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ASPECTOS CULTURALES YASUNI

Con más de un millón de hectáreas, el Yasuní es el área natural protegida más grande del Ecuador
continental.

Toda el área comprendida entre los ríos Napo y Curaray era hogar de pueblos cazadores – recolectores
seminómadas relacionados con la cultura y lengua waorani. Los waorani vivían recorriendo toda el área,
cazando, recolectando frutos y manteniendo pequeños sembríos; en 1969 fueron confinados y
agrupados en una zona a la que se le denominó “protectorado”, ubicado en las cabeceras del río
Curaray.

Su interior alberga una de las mayores concentraciones de vida del planeta, con más de 2.000 especies
de árboles, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 especies de
peces.

Pero no solo es riqueza natural, sino también cultural.

La puerta de entrada

La ruta al Yasuní comienza en la ciudad de Francisco de Orellana, también conocida como El Coca,
principal puerta de entrada al Parque. Desde allí parten las embarcaciones que recorren los sinuosos
recodos del río Napo, uno de los principales afluentes del río Amazonas, para adentrarse cada vez más
en el corazón de la Amazonía ecuatoriana.

Son ocho horas de navegación hasta llegar a Nueva Rocafuerte, la última población de Ecuador en el
Napo antes de pasar a Perú.

Los espejos del cielo

En la parte más baja y llana del Yasuní se forman unas lagunas, espejos de agua en los que se refleja el
cielo con su azul intenso. De la superficie emergen los delfines rosados y grises, como también
imponentes caimanes

En mitad de la selva sobresalen vigorosos los ceibos, árboles que asombran por su descomunal tamaño.
Uno de los más famosos, ubicado en centro turístico Yaku Warmi, alcanza los 20 metros de altura y sería
el ceibo más antiguo de la Amazonía de Ecuador, con 400 años. Mientras, los pozos petroleros proliferan
como el Bloque 43, capaz de llegar a producir unos 250.000 barriles de crudo al día en los próximos
años.

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