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UT El afio que corre no solo se ha oxi- genado sustancialmente a través de su marco democrético, sino que ademas =y en términos estrictamente musi- cales-, se han ido abriendo cerrojos para que, de una buena vez, se vayan delineando en la superficie nuevas in- tenciones estéticas, sobre todo las provenientes de los Sectores mas jove- nes, Porque més allé de las recientes vi- sitas —la Nueva Trova Cubana, el Voleanto nicaragiense- y la adhe- sion multitudinaria e incondicional del piblico uruguayo; més alld de nuestros compositores mas fecundos ¥ rigurosos y fundamentalmente, més alldde ta vigencia creativa de la ma- yoria de los desexiliados, existe préc- ymente en forma underground un lenguaje sonoro que viene efectuando sus primeros pasos artisticos con sin- gular desenfado. LOS ADOLESCENTES Y UNPOSIBLE — * CAMINO EXPRESIVO Ver y oir al grupo punk Los Est6- magos en vivo y en directo ha resulta- do, para este cronista, una experien- cia provocadora por diferentes moti- vos, faciles de desentrafiar. En primer término, habria que se- falar que, actualmente, existe un vastisimo sector de la juventud (eése adolescentes), que no ha visto regis- trada su identidad, sus obsesiones y desafios, encuentros y contraluces, en lo que se denomina Canto Popu- lar Uruguayo, La pregunta, obviamente, es inme- diata: {por qué estos muchachos en tre 14y 18 afios, no se han visto se ducidos por el poder de convocato- ria enorme sin duda del Canto Popu- lar? Veamos: hasta hace un afio atrés, ni més ni menos, todos —incluidos los punkies~ sabiarmos de la implaca- ble y dolorosa situacién en contra en il I Ja que se habia sumergido a nuestra nacion. En ese sentido, y mas alld del boom de los semanarios, el foco de resistencia més penetrante y eficaz fue, quién lo puede dudar, el Canto Popular con sus innumerables com- positores e intérpretes y su actividad ppolidireccional en cuanto a concep- tualidad y acentos estéticos. De todos modos —ain a pesar de las marchas y contramarchas que es- tablecfa la censura— el Canto Popu- lar, tuvo un grave olvido: los adoles- centes. Que quede bien claro que estas re- flexiones si bien exponen una vision critica, no intentan derogar las acti- tudes ‘de composicion de nuestros mejores autores; pero sf vale la pena indicar que los mas jévenes (los licea- les, efectivamente) se vieron huérfa- noé de un lenguaje que los identifica. ra, porque los cédigos manejados por clios diferian ostensiblemente de los {que se manejaban en torno al Canto Popular Los Est6magos, entonces, mane- jan adeciadamente un lenguaje que, en su intencién pottica, registra las urgencias y necesidades de los mis j6venes. En primer lugar: la insolen- ‘ia; Iuego, el rock’n roll obsesivo rit- micamente Alli se establece el lugar comin: Jos punkies ingleses (a partir del gru- po Sex Pistols y su implacable y mor- daz disco simple “God save the Queen”, “Dios salve a la Reina”, en 1976 dijeron basta de robotizacién, de represiOn en la enseflanza (esto Jo confirma Pink Floyd, afios des- pués, con “The Wall”), de desocupa- cin de misiles,y, fundamentalmente, basta de colonialismo y paternidad sobre latinoamérica (el disco triple “Sandinista” de Clash saludando eu- foricamente el triunfo de los nicas, es un documento demoledor) por parte de Maggie Thatcher y el Tio Sam, y de glorificaciones y mitos (Ver el disco. “No more heros” de Stranglers, 1977). o ~ Estas peculiaridades, sin duda, no fueron ni son ajenas a nuestro con- texto, si dejamos de lado esa especie de “estética de la fealdad” con que, exteriormente, se expresaban y ex: presan los punkies. Porque precisamente lo exterior, por lo menos en Montevideo, ha sido lo detonante y escandaloso, siempre y cuando hablemos de una sociedad ‘conservadora que, un buen dia, le cambian los paisajes: teflirse el pelo y cortérselo de una forma bastante particular, ademds de una vestimenta tun tanto desmelenada, creo que no debe joder a nadie, a menos que agre- da exe arraigado concepto de “pro- piedad privada”” que poseen, hasta la médula, los uruguayos. Pues bien: este tipo de expresion, luego de los episodios ocurridos en varios liceos (debe leerse Juventud Uruguaya de Pie, no punks), ha aglu- tinado una serie de aseveraciones sin ‘wuelta de tuerca que van desde “sno- bismo”, pasando por “patologfa so- cial”, hasta el infaltable “neocolo- nialismo” y “penetracién imperialis- ta”, sin matices, La falta de informacion, en estas situaciones, deja descolocado a més de uno: no se debe confundir 0 ca- lificar de “patologia social” 0 “pene- tracién imperialista”, a un fenémeno decididamente contracultural. {No lo fue, acaso, hace un par de décadas el “flower power” Lo mismo ocurre aqui: existe riisica y poesia joven —con puntos de ineludible referencia en el punk inglés que est en la busqueda y consolidacion de un posible camino expresivo, LOS ESTOMAGOS EN VIVO {Simple sucursal 0 propuesta re- novadora? Asf como los integrantes del Hot Club de Montevideo realizan memorables sesiones jazzisticas —en el cdlido local de la Alianza France- Sa libre de prejuicios y racionaliza- pare ciones extremas sobre lo que se debe © no hacer 0 tocar, Los Estémagos =en el local “Graffiti” de Carrasco— efectuaron un recital decididamente insolente y distinto si hablamos de la textura del mismo. Los Estémagos estén integrados por Gabriel Peluffo (voz. lider), Gus- tavo Parodi (guitarra eléctrica), Gus- tavo Mariot (bateria y percusién) y Fabién Hernandez (bajo y teclados), yesindudable y nitida su vinculacion con el rock de los afios *80. “Nosotros pensamos que un grupo ‘musical —sefiala uno de los integran- tes del grupo— hoy en dfa, aunque parezca paradéjico, no es slo misi- ‘a; hay otros aspectos muy importan- tes, como toda la parte de Ia escena, por ejemplo. Nosotros nos preocupa- ‘mos muchos de lo que es la escena y nos brindamos en forma muy natu- nl”. Y en realidad, es apabullante el movimiento de los cuatro protagonis- fas —sobre todo su cantante dan ando en el escenario y desapegindo- se de ese lugar comiin en los urugua- yos de aparecer, “alive”, con una ri ez inmutable lo que, evidentemente, atenta estéticamente contra un espec: Aécalo. En este sentido, Los Estomagos se tntregan febrilmente a su tarea de en- riquecer su recital —sin actitudes cir. censes, claro esti con sus movi- mmientos y el efectivo apoyo luminico que va creando diversas atmésferas en tomo a la miisica, El cantante, Gabriel Peluffo, es realmente muy bueno, Manejay hhace despegar con mucha soltura di- versas tonalidades, y entonces, su voz aparece, por momentos desgarradora, susurrante, agresiva y penetrante. Detrds, lo debemos decir, hay una banda de'rock’n roll que suena y se entiende a las mil maravillas, y los arreglos, si bien no son ambiciosos ni sofisticados, son prolijos y descar- nados, al igual que su pulso poético, elemento sin duda vertebral de toda la propuesta. En este dltimo aspecto, la adjeti- vacién utilizada es minima y la meta forizacién, en consecuencia, practic mente no’ existe. Es un lenguaje di- recto, que dice las cosas por su nom- bre, y que alcanza una intensidad —la ‘obsesion ritmica en las melodias, su- mada a la originalidad de la estructu- ta arreglistica es un estupendo baston de apoyo de los textos~, por lo ex- plosivo en el tono de algunas denun- cas, solo comparable con sus pares anglosajones. Sf, es cierto, las referencias son inevitables: Sex’ Pistols, Clash, The Cure, Stranglers, y hasta incluso Tak king Heads; pero de ninguna manera este grupo caerd en el olvido, ya que su impetuosidad escénica esta esta- bleciendo un cédigo estético que no naufragard: personalidad estilisti- ca definida, potencial expresivo, alien- to poético —alejado de todo lo cono: cido en estas costas— conforman un ee central poderoso —nada tamba- leante, por cierto-, que se suma aun piiblico efervescente y satisfecho. Los Estomagos, mas acd o mas allé del fenémeno punk, daré mucho que hablar en breve. No es facil abrirse camino entre lo ya largamente es blecido —y hasta en algunos casos, fa- tigante—, pero el gran riesgo de rom- per los esquemas y ciertos conven cionalismos —que los hay, como en todo el mundo-, ya comenz6 con este recital preciso y avasallante. Lo de siempre: no hay copia o ad- jetivos que valgan, cuando la calidad interpretativa prevalece. Las buenas intenciones y sobre todo los buenos misicos, se olvidan de todo prejuicio sano 0 insano, y tocan, gozan como buen cristiano y hacen participar, que es to mas importante. Lo demis es literatura, dicen lo que saben. Y bien, atrévase con Los Estomagos, pero deje la xenofobia colgada en el perchero. Y no se asuste de escuchar “Cam- balache” en tiempo de punk. La ver- sién_es de antologfa. Discépolo agra- decide. Radil Forlin Lamarque 37- nueva viola

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