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"Hoy en día hay muchas personas que están

atemorizadas por todas las cosas que están sucediendo, y


no es en vano, pues en realidad da espanto, temor, ver las
ciudades abandonadas, los negocios, hasta las iglesias,
los centros espirituales, las sinagogas, los templos
cristianos, ciudades paralizadas.
"
"Esto ha traído mucho temor a muchas personas que
están angustiadas, hay temor ir a las tiendas, acercarnos
a otras personas y es por esto que quiero compartir esta
enseñanza bajo el tema no tengas temor. "

"Hay dos tipos de temor, el primero es el temor al Señor,


no hablamos de miedo sino de una reverencia a Dios por
su poder y su majestad. Es cuando reverenciamos,
reconocemos la grandeza, la majestad de Dios y nos
impulsa a tener una reverencia, un respeto porque nuestro
Dios no es cualquier Dios.

Nuestro Dios es conocido como Dios de dioses y Señor de


Señores, este temor es un conocimiento de todo lo que
Dios es. Es el cual viene cuando conocemos sus atributos,
grandeza, conocemos que es omnisciente, omnipotente,
todo poderoso, es cuando tenemos este conocimiento de
que el es omnisciente, es decir, que todo lo conoce. La
palabra no está en nuestra boca y él ya las "

Proverbios 18:10 "Torre fuerte es el nombre de Johová; a


él correrá el justo, y será levantado"

Es decir, cuando el temor de Dios está en nosotros, él


viene a ser nuestro escudo, nuestro refugio, nuestra torre
fuerte, nuestra ciudad amurallada. Podemos estar
tranquilos porque sabemos que tenemos a un Dios que
sabe cuidar de los suyos, a un Dios que sabe velar por
nosotros.

Por esta razón, en tiempos como estos, el pueblo de Dios


debe de vivir confiado, debe estar tranquilo, sabiendo que
Dios tiene el control. Si él ha permitido que esto acontezca
es una llamada de advertencia a todas las naciones, no
solamente a los incrédulos sino también al pueblo de Dios
para que nos acerquemos más a él y el temor de Dios
habite en nosotros.

Y repito, cuando este temor está en nuestra vida, él se


convierte en todo para nosotros, él es nuestro refugio, él
es nuestra ciudad amurallada, es nuestra torre fuerte, y en
él podemos descansar tranquilamente porque sabemos
que Dios tiene el control de todo.

Hay otra escritura en el Salmo 112:1 "Bienaventurado sea


el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se
deleita en gran manera", es decir, que el hombre que se
deleita en Jehová será alabado, bienaventurado.

Y la promesa es que "su descendencia será poderosa en


la tierra; la generación de los rectos será bendita. Bienes y
riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para
siempre". ¿No le da gozo saber de esta preciosa promesa
que encontramos aquí?. El que tiene el temor de Dios
debe estar tranquilo porque tiene una preciosa promesa
de Dios, porque en tiempos difíciles que estamos viviendo,
nuestro Dios tiene el control.
Entonces podemos decir que vale la pena tener a nuestro
Dios, vale la pena reverenciar su nombre, admirarlo,
reconocerlo en todos nuestros caminos, por eso es que en
nuestra iglesia fomentamos mucho el temor a Dios.

Les enseñamos a los niños, adolescentes, a los jóvenes, a


los que recién llegan a los caminos del Señor. Habrá
quienes digan que somos demasiados estrictos pero allí
está la clave para la bendición de Dios y el Señor toma
cuidado de nuestras necesidades aún en los momentos
más adversos. Este es el primer temor, el temor del
Señor.
El segundo temor es el temor o miedo a algo o a alguien,
es un temor contrario al temor a Dios, porque el temor al
Señor nos lleva a confiar en que nuestra salvación viene
de él y no de nosotros mismos, es decir, saber que él
cuidará de nosotros.

Jesús lo dijo al decir, en el evangelio de Mateo, que por


qué debemos de preocuparnos del qué debemos de
comer o vestir y nos reta al decir mirad las aves, la hierba
del campo, quién es el que las alimenta, quien cuida de
ellas. Hablándonos de Dios del cuidado especial que él
tiene con cada uno de nosotros.

Ahora cuando nosotros tenemos temor de Dios, entonces


podemos confiar plenamente en él como lo dice el
salmista en salmo 121:1-2 "Alzaré mis ojos a los montes:
¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de
Jehová, que hizo los cielos y la tierra"
Hoy querido hermano, querida iglesia, es tiempo de
levantar nuestra mirada al cielo y decir tu eres nuestro
amparo, tú eres nuestra fortaleza. Ese es el temor de Dios
pero nos lleva a confiar que aunque nuestra situación sea
difícil e imposible nuestro Dios es poderoso para
guardarnos y ayudarnos a obtener la victoria.

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