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Informe de Artritis Reumatoide
Informe de Artritis Reumatoide
Las espondiloartritis:
la gota y
la enfermedad por cristales de pirofosfato cálcico
La artritis reumatoide (AR) es una forma de poliartritis crónica que se caracteriza por una
sinovitis persistente con tendencia a la destrucción y deformidad articular.
Epidemiología
Etiopatogenia
Factores genéticos
La gran mayoría de los casos de AR son esporádicos (más del 90%) (Es decir, que los
pacientes no tienen familiares de primer grado afectos de esta enfermedad), pero se
conocen diferentes factores genéticos de predisposición. Se estima que el componente
genético contribuye en un 60% a la susceptibilidad a la enfermedad. Dentro de los genes
estudiados, los de mayor predisposición serían los genes HLA del sistema mayor de
histocompatibilidad y, en especial, el alelo de clase II HLADRB1*04.
Factores ambientales
El tabaco
Infecciones víricas (parvovirus humano B19, virus de Epstein-Barr)
Infecciones bacterianas (Proteus mirabilis, Porphyromona gingivalis y su enzima
“peptidil arginina desaminasa”)
La obesidad
Factores hormonales
Microbiota
El tabaco es el factor ambiental más conocido implicado en la predisposición a la
enfermedad. Se asocia principalmente a la AR con presencia de anticuerpos antipéptidos
citrulinados, habiéndose descrito una interacción con el sistema HLA, de tal manera que
los pacientes fumadores y portadores de HLA-DRB1*04 tendrían un mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
Fisiopatología
Cuadro clínico
En las manos las deformidades características son los dedos en cuello de cisne o en ojal,
el pulgar en Z y la desviación cubital. En los pies, por el compromiso de las articulaciones
metatarsofalángicas, se puede producir una deformidad característica («pie triangular»)
que puede ser muy incapacitante y dificultar el caminar. La AR no afecta el esqueleto
axial, a excepción de la región cervical, siendo una de las complicaciones más temidas la
luxación atloaxoidea que puede causar una mielopatía grave.
Manifestaciones extraarticulares
Nódulos reumatoides
Manifestaciones pulmonares
Manifestaciones oculares
Síndrome de Sjögren
Manifestaciones cardíacas
Manifestaciones neurológicas
Las más frecuentes son las neuropatías por atrapamiento, especialmente el síndrome del
túnel carpiano y más raramente la neuropatía cubital o del tibial posterior (síndrome del
túnel tarsiano).
Amiloidosis
Manifestaciones hematológicas
Comorbilidades y complicaciones
Exámenes de laboratorio:
Autoanticuerpos
Factor reumatoide
Anticuerpos antipéptidos citrulinados
Pruebas de imagen
La radiología simple sigue siendo una herramienta útil para valorar el daño articular. En
las fases iniciales se observa únicamente un engrosamiento de partes blandas y en
ocasiones osteopenia periarticular. No obstante, las lesiones más características de la AR
son el pinzamiento del espacio articular, testimonio de la lesión del cartílago hialino, y
especialmente las erosiones subcondrales como consecuencia de la invasión del pannus
sinovial en el hueso. Las erosiones son muy típicas y pueden aparecer a los pocos meses
de evolución de la enfermedad. Suelen observarse inicialmente en pies
(metatarsofalángicas, fundamentalmente del quinto dedo) y en manos
(metacarpofalángicas, interfalángicas proximales y carpo, especialmente en la estiloides
cubital), pudiendo observarse en el curso evolutivo en el resto de las articulaciones. En
fases avanzadas se observan signos de desaxación, subluxación y diferentes grados de
destrucción articular.
La ecografía se utiliza cada vez más y sirve, a diferencia de la radiología, para observar
la presencia de sinovitis activa especialmente cuando existe señal Doppler, aunque
también puede detectar erosiones.
Diagnóstico
Alteraciones secundarias
Hasta el 50% de los pacientes con artritis reumatoide (AR) pueden tener alteración de las
enzimas hepáticas e histología anormal (inflamación portal inespecífica, esteatosis y
escasos focos de necrosis lobular). El síndrome de Felty (artritis reumatoide, neutropenia
y esplenomegalia) se asocia con hepatomegalia, alteración del perfil hepático, hiperplasia
nodular regenerativa e hipertensión portal. Otras causas de afectación hepática en
pacientes con AR son la EHGNA, la amiloidosis o la toxicidad hepática por fármacos
(AINE, metotrexato o anti-TNF).
Tratamiento
La AR es hoy en día una enfermedad que no tiene curación en el sentido estricto. Las
indicaciones recomendadas serían: reposo relativo en fases de actividad de la
enfermedad y mantener buenos hábitos de vida evitando el sobrepeso. Los pacientes
deben abandonar el hábito tabáquico. Sin embargo, las bases generales de la estrategia
terapéutica actual en la AR incluyen: al diagnóstico y tratamiento precoz con FAME
(fármacos antireumáticos modificadores de la enfermedad), ya que la instauración precoz
de una terapia efectiva permite obtener resultados clínicos más favorables y evitar la
progresión de la enfermedad.