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DUENDES Los duendes 0 gnomos, protagonistas de muchas leyendas espafiolas- y suramericanas, aparecen con aspecto gracioso y prefieren hacer sus - hazaiias anparéndose en 1a invisibilidad. Son aficionados a 1a misica,- al canto y al baile. Si se les hace daiio se vuelven vengativos. Se les considera seres benévolos que ayudan a los hombres buenos; enemigos de los viciosos y delincuentes o de los que maltratan a la naturaleza; no Soportan que nadie haga dafio al medio ambiente, por eso odian a los -- que talan, queman y matan los animales. Son seres atemporales e inter- Gimensionales. Algunos tienen a su cargo la custodia de tesoros, unos- viven bajo la superficie de 1a tierra en antiguas minas, otros habitan en rios, lagos, montaiias, cuevas, bosques y casas viejas. Son invisi - bles para los humanos aunque no para los nitios y animales. Por lo gene ral tienen un carécter juguetén, les encanta confundir, asustar y ason brar con sus trucos, invenciones y juegos. Cuando se hacen amigos del hombre, le otorgan regalos como oro y joyas o bien poderes psiquicos - como telepatia y clarividencia. Conocen y usan los elementos y leyes - de 1a naturaleza (25). Los duendes se presentan como seres prinarios que pueblan la natu raleza, hacen travesuras a los honbres o les advierten de peligros: - véase El Viejito de la Cascada (L.7. p. 38). Como creencia popular los duendes son muy antiguos, se aparecen - con trajes vistosos y en nuestro Estado tienen muchas variantes. Persi guen a las muchachas casaderas dia y noche hasta que las desesperan y enferman: 61 Duende de Pericos (L.T. p. 17); se cree que se Levan a - los nifios, llegan en forma de remolino cuando un nifio est& jugando so- lo: E1 Llanto de Gallardin (L.7. p. 52); algunos presentan defectos £4 (25) Carlos Canales y Jess Callejo. "Habitates de la Espaiia Magica". En: Alo Cero. Madrid (1993: 18-24) 265 ices © salen para asustar a los nifios desobedientes: Pasitos al Revés (26) y EL Cojito de Delicias (L.T. p.128). Se alejan con agua y palma- bendita. En las estribaciones de la Sierra de Coro, existian indios enanos Alamados ayamenes, La leyenda ubica en esa zona a los haitones; se di- ce que alli existen cuevas Llamadas encantos y son 1a morada de los -- duendes, aseverandose que el hombre que entre en una de esas cuevas no regresa. Los duendes trenzan las colas y las crines de los caballos duran- te la noche, a veces las aprietan tanto que es muy dificil deshacerlas. Cuando se oye relinchar un caballo en 1a noche nadie sale porque al ~~ duende no le gusta que lo interrunpan. (27). Entre los aborigenes se mencionan a seres pequetios como en 1a et- nia de los guarainos, los Daun Arao (28), geniecillos infantiles a cu- ya custodia est4 la flora y la fauna. Son invisibles y muy numerosos,- despiertan a las fieras, abren los botones, tiran las hojas secas de - las plantas y son enemigos de las abejas porque les quitan el néctar - de las flores, su alimento preferido. Entre los indigenas de las altas montafias andinas venezolanas, —- existia el mumuy 0 momo, dios menor personificado en un pequeiio idolo~ de barro o piedra, eran enanos que vivian en las montafies, cuevas o la (26) Lolita Robles de Mora. Pasitos al Revés. Barquisineto (1988). (27) Luis Arturo Dominguez. Duendes y Geretones. Caracas (1987: 35) (28) Pedro Krisélogo Bastar. Tokeyo Noko, Leyendas Aborigenss Venezo - lanas. Madrid (s.£.: 47) 266 gunas, Representan las fuerzas de 1a naturaleza: la niebla, el frio, - el viento, el trveno y el rayo eran sus manifestaciones. Estos simpaticos protectores de 1a naturaleza estan presentes en os relatos orales de nuestro pueblo, tal como de inmediato se corrobo ra. 267 4.9.1 PRESAGIO Hace affos en San Cristébal me sucedié algo muy singular... Una noche me desperté al sentir que me llamaban, y al abrir los- ojos vi la habitacién iluminada por una tenue luz azul, pens& que esta ba amaneciendo, pero no era asi, en el reloj del conedor sonaron tres- campanadas, pero "zpor qué mi cuarto estaba azul, Miré en torno a mi cama y vi a varios hombrecitos vestidos de verde que me sonreian, 1ue- go se agarraron de 1as manos y bailarcn mientras otros dos tocaban unas minésculas guitarras. Quise gritar y de mi garganta s6lo salieron sonidos guturales. Ellos dejaron el baile y se acercaron de nuevo a mi cama, entonces me di cuenta que se reien de mis pies. Hablaban con voz chillona, pero yo no entendia 1o que querian decirme. Los detallé: to. dos parecian viejitos, sus caras eran granuloses y con barba blanca. Siguieron jugando, esta vez subian y bajaban por las cortinas, - por las paredes, el techo y 1a lampara, hacian piruetas y se refan, asi estuvieron mucho tiempo. Queria levantarne y avisar a mis hermanos de lo que estaba suce - diendo, pero parecia estar anarrada a la cama, no podia moverne. Inten té de nuevo pedir auxilio pero no me salian las palabras, entonces me asusté y uno de los honbrecitos, que parecia ser el jefe, me hizo se - fias de que me tranquilizara, luego me sonrié. Intentaba comunicarme al go que no entendi, senti miedo, como si algo fatal fuera a suceder... Amanecia y 1a luz azul se fue tornardo blanquecina. Los dvendes - me hicieron una reverencia y uno a uno fue subiendo por 1a cortina has ta llegar al techo y desaparecer. Mucho rato estuve pensando en lo ocurrido, recordé que dias atrés a mi hermano Javier le habia ocurrido algo similar y al cont&rmelo - 268 creia qu habia sido una pesadilla, posiblemente fue tan real como és- to. Me pregunté: "{Qué pasar4? fn aque monento no supe conprender el mensaje, pero meses después la pérdida de un ser querido me hizo recor dar a los duendes... 269 4.9.2 NISBULONES (+) Los cinco muchachss habian salido de sus cesas al amanecer y cami naban montaiia arriba por un estrecho camino. Ana, la mayor, iba delan- te y atrés Calixto y Evaristo, un poco rezagadas Julia y Tinita, Lleva ban mochilas y costalitos para recoger lama y guinchos. £1 frio era in tenso, aunque poco a poco €1 sol iba celentando 1as cumbres. Después - de varias horas se detwieron a descansar cerca de unos &rboles. Calix to observé unas huellas que Llanaron su atencién. ~ eSeran de oso? = Posiblemente sean de 080 frontino, debemos andar con cuidado y no se Pararnos ni un monento - dijo Ana muy seria, . Siguieron el camino entre Arboles y matorrales hasta llegar a una laguna 1lanada Las Palmas. Ana vio a un pequeiio hombrecito sentada en una piedre que los miraba, pero no dijo nada a los muchachos para no- asusterlos, quizSs ellos no lo vieran. Se sentaron a comer y luego recogerian lama de piedras y Srboles, pues por el Frio y la hunedad era aterciopelada y abundante. Las mucha chas Menaron sus mochilas y daban gritos de admiracién cada vez que - conseguian plantas extrafias y pequetios guinchos. Ana asustada les de- cia que no gritaran. Mientras tanto los muchachos Llenaron sus sombreros de piedritas- y cada uno se fue a un extreno de 1a laguna. Calixto le zumbaba piedri tas a Evaristo, exclamaban: ni te vat () Niebla espesa. 270 Bvaristo se agachaba unas veces y 1a piedra caia més adelante, - otras caian a la laguna. Ana alarmada les dijo: = jDejen de tirar piedras y de gritar, aqui no se puede hacer ruido! Les nifias preguntaron: = ePor qué? = Porque baja la niebla. Los muchachos miraron el cielo azul y el sol brillante, en sus - rostros se dibujé una sonrisa incrédula, pero como conocian el caréc - ter de Ana dejaron el juego y terminaron de llenar sus costalites. Po- co después el cielo se cubrié de nubes y una densa niebla lo cubrié to do. No se veia ni 1a laguna ni los Srboles, apenas se podian ver. Ana~ habia visto la cara de disgusto del honbrecito y como éste levantaba - Las manos hacia €1 cielo. Los Llamé con energia: Calixto, Julia, Evaristo, Tinita! Amfrrense 1as mochilas y costales al hombro y agirrense todos de 1a mano, el que se suelte se perier’. Muchas horas estwieron caminando entre la neblina y como no sa - Dian por dénde iban llegaban siempre al mismo sitio, Julia deci: = No veo nada, y gsi nos sale e1 080? = jCAllese, miedosa! 1s dijo Calixto. Se habia hecho de noche y 1a niebla como wa innensa pared les ta paba el camino de regreso. Gritaron pidiendo auxilio, las nifias llora- ron, Ana suplicaba: an = Nifio Jes@s, te ofrezco una Llavecita de oro si logramos abrir el ca~ mino hacia casa. Pasaron las horas y los cinco muchachos seguian caminando en la - niebla sin saber a dénde iban. Estaban empapados, cansados y con han — bre. Caminaban agarrados de 1a mano y rezaban sin cesar; sin runbo si guieron durante mucho tiempo, Mientras tanto la familia de los muchachos se reunieron y dividie ron en grupos para buscarlos. Iban en mulas y llevaban hachones encen- didos, todos subian en direccién al Paramo La Colorada. Ya en la cun - bre los llanaron, ellos, contestaron a grito: = jAqui estamos, vengan a buscamos! Después de mucho rato lograron ubicarlos y fue tanta 1a enocién - de los muchachos que lloraban y reian. Los subieron a 1as mulas y feli ces regresaron a1 Fical. Ana sabia que la niebla habia sido obra del duende que cuida 1a laguna, no le gusta que hagan ruido ni tiren pie- dras, tampoco que dafien o arranquen as plantas del pSrano. 272 4.9.3 BL GARABATO DEL CHICARO Don José estaba desesperado porque desde hacia varias semanas no los dejaban dormir en paz, pues cont inuarente caia sobre el techo de- zinc infinidad de piedras y no se explicaba de donde venian, pues no - habia casas cerce de alli y cuando revisaba no veia a nalie, slo cien tos de piedrites blances de 1a quebrad: La familia estaba fornada por don José, su esposa doa Rosa y tres muchachas, Isabelita la menor era la mis hermosa. Isabelita en varias oportunidades habia visto dentro y fuera de - 1a casa a un hombrecito que le sonrefa. No dijo nada esperando que los denés hicieran comentarios, pero s6lo ella lo vea. Comenzé a preocu - parse pues dormia con una fuerte presién en el pecho. Una noche se des perté y con la claridad de la luna vio al honbrecito acurrucado dur ~ miendo sobre su pecho. Sin moverse para no despertarlo lo detallé: pe, quefio, con rostro de nifio, orejas puntiagudas y traje brillante de co- lor verde, en 1a mano apretaba un gorrito. Al ananecer el honbrecito - se desperez6, se puso el gorro y salié de puntillas. Isabelita fue 2 1a cocina y esperé que sus padres se levantaran, les pidié 1a bendicién y mientras tomaban café, les conté lo que habia visto, su padre comenté: = Debi inaginSrmelo. - Se quedé pensativo y al ver 10s ojos interrogan tes de Isabelita y de su esposa prosiguié: - Nos mderenos. Dias después don José habia vendido el rancho y comprado otro en las afueras de Lobatera, al otro lado del pueblo. Una maiiana, apenas salié el duende, Isabelita llamé a sus padres— y todos recogieron rpidanente los enseres de 1a casa y salieron hacia 273 el nuevo hogar. Dofia Carmen no recordaba si habia recogido el garabato de las chicaras (*) y pregunté: = (Quign Lleva el garabato? Una vocecita dijo: = jAqui va, aqui va! Todos se miraron y no supieron de dénde procedia aquella voz des- conocida. Liegaron a 1a casa, ordenaron todas las cosas y cuando fueron a- la cocina vieron en la pared colgado el garabato y les chicaras en or- den. (+) totuna pequefia utilizada para tomar el café o aguamiel. Se le 1la- ma también "chicaro”. 274 4.9.4 BL DUENDS DE LA LAGUNA Los dos amigos hablaban con el pulpero y detuvieron sa conversa - cién para observar a un anciano pequeilito que compraba tabaco y chimG, al retirarse é1 preguntaron: = eQuién es, don Alvaro? = No estoy muy seguro, pero me parece que es el duende que habita en - la laguna La Sstiloza que esta en la ladera de 1a montafia que sirve de Limite con el Municipio Libertad. ~ Conozco la laguna, est& rodeada de plantas acuSticas, especialmente- de eneas, pero, gha dicho un duende?, ~ SA, eso dice 1a gente, a veces han discutido los habitantes del case rio Tres Esquinas con los de La Laja, 1a laguna surte de agua a esos - caserios, el duende se disgusta y surge una tremenda tempestad de true nos, rel&mpagos, viento y lluvia, dias después se seca la laguna, por- eso el campesino le lleva como ofranda ching y tabaco, para que esté - contento el duende y 1a zona tenga agua abundante. Don Pedro que habia permanecido callado afirmé: = Es cierto 1o del duende, Ademds toma forma de nifio, pero siempre pt queflito. Hace aiios estaba talando unos Arboles en la ladera de 1a mon- tafia, cuando surgié una luvia espesa que me hizo perder el camino y- Llegus a mi casa sin la madera, empspado y cansado de caminar, pues es, tuve muchas horas dando vueltas sin encontrar ¢1 camino de regreso a casa. A mi vecino y compadre le ocurrié algo parecido un dia que esta- ba quemando un potrero lejos de la casa. Entre ¢1 huno y la niebla se perdid, cuando regres6 a su casz era de noche. Tanto mi compadre como- yo, todos los meses le llevanos al duende de 1a laguna nuestros rega - los de miche, chima y tabaco. £1 cuida el agua de lagunas y rios, de - 275 los Srboles y de los animales, merece nuestro respeto. Los tres amigos vieron desde 1a puerta como se alejaba montafia - arriba el pequelio anciano de cara bondadosa. 276 4.9.5 LA PLACITA DEL DUENDE. Cuentan los vecinos de Santa Rita de Miraflores que una tarde del mes de abril de 1934, cuando los campesinos estaban terminando sus la~ bores, se oscurecié el cielo y comenz6 a soplar aire frio. Todos se - dispusieron a regresar a sus casas. Dofia Celina y su nieta mayor se - asustaron mucho al pensar que Merceditas se habria despertado y senti- ria miedo al estar sola en la casa. ~ Corramos, abuel2, 12 nifia debe estar 1laménionos - dijo. Corrieron hacia 1a casa y 1a encontraron abierta, Llamaron a Mer- ceditas y no contesté, La nifia lloraba: ~ Mi pobre bermanita, idénde estara? si s6lo tiene dos aiios. La abuela Llorando trataba de consolarla. La buscaron por los al- rededores y todo fue en vano. Un vecino les dijo que vieron un gran re, Molino de aire all4 en la placita. Al dia siguiente un campesino que pasaba por el camino de 1a mon- tafia oyé unos lamentos y el llanto de un niiio. De inmediato fue a comu nicarlo al duefio de 1a Pinca en donde trabajaba y ¢1, con otros obre - ros, rastrearon los alrededores junto con la atuelita y hermana de Mer ceditas, Pasé el dia y todo fue inGtil, la nia no aparecis. Al tercer dia de busqueda incesante encontraron un zapato de Mer- ceditas en una pequefia planicie rodeada de Srboles, de monento pensa - ron que podria estar cerca, pero no la hallaron. Pasé mucho tiempo y - la nila no aparecié, comentaban: = De aqui salié el remolino, seguro que se la llev6é el duende. 277 Dicen que en ese lugar, en donde encontraron el zapato de Mercedi tas, han visto la figura diminuta de un duende que se esconde entre -- los Srboles y que en determinalas épocas se escucha el llanto de un ni fio. Desde entonces 1o llamen La Placita del Duende. 278 4.9.6 EL DUENDECILLO DE SAN LORENZO La noche era cflida, los vecinos de 1a pequefia poblacién de San - Lorenzo conversaban en las puertas de sus casas. A lo lejos se escucha ba el croar de ranas y cantos de aves nocturnas. En una de las casas - una nifia ardia en Piebre, Carmencita, que asi se llamaba, entre sueiios oy6 unas leves pisadas y carca, jas en el cuarto de al lado: = jJajajajaja... jajajajaja... Garmencita se tap6 con las sdbanes y se estremecié de miedo, 1ve- go sintié que le hacian cosquillas en la planta de los pies. Relay - refa, ya no podia mis... con gran esfusrzo grit: = iNo més...! d&jame..., no tengo ganas de reir... La madre que estaba sentada en 1a acera conversando con dofia Jua- ha, entré corriendo, vio una pequefia sombra que se deslizaba detras de la puerta. Pregunté: = yQué te pasa, Carmencita? = Alguien me estaba haciendo cosquillas y yo refa y refa sin parar... ya no podia mis... ~ {Dios mio...1 Se acorcé a la nifia, le tocé la frente y revis6 el récipe, ain no era hora de darie la medicina, = Mans, jquién ne hizo cosquillas? Me parecié escuchar risas y ver 1a figura de un pequelio hombrecito. 279 = No s&, hija - mintié - duémete tranquila, no te molestars mis. Tomé un frasco de agua bendita y lo rocié por la habitacién, lue- 9, colocé debajo de 1a cama una cruz de palma bendita. Salié de nuevo a la calle y su vecina curiosa le pregunté: = uQué te pasé? = Que me asusté y mis se asusté mi hija, le estaban haciendo cosqui -~ lias en 1a planta de los pies. eQuién. 1 Duendecillo de San Lorenzo. eQué dices? = Lo que oyes, en esta poblacién hay un duendecillo travieso que se es conde detris de 1as casas y cuando los nifios estan solos y a oscuras — viene a hacerles cosquillas, s6lo lo ahuyenta el agua bendita y 1a luz. 280 4.9.7 PASITOS EN LA HIERBA E1 pequefio rio Burgua desciende de 1a montafia y cada vez se va ha ciendo mis lento su camino hacia 1a llanura. Las montafias se van suavi zando y sus aguas se trenquilizan. Pasto, Srboles frutales y matas lo- ven pasar. Gerca del rio jugaban dos nifios acompaiiados por los cantos de los pAjaros y los chillidos de los monos. Toda su atencién estaba puesta - ‘en una hilera de hormigas que llevaban pedacitos de hojas y flores pa ra su guarida. = Mira, parecen soldados en marcha. Si, vienen de muy lejos. Se oy6 un crujir de hojas y los nifios levantaron la cabeza. - jHola, Dulce!, jhola, Reinaldo! Los nitios contestaron al saludo y a su sonrisa. La nifia pregunté: GPor qué conoces nuestros nombres?, nosotros nunca te hemos visto. - Pero yo si, siempre los veo jugar, no me atrevia a acercarme, = Les traigo esto, tomen. - Alarg6 el brazo y les ofrecié dos chupetas. Eiios 1o miraron asonbrados: ten{a su misno tanafio, era blanco, ~ de ojos azules y vestia de colores vivos; tenia un solo brazo. Dulce - iba a coger la chupeta, pero se asusté y grit6: jVen...! = jManaaas.. 281 Su hermano grité también: ~ jMamasad...! La madre corrié a donde estaban los nijios. s1los 1a abrazaron llo rando. = Tenia un solo bracito... - sollozé Dulce. = Nos daba una chupeta, a mi ne dieron escalofrios... = Pero yqué pas6? Los nifios répidamente le contaron lo ocurrido, luego, siguieron - as huellas de los pasos del nifio desconocido, se perdian en el rio. = gQuién ser? - preguntaron. ~ Debe ser el Duendecillo del Burgua, me habian hablado de ¢1, pero no quise creerlo. No tengan miedo, los duendecillos son juguetones y pro- tegen la naturaleza, 282 4.10 MITOS DE ORIGEN Los mitos de origen explican los fenémenos de la naturaleza y 1a- formacién de la tierra, se refieren a cambios ocurridos en el planeta: el levantamiento de montaiias, nacimientos de rios y lagunas. Son los - mas escasos y algunos derivan de mitos indigenas. Bl nis antiguo de los mitos de origen en Venezuela es e1 de Amali vaca y ha llegado hasta nosotros por medio de 1a oralidad (cfr. anexo- 3). Las distintas interpretaciones del mismo establecen diferencias en y los textos en donde el héroe civilizador aparece en tre la orali forma ambigua, es el dios que coopera con el surgimiento del hombre y el fundador, vinculade con 1a génesis de los tamanaco. Se cree que Ama Livaca, Quetzalcéatl en México, Wiracocha en Pera y en Colombia Bochi- ca vinieron de un antiguo origen comtn constituide por deidades creado ras de pueblos de cultura media, Amalivaca creé a 10s hombres de los ~ frutos del moriche y el rio Orinoco, les enseiié los secretos de 1a na- vegacién. La primera versién escrita del mito de Amalivaca es 1a del misio- nero Jesuita Felipe Salvador Gilij (Legogne, Italia, 1791-Roma, 1789), quien vivié en las regiones del Orinoco durante los atios 1749-1767 en- ‘tre tamanacos, maipures y piaroas. A su regreso a Italia escribié el - "Ensayo de 1a Historia Americana" (1773) en el que incluye este mito - que es versi6n del original de los tamanacos, pero basdndose en su po- sicién de religioso y tiene el mérito de haberlo fijado. Los pueblos - tamanacos y caribes recurrieron a este mito para satisfacer sus razona mientos acerca de su origen. Parten de una observacién de 1a realidad- como el diluvio, que no fue igual en todas partes, sino que ocurrié en diferentes pericdos geolégicos. Blevan a niveles de representacién sim Délica a los elementos que sirven para su subsistencia diaria como la palma moriche, fuente de vida, y asignan a su semilla un papel genési co. Los dems elenentos del mito son un reflejo de aquellos que desen- pefian un rol fundamental en la historia de estas comunidades, éste, aparentemente absurdo, se convierte en creible. 284 El mito de Analivaca ha trascendido a través de 1as Spocas, tanto en 1a oralided como en 1a escritura. Se ha conservado por medio de la oralidad en 105 comunidades indigenas del Orinoco como 10 infica el -- testimonio de Paul Henley, quien en el afio de 1972 recoge entre los in formantes de la Misién Nuevas Tribus el mito de origen de los E'eps. Se han encontrado entre las pocas muestras de mitos de origen en- e1 Estado Téchira: 61 Nacimiento de Aguadia (L.7. p. 121) y La Ninfa - de Aguas Calientes (L.T. p.256); lo que demuestra como se va olvidanto nuestra tradicién oral y la necesidad de realizar un trabajo minucioso para rescatar lo poco que nos queda. Nos permitimos presentar una muestra de ellos. 285 4.10.1 LA LAGUNA DB EL MORRO Regresé después de muchos afios a la aldea £1 Hiranzo, Municipio - C&rdenas. Saluié a mis amigos de 1a infancia y luego visité a dofia Ma ria de 1a Consolaciés. Desde su casa se ve 1a Laguna 51 Morro, en cu yas orillas crecen 1a enea y 1a hierba guinea (+), utilizadas en la - elaboracién de esteras y cestos, mi aniga me pregunt = eRecuerdas cuando esta laguna era cristalina y quisieron hacer en - ella un complejo turistico? = Si, eso fue por €1 afio 1953, pero la lancha que intenté Limpiarla se hundié y sus ocupantes murieron ahogados. Lo recuerdo, dicen que tiene una maldicién. = Eso me lo conté mi abuela: A principios de 1900 en ese lugar habia - una naciente de aguas puras y cristalinas a donde iban las muchachas ~ del lugar a lavar y a contarse sus amores, también se gastaban bromas- y cantaban. Llegd a 1a comunidad un grupo de mujeres que quisieron -. aduefiarse de 1a naciente y crearon 1a discordia hasta que las lugare - fias cansadas de sus abusos, pelearon y fue tal el escdntalo que tuvie- ron que llamar al Corregidor de 1a aldea y a 1a policia. Las goraste - ras se molestaron mucho y maldijeron 1a naciente. Tiempo después la na ciente crecié hasta destordarse e inundar haciendas y casas. En ese tiempo estaba en £1 Hiranzo un grupo de misioneros, quienes celebraron 1a Santa Misa, bendijeron 1a naciente y se dirigieron a los aldeanos de esta manera: = El agua es de todos y no debe ser motivo de peleas, sino al contra - (*) 0 gamelote de agua, en Venezuela crece en las orillas de los rics- fo lagunas. 286 rio, de paz y concordia, es de 1a comunidad y debe usarse racionalmen- te. El agua se retiré dejendo plantios y cafetales, pero quedé una la guna en su lugar. Los muchachos se bailaban en ella y cuando se aleja - ban de 1a orilla, se ahogaban. Por esa razén 1a senbraron de hierba - guinea y de enea que con el tiempo se utiliz6 para elaborar cestos y - esteras. = Gracias, exclamé - he vuelto a recordar los afios de 1a nijiez cuando- nos prokibian bafiarnos en la laguna y nosotros ibamos a escondidas. 287 10.2 LA NACISNTE Dz LA VIRGEN Hace muchos afios sacudié la zona una enorme sequia. Los potreros- estaban secos y el ganado corria de un lado para otro desesperado por la sed. Las montaiias de Santa Cruz de la Victoria amarilleaban. Los - duefios de los potreros no sabian a quien acudir. Brain adquirié ua escultura de la Virgen de Lourdes, 1a llevé a la montaiia y con aywia de otros lugareiios construyeron una gruta con - piedras, luego, fervorosos se postraron a sus pies: = Virgencita, no permitas que se nos muera el ganado - decia uno. = Socérrenos un poco de lluvia, una naciente o un pozo ~ suplicé Bfrain. = No nos desampares, no tenemos a donde llevar e1 ganado a pastorear - agregaba otro. A 1a maiiana siguiente, al amanecer, volvieron a rezarle a la Vir gen y se sorprendieron gratanente al contemplar como fluian hilites de agua bajo 10s pies de 1a Virgen que se unian formando un pozo y al lle narse &ste el agua se deslizaba alegremente montafia abajo. Todos excla maron: “jMilagro. Desde ese dia 1a naciente devolvié 1a vida a 1a zona y nunca mis ‘tuvieron sequia, Alrededor se cubrié de flores y de toda la comarca - acudieron a visitar a la Virgen Milagrosa para darle las gracias y ver la naciente. Hian pasado os afios y atin sigue. Pluyendo el agua fresca y crista lina bajo los pies de la Virgen, algunos dicen que es milagrosa y cuan 288 do van a la montafia mojan su cuerpo con ella, Es tradicién subir en meria hasta la naciente y llevarle ofrendas, promesas y flores, espe - cialmente en Semana Santa. La Virgen continga bendiciéndolos con su -- agua cristalina y milagrosa. 289 5. LO REAL MARATILLOSO Y MAGICO-RELIGIOSO EN LEYENDAS ¥ MITOS DEL TACHTRA Sobre las rocas de las altas sierras y entre tus lagos siempre iluninedos, tus leyendas indigenas encierras. Guardes tus viejos mitos ya olvidades. Manuel Felipe Rugeles Después de caminar por valles y colinas, de asomarnos a paramos y abismos, de sentir 1a frescura de 1a niebla en picachos de abrupta be- Lleza, de extasiarnos ante nuestras apacibles lagunas misterioses, y - contemplar las cadenas de montafias de impresionante belleza, hemos sen tido 1a presencia de algo enignatico y sobrenatural, 1a impresién de - lo inexplicable. Lo imponente de esas soledades, donde 1a flora y la - fauna cobran vida y movimiento, es conentado por el lugareiio que expli ca lo inexplicable, pues tras lo real surge lo irreal, 1o fant&stico,- en un imaginario colectivo perdido en el tienpo y en la historia, La - naturaleza y el hombre forman un conjunto de elementos que nutren la - imaginacién como resultado de una inesperada alteracién de 1a realidad. No cabe duda que en todas partes descubrimos lo maravilloso: de - trés de unos muros de piedra o una casa vieja de horcones, podenos en contrar Snimas en pena que nos sefialan un tesoro, o geniecillos que -- cuidan las flores y pueden traer 1a tormenta o 1a niebla, Snimas mila- grosas que salen para proteger a un caminante, brujas traviesas, inige nes que ejecutan ritos ancestrales, Figuras legendarias que dejan una estela de misterio y toda una serie de hechos que van de lo natural a Jo sobrenatural con un transfonde de montafias, frailejones, lagunas, - cafetales y manantiales; aqui todo puede suceder: lo sorprendente, lo- ins6lito y prodigioso, que es maravilloso por si mismo, Lo extraondina rio puede ser producido por seres sobrenaturales y por tanto no tienc- explicacién légica, asi 10 desconocide se incorpora a la realidad que- sin duda es tomada como verdadera por los narradores orales que no se desconciertan ante los hechos sobrenaturales. 21 Nuestro montafiés vive en armonia con la naturaleza y al hablar ~ nos trasmite un cimulo de sabiduria popular presente en mitos y leyen- das; escucharlo es 1a mejor forma de reencontrarnos con lo mis auténti co de nuestro pasado, desde una perspectiva histérico-cultural y, asi, conocer nvestra idiosincrasia tachirense. Debemos rescatar y dar a co nocer estas manifestaciones orales que traslucen ¢1 modo de ser y de sentir de nuestra comunidad; en ellas la realidad se transforma y su blimiza para crear un mundo magico y sobrenatural. Lo maravilloso se - nos revela, lo magico y milagroso 1o invocamos. En leyendas y nitos se presenta el sincretisno de formas dispares con e1 1éxico propio del lu gar, pleno de colorido y gracia, en donde e1 universo construide va - mis all4 de las palabras. La narrativa oral tachirense parte de lo regional, y nuestra vi- sign del mumio es plasmada por el lenguaje, que refiere lo asonbroso y Lo imaginario como revelacién de lo real maravilloso donde confluye 10 real con lo irreal, lo desconocido y alucinante; nuestro purblo cree- en hechos fantésticos y seres extraordinarios que presuponen una reali dad, que abren un puente hacia lo insélito y sorprendente. El realismo maravilloso posee propiedades trascendentales y feno- menolégicas. Elenentos miticos y legendarios se encaminan a crear un- mundo sobrenatural que afecta al ser colectivo, En leyendas y mitos del Téchira lo real se trasmuta en fabuloso,- Pero coneervando un transfondo de la realidad, 1a esencia de lo maravi lose. Un ejemplo de lo antes dicho 1o podemos observar en la leyenda- de La Ciénaga del Alto del Nifio (p. 56) donde el personaje pierde 1a nocién del tiempo y del espacio suspendido en una burbuja de cristal, en la que se presenta la desproporcién de escalas de la naturaleza, asi como lo insélito de los hechos. £1 realismo maravilloso ofrece un sincronismo temporal relacionando el pasado con el presente. 292 La narrative de tradicién oral es un compendio de lo real maravi- Lleso. Para Alejo Carpentier (1904-1980) "lo mravilloso se manifiesta - en le Naturoleza, en 12 Historia, en el Hombre, se encuentra en estado bruto, Latente, onipresente en todo lo latinoaericano", expresado en La introduccién de su novela "El Reino de este Mundo" (1949) en que - asegura: “Lo maravilloso comienza a serlo de manera inequivoca cuanlo- surge de una inesperada alteracién de 1a realidad (el milagro), de una revelacién privilegiada de la realidad, de una iluminacién inkabitual- © Singularnente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la reali- dad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exal tacién- del espiritu que lo conduce a un modo de “estado limite" (29). Para el surrealista francés Louis Aragén (1897-1982) “La real idad tenemos que lo - es la ausencia aparente de contradiccién” por tanto, maravilloso es la contradiccién qu aparece en el seno de lo real" -- (30). Esta paradoja es creacién estética europea, a diferencia de lo - real raravilloso arericano que esté presente aqui y per s No podenos confuntir 10 real maravilleso con €1 realisno migico,- ya que este Gltino es creacién Literaria en 1a que el escritor da al - hombre y a la realidad un tratamiento determinato y esencialmente esté tico. Por el contrario, lo real maravilloso no es creacién artistica - sino wna manera de ser, es maravilloso por si mismo. Bn Giltima instancia opina Alexis Marquez Rodriguez, que lo verda- deranente real maravilloso es el Hombre, que produce especimenes capa- (29) Alejo Carpentier. Obras Completas. México (1983: 15) (30) Louis Aragén. Citedo por Victor Bravo en: Magias y Maravillas en~ el Continente Literario. Caracas (1988: 23 293 ces de hazafias y prodigios insélitos, no importa 1a época y el lugar - donde viva; lo cual no se rie con que en cada regién y en cada tiempo las peculiaridades de ese comportamiento tengan rasgos especificos, -- acordes con las caracteristicas que imperan en cada caso (31). B1 mundo exuberante de Anfrica, donde lo fantastico se hace paten te, est& presente en el Estado Téchira con paisajes de majestuosa be - Meza donie les sucesos, siendo reales, producen 1a ilusién de irreali dad y 1a naturaleza se entrenezcla con 1a sobrensturaleza, lo real pus de ser maravilloso y 1o maravilloso tiene apariencia de realidad. Aqui se comprueba lo expresado por Alejo Carpentier: en el Tichira 10 mara. villoso esté ahi, sélo tenemos que alargar 1a mano para encontrarlo. Las leyendas y mitos que se analizan a continuacién son muestra de lo- expresado. (Gi) Mexis Marquez Rodriguez, "Sobre el Realismo NSgico y lo Real Ma- ravilloto". Bn: E1 Nacional, Caracas (1991: 14) 294 5.1 LA CORONA DE LA VIRGEN Hace muchos afios Llegaron a La Grita unos forasteros que movidos- por 1a codicia se pusieron a excavar en un lugar llanado El Calvario. Estaban infornados que en documentos antiguos se mencionaba la existen cia de una viga de oro que iba desde £1 Calverio hasta el cerro. Los - hombres consultaban decunentos e iben haciendo zenjas hasta que vieron algo brillente que parecia ser la "Viga de oro". = jAqui est&...! - exclamé uno de ellos. = Vamos a cortarle un pedazo - comenté el otro. Al tocar la viga se oscurecié el cielo a la vez que vientos hura- canados, llwia torrencial, truenos y relSmpagos sacudieron 1a ciudad. Los hombres dejaron las herramientas de trabajo y huyeron asustados -~ mientras la gente corria hacia la iglesia de Los Angeles a postrarse a los pies de 1a Virgen. Una voz se propagé en todas direcciones: = La Laguna Grande se va a desbordar, 1a falda del cerro se est& cu - briendo de lodo... El desconcierto era grande, los pobladores de La Grita corrian de un lado a otro sin hacer caso de 1a tempestad cada vex més fuerte y - una stplica estaba en todos los corazones: ";Virgen de Los Angeles, - protégenos.. Pero en la iglesia la desesperacién era mayor, pues 1a Virgen no- estaba en su alter. 51 pSnico Llegaba al maximo y todos suplicaban: = {Virgen de Los Angeles, sSlvanos.. 295 Al oscurecer, cuando algunas personas levantaron la vista hacia - el Altar Mayor 1a vieron serena y bella, con el vestido lleno de lodo- y Sin la corona. Bn ese momento ces6 la tempestad y de nuevo la calma- Llegé hasta los habitantes de La Grita. En accién de gracias entonaron el “Ave Maria”, Bsa noche la gente se quedé rezando en la iglesia y al amanecer - el sol brill6 como nunca, llevando 1a esperanza y 1a tranquilidad a los moradores de La Grita. Dicen que la corona de oro de La Virgen de Los Angeles est& en el fondo de 1a Laguna Grande. 296 En esta leyenda se entreteje 1a tradicién cristiana con los moti- vos legendarios y las creencias aborigenes, como elementos dispares procedentes de culturas diversas. Lo fenomenolégico y 10 ontolégico se mezclan para mostrar una rea Lidad aparente, como las realidades ocultas detras de 13s cosas visi - bles, lo que esta detrés de lo invisitie y las fuerzas que mueven nues, tro medio. He aqui el prodigio de esta tierra formaia por elenentos di similes pero tan bien imbricados que parecen uno solo. La tradicién cuenta que La Grita posee una viga de oro, si se to- ca, 1a Laguna Grande podria desbordarse y 1a ciuled se inundaria. Bs - real que unos forasteros movides por la codicia lleguen en busca de ri queza. También es real que la laguna se desborde y baje por el cerro al compas de 1a tempestad. A la vez existe el miedo y 1a ansiedad de - la gente al darse cuenta de lo que est& ocurriendo. De innediato, el - Pueblo acude en busca de auxilio al templo, en donde se encuentra la - Virgen de Los Angeles y el estupor los invade al comprobar que no est& en su altar. Transcurren las horas y cuando la preocupacién del pueblo iba en aumento surge lo ins6lito, lo extraondinario: amaina 1a tempes- tad y 1a Virgen retorna a su alter con el manto manchado de lodo y sin 2a corona. Este rito proveniente de los chibchas, nos recuerda al cacique que cubierto de polvo de ore ofrendaba joyas y esmeraldas a la Laguna de - Guatavita cerca de Bogota. Este ancestral rito ha sido realizado una -— vez mis y los fenémenos y elementos naturales también han obedecido, - es asi como el agua de 1a laguna regresa a su margen, hecho maravillo- 30 aceptado por e1 pueblo como algo natural. De esta manera, nuestra - tradicién oral recogs el mundo maravilloso del T&chira, producto del - mestizaje cultural. 297 5.2 EL PROPETA ENOC (*) Cuentan los ancianos de Santa Ana del Tachira que, hacia el afio- 1925, aparecié en esta regién un hombre delgado y blanco, de facciones Pinas, ojos brillantes, verdes y penetrantes que predicaba y ensefiaba- a la gente a vivir mejor. Todo en é1 era apacible y enignitico, Nunca se le vio comer ni beber. Los regalos que le hacian, asi como los ali- mentos, los repartia entre sus seguidores. Predicé en 61 Saman, sobre- una piedra, que luego llamaron “La Piedra del Profeta" y siempre entre 1 y los que lo escuchaban habia un espacio de unos diez metros, nadie podia acerc&rsele, lo envolvia una atnésfera de misterio, una barrera- de bruma... Su estadia en el Téchira fue efimera, pero su recuerdo que 46 en todos los que lo conocieron. Bn la via £1 Corozo-La Petrélea se encuentra una capilla abandona da que llaman “La Capilla del Profeta™, porque en una ocasién 61 predi cé alli. También, un pozo formado en un cafio del rio Quinimari, recibe 1 nonbre de "E1 Pozo del Profeta" porque, en repetidas ocasiones, Enoc se baiié alli. tQuién era...? ye donde venia? Nadie 10 sate. No hizo milagros,— pero la gente lo seguia; hablaba de la moral, de las buenas costunbres e invitaba al bien y a la caridad. Vestia siempre de blanco, todo su - ser irradiaba paz y serenidad. La muchedumbre lo seguia sin alcanzarlo, se extasiaban contempléndolo y escuchando su potente voz qua invitaba- @ 1a oracién, El Profeta Enoc predijo muchas cosas: "Llegaré el tiempo en que - las cajas hablarén", “los hombres volarén". Caminaba por encima de 14s (+) Publicado en: Mitos y Leyendes de Venezuela, 1992 298 aguas sin mojarse. No dormia, se pasaba la noche en oracién y cuando - salfa de un lugar, sacudia sus sandal ias. En cierta ocasién se le acercé el sefior Molina y &1 muy triste le dijo = Culdese, porque morira tragicanente, Quince dias después lo embistié un becerro manso que tenia en su hacienda y murié desangrado. Después de predicar una tenporada en el Tachira, e1 Profeta Bnoc tond la via de Los Lianos. En La Sspuma le dijo 2 la multitud - Este lugar ser4 pronto una playa. En efecto, dos semanas después, cuando €1 y 1a gente que lo se -- guia se habian ido, llovié en 1a cabecera del rio y la crecida fue tan violenta que arrasé con todo lo que encontré a su paso; el agua subié- de sus limites y los potreros donde habia estado el Profeta quedaron - convertidos en un desierto de arena y piedras. La figura etérea del Profeta Enoc se interné en 1a sabana. Se tie ne noticias de que predicé en Achaguas, Guasinal, San José de Payara,- E1 Yagual, £1 Samin, San Fernando de Apure y Cunaviche, siempre ense - flando a vivir mejor y anunciando lo que habria de venir. Misteriosamen, te desaparece y reaparece de nuevo en Upata y Guasipati. Dicen que se fue en una nave luminosa... Los que lo conocieron no lo han podido ol- vidar, era tal 1a atraccién que ejercia sobre sus oyentes y seguidores que no sentian hambre, suefio ni cansancio, escuchaban con placer sus - palabres proféticas y moralizantes a la vez que les invadsa una atmés- Bera de paz y de anor. 299 Corria et aio de 1925... Sucedié un hecho ins6lito en Santa Ana - del Téchira: 1a aparicién de un hombre enignitico que predicé en esta- regién, cubierto con un manto de paz, una aureola de nisterio y sabidu ria, pero... ¢Quién era?, yexistid. fn esta leyenda el realismo maravilloso se da en la forma como - ocurren les desérdenes de causalidad, espacio y tiempo. £1 misterio es elaboredo a partir de un acontecimiento de doble connotacién: natural- y Sobrenatural; el efecto psicolégico que producia Enoc no tiene expli cacién racional, tampoco los hechos; existia en 61 un elemento emotivo que impulsaba a seguirlo. Hablaba en parSbolas, expresaba lo ins6lito- y vaticinaba la tecnologia futura, asi como los cambios geogréfics - violentes como “Este lugar sera playa", profecia expresada ante una -- multitud. La realidad de Enoc se une a lo enigmatico, lo misterioso de su - origen y lo sorprendente de su partida. £1 comienza a ser maravilloso- de manera inequivoca cuando surge de una inesperada alteracién de la — realidad, percibida con intensidad en virtud de una exaltacién del es- piritu que conduce a un modo de estado limite entre la realidad y la - irrealidad. Existe un notable paralelismo entre 1a figura del profeta Enoc -- con el patriarca Olaf presentado por el poeta Manuel Felipe Rugeles -~ (1903-1959), en e1 que expresa que &ste llegé de tierras lejanas " a - la indigena tierra del oro y del maiz" y "fue un hijo mas de aquellas— cunbres altas Tenia una costumbre muy simple, inquieta y dulce como el agua: jhablar siempre en perSbolas! 300 De €1 conentaban: - &1 que escuchamos tiene la luz de 1a palabra, que es la verdad de Dios. (32) (32) Manuel Pelipe Rugeles. Obra Poética. Caracas (1978: 198) 301 5.3. EL PANTANO DS BOROTA (*) £1 pueblo de Boroté se despierta, la cortina de niebla se va ha- ciendo jirones y poco a poco se va disipando. De un grupo de chozas sa len unas jévenes con sus vasijas de barro. Visten con mantas de algo - dén prendidas en el hombro con alfileres de espino. Alegres, como los p&jarcs del bosque, se dirigen hacia 1a laguna en busca de agua mien- ‘tras los hombres van de caza, de pesca o se dedican a las labores agri colss. Algunas muchachas se adelantan correteando y jugamlo para lle - ger primero. Ellas son hijas de los aguerridos aborotaes y tienen el- donaire y hermosura de su raza altiva, Entre el grupo se destaca Yubi, una adolescente hermosa y Fresca como su nombre de flor. Su cuerpo de formas esculturales se adivina a través de su larga vestidura prendida con gracia sobre los hombros. En la cara de Pinos trazos destacan los grandes ojos negros y sofiadores. Camino despacio nirando a la lejania. Sus cabellos largos y sedosos se agiten con ¢1 viento. Se detiene al - vislumbrar 12 laguna y 1a contempla. Suaves oleajes parecen darle 1a- Dienvenida. Luego la quietwl y transparencia reflejan el cielo azul y os Srboles de la ribera, algunas nubes ligeramente coloreadas la atra viesan empujadas por el viento. Piensa: "Seria hermoso dejarse llevar or sus aguas... Las jévenes Llenan sus vasijas. Luego, se entretienen mirindose - en el espejo de 1as aguas mientras peinan sus cabellos. Yubi sonrie al contemplarse. Su figura desaparece y ve en su lugar a un apuesto joven guerrero que 1a llama. La muchacha lo contempla extasiada hasta que -- una de sus hermanas 1a llama: = jYubi!, jYubi, vamos (*) Publicado en Viaje Poético por Venezuela, 1992 302 El encanto desaparece y Yubi contesta como si saliera de un svefio: = Ya voy..., hermana. De mala gana 1a muchacha toma su vasija y sigue a las denis. Su - mirada se piende en la lejania y se confunde con el imponente paisaje. Bl Cerro Letreros, con sus piedras grabadas, se difumina. Mira, pero - no ve. En su mente est& la figura del joven que la llama: = iYwi!, jYubi. fu mirada es presencia y lejania, es laguna y cielo, era como si- 1a laguna se hubiera introducido dentro de ella o ella dentro de 1a 1a guna. Estaba obsesionada. Todos les dias las j6venes aborotaes salian muy de maiiana a lle - var el agua. Cada dia Yubi se detenia més tiempo contenplando su ros - tro en el espejo de 1as aguas hasta que éste desaparecia y retornaba - 1a Figura esbelta del guerrero, = jYubit, ;Yubi, ven! = No, no puedo. Yubi no se daba cuenta del transcurrir del tiempo, siempre era 1a {@itima en separarse de la laguna. Eran sis hermenas o amigas las que - la sacaben del ensweiio. Ella parecia regresar de otro mundo y caminaba como $i fuera etérea. 1 amor habia despertado en Yubi. De dia y de noche vela al joven guerrero. £1 viento gélido, los arboles y los pajaros repetian susu -~ rrantes: 303 = iYubit, jYubt, ven... Una mafiana Yubi no regresé de 1a laguna. La buscaron por todas - partes y 1a joven no aparecié. £1 eco llevaba su nombre por cerros y - valles: = jYubi...t, jYubidiie..! La laguna permanecia quieta, impasible, como si nada hubiera suce dido. Reflejaba en sus aguas el cielo azul y los Srboles de la ribera. De nada sirvieron los desesperados esfuerzos de los padres de Yu- bi para encontrarla. Llegé 1a noche, con ella la neblina y el frio. Con los primeros rayos del sol los pobladores de Borota fueron a la laguna. Por orden del piache, prendieron fogatas en sus contornos - para destruir el encanto, Al mediodia, cuendo el silencio era insopor- table y el desaliento del padre de Yub{ Llegaba al limite, sintieron - un borboteo, a 1a vez, las aguas ondeaban. Alli, donde ella solfe pasar tanto tiempo, estaba su cuerpo sin - vida como una flor de loto; eso era ella, una flor de agua. En su ros tro una leve sonrisa de felicidad. Quizds en la laguna, habia encontra do su anor ideal. De 1a boca de Yub{ salié un pajaro de muchos colores que volé alrededor de los sorprendidos aborotaes y se perdié luego en la espesura. El encanto de 1a leguna se rompié. En sus orillas enterraron el - cuerpo de 1a bella flor, El piach: maldijo 1a laguna: ~ Te maldigo, laguna, el castigo de los dioses de la tierra, del agua- y del viento, caeré sobre ti, te secarés hasta convertirte en panteno. Aqui, - continué- en estos lugares, en un futuro se encontrara tan s6 304 lo un yermo pefiascal. Con el tiempo 1a laguna fue desapareciendo. Hoy no quedan rastros de esos hermosos parajes, en su luger, el nombre de £1 Pantano. 305 La tradicién de 1as jévenes aborotaes de coger agua en 1a laguna- esta plasmada en este mito, con sus ritos funerarios y el piache que - le quita el encanto a 1a laguna y 1a maldice; con el tiempo su vatici- nio se convierte en realidad: 1a laguna se seca, se transforma en pan- tano y posteriormente en erial, de ella s6lo queda el nombre. £1 modo de percepcién da acceso al universo de lo prodigioso al orientarse ha cia la esencia migica de objetos y fenémenos. £1 atorigen en armonia con una naturaleza exuberante, sus costun- bres, y sobre todo-el encanto de 1a laguna en donde aparece el apuesto guerrero qu: transtorna a Yubi; después 1a consumacién del anor y por- Giltimo, 1a metamorfosis en donde por 1a boca de Yubi sale el alma transformada en preciosa ave de colores para perpetuarse en montafias y paramos de 1a zona. Aparece lo maravilloso como producto de 1a percep- cién deformadora del sujeto y como un componente de 1a realidad. aqui todo es extraoriinario, les ritos migico-religiosos dan el resultado - apetecido y 1a fantasia se hace realidad. 61 rito efectuado por el pia che 0 chamén causa su efecto y los dioses conceden lo solicitado en el ritual. La vida de Yubi se prolonga en ave de colores, vuelve asi a -- los caminos de los origenes y a espacios intemporales, asume el princi pio vital del eterno retorno hacia las formas iniciales. Las alucinaciones tienden a transformarse en realidades con bases religiosas y mitolégicas, no es una realidad tangible sino surgida de- la imaginacién magico-religiosa, £1 viento se humaniza y llama a Yubi, la lagmma inofensiva es mortal, el guerrero, genio de las aguas, se ha ce real y al conjuro del piache aparece inerte pero sonriente 1a hermo sa joven. Se penetra asi en un mundo sorprendente: los sucesos, siendo reales, producen la ilusién de irrealidad. Surge lo sobrenatural sin - apartarse de 1a naturaleza. Este es nuestro mundo americano, exuberan- te y fantastico, pleno de encanto en donde lo maravilloso se hace pa - tente, la realidad tiene un transfondo de irrealidad, entrelazéndose - la naturaleza con el misterio. 5.4 RESURRECCION ¥ CONTRAPUNTEO Era ton grande 1a fana de Carmelo Niflo que no habia fiesta ni ve- lorio donde no fuera invitedo; recetaba hierbas y curaba a la gente. Bstando de amores con Francisca Sénchez desde hacia algunos meses, una tarde cusndo iba a visitarla se topé por el camino con una mapanare ~~ que le monlié un tobillo; de innediato, se anarré 1a pierna con su pa- Auelo y se sacé el veneno; hasta que cojeando llegé a la casa de su no, via. Lo auxiliaron y 41 dirigié la cura; solicité que le Mevaran un - in articulo mortis" y le Sacerdote para que lo casara con Francisca diera 1a extremauncién. Después, cay6 privado. Lo velaron en 1a casa de Francisca sus familiares y amigos, Foco después de medianoche, cuando todos cansados de rezar y to - mar, dormitaban, oyeron 1a voz de Carmelo, quien sentado en la urna de cla: = Qué estoy haciendo aqui?, gpor qué me tienen entre cuatro velas? No recibié respuesta, tolos lo miraron espantados creyento que - era una pesadilla; pero ante ellos estaba Carmelo sonriente, de un sal to salié de 1a urna y pidié miche para celebrar su regreso al munio. Tiempo después Carmelo y su esposa viajaron a Colombia a cumplir- le una pronesa a 1a Virgen de Chiquinquira por su curacién. Por muchos aflos siguieron contandose 1as hazaiias de Carmelo Nifio, siendo la mis - celebrada 1a del Contrapunteo. .. Gorria €1 afio de 1890 y jornaleros de Barinas, Apure y Guérico ha bian liegado a 1a hacienda £1 Diamante para la recogida del café. Los Sas transcurrian entre el ir y venir con los cestos Menos de granos- maduros, y en las noches, 10s patios plenos de aigarabia entre musica- y canto. Al Pinalizar 1a cosecha se oryanizé una Piesta de despedida - 307 en donde cada uno de los jomaleros demostraria sus dotes con el cua- tro o 1a mandolina, asi como su gracia en el contrapunteo. Carmelo Ni- flo, era £amoso por lo vagabundo, enamorado, buen bailarin, poeta, cu - randero y coplero; incansable en el canto y 1a bebida, con chispa para vencer al que se le enfrentara y de ello se jactab: Yo soy ¢1 gran cantarin, canto, bailo, juego y rifio. Bn Santa Ana y San Joaquin, hay sélo un Carmelo Nifio. Dicen que Carmelo Nifio pasa 1a vida cantando; mentira que no es asi, también vive recetando. (33) Carmelo alardeaba de su fama como coplero y curaniero, cuando en- tréa la fiesta un desconocido de buena presencia quien lo reta al con trapunteo: Con que usted es el cantarin que tiere tan buena fama yo vengo del otro fin, yo vengo si se me llama. Pero esta noche me he entrao tan s6lo para cantar. Si es que Usté es el cantarin yo lo vengo a desafiar. Carmelo, picedo, contesta: (33) José Joaquin Villamizar Molina. Op. Git. (1978: 9-10) 308 fo lo vengo a desafiar! jOuinta ignorancia revela! Carmelo Niiio cantando alunbra més que una vela. Van pesendo las horas y recuerdan episodios y personajes de Santa ‘Ana, €1 forastero canta: = Por zoquete y majadero yo me lo voy a llevar. Carmelo Nifio, aqui he visto, no sabe sino charlar. Hace rato conenzé sin que me haya dicho nada; cuando cante el gallo al alba teniré el alma confenada. A lo que Carmelo responde molesto: = Tenéré el alma condenada el que la deje a su antojo; yo estoy cantando mis versos y le estoy pelando €1 ojo. Carmelo se da cuenta quien es su retador, especialmente después - de escuchar las siguientes coplas: Este ser tan vagabundo sera de 1a diabla el yemo, porque solanente sirve para atizar el infierno. 309

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