Ia unién de nunne y pol, en inglés antiguo. Significa «estanque o pozo de agua de la monja». El ugar al que hace referencia no ha sido identificado. 64 entonces ella fuese una monja, pues seria tenido por necedad y burla si entonces fuera una monja velada y, més tarde, una reina casada. Bastante he dicho de este viaje; ahora os contaré del matrimonio, Cuando Modwen fue levada al cielo, Frede- yold llamé de regreso a su hija, Todos los parientes estén felices y alegres por su conducta y su educacién. Todo el propésito y el deseo de Osith era vivir y morir virgen, trinsito en el que se volveré martir. De este propésito no est enterado su padre; por eso consideré casar a Osith con un hombre poderoso, el rey Syer”®, Santa Osith esti angustiada, con el coraz6n pensativo y afligida por ello. Pero para el padre eso no significa nada: sea lo que sea lo que le parezca a la doncella, mal o bien, no tiene nin- guna excusa, sino que debe obedecer, lo quiera 0 no. El rey manda Hamar a sus amigos, barones y condes de la region y caballeros y otras gentes, para obtener el consejo comtin. Hizo entregar a Osith, su hija, al rey Syer y que © Se trata del rey Sighere, quien, segiin sefiala Beda en su Historia ecclesiastica gentis Anglorum, goberné en el siglo Vil, junto con Sebbi, en Essex, reino sometido entonces al dominio del rey no, ante Wulthere de Mercia. En el libro III, capitulo 30, se relata co tuna peste, Sighere y los habitantes de su parte del reino apostatan del cristianismo y vuelven a adorar a sus fdolos, hasta que, por la intervenci6n del obispo Jaruman, enviado por Wulfhere, regresan al cristianismo. La prictica de dividir el reino, amenudo entre herma- nos, y compartir su gobierno era usual en otros territorios insulares, ‘como Sussex, Kent y Northumbria, durante el periodo anglosajén, yy se observa asimismo en diversos pueblos germnicos en la Alta Edad Media. se desposaran segiin la costumbre establecida en aquel tiempo en su pais. Syer el rey se leva a su esposa. Ella tenfa dolor y pena en su coraz6n y suplica a Dios omnipotente, con abun- dantes lagrimas, que nunca sea violado el voto que ella habia jurado tiempo atrés, que resguarde su virginidad de manera que no la pierda, ni temprano ni tarde, sino que pueda serle guardada puesto que ella se habia entre- gado a él. El dia que santa Osith partié, cuando se la ev el rey Syer, Witburc, la madre, al despedirse, hizo que la acompaiiaran dos hombres que amaban a nuestro Sefior Dios y eran muy diligentes en su servicio. Habian sido ordenados sacerdotes y tego fueron consagrados como santos obispos; uno se llamaba Bedewin, y el otro, su com- pafiero, Eeca"’, La reina entregé y encomendé a Osith, su hija, a estos, para que la guardasen en la verdadera fe, en el verdadero amor y en su ley. EI rey Syer celebr6 su boda como mejor conviene a un rey. Se habian reunido alli ese dfa las personas mas importantes de su reino; mucho se esforz6 en entretener a todos. Por la noche, cuando se van a acostar, enseguida © En el libro IV, capitulo 6, de la Historia ecclsiastca gentis Anglo- ‘rum, Beda relata que ca. 672, cuando Bisi, obispo de Anglia Orien- tal, cayé presa de una grave enfermedad que le impidié ejercer su funciGn, la diécesis se dividié y dos obispos, Bedewin y Ecca, fueron consagrados para ocupar su lugar: Ecca permanecis en Dommoc (tal ver se trate de Dunwich, en Suffolk, aunque su identificacién precisa es compleja), que era la sede original, mientras que Bedewin fue a Elmham (existieron dos localidades con ese nombre, una en Suffolk y otra en Norfolk; segrin Pestell[2004: 20], ¢s mas probable que se aluda aqui a North Elmham, en Norfolk) 66 hizo lamar a su mujer, a quien tanto desea en su coraz6n. Cuando santa Osith oyé la noticia, dijo a Dios: —A vuestra sierva, por vuestro nombre, defended ahora. Emplead en esto vuestro poder, yo emplearé todo cl mio, para que de ninguna manera sea ultrajada ni vio- lada esta noche; y, puesto que a vos me he entregado, defendedme como a vuestra amiga, para que esta noche no sea deshonrada. Entonces dio un paso al frente. la vio, mucho la codicia, mucho la desea. Y santa Osith le dij in pronto como el rey —Buen sefior, por la misericordia de Dios, escuchadme y concededme una pequeiia dilacién para esta unién entre nosotros, de la que estiis tan deseoso. Una dilacién 05 solicito, sefior rey, si alguna vez queréis gozar de mi, El no quiso ofrla por nada, sino que persiste en su deseo. Ella, recurriendo a cualquier cosa que se le ocu- rriera para decir, con gentileza mas que con ira, no quiso cumplir ni consentir su intenci6n ni su placer. Solicita muchas veces prérroga y dilacién, pero él Ja otorga de muy mala gana. ¥ sin embargo ella tanto lo resistié, le suplicé y lo apremié por la virtud del Espiritu Santo que el acto fue aplazado. Dios omnipotente la guard6; el rey nunca la poseyé carnalmente. Y no pasé mucho tiempo hasta que él otra vez le plan- te6 que queria ayuntarse con ella, no queria ya conce- derle mas plazo. Pero santa Osith imploré a nuestro Seitor Dios, como habia hecho antes, que, por su nombre, la defendiera. El rey comienza por lisonjearla y tal es el resultado que monta en célera. Pero ella tanto se esforz6 y suplic6 y tanto hizo entre juegos y risas que dia a dfa el momento es postergado; no la posey6 carnalmente el rey. 67 A menudo la asedi6, pero nuestro Sefior Dios guardé a su amiga, que junto a su esposo permanecié asi, virgen, tres aiios y medio. Un dia, luego, ocurrié asf. El rey Syer celebré una fiesta que brind6 por su natalicio. Reunié alli a mucha gente, condes, barones y caballeros, sus arrendatarios y sus terratenientes. Aquel dia, cuando él ya habia terminado de comer y todos estan felices y contentos, y él mismo habia bebido en abundancia, fue derecho a la camara y se acuesta en su lecho. Luego de descansar un poco, mand6 Hamar a su mujer, la hizo yacer en la cama y le dijo con tono imperioso que ya no le daria mas plazo. Cuando santa Osith escuché esto, loré de sus ojos muy tiernamente y mir6 hacia el cielo en lo alto y suplicé a nuestro Sefior Dios que, por medio de su gran poderio, la defendiese como escudo firme. El rey se afan6 con gran impetu por satisfacer su placer y su voluntad y ella se res- guard6 con todas sus fuerzas del ardiente deseo. Pero, cuanto ella més se defiende, él mas se enfurece e inflama. Para obtener su goce emplea, por cierto, toda su fuerza y su vigor, y le jura muchas veces y le dice con firmeza que su resistencia no le valdra de nada, En este tormento en el que se encontraba, y con el dolor que tenia en el corazén, santa Osith invocé con diligencia a Dios omnipotente y dijo: —Serior Dios, ayuda, no olvidéis a esta sierva. ;En tan- tas ocasiones, Sefior, me habéis socorrido y habéis defen- dido mi cuerpo! Socorredme, Senor, en esta ocasién y liberadme de la maldad de este hombre para que no rompa mi voto sincero. Os prometo en verdad que, si en esta ocasién me ayuddis y os empledis en mi socorro, de 68 aqui en més aplicaré toda mi fuerza y mi vigor para que nunca mas debais ocuparos de ayudarme en este asunto, Cuando santa Osith hubo dicho esto, he aqui que en la sala se levant6 un ruido muy grande. La gente que estaba alli dentro se dispers6 en gran confusi6n, y los grandes y los pequerios por igual gritan y vociferan fuer- temente y van hacia la cémara gritando, algunos atras, otros adelante. —Dios —dijeron—, zdénde estd el rey? jAy, no sabe lo que ha ocurrido hoy, en este dia! ;Si supiera de esta aven- tura, se sentiria defraudado por no haber estado presente en el momento justo! El rey escucha y atiende el gran alboroto que hace su gente, cémo andan todos Haméndolo, y se vuelve de inmediato y va hacia la puerta de la sala para averiguar con certeza qué es ese alboroto. Y cuando pregunté, con presteza le contaron de qué manera, un rato antes, un ciervo completamente blanco!” habia venido corriendo directo desde el mar y cémo habja corrido a gran velo- los romansy lais bretones, el blanco es el color que caracteriza 1 los animales magicos, provenientes del Otro Mundo, en relacién con el cual suelen cumplir una funcién de guias o mensajeros. Su aspecto excepcional los vuelve presas inmediatamente deseadas por los héroes, que salen en su persecucién, Estos animales suele dotados, ademas, de velocidad, fuerza y astucia extraordinarias. Al mismo tiempo, como sefiala Wogan-Browne (2001: 95; 2005: 902), esta aparicién remite a los ciervos presentes en diversas leyendas de fun- dacién de monasterios, en las que distintos animales, segiin el caso, ofician de guias movides por la voluntad divina; dentro del corpus hagiogrifico anglonormando, (Laurent [ed.], 2008, wv. 1508 y ss.) ase, por ejemplo, La vie de Saint Gilles 6 cidad alld afuera, a la vista de los bracos y los sabuesos que estaban alli reunidos comiendo, como si no temiese nada a los perros. ¥ todos los bracos enlazados de dos en dos, y los sabuesos entremezclados, y los otros perros pequeiios y grandes le fueron en zaga a gran velocidad. Quienes entonces pudieron contar con un caballo par- tieron detras, y los que no tenfan un caballo listo fueron apie. Cuando el rey oyé esto, dijo: Te dormido demasiado. ;Aqu , mi caballo, enseguida! Yl no se demoré nada; por el contrario, manda mon- tar a todos y que a él mismo lo apresten. Después monté de inmediato y va rapidamente a la zaga del ciervo. EI ciervo se aleja a toda prisa; el rey lo sigue con los barones. Corren los perros a gran velocidad hasta que el ciervo llega a un brazo de mar profundo, por donde ningtin hombre solia cruzar porque el agua era honda y rapida. El ciervo se adentré de inmediato en el vado. Los lugarefios aman a ese brazo de mar Cattewade"*, En el agua, el ciervo nada contra la corriente; los perros estén muy turbados, ladran y hacen mucho alboroto. Lo persiguen a nado. El rey esta muy turbado, muy deseoso de capturar al ciervo, porque nunca vio, jamés, ciervo ni cierva de su blancura. Atraviesa la playa fustigando, cas- tiga a su caballo con las espuelas. Sin importarle cémo cabalga, se adentra en el brazo de mar profundo. Rapido y profundo era el vado. Nunca antes habia sido cruzado ° Cattawade, en Suffolk. Se encuentra en el brazo del ri que marcaba el limite entre los antiguos r Oriental. Su nombre significa «wado del gato». Stour 108 de Essex y Anglia 7 apie. El fue el primero n terminado de por ningiin hombre nia caballo n en intentarlo, Cuando los perros ya habia cruzarlo, el rey se encontraba todavia en lo profundo del vado; pero el caballo era fuerte y bueno, y alcanza por si solo la otra orilla. EI ciervo entra rapido en un camino y los perros corren, sus vientres rozando el suelo, y el rey viene detrés espoleando mientras azuza con vivacidad a sus perros. Pero el ciervo nunca se detuvo hasta llegar a Donewiz"; alli se sumergié en el mar. El rey se esfuerza por apu- rarse, pero no pudo llegar a tiempo; de ninguna forma logré divisar al ciervo. No entiende cémo se marché, pues se desvanecié de sus ojos. Los perros estaban completa- mente desconcertados, miraban para un lado y para el otro. Ahora que piense en otro ciervo el rey, porque a este no lo vera nunca més. Mientras el rey se demora y persigue con sus perros al ciervo, santa Osith no ha olvidado cudnto temor habia sentido. Por el contrario, dice que ya no retrasaré aque- llo que tiempo atras habia decidido. Sin importar cémo pueda resolverse el pleito, a nuestro Sefior Dios querra entregarse. Entonces la sierva de Dios, en total secreto, lama a san Ecca y san Bedewin y, con la cabeza inclinada, asi les dic —Seiiores, escuchadme ahora aqui. Por el amor de Dios, merced os suplico, pensad en darme consejo: no quisiera ya permanecer en el mundo ni seguir sufriendo su gran pesadumbre en estos vestidos que ahora llevo. Hoy, Dunwich. Se trata de un poblado situado en Ia costa de Suffolk, que en tiempos medievales contaba con un puerto y varias iglesias. na Quiero que me deis el velo, no me lo aplacéis por nada. Lo tengo listo aqui conmigo, quiero tomarlo en buena fe. Ellos responden: —Seiiora, merced, no osamos hacer tal cosa porque estdis unida a sefior. Sin importar cudnto sea el amor entre nosotros, no osamos consentir la mudanza de la condicién de vuestros vestidos. Pero, por favor, sefiora, tened paciencia, ya llegaré el momento. No osamos atin acometer semejante tarea; es conveniente esperar hasta mas adelante santa Osith mucho ruega, por el amor de Dios, a los sacerdotes, que hagan lo que les ha dicho, pero ellos se negaron por completo. ¥, cuando la dama comprende que no quieren hacer nada, dijo: —Seiiores, siendo asi, que Dios, en su misericordia, piense en mi. Entonces alz6 la mano y extrajo el velo de su seno y va a ofrecerlo sobre el altar. Luego toma el velo con la mano y lo colocé y ajusté y cifié sobre su cabeza, y dijo: —Nuestro Seiior Dios todopoderoso, cuerpo y alma aqui os encomiendo, Guardadme, por vuestro nombre, pues no tengo otro resguardo, Santa Osith realiz6 este acto, por el que colocé el velo sobre su cabeza. El rey regresa en ese momento de cazar, sin haber tenido ningtin éxito. Desmonta frente a la puerta de la sala enojado y leno de ira, pues, bien lo sabéis, es usual que los hombres poderosos se enfa- den mucho cuando fallan en capturar su presa, y exacta- mente asi se comporté el rey. Fue directo a Ia camara y mand6 a llamar de inmediato a la reina. Y ella viene en su velo negro. Al rey se le erizaron todos los pelos. Por poco se le fue el alma del cuerpo, tanto se consterné, tanto se n rr espant6. Y, cuando contempla la cogulla oscura, casi se le quiebra el corazén del terror. Recuerda el ciervo que tanto persigui6, piensa que el diablo asi lo ha engafiado. Pero, cuando observa a la reina, no tarda en injuriarla: comienza a insultarla duramente con palabras ya repren- derla. Enfadado y furioso en desmesura, mucho le dijo, mucho le perjuré y le aseguré a través de juramentos y amenazas que toda su astucia no le seria de ningiin provecho y que no podria burlarlo asi. Pero ella le dijo que se esfuerza en vano, que su accién no seria deshe- cha por ningin hombre: desde el momento en que se habia entregado a Dios, ya no podria serle arrebatada. Antes preferiria sufrir la muerte que abandonar jamés el habito, Con desmesura se lamenta el rey, dia y noche. Deja de beber y de comer como acostumbraba a hacer antaiio. Ningiin hombre puede hablarle o siquicra entrar en la cémara. Cuando se hubo lamentado tanto que pudo aliviarse, por fin reflexion que de nada valia su dolor. Cuando vio que no podia ser disuadida, le concedié a santa Osith que permaneciese asi, en ese habito que ella habia elegido. Si él hubiera visto que podia ser de otra lc habria otorgado su permiso manera, nuni —Seiiora —dijo—, puesto que es asi, que no puedo quitaros el velo, lo que me pesa, que en adelante, contra mi grado, sea vuestra voluntad. Ya que habéis acometido esto, de aqui en mas, a mi juicio, no hay nada que hacer al respecto. Pero a esta religion corresponde que yo le otor- gue mi don: 0s doy, entonces, la ciudad de Chich, y Kene- lovedene también, y tendréis asimismo Hodefeld”. Dispo- © Chich era un pequeiio poblado situado en la desembocadura 3 ned de ellas a vuestra voluntad, pues las haré aprovisionar bien para vos. Y, ademés, deseo daros de cada conde y de cada bar6n la segunda hija sin excepci6n, tantas como hay en mi reino. ¥ luego recibirdn el velo junto a vos, segin vuestra voluntad, y serdin entregadas a la religion. Tal como lo dijo, lo hizo. Y santa Osith parte enseguida a preparar su casa, donde debe permanecer para servir a Dios. Répido manda aprestar todo aquello que corres- ponde a los oficios. Las doncellas son convocadas y muy prontamente veladas para Dios; permanecieron junto a santa Osith y, abandonado por completo el honor del mundo, sirven a Dios con devocién y viven alli muy san- tamente. Después de un largo tiempo ocurrié asi, como a menudo habéis ofdo, que los paganos enemigos de Dios vinieron entonces a esta tierra directo desde Dinamarca, Son gente odiosa de costumbres aborrecibles, que vinieron para huir de Ia justicia y para destruir a todos los cristianos, Los dos tiranos que los conducfan se Hamaban Ynguar y Ubba”. del estuario de Colne, en Essex. Fue renombrado St Osyth en honor ala santa que, de acuerdo con la leyenda, fundé alli un convento de ‘monjas. En el siglo Xt! se convirtié en asiento de uno de los prioratos agustinianos mas importantes de Inglaterra y el culto de la virgen mar tirizada se extendié (Bethell, 1970b). En cuanto la identificacién de las otras dos localidades, Bethell sugiere Kelvedon o Kelvedon Hatch, cen Essex, para la primera, y més inciertamente Hatfield Broad Oak © Hatfield Peverel para la segunda. Sin embargo, sefiala, a la iglesia de Santa Osith nunca tuvo bajo su dominio ninguno de estos lugares (1970a: 87.88), Esta invasin de las costas de Inglaterra por una gran armada “4 Ayanzan destruyendo a los cristianos y asediando castillos y ciudades; no aceptan de los cristianos otro rescate que ‘sus cabezas. Estos dos tiranos, cierto es, decapitaron a san Edmundo®, Y luego comienzan a recorrer la costa del mary en todas partes entran en las ciudades y masacran a Ja gente sin vacilar, incendian numerosas iglesias, matan, a los sacerdotes con sus propias manos, roban a la gente, se lanzan al asalto donde sea que encuentren abadias, con sus propias manos les prenden fuego, masacran a monjes y monjas. Donde van, bien debéis saberlo, no dejan nada sin destruir, y luego suben a sus naves. Recorren este mar sin cesar. Tanto navegaron, tanto singlaron, que arribaron, danesa y la referencia al asesinato del rey Edmundo en 869 son regis tradas en la Anglo-Saxon Chronicle, compilada poco antes de 890. Desdle la Passio sancti Eadmundi de Abo de Fleury (ca. 985), el relato hagio- grifico més temprane sobre cl rey marti, los Tideres de esta expe dicién vikinga se identifican como Ynguar y Ubba, quienes, en un desarrollo posterior de la leyenda, son presentados como hijos del célebre rey Ragnar Lodbrok ; © Edmundo fue rey de Anglia Oriental entre ca 855 y 869. Murid ‘martirizado por los daneses en noviembre de 868, De acuerdo con la leyenda, los paganos ataron a Fdmundo a un arbol, lo asesinaron a fle- cchazos, luego lo decapitaron y arrojaron su cabeza al bosque. Cuando la cabera, gritando «Aqui, aqui, aqui», atrajo ‘alos hombres del rey méctir hasta el lugar donde se encontraba, guar los daneses se retiraro1 dada por un lobo. El culto de san Edmundo se expandié con gran rapidez después de su muerte, v Ia abadia de Bury St Edmunds, que, desde su fundacién en el siglo X, albergé sus restos, se convirtié en un importante centro de peregrinacién y alcanz6 una enorme relevancia politica y econémica, sobre todo después de la conquista normanda en 1066, a las proximidades de Chich. Entonces saltaron a la playa ysalieron a explorar la regién en busca de gente cristiana, a quienes detestan muy cruelmente en sus corazones. Aquel dia, como era su costumbre, santa Osith habia ido hasta una fuente secreta levando con ella a cuatro muchachas, Habian ido para bafiarse y los paganos las encontraron. No se demoraron mucho, sino que las deca- pitan a todas: a santa Osith, a quien encontraron alli, y a las otras junto a ella. Pero santa Osith toma de inmediato su cabeza entre las manos como si no hubiese sufride ningtin dafio, y camina hasta llegar al monasterio, La fuente de donde habia partido se encuentra a mas de dos estadios* de distancia, por camino derecho o por sendero, de este monasterio adonde santa Osith lev6 su cabeza. Ingres6 luego por la puerta de la iglesia; la ensan- grent6 con sus manos, entre las que habia cargado su cabeza. El signo que dejé era grande y claro, y ha perma- necido visible por mucho tiempo. Y ha habido también en nuestro tiempo mucha gente que vio la pucrta ensan- grentada, por quienes sabemos Ia verdad. Santa Osith no se detuvo ni por un momento hasta que llegé directo al altar y alli hizo de su cabeza una ofrenda a nuestro Seftor Dios omnipotente. Se encomendé por completo a él, por Cuyo amor fue decapitada. ¥ luego regresa despacio y se detiene entre los pilares, en el presbiterio de la iglesia, y alza las manos hacia nuestro Sefior Dios su creador, por quien sufrié la muerte y el dolor, gira hacia el oriente y rinde su alma a Dios. * Unidad de longitud del sistema anglosajén que equivale aproxi- madamente a 200 metros. Sefiores, ya habéis ofdo aqui suficiente sobre la vida de santa Osith, cémo por Dios abandoné el mundo y las riquezas que aqui existen para hallar el gozo perdura- ble que permanecer por siempre. Lo hallé al fin. Sabed que no tenemos ninguna duda al respecto, pues Dios, el rey supremo, lo mostr6 abiertamente a wavés de milagros nobles y grandes que por ella hizo manifiestos. Dema- siado seria relatarlos todos, pero deseamos ensefiaros una comprender que debemos parte por la que bien pod: servir a nuestro Seftor Dios. Quien lo sirva con lealtad no se ird de aqui sin galardén. Y, como en verdad hemos oido, en una ocasién ocurrié asi: se desat6 en el mar una gran tempestad que lo hizo hincharse horriblemente, arrojar olas y volcar rompien- tes amenazantes, horribles y profundas. Quienes estaban alli, 0s lo juro, no se encontraban para nada a salvo. En el punto dlgido de la tempestad que tan gran disturbio causaba en el mar, las naves extranjeras fueron arrastradas y castigadas por la tormenta, en un momento abajo, en 1 otro arriba, hasta que legaron por fin a este puerto, el mas pr6ximo a Santa Osith*, Los marineros anclaron all, Dajaron las velas y las recogieron. En ese lugar se dispo- nen, como ¢s la costumbre, a esperar un clima mas sereno. Permanecen largo tiempo en el puerto, ala espera de un viento propicio, y en ocasiones van tierra adentro para buscar vituallas y provisiones. Regresan a menudo a Santa Osith, para atender las plegarias junto con otra gente. En el manuscrito no se distingue con maytisculas ni de ninguna, otra manera entre el nombre de Ia santa y el de su iglesia, con Jo cual Ja identificacidn entre una y otra es bien patente. n Un dia, tal como estaban acostumbrados, se dirigieron alli los marineros, hombres jovenes y alegres, y van a orar a la iglesia. Después de haber estado un rato en el lugar y de haberlo recorrido de arriba abajo, uno de ellos, mien- tras caminaba, encuentra en el piso un trozo de marmol. ‘Tenia casi dos palmos de largo y uno de ancho. Y el mari- nero lo toma de prisa, lo sustrae furtivamente y comienza a reflexionar que quiere Hevarlo a su pais, y piensa que deberia donarlo ala iglesia de aquel lugar. Se lleva el mai moly va derecho a la costa; entra enseguida en su nave sin mostrarle el marmol a nadie. No dijo palabra a ninguno de sus compaiieros, pues no le dio importancia, como bien se vera luego. He aqui que entonces sopl6 un viento favorable y pro- picio. Los marineros alzan su mastil y tensan las cuerdas y disponen el cabrestante y luego izan la vela, levan ancla y se van. Ahora podréis ofr sobre aquella nave a la que el mérmol habia sido Hevado: mientras los de las otras naves se aparejaban yatendian sus asumtos y se preparaban aqui Yalki, estos hactan otro tanto. Pero cuando hubieron ase- gurado firmemente el méstil, levado el ancla e izado la vela, y los otros zarpan a lo ancho del mar, como quien iene viento favorable, esta nave no parecia estar en el agua en absoluto. Ni por fuerza ni por destreza pudieron moverla del ugar. Los marineros alzan sus manos, cada uno de ellos se persigna varias veces y se dicen unos a otros: —éHabéis visto? {Una maravilla tal nunca antes ocu- rri6! -Acaso no tenemos nosotros viento favorable como aquellos otros que van adelante, el timén bien afirmado, los rizos soltados, el ancla levada, el méstil alzado, la vela tendida? :A qué se debe que nuestra nave no zarpe? 78 Lucgo ordenan a la tripulacién que se dirijan todos a los remos de ambos lados para comprobar si de algo les vale remar. A pesar de que les estaba costando mucho salir del puerto, los jévenes valerosos y Agiles ponen todo su empeiio y cada uno de ellos colabora batiendo los remos con vigor. Pero la nave no parecia sino una casa empujada por una viga, Bien la pudieron conducir hacia atrés, pero hacia adelante, de ninguna manera; se pone de costado y al través, como un caballo indémito. Cuando ven que de nada sirve ni singlar ni remar, hablan seriamente como quien se encuentra muy afligido. —Seitores —dijo uno de ellos—, escuchad esto. Esta- mos perdidos y vemos con plena evidencia que la ira de Dios se abate sobre nosotros. Por nuestros pecados, bien, lo sabemos, padecemos esta dificultad en el mar. Implo- remos merced, queridos compaiieros, por el Dios verda- deroy por sus nombres, para que el que se sepa culpable, agobiado por el pecado del diablo, pueda confesarse y Tuego tomar penitencia, de manera que Dios se apiade de la falta que ha cometido. Por Dios, sefiores, quien- quiera que sea, que lo admita aqui y ahora, para que por uno solo y su pecado no peligremos todos, porque, si ese no se enmienda, permaneceremos aqui para siempre. Después de conversarlo largamente y de que cada uno pensara para sf en sus faltas y en sus pecados, entonces se puso de pie el que habia tomado el marmol, —Seitores —dijo—, por la merced de Dios, de mi quiero hablar primero. Mi falta no quiero ocultar, si falta debe ser Iamada. Es poca cosa lo que recordé en mi corazén, pero de todas formas os lo diré enseguida. Habia ido a Santa Osith con otros compaieros; en su iglesia, donde entré, encontré un mérmol pequeiio y por ventura me lo llevé, 79 Lo hice en broma y por diversién. Aqui lo traje, aqui lo 10 quiero ocultar lo que hice. Ahora os he confesado la verdad, queridos compafieros. De cierto os lo digo: si en €s0 0s he faltado, quisiera hacer todo lo que aconse Después de ofrlo, hicieron gran alboroto. A una voz gritan todos: —Damos gracias a nuestro Seftor Dios que al menos hemos averiguado esto. Ahora no hay mas que regresar, llevar con nosotros el mérmol, ir derecho a Santa Osith e implorar merced a Dios y a ella. Devolvamos el marmol a su iglesia. Debemos rogar alli a Dios que nos perdone este pecado para que ya no seamos hostigados, como lo fuimos hasta ahora, pues hemos permanecido demasiado aqui. Asi como dijeron, lo hicieron. Salieron de la nave y se marcharon; fueron derecho a Santa Osith. Cuando ingre- saron en la iglesia, sabed que en ningiin momento se dew vieron hasta llegar directo al altar, Alli, hincados de rodillas, imploran merced por su pecado. Alli ofrendaron y depo- sitaron el marmol y suplicaron muchas veces a nuestro Seflor Dios y a santa Osith, su querida amiga, ya no estar bajo semejante constricci6n ni seguir siendo hostigados ni maltratados en el puerto, donde tanto se han demorado. Conjuntamente juraron que cada uno, mientras viviera, mandaria a llevar hasta Santa Osith sus ofrendas y las haria presentar alli, para que nuestro Sefior Dios omnipotente les concediese partir a salvo. A las personas que encontra- ron en el lugar les contaron lo que les habia sucedido. Se despiden, se marchan y luego abordan su nave. Izan la vela toda prisa; en cuanto fue batida por el viento, la nave par 6 tan rauda como una paloma ante un halc6n. Dios realiz6 alli un gran prodigio y un milagro muy manifiesto, pues se van por el mar y consiguen navegar. 80 Las otras naves hace tiempo habian zarpado y se habian adentrado lejos en el océano; ellos, que iban tan atris —no sé cémo ni de qué manera, excepto que Dios, en su majestad, asi lo quiso—, ya han pasado a sus compa- eros. Viajan y navegan con tanta velocidad que arriban antes al puerto y adelantan tanto a los otros como antes Jos seguian detras. No hay nadie, sabedlo, que haya oido ‘cémo naveg6 la nave y no se maravillara mucho. Después de indagar y averiguar y escuchar la verdad, dan gracias a Dios, el creador, y a santa Osith la gloriosa, madrtir y virgen preciosa, por quien Dios realizé un milagro tan grande, que fue visto abiertamente. A continuacidn, oiréis otro milagro de santa Osith, si escuchais con atencién. Habja una mujer lisiada en las proximidades de Hereford", junto a Gales, que era inca- paz de moverse sin ayuda. No podia servirse de sus extre- midades ni para incorporarse ni para acostarse. Estaba siempre sufriendo gran afliccién y gran malestar a causa de sus extremidades. Viajé mucho por Inglaterra, para suplicar con sus oraciones a los santos en todos Los sitios donde habfa ofdo que nuestro Seftor Dios hacia milagros. No habia logrado ser escuchada todavia, porque nues- tro Seftor Dios no lo habia querido asi. Cuando ya habii andado tanto, por todos lados, que sus amigos estaban © Ciudad en Herefordshite, situada a la ribera del rio Wye y apro- simadamente 26 kilémetros al este de la actual frontera con Gales. Desde la segunda mitad del siglo Vil es sede del obispo de Hereford. Su catedral alberga el famoso mapamundi de Hereford, trazado siguiendo la estructura de Ten O y datado hacia 1300. La ciudad fun cionaba asimismo como importante centro comercial al muy cansados de transportarla y, al cabo, muy agobia- dos, no sabia més a qué otro santo o santa en Inglaterra a quien no la hubiesen Ievado antes podia suplicarle, excepto a san Edmundo, el buen mértir. La desgraciada estaba muy afligida y muy deseosa de curarse. Tanto rog6, tanto suplicd, que sus parientes y sus amigos le concedie- ron, con pesar, llevarla a San Edmundo®. Su hermana, en particular, que mucho la amaba y tanto la habia levado por el pais, al final ahora también emprende esta labor por ella, La preparé lo mejor que pudo y parten derecho hacia San Edmundo. Viajaron tanto en pequefias jornadas, como estaban acostumbrados, que a pesar de todo al fin llegaron la ante- vispera del Dia de San Miguel” y llevaron con gran difi- cultad a la lisiada hasta la iglesia, para que allivelara. Pero cuando ingresa, en el medio de las visperas®, el sacristin la hace expulsar y le aseguré con firmeza que por ninguna raz6n estaba dispuesto a tolerar que ella pasara la noche ® La abadia de Bury St Edmunds, en Suffolk, funcionaba como. un importante centro de peregrinacién por haber sido enterrados alli los restos de san Edmundo, rey y mirtir (ver nota 22) * Entre todos los angeles, el arcéngel Miguel fue el mas impor- tante y venerado en la Edad Media (Keck, 1998). Se lo considera cl principe del ejército celeste y el vencedor del demonio, a quien derrots bajo la forma del dragén; como atributo, sostiene la balanza cen la que se pesan las almas. Goz6 de un culto muy extendido, en Particular entre 950 y 1050, que siguié siendo popular en los siglos posteriores. Para el siglo xu, su fiesta haba sido establecida el 29 de septiembre y era celebrada a lo ancho de la cristiandad. ® Las visperas es el oficio divino vespertino, que solia cantarse hacia el atardecer. 82 en la iglesia, ni para orar ni para velar. La hizo expulsar de inmediato y ella se lamenta por eso enormemente. Guando fue retirada de la iglesia, les dijo a aquellos que la habjan cargado: —Por el amor de Dios, os suplico piedad. No me llevéis lejos de aqui. Ponedme afuera de esta puerta, Dejadme en este lugar; no os pido otra cosa. Y ellos hicieron exactamente esto y se fueron luego a su posada. La lisiada permanecié alli toda la noche, lamentin- dose mucho, Ruega a nuestro Seftor Dios, y también a san Edmundo, que pueda ser curada del mal que tan fuerte- mente la oprime. Rez6 a Dios lo mejor que pudo. Vel alli toda la noche, arrimada a la puerta. Justo cuando esta por amanecer, la desgraciada, que tanto habia suplicado, se adormece por un rato. Afuera de la puerta, donde ella estaba recostada, se le aparecié un hombre de blanco. —iEal —dijo él—. :Quién eres ui que me invocas asi toda la noche? :Qué pedis?

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