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FACULTAD DE TRABAJO SOCIAL

REGIÓN POZA RICA-TUXPAN

ALUMNA:
Martínez Pérez Nimbe Marian.
MATRÍCULA:
S21022877.
SEMESTRE:
3°.
CATEDRÁTICA:
M.T.S. Herrera Lara Laura.
EXPERIENCIA EDUCATIVA:
Diagnóstico Social.
LICENCIATURA:
Trabajo Social.
ÁREA:
Humanidades.
ACTIVIDAD:
Pronóstico.
FECHA DE ENTREGA:
03/06/2023
INTRODUCCION

Los trastornos alimenticios representan una preocupación creciente en la sociedad actual, y los
jóvenes universitarios no son inmunes a esta problemática. La transición a la vida universitaria
implica una serie de cambios significativos en la vida de los jóvenes, incluyendo la independencia,
nuevas responsabilidades y una mayor presión académica y social. Estos factores pueden
contribuir al desarrollo de trastornos alimentarios entre los estudiantes universitarios, lo que
representa un desafío importante para los trabajadores sociales que buscan promover el bienestar
y la salud mental en este grupo poblacional.

Diagnosticar y abordar los trastornos alimenticios a nivel grupal requiere de una comprensión
integral de los factores individuales y sociales que contribuyen a su aparición y persistencia. El
trabajo social, como disciplina orientada hacia el cambio social y el fortalecimiento de las
comunidades, desempeña un papel clave en la detección temprana, la evaluación y el tratamiento
de los trastornos alimenticios en jóvenes universitarios.

En este contexto, el diagnóstico grupal se presenta como una herramienta valiosa en el trabajo
social, permitiendo identificar patrones, tendencias y necesidades comunes en un grupo de
jóvenes universitarios que presentan trastornos alimenticios. Este enfoque permite un abordaje
más efectivo y holístico, considerando los aspectos individuales, familiares, académicos y sociales
que influyen en la problemática.

El diagnóstico grupal en trabajo social implica una evaluación exhaustiva que va más allá de los
síntomas físicos y emocionales de los trastornos. Se busca comprender el entorno social y cultural
en el que los jóvenes se desenvuelven, las presiones y expectativas a las que están expuestos,
así como los recursos y apoyos disponibles. Además, se consideran las interacciones y dinámicas
grupales, y cómo estas pueden influir en la aparición y mantenimiento de los trastornos
alimenticios.

Al obtener un diagnóstico grupal preciso, los trabajadores sociales pueden diseñar estrategias de
intervención adecuadas que aborden tanto los factores individuales como los contextuales. Esto
puede incluir el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento, el fomento de una alimentación
saludable y una imagen corporal positiva, la promoción de entornos universitarios inclusivos y el
acceso a servicios de salud mental especializados.

Para esto, el diagnóstico grupal en trabajo social es esencial para comprender y abordar los
trastornos alimenticios en jóvenes universitarios. Al considerar los aspectos individuales y
contextuales, los trabajadores sociales pueden desarrollar intervenciones efectivas que
promuevan el bienestar y la salud mental en este grupo poblacional. El enfoque grupal permite
identificar necesidades comunes y facilita el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento
más eficaces, contribuyendo así al bienestar integral de los jóvenes universitarios.
Pronóstico de Trabajo Social: Diagnóstico Grupal en el Ámbito del Trastorno Alimenticio en
Jóvenes Universitarios.

Objetivo General:
Promover la salud y el bienestar de los jóvenes universitarios con trastornos alimenticios, a
través de un enfoque de trabajo social grupal que fomente la conciencia, la comprensión y el apoyo
mutuo.

Objetivos Específicos:

1. Identificar y comprender los factores individuales, familiares, sociales y académicos que


contribuyen al desarrollo de trastornos alimenticios en jóvenes universitarios.
2. Proporcionar información y educación sobre los trastornos alimenticios, incluyendo sus causas,
consecuencias y recursos de tratamiento disponibles.
3. Fomentar la conciencia y el autocuidado entre los participantes, promoviendo una relación
saludable con la alimentación y el cuerpo.
4. Proporcionar un espacio seguro y de apoyo donde los jóvenes universitarios puedan compartir
experiencias, sentimientos y preocupaciones relacionadas con los trastornos alimenticios.
5. Desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y habilidades de resiliencia para superar
los desafíos asociados con los trastornos alimenticios y la vida universitaria.
6. Facilitar la conexión con recursos comunitarios y profesionales especializados en trastornos
alimenticios para brindar apoyo adicional y tratamiento individualizado según sea necesario.

Metodología:

1. Sesiones grupales: Se llevarán a cabo sesiones grupales semanales donde se abordarán


diferentes temas relacionados con los trastornos alimenticios, como la autoimagen, la presión
social, la alimentación saludable y el estrés académico. Estas sesiones proporcionarán un
espacio seguro y de apoyo donde los participantes puedan compartir sus experiencias y
aprender unos de otros.
2. Talleres educativos: Se organizarán talleres educativos mensuales impartidos por profesionales
de la salud especializados en trastornos alimenticios. Estos talleres brindarán información
actualizada sobre los trastornos alimenticios, estrategias de prevención y recursos de
tratamiento disponibles.
3. Entrevistas individuales: Se llevarán a cabo entrevistas individuales al comienzo del programa
para evaluar las necesidades y metas de cada participante. Estas entrevistas también se
utilizarán para monitorear el progreso individual a lo largo del programa.
4. Apoyo continuo: Se proporcionará apoyo continuo a través de sesiones grupales adicionales,
grupos de apoyo online y la asignación de un profesional de trabajo social como punto de
contacto principal para los participantes.

Indicadores de Éxito:

1. Aumento en el conocimiento y la comprensión de los trastornos alimenticios entre los


participantes.
2. Mejora en la relación con la alimentación y la imagen corporal de los participantes.
3. Disminución de los comportamientos alimentarios y patrones de ejercicio perjudiciales.
4. Mayor habilidad para identificar y utilizar estrategias de afrontamiento saludables.
5. Mayor acceso y participación en recursos de tratamiento especializados.
6. Mejora en el bienestar emocional y académico de los participantes.

Indicadores de posible fracaso:

En caso de no aplicar correctamente el diagnóstico en el grupo de jóvenes universitarios con


trastornos alimenticios, o en caso de que ellos no atiendan las necesidades que se les
brindan, pueden incluir:

1. Ausencia de tratamiento adecuado: Si no se realiza un diagnóstico correcto, es posible que los


jóvenes no reciban el tratamiento específico que necesitan para abordar sus trastornos
alimenticios. Esto puede conducir a una falta de mejoría en sus síntomas y a un empeoramiento
de su condición.
2. Mayor riesgo de complicaciones físicas y emocionales: La falta de un diagnóstico preciso y de
una intervención adecuada puede aumentar el riesgo de complicaciones físicas y emocionales.
Sin el apoyo y tratamiento adecuados, estos trastornos pueden tener un impacto significativo
en su salud y bienestar general.
3. Aislamiento y falta de apoyo social: Si los jóvenes no reciben el diagnóstico adecuado y, como
resultado, no se les brinda el apoyo necesario, es posible que se sientan aislados y
desatendidos. La falta de un sistema de apoyo social sólido puede dificultar su recuperación y
aumentar su sensación de soledad y desesperanza.
4. Interferencia con el rendimiento académico: Estos trastornos pueden afectar negativamente el
rendimiento académico de los jóvenes universitarios. Si no se abordan adecuadamente, estos
trastornos pueden interferir con su capacidad para concentrarse, asistir a clases y completar
sus tareas académicas, lo que puede llevar a un bajo desempeño y dificultades en su educación
superior.
5. Persistencia de los patrones de comportamiento dañinos: Si los jóvenes universitarios no
reciben el diagnóstico correcto y, por lo tanto, no se les brinda la intervención adecuada, es
posible que sus patrones de comportamiento dañinos relacionados con la alimentación y la
imagen corporal persistan. Esto puede prolongar su sufrimiento y dificultar su capacidad para
tener una relación saludable con la comida y su propio cuerpo.

Limitaciones:

1. La efectividad del programa puede variar según la motivación y la participación activa de los
jóvenes universitarios.
2. Es posible que algunos participantes no se sientan cómodos compartiendo sus experiencias en
un entorno grupal y puedan preferir un enfoque individualizado.
3. La disponibilidad y accesibilidad de recursos de tratamiento especializados puede variar según
la ubicación y los recursos disponibles en la comunidad.

Evaluar y ajustar el pronóstico: Durante el desarrollo del programa, es esencial realizar


evaluaciones periódicas para medir el progreso y ajustar las intervenciones según sea necesario.
Las evaluaciones pueden incluir encuestas de satisfacción de los participantes, entrevistas
individuales y el seguimiento de los indicadores de éxito establecidos.

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