Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sin embargo, los Juegos Olímpicos antiguos fueron suprimidos en el año 393 d.C.
por el emperador romano Teodosio I, marcando el fin de esta tradición milenaria. No
fue hasta finales del siglo XIX que el visionario francés Pierre de Coubertin abogó
por la resurrección de los Juegos Olímpicos como un medio para fomentar la
comprensión internacional y promover valores universales.
El corazón de las Olimpiadas reside en el espíritu olímpico, una filosofía que busca
promover la paz y la comprensión a través del deporte. Más allá de la competencia
física, las Olimpiadas buscan inspirar y motivar a las personas a alcanzar la
grandeza en todos los aspectos de la vida. La Declaración Olímpica, redactada por
Coubertin, establece que el objetivo fundamental de los Juegos Olímpicos es
"colocar el deporte al servicio del desarrollo armonioso del hombre, con el fin de
promover una sociedad pacífica".
Las Olimpiadas también han servido como plataforma para la expresión política. En
ocasiones, los atletas han utilizado este escenario para destacar cuestiones
sociales y políticas, aprovechando la atención global para abogar por el cambio.
Ejemplos notables incluyen el boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 y
Los Ángeles en 1984 debido a tensiones políticas durante la Guerra Fría, así como
las manifestaciones simbólicas de los derechos civiles durante los Juegos
Olímpicos de México en 1968.