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 La tipografía tiene sus orígenes en las antiguas formas de escritura, como los jeroglíficos,

los alfabetos y la caligrafía. Algunas de las fuentes actuales se inspiran en los estilos
tipográficos romanos, griegos o góticos1.
 La invención de la imprenta por Gutenberg en el siglo XV supuso una revolución en la
producción y difusión de los textos escritos. Gutenberg creó los primeros tipos móviles de
metal, que permitían componer e imprimir páginas con rapidez y precisión 2.
 Los siglos XVI y XVII fueron una época de gran desarrollo tipográfico, con la aparición de
nuevas fuentes, como la romana, la itálica, la cursiva o la versalita. También se experimentó
con el tamaño, el color y la forma de las letras, para crear efectos visuales y comunicar
emociones3.
 El siglo XVIII fue el siglo de la ilustración y el racionalismo, lo que se reflejó en el diseño
de fuentes más claras, elegantes y armoniosas, como la Bodoni, la Baskerville o la Didot 4.
 El siglo XIX fue el siglo de la industrialización y la expansión de la prensa, lo que impulsó
la creación de fuentes más llamativas, ornamentadas y variadas, como la egipcia, la sans
serif, la slab serif o la script5.
 El siglo XX fue el siglo del modernismo y la vanguardia, lo que supuso una ruptura con las
tradiciones tipográficas anteriores y la búsqueda de nuevas formas de expresión y
funcionalidad. Algunas de las fuentes más emblemáticas de este periodo son la Futura, la
Helvetica, la Times New Roman o la Bauhaus.
 El siglo XXI es el siglo de la tipografía digital, que ha ampliado las posibilidades de diseño
y reproducción de los textos escritos. La tipografía se ha adaptado a los nuevos medios y
formatos, como la web, los dispositivos móviles o las pantallas interactivas. También se ha
diversificado y enriquecido con la incorporación de fuentes de diferentes culturas, estilos y
tendencias.

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