El maltrato animal es la acción o la falta de acción que provoca daño físico o psicológico en un animal.

Este
comportamiento puede ser intencional o negligente por parte de los seres humanos y puede ocurrir en distintas
formas y contextos.

El maltrato físico puede incluir golpear, patear, quemar, cortar, asesinar, lanzar o hacer sufrir a un animal de cualquier
manera que cause lesiones, dolor o sufrimiento físico. También puede involucrar la falta de atención adecuada a las
necesidades básicas de un animal, como proporcionar agua, alimento, refugio y atención veterinaria.

El maltrato psicológico implica infligir dolor emocional o sufrimiento a un animal. Esto puede incluir situaciones de
aislamiento excesivo, confinamiento en espacios inadecuados o estresantes, privación de estímulos naturales,
abandono, entrenamiento o manipulación cruel, exposición a violencia, sonidos fuertes o miedo constante.

El comercio y tráfico ilegal de animales también es considerado como una forma de maltrato animal. Esto implica el
contrabando, la venta ilegal, transporte inadecuado y condiciones de vida inhumanas para los animales.

El maltrato animal no solo es moralmente equivocado, sino que también puede ser un delito en muchos países.
Existen leyes y regulaciones que buscan proteger a los animales de maltratos y abusos y promover su bienestar.
Además, diversas organizaciones y activistas luchan por promover la conciencia y denunciar los casos de maltrato, así
como también trabajan en la implementación de políticas y programas para su prevención y erradicación.

No alimentarlos bien. / Estimularlos con instrumentos que les causan dolor, como el látigo. / Hacerlos trabajar
muchas horas sin descanso. / Hacerlos trabajar cuando no están en buen estado físico. / Estimularlos con drogas sin
fines terapéuticos. / Usarlos para llevar vehículos muy pesados.