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José FranciscoConde Ortega

CAZADOR

Como un juego del tiempo

que quiere regresary detenerse,
maduran pechosintocados
en los ojos
de un ocrubreque nacedel asombro.

[¿ tarde se encandila
en un fragor de blusa y tobilleras;
el color de la piel
ilumina las pisadasy la calle:
dos óvalosrevientanel prodigio de la tela.

Tiembla el lobo.
La boca se humedece
siguiendo fijo itinerario.
 Fu¡NTES
HUMANÍSTICAS 85

LOBOVrEJO

El lobo mira al cielo

y la negrurade la noche
declarasu verdad de lobo viejo;

las cicatricesde otras sombras

dejan ver su huella en los colmillos.

El lobo intenta los zarpazos

que dañan solamenteal aire de la noche
suciade cristalesy de luces.

El lobo mira susoreiasen el charco

y apareceun cielo obscuro:
no amanece.

Del libro Los lobos aiuen del aiento