----r

Louis Althusser

PSICOANÁLISIS
Y CIENCIAS HUMANAS
Dos conferencias
(1963-1964)

Edición establecida y presentada

por Olivier Corpet y Frarn;:ois Matheron

Ediciones Nueva Visión

Buenos Aires
 Althusser, Louis
Psicoanálisis y ciencias humanas. Dos conferencias. - 1ª EDICIÓN PÓSTUMA DE LAS OBRAS
ed. - Buenos Aires: Nueva Visión, 2014 DE Lorns ÁLTHUSSER
112 p.; 19,5x13 cm. (Psicología Contemporánea)
ISBN 978-950-602-658-5

Traducción de Pablo l. Betesh

1. Psicología, l. Betesh, Pablo l., trad .
CDD 150

Título del original en francés:

Psychanalyse et sciences humaines. Deux conférénces
© 1996, Librairie Générale Franc;aise/IMEC
*This edition by agreement with 2 Seas Literary Agency and SalmaiaLit
El _P~~sent,e trabajo se inscribe dentro de un programa de
ed1c10n postuma de los textos de Louis Althusser, en su
mayoría totalmente inéditos, que provienen de los archivos
del ~lósofo que su familia encomendó en julio de 1991 al
Instltut Mémoires de l 'édition contemporaine (IMEC ).

Traducción de Pablo l. Betesh
ISBN 978-950-602-658-5
Toda reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier sistema - incluyendo el
fotocopiado- que no haya sido expresamente
autorizada por el editor constituye una infrac-
ción a los derechos del autor y será reprimida
con penas de hasta seis años de prisión (art. 62
de la ley 11. 723 y art. 172 del Código Penal).
Ya publicados:
1_. L 'a~~~ir dure longtemps, suivi de Les F aits ( 1992)
[Existe ed1c10n en castellano: El porvenir es largo - Los
hechos, Destino/Áncora y Delfín (1993)].
2. Journal de captivité. Stalag XA, 1940-1945 :
Carnets: correspondances, textes (1992).
3: Ec~it~,sur lapsychanalyse. Freud et Lacan (1993)
[Existe ed1c10n en castellano: Escritos sobre psicoanálisis.
Freud Y, Lacan, Siglo XXI (1996)].
4. E_crits philosophiques et politiques, tomo I (1994).
5. Ecrits philosophiques et politiques, tomo II ( 1995).

, La puesta en valor del Archivo Althusser y la edición

© 2014 por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumán 3748 (Cl 189AAV),
posturna de estos textos han quedado bajo la responsabilidad
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. Queda hecho el
depósitoquemarcalaley 11.723. Impreso en laArgentina/PrintedinArgentina. científica del IMEC.

7
PRESENTACIÓN

Las dos conferencias que se publican en este volumen las

pronunció Louis Althusser durante el seminario sobre
Lacan y el psicoanálisis que tuvo lugar en laÉcole normale
supérieure durante el año universitario 1963-1964. Se
trata del tercer seminario organizado por Althusser,
después del de 1961-1962 sobre el joven Marx y el de
1962 y 1963 sobre los orígenes del estructuralismo; el del
siguiente año, sobre El Capital, dará lugar ala publicación
deLire «Le capital». 1 Paralelamente, Althusser invitó a
Lacan, a quien habían echado del Hospital Sainte-Anne,
a dar su propio Seminario en la École, cuya primera sesión
tuvo lugar el 15 de enero de 1964;2 y el 6 de diciembre de
1963 también pronunció una larga alocución de presen-
tación del seminario de Pierre Bourdieu y de Jean-Claude
1
Para leer «El Capital», México, Siglo XXI, 1969.
2
Cf. nuestra presentación de Louis Althusser,Écrits sur la psychanalyse.
Freud et Lacan, París, Stock/IMEC, 1993; Biblio-essais, Le Livre dePoche,
1995 [Escritos sobre psicoanálisis. Freud y Lacan, México, Siglo XXI,
1996); cf. también Élisabeth Roudinesco, Jacques Lacan. Esquisse d 'une
vie, histoire d'un systéme de pensée, París, Fayard, 1993 [Lacan. Esbozo
de una vida, historia de un sistema de pensamiento, Buenos Aires, Fondo
de Cultura Económica, 1994).

9
Passeron. 3 Había llegado elmomentoparaéldeestablecer
alianzas estratégicas destinadas a modificar el estado del
campo teórico, por aquel entonces ampliamente dominado
por laproblemática «estructuralista», y más generalmente
marcado por la emergencia de las «ciencias humanas». De
hecho, con la publicación casi simultánea de Pour Marx
(Para Marx) y de Para leer «El Capital» a finales del año
1965, Althusser rápidamente se convertiría en una de las
mayores referencias teóricas de su época.
Cuando Althusser organizó su seminario sobre Lacany el
psicoanálisis ya había publicado la mayor parte de los
artículos que fueron recogidos enPour Marx; en cambio,
todavía no había escrito nada, por así decirlo, sobre el
psicoanálisis: precisamente, fue en el contexto de este
Seminario que redactó, a principios de 1964, lo esencial de
su artículo «Freud y Lacan». 4 Sin embargo, lejos de ser solo
simples esbozos de ese célebre escrito, sus dos conferencias
presentan una originalidad indiscutible. En efecto, el acento
está puesto acá en una cuestión que no es la cuestión central
de «Freud y Lacan»: «¿cuál es el lugar que ocupa en la
actualidad, en 1963, en el ámbito de las ciencias humanas, el
psicoanálisis?». Lo cual implica, añade enseguidaAlthusser,
«que sepamos contotal exactitud lo que el psicoanálisis es en
sí mismo, y que sepamos con total exactitud lo que es el
ámbito de las ciencias humanas». De ello surge, de inmediato,
3
El registro de este discurso y de todos los documentos citados en esta
edición figura en los archivos de Althusser que se conservan en el Instituto
Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC), donde se los puede
consultar.
4
«Freud et Lacan», La Nouvelle Critique, diciembre de 1964-enero de
1965; reeditado en Escritos sobre psicoanálisis, Freud y Lacan.
10
un desdoblamiento de la interrogación: se trata, a la vez, de
considerar una cuestión de hecho y una cuestión de derecho.
Cuestión de hecho: «¿cuál es el lugar "empíricamente
efectivo" que ocupa en la actualidad, en 1963, en el ámbito
de las ciencias humanas, el psicoanálisis en Francia?». Esta
cuestión no puede ser resuelta si no es efectuando un largo
rodeo empírico por lahistoria de larecepción delpsicoanálisis
en Francia, lo que constituye la parte más importante de la
primera exposición. Al tiempo que se toma el trabajo de
aclarar que procede así «por una razón teórica provisoria
que», espera, «serámuy pronto superada», no deja de enun-
ciar un proposición de la que lo menos que se puede decires
que no es muy frecuente en su obra publicada en vida: «voy a
contarles lahistoria que tiene este problemapara mí».
Cuestión de derecho: «¿cuál debe ser la relación entre el
psicoanálisisyelámbitodelascienciashumanas?». Cuestión,
sin duda, «desmedida», reconoce desde un principio
Althusser, puesto que el objetivo es muy simplemente«definir
las condiciones de posibilidad teóricas de una investigación
válida tanto en el ámbito del psicoanálisis como en el ámbito
de las ciencias humanas en general». La segunda exposición
tendráprecisamente por objetivo abordaruno de los aspectos
de este vasto problema: el de las relaciones entre psicoanáli-
sis y psicología. Al trazaruna línea de demarcación rigurosa
entre estas dos disciplinas, Althusser habrá contribuido, tal
vez, a hacer que su empresa sea un poco menos desmedida.
Y el lector, tras haber alcanzado el final de este volumen,
tendrá sin dudaunaideamuchomás precisade lainterpretación
propiamente althusseriana de una consigna que fue carac-
terística de una época: la del rechazo a la psicología.
11
 El seminario de 1963-1964 sobre Lacan y el psicoanálisis
se desarrolló de la siguiente manera. La primera exposición
fue de Michel Tort. Estaba dividida en tres sesiones y se
ocupaba de desplegar de manera muy general los conceptos
freudianos y lacanianos. Laprimera exposición de Althusser
se insertó entre las dos primeras sesiones de Michel Tort.
Étienne Balibar, a continuación, se dedicó durante dos
sesiones ahablarde lapsicosis. Acto seguido, llegó el turno
de la exposición de Jacques-Alain Miller sobre Lacan (tres
sesiones). Achille Chiesa habló justo después de Mer-
leau-Ponty y del psicoanálisis y, luego, Yves Duroux, de
«Psicoanálisis y fenomenología». Althusserdio entonces su
segunda exposición, y elúltimo orador fue, finalmente, Jean
Mosconi («Psicoanálisis y antropología»). 5 La corres-
pondencia de Althussermuestra que se planteó con mucha
seriedad publicar el conjunto de estas contribuciones, pero
el proyecto no tuvo continuidad.
Los archivos de Althusserno contienenninguna versión
escrita de sus exposiciones ni el menor conjunto de notas
preparatorias, y el registro conservado de su segunda
conferencia demuestra con claridad que ese día no estaba
leyendo ningún texto redactado con anterioridad, contra-
5
Esta cronología se estableció a partir de dos conjuntos de notas
manuscritas de oyentes: las notas de Althusser conservadas en sus archi-
vos y las notas de Étienne Balibar que él mismo dejó en el IMEC. Los
archivos de Althusser contienen, además, las grabaciones de las siguien-
tes exposiciones: la segunda ~xposición de Althusser (casi completa), las
exposiciones completas de Etienne Balibar y de Jacques-Alain Miller
y la exposición de Michel Tort (breve fragmento). Estos registros también
contienen cierta cantidad de discusiones que siguen a las exposiciones, en
las que es significativa la participación de Althusser.
12
riamentealoquehizo,porejemplo,enelseminariosobreE/
Capital. El texto de la primera exposición se estableció a
partir de la transcripción en bruto, que Althusser conservaba
en sus archivos, de un registro que hoy en día resulta
inhallable: una transcripción a menudo muy defectuosa,
sobre todo en lo que respecta a los nombres propios. Para
la fijación de este texto, por lo tanto, nos hemos basado en las
notas de oyente que tomó Étienne Balibary que nos han sido
valiosas en extremo. El texto de la segunda exposición se
estableció a partir de la transcripción de una cinta magnéti-
ca que se conservaba en los archivos de Althusser, y, de
tanto en tanto, se completó con las notas de Étienne Balibar.
Tanto en un caso como en el otro, hemos sido animados
porunadoble preocupación: mantener en las exposiciones
suretóricaespecífica y editarun texto legible. Lo que nos ha
conducido a la siguiente toma de partido: hemos suprimido
puray simplemente, sin señalarlo en forma sistemática, las
repeticiones, cuyo único efecto habría sido acabar en un
texto incorrecto desde el punto de vista sintáctico; también
hemos suprimido las frases inacabadas cuyo sentido era
imposible reconstruir (cuando Althusser interrumpía una
frase por la mitad para volver a empezar con otra), pero las
hemos puesto entre corchetes; hemos modificado ciertas
frases que eran inaceptables sintácticamente, cuando el
sentido no era dudoso; y, finalmente, hemos dejado tal como
estaban ciertas frases sintácticamente aproximativas, cuando
nos parecía que no dificultaban la lectura. Naturalmente,
asumimos la entera responsabilidad de los errores de
transcripción que se habrían podido cometer.
Queremos agradeceraFran<;ois Boddaert, heredero de
13
 Louis Althus ser, quien nos ofreció toda su confianza' así Primera conferencia
'
como a Elisabeth Roudinesco y a Étienne Balibar, sin los
cuales la fijación del texto de estas conferencias habría sido' EL LUGAR DEL PSICOANÁLISIS
tal vez, una tarea imposible. EN LAS CIENCIAS HUMANAS*

1 Olivier CoRPET- Franr;ois MATHERON

Nos vamos a interesar por el lugar efectivo que ocupa el

psicoanálisis en el ámbito de las ciencias humanas en la
1 actualidad, en 1963, a través de la interpretación de Lacan.
Cuando digo «el lugar que ocupa en la actualidad el psico­
análisis en el ámbito de las ciencias humanas», esta simple
fórmula implica, desde luego, dos requisitos fundamentales:
1º) que sepamos con total exactitud lo que el psicoanálisis es
en sí mismo y 2º) que sepamos con total exactitud lo que es
1 el ámbito de las ciencias humanas. En consecuencia, el
problema que planteamos depende de dos cuestiones: 1 º) de
una constatación de hecho: ¿cuál es el lugar empíricamente
., efectivo que ocupa en la actualidad, en 1963, en el ámbito de
J las cienciashumanas, el psicoanálisis; cuál es el papel práctico
1 hoy, en el ámbito de las ciencias humanas? y 2 °) de una
cuestiónde derecho: dado lo que es la esencia del psicoanálisis,
1
por un lado, y lo que es la esencia de las ciencias humanas,
¿cuál debe ser la relación de derecho entre el psicoanálisis y
el ámbito de las ciencias humanas? Si hoy llegamos a res­
ponder a esta cuestión de derecho-se trata, desde luego, de
*Título elegido por los editores.

14 15

--
una ambición que se puede considerar como desmedida, y
yo soy el primero en considerarla así- , lograremos definirpor
esa misma vía un campo teórico de investigaciones en el que
toda reflexión teórica, científica, metódica y rigurosa
necesariamente debe entrar en lo que concierne tanto al psi-
coanálisis mismo como al ámbito de las ciencias humanas.
La empresa desmedida que está en tela de juicio, en la
serie de exposiciones que emprendemos, es precisamente
definir las condiciones de posibilidad teóricas de una
investigación válida tanto en el ámbito del psicoanálisis como
en el ámbito de las ciencias humanas en general. Para ello voy
aemplearunaformaunpocoinéditadeplantearelproblema,
diciéndoles de inmediato que se puede plantear de dos
maneras diferentes. De un modo perfectamente objetivo,
haciendo abstracción de la experiencia personal de quien
habla: yo podría hacer una exposición ante ustedes y tratar
la cuestión haciendo completa abstracción de mi experiencia
personal. Voy a hacer que intervengami experiencia personal
por una razón muy precisa; dicho en otros términos, voy a
contarles la historia que tiene este problema para mí. No es
en lo más mínimo en tomo a mí, sino que yo pienso que todos,
unos más, otros menos, hemos pasado por una historia
semejante, y que todos, unos más, otros menos, encontra-
mos, a través de toda una serie de indicios, la existencia de
este problema: y este encuentro es necesariamente, hasta el
momento, unencuentro personal. Digobien: hasta el momento
es necesariamente un encuentro personal, porque la teoría de
ese encuentro no existe; y porque la definición, por un lado,
del psicoanálisis y, por el otro, de las ciencias humanas en su
existencia actual de hecho, no ha dado lugar a una reflexión
16
teórica que permita hacer abstracción de la experiencia
personal de cada cual, es decir, del encuentro concreto del
problema por parte de cadauno de nosotros. Es únicamente
por ello mismo y, en consecuencia, por una razón
históricamente provisoria que, eso espero, se verá superada
muy pronto, que resulta indispensable explicar y exponer
cómo alguien puede toparse con este problema, dado que,
enlaactualidad,laúnicamaneradeencontraresteproblema,
el único modo de encuentro de ese problema, se expresa en
un encuentro personal, muy simplemente porque ese pro-
blema no se ha pensado. En consecuencia, se lo encuentra,
de hecho, en la experiencia de cada cual. Por lo tanto, les voy
a relatar mi historia. No personal, en el sentido individual,
sino personal en el sentido intelectual del término, con sus
problemas.
Haciendo abstracción de todos los elementos histórico-
autobiográficos, solo voy a decir lo siguiente: el encuentro
con el psicoanálisis se produce en realidad para mí, y pienso
que para ustedes también, en primer lugar por el encuentro
con los textos de Freud. Desde luego, al psicoanálisis se
lo encuentra por todas partes, en la prensa, en la calle, etc.,
pero en realidad, desde el punto de vista teórico, no es así
como ocurren las cosas: en un momento dado, uno vaa ver
los textos de Freud. Entonces, acá nos tenemos que enfrentar
'con un obstáculo muy grave y muy profundo del que Freud
tenía perfecta conciencia, y que está representado por lo que
Freud mismo denominaba las resistencias psicológicas
que se oponen a que la opinión pública admita la empresa
mismadelpsicoanálisis. UstedessabenqueFreudseenfrentó
ya desde sus primeros trabajos a un constante bombardeo
17
 absolutamente extraordinario. Ahora el psicoanálisis tiene
derecho de ciudadanía en nuestro mundo cultural. Cuando
Freudescribió sus primeras obras, todo el mundo lo condenó.
Ustedes saben que el primer hombre que tuvo el coraje, en
Francia, de hablar de Freud fue Hesnard,6 quien por ello
mismo merece nuestro reconocimiento histórico. Todavía
vive.PublicóunlibrocuyoprólogoescribióMerleau-Ponty
antes de morir, y es ciertamente él quien, en Francia, no voy
1a decir que introdujo, pero sí propuso la existencia de Fr~ud,
I señaló que había un tal Freud, un vienés que había trabaJado
l en Franci~ -por lo d~más, con C~arcot- y ~ue pensaba
cierta cantidad de cuestiones que podían sermuy Importantes.
Freudteníaplenaconcienciadeestaresistenciaextraordinaria, J
incluso la anunció en sus textos, diciendo «lo que digo no será
. teoría analítica, es decir, en los términos mismos de una
bien recibido», y dio de ello una explicación. Se trata de una
explicación que, según mi opinión, es falsa desde el punto de
vista histórico, pero era la única que podía dar en ese
momento.LaexplicaciónqueFreuddioeslasiguiente:esuna I estatuto teórico del concepto de neurosis. Y suponía que
explicación psicoanalítica. Freud dijo_: mis texto~ n~ s~rán \... nuestra cultura, en tanto que tal, eraneurótica, es decir que un
aceptados porque ponen en tela de juicio, en cad_a md1v1d~o
que los lea, su propio equilibrio psíquico, es decrr, su prop1~
sistema de defensa frente a sus propias neurosis. Al decir
eso Freud estaba afirmando algo que era perfectamente
' . .,
verosímil, pero al mismo tiempo enunciabauna propos1c1on
paradójica: suponía que todos los lectores a los que se dirigía
6 Angel o Hesnard, miembro fundador de la Société psychanalytique de
París, es el autor, junto con Emmanuel Regís, del pnmer l!bro sobre el
psicoanálisis publicado en Francia: La Psychoanal~s~ des nevro_ses et des
psychoses, ses applications médica/es et extra-medica/es (Pans: Alean,
1914). Su libro L 'oeuvre de Freud (París, Payot, 1960) tuvo un prologo de
Merleau-Ponty. Murió en 1969.
18
eran neuróticos. Es decir que el concepto de neurosis que
utilizaba para explicar la resistencia a la que se enfrentaban
necesariamente sus textos era un concepto que, de hecho, él
presentaba como un concepto analítico, pero que, si me
atrevo a afirmarlo, en derecho, no se lo podía pensar en los
términos del concepto analítico invocado. Y es por ello que
Freud, tras haber advertido con claridad la dificultad teórica
que se hallaba en cuestión en su explicación, produjo luego
otro concepto: el concepto del carácterneurótico de nuestra
civilización. Dicho de otro modo, Freud pasó a unaverdadera
explicación histórica, pero en los términos mismos de su
práctica que, en principio, sedirigíaaindividuos. Alproponer
ese segundo término: nuestra civilización es neurótica, Freud
daba cuenta, desde un punto de vista histórico, de laresistencia
inevitable a la que se enfrentaba su propia teoría en su
difusión misma. Pero al actuar de esta manera, modificaba el
sujeto histórico- ya no un individuo, sino unaculturahistóri-
ca- podía ser objeto, o más bien la sede de una afección
patológica del tipo de la neurosis. Al hacerlo de este modo,
planteaba un problema que ya no era un problema
psicoanalítico sino un problema histórico; enunciaba la
siguiente dificultad: ( ... ) la teoría que propongo se enfrenta
a una resistencia ideológica extremadamente profunda que
puede tener ciertas afinidades con las estructuras deresistencia
psicoanalítica que descubro en los individuos, pero que, en
realidad, no se puede reducir a esas estructuras porque no se
trata del mismo objeto. No se trata de un individuo Freud que
19
Segunda conferencia

PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA*

Vamos a intentar hablar de la relación del psicoanálisis y

la psicología. Hablar de ello es mucho decir, puesto que
esas relaciones son muy problemáticas: todo lo que tal vez
se puede esperar alcanzar es una definición de los términos
de los que podemos estar relativamente seguros, y a par-
tir de los cuales podría resultar posible, no dar con la
solución, pero por lo menos con una primera posición
relativamente rigurosa del problema. Me gustaría poner
este ensayo, cuya dificultad estimé al tratar de otorgarle
estos puntos de referencia, bajo la protección de esta
fórmula de Freud: «¿Fue simplemente por casualidad
que se llegó a dar una teoría coherente y acabada del
psiquismo solo después de haber modificado su
definición ?» 33 Fórmula que inscribiré frente a esta otra
*Título dado por Louis Althusser.
33
Freud,Abregé depsychanalyse, París, PUF, 1949, p. 20. [Esta fórmula
formaba parte de una larga nota en el capítulo IV del Esquema del
psicoanálisis que no fue incluida en las traducciones canónicas de las obras
de Freud, aunque ambas mencionan la existencia y la supresión de esa nota.
Cf. Madrid, Biblioteca Nueva, 1968, t. III, p. 1022, n. 2 y Buenos Aires,
Amorrortu, 1976, Buenos Aires, t. XXUI, pp. 135 y 156, n. 3 (N. del T.)]

65

de Lacan: «Decir que la doctrina freudiana es una
psicología es un equivoco grosero». 34
El problema queme gustaríaintentarabordareselsiguiente:
¿por qué la modificación que Freud lleva a cabo de la
definición del psiquismo desemboca en esta conclusión de
separar de manera radical el psicoanálisis de la psicología?
Intentar tratar este problema, intentar plantearlo, prácti-
camente equivale a plantear la cuestión del lugar del
psicoanálisis. Las exposiciones que ustedes han escuchado
hasta acá35 les han demostrado que la cuestión de la localiza-
ción de los conceptos en el interior del psicoanálisis era
fundamental para definirlos. Creo que se puede decir otro
tanto del propio psicoanálisis: la cuestión de su localización
en el dominio de la objetividad de las ciencias existentes o de
las ciencias posibles es esencial para su propia definición. Y
si no quisiera abusar aquí de una imagen, relacionaría la
descripción que Lacan da del sujeto del discurso, cons-
tantemente obsesionado, como por su condición de
posibilidad absoluta, por el lugar vacío a partir del cual se
pronuncia su discurso, con la situación del propio psicoaná-
lisis que, en la reflexión de Lacan, está constantemente
obsesionado por el lugar que podría ocupar en el dominio
de la objetividad constituida.
¿Dónde se sitúa el psicoanálisis?¿Cuál es su lugar?¿Cuál
es su localización en un espacio que no existe todavía?
34
Jacques Lacan, «La direction de la cure et les príncipes de son
pouvoirn,La Psychanalyse, nº 6, reeditado enÉcrits, París, Seuil, 1966, p.
623 y ss. [ «La dirección de la cura y los principios de su poder», Escritos,
México, Siglo XXI, 1971, p. 559 y ss.).
35
Cf. la Presentación de este volumen.
66
----- - ~
-
¿Cuáles son sus fronteras con las disciplinas existentes? y
¿cuáles son sus no-fronteras con las disciplinas existentes?
Ésas son las cuestiones que acosan de manera recurrente la
reflexión de Lacan. Y no es exagerado decir que han sido
igualmente las que acosaron la reflexión de Freud. Lo que
resulta igualmente asombroso, tanto en Lacan como en
Freud, es la siguiente paradoja. Una doble preocupación se
encuentraenFreud,comoselavuelveaencontrarenLacan:
separarradicalmente el psicoanálisis de la disciplina que se
presentacomolamáspróximaaella(lapsicología)y,porel
contrario, tratar de acercarlo a disciplinas que, aparente-
mente, están lejos de él (la sociología, la antropología o la
etnología). Esta manera de plantear el problema y de
considerar su solución daría tal vez una nueva importancia a
los textos deFreud que han sido considerados con demasiada
frecuencia simplemente como aberrantes, en la medida
misma en que se tenía del psicoanálisis una concepción
psicológica: textos como Tótem y tabú, Elporvenir de una
ilusión, El malestar en la cultura, es decir, textos en los que
Freud intentaba dar un estatuto sociológico a determinados
conceptos aparentemente psicológicos. Quizás los relacio-
naba en ese momento con su verdadero lugar, pero quizás
también, al no llegara localizar los conceptos psicoanalíticos
en el seno mismo del psicoanálisis, tenía entonces grandes
dificultades para localizar el psicoanálisis en el seno de la
objetividad existente.
En efecto, ¿por qué el psicoanálisis está a la búsqueda de
su lugar? Quisiera proponerles la siguiente hipótesis, que no
parece imposible sostener después de las exposiciones que
se hicieron acerca de la interpretación del psicoanálisis por
67
Lacan: 36 si el psicoanálisis representa efectivamente el
surgimiento deunadisciplinacientí:ficaradicalmentenueva; si
es cierto que Freudhamodificado, como él mismo lo afmna,
la definición del psiquismo; si es cierto que Freud hizo un
verdadero descubrimiento científico; si, porlo tanto, nos las ve-
mos, en el psicoanálisis, con el surgimiento de una nueva
disciplina científica, es decir, con la designación, con la
especificación y con la individuación de un nuevo objeto
científico para cuya comprensión se proponen nuevos
conceptos: si todo ello es cierto, en el caso de Freudnos las
vemos con un fenómeno del que la historia de la cultura ya
tuvo conocimiento. Nos las vemos con el surgimiento de una
disciplina científica que se presenta como algo totalmente
nuevo conrespecto a un campo constituido con anterioridad.
Nos las vemos con el surgimiento de una verdad nueva, de
unconocimientonuevoy,porlotanto,conladefinicióndeun
conocimiento nuevo y con la definición de un objeto nuevo
que está totalmente en desacuerdo con respecto al campo
constituido con anterioridad: con respecto a un campo sobre
cuyo fondo se destaca esta nueva disciplina. ( ... ) En la
historia de laculturahumana podemos observar fenómenos
del mismo género con el surgimiento deunanuevadisciplina
científica, ya se trate de la matemática griega, de la física
galileana, de la teoría de las sociedades en Marx, etc. En la
medida en que nos las vemos con un corte epistemológico,
con una ruptura de la continuidad con respecto al campo
anterior, nos las vemos con un fenómeno de ruptura que
contieneen sí mismo, como unavirtualidadreal, unacapacidad
de cambio radical del campo sobre el cual surge. Ése es el
36 Cf. la Presentación de este volumen.
68
primer punto. Pero al mismo tiempo, este surgimiento sobre
el fondo de un campo en que están ocupados todos los
lugares se produce en tales condiciones que el surgimiento
suele ser cuestionado y revocado por el campo sobre cuyo
fondo ha surgido. La ruptura que una nueva disciplina
científica introduce en un campo en el que todos los lugares
están ocupados plantea, en efecto, problemas prácticamente
insolublesenunprimermomentoalpensadoroaleruditoquein-
tenta definir su nuevo objeto. Esta ruptura debe llevarse a
cabo en el interior mismo del campo en que debe intervenir,
prácticamente en el propio lenguaje con el cual esta nueva
disciplina debe romper. Esta es la razón por la que la ex-
presión de Freud «después de haber modificado la definición
del psiquismo» estárelacionadaellarnismaconel psiquismo.
Y toda laterminología freudianaestá ella misma relacionada
con los conceptos a partir de los cuales Freud piensa su
descubrimiento y mediante los cuales debe romper.No es
casual que la psicología del inconsciente se defina como la
negación de la psicología de la consciencia, ni que la ter-
minología freudiana del inconsciente esté obsesionada con
una filosofía de la conciencia. Esta herencia, esta condición
inevitable paraFreud, pesan enormemente en el destino de
su pensamiento.
La consecuencia inevitable del surgimiento de una nueva
disciplina sobre el fondo de un campo ideológico es que
tiende a anular esta disciplina, suele negar esta ruptura, es
decir, a deglutir lanueva disciplina que surge como su propia
contradicción y su propio cuestionarniento. Y eso es lo que
sucede en la historia del psicoanálisis, donde vemos el
psicoanálisis desaparecer bajo los efectos de la manduca-
69
ción, el psicoanálisis digerido, ya sea por la biología, ya sea
por lapsicología. La cuestión fundamentalconsistirá en sa-
berporqué la disciplina que digiere con mayor especificidad
al psicoanálisis es la psicología. Dicho de otro modo, ¿por
qué el psicoanálisis ha surgido sobre el fondo del campo de
la psicología? Y ¿cómo ocurrió que este campo sea su
campo más inmediato? La última consecuencia de esta
situación es que el reconocimiento de esta ruptura, es decir,
de su especificidad, noes posible sinoporunareestructuración
total del campo sobre el cual esta ruptura surge, por una
modificacióncompletayrealdeestecampo,porlainstaura-
ción de un nuevo campo, de una nueva frontera en el interior
de este campo: en una palabra, por una redistribución de los
lugares. Esta es la razón por la que es posible decir que el
problema del lugar del psicoanálisis en el dominio de las
ciencias humanas es un problema que se plantea de dos
maneras. El psicoanálisis no tiene ningún lugar en un campo
donde todos los lugares están ocupados, y es en ello que
aparecerá como fuera del campo, como si no tuviera frontera
con él, como si ocupara un lugar vacío. El segundo
aspecto del problema del lugar del psicoanálisis es que el
psicoanálisis no puede ocupar ningún lugar en este campo
sino es a condición de que este campo sea, él mismo,
completamente reestructurado, es decir, que se cambie
por completo su topología, que se modifique la naturaleza
misma de este campo. ¿El psicoanálisis se basta a sí mis-
mo como para modificar la topología de este campo, es
decir, como para cambiar su naturaleza y sus divisiones
internas? Es una pregunta abierta. Lacan piensa,
efectivamente que el psicoanálisis es capaz de reestructurar
70
el campo sobre el que ha surgido. Tal vez esté más allá de
sus posibilidades.
Nosotros vamos a intentar ver cómo, sobre el fondo del
campo existente, es posible localizar el psicoanálisis en una
primera aproximación. Aquí hice un dibujo un poco
esquemático37 que representa lo que se podría llamar una
primera tentativa de localizar el psicoanálisis. Lo que hemos
aprendido de la interpretación deLacanes que elpsicoanálisis
concierne el devenir humano del pequeño cachorro de
hombre, es decir, la inserción en la culturapor los desfiladeros
del significante, es decir, por los desfiladeros de la cultura
misma, y de la cultura a priori que condiciona toda cultura-
ción38de este pequeño ser biológico que es un pequeño ser
biológico humano. Este pequeño ser biológico se convierte
en niño a partir el momento en que franquea la barrera del
Edipo, a partir del momento en que se inserta en la maquina-
ria, es decir, en la distribución de roles que le son impuestos
por las estructuras del parentesco, que se reflejan en el orden
del significante, a través de cual expresa su necesidad en
forma de demanda. El problema es, entonces, el siguiente:
¿qué encuentra el pequeño ser humano cuando llega al
estado de cachorro humano? Si el psicoanálisis tiene
efectivamente que ver con este paso de lo biológico a lo
cultural, el paso del pequeño ser biológico al pequeño
cachorro humano, ¿qué encuentra el pequeño ser humano
cuando penetra en la cultura después de haber atravesado el
desfiladero del significante? En el estado actual del campo de
las ciencias humanas, se puede considerar que encuentrauna
37 Se trata de un esquema dibujado en el pizarrón.
38
Sic.
71
 realidad psicológica, que seconvertiráensujetopsicológico;
y la psicología sería el punto de inserción del individuo
humano en la cultura, es decir, en las relaciones humanas.
Unapsicología cuyo relevo tomaríamás adelante una nueva
disciplina: la psicosociología. ( ... ) Puedo darles un ejemplo
de esta interpretación, del que voy a decirles de inmediato,
y ustedes obviamente lo saben muy bien, que es abstracta: el
de la interpretación que se propuso en la ideología del siglo
xvrn y principios del XIX, en particular en la ideología con-
dillaciana, sobre el fenómeno de los niños salvajes. Si tienen
la oportunidad de leer los informes del doctor Itard sobre el
salvaje de Aveyron ... , pueden procurárselos enLes e,ifants
sauvages de Lucien Malson, donde se acaban de reeditar.39
Se sabe que el siglo xvm se interesó por este problema del
pasodelanaturalezaalacultura;yunodelosejemplossobre
el cual se detuvo la reflexión del siglo xvm es lo que se llamó
los niños salvajes: los niños lobo, los niños becerro, los niños
cerdo, etc., es decir, los niños que fueron recogidos en los
bosques, que vivían con animales, y que fueron recogidos en
un estado en el que no tenían nada de humano, sino que tení-
an un comportamiento animal que se asemejaba a cachorros
de lobo, a cachorros de oso, etc. He ahí lo que se puede decir
de las características fundamentales de estos niños salvajes,
aunque, desde luego, es bastante dificilhacerunaverificación
auténtica, porque es posible que cierto número de percep-
ciones, precisamente ideológicas, hayan actuado en la
definición de estas características. La primera característica
es que son cuadrúpedos, la segunda es que no hablan y no
39
LucienMalson, Les Enfants sauvages, París, 10/18, 1964 [Los niños
salvajes, Madrid, Alianza, 1973].
72
¡_________"'.~=================================================================:::::::::::::=:::::::::1
consiguen hacerlo, por decirlo así, casi nunca, un fenómeno
que resulta extremadamente interesante; la tercera es que no
manifiestan ningún deseo sexual; la cuarta es que no pueden
reconocerse a sí mismos en el espejo; la quinta es que no
logransonreír.Estascaracteristicas,quenohansidoresumidas
por los filósofos del siglo XVIII sino por antropólogos que han
reflexionado sobre estos ejemplos, tal vez no carezcan de
interés, en la medida en que toda una serie de trabajos
contemporáneos, en particular los de Spitz,40 relacionaron
todos estos fenómenos que una psicología experimental del
niño puede observar y que desempeñan un papel esencial en
la reflexión de Lacan y de Freud sobre los fenómenos que
estamos estudiando.
Tomemos ese ejemplo del salvaje de Aveyron, estudiado
por el doctor Itard, quien trabajaba y enseñaba en el Instituto
de Sordomudos (muy cerca de aquí, por cierto),41 y al que
el ministro del Interiorde la época, interesado en losprogresos
en las ciencias, le había encargado estudiar. Lo que resulta
extremadamente interesante, en este caso, es que el doctor
Itard aplicó una pedagogía que se basaba precisamente en la
hipótesis de que este niño salvaje era un ser biológico que se
debía insertaren lasociedadhumanaenseñándole los com-
portamientos humanos, como si se tratara de un sujeto
psicológico. Dicho de otro modo, la pedagogía que aplicó
Itard es una pedagogía condillaciana, que intenta restaurar
la continuidad entre el individuo biológico y el sujeto
psicológico. El ejemplo más interesante, porque pone en
4
°Cf. supra, p. 32, nota 12 °
41
El instituto se encuentra en el número 254 de la calle Saint-Jacques,
en París, y en la actualidad se llama Instituto Nacional de Jóvenes Sordos.
73
cuestión un concepto esencial paranuestra reflexión, el del
lenguaje, es el de las tentativas a través de las cuales Itard
trata de enseñarle a hablar. Llegó a resultados extremada-
mente decepcionantes, pero lo que es interesante es ver
cómo reflexiona acerca de su propia decepción. La primera
cosa que Itard observó es que estejoven salvaje era sensible
a ruidos totalmente insignificantes para un hombre culto, por
ejemplo el sonido que se hace al descascarillar una nuez,
pero era completamente insensible a un disparo efectuado a
sus espaldas, y completamente insensible ala voz humana. El
único sonido humano, la única vocal humana que, en un
momento dado, reconoció, era la vocal O Ésta es la razón
por la que Itard lo llamó «Víctor»: «Un día en que se
encontraba en la cocina ocupado en cocer unas papas, dos
personas discutían acaloradamente detrás de él, sin que
pareciera que estuviera prestándoles la menor atención.
Apareció un tercero que se metió en la discusión y que daba
inicio a todas sus réplicas con estas palabras: ¡Oh, es
diferente! Me di cuenta de que todas las veces que esta
persona dejaba escapar su exclamación favorita, Oh, el
Salvaje de Aveyron daba vuelta con presteza la cabeza. Al
llegar la noche, cuando se fue a acostar, hice algunas expe-
riencias sobre esta entonación y obtuve más o menos los
mismos resultados. Pasé revista a todas las demás entonacio-
nes simples que se conocen con el nombre de vocales y no
obtuve ningún éxito. Esta preferencia por la O me llevó a
darle un nombre que terminara con esta vocal. Elegí el de
Víctor. Le quedó ese nombre, y cuando alguien lopronunciaba
en voz alta, eran pocas las veces que dejaba de girar la
cabeza o de acudir». Yhe aquí lo que resulta más interesante:
74
«Es, quizás, también por esa misma razón que luego
comprendió el significado de la negación no, de la que me
sirvo generalmente para que se dé cuenta de sus errores
cuando se equivoca en sus pequeños ejercicios». 42
Ahí está, si les parece, la localizacióny la marcación de un
reflejo ante una señal determinada. Y nuestro bravo doctor,
tras haber conseguido establecer este punto de contacto,
este punto fijo, con una vocal, intenta que desarrolle el
lenguaje: «Me daba lugar acreer que lavocal O, al haber sido
la primera que escuchó, iba a ser laprimera que pronunciaría,
y me produjo mucha alegría por mi plan el que esta simple
pronunciación fuera, al menos en cuanto al sonido, el signo
de una de las necesidades más elementales de este niño».
He ahí, si se quiere, el fondo teórico sobre el cual se va a
desarrollar esta pedagogía: la palabra acá se concibe como
el signo de una necesidad. Aquí está implícita toda una
filosofiadellenguaje: signodeunanecesidad,necesidadde
un individuo, de un sujeto psicológico que se va a definir a
partir de sus necesidades, y que se deberá servir del lenguaje
como de un sistema de signos que sirven de mediación para
sus necesidades. Y esto es lo que va a suceder: «Sin embar-
go, ya no pude sacar ningún partido de esta favorable
coincidencia. En vano, en los momentos en que su sed era
ardiente, ponía ante él un vaso lleno de agua,43 gritándole
:frecuentemente "agua, agua"; al darle el vaso a otra persona
que pronunciaba la misma palabra al lado de él, y al pedirla
yo mismo por este mismo medio, el desgraciado se ator-
mentaba en todos los sentidos, agitaba sus brazos alrededor
42 En Lucien Malson, ob. cit., pp. 161-162.
43 En francés, e agua, eau, se pronuncia lo/ [N. del T.].
75
 del vaso de una manera casi convulsiva, hacía una especie de
silbido ynoarticulabaningún sonido. Insistirparasacaralgún
beneficio habría sido inhumano. Cambié de tema y, sin
embargo, persistí en el método. La palabra "leche"44 fue
hacia la que apuntaron mis intentos.»45 La palabra leche es
la primera palabra que vaa pronunciar ese niño, lo cual va a
resultar desconcertante a nuestro valiente médico-filósofo:
«El cuarto día de este segundo ensayo tuve el agrado de
conseguir mis deseos, y escuché a Víctor que pronunciaba
con claridad, aunque de manera un tanto ruda, a decir
verdad, la palabra leche, que repitió casi de inmediato. Era
la primera vez que salía de su boca un sonido articulado, yyo
no pude evitar escucharlo con la más viva satisfacción. Sin
embargo, hice una reflexión que, en mi opinión, disminuyó
con mucho, la ventaja que otorgaba este primer éxito. Fue en
el momento en que, desesperado por lograr algún triunfo, yo
acababa de echar leche en la taza que él me traía cuando la
palabra leche se le escapó con grandes demostraciones de
placer; y de nuevo, fue después de que yo le llenara la taza
una vez más a modo de recompensa que la pronunció por
segunda vez. Se advierte por qué motivo este modo de
resultado distaba mucho de cumplir con mis intenciones; la
palabra pronunciada, en lugar de ser el signo de la necesidad,
no era, con respecto al tiempo en que había sido pronunciada,
más que una vana exclamación de alegría. Si esta palabra
hubiera salido de su boca antes de la concesión de la cosa
deseada, lo habría logrado; Víctor habría comprendido el
verdadero uso de la palabra» (es decir: Víctor habría
44
En francés, leche, lait, se pronuncia /le/ [N. del T.].
45
En Lucien Malson, ob. cit., pp. 164-165.
76
_____________________ __~--------------------·
,........._~
comprendido la concepción del sujeto psicológico de la
Filosofía de las Luces, de Condillac, y se habría convertido
en un cachorro condillaciano). «Entre él yyo se establecía un
punto de comunicación, y los progresos más rápidos se
derivaban de este primer éxito».46 Pueden advertir en esta
práctica que se halla toda la filosofía del lenguaje: el sujeto
definido por sus necesidades, la mediación del lenguaje
como signo, el signo en relación unívoca con la cosa, y laco-
municación establecidaentre dos sujetos pormedio del len-
guaje,unsistemadesignosenrelacióndirectaconelsujeto.
«En lugar de todo eso, yo acababa de obtenernada más que
una expresión, insignificante para él e inútil paranosotros, del
placer que él experimentaba. En últimainstancia, eraun signo
vocal, el signo de la posesión de la cosa. Pero aquél, lo repito,
no establecía ninguna relación entre nosotros; debía ser
dejado de lado muy pronto por la sencilla razón de que era
inútil para las necesidades del individuo y estaba sometido a
unagran cantidad de anomalías, como el sentimiento efnnero
yvariable de cuyo indicio sehabíaconvertido».47 Sinembargo,
a continuación Itard señala que Víctorpronuncia la palabra
lait con las formas «la», «li», «lli» (un poco como el «gli»
italiano, es decir, un «li» palatalizado), y se pregunta si no
tiene algunarelación con ciertaniñita «que se llamaJulie, una
muchachita de unos 11 o 12 años, que va a pasar los
domingos a la casa de la señora Guérin, su madre. Es cierto
que ese día las exclamaciones "li","lli" sevuelvenmucho más
frecuentes, e incluso se dejan escuchar, según el informe de
su institutriz, durante la noche, en momentos en los que cabe
46
Ibíd.
47
Ibíd., pp. 165-166.
77
__,;......._
 creer que está durmiendo profundamente. No es posible
determinar con exactitud la causa y el valor de este último
hecho».48
He citado un poco largamente este texto para darles un
ejemplo de una interpretación por la cual este devenir
humano de un sujeto biológico se interpreta en función de
toda una ideología del sujeto psicológico que se define a
partir de sus necesidades; y el lenguaje interviene simple-
mente como una teoría del signo en relación con la cosa,
· mientras que las propias necesidades se encuentran en
relación con la cosa: la cosa que se debe obtener por el
lenguaje como medio de comunicación con un otro que se la
dará al niño. La necesidad se determina, la necesidad se
expresa en un signo que pasa por un otro que da la cosa, y
la cosa está en relación directa con la necesidad. El circuito,
de esta manera, se cierra, pero hace aparecer la presencia de
dos sujetos: el que habla (el sujeto que enuncia) y el que
comprende el lenguaje, y hace aparecer un estatuto particular
del lenguaje en el cual existe una relación unívoca entre el
signo y la cosa significada, entre el significante y la cosa
significada.Acápodrán encontrar todo el trasfondo ideológico
que pone en cuestión una maquinaria ideológica: la de dos
sujetos que se comunican pormedio del lenguaje, este medio
de comunicación entre dos sujetosqueesélmismounmediode
significación de una cosa que es significadapor el significante
del lenguaje. Es decir que podrán encontrar en todo esto una
estructura en la cual los sujetos se comunican por medio del
lenguaje,élmismoenrelacióndirectaconlacosa,mientras
48
Ibíd., pp. 166-1 67.
78
quelacosamismaestáenrelacióndirectaconlasnecesidades
dellenguaje. Todo está achatado: el sujeto y sus necesidades
forman un bloque, el signo y la cosa forman un bloque, y es
por esta doble identidad que la comunicación resulta factible.
Tal es el fondo de la concepción ideológica con la que
sobrevendrá la ruptura de la lingüística moderna, ruptura de
la que sacarápartido Lacan. Este achatamiento, este carácter
horizontal de las relaciones de dos sujetos en su alteridad, de
dos sujetos definidos por sus necesidades, dicho de otro
modo, la identidad del sujeto y de sus necesidades, y por otra
parte la identidad del signo, del significante y del significado,
todo ello forma una estructura análoga, pertenece a la misma
problemática fundamental. Es a partir de ello que el sujeto se
define como sujeto psicológico: y es esta maquinaria imagi-
naria, esta teoría imaginaria la que Itard intenta poner en
juego para introducir al pequeño serbiológico con la cualidad
de sujeto psicológico. Y no funciona. No funciona, pero en
cambio, observa fenómenos tan aberrantes como aquel por
el cual una expresión se encuentra relacionada con mani-
festaciones de alegría, con toda una especie de desfile que
puede igualmente serrelacionada con la aparición de cierta
muchachita asociada a estos vocablos, etc. Todos estos
fenómenos son para él aberrantes, y no entran dentro de su
concepción. Todo esto va a darles cierta idea del trasfondo
cultural, del trasfondo ideológico sobre el cual se puede
intentar pensar este devenir humano del pequeño animal
humano. Gracias aloque se nos explicó de Lacan, sabemos
pornuestrapropiacuentaquetodo esto no es así. Sabemos que
en lapráctica analítica, el psicoanalista tiene que vérselas, en
el sujeto que se presente frente a él en la cura, con lo que se
79
 1
(
podría llamar las huellas de esta arqueología, es decir, con los
rasgos actualmente presentes de lo que pasó en el momento
capital de la inserción del ser humano cachorro en el mundo
cultural. Y lo que es capital- y es sobre lo que insiste Lacan,
y constituye su gran descubrimiento- es que este devenir
humano que se lo voy a presentar de esta manera, mediante
este vector49 «pase de lo biológico en lo cultural», es, en
verdad, el efecto de la acción de lo cultural sobre lo biológico.
Lo que se representa aquí con este vector en verdad se debe
representar con otro vector: es lo cultural lo que actúa sobre
lo biológico, como condición de posibilidad de la inserción
del cachorro de ser humano. En lugar de vérnoslas con este
vector «biología ➔ cultura», nos las vemos con una estruc-
turamuydiferente, enlaquelaculturaproduceestemovimiento
de procesión; nos las vemos con una inversión de la de-
terminación. Es por la acción de la cultura sobre el cachorro
de ser humano que se produce su inserción en la cultura. Por
lo tanto, no es con el devenir humano del cachorro de ser
humano con lo que nos las vemos, es con la acción de la
l cultura, constantemente, sobre un pequeño ser diferente de
aquella misma que ella transforma en ser humano. Es decir,
que nos las vemos en realidad con un fenómeno de
investimiento cuyo vector está aparentemente orientado
hacia la cultura, cuando en realidad es la cultura la que se
1 precede a sí misma de manera permanente, absorbiendo al
que se va a convertir en un sujeto humano.
La segunda consecuencia de la reflexión de Lacan es que
lo que va delante del devenir humano del cachorro de ser
49 Se trata de un esquema dibujado en el pizarrón.
80
humano no es la psicología, no es el sujeto psicológico, sino
lo que él lama «el orden de lo simbólico», o lo que yo llamaría,
si me lo permiten, la ley de la cultura. Es la ley de la cultura
lo que determina el pase a la cultura misma. Y creo que esto
hay que entenderlo en toda su dimensión. En primer lugar,
oponiéndolo a lo que se opone a este descubrimiento
fundamental:aunaproblemáticadelarelacióndelanatura-
leza y la cultura que se refleja en una ideología de la que he
dado un ejemplo a propósito de Itard, que se refleja en la
forma del devenirpsicológico del ser biológico cachorro. Es
el famoso problema de la filosofía del siglo xvm, el del pase
del estado de naturaleza al estado de sociedad. Y este pro-
blemase planteó de unamanera paradójica que Rousseauha
criticado muy bien. En la crítica que Rousseau dirige aHob-
bes, encontramos, por ejemplo, todos los términos en
presencia. En la filosofía del pase de la naturaleza a la
sociedad, la ideología del siglo xvrn representa este pase
como el pase entre dos estados: de un estado diferenciado
a otro estado diferenciado. Y, si tienen en mente esa crítica,
el sentido de la crítica que Rousseau le dirige aHobbes es la
de hacer aparecer el círculo ideológico de esa concepción.
¿Cuáles el sentido de la crítica que Rousseau le dirige a
Hobbes? Rousseau le dice a Hobbes, y de una manera
general a todos los filósofos del derecho natural, que fingie-
ron que imaginaban a un ser que no era más que naturaleza,
cuando enrealidad lo que hicieron fue proyectar en el estado
de naturaleza las estructuras mismas del estado de sociedad.
Fingieron que representaban como no cultural a un ser al que,
en realidad, lo habían dotado con todas las propiedades
culturales necesarias como para pensar el estado de sociedad
81
del que lo abstrajeron. Ahí es donde se encuentra el senti-
do de laIntroducción delDiscours sur l 'origi,ne del 'inégalité
parmi les hommes (Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres). Y la crítica de Rousseau
es extremadamente profunda, en la medida en que hace
aparecer una verdad que hoy en día todavía podemos
retomar por nuestra propia cuenta, a saber, que lo que los
:filósofos de la naturaleza pensaron acerca del pasaje de la
naturaleza a la sociedad son, muy simplemente, las con-
diciones de posibilidad de existencia de la sociedad, pensadas
bajo la forma de la no-sociedad. El sujeto que se piensa
como el hombre en el estado natural se representa como
dotado de todos los atributos, en germen o desarrollados,
que pertenecen efectivamente a un sujeto del mundo de la
sociedad, es decir, a un sujeto cultural. Y esta es, sin duda,
larazón porlacual una importante revolución del pensamiento
de Rousseau en el segundo Discurso consiste precisamente
en no pensar el problema del pase de la naturaleza a la
sociedad en términos de individuo, sino en términos de
especie: no preguntarse, como lo había hecho Condillac, en
lo que se convierte tal individuo, cómo tal individuo puede
desarrollarse, sino pensar el desarrollo de la sociedad como
un fenómeno social. Es decir, pensar la antecedencia
permanente de la cultura o de la sociedad sobre su propio
devenir cultural, pensar el hecho de que la sociedad se
precede siempre a sí misma. Y bien, es esta verdad
fundamental (que Rousseau más adelante abandonará para
intentarjustamente representarse bajo la forma deun hombre
natural el ideal político y social al que está ligado), es esta
verdadfundamentallaqueencontramosenlasreflexionesde
82
Lacan. Es la cultura que se precede siempre a sí misma, y es
esta precedencia, esta antecedencia perpetua de la cultura
con respecto a sí misma, lo que se representa con este
círculo. Y si queremos decir la verdad de las cosas, debemos
constatar que si nos tomamos las cosas un poco en serio, en
el psicoanálisis no nos las vemos jamás con la observación
directa de esta antecedencia de la cultura con [respecto a] sí
misma,enelmomentoenqueelniñitoseconvierteenunniño
humano o en que el ser biológico cachorro se convierte en un
niño humano. Nos las vemos, en realidad, con un fenómeno
ulterior, con un fenómeno que se sitúa en el interiormismo de
la cultura, puesto que, en efecto, en la cura analítica se trata
de una práctica que se dirige a un ser humano que ha sido un
niño humano: cuando hablamos del devenir humano del ser
biológico humano cachorro, nos las vemos con una primera
recurrencia. Es esta primerarecurrenciala que planteatantos
problemas ala teoría psicoanalítica clásica, de inspiración
psicológica, en particular el problema de saber si la reme-
moración que se pone en práctica en la cura analítica es un
fenómeno de realidad, corresponde a realidades. Ese fenó-
meno de recurrencia, que corresponde, por ejemplo, al
famoso problema de saber si la escena primitiva, de la que
Freud dijo que podía ser a tal punto traumatizante, se debía
asignar como una escena históricamente real o bien como un
fantasma. Una dificultad que también se encuentra presente
en el problema de la abreacción y en el problema de la
regresión. Dicho de otro modo, el problema de la rememo-
ración en las asociaciones, en las reglas, en las interpretaciones,
el problema de la abreacción y el problema de la regresión,
tres conceptos esenciales sobre los cuales reflexiona Lacan,
83
 son problemas ligados a este hecho fundamental de que la
recurrencia que opera en la práctica analítica, en una teoría
psicológica no se la toma en serio. Dicho en otros términos,
solo si no se considera que lo que sucede en la práctica
analítica sucede, de hecho, en el interior de un mundo cultural
constituido, en un sujeto que es ya un sujeto de una sociedad
determinada, sujeto de cultura, que todos estos problemas
se plantean en términos de relación de lo biológico con lo
psicológico. Todos los falsos problemas que denunciaLacan
·(el de la rememoración, el de la abreacción, el de la regresión,
etc.) son problemas que nacen del desconocimiento del
hecho de que lo que se piensa como antecedencia de la
cultura con respecto a sí misma en el devenir humano del ser
biológico cachorro se encuentra situado, de hecho, en el inte-
rior de la cultura misma. Dicho de otro modo, la precesión
delaculturaensurelaciónconlabiologíaesunaprecesiónde
la cultura con respecto a sí misma, que en la práctica
psicoanalíticase sitúa en el nivel cultural.
Aquí es donde vemos aparecer otra consecuencia.¿Cómo
es posiblepensar la identidad de significado de estaprecesión
de la cultura con respecto a sí misma, que está operando en
la cura analítica, conrespecto a esta localización retrospectiva
que se asigna en la rememoración, laabreacción, laregresión,
etc., como concerniendo al devenir humano del ser biológico
cachorro? El problema planteado aquí es absolutamente
insoluble en una teoría psicológica del inconsciente, y es un
problema que Lacan afronta y resuelve, o eso me parece, al
demostrar que es precisamente por la insistencia de las
relaciones que se constituyen en todo el devenir cultural a
partir del momento en que es un niñito, por las condiciones
84
de posibilidad de esta instancia en el lenguaje, es decir, en el
ord~n de l,o simbólico (cuyo significado tendremos que
prec1sarmas adelante), queseencuentrafundadalaposibilidad
de e_starecurrencia. Dicho de otro modo, esta recurrencia es
posible P?rque la temporalidad, que es imposible de pensar
con un SUJeto psicológico, se encuentra sometida acondicio-
nes de posibilidad que no son los marcos sociales de la
memoria en el sentido en que lo entiende Halbwachs,so sino
que se_ funden con la estructura de lo simbólico, que está
sometida al modelo del lenguaje. Es debido a que el
devenir cultural del cachorro de ser humano niño
convertido en adulto sometido a una cura, está sometid~
a esta condición de posibilidad, como condición de
posibilidad de su propia temporalidad, que resulta posible
fundar esta recurrencia y hablar del devenir humano del
ser biológico cachorro en el momento de la cura, es decir'
en un momento en que este ser biológico cachorro es un
ser humano y no es más que un ser humano.
Es partir de aquí que podemos comprender las relaciones
que se e~tablan entre el psicoanálisis y la psicología: a partir
de esta situaciónparadójica, y a partir de sus malentendidos.
Me gustaría dejarles algunas indicaciones -ustedes ya
conocen lo esencial- que manifiestan de manera concreta la
situación paradójica del psicoanálisis en el campo en el que
surge. Les estaba diciendo que el surgimiento de una nueva
disciplina científica, obligadaporsu misma novedad a expre-
sarse en una terminología existente, es decir, a desprenderse
so Cf. M . Halbwachs, Les Cadres sociaux de la mémoire nueva edición
París, Albin Michel, 1994 [Los marcos sociales de la me~oria, Madrid'
Anthropos, 2004]. '
85
deun fondo apoyándose en ese mismo fondo, provoca una
situación ambigua y, en particular, la tentación de volver a
caer en ese fondo: en todo caso provoca, departe del campo
ideológico del cual se desprende, la tentación de absorberla.
Ése es el segundo punto de esta exposición, en el que me
gustaría hablar de la psicología dándoles dos ejemplos de
tentativas de digestión del psicoanálisis por parte de la
psicología, e intentando reflexionar muy esquemáticamente
acerca de lo que es esta psicología que intenta absorber al
psicoanálisis.
. El primer ejemplo de esta tentativa de digestión del
psicoanálisisporpartedelapsicologíaeseldeAn.naFreud.
En un número de la Revue fram;aise de psychanalyse
dedicado ahomenajear aFreud se puede leer un artículo de
Anna Freud titulado «La contribución del psicoanálisis a la
psicología genética». 51 Si alguien tiene la paciencia de echarle
un vistazo, no es muy largo, es muy esquemático, es muy
caricaturescoy muy representativo ... Es posible resumirlo
de la siguiente manera. Toda la tentativa de AnnaFreud52
consiste en pensar el psicoanálisis como la interioridad de lo
biológico en lo psicológico, para ponerlo en relación con lo
social. Se conservan todas las categorías preexistentes, se
conser-van con notable ingenuidad; simplemente, el sujeto
psicológico se convierte en un sujeto que tiene una interioridad
biológica: la del «ello», la de los instintos, la de las pulsiones,
la de las tendencias, etc., que va a encontrarse relacionada
st Revuefranr;aise de psychanalyse,julio-septiembre de 1956.
2
� Una transcripción literal de la grabación daría más o menos el siguiente
texto: «Toda la tentativa de Melan.ie Freud ... de Anna Freud (risas del
público). Estoy tratando de superar a mis colegas».
86
con la sociedad. De ahí toda una serie de conflictos. La
psicología se convierte, entonces, en el «yo», que es la
categoría central de toda la teoría de Anna Freud. Afirma,
por ejemplo, que «en la historia del psicoanálisis, la
investigación genética ha evolucionado del estudio del
desarrollo libidinal al de las fuerzas inlubidoras, ha establecido
la descripción dedos líneas principales, simultáneasyparalelas
que la personalidad humana sigue en su crecimiento». 53 La
personalidad humana aparece como doble y el interés del
psicoanálisis consiste en haber duplicado el antiguo sujeto
psicológico con una nueva realidad interna: «Los datos
genéticos que surgen de esta doble observación en el curso
de las sesiones de análisis permiten ampliar nuestro
conocimiento del origen y del desarrollo de los dos aspectos
de la personalidad de un individuo. Con respecto a las
tendencias instintivas, este trabajo hapermitido en su momento
reconstruir las fases del desarrollo pregenital del desarrollo
libidinal. .. y, más tarde, del desarrollo concomitante de las
tendencias agresivas. En lo referente al yo y al superyó,
pennitió comprender progresivamente su origen y poner en
evidencia esos aspectos de la personalidad». Y acá está la
frase fundamental: «Es a partir de un simple punto central, la
conciencia de las sensaciones de placer y de displacer, que
sedesarrollalacomplejaorganización del yo responsable de
las funciones importantes (tales como la percepción, la
memoria, la prueba de larealidad, la síntesisde la experiencia,
el dominio de lamotricidad) y de la tareacapital de servir de
intermediario entre el mundo exterior y el mundo interior; en
lo que concierne al superyó, representa e impone las exigen-
53 A. Freud, art. cit., p. 370.
87
ciasmoralesdelentornosocialenelinteriordelapersonalidad
individual».54 En estapersonalidad, en este sujeto psicológico
de Anna Freud,55 nos las vemos con lo que ella llama una
doble personalidad, con dos elementos fundamentales de la
personalidad: el «ello», que es biológico (son pulsiones,
instintos, etc.), y el «yo», que está en relación conflictual con
el «ello», es decir, que intenta defenderse de su agresión, de
sus excesos de agresividad, etc., y que, al mismo tiempo,
establece relaciones con la realidad. El «yo» ocupa, ento-
nces, una posición extremadamente difícil, dado que está
obliga-do a hacer la síntesis entre las agresiones del «ello» y
las exigencias de larealidad. La realidad es doble: es ala vez
la realidad percibida, es decir, el mundo objetivo, y la
realidad social, es decir, las normas, es decir, la ética. Estas
normasyestaéticaseránfiguradasbajo la forma del «superyó»,
que siempre pone en cuestión de lamismamaneralarelación
de un sujeto con una realidad exterior- siendo esta realidad
exterior la del mundo objetivo, la del mundo que se puede
percibir, y al mismo tiempo, la de las normas éticas, etc.-. En
el interior de este sujeto, que comprende tres instancias, se
desarrollaesteconflictoentreelsujetoylarealidadexterior.
Es decir que el psicoanálisis simplemente ha introducido en
el interior del sujeto dos nuevas dimensiones que no son más
que el reflejo, la localización, la repercusión, si se quiere, a
partir del sujeto concebido siempre como «yo» sujeto central,
desusrelacionesconlarealidad. Unarealidadqueesdoble:
a la vez razón teórica y razón práctica, y que, de este modo,
se encuentra investida en el interior del sujeto bajo la forma
54
Ibíd., p. 371.
55 En lugar de «Melanie Klein», que, de hecho, fue lo que dijo Althusser.
88
del «yo»: el «yo» es esta posición central que intenta
permanecer central, que intenta mantener suposición frente
a las agresiones del «ello» o de la realidad social (bajo la
forma del «superyó» o del mundo exterior objetivo). Es a
partir de ello que se desarrolló la teoría de Anna Freud56
sobre «los mecanismos de defensa del yo». Y toda una
tendencia del psicoanálisis se encuentra de allí en más
centrada en el problema de los «mecanismos de defensa del
yo», es decir, los mecanismos por medio de los cuales el su-
jeto consigue mantenerse centrado sobre este «yo», que es
una función de síntesis a la vez teórica y práctica.
Esta interpretación del psicoanálisis, esta teoría psico-
logizante del psicoanálisis tiene como resultado importantes
consecuencias técnicas queLacan denuncia constantemente,
y en particular el primado del análisis de las resistencias. Es
decir, el primado de las resistencias que el «yo» pone en
juego como mecanismo de defensa para protegerse, para
proteger su función de síntesis frente a todas las agresiones de
la realidad exterior, y en particular frente a las capacidades
de agresión que representa para él el psicoanalista, que es un
«yo» más fuerte que el suyo y que constituye una amenaza
para el equilibrio interno de su propia unidad.No insistiré
más sobre esta teoría, que tiene consecuencias absolutamente
extraordinarias, puesto que el problema tiene finalmente
como resultado en Anna Freud57 una especie de oscuridad
total sobre las posibilidades de encuentro entre los
mecanismos del «yo» y el «ello». Simplemente es por
casualidad que se llega a observar cierto número de relacio-
56
Cf. la nota anterior.
57
Cf. la nota anterior.
89

nes constantes entre los elementos del «ello» y del «yo», etc.
Se trata de una verdadera disolución de toda la teoría
:freudiana.
Como segundo ejemplo de la digestión del psicoanálisis
por parte de la psicología se puede dar el ejemplo de
Lagache. Lagache intenta dar una explicación acerca del
informe de Lacan en Roma. 58 Y da una explicación sobre
Lacan en términos de filosofía existencial, apoyándose
especialmente en Sartre y disolviendo larealidad de la teoría
psicoanalítica en una filosofía psicológica en boga que, en
verdad,reconstituye bajounaformamodemalaviejatentación
psicológica ala cual cedíaAnna Freud. 59 Se puede decir que
Anna Freud representa, si les parece, la vieja psicología
clásica, la del «yo» como sujeto moral que se basa en una
dualidad entre la interioridad del sujeto y la exterioridad del
mundo objetivo, ya se trate del mundo objetivo percibido o
del mundo objetivo de las normas sociales, de las normas
éticas que dominan en la sociedad, de las exigencias morales
de la sociedad. Y se puede decir, por el contrario, que la
tentativadeLagacheleotorgaalsujetopsicológicounnuevo
estatuto, en el cual esta exterioridad se encuentra reabsorbida
en una filosofía de la existencia, en una filosofía de la
conciencia, enuna:filoso:fiade laintencionalidad. Resultamuy
divertido ver que, al interpretar aLacan, todo el esfuerzo de
Lagache tiende a explicar aLacan afirmando que lo esencial
ss J. Lacan, «Fonction et champ de la parole et du langage», en La
Psychanalyse, vol. I, 1956: «Actes du Congres de Rome, 26 y 27 de
septiembre de 1953» (reeditado en Écrits, ob. cit., pp. 23 7-322) [«Función
y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis», en Escritos, ob. cit.,
pp. 23 1-310).
59
La grabación registra «Melanie Freud».
90
]
de la contribución de Lacan consiste en des-objetivar la
psicología, es decir, endes-alienarelsujeto, endes-cosi:ficarlo,
etc., cuando en realidad el esfuerzo de Lacan consiste en
llevar a cabo un trabajo de elaboración de la objetividad,
que es la condición previa a toda inteligencia del sujeto.
Lo que también resulta interesante es que Lagache, en su
respuesta a Lacan, pone de manifiesto su propia teoría sobre
de la relación médico/enfermo, retomando un término que
Lacan había citado de yano recuerdo qué otro psicoanalista:
el psicoanálisis es una «Two-body psychology», 60 es una
psicología que pone en cuestión a dos sujetos uno en frente
del otro; y él resuelve [el problema) en una psicología de la
intersubjetividad, en una psicología que hace aparecer otro
tipo de sujeto: yano el sujeto psicológico con su trasfondo
biológico, como enAnnaFreud, sino el sujeto como sujeto
de sentido, el sujeto en el que las estructuras puestas en
evidencia por Lacan se disuelven en simples estructuras de
sentido (sentido para una conciencia), es decir, en una
verdadera psicología de la intencionalidad. Y no es casual
que Lagache esté relacionado con Politzer, quien había,
precisamente- intentado sustituir las estructuras del incons-
ciente freudiano por una psicología del drama en primera
persona, es decir, por una psicología de la conciencia.
¿Cuál es la crítica fundamental que Lacan dirige a estas
tentativas de digestión del psicoanálisis por parte de la
psicología? La crítica esencial de Lacan se apoya en el
siguiente punto: toda tentativa de digestión del psicoanálisis
60Ibíd., p. 21 7. En su informe de Roma, Lacan menciona en este punto
a Michael Balint y «la consigna que toma de Rickman, del advenimiento de
una Two-body psychology» (Écrits, p. 304 [Escritos, vol. 1, p. 292)).
91
por la psicología se basa en una confusión entre el sujeto y el
<<yo», es decir, en un desconocimiento de la función del <<yo»
en el sujeto, que es precisamente la de ser una función de
reconocimiento y de desconocimiento. La segunda objeción
fundamental de Lacan es que la psicología aplicada en este
trabajoderefutacióndelpsicoanálisistambiénsebasaenuna
confusión entre la estructura y el sentido, una confusión que
solo es posible a partir de una filosofia de la conciencia.
Dicho de otro modo, el psicoanálisis presentado bajo esta
forma psicológica padece la estructura fundamental de la
psicología, es decir, la estructura fundamental según la cual
el sujeto humano sería idéntico al «yo» humano, es decir,
tendría la estructura centrada del «yo» humano. De allí en
más, el tema fundamental de la crítica de Lacan se puede
enunciar de la siguiente manera: si se reduce el psicoanálisis
ala estructura típica de la psicología, yano se comprende lo
que es el inconsciente. A partir del momento en que se quiere
reducir el psicoanálisis a la psicología, el inconsciente se
convierte en un interior de la conciencia: ya sea un «ello»
biológico, un por debajo del sujeto inasible en el interior del
sujeto, ya sea simplemente el sentido vivido pero ocultado,
el no-sentido que es siempre el riesgo del sentido vivido en
la intencionalidad de la conciencia. En ello reside la fatalidad
de esta centración del sujeto en el <<yo», es decir, del some-
timiento de la estructura del sujeto a la estructura imaginaria
del «yo»; y por ello, en lamedidamismaenque el inconsciente
se vuelve inmanente al sujeto psicológico, se pierde esta
dimensión esencial del inconsciente que es su trascendencia:
una trascendencia que se manifiesta en las obras del propio
Freud,enlamedidaenqueelinconscientesebuscacomoun
92
más allá del sujeto, se piensa como un más allá del sujeto
psicológico. Esta trascendencia del sujeto, la psicología
moderna, y en particular lapsicologíasartreanaopolitzeriana,
la busca en la intersubjetividad. La trascendencia del in-
consciente, por ejemplo, enLagache, después dePolitzer, se
piensa como lade la inmanencia del alter ego: el inconsciente
se encuentra investido en lo que se piensa como la condición
de posibilidad de su trascendencia, la de una intersubjetividad
trascendental en el propio nivel de lo vivido. Allí es donde se
encuentra, con toda evidencia, el punto más importante: es-
ta intersubjetividad trascendental, que aparece como el lugar
del inconsciente en una psicología de tipo politzeriana o
sartreana, o de inspiración fenomenológica, esta intersub-
jetividad, pensada como la condición de posibilidad
trascendental de la alteridad psicológica, posee la misma
estructuraqueladelsujetopsicológico.Estepuntoeselque
resulta imperioso demostrar con cierta precisión. En ambos
casos, ya se trate de una interiorización del inconsciente, en
la forma de lo biológico o en la forma del sentido, o de un
reconocimiento de su trascendencia, en la forma de una
intersubjetividad trascendental, nos las veríamos con la
misma estructura, aquella por la cual la estructura real del
sujeto está sometida a la estructura imaginaria del yo, es
decir, a la misma estructura centrada.
¿Por qué el psicoanálisis se presenta en esta forma? Ése
es el punto que amí me gustaría examinar ahora, tratando de
preguntarme: ¿qué es la psicología?, ¿de dónde viene la
psicología?, ¿cuál essu pasado?, ¿cuál es su retraso?, ¿cuá-
les son los estigmas que carga todavía hoy? No se trata de
hacerun estudio histórico: simplemente, me gustaría intentar
93
 dar dos o tres indicaciones como puntos previos para un
estudio posible. La idea misma de una psicología supone
cierta cantidad de estructuras fundamentales que la hacen
1
posible.Estasestructurasfundamentalessonlasqueidentifican
1
tres realidades de diferente estatuto: el individuo, el sujeto y
1
el yo. Lapsicologíano es posiblemás que por la identificación
de estos tres términos, es decir, por la pre-suposición teórica
que requiere que el sujeto sea un individuo que posee la
estructura de un ego. Esta constitución supone e impone esta
identidad como si fuera real. Ahora bien, basta con
interrogarse sobre el estatuto de los tres términos que se
ponen en presencia para darse cuenta de que no son del
mismo nivel; dicho en otros términos, que no poseen el
mismo contenido, y que en esta identidad, de hecho, se en-
cuentran reunidos tres significantes que no tienen la misma
significación, que no se les puede identificar. El individuo es
un concepto que puede tener un sentido en el ámbito de la
biología, que puede tener un sentido enla división del trabajo,
en la división de las funciones sociales. El sujeto es un
concepto que, por su parte, también posee un sentido en la
división social del trabajo, y en particular como sujeto de
imputación de una cierta cantidad de conductas, ya se trate
de conductas morales o de conductas políticas. No es casual
que el sujeto designe al que está sometido, mientras que en
la función clásica de la psicología, el sujeto designa al que
es activo. Es estainversión,porejemplo, lo que con-forma
toda la paradoja de una psicología cuyo origen es
manifiestamente político: el sujeto es el que está sometido a
un orden, es el que está sometido a un amo, y que, al mismo
tiempo, en la psicología se lo piensa como si fuera el origen
94
de sus propias acciones. Lo cual quiere decir que es sujeto
de imputación, es decir, que debe rendir cuentas a un
tercero de sus propios actos, de su propia conducta, de
su propio comportamiento. Y si se considera el ego, que es
el tercer término de esta identificación, se advierte que
aparece él mismo ligado a estructuras totalmente diferentes
a una problemática por completo distinta. Está ligado, en'
particular, a una problemática propiamente filosófica que
se desarrolla a partir del siglo XVII, a una problemática que
hace aparecer al sujeto como un ego, es decir, como un
sujeto de verdad, como un sujeto de objetividad.
Podemos concluir, en una primera aproximación, que los
tres términos cuya identificación radical es lapresuposición
de todapsicología, son en verdad tres términos heterogéneos.
El individuo biológico, cuyo lugarpuede ser asignado como
tal, ya sea en el campo biológico o bien en el campo de la
división del trabajo, es decir, de la división de los roles en la
sociedad, es una cosa. El sujeto es un sujeto de imputación,
es decir, el que debe obedecer órdenes y que debe rendir
cuentas de su obediencia y de sus actos, ya se trate de
órdenes morales, de órdenes políticas, de órdenes religiosas,
etc. Y el ego corresponde a una tercera función, que es una
función veritativa, una función de síntesis, una función de
objetividad. Es entonces la síntesis, si se quiere, de estas tres
condiciones, de estos tres objetos, lo que constituye la
condición de posibilidad de toda psicología. Si intentamos
ver qué hay detrás de esta condición de posibilidad que se
propone a la psicología como algo que va de suyo, si
intentamos ver cuál es la condición para que se pueda
constituir una psicología, nos encontraremos frente a fe-
95
nómenos bastante curiosos y no menos interesantes. Me
gustaríamostrar que una psicología se vuelve posible como
subproducto, ya sea de una ideología política, ya sea de una
ideologíamoral, o bien de una ideología filosófica, y que este
subproducto puede presentar un doble carácter: o bien el de
una patologíanormativa de la ideología que lo ha producido,
o bien el de un fundamento en espejo de la ideología que lo
haproducido.
Como ejemplo del primer caso tomaré a Platón. Desde
luego, el concepto de psicología es un concepto reciente, da-
do que solo aparece en el siglo xvm y que la palabra en fran-
cés solo aparece en los textos de Charles Bonnet, 6 1 en
1750. Se sabe que debemos este término a W olf, pero en su
acepción francesa, fue Charles Bonnet quien lo introdujo en
Francia. Por ende, resulta paradójico hablar de psicología a
propósito de Platón, ya que efectivamente la psicología
nuncafuetematizadacomodisciplinacientíficaduranteel
período clásico de la filosofía griega. Sin embargo, me
gustaría señalar que, a partir de la época de lafilosofía griega,
se ponen en práctica estructuras que serán retomadas con
posterioridad y que aparecen como condiciones de posibi-
lidad de una psicología. En lo que concierne a Platón, me
gustaría tomar el ejemplo bien conocido de laRepública, el
de la tripartición de clases que remite a la tripartición en
el interior del sujeto. Al interrogarse acerca del hombre,
Platón nos dice: podemos leer en grandes letras lo que es la
naturaleza del hombre leyéndolo en la sociedad; es más fácil
leer un texto en grandes letras que en letras chicas. Para
61
Autor de un Traité de psychologie (Tratado de p sicología) que
apareció en 1750.
96
comprender al hombre nos remite a la estructura de la
sociedad, y cuando estudia la estructura de la sociedad nos
remite al hombre, es decir que nos remite a un sujeto humano
en el que se va a fundar la estructura de la sociedad. Y bien,
este sujeto se concibe en sí mismo como si tuviera una
estructura de tripartición: laepithumía, el thumós y el noús.
Si se analiza el punto de vista de Platón, surge que este sujeto
humano, concebido como constituido por una estructura
tripartita, es en verdad el subproducto de los problemas
políticos que Platón se plantea resolver. Es, ala vez, la re-
flexión de estos problemas políticos en el individuo y la
expresión de este problema político presentada como su
solución y como su fundamento. Es unapatología fundadora:
es porque en el hombre existen efectivamente tres instancias,
la epithumía, el thumós y el noús, que se puede instaurar en
la sociedad un orden verdadero o, por el contrario, reinar
en ella un desorden confuso. Es la confusión de estas tres
instancias en el individuo lo que puede desembocar en la
confusión de clases en la sociedad. Se ve aquí que la
tripartición en el sujeto humano se encarga de resolver el
problema de la división de clases en la sociedad. Pero esta
transferencia de la dificultad, que se presenta en forma de
solución, desemboca en paralogismos que resulta gracioso
seguir al detalle en la República: en particular el hecho de
que, al ser presentado todo hombre como constituido por
una estructura tripartita, se advierte que, según sea la clase,
cada hombre, en verdad, se reduce a una de las funciones de
estatripartición. El artesano no es más que epithumía: si por
casualidad el artesano fuera algo más que epithumía,
supondría desorden; el guardián no es más que thumós, y si
97
1
1
por obra del azar fuera nous o epithumía, sería desorden;
y el rey, el príncipe-filósofo, es solo nous. Hay una
contradicción entre la estructura del sujeto humano y la fun-
ción que esta estructura se encarga de garantizar en la
sociedad; la solución de Platón es, simplemente, la de
sustituir la tripartición con unajerarquíaentre las funciones en
el sujeto humano, es decir, investir inmediatamente una
psicología posibleporunamoral. Es el ordenamiento de las
tres instancias en el sujeto humano lo que aparece como
condición de posibilidad para el ordenamiento de las clases
en la sociedad. Aquí vemos el papel que juega la puesta en
prác-tica de esta estructura de una psicología posible en
Platón: a la vez, rendir cuentas de lapatología de la política,
rendir cuentas del hecho de que el orden social no es lo que
debe ser y, al mismo tiempo, fundar un orden social que sería
lo que debe ser. Pero este orden social no se puede fundar
como tal en un individuo si no es a condición de negar la
significación objetiva de las estructuras puestas en práctica,
que podría62 fundar una psicología y transformarla
inmediatamente en moral. Lapolítica se vuelve moral en el
individuo, siendo la moral, bajo laaparienciadelaconstitución
de un sujeto que puede ser objeto de un estudio objetivo,
muy simplemente lapuesta en práctica de un orden que, en
el sujeto, realiza la condición de posibilidad y el fundamento
del orden que se debe elaborar en la sociedad.
Se da en otro dominio, en uno muy diferente, el papel que
juega, por ejemplo, lapuesta en práctica de la estructura del
ego en la filosofía cartesiana. ¿Cuál puede ser, en la filosofia
62
¿ O «que podrían»?
98
cartesiana, la posibilidad de una psicología? No puede ser
una psicología del ego, delega cogito, en la medida en que
elsujetodelegoesahíunsujetodeobjetividad,esdecir, un
sujeto de verdad. En cambio, vemos que la psicología se
vuelve posible en Descartes, como la patología, ella misma
capaz de representar el reverso de una normalidad, que
permite el ejercicio de pleno derecho del ego de objetividad.
Dicho en otros términos, la psicología se vuelve posible en
Descartes para dar cuenta del error, para dar cuenta de la
inatención, para dar cuenta de la confusión, para dar cuenta
de la confusión en la inatención, para dar cuenta de la to-
ma de la libertad en las apariencias de lo sensible y del
cuerpo, es decir, para dar cuenta de la confusión del sujeto
de objetividad con su contrario, para dar cuenta de la
confusión de la verdad en el error, del desconocimiento de
laverdad en el error. El sujeto psicológico que aparece aquí
como la condición previa del sujeto de objetividad es el
sujeto del error; y es al mismo tiempo el sujeto del error que
puede convertirse en sujeto de objetividad. De este modo,
la psicología se puede fundar en Descartes como lo que con-
cierne al concepto del no-concepto del ego, como lo que
concierne a la posibilidad para el ego de no ser esta
transparencia misma que lo constituye como sujeto de
verdad, como sujeto de objetividad, es decir, como lo que
concierne a su propio pasado. He aquí por qué es a partir de
las funciones veritativas del ego como sujeto de objetividad
que se determinan negativamente las funciones fundamen-
tales del sujeto psicológico: la memoria, la atención, la
precipitación, laprevención, la imaginación, el sentimiento,
categorías todas ellas por medio de las cuales Descartes
99
1
 piensa lapatologíaposible que es el reverso de la normalidad
del sujeto de objetividad. El Tratado de las pasiones del
alma de Descartes es el tratado de la patología teórica, de
la gnoseopatología, y es, al mismo tiempo, el tratado de la
normalidad ideal: el sujetopsicológico se convierte en el lugar
en que se juega la relación entre el sujeto de la verdad y
el sujeto del error. Y es en un concepto como el de
atención, en un concepto como el de libertad (que aparece
. como el fondo de este concepto de atención) que se juega
el destino del sujeto psicológico, que es el de serjustamente
la sombra del sujeto de objetividad, que es el de ser su
reverso y, al mismo tiempo, su posibilidad. La patología
aparece aquí como la patología del sujeto psicológico; el
sujeto psicológico aparece aquí como el sujeto patológico,
comolaposibilidaddelapatologíadelsujetodelaobjetividad,
una patología que se puede convertir de inmediato en
normalidad por la función esencial que se le otorga a este
sujeto: esta función de convertibilidad que es la libertad.
Desde este punto de vista, sería extremadamente interesante
ver lo que ocurre, por ejemplo, en Spinoza con el Tratado
de las pasiones del alma, a partir de la crítica que Spinoza
hace justamente del cogito cartesiano, de este ego que apa-
rece como el centro del cogito. La cuestión consistiría en
saber si el abandono por parte de Spinoza del sujeto de
objetividadcomocondicióndeposibilidaddetodaafirmación
de una verdad no trae aparejada unamodificaciónradical del
sujeto de esta patología de la verdad. Dicho en otros
términos, la cuestión consistiría en saber si el estatuto del
sujeto de las pasiones del alma en Descartes, que se define
como esta posibilidad de alternativa entre el error y la
100
verdad, que se piensa, por lo tanto, a partir del sujeto de
objetividad, no se encuentra profundamente modificada en
Spinoza, a partirjustamente de la supresión de este sujeto de
objetividad, y si el Tratado de las pasiones del alma, en
lugar de dar lugar a una psicología, es decir, a unapatología
del sujeto de objetividad, no se abre en Spinoza a lo que
podríamos llamarunateoríade lo imaginario: lo imaginario no
se concibe, como en Descartes, como una categoría
psicológica, sino como la categoría por la cual se piensa un
mundo. Lo imaginario ya no sería, en Spinoza, una función
psicológica, sino que casi sería un elemento en el sentido
hegeliano del término, es decir, una totalidad en laque se in-
sertan las funciones psicológicas, y a partir de la cual se
constituyen. Allí estaría el sentido de la distinción spinozista
de los géneros de conocimiento: la imaginación no es una
facultad del alma, no es una facultad del sujeto psicológico,
la imaginación es un mundo. Y cuando se sabe que en
Spinozael ejemplo más destacado de la imaginación es el de
la existencia histórica, que describe, por ejemplo, en el
Tratado teológico-político; cuando vemos a Spinoza que
relaciona las funciones de los sujetos psicológicos, y en
particular de los profetas, con su función en este mundo de
lo imaginario, es decir, cuando vemos a Spinoza que
constituye a los sujetos psicológicos (lo que nosotros
llamaríamos sujetos psicológicos) como funciones de este
mundo de lo imaginario, nos las vemos, tal vez, con una
verdadera inversión de laproblemática del sujeto psicológico,
directamente ligada a la desaparición en él de la función del
sujeto de verdad, es decir a la crítica del cogito. ( ... )
Lo que acabo de decir hasta aquí se puede resumir de la
101
siguiente manera: el sujeto psicológico solo es posible, en
Descartes, como sujeto del error, es decir, como sombra
cargada en lo patológico de un sujeto considerado como un
sujeto normal: el de la verdad. La pregunta que cabe hacerse,
entonces, es la siguiente: ¿porqué la verdad debe expresarse1
por qué se expresa, en Descartes, en la forma del ego? ¿Por
qué la verdad se expresa pormedio de la constitución de un
sujeto de verdad? ¿Por qué este surgimiento de un sujeto de
la verdad como constitución de la verdad misma? Es un
fenómeno extremadamente importante, porque está en el
origen de toda la filosofia occidental, y la refutación que da
Spinoza es unarefutación que desapareció de la historia, que
quedó literalmente sumergida por el desarrollo de la pro-
blemática posterior, y que tal vez todavía no ha resurgido,
salvo en una forma lateral y alusiva.
¿Por qué hay un sujeto? ( ... ) Tal vez la necesidad de un
sujeto de verdad esté impuesta ella misma precisamente por
la problemática de Descartes, que es una problemática que
opone la verdad al error. Es quizás en estos conceptos de
verdad y de error que se encuentraprecisamente escondida
la exigencia del surgimiento de un sujeto como sujeto de
verdad. En efecto, resulta realmente impactante ver que
estos conceptos de verdad y de error son los conceptos
fundamentales sobre los que surge la exigencia de un sujeto
de laverdad. Y es, quizás, del lado delpensamiento del error
que se encuentra el sentido del concepto de verdad que se
le opone. En efecto, ¿qué es el error para una filosofia como
la de Descartes? El error solamente se piensa como lo otro
negativo de la verdad: el error es el concepto del no-
concepto, pero pensado no en su especificidad, sino como
102
no-concepto del concepto. El error se piensa como reflejo
a partir de la verdad, sin que, no obstante, estarecurrencia
de la verdad sobre el error se piense en su concepto. Dicho
en otros términos, se piensa el error simplemente como el
afuera de una verdad, como la exclusión de una verdad, sin
que se piense la relación con esta verdad. La relación del
error con la verdad es pensada como un reparto, es decir,
como el resultado deunjuicio, como un reparto que impone
una exclusión, que impone una condena, un reparto que
pronuncia el concepto de la verdad misma. Pero esta relación
de exclusión no se piensa en el reparto instaurado entre la
verdad y el error. Dicho en otros términos, si podemos
considerarquelarelacióndeunaverdadconelerrorqueella
denuncia como su propiareflexiónnegativano manifiesta un
reparto sino un corte, es el desconocimiento del corte
pensado en forma de reparto lo que se encontraría el origen
del surgimiento del sujeto de verdad. En efecto, esta relación
pensada como un reparto es el equivalente de un juicio, de
un juicio que zanja. Y en este juicio que zanja y que
desconoce, en consecuencia, el corte en la forma del reparto,
nos las veríamos con dos funciones distintas que no estarían
pensadas en su distinción. Nos las veríamos con la enunciación
«A es A, no-A es no-A», es decir, «la verdad es verdadera,
el error es erróneo», y nos las veríamos, por otra parte
(siendo esto una pura enunciación, es decir, una pura
constatación), con el juicio que zanja, con el juicio que se-
para, es decir que zanja entre dos valores sin que se re-
flexione de otro modo que no sea en la forma deljuicio. Es
decirqueunafilosofiadeljuicio, talcomo lafilosofiadeDes-
cartes, aparecería necesariamente ligada a cierto tipo de re-
103
1
lación entre una verdad y un error pensado en forma de
reparto, sin que se piense el acto que instaura este reparto,
es decir, el fundamento de esta distinción. Por lo tanto, una
filosofiadeljuicio se fundaría en ciertarelaciónnegativa de la
verdad con el error, en una distinción pensada como un
reparto y no como un corte, y es de allí en más que se
instauraría la categoría del sujeto como sujeto de la verdad.
De allí en niás, desde luego, la categoría del sujeto como
sujeto de error se encuentra igualmente instaurada, a la vez
como la patología del sujeto de la verdad y como su
condición previa aleatoria. Y es así como Descartes re-
flexiona en todo el pasado de su propia filosofía, es decir,
toda la confusión, todo el error que lo ha precedido.
Entonces la cuestión que se plantea sería evidentemente
saber por qué era necesario que una filosofía semejante
surgiese como una filosofía del juicio. Dicho en otros
términos, si podemos establecer la siguiente correlación63
entre verdad y error, esta ruptura trae aparejada
necesariamente una filosofia del juicio, que necesariamente
trae aparejada una filosofia del sujeto que zanja entre la
verdad y el error. ¿Por qué la relación de la verdad con el
error provoca una aparición del sujeto de verdad? Todo el
problema consiste en saber por qué el sujeto de verdad
aparece como necesario para pensar la distinción entre la
verdad y el error. Todo ello reside en el hecho de que se
piensa el error como lo contrario de la verdad, como su pura
negatividad, es decir que no se piensa la distinción entre el
error y la verdad, el corte entre el error y la verdad.
63
Referencia a un esquema en el pizarrón.
104
En una retrospección epistemológica, desde luego,
podemos asignar la diferencia, podemos pensar cuáles han
sido lascondicionesdeposibilidaddeestadistinción: podemos
asignar ahora por medio de un estudio histórico cuáles han
sido las condiciones de posibilidad de la distinción entre
verdad y error. Para Descartes, el error tiene un contenido
preciso: es la filosofía tomista, es la física del aristotelismo; la
verdad es la nueva física, es la fisica galileana. Todo ello es
el resultado de un proceso histórico sobre el que Descartes
no reflexiona. Pero nosotros no solo podemos explicar la
aparición de estafilosofiadel juicio y, por lo tanto, del sujeto
en el que ella refleja el juicio que ella pronuncia sobre la
relación de la verdad con el error, por medio de la ilusión de
Descartes. Debemos intentar dar cuenta de esta función
de la ilusión, de este desconocimiento de un corte que es un
corte histórico, es decir, cultural, [de este desconocimiento]
del surgimiento de una nueva disciplina científica que se
pensóenlaformadeunafilosofíadeljuicio.Evidentemente,
aquí no puedo presentar sino unahipótesis: en la filosofía del
juicio, Descartes habría pensado la relación histórica de un
conocimiento nuevo con uno viejo en la forma de lo que tiene
que dar cuenta ante la cultura, es decir, en una categoría del
sujeto de imputación, del sujeto moral. Es decir, en una
categoría que se toma ella misma en un mundo que es el de
la imputación moral: en el mundo de la responsabilidad. Y ése
es todo el equívoco del juez y del juicio: el juez es quien
pronuncia una condena, quienpronunciauna exclusión, pero
en términos tales de los que pueda dar cuenta; es el que carga
con la responsabilidad de ladecisióndeljuicio que pronuncia,
de la separación del juicio por el cual atribuye a éste lo que
105
1
es suyo y a aquél lo que le pertenece. En este caso, nos las
veríamos conuna contaminación de las categorías éticas por
las categorías morales y religiosas del sujeto de imputación,
de la reflexión teórica sobre el advenimiento de una nueva
disciplina científica.
Estopodría ser, desde luego, objeto de un estudio histórico:
¿cómo es que Descartes experimentó la necesidad de que un
sujeto de objetividad cargara con la responsabilidad del
pensamiento del advenimiento de un acontecimiento históri-
co? Sin duda, proviene de su situación en un mundo cuya es-
tructura social objetiva no había intentado pensar, cuya
crítica no había intentado hacer, cuya crítica del juicio de
imputación moral no había intentado llevar a cabo. Y tal vez
no haya sido obra del azar que Spinoza escapara a esta
categoría del sujeto de imputación proyectado sobre el
sujeto de objetividad, en la medida misma en que hizo la
crítica de este mundo moral en el Tratado teológico-
político, en la medida misma en que hizo la crítica de la
identificación de los sujetos, la crítica de la constitución del
sujeto (sujeto psicológico, sujeto ético y sujeto filosófico) en
tanto que impuesta por la estructura de lo imaginario, es
decir, poruna estructura social que produce necesariamente
1
este sujeto para poder subsistir.
Creo que sería bastante simple mostrar en un tercer
ejemplo, mucho más fácil de desarrollar, que la psicología
siempre se produce por el mismo esquema a partir del siglo
xvm (puesto que es en el siglo xvm cuando nace
verdaderamente la psicología). Creo que sería bastante fácil
demostrar que la constitución del sujeto psicológico, la
constitución de sus funciones, es decir, la determinación de
106
1
1
lo que se tiene que estudiar como psicológico en un sujeto
psicológico a partir del xvru, le es asignada por la filosofía
dominante del siglo xvm: por el empirismo sensualista. A
partir del siglo XVIII, lapsicología aparece fundamentalmente
como el subproducto de una filosofía del conocimiento de
nuevo tipo y de nuevo estilo. A partir de este momento, la
psicología no es simplemente el sujeto patológico deun suje-
to de la verdad: se convierte en el equivalente de la filosofía,
en la medida misma en que la filosofía empirista sensualista
identifica los dos sujetos, identifica el sujeto de la verdad y el
sujeto del error en su teoría del sujeto empirista. A partir de
ese momento, entra con pleno derecho en la psicología el
problema fundamental de la percepción, el problema
fundamental de la sensación, no como un problema patoló-
gico sino como un problema de fundamento. A partir de este
momento, con el desarrollo de las ciencias de la naturaleza y
de laneurofisiología, enlapsicología entra conpleno derecho
surelación con la fisiología, es decir, el estudio en la fisiología
de los fundamentos de la función perceptiva que la teoría del
conocimiento empirista sensualista del XVIII le asigna al
sujeto. Lo que sería interesante estudiar en esta correlación
es el papel del lenguaje, del que ya dij e unas palabras hace
un rato, en la medida misma en que aparece necesariamente
ligado a toda la teoría del conocimiento empirista sensualista
del siglo xvm, como lo que debe constituir la posibilidad
misma de la enunciación objetiva, y como lo que debe
resolver el problema que se proyecta como resuelto en el
sujeto psicológico que la filosofía empirista instituye.No
tengo tiempo para entrar en el detalle, simplemente quiero
dar esta indicación.
107
 Por consiguiente, si se quiere resumir la estructura funda- ÍNDICE
mental que permite que exista una psicología, yo diría que
la psicología aparece jugando una doble función. ( ... ) La
psicología aparece como la patología, ya sea de lo teórico,
ya sea de lo moral, ya sea de lo político, o bien de lo religioso.
Por una parte, como [su] patología y, por otra como una
patología sobre la cual [se pueden fundar los discursos,
teóricos, morales, políticos, etc.], es decir, como unapatología
que se puede revertir en normalidad. La patología, por lo
tanto, aparece como un fenómeno en espejo en el cual el
sujeto de objetividad refleja la posibilidad para él deno ser Presentación ................................................................. 9
lo que es y, al mismo tiempo, la posibilidad de ser lo que es.
En este fenómeno en que se asigna alapsicologíauna función Primera conferencia
que es la que el sujeto teórico no puede asumir; en estas EL LUGAR DEL PSICOANÁLISIS

condiciones en que la psicología aparece como encargada EN LAS CIENCIAS HUMANAS .. . .. .............. . . .. ....... ... ... . .... .. . 15
de garantizar la fundación, la función que le delega el sujeto
teórico, el sujeto moral, el sujeto religioso o el sujeto político; Segunda conferencia
en todos estos casos nos las vemos con una verdadera PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA ............ . .. ....... .. . ............... . 65

función en espejo: espejo del desconocimiento en la forma

del reconocimiento. ( ... )64

64
La grabación se detiene en medio de la frase siguiente.

108 109