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RESPONSABILIDAD CIVIL CASOS PRACTICOS COMENTARIO DE SENTENCIA* RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO Y POR EL HECHO AJENO. Osserivos * Comprender los diversos problemas juridicos que involucra la responsabilidad extracontractual por el hecho propio y por el hecho ajeno. * Analizar la procedencia y avaluacién del daiio moral. « Entender la denominada “compensacién de culpas”. * Aplicar a un caso concreto los razonamientos desarrollados en el comentario de sentencia. Los hechos pueden ser descritos como sigue. Producto de una descarga eléctrica en una celda energizada de dependencias de la empresa minera Exaec-Chile, Carlos Pardo Contreras, trabajador de la empresa contratista Integra Ltda., fallecié en forma instanta- nea. La conyuge del occiso por si y en representacién de sus dos hijas menores demand indemnizacion por los perjuicios morales sufridos a ambas empresas. te comentario tiene su origen en un informe en Derecho elaborado junto con Carlos Pefia Gonzélez, vicerrector académico de la Universidad Diego Portales, quien autoriz6 su modificacién y publicacién, 24 INGO DE La Maza GazMurt - CARLOS Pizarro WILSON Dicha demanda fue acogida parcialmente por el fallo de pri- mera instancia condenando sélo a la empresa Exaec. Esta resolu- cién fue confirmada por la Corte de Apelaciones de Valparaiso con declaracién de que se reducian los montos de la indemniza- cién. La sentencia de apelacién fue, a su vez, objeto de un recurso de casacién en el fondo por parte de la empresa Exaec Chile y, en definitiva, la Corte Suprema rechazé el recurso de nulidad confir- mando la resoluci6n del tribunal de alzada. , Existen tres cuestiones relativas a la sentencia que merecen un andlisis desde la dogmatica del Derecho Civil: — Una -de cardcter general-, relativa a la responsabilidad del principal por los actos del contratista o de los dependientes del contratista, — Dos, tiene que ver con el fundamento juridico de la respon- sabilidad extracontractual, fuente de la indemnizacién en este caso. ~— Tres, es necesario referirse a problemas que atingen al dafio extrapatrimonial. I, LA RESPONSABILIDAD Y LA RELACION ENTRE EL. PRINCIPAL Y EL AGENTE O SUBCONTRATISTA En términos generales, la relacién de contrato de empresa y subcontrato importa, desde el punto de vista econémico, un fend- meno de descentralizacién productiva. Por razones de especializa- cidn, a veces, 0, simplemente, de costos de transaccién, las empre- sas tienden a transferir parte de su esfera productiva a otras”®, Cabria ‘abe distinguir nitidamente la figura del contrato de a de aquélla del subcontrato de contrato de empresa. En efecto, en el primero participan dos sujetos de derecho, uno de ellos -el contratista-, se obliga por un precio a ejecutar a beneficio del otro principal, una obra o un trabajo, de manera independiente y sin poder de represen- tacién. Esta definicién es bastante amplia y comprende gran parte de los contratos de ReseonsasiLipap CiviL. Casos PRACTICOS preguntarse si dichos actos importan al mismo tiempo transferen- cia de responsabilidad por accidentes. Dicho de otra manera, cabe responder si en presencia de un contrato de empresa o un subcontrato, el principal puede esgrimir como causal de exonera- ci6n de responsabilidad dichos actos juridicos. La respuesta debe ser negativa tanto en la hip6tesis del contrato de empresa como del subcontrato, Cada vez mas, en la esfera de la responsabilidad, la nocién de empresa en el sentido técnico jurfdico, ha sido reem- plazada por la nocién mas amplia de “organizacién empresarial”. En conformidad a esa idea, si las labores del agente pertenecen al area propia de actividad del principal -como parece ser el caso—, entonces el contrato no es causa suficiente para exonerar de res- ponsabilidad al principal. Existe aqui una verdadera relacién de dependencia organizacional o empresarial que pone al principal en condiciones 6ptimas de prevenir el riesgo, de ahi que el criterio sea econdmicamente correcto. En otros términos, un acto del contra- tista cae bajo la esfera empresarial del civilmente responsable -el principal-, quien, entonces, no puede exonerarse. Es obvio, ade- mas, que una solucién contraria incentivaria a las empre: fundir el riesgo mediante el contrato de empresa y no mediante cl seguro, que es la soluci6n mas eficiente. La misma soluci6n existe en materia laboral. El articulo 64 del Cédigo del Trabajo establece Continuacién nota * prestacién de servicios y otros diversos. Por su parte, el subcontrato de contrato de empresa, presenta dos modalidades. En la primera, el subcontratista efe por la cuenta del principal, El contrato supone la existencia de un negocio inicial y encuentra su justificacién en Ia relacién econémica entre el principal y el contratista -subcontrato econémico-. En la segunda, el subcontratista s6lo trabaja por la cuenta del contratista y éste utiliza el subcontrato para que un tercero ejecute las tareas que involu- cra su actividad. No existe relaciGn entre el principal y el subcontratista —subcontrato industrial-. La primera figura no presenta ninguna particularidad. Sobre esto véase Frangois Couarp DuTiLtevt y Philippe Devesecque, Contrars civils er commerciau, Paris, Dalloz, 1998, p. 771 y ss. tia 26 INIGo Dz LA Maza Gazmurt - Carios Pizarro WILSON. la responsabilidad subsidiaria del principal por las obligaciones laborales y previsionales del contratista para con sus trabajadores. Cuando no se trata del incumplimiento de obligaciones con- tractuales”?, sino de ilfcitos que acarrean responsabilidad civil, el problema tiene que ver con determinar si el principal puede ser demandado por los dafios que ha causado el contratista o el sub- contratista. En este caso, se hace responsable el principal por un acto u omisién del contratista que causa un dafio —genuina hipste- sis de responsabilidad por el hecho de un tercero-, siendo que si no existiere relaci6n entre el principal y el contratista, s6lo este Ultimo serfa responsable. Esto tiene que ver con determinar cudles son los fundamentos de derecho para exigir la responsabilidad del principal por los actos del contratista. TI, REGLA JURIDICA APLICABLE EN LA ESPECIE En el dmbito de la responsabilidad extracontractual tratada en el titulo xxxv del libro 1v del Cédigo Civil, existen dos reglas que podrian esgrimirse para perseguir la responsabilidad en el caso en cuestién, Por una parte, la regla que establece la responsabilidad por el hecho propio y, por otra, la regla que regula la responsabili- dad por el hecho ajeno. ® Este es un problema complejo, el establecer qué reglas juridicas son aplicables frente al incumplimiento de las obligaciones contractuales del principal del subcontratista, se trata de los extremos de la relacién contractual, para aplicar la respon- sabilidad contractual se han esgrimido como argumentos la estipulacién a favor de otro y la nocién de grupos de contratos, Véase, Christian Larroumer, Responsabilidad civil contractual, algunos temas modernos, Santiago, Editorial Juridica de Chile, 1998, p. 9: “Leffet relatif des contrats et a négation de I'existence dune action en responsabilité nécessairement contractuelle dans les ensembles contractuels”, en JCPG, 1991, p. 313. RESPONSABILIDAD ClviL. CASO PRACTICOS 27 a) La responsabilidad por el hecho propio El Codigo Civil trata este tipo de responsabilidad en dos pre- ceptos fundamentales. Se trata de los articulos 2.314 y 2.329. El primero se refiere a la responsabilidad por el hecho propio. Esta responsabilidad se caracteriza porque en ella es necesario probar la culpa del actor para dar lugar a la indemnizaci6n. En otras pala- bras, corresponde probar la culpa a la victima y es el caso 0 hipstesis general de nuestro sistema de responsabilidad civil extracontractual. Sin embargo, parte de la doctrina nacional —Carlos Ducci Claro y Arturo Alessandri Rodriguez-—, han visto en el segundo precepto citado una hipétesis de responsabilidad por el hecho propio con presuncién de culpa. En esta segunda hipotesis de presunci6n de culpa, el actor del dafio s6lo podria eximirse probando que actué diligentemente 0 estableciendo la concurrencia de una causa ex- trafia, esto es, un caso fortuito o fuerza mayor; el hecho de un tercero 0 de la victima de naturaleza absoluto*®, Para los profesores citados la presuncidn concurre en aquellos casos en que se verifica una actividad peligrosa © que genera un riesgo. La culpa seria consustancial al ejercicio de dicha activi- dad, se tratarfa de la denominada culpa inclusa. Por el solo hecho de realizar una actividad peligrosa se presume la culpabilidad en el evento que se produzca un dajfio. El articulo 2.329 consagra, segtin Arturo Alessandri, una presunci6n de culpa en aquellos ca- sos en que la actividad en sf misma genera riesgos, por ese solo hecho habria imputabilidad y un juicio de reproche fundado en la culpa. El empresario, en este caso, estarfa obligado a hacer todo lo que esté de su parte para evitar dafios, sin garantizar, empero, que éstos podran evitarse. Sin embargo, esta apreciacion doctrinaria no ha sido compartida por la jurisprudencia que ve en el articulo % Atessanpri Ropricutz, (n. 2), p.292 y ss. 28 INGO De LA Maza Gazmurt- CarLos Pizarro WILSON 2.329 una reiteraci6n del principio general de responsabilidad que consagra el articulo 2.314 del Cédigo Civil. Con todo, existe una sentencia reciente que acoge la interpretacién de presuncién de culpa?! La sentencia de la Corte Suprema que analizamos, afirma su criterio tradicional y no considera que el articulo 2.329 consagre una presuncién de culpa. Por el contrario, todo el proceso esté orientado a probar la culpa de la empresa Exaec y, de esta manera, hacer procedente la indemnizacién. La Corte Suprema ha aplica- do derechamente la responsabilidad por culpa y sostenido que, probada ésta, corresponde indemnizar. Se trata, entonces, de una aplicacion uniforme de los articulos 2.314 y 2.329 del Cédigo Ci- vil. Para la Corte Suprema no existe una presunci6n de culpabili- dad, a lo menos en la especie, que implique liberar a la victima de probar la culpa del victimario. Sin embargo, existe un problema de argumentacién jurfdica de la Corte Suprema y que se manifiesta también en las sentencias del fondo. En efecto, pese a que se argumenta en favor de la apli- caci6n del articulo 2.329, también se hace el mismo ejercicio en favor de la aplicacién de la responsabilidad por el hecho ajeno, esto es, la responsabilidad del empresario por el hecho de su de- pendiente que aparece recogida en el artfculo 2.320 y que pasa- mos a analizar. b) La responsabilidad por el hecho ajeno ex. 2.320 del Cédigo Civil En el desarrollo del proceso se cita este tipo de responsabili- dad que constituye un caso de presunci6n de culpa. Curiosamente 5! Corte de Apelaciones de Santiago, 7 de septiembre de 2000, en LexisNexis, N°21059. RESPONSABILIDAD civiL., CASos PRACTICOS 29 no lo hace la demandante en su escrito principal, pero si la sefiala en la réplica. Esta mencién del articulo 2.320 del Cédigo Civil va a desencadenar un debate en los escritos posteriores sobre la apli- cacion de su régimen juridico. En consecuencia, debemos, por lo pronto, referirnos al estatuto juridico de esta responsabilidad para, luego, analizar su concordancia con los hechos: motivo de la cau- sa y la sentencia de casacion, 1. REGIMEN JURIDICO DE LA RESPONSABILIDAD POR El. HECHO AJENO Para la doctrina tradicional, este tipo de responsabilidad deriva de la falta de vigilancia o culpa en la eleccién del dependiente por parte del empresario o tercero civilmente responsable. Se trata de un incumplimiento por omisi6n, es decir, no se realiza lo que debia realizarse -el empresario omiti6 una accién que debia realizar—. Enesta hipétesis el Cédigo establece una presuncidn de culpa con- tra el empresario, pero no asf contra el dependiente. La victima no debe probar la culpa del empresario 0, en general, del tercero ci- vilmente responsable, ésta se presume. En todo caso, debera la victima probar la culpa del dependiente, sea para exigir la respon- sabilidad de éste o del principal. El empresario puede en la hipote- sis de responsabilidad por el hecho del dependiente romper la pre- suncién probando que hizo lo que tenfa que hacer: produce una prueba que excluye su culpa, acredita, en otras palabras, que hizo lo que debia hacer. Ademas, puede probar un evento que equivalga a fuerza mayor o caso fortuito y en este caso se eximira también de responsabilidad. En esta hip6tesis, sin embargo, lo que hace es romper el vinculo causal entre el hecho imputable y el dajio pro- ducido. Este modelo pone de manifiesto la culpa del empresario 0 principal en la vigilancia que debe cumplir en relaci6n con las actividades de sus dependientes. La tnica diferencia con la res- 30 INGO DE LA Maza Gazmurt - Cartos Pizarro WiLson ponsabilidad por culpa del articulo 2.314 es que en esta hipétesis la culpa o negligencia del principal se presume iuris tantum??. En suma, para que estemos en presencia de este tipo de res- ponsabilidad indirecta del empresario es necesario que concurran como requisitos: en primer lugar, un sujeto dependiente o comi- sionista del principal; un vinculo de subordinaci6n entre el princi- pal y el dependiente; los perjuicios deben ser causados con oca- si6n del ejercicio de las funciones por parte del dependiente; es necesario, también, la prueba de la culpa o dolo del dependiente; ambos sujetos deben ser capaces de cometer un ilicito civil?9. Este modelo de responsabilidad es criticable, pues si estable- cemos que el principal responde por el incumplimiento de un de- ber propio —vigilar y controlar la conducta del dependiente— no existe coherencia con la posibilidad que otorga el artfculo 2.325 para repetir contra el dependiente. Tampoco se condice con este modelo la exigencia de capacidad para cometer delitos 0 cuasi- delitos por ambos participes. En verdad, segtin denuncia el profe- sor Zelaya, existe una confusidn que parte del andlisis de la doctri- na francesa, que recoge como modelo la responsabilidad vicaria, es decir, la responsabilidad objetiva del principal, en la cual este tiltimo no puede excusarse probada la culpa del dependiente, sino recurriendo a la fuerza mayor. Por otra parte, la poca claridad en torno a los supuestos que justifican la responsabilidad del principal se manifiesta en nuestra jurisprudencia que justifica las indemnizaciones recurriendo tanto al articulo 2.314 como al articulo 2.320 inciso 4°, como ocurre, por lo demas, en el caso de andlisis. 5? Pedro ZeL ava Ercoecaray, “La responsabilidad civil del empresario por el hecho de su dependiente”, en RDJ, tomo xc, Santiago, 1993, p. 119 y ss. % Op. cit., p. 129; RDJ, tomo Lxx,Santiago, p. 65; Fallos del Mes, N° 194, p. 292. 20, P. ResponsasiLipan ctvit. Casos prActicos 31 2. APLICACION AL CASO Sin embargo, en el caso en cuesti6n -si bien se cita la respon- sabilidad por el hecho ajeno- tanto en las sentencias de fondo como en la de casacién no se argumenta de manera coherente. En efecto. dicha responsabilidad, segtin sefialamos, requeriria nada mas pro- bar el hecho imputable, el dafio, la relacidn causal, el vinculo de dependencia y la culpa o dolo del dependiente. Cuestién diversa ocurre en el proceso en que, justamente, se intenta probar la culpa del empresario —Exaec- y no la del dependiente —Integra Ltda. La razén, de la parte demandante, es intentar obtener una indem- nizaci6n de la demandada mis solvente. Con todo, parece obvia la confusi6n entre las distintas figuras de responsabilidad que recoge el titulo xxxv del libro 1v del Codigo Civil. Por otra parte, el intento de la defensa de escapar a la responsa- bilidad, imputando el accidente a fuerza mayor 0 caso fortuito re- sulta improcedente. En la especie no concurren los elementos de la fuerza mayor, esto es, irresistibilidad, imprevisibilidad y exte- rioridad. Incluso, con una interpretacién moderna de la nocién de fuerza mayor en que sus elementos se reducen s6lo a la irresistibi- lidad no parece aplicable, puesto que el hecho era absolutamente evitable. En este sentido, la sentencia es concordante con el orde- namiento juridico. Por el contrario, la defensa de Exaec confunde las nociones de fuerza mayor con la compensaci6n de culpas. c) La indemnizacion del daito moral Resulta relevante, a la luz de la sentencia de casacién, abordar dos cuestiones en este acapite. Por un lado, la procedencia del daiio moral con caracter general y, por otro, el monto y apreciacién de la indemnizacién. 32 INIGo pe LA Maza Gazmuri - CarLos P1zarro WILSON 1. El dafio moral: distinciones y compensacion de culpas 1.1. Categortas del dato moral La sentencia de casaci6n no realiza ninguna distincién en cuanto a las categorias que pueden verificarse de dafio extrapatrimonial. En efecto, la resolucién que recae en el recurso de nulidad al igual que la sentencia de apelacién y de primera instancia fundamenta la indemnizaci6n del daiio moral sélo en el pretium doloris. Es decir, las referidas resoluciones realizan una estimacién del dafio moral en atencidn a los sufrimientos que afectan a las demandan- tes producto del fallecimiento del trabajador. La jurisprudencia ha aplicado una forma constante de apreciar el daho moral que no se condice con criterios desde hace un tiempo establecidos por la jurisprudencia y doctrina comparada. En el Derecho Comparado es posible distinguir varias categorfas 0 tipos de daiio extrapatri- monial, no se habla del dafio moral, sino de los dafios morales. A saber: el pretium doloris, e| dano estético, el perjuicio de agrado y el dafio de afecci6n. En todo caso, la demanda se refiere al dafio moral en general y tampoco realiza distincién alguna. Ademas, en un error técnico manifiesto no se solicita el daiio material 0 econdmico que sufren las victimas producto de Ia falta de mantenimiento que significara la ausencia de los recursos que el marido proveia al hogar. En el Derecho Comparado es comin solicitar este tipo de indemniza- cion y que puede ser calculada hasta en un cincuenta por ciento de la remuneracién. Podemos constatar que en esta materia la sentencia en cues- tidn no constituye ningtin cambio en la jurisprudencia de nuestros tribunales. La Corte Suprema entiende el dafio moral como una noci6n unfvoca y a la que corresponde una indemnizacién global ResPonsastipap civil, Casos pRACTICOS: 33 por una sola vez. Esto es criticable, aunque con cierta uniformidad en nuestra jurisprudencia. En suma, las victimas demandan s6lo el dafio moral propio en calidad de victimas por rebote. Es decir, no demandan en calidad de herederos, sino a titulo personal, por el dafio sufrido como conse: cuencia de la muerte. Podrian, también, haber esgrimido el daiio gue padecié la victima directa esgrimiendo una titularidad deriva- da™, 1,2. La compensacién de culpas El articulo 2.330 sefala que la apreciacién del dano esta suj areducci6n, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemen- te. Queda establecido en los hechos de la causa que existe una exposicin imprudente de la parte del occiso. A partir de esta consta taci6n la sentencia de casaci6n sefiala que corresponderfa reducir la indemnizaci6n en aplicaci6n de este precepto. Sin embargo, di- cha reduccién no se aplica por no haber sido solicitada por los demandados. Esta misma apreciaci6n aparece tanto en la senten cia de primera como de segunda instancia. La compensacién de culpas distribuye los costos del accidente en proporci6n a la negligencia de la victima y del victimario. Se trata de un criterio, prima facie, eficiente. Para aplicar ese criterio es indiferente que el demandante es: grima su calidad de causahabiente del de cujus para demandar 0 que lo haga por derecho propio. En ambos casos la compensacién debe operar. Si el demandante lo hace por derivaci6n —demanda en su calidad de heredero de la victima directa— es obvio que ha- Sobre este asunto véase Ramén Domtxcuez Acuna, “Por la intransmisibilidad de Ia accién de dafio moral”, en Estudios de derecho civil, Jornadas Nacionales de Derecho Civil, Valdivia-Santiago, LexisNexis, 2005, p. 607, M IniGo bE LA Maza Gazmurt- Cartos Pizarro WILSON bra de repararse aquella parte del daiio que no corresponde a la negligencia de la victima que lo demanda. Si, en cambio, el de- mandante lo hace por derecho propio —en calidad de victima por rebote, como es el caso— la solucién debe ser la misma, puesto que el demandado no esta obligado a reparar mas alla del dafio que caus6 y en la proporcién que lo hizo. Asi, en la hipétesis que un trabajador fallezca en un accidente que él contribuy6, en un 30% a causar, su hijo s6lo podré demandar el 70% restante. Si lo hace en calidad de heredero —es decir, ejercita la accion de su padre— seria absurdo pretender que se le repare el dafio que causé el de cujus a quien é1 representa. Si demanda por derecho propio, deberfa ser reparado en un 70% por la empresa y en el 30% por la victima directa, cuya negligencia, en esa proporcién, lo dafié. En ningtin caso, supuesta la concurrencia de culpas, puede pretenderse que el demandado repare el total. Esa solucién es justa y, ademas, econ6- micamente eficiente. En suma, el reproche que imputa el fallo de la Corte Suprema a los abogados de la parte demandada debe estimarse correcto. 2. Avaluacién del daito moral 2.1. Apreciacién general Como resulta tradicional en nuestra jurisprudencia la aprecia- cidn del dafio moral queda entregada a la discrecién de los tribu- nales del fondo y dicha evaluaci6n no puede ser objeto de casa- cién®>, Dificil resulta establecer si la estimacién de los montos es 35 RDJ, tomo xxx, Santiago, 1934, sec. 1, p. 144; tomo xt, 1935, sec. 1, p. 10; tomo xxxm, 1936, sec. 1, p. 507; tomo L, 1953, sec. 4, p. 89; tomo Lvl, 1960, sec. 4, p.144; tomo tyn, 1960, sec. 4, p. 201; tomo 1x, 1963, sec. 4, p. 47; tomo Lx, 1963, sec. 4, p. 290; tomo Lx, 1963, sec. 4, p. 374; tomo Lxm, 1966, sec. 4, p. 359; tomo Lxv, 1968, sec. 4, p.187; tomo Lavi, 1969, sec. 4, p. 102; tomo txvu, 1970, sec. 4, p. 6: tomo Lxva—, RESPONSABILIDAD CIVIL. CASOS PRACTICOS 35 razonable. En si misma la avaluacién del perjuicio moral es, en este caso, arbitraria, pues no se efecttia sobre la base de criterios explicitos**. Basta constatar que los montos reconocidos a las vic- timas en la sentencia de primera instancia son reducidos por la Corte de Apelaciones sin expresi6n de fundamento. Es la mera discreci6n la que, en este caso, determina los montos de la indem. nizacién. Sin embargo, en este punto podriamos sefialar que la jurisprudencia de nuestros tribunales ha ido variando su aprecia- ci6n hacia el alza. Desde hace un tiempo los montos a indemnizar se han ido acrecentando. En el Derecho Comparado se han ideado distintos mecanis- mos para practicar la apreciacién del daiio moral. Esta tarea se facilita, por una parte, estableciendo distintas categorias de perjui- cios extrapatrimoniales y, por otra, mediante tablas de indemni- zacién que, si bien no superan la discrecionalidad, por lo menos, Continuacién nota * 1970, sec. 4, p. 50; tomo ixxiv, 1977, sec. 4, p. 281; tomo Lxxv, 1978, sec. 4, p. 594 tomo Lxxy, 1978, sec. 4, p. 601; tomo Lxxvutl, 1981, sec. 2, p. 67; tomo Lxxvit, 1981, sec 4, p. 235; tomonxxvu, 1981, sec. 5, p. 317; tomo Lxxix, 1982, sec. 4, p.109; tomo LXXxx, 1983, sec. 4, p.151; tomo Lxxx1, 1984, sec. 4, p. 29; tomo Lxxxi, 1984, sec, 2, p. 121 tomo Lxxxnl, 1985, sec. 2, p. 6; tomo LXxxIn, 1986, sec. 4, p. 36; tomo LXXxIV, 1987, sec 4, p.131; tomo Lxxxtv, 1987, sec. 4, p. 137; tomo Lxxxvi, 1989, sec. 4, p. 73; tomo Lxxxvit, 1990, sec. 3, p. 167; tomo txxxvi, 1991, sec. 4, p.141; tomo Lxxxvu, 1991, sec 4, p.159; tomo xxtv, 1927, sec. 1, p. 567; tomo xxxix, 1942, sec. 1, p. 203; tomo x1 1944, sec. 2, p. 41; tomo xy, 1948, sec. 1, p. 526; tomo xivu, 1951, sec. 4, p.74; tomo xiv, 1951, sec. 4, p. 186; tomo L, 1953, sec. 4, p. 89; tomo LxIx, 1972, sec. 4, p. 66. % Los elementos mas comunes que los jueces tienen en consideracién son los que siguen: las circunstancias en que se produjo el accidente; la situacién social y las condi ciones fisicas y morales de las personas que han sufrido el dafio; salud, edad, actividades y educacion de las personas que han suftido el dafto; naturaleza y extensién del daiio y grado de culpabilidad de los autores; situacién econémica y social del demandado; pa- rentesco del que demanda con la victima; dolores y sufrimientos que el hecho haya causado tanto en la victima como en su familia, su duraci6n y persistencia; gravedad y naturaleza del delito; naturaleza del derecho agraviado. 36 INiGo DE LA Maza Gazmurt - Cartos PIZARRO WILSON importan una regla de igualdad en la aplicaci6n de ella. Esas ta- blas, ademas, cumplen la funcién de hacer ms predecible el costo esperado del accidente —Io que, a su turno, permite al empresario, regular el nivel 6ptimo de precaucién-. 2.2. Las facultades econémicas del demandado Nada més la sentencia de primer grado se refiere a este proble- ma siendo confirmada por la de segunda instancia. La sentencia de casaci6n no trata este punto por no ser objeto de nulidad. Con todo, algunas reflexiones sobre este aspecto resultan indispensa- bles. Las facultades econémicas del demandado —como un factor a tener en cuenta al tiempo de fijar el monto de la indemnizacion— es un clemento respecto del cual no hay uniformidad en la doctri- na nien la jurisprudencia, Mientras algunas sentencias lo conside- ran, otras, en cambio, afirman que no puede ser un elemento deter- minante en la regulacién del monto de la indemnizaci6n a pagar. Al respecto se ha senalado: “Es entonces, contrario a la ley conside- rar la fortuna del autor del dafo para aumentar o disminuir la in- demnizaci6n...”°7, Se trata de una opinion digna de ser considera- da, claro esta; pero parece olvidar algunos factores —intrinsecos a un sistema de responsabilidad— que conducen a la conclusién con- traria, a saber: a tomar en consideracién esas facultades para fijar la indemnizaci6n. Desde luego, tomar en cuenta esas facultades esta en perfecta consonancia con un andlisis econédmico respecto del tema. Una posicién especialmente favorable para evitar el dafio esta unida a una mejor posicién econémica. En otras palabras, un victimario 37 RDJ, tomo ixv, Santiago, 1968, sec. 4, p. 323; RDJ, tomo Lxvt, Santiago, 1969, sec. 4, p. 21. RESPONSABILIDAD CIVIL. CASOS PRACTICOS. 37 més rico pudo prevenir mejor el dafio y su extension y pudo hacerlo a menor costo que la victima. Si no lo hizo, la lesividad moral de su acto es mayor. De cierta forma, esta idea posee una consonan- cia con el fundamento de la responsabilidad en el riesgo de la em- presa. Esta se encuentra en la mejor posicién para reducir los cos- tos del accidente, ya sea a través de seguros privados 0 de precios Alo anterior, ha de agregarse la funci6n preventiva del sister de responsabilidad: es evidente que la posicién econémica h: de ser tenida en cuenta si la indemnizaci6n ha de cumplir funciones de prevenci6n y operar de estimulo para inhibir la comisiOn de ili- citos. Sila disposicién a adoptar las precauciones en el futuro sera mayor cuando se acerque a la utilidad esperada —es decir, cuando de no adoptarse la precauci6n la pérdida de utilidad es mayor-, entonces, es evidente que el juez, atento a las funciones de la ponsabilidad, debera tener en cuenta la capacidad econdémi responsable del ilfcito. En fin, hay todavia una razén de equidad: el principio de utili dad marginal del dinero obliga a tomar en cuenta la fortuna de! demandado al tiempo de fijar la indemnizacién. Un millén de pe- sos no tiene el mismo valor para un victimario pobre que para un rico: la fijacién de indemnizaciones que no considere ese aspecto no cumple el criterio de equidad que ha de animar a la nes judiciales. En sumay, para terminar, podemos constatar que el fundamento, de la responsabilidad de la empresa, sea por el hecho propio o por sus dependientes, no se encuentra bien estructurado en nuestro Derecho Positivo, La jurisprudencia utiliza expedientes que faci- litan la indemnizacion logrando, de esta manera, una respues Ja ingente necesidad de las victimas de ser indemnizadas. Esto se encuentra en consonancia con una tendencia, desde hace un buen tiempo, bien asentada en el Derecho Comparado. Hemos visto cémo los elementos de la responsabilidad se han ido flexibilizando es adel resolucio 38 IniGo pe La Maza Gazmurt - Cartos Pizarro Wison y, sobre todo, recurriendo al dafio moral con una presuncién en teoria simplemente legal, sin olvidar lo arbitrario de la fijacion prudencial, dan como resultado un sistema que no otorga a las empresas los elementos suficientes para determinar correctamen- te sus politicas en torno a los accidentes que puedan ocurrir en sus faenas. Se hace necesario, por cierto, una jurisprudencia que no se encuentre marcada por tendencias, sino por principios que den cla- ridad al Derecho Positivo. “Sentencia Corte Suprema, 21 de diciembre de 1998. Santiago, veintiuno de diciembre de mil novecientos noventa y ocho. Vistos: En estos autos rol N° *** del Segundo Juzgado Civil de Los Andes, caratulados ‘**** y otros con ***’, se han deducido recur- sos de casacion en la forma y en el fondo por las demandantes y demandada, respectivamente, en contra de Ja sentencia de una de las Salas de la Corte de Apelaciones de Valparaiso que confirmé la de primera instancia, con declaracién de que se reduce el monto de las indemnizaciones, que slo C, debe pagar a las actoras, por concepto de dafio moral causado por la muerte accidental, dentro de sus dependencias, de un trabajador de I., empresa que presta Servicios a la condenada, el cual era cényuge y padre de las actoras Considerando: 1° Que en el recurso de casacién en el fondo interpuesto por C. se sostiene que la sentencia confirmatoria de segundo grado ha cometido diversos errores de derecho, los que desarrolla en tres grupos: a) Se infringen, dice, los artfculos 2314, 2322, 2322 y 2329 del Cédigo Civil, de los cuales se desprende la recurrente que para que RESPONSABILIDAD CIV. CASOS PRACTICOS. 9 un empresario sea responsable extracontractualmente, es necesario que se individualice a la persona natural dependiente suya que ac tué con dolo, malicia o negligencia en el ejercicio de sus funciones; b) Se infringen los articulos 2314, 2322 y 2329 del Cédigo Civil, en cuanto exigen para que sea procedente la indemnizacién de perjuicios que exista un nexo causal entre la conducta del hechor y el dafo sufrido por la victima; c) Por ultimo, también se infringen los articulos 2314 y 2329 del Cédigo Civil, en la medida que el fallo, para llegar a condenar a C., se fundamenté en una disposicién de un reglamento ti mente derogado; 2° Que como se puede apreciar y observar de inmediato, en el recurso no se han dado por infringidas leyes reguladoras de la prue- ba, por lo cual se debe concluir que en la especie, los hechos que los falladores del fondo han dado por establecidos en la sentencia son inamovibles para esta Corte, segtin lo preceptuado en el articu- lo 785 del Cédigo de Procedimiento Civil. 3° Que es preciso entonces establecer, con la mayor claridad posible, cudles son los hechos de la causa dados por establecidos en el fallo recurrido, m4xime que como se pudo apreciar durante los alegatos de los abogados de las partes, éstos discrepan al res: pecto. Determinados tales hechos, se puede resolver si a ellos le fueron o no aplicadas correctamente las disposiciones legales que se dicen infringidas y, si tal circunstancia, de ser verfdica, ha i fluido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia; 4° Que conforme con el texto de la sentencia recurrida, en cuanto reproduce y complementa a de primera instancia, es indudable que los siguientes son los hechos de la causa: a) ‘El sefior P. a la fecha 10 de Octubre de 1993, trabajaba como maestro electricista para la demandada I. Limitada, la que a su vez se desempefiaba como contratista de C. en la ejecucién de obras de electricidad para esta tiltima empresa’ (considerando 34). ita 40 INIGO DE LA Maza Gazmuri - CARLOS PIZARRO WILSON, b) ‘El sefior P. fallecié a consecuencia de una fuerte descarga eléctrica recibida en una celda energizada que es parte de las insta- laciones de C., en circunstancias que trabajaba para la demandada I. en las obras que ésta debja realizar para la primera, especifi- camente ensanchando un orificio de entrada en una celda de alta tensi6n, para lo cual empleaba una herramienta llamada nock-out’ (considerando 35°). c) ‘La sala eléctrica y la celda o cabina energizada se encontra- ban sin Ilaves en la oportunidad en que el sefior P. ingres6 a ellas, la primera en raz6n de que dependientes de otra empresa contra- tista de C. efectuaban labores de limpieza y la segunda por moti- vos no especificados en autos’ (considerando 36°). d) ‘No surge que el sefior P., en la oportunidad de su falleci- miento, se encontrara ejecutando trabajo que le hubiere sido orde- nado por su empleadora precisamente para ese dfa y momento, vale decir, que se haya encontrado en pleno cumplimiento de ins- trucciones de su empleadora’ (considerando 45°). e) ‘El sefior P. decidié adelantar, el dia de su fallecimiento, una operacion que estaba programada para dia posterior’ (consideran- do 47°). f) ‘El sefior P. posefa la experiencia y capacidad necesaria para efectuar el trabajo que realizaba en el momento de su fallecimien- to’ (considerando 54°). g) ‘Que considerada la extrema peligrosidad de una celda de alta tensién energizada, la propietaria o usuaria de la instalacién de la cual forma parte dicha celda, ‘debe mantenerla cerrada, en forma que sea fisicamente imposible el ingresar a ella’ ’ (considerando 68°). h) ‘Que existié imprudencia por parte del sefior Carlos P., pero dicha imprudencia no elimina el hecho de que el resultado daitoso fue posible debido a la negligencia en que incurrieron los respon- sables de C. al mantener sin Have una celda de alta tensi6n ener- gizada’ (considerando 730°). RESPONSABILIDAD CIVIL, CASOS PRACTICOS H i) ‘Que era previsible y debié ser previsto por C., que la manten cién de una celda de alta tensién sin lave en un lugar al que tienen acceso no s6lo los funcionarios de C., sino también los de otras: empresas, constitufa situaci6n de grave riesgo’ ( considerando 77°). j) ‘El Tribunal desestima la argumentacion de las demandadas de haber constituido caso fortuito el hecho en el cual perdié la vida el sefior P.’ ( considerando 78°). 5° Que transcritos los considerandos que establecieron los he chos de la causa que tienen relevancia para la resoluci6n de la casa. cidn de fondo en estudio, se observa que son los mismos que esta Corte Suprema tuvo en vista para rechazar originariamente por ma nifiesta falta de fundamento la presente casacién y que la Hevaron a sostener que el recurso discurre sobre una base factica diversa de aquella a la que arribaron los sentenciadores (fojas 810, consi- derando 4°), El hecho de haberse traido, previa reposicion, la causa en relacién, lo que significo a los abogados de las partes hacer valer lo conveniente en favor de la defensa de sus respectivos clien- tes, no ha permitido a esta Corte variar esa primitiva apreciacién, por lo que ha de concluirse que el recurso debe ser rechazado; 6° Que, a mayor abundamiento, se estima conveniente agregar que la infraccion de los articulos 2314 y 2329 del Cédigo Civil, fundada en el hecho de que el fallo sustenta en una disposicin regla mentaria tacitamente derogada, debe ser también rechazada, por cuan- to una sentencia no es susceptible de ser atacada por esta via esti- mandose que exista violacién de reglamentos. Estas normas, de inferior jerarqufa que la ley, no son, como tradicional e invariablemente se ha sostenido, susceptibles de justificar una casacién en el fondo; 7° Que también se cree oportuno rechazar el recurso por el motivo referido en la letra a) del considerando 1°, esto es, por ha- berse infringido los articulos 2314, 2322, 2325 y 2329 del Codigo Civil al establecerse en la sentencia responsabilidad extracontrac- tual por parte de C. en la muerte accidental del trabajador P., sin 42 INIGO DE LA MAzA GazMurt - CARLOS PIZARRO WILSON que se haya individualizado a la persona natural que desempefian- do labores para esa empresa con dolo, malicia o negligencia, hubiere sido la autora directa del delito 0 cuasidelito civil. En este ambito se debe tener en cuenta la jurisprudencia de este tribunal y la doctrina de los autores, que han sostenido que una acci6n de esta naturaleza no esta sujeta a la condicién de que se designen de un modo preciso, por sus nombres, a los empleados 0 dependientes que hayan sido causantes del dafio, pues ninguna de las disposiciones legales mencionadas asi lo exige” (Corte Supre- ma, agosto de 1974, Repertorio de Legislacién y Jurisprudencia Codigo Civil, articulo 2.320; ALESSANDRI RODRIGUEZ (n. 2)). Por lo demas, actuar de otra manera seria dejar sujeta la in- demnizaci6n pertinente a la sola voluntad de la empresa para indi- vidualizar o no al causante directo del daiio, lo que de no lograrse favoreceria sus intereses” [sic.]. Por tiltimo, si de repetir se trata, nada impediria que la empre- sa demandara a aquél de sus dependientes que asi hubiere actua- do, para que acreditado ello y no estando prescrita la accién lo pueda lograr; SD? aos Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en los articulos 764 y 767 del Codigo de Procedimiento Civil, SE RE- CHAZA el recurso de casacién en el fondo deducido por el abogado ... en representacién de la demandada C. en contra de la sentencia de veintisiete de abril de mil novecientos noventa y ocho escrita de fojas 600 a 604, la que por tanto, no es nula. Rol N° 2077-98”. ACTIVIDADES Desarrolle las siguientes preguntas teniendo en cuenta la sen- tencia y el comentario. ResPoNsaBILIDAD CiviL. Casos pRACTICOS 43 1. En virtud de qué fundamentos podria aplicarse la reduccion de la indemnizaci6n a las victimas por rebote si la exposi cién imprudente de la victima hubiese sido alegada oportu- namente. 2. Realice un andlisis de los fundamentos para aceptar 0 recha zar la transmisibilidad de la accion por daiio moral de la vic- tima directa a los causantes. 3. Realice un comentario del siguiente fallo de la Corte de Ape- laciones de Santiago teniendo en cuenta la funcién del siste ma de responsabilidad civil. Corte de apelaciones de Santia- go, 9 de septiembre de 2000, en LexisNexis, N° 21059. “Que, conforme lo dispone el articulo 2329 del Codigo Civil, por regla general, todo dafio que pueda imputarse a malicia 0 ne gligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta. Esta norma establece, a juicio de esta Corte, una presunci6én general de culpa- bilidad si el perjuicio causado es consecuencia de un hecho que, por su naturaleza o por las circunstancias en que se realiz6, es susceptible de atribuirse a culpa o dolo del agente; 2. Que, para arribar a tal conclusién, se ha considerado espe cialmente: (a) la redaccién misma de dicha disposicién, pues, al utilizarse por el legislador la expresi6n subjuntiva pueda, se esta queriendo aludir, en general, a cualquier dafio que sea posible, probable o racional de imputar a malicia o negligencia. De manera que, cualquier perjuicio que provenga de haberse alterado el nor- mal, rutinario y consecuencial desenvolvimiento de un determina- do quehacer, trabajo 0 actividad, debe presumirse que proviene de dolo o culpa del agente; y (b) los ejemplos que contiene la misma disposicion, todos los cuales se refieren a hechos que suponen la caracteristica antes anotada, en el sentido de que todos ellos alte ran el comportamiento normal con el que se ha de proceder en cada una de las circunstancias descritas en cada ejemplo. Asi, lo 44 INiGo pr LA Maza Gazmurt - Carcos Pizarro WiLsoN normal es que aquel que dispara un arma de fuego no lo haga en forma imprudente. Asf también, lo normal es que aquel que re- mueve las losas de una acequia 0 cafierfa en calle o camino tome las precauciones necesarias para que no caigan los que por allf transitan de dia o de noche. Asi finalmente, lo normal es que, aquel que se encuentra obligado a la construccién o reparacién de un acueducto o puente que atraviesa un camino, lo tenga en estado de no causar dafio a los que transitan por él. 3. Que, tal disposicién, no puede constituir una repeticién de la regla general contenida en el articulo N° 2314 del Codigo Civil, tanto porque ello supondria una redundancia poco frecuente en la obra del legislador civil, cuanto porque la norma se encuentra pre- cisamente inserta al final de las presunciones de responsabilidad por el hecho ajeno y por el hecho de las cosas, lo que sugiere que ella ha querido instituir la regla general en materia de presuncién de responsabilidad por el hecho propio; 4. Que, en materia de excavaciones profundas que se realizan para la construccién de edificios en zonas urbanas, sobre todo en los suelos adyacentes a una construcci6n, la normalidad esta cons- tituida por el hecho de que no se produzcan daiios en las construc- ciones colindantes con la excavacién y la anormalidad esté consti- tuida por la produccién de dichos dafios. Esto significa que las empresas constructoras deben tomar las medidas necesarias para que no se produzcan dafios en dichas propiedades, sobre todo cuan- do dichas excavaciones se realicen en los suelos adyacentes com- prendidos en la superficie dada por los 45 grados de una linea con la vertical (segtin reza el informe de peritos que rola a fojas 349 de autos). De esta manera, es posible presumir, al tenor de la norma descrita, que si se produjo dafio en la construccién de la deman- dante, es debido a que la Constructora demandada no actu con la debida diligencia, debiendo ella probar que se adoptaron las medi- das adecuadas segtin lo habria hecho aquel que debe imprimir a su ResPonsapiipaD CrviL. Casos PRACTICOS: 45 actuar aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean or dinariamente en sus negocios propios. 5. Que, del andlisis de la prueba rendida en autos, se debe con- cluir que la sociedad constructora demandada si bien ha aportado prueba suficiente para acreditar que se emple6 en general el proce. dimiento adecuado para impedir que se produjeren dafios en las construcciones vecinas, no ha aportado prueba alguna para demos- trar que hizo lo necesario para impedir que ocurriera el daiio en la cién de la demandada, atendido su tipo, calidad y condi cidn. En efecto, la propia sociedad constructora, en su escrito de contestaci6n a la demanda corriente a fojas 111 de autos, ha dicho que el daiio provocado se produjo con motivo de que las depen- dencias de servicio de la cas sin una correcta unin estructural con el muro divisorio, es decir, estan simplemente adosadas sin los pilares correspondientes. Pues bien, si la empresa constructora demandada tuvo conocimiento de tal hecho 0 defecto constructivo antes de iniciar la excavacion, no se entiende por qué razén no adopts las medidas tendientes a im- pedir el dafio que, en tales condiciones, se podia prever. Y, por otra parte, si desconocia tal hecho o defecto, fue porque no realiz6 los estudios necesarios para determinar los efectos que los trabajos de excavacién podrian producirse en las sobredichas construcciones, atendida su condicién, En todo caso, la empresa constructora de- mandada no aport6 prueba alguna al respecto; 6. Que, en tales circunstancias, la empresa constructora de- mandada no ha aportado la prueba necesaria para destruir la pre- suncién de culpabilidad que opera en su contra, por lo que se debe concluir que los dafios sufridos en la propiedad de la demandante deben ser indemnizados por ella; Y visto, también, lo prevenido en las normas legales citadas, se confirma la sentencia apelada de 27 de enero de 1997, escrita fojas 427. de la demandante, estén construidas 46 IniGo DE LA Maza Gazmurt - Cartos Pizarro WILSON Registrese y devuélvase con el cuaderno de medida precauto- ria tenido a la vista. Redacci6n del Abogado Integrante sefior Alberto Lyon P. Pronunciada por la Ministro sefiora Sonia Araneda B. y los Abogados Integrantes sefior Francisco Merino S. y sefior Alberto Lyon P. Rol N° 2.159-1997” [sic.].

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