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Setton, Román - Las Narraciones Policiales de Eduardo L. Holmberg - Transformación de Elementos Presentes en Las Kriminalnovellen de E.T.a. Hoffman
Setton, Román - Las Narraciones Policiales de Eduardo L. Holmberg - Transformación de Elementos Presentes en Las Kriminalnovellen de E.T.a. Hoffman
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Cf.: “Hay un detective, el médico, que pertenece a la categorı́a de detective cientı́fico
acuñado por Sherlock Holmes, la creación de Conan Doyle: ambos son médicos y
sus héroes detectivescos despliegan no sólo un excelente poder deductivo, sino un
gran intelecto” y “Holmberg sigue la tradición inaugurada por Poe con su investiga-
dor Dupin” (Marún 1984: 41, 42). En el mismo sentido, se expresan A. Pagés Larraya
(1957: 48Ð51), J. Ludmer (1999: 147), N. Ponce (2001: 19, 33) y S. Mattalia (2008:
DOI 10.1515/ibero-2012-0003
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En “ La pipa de Hoffmann” se caracteriza al tabaco como “una sustancia sublime,
fuente inagotable de delicias para un espı́ritu visionario y estimulante fecundo para
las almas soñadoras” (Holmberg 1957: 115) y se afirma que “embota a veces ciertos
espı́ritus sutiles que como céfiros fugitivos pululan dentro del cráneo de más de un
miembro de la humanidad” (1957: 116). De este modo, el tabaco es asociado con el
sueño, las visiones y ensoñaciones, pero a su vez con la pérdida de la lucidez (en
el sentido del pensamiento propio de la “cultura cientı́fica”). En “ La bolsa de hue-
sos”, en cambio, se elogia la dentadura de uno de los cuerpos, que se encontraba
en tan excelente estado por el hecho de que pertenecı́a a un individuo que no
fumaba.
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Tomamos este concepto en el sentido que le da Oscar Terán: “designación que indica
aquel conjunto de intervenciones teóricas que reconocen el prestigio de la ciencia
como dadora de legitimidad de sus propias argumentaciones” (2000: 9).
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“Horacio Kalibang o los autómatas” está dedicado a Ramos Mejı́a y los crı́menes de
“ La bolsa de huesos” se resuelven a partir de claves médico-cientı́ficas de cuño
lombrosiano.
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Entre los trabajos que señalan interesantes vı́nculos entre ambos autores, cabe citar
el artı́culo de G. Marún (1996: 96Ð97). Por otra parte, el primer estudio que rastrea
el influjo de la Kriminalliteratur alemana en la literatura argentina es el de Chris-
tian Wentzlaff-Eggebert (1988) en relación con Hoffmann y El matadero. Wentzlaff-
Eggebert ha demostrado la existencia de un influjo de Hoffmann en el mundo de
habla hispana vinculado “con la enormidad de los instintos criminales y con este
realismo del autor de Mademoiselle de Scudéry que ciertos crı́ticos franceses ha-
bı́an exaltado en 1828 y 1829 cuando presentaban las primeras narraciones al pú-
blico francés” (1988: 133).
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Cf.: “El genuino relato policial пprecisaré decirlo?Ð rehúsa con parejo desdén los
riesgos fı́sicos y la justicia distributiva [. . .] En los primeros ejemplares del género
[. . .] y en uno de los últimos [. . .] la historia se limita a la discusión y la resolución
abstracta de un crimen, tal vez a muchas leguas del suceso o a muchos años” (Bor-
ges 1999a: 126Ð127).
reductibles a causas naturales, una pesquisa que busca explicar ese misterio,
etcétera.
En cuanto a lo policial, presente con importancia y de modos diversos en la
obra de Hoffmann, se manifiesta con la mayor claridad en dos de sus narracio-
nes breves: “Die Marquise de la Pivardiere” y “Das Fräulein von Scuderi” 9.
En la primera, encontramos el misterio de un presunto crimen: el asesinato del
marqués. Este se atribuye a la marquesa y a su confesor, quienes, enamorados
el uno del otro en su juventud, vieron frustrado ese amor de por vida. En “Das
Fräulein von Scuderi”, en cambio, se narra una serie de crı́menes misteriosos.
En la Francia de Luis XIV son asesinados varios caballeros cuando se dirigen,
furtivos, a visitar a sus amadas secretas. Poco a poco, el lector se entera de las
circunstancias y los antecedentes de estos asesinatos (el hecho de que todos
los amantes habı́an comprado alguna joya al célebre orfebre Cardillac, a cuyo
aprendiz, Olivier Brusson, se inculpa por estas muertes). Finalmente, gracias a
la intervención de la señorita de Scuderi, se descubre que Cardillac era en
realidad el asesino.
En “ La bolsa de huesos”, podemos advertir una notable coincidencia con
este último relato: en ambos textos concurren la novela corta de artista y el
género policial. El narrador de “ La bolsa de huesos” es a su vez el detective
que investiga los crı́menes del relato y, conjuntamente con el relato de la pes-
quisa Ðque comienza a partir del hallazgo de dos esqueletos muy similares, de
jóvenes varones de veintitantos añosÐ nos ofrece los pormenores y vicisitudes
de la construcción de una novela policial, que tiene por tema los propios hechos
de la narración. La indagación de la causa común de estos crı́menes alterna,
ası́, con la lucha del artista con los materiales de su obra y con los recursos
formales (el suspenso, el mantenimiento del secreto, etcétera). Finalmente, el
narrador y detective descubre que el asesino es una tal Clara T., quien, abando-
nada y despechada, decide vengarse de su engañador y, arrastrada por una idea
fija, continúa vengándose de los jóvenes de caracterı́sticas fı́sicas similares.
Naturalmente la identificación entre el detective y el artista, ası́ como la
correspondiente entre el artista y el criminal, pueden ser rastreadas también
en otras tradiciones y otros relatos: en Poe, por ejemplo, el criminal de “The
Purloined Letter” es un artista, al igual que el propio Dupin, quien confiesa su
afición a escribir poemas; también algunos de los criminales presentes en las
narraciones de Holmes pertenecen a esta serie de criminales-artistas (por ejem-
plo, en The Adventure of the Illustrious Client), y el propio detective, con su
modo de vida y su gusto por la ejecución del violı́n, es, sin duda, un poco artista.
Sin embargo, si bien proliferan múltiples referencias e indicaciones que vin-
culan el género policial con el mundo artı́stico, resulta bastante complicado en-
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Elementos de lo policial y de la narración criminal pueden hallarse, por otra parte,
en numerosas producciones de Hoffmann, por ejemplo, Die Elixiere des Teufels o
“Ignaz Denner”. Sobre este punto, puede consultarse el libro de Uwe Schadwill
(1993: especialmente 448Ð483).
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Véase, por ejemplo, W. Freund (1980) y R. Alewyn (1974).
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“Der Verbrecher aus verlorener Ehre” subraya los condicionamientos sociales y bio-
gráficos: la orfandad de Christian Wolf, su deficiente constitución fı́sica, la carencia
económica en la casa materna, etcétera.
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Como ejemplo de este trasfondo biográfico puede mencionarse el episodio de la
infancia de Annerl en casa del verdugo, que prefigura el final trágico de la heroı́na.
En el caso de Kasperl es el entorno familiar lo que lo lleva a la muerte.
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En “Die Judenbuche Ð Ein Sittengemälde aus dem gebirgichten Westfalen” esto se
puede ver con claridad en la biografı́a de Friedrich Mergel: nace en una familia en
que reina “viel Unordnung und böse Wirtschaft” (1966: 885). Su padre, Hermann
Mergel, es alcohólico y muere, borracho, cuando Friedrich tiene nueve años.
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Gioconda Marún ha señalado el carácter social de los crı́menes de Clara. Cf.: “Pro-
ducto de la civilización, de la modernidad es Clara. Ser anónimo, alienado que cae
en un estado de crisis sı́quica, la neurosis, vı́ctima de la mentira y falsedad humana.
Este desequilibrio refleja la crisis de valores y de creencias de la nueva sociedad.”
(1984: 44). A pesar de este señalamiento, interpreta la distancia del texto de Holm-
berg respecto del policial clásico inglés a partir de una extraña clave dionisı́aca, en
lugar de ahondar en las causas sociales en relación con otras tradiciones literarias
vinculadas con este motivo o las posiciones del autor respecto de la justicia del
momento. Cf.: “El suicidio de Clara es el paradigma que continúa la destrucción y
la muerte. La ley no se puede aplicar porque es objetiva y no puede comprender la
dualidad, desajustes temporales y metafı́sicos del ser humano [...] El médicodetec-
tive es sobre todo un corazón artı́stico que descubre no sólo al crimen sino su
belleza. El crimen para él no es un problema social sino un hecho estético filosó-
fico” (1984: 45).
cas15 y de pasiones artı́sticas, pero que establece con el mundo en que se desa-
rrolla un vı́nculo provechoso para el bien comunitario. Por otra parte, el tema
del doble Ðque en Die Elixiere des Teufels aparece por primera vez en una
obra literaria como elemento central de un argumento detectivesco (en relación
con el crimen y las figuras de Medardus y Viktorin)Ð16, también desempeña en
“ La bolsa de huesos” un papel preponderante (aquı́ en relación con las vı́ctimas
Nicanor Ð Mariano Ð Saturnino)17.
Llegados a este punto, vale la pena indicar someramente algunos elementos
constitutivos de “ La casa endiablada” que ligan esta narración con el natura-
lismo y el folletı́n policial franceses y que la oponen, de manera ostensible, a la
tradición inglesa. En este relato, asistimos a la pesquisa que realizan el comisa-
rio X y el agente X para hallar al culpable del crimen del suizo Nicolás Leponti,
asesinado con el fin de sustraerle el dinero que llevaba en una “cartera repleta
de billetes” para “comprar gallinas de raza” (1957: 392). En “ La casa endia-
blada”, al igual que en otros relatos policiales de Holmberg publicados en Caras
y caretas ГDon José de la Pamplina” (1905) y “Más allá de la autopsia”
(1906)18, el investigador no es un detective diletante y artista, sino un agente
de la ley. En contraposición con la figura de Benito Lauches, el detective de
estos últimos relatos, en “ La casa endiablada” los investigadores no tienen
siquiera nombre, comisario X, oficial X. Se trata de acentuar el carácter de
engranaje dentro del mecanismo institucional de los pesquisantes de la policı́a.
El complemento de este elemento es la ausencia de nombres para los crimina-
les, el 539, el 17. En este punto, Holmberg retoma la tradición del policial folleti-
nesco francés. Al igual que en L’affaire Lerouge (1866) Ðla novela policial más
célebre del más célebre escritor francés de narraciones policiales en ese enton-
ces, Émile Gaboriau, muy popular en la Argentina de fines del siglo XIXÐ19,
en “ La casa endiablada” encontramos la instrucción de un agente de la ley que
se inicia en el oficio por parte del experimentado detective de policı́a: frente
al sistema jurı́dico-policial que se critica, se exhibe la didáctica de un modelo
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El carácter romántico de este detective-artista se halla señalado explı́citamente en
el relato, cf.: “Pero soy yo quien hace la pesquisa, como novelista, como médico,
con espı́ritu romántico Ðla mujer me interesa, y me propongo salvarlaÐ y la salvo,
es decir, la salvo de la garra policial; pero para eso es necesario que tome una dosis
doble de veneno” (Holmberg 1957: 231).
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Cf.: “In den Elixieren des Teufels tritt das Motiv des Doppelgängers Ð vor Hoffmann
nur gelegentlich verwendet, um eine geheimnisvolle oder abenteuerlich-spannende
Wirkung hervorzurufen Ð erstmals als zentrales Handlungsmoment eines literari-
schen Werkes auf.” (Steinecke y Allroggen: 1985: 581).
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Néstor Ponce (2001: 30) ha indicado al pasar la existencia de elementos naturalistas
en “ La bolsa de huesos”.
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Estos relatos fueron luego compilados en G. Marún (2002).
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Entre las obras de este autor que se publicaron en la Argentina, pueden citarse Les
esclaves de Paris (1875), El derrumbamiento (1879), El crimen de Orcival (1880),
El proceso Lerouge (1881), El expediente número 113 (1881), Monsieur Lecoq
(1883), La gente de oficina (1884).
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Cf.: “ Los negros tienen una aptitud singular para los idiomas, aptitud que no saben
poner en juego sino cuando la ocasión se presenta, y jamás la buscan. Ella se funda
en un carácter general de su constitución de raza, y es la disposición a la mı́mica;
y como el hablar otro idioma es un caso de mimetismo mental, de aquı́ que Pedro
entendiese al carrero como si le hablase en su lengua del paı́s” (Holmberg 1957:
311). En el mismo sentido, cf.: “Con sangre más ardiente, el negro tiene también
una imaginación más viva y más desordenada que el blanco” (1957: 312).
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Esto ha sido indicado acertadamente por G. Marún, cf.: “la novela detectivesca, ha
expresado Wrong, busca justificar la ley al castigar al culpable. Este aspecto, el
castigo del criminal por la ley está ausente en La bolsa de huesos, Clara aconsejada
por el detective se suicida.” (1984: 42). El distanciamiento respecto de la ley de
Estado ha sido indicado en numerosas ocasiones por la crı́tica (J. Ludmer, 1999 y
2001; S. Mattalia, 2008; A. Rodrı́guez Pérsico, 2001 y 2008; P. Cortés Rocca, 2003; G.
Marún 2008). En el mismo sentido, pero subrayando la oposición entre la ley del
Estado y la ley artı́stica, cf.: “De hecho, el protagonista no ahorra crı́ticas respecto
a la previsible ineficacia policial para abordar la pesquisa o a la incompetencia de
jueces para dictar una sentencia acorde con las circunstancias del caso, lo cual
respalda su decisión de tomarse la justicia por su mano [. . .] Ni el aparato policial
ni el judicial cuentan con medios para afrontar como merece la perfección de esta
asesina porque, o bien no alcanzarı́an a descubrirla o bien castigarı́an sus crı́menes
según una ley que no contempla ‘el asesinato como obra de arte.” (Girona Fibla
2010: 38).
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Resumen