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ISP .”JVG” - Dpto de Biología - Biología de las Plantas I -2020


Prof. Fabián V. Schipani

Resumen para campus - ORGANIZACIÓN CORPORAL: EL CORMO TÍPICO

Introducción:
Las Plantas vasculares o Traqueofitas, a diferencia de las Briofitas, se caracterizan por poseer una
organización corporal con diferenciación de tejidos y órganos. El modelo corporal del esporofito
(generación predominante y permanente) se denomina cormo y está constituido por la raíz y
el vástago.

En un cormo típico la raíz, ordinariamente


subterránea, es el órgano encargado de
absorber agua y sales y de fijar a la planta al
suelo, pudiendo en algunos casos almacenar
sustancias nutritivas.
Por su parte el vástago, generalmente aéreo y
erguido, está formado por el tallo – eje
caulinar – y las hojas.

El tallo tiene como funciones servir de


soporte de las hojas y conducir tanto el agua
y las sales desde las raíces al resto del cormo
como sustancias elaboradas desde las hojas
hasta las zonas del vástago en crecimiento y
los órganos subterráneos.
Las hojas por lo común son los órganos
aéreos especializados en la producción de
los nutrientes orgánicos al llevarse a cabo en
ellas la fotosíntesis.

Origen evolutivo:
Evolutivamente, el cormo habría surgido como una
estructura caulinar subterránea, de crecimiento horizontal,
a partir de la cual emergían ejes caulinares aéreos
fotosintéticos.
De acuerdo a esta hipótesis, las raíces y las hojas–
presentes en la gran mayoría de las Traqueofitas
actuales- se originaron por modificaciones evolutivas de
esta estructura caulinar ancestral.
Este tipo de organización corporal corresponde a las
Rhyniofitas, grupo de plantas extintas que representan
las especies más primitivas de las plantas vasculares.
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 Homologías y Analogías

En las plantas con semilla (Gimnospermas y Angiosperma), la raíz y el vástago comienzan su


formación a partir de estructuras definidas del embrión: la radícula y la plúmula o gémula. Si bien
en algunas variedades de plantas pueden observarse estructuras que se alejan del patrón corporal
general, éstas corresponden a una modificación, evolutiva y/o ontogénica, de la raíz, el tallo o la
hoja.
Por ejemplo, en una “tuna” (cactácea) las espinas corresponden a hojas modificadas, por lo cual se
llaman espinas foliares. A este tipo de estructuras que poseen apariencia y función diferente
(ejemplo, una hoja con lámina fotosintética y una espina foliar) pero que tienen un mismo origen
evolutivo / ontogénico (en el ejemplo ambas son hojas derivadas de primordios foliares) se las
denomina homólogas.
En contraposición, las estructuras análogas son aquellas que si bien presentan una fisonomía
similar sus orígenes ontogénicos/evolutivos son distintos. Estas analogías están relacionadas con
cumplir funciones similares asociadas a la sobrevida en un ambiente particular.
Por ejemplo en plantas trepadoras es común encontrar zarcillos, sin embargo según las especies
éstos pueden corresponder a modificaciones de hojas o de tallos.

Sistema Radicular

La raíz es un órgano del cormo ordinariamente subterránea (con geotropismo positivo), cuya
funciones básicas son fijar a la planta al sustrato y absorber agua e iones minerales disueltos, que
luego se transportarán por lo vasos de conducción hasta las distintas partes del vástago.
Ontogénicamente, las raíces se originan a partir de la radícula del embrión pero también pueden
surgir de la actividad de tejidos internos de tallos u hojas en cuyo caso se denominan raíces
adventicias.

El modelo básico de raíz – que se observa en la mayoría de las Gimnospermas y Dicotiledóneas


corresponde a la raíz axomorfa o pivotante, la cual tiene su origen por crecimiento y desarrollo de
la radícula del embrión. Este tipo de raíz posee un eje principal vertical del cual se desarrollan a
partir del periciclo (tejido meristemático interno) ejes radiculares laterales (raíces laterales o
secundarias).

En las Monocotiledóneas la radícula aborta su crecimiento y las raíces surgen a modo de cabellera
a partir de la actividad de tejidos internos de extremo basal del tallo, constituyendo un sistema
radicular llamado fascicular, fibroso o “en cabellera”.

Este tipo de raíces, al igual que las presentes en los tallos de ciertas plantas trepadoras, en los tallos
subterráneos y en todos los helechos, se denominan adventicias por originarse de una estructura
distinta a la radícula.

A su vez, algunas especies (tanto de Mono como de Dicotiledóneas) pueden desarrollarse en el


vástago raíces adventicias con funciones particulares, por ejemplo las raíces aéreas que se originan
en los vástagos con función principalmente de sostén en las plantas trepadoras o las que surgen de
los nudos de los estolones o multiplicación vegetativa a partir de estacas.
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En todos los tipos de raíces, el crecimiento en longitud se debe a la presencia en los extremos
de meristemas apicales y a diferencia de la morfología del tallo, los ejes radiculares carecen de
nudos, entrenudos y yemas.

En los ejes radiculares, cercano a sus extremos, la epidermis radicular (tejido de revestimiento)
presenta unas proyecciones llamadas pelos radiculares o abosorbentes. Estos pelos son
unicelulares y cumplen la función de aumentar la superfice y el área de absorción de agua y sales.
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El Vástago

La unidad del vástago está representada por la “rama” constituida por el tallo (eje caulinar) y las
hojas, las cuales se distribuyen en el tallo según patrones específicos denominados filotáxis.

El crecimiento del vástago se lleva a cabo a partir del desarrollo de las yemas. Cada eje caulinar
presenta en su extremo una yema apical – que permite el crecimiento en longitud – y yemas
axilares, ubicadas en los nudos en la axila de la base foliar de las hojas, de las cuales desarrollan
las ramificaciones laterales (“ramas”).

 El Tallo
En el tallo pueden distinguirse nudos y
entrenudos. Los nudos corresponden al lugar
en la cual se unen las hojas al tallo y se
desarrollan las yemas laterales.

Los entrenudos son las porciones del tallo


comprendidas entre dos nudos sucesivos. Los
entrenudos pueden variar su longitud y en
algunas especies no desarrollan,
denominándose a estas plantas “acaules”.

A lo largo del tallo se distingue una sucesión repetitiva de nudos (generalmente alternados por
entrenudos) en los cuales se insertan hojas y yemas (o sus derivados) con distinto grado de
desarrollo.
Esto lleva al concepto de fitómero (fito: planta, mero: parte) que represnta la unidad de la rama
conformada por el nudo con la/s hojas y la/s yema/s y la porción de los entrenudos superior e
inferior correspondientes.

Modelo de fitómero:

A pesar de las variedades de tallos y el


número y tipo de hojas y yemas que se
presentan en las distintas especies de Plantas
Vasculares, todas presentan un modelo básico
común de fitómero.

Este modelo básico tiene tres componentes que


se relacionan entre sí de la siguiente manera: un
nudo (con la porción del entrenudo superior y la
del inferior), la inserción de una hoja y la
presencia de una yema (o sus derivados) en el
ángulo superior que forma la hoja con el tallo
(axila).
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Tanto la yema axilar como la hoja presentan comunicación vascular (xilema y floema) con nudo
del tallo.
Esta organización del fitómero es ontogénica ya que está presente en la estructura de la yema de la
cual deriva la rama y es común para todas las plantas vasculares.

 Las Hojas

Las hojas ordinariamente presenta una base foliar, por la cual se une al tallo, la cual se
continúa en un pecíolo (a veces ausente) que sostiene a la lámina o limbo generalmente
fotosintética.

Dependiendo de la característica de su lámina las hojas pueden clasificarse en dos grandes grupos:

- Hoja simple cuando la lámina es entera


(esquema anterior).

- Hoja compuesta cuando el limbo está


divido en fracciones o folíolos los cuales
pueden estar a su vez subdivididos (folíolulos).
El eje principal que sostiene a los folíolos
recibe el nombre de raquis.

Una variedad de hoja muy común en las Gramíneas, y otros


grupos de Monocotiledóneas, presenta una base foliar en
forma de vaina que envuelve parte del tallo y una lámina
acintada y paralelinervada.
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 Origen ontogénico de las hojas en Espermatofitas (plantas con semilla)

A partir de la conformación del


embrión y durante el transcurso de la
germinación, el crecimiento y
desarrollo de la planta se pueden
reconocer una secuencia foliar
(temporal y espacial) de distintos
tipos de hojas denominada sucesión
foliar.

Durante el desarrollo del embrión en


la semilla se forman las hojas
embrionarias las cuales se denominan
cotiledones. Estos difieren en número,
apariencia y función según y tipo de
espermatofita.
En el transcurso de la germinación,
comienzan a desarrollarse los primeros
primordios foliares de la gémula o
plúmula embrionaria que darán origen
a las primeras hojas de la plántula. En
varios casos, estas primeras hojas
pueden ser similares en forma, tamaño
y función al resto de las hojas que
surjan posteriormente; sin embargo en
muchas especies, generalmente de
Dicotiledóneas, estas hojas iniciales no
tienen las características de la hoja definitiva (llamada nomofilo) y corresponden a los catafilos y
los protofilos.

Los catafilos aparecen en algunas plántulas al iniciarse el crecimiento del vástago durante la
germinación. Son hojas en la que desarrolla
solamente la base foliar, por lo cual son reducidas y se presentan en forma de escama en el
primer nudo de la plántula.
Los protofilos a menudo son hojas fotosintéticas con una morfología más simple que el
nomofilo. Por ejemplo, en especies cuyas hojas presentan la lámina dividida (“hoja compuesta”),
el protofilo presentan su lámina entera (“hoja simple”). Por lo cual, en las plántulas de muchas
especies, se da una sucesión de varios protofilos cada vez más complejos hasta el desarrollo del
nomófilo definitivo.

Luego de los catafilos y protofilos (de existir); en los siguientes nudos de la plántula surgen los
nomofilos que corresponden a las hojas definitivas que van a constituir el follaje de la planta.
Ordinariamente, su estructura es laminar, herbácea y con función fotosintética, sin embrago en
muchas especies presentan modificaciones parciales o totales (espina, zarcillo) asociadas a la
supervivencia en al ambiente en que se desarrolla la planta.
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Posteriormente, al iniciarse la época de reproducción, se desarrollan - principalmente en


Angiospermas - hojas modificadas que conformarán las estructuras reproductivas.
Los primordios foliares de las yemas florales dan origen a las:
1- las brácteas o hipsofilos (muchas veces diferenciadas por forma o color con los nomófilos)
que preceden a las flores o inflorescencias y
2- los antofilos que corresponderán a las hojas modificadas (sépalo, pétalo, estambre y carpelo)
que conformarán las piezas florales.

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