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Escena 1: En casa, en la sala de estar.

Dos hermanos, Marcos y Andrés,


discuten animadamente.
Eber: ¡Quiero jugar baloncesto en el parque hoy
Tonathiu: ¡No, quiero jugar fútbol en el campo!
Eber: Pero jugamos fútbol todo el tiempo, ¡me aburro! Quiero probar
algo diferente.
Tonathiu: ¡El fútbol es genial! No entiendo por qué siempre tienes que
hacer cosas diferentes.
Escena 2: Ambos hermanos están molestos y comienzan a elevar el tono
de su discusión. Los padres entran en escena para mediar.
Padre: ¿Qué está pasando aquí, chicos?
Tonathiu: Marcos quiere jugar baloncesto y no quiere jugar fútbol
conmigo.
Madre: ¿No pueden encontrar alguna solución intermedia?
Escena 3: Los hermanos se miran, pensativos. Después de un momento,
se les ocurre una idea
Eber: ¿Y si jugamos un partido de fútbol rápido primero y luego vamos al
parque a jugar baloncesto?
Tonathiu: ¡Eso suena bien! Así ambos podremos hacer lo que nos gusta.
Padre: Esa es una gran idea. Los dos consiguen hacer lo que les gusta.
Madre: Y además, pasan tiempo juntos, ¿no es genial?
Escena 4: Los hermanos sonríen y se dan un puño en señal de acuerdo.
Salen juntos de la casa hacia el campo de fútbol y luego al parque.
Eber: ¡Vamos a pasarlo genial!
Tonathiu: ¡Sí, será increíble!

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