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·-...,.

Introducción

Este libro está destinado a aquellos terapeutas que desean


desarrollar técnicas específicas para la resolución de dile­
mas humanos, y a los que dictan cursos sobre terapia y quie­
ren enseñar determinados procedimientos. El enfoque tera­
péutico tiene por objeto principal solucionar dentro del
marco familiar los problemas que se le presentan a un clien­
te,* haciendo hincapié, no en un método particular, sino
en encarar cada problema con técnicas especialmente ade­
cuadas para esa situación específica. La tarea del terapeata
consiste en formula:r con claridad el síntoma presentado y
planear una intervención en la situación social del cliente a
fin de modificarlo. Si bien el libro se centra en los proble­
mas, nuestro enfoque difiere de otras terapias orientadas
hacia los síntomas por cuanto acentúa el contexto social de
los problemas humanos.

Definición de un problema

En años recientes se ha suscitado una polémica enl:re los


terapeutas que .prefieren definir un síntoma en términos
precisos ele conducta (p. ej., una conducta evitativa espe­
cífica) y los que se valen de una categoría más general, como
«angustia» o «sensación de desvalimiento». Algunos tera­
peutas prefieren· formular los síntomas de _p1anera tal que
puedan computarse como actos, en tanto que otros se in­
clinan· por formular un problema como estado mental ·o
· . trastorno del ·carácter. Nuestro �11foque difiere de ambos
métodos en cuanto no hace hincapié en el individuo. Si bien
damos por sentado que el, o la,1 terapeuta que no _logra
resolver el problema presentado ha fallado, y definimos el ·

* Client, término popularizado por Carl Rogers. [N. de la T.]


1 No es apropiado emplear únicamente el género masculino para re­
ferirse a los terapeutas, porque en esta profesión hay tanto hombres
como mujeres. El autor· utiliza el género masculino por razones de
conveniencia, reconociendo la injusticia que encierra el uso tradicio­
nal del mismo.

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síntoma en términos operativos con la mayor precisión po­ Los colegas como parte del problema
sible, la terapia se centra en la situación social, más que en
la persona.'-:rUn «problema» puede definirse en diferentes La cuestión de los problemas creados por los profesionales
unidades sociales. En este libro lo definimos ·como un tipo se hace más evidente cuando examinamos de qué manera
de conducta ·que-..integra-una secuencia de actos realizados los clínicos pueden convertirse en parte -integrante del pro­
entre varias personas; la terapia se concentra, justamente, en blema presentado. Si un terapeuta acepta en tratamiento a
esa secuencia reiterada de comportamientos. Un síntoma es un adulto joven internado en un hospital para enfermos
la cristalización de una secuencia que tiene lugar dentro de mentales con diagnóstico de esquizofrenia, ¿cómo se define
una organización social, es una etiqueta que se le adosa. Si el problema? Desde hace años, los terapeutas saben que, en
concebim:os síntomas tales como la «depresión» o ·la «fo­ un caso así, la unidad social es el adulto joven y su familia,
bia» como un contrato celebrado entre individuos y, por pero en· la actualidad surge con mayor evidencia que el
ende, adaptado a las relaciones, accederemos a un nuevo problema incluye al equipo psiquiátrico que rige la custo­
modo de pensar acerca de la terapia. · · dia y medicación del paciente. El terapeuta no puede fingir
El hecho de dejar de pensar en una ·unidad individual para que el problema terapéutico se circunscribe al joven y su
pasar a una unidad social de dos o más personas tiene ciertas familia, cuando son otros quienes de-cíden si se le da de alta
consecuencias sobre el terapeuta. No sólo debe contemplar y cuando pueden drogarlo en cualquier momento sin auto­
los problemas humanos de manera distinta, sino que ha de rización .del terapeuta. De igual modo, para atender a un
considerarse a sí mismo un miembro más de la unidad social hombre o mujer que está en libertad condicional hay que
dentro de la cual está contenido el problema; ha·de ver en definir el problema en forma tal que incluya no sólo a la
él una parte integrante del dilema social del cliente, idea familia y amigos del cliente, sino también al funcionario a
que puede provocar inquietud. Hace veinte años se avanzó cargo de su vigilancia y al tribunal o juzgado. Cuando está
un paso al reconocer que la unidad terapéutica ·era la fami­ involucrado el control social, el medio profesional también
lia nuclear, más que el individuo; luego, esa unidad se ex­ forma parte del problema presentado. En casos más rutina­
pandió hasta abarcar a otros parientes y, también, al grupo :rios, el problema terapéutico puede radicar en el desacuerdo
de pares. Ahora, ya está resultando embarazosamente evi­ existente entre los profesionales que atienden a una familia:
dente que un problema incluye el mundo profesional en que cuando diversos miembros de ella acuden a terapeutas dife­
se manifiesta, y también el círculo más vasto de la sociedad. rentes, puede suscitarse entre estos una guerra territorial
-,
. en tomo a quién tiene razón en la familia y quién no. Por
lo tanto, el terapeuta no limitará la uníd.ad social a la familia,
El diagnóstico como parte del problema .sino que incluirá también a los· colegas profesionales.

Cuando se define un problema terapéutico diciendQ que


·concierne a las relaciones sociales de los clientes, el terapeu­
ta debe incluirse a sí mismo dentro del problema, puesto 1Unidades sociales más amplias
que él contribuye a definirlo. Catalogar a un niño como «de­
linq:¡.ente>> o afectado por una «disfunción cerebral J]línima>>, Hay casos en que la unidad social e�-.:i;ñás amplia que aquella
o a un adulto como «alcohólico>> o «esquizofrénico», signi­ -de por sí inquietante- en que los- colegas clínicos forman
fica participar en la creación de un problema en forma tal parte de los problemas a tratar. Si un niño se niega a ir a la
que puede dificultar aún más el cambio des·eado. El tera­ escuela, podemos decir que su conducta constituye UQ pro­
peuta que describe una- situación faniilia r diciendo que se blema terapéutico. Se espera que el terapeuta intervenga
caracteriza por la presencia de «una madre dominante y un tanto en la familia como en la escuela y logre que el niño
padre pasivo», o por la existencia de «�a rclación simbió­ se conduzca como corresponde. Por lo común es un pro­
tica entre madre e hija:;;., ha creado problemas con" ello , ·aun­ blema rutinario. Pero supongamos que se trata de una es.
que quizá piense que sólo está identificando los
problemas euela de barrio pobr e, tan m ala que el terapeuta no puede
que le plantearon. El modo· en que clasificamos un dilema menos que darle la razón al muchacño que la rehúye consi­
humano puede cristalizar un problema y volverlo crónico. derándola una pérdida de tiempo. Aquí el problema lo cons-

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tituye tanto el niño que falta a clase sin permiso· comá la a una familia pobre a abordar un problema, los radica­
escuela misma. Pero si la incluimos en la terapia, se diluye el les los acusaban de malgastar su tietnpo� puesto que el pro­
límite entre esta y la acción social o p�lítica . blema era la desocupación y el racismo de la sociedad; por
Si el terapeuta encara el problema desde el punto de vista su parte, los terapeutas que adoptaban un objetivo más ra­
social, le será difícil limitarse a pensar en el niño o la es­ dical e intentaban hacer algo contra el raCismo y el sistema
cuela sin entrar a considerar el sistema económico y las económico corrían el riesgo de ser acusados de entregarse a
cuestiones sociales en que se inserta el colegio. El niño que la mera retórica, de no prestar ayuda ni siquiera a una fa­
se rehúsa a asistir a clase puede obrar así como reacción ante milia afligida.
una escuela mala o una familia problema, pero ambas cir­ No es fácil discernir cuál es la tarea del terapeuta. Sea cual
cunstancias son inseparables del hecho de que el padre es, fuere la posición radical que adopte como ciudadano, en
quizás, un desocupado crónico a causa de la naturaleza mis­ cuanto terapeuta su obligación es definir la unidad social
ma del . sistema económico, en tanto que la madre recibe que él puede cambiar para resolver así el problema que le
una ayuda social que puede distorsionar la organización fa­ presenta un cliente. Aunque a veces se vea obligado a ba­
miliar. ¿Acaso el problema del terapeuta no ha de ceñirse al tallar con los hospitales de salud mental, tribunales y orga­
individuo, familia, pandilla y escuela, sino que debe com­ nismos de bienestar social, no es así como suele alcanzarse el
prender asimismo a la sociedad en general? Aunque estas objetivo terapéutico. La eficacia del terapeUta se mide en
cuestiones resultan evidentes entre los pobres, también· exis­ termines del resultado de su terapia, no por su posición mo­
ten en la clase alta: el terapeuta puede definir como proble­ ral o su justificable indignación ante una sociedad que coad­
ma a una esposa deprimida, o bien incluir en la definición yuva a crear los problemas que él intenta resolver. El punto
el hecho de que su marido es el acosado ejecutivo de una de vista más útil para él es pensar que dentro de cada situa­
gran empresa, obligado a trasladar constantemente a su . fa­ ción existe suficiente variedad como para poder establecer
milla de un lugar a otro <;omo parte de la lucha competitiva algún ordenamiento mejor. En vez de limitarse a condenar
en que consiste su carrera profesional. una escuela mala, el terapeuta debe visitarla y hallar, dentro
de ella, mejor cabida para el muchacho renuente al que in­
tenta corregir.
Una vez aceptada la idea de que los problemas de un cliente
.¿Adónde apunta el terapeuta? incluyen al medio social, y también al terapeuta, este siem-·
J pre debe tener en cuenta las coaliciones en que se ve en­
Un terapeuta puede intentar abordar la cuestión social adop­ vuelto al actuar. No sólo ha de preguntarse si no está des-·
tando posiciones extremas. Puede definir el problema como empeñando la función de un agente de control social al ser-·
un caso de percepción distorsionada por parte del cliente y vicio de la sociedad, cuya misión es apaciguar a los pertur­
preocuparse por las fantasías que teje en tomo a su situa­ badores; también debe reflexionar sobre el ejercicio de esta.
ción social, pero un criterio tan estrecho ya no parece acep­ misma función dentro de marcos de referencia sociales más
table. Puede irse al otro extremo y decir que todos los pro­ reducidos que el de la sociedad globaL Desde�este punto de
blemas son de índole económica y cultural; pero entonces vista, solucionar problemas no es una tarea tan sencilla
debe convertirse en revolucionario para resolver cada caso. como lo sugerirían algunos «modificadores de la conducta».
Semejante enfoque no parece ser muy práctico que digamos,. Los «terapeutas de la conducta» han subrayado problemas:
pues el terapeuta no sólo deberá po�eer pruebas de que una. y logrado que los profesionales obren con mayor precisión y
revolución lograría crear una sociedad capaz de resolver el se preocupen por los ·resultados, pero también existe e.ntre
problema, sino que, además, el acongojado cliente tendría ·ellos una tendenCia a definir el problema sin incluirse a sí
-que aguardar mientras él organiza la revolución. mismos dentro de la situación social a tratar. Por ejemplo;· si
La cuestión del radicalismo adquirió no�oriedad en la década un niño tiene berrinches y el terapeuta se adhiere a u�a.
d.e 1960, cuando se incorporaron terapeutas a las "clínicas de teoría condicionante, centrará su atención en el problema de: ·
salud mental ubicadas en barrios míseros, abarrotados de ne­ los berrinches y usará procedimientos condicionantes para
·

gros pobres: Esos terapeutas se trabaron en disputas ctiyas sofocar esa conducta problema. ¿Pero .a quién sirve· el tera­
argumentaciones caían en ex�remos opuestos: si ayudaban peuta en tal caso? ¿Con quién está aliado, y contra quién?

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·-í&é_

El terapeuta que piense en función del contexto social se difícil hallar un lugar donde ·se re�iba una formáción orien·
preocupará por los berrinches del niño en cuanto respuesta tada hacia el problema y� al mismo tiempo, se aprenda a
a las relaciones actuales de la criatura; también tendrá en pensar en los problemas ubicándolos dentro de un marco· de
cuenta la jerarquía presente en la situación a tratar, y de­ referencia social. Este libro se propone suministrar medios
cidirá si desea ser empleado por los padres para moldear el que .permitan formular problemas e intervenir en. las rela.
niño al gusto de ellos. En realidad, bien puede ocurrir que dones humanas para resolverlos.
resuelva concentrarse en el problema de los berrinches, pero La obra está destinada a los terapeutas y no debe malinte.r­
si piensa en función de las secuencias de relaciones también pretarse como un intento de describir cómo son en realidad
tomará conciencia de que su actuación se refiere, pqr igual, 1a sociedad y la familia humana, o cómo deberían ser si todo
an,duviera bien. Ofrecemos formulaciones simplistas de si­
·

a los padres y al niño.


El terapeuta enfrenta un dilema más evidente al advertir, en ttútciones soci�es que pUec:fen ayudar al terapeuta a recono­
una situación de control social, que él mismo es parte del cer los· intercambios típicos y determinar la acción a em-
·

problema. Desde una perspectiva estrecha, el terapeuta que prender.


actúa en una unidad de internación y se vale de una «eco­
nomía simbólica»,* u otros procedimientos similares, puede
estar resolviendo problemas de conducta ·de los pacientes,
·pero desde el punto de vista de la organización se ha aliado
al establecimiento a fin de moldear a Jos pacientes con miras
a que se porten mejor, para conveniencia del personal h os­
pitalario. En un informe fechado años atrás se. planteaba el
caso de una paciente, internada en un hospital para enfer�
mos mentales, que coleccionaba toallas en su habitación ; un
terapeuta resolvió paradójicamente el problema atiborrándo- ·
la de toallas hasta que su cuarto quedó tan abarrotado que
no podía entrar en él. Típicamente, al describir esta inter­
vención no se aclaraba si con ello se logró que la mujer se
portara mejor dentro del hospital, o si se le ayudó a rei!lte­
grarse a la comunidad para llevar una vida normaL Nna
vez que el terapeuta piensa en función de la organización,
debe considerarse parte integrante del sistema social que
constituye el problema del cliente.
Además de habérselas con las consecuencias que le acarrea
meditar sobre el lugar que ocupa en el sistema · social, el
terapeuta que adopte un criterio centrado en el problema
tendrá dificultad en hallar un· sitio donde· le enseñen a prac­
.ticar la terapia. Unos pocos .lugares ofrecen cursos de for­
maciÓI). para la resolución de problemas a través de técnicas
conductales,** en tanto que otros -harto diferentes- brin­
dan una formación terapéutica orientada hacia la familia. Es
.
* «Token economy»: método consistente en instituir un juego o sis­
tema económico simulado, mediante el uso �e fichas u otro sristittlto
dP. la moneda, o pagando a los internados con sume..s irrisorias y
«simbólicas» de dinero real . [N. de la T. ] '
·

** Behavioral techniques: las técnicas basadas en la modificación de


la conducta; del mismo modo se habla de -«terapia conducta!», «tera­
peuta conducta!», etc. [N. de la T.]

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·-...._.

l. Cómo conducir la -primera


entrevista

Si una terapia exitosa es aquella que resuelve los problemas


de un cliente, entonces el terapeuta debe saber cómo formu­
lar. un problema y cómo resolverlo. Además, si ha de re­
solver una variedad de problemas, no debe adoptar un en­
foque rígido y estereotipado con respecto a la terapia . Por
eficaz que resulte para ciertos problemas, ningún método
terapéutico estandarizado puede manejar exitosamente la
vasta gama de casos que suelen planteársele a un terapeuta.
Se necesita flexibilidad y espontaneidad, aunque todo tera­
peuta debe aprender de su propia experiencia y .repetir aque­
llos métodos que hayan dado buen resultado. La probabili­
dad de éxito aumenta si se combinan los procedimientos ya
conocidos con técnicas innovadoras.
Para que una terapia termine adecuadamente debe comen­
zar adecuadamente, esto es, estableciendo el «contrato» en
·torno de un problema resoluble y descubriendo la situación
social que por necesidad lo genera. El acto terapéutico em­
pieza por la · manera de examinar el problema. El acto de
intervención saca a luz los problemas y las. pautas de rela­
ción a modificar.
Un terapeuta hábil se acercará a cada individuo pensando
que esa persona, esa situación social en particular, bien pue­
den requerir un procedimiento único en su género. Las va­
riables son muchas, pero la mayoría caen en las categorías de
tiempo, lugar, honorarios, número de personas involucradas
y directivas especiales necesarias para iniciar el tratamiento.
El terapeuta que encare una situación particular ·.con plena
libertad de acción puede resolver que lo mejor es actuar en
su consultorio, en el hogar del cliente, en el sitio donde tra­
baja, la calle o la escuela ( si el problema se relaciona con
ella)·. La primera entrevista puede durar media, una o ·varias
horas. El terap'euta puede proponer enseguida un ca�bio o,
quizá, proceder pausadamente y no solicitar de inmediato
ninguna acción. Los honorarios normales pueden resultar
apropiados para un caso, o bien puede pedírsele al cliente
que fije el pago que cree justo, o aun decirle que deberá
pagar si no progresa. Puede entrevistarse a una o varias

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-�-

habitan el hogar, para captar rápidamente el problema y la


personas en la primera visita, incluyendo solamente a miem­ .
situación social que lo genera.
bros de la familia o citando además a amigos y a otros pro­
Además, se reconoce por lo general que la gente es incapaz
fesionales. Cierto grup o étnico requerirá, tal vez, un acerca­
de informar adecuadamente acerca de sus propias situacio-
miento formal, en tanto que una mayor llaneza resultará
más eficaz con otro. Un terapeuta experto puede ·comenzar. 1\es sociales. Hasta un observador participante entrenado
de muy diversas maneras> pero aquí indicaremos cómo ha de peca de parcialidad en su informe debido a su posición . den­
iniciar, preferiblemente, su primera entrevista un terapeuta tro de su red social personal; un antropólogo preparado no
común. puede describir de manera apropiada las secuencias existen­
Hoy día se piensa que empezar la terapia entrevistando a una tes en· su propia familia. En la década de 1950, las dudas
sola persona es partir con desventaja. Cuando se creía que suscitad�s en torno al autoinforme condujeron a la realiza­
el problema terapéutico era un fenómeno individual, pare­ cton de entrevistas de familias; otra consecuencia fue que
da razonable entrevistar a una sola persona. Como se con­ los supervisores de terapia prefirieron observar la labor del
sideraba que los síntomas o problemas eran algo impropio, o terapeuta � través de una pantalla de visión unilateral [ on e­
meras señales de inadaptación, no había razón alguna para way mirror] o en videocinta. Los supervisores aprendieron
citar a otro que no fuera el inadaptado mismo. Si una es­ así que la descripción de una entrevista dada por el terapeuta
posa padecía accesos de angustia, no los creían atribuibles a era inadecuada si se la comparaba con una grabación de. la
su matrimonio sino que los tildaban de irracionales. Por con­ I?isma: Cuando los pacientes eran entrevistados en· privado,
siguiente, el marido no era un elemento relevante salvo s1n grabación, a los terapeutas tambi�n se los veía privada­
como un factor de stress para la mujer, que consti uía el� mente en las sesiones de supervisión, y nadié sabía a ciencia
«verdadero» problema. cierta qué pasaba durante la terapia. Por ejemplo, una es­
Por supuesto, es posible cambiar un matrimonio o una ·fa­ posa informaba sobre un acto de su marido sin mencionar la
milia entrevistando a uno solo de sus miembros, pero se parte que le había tocado en la secuencia que condujo a él
corre el riesgo de que sea un procedimiento lento · y difícil (decía, quizá, que su esposo la había golpeado «porque sÍ»).
amén de fallar a menudo, como lo han demostrado los es� A su vez, el terapeuta comunicaba a su supervisor ese
tudios sobre resultados de terapias. Es mucho-· mas sensato hecho -conocido según la versión de la esposa- sin ex­
entrevistar al grupo natural en cuy:o seno se manifiesta el plicarle cómo había alentado a la mujer para que se lo re­
problema, iniciando así de inmediato la búsqueda de una latara. No mencionaba que, quizás inconscientemente, se
había aliado con ella contra el marido, incitándola a conde­
·

solución.
Si es obvio que, tratándose de un matrimonio, hay que en­ narlo. El supervisor debía adivinar lo ocurrido guiándose por
!revistar a ambos cónyuges, debería serlo aún más el hecho los informes de una esposa tal como se los narraba un tera­
de que cuando el problema está en un adolescente a quien peuta, y ambos relatos pecarían de parcialidad. Es más sen­
debemos ayudar a desligarse de su., familia; debe buscarse la sato entrevistar a ambos cónyuges juntos bajo la observación
participación inmediata de todo el grupo familiar. El tera­ de un supervisor, de ser ello posible. Con este tipo de ob­
peuta debe reunir a las personas para ayudarlas a individua­ servación� la situación del ·terapeuta pasa deL �nfrentamiento
Iizarse, y es . más lógico empezar ese proceso de individuación «individuo» versus «familia» a la práctica de una terapiá
«a ciegas» o «a plena luz».
de inmediato, en la primera entrevista.
La antigua dicotomía entre terapia «índividual» y «de fami­ Parte de la dificultad que plantea la iniciación adecuada de
lia>> pierde relevancia cuando se encara un problema dentro una terapia ha obedecido a la confusión entre el diagnóstico
de su contexto. Entrevistar a un· índividuo es uno de los .realizado por razones institucionales y el realizado con fines
modos de intervenir en una familia. Si un terapeuta entre:­ terapéuticos. Una institución requería que se entrevistara a
vista a un hombre, mujer, abuelo o �iño y no ve al resto una sola persona clasificándola en determinado diagnóstico,
de la familia, establece una coalició:rr-- � ciegas, sin saber en procedimiento que nada tenía que ver con la terapia y que
qué organización está entrando. Aunque, una vez'iniciado el hasta podía trabar al terapeuta en sus reflexiones sobre có­
tratamiento, el terapeuta puede querJr entrevistar indivi­ mo resolver el problema. Ahora se sabe que el mejor diagnós­
dualmente a los � embros de la familia con un propósito de­ tico para terapia es aquel que permite al grupo social res­
ponder a los intentos de producir un ·cambio. Como el tera-
terminado, al pnncipio es mejor conocer a todos cuantos

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miento esbozado sirve para la mayoría de los problemas
aunque, por supuesto, siempre hay situaciones excepcíonale�
peuta debe intervenir por ví� de un acto terapéutico -valga
la redundancia- para recoger datos de diagnóstico desti­
que requieren un manejo especial.
nados a la terapia� lo mejor es comenzar entrevistando a toda
Por ejemplo,_ no conviene realizar esta clase de entrevista
la gente involucrada� ya que el cambio los afectará a todos.
exploratoria con un joven internado en un hospital de salud
Por supuesto, a veces hay un solo individuo disponible para
mental, ya que en este caso el terapeuta sabe de antemano
la entrevista, de manera que la sesión inicial ha de cele­
que el problema radica en la internación. Por lo general en
brarse entre dos personas. Si el individuo está en prisión o
en un hospital para enfermedades mentales� es natural que
este libro no insistimos en el estudio de los problema de;
j�venes con perturbaciones graves; la terapia indicada para
el terapeuta cuente con la presencia de la familia en la pri­
dtc?os casos es objeto de otra· obra, actualmente en prepa­
mera·· entrevista, para programar la vida futura fuera del
ractón. La estrategia a aplicar en un caso así consiste en
establecimiento. Si quien solicita la terapia es un . estudiante
partir con una actitud menos exploratoria y más autoritaria,
que asiste a una universidad situada a miles de kilómetros de
ya que la familia está en un momento de crisis.
su hogar, quizá sea preciso verlo solo en la primera entre-·
Veamos otros casos en que este tipo de entrevista inicial no
vista; luego puede recurrirse a cartas, llamadas telefónicas
constituye el procedimiento correcto� A veces, un malenten­
visitas de los padres y otras formas de acercamiento per �

al comienzo deberá entrevistarse al individuo solo. Es a cir­
dido hace que alguien remita erróneamente a una familia al
terapeuta; otras, se trata de un simple «chequeo» o con­
cunstancia especial y desusada exige que el terapeuta se�
sulta sin ningún interés en comenzar una terapia. Algunas
capaz de evaluar la situación de una persona basándose en el
familias sólo desean someter a un niño a algunos tests, y no
diálogo mantenido con ella sola, calculando al mismo tiem­
tienen la menor intención de que se le aplique una terapia.
po las consecuencias que acarreará el cambio para los que no
Aquí vale la pena aclarar que la familia puede . participar
están presentes. Es posible cambiar a una persona sin en­
aun en una sesión de tests. En la actualidad, ciertas clínicas
trevistar a nadie más, pero esa tarea suele exigir una pericia
superior a la del terapeuta común. hacen que los padres observen la sesión a través de una pan­
talla de__ visión unilateral, para que puedan ver cómo respon-.
Cuando se trata de una primera entrevista de tipo corriente,.
de su hiJo; luego, al repasar los resultados con el-examinador
el terapeuta debe solicitar la asistencia de todos los involu­
crados, especialmente si el «problema» es un niño. Si la. los pa�es tendrán una base en que apoyarse para juzgar la�
deducctones de aquel, en vez de recibir un simple informe
escuela está implicada en el caso, conviene por lo gen�ral
resumido.
celebrar en ella la primera entrevista, �on asistencia del m�es­
tro, el asesor psi�opedagógico, el niño y los padres, ya que •·-+_,.. También hay consult�s «obligatorias» que requieren un ma­
tod?s _estos cons;ttuyen el grupo social involucrado. (El pro-­ nejo especial de la primera reunión. Cuando la familia ha
. sido remitida al terapeuta por un tribunal; o a veces por una
cedimtento aqu1 descrtto para una primera entrevista. se
aplica a un grupo así.) Para la mayqría de los problemas,. escuela, la madre o el padre pueden presentarse encolerizados
. _ y habrá que tratarlos con especial cortesía. Toda vez que
debe mvttarse a los integrantes de la red de relaciones ínti-­
mas. La unidad social adecuada comprende a todos cuantos. un cliente actúe de una manera confusa o aparentemente
habitan el hogar, pero �i .el terapeuta conoce la existencia. inapropiada, el terapeuta deberá presumir que la confusión
de una abuela que vive a la vuelta de la esquina, también o desorientación radica en el contexto de la situación, y no
debe requerir su presencia. Cuando el problema es un niño,. en una peculiariqad personal.
cualquier hombre que mantenga estrecha relación con la Las sesiones demostrativas, donde un terapeuta debe entre­
madre debe asistir a la sesión. vistar a una familia en presencia de un grupo, plantean otra
Este énfasis en que todos los involu.crados estén . presentes: situación especial. Si la sesión corre a cargo del terapeuta
e ? la primera entrevista no significa c_tue sea imposible prac­ que ya atiende a la familia entrevistada, deberá cuidar que
. esta no revele más de lo debido ante un grupo de extraños.
tlcar la terapla de no lograrse una pa{['ticipación total. Que­
remos decir,. simplemente, que el modó más fácil de trabajar Un terapeuta jamás debe entrevistar delante de un grupo a
es trayendo a todos a la reunión. Nuestra descripción de una familia a la que no volverá a ver. La sesión demostra­
cómo ·conducir una primera entrevista le ayudará al tera­ tiva llevada a cabo por un terapeuta visitante constituye una
peuta a comenzar su labor en forma adecuada. El procedi- explotación de la familia entrevistada, cuyos miembros no

16 1.7

63
.·-�-

nalmente, se fija día y hora para una nueva sesión, a la que


reciben cornpensacron alguna por la exp�sición de . 9ue son asistirá toda la familia o parte de ella.
objeto, a menos que les paguen honorarios. �de��s.t �s!as
-
demostraciones para las que se monta una entrevista Utllca
nada tienen que ver con la terapia: son,. simplemente, un
modo de ejemplificar ante un auditorio cómo utilizar a una
familia y el estudiante de . terapia nunca debe suponer que La etapa social
ese es �1 modo de conducir una entrevista terapéutica. . .
Resta un último comentario sobre la asistencia a la primera Todos los miembros de la familia deben participar en la
entrevista de todas las personas involucradas. Ocurre a !Pe­ acción en todas las etapas de la entrevista, especialmente en

nudo que un joven, conviva o no con sus padr�s, pre eriría esta de -los saludos. Al entrar al consultorio se sentarán don­
que su familia no se viera envuelta en la tC::apta, � bten -ha de y como lo deseen. Una vez que se haya presentado, el
_
recibido terapia individual durante vanos anos y stente �r�­ terapeuta deberá dirigirse a cada integrante de la familia y
dilección por dicho método. El terapeuta no debe perrmtlr preguntarle cómo se llama.1 Conviene obtener una respuesta
que el clientt;: decida la forma
_
� e terap�a a se�ir, sobre
de cada persona, para definir la situación en el sentido de
,
todo si ya ha sido tratado sin extto y quiere contmuar con que todos son importantes· y están involucrados en ella. Du­
el mismo tipo de tratamiento. También puede ocurrir que rante esta etapa social, el terapeuta también puede averiguar
a un adulto ·le disguste la presencia de su cónyuge o que, quién vive en el hogar (y por lo tanta debe estar presente
viviendo solo (aunque su familia resida en la misma zona) , en la entrevista)� No permitirá que nadie empiece a com�n­
crea que sus familiares nada tienen que ver con s? problema. tar el problema hasta tanto no haya obtenido de cada en��e­
Cuantas más personas particip�n en las entrevistas, tanto vistado alguna respuesta «social>>. El modelo para esta etapa
más eficaz y rápida será la terapia. Hay veces en que se son las reglas de cortesía que seguiríamos, como anfitriones,
puede comenzar con una entrevista individual, si el clie��e en nuestro hogar: -se saluda a todos, haciéndoles sentirse
insiste en solicitarla, pero de continuar de ese modo se dif�­ cómodos.
cultará notablemente la terapia; suele ocurrir que esa pn­ Mientras la familia se acomoda, el terapeuta puede obser­
mera entrevista individual hace que sea aún más arduo oh-. varla para tener una idea de cómo empezar la etapa siguiente.
tener la posterior participación de las �ersonas pertinen�es� La mayoría de las familias que vienen con un problema se
Siguiendo las enseñanzas de Carl Whitaker� algunos. t�a­ colocan a la defensiva con respecto a él, por más afables
,
peutas sostienen que la batalla en tor�o a quienes partlctpa­ que parezcan sus integrantes, ya que es violento tener que
rán en la terapia puede determinar el resultado de esta.
revelar un problema personal a un extraño. Han probado to­
da clase de remedios sin resultado alguno, por lo que pueden
ver en este pedido de. ayuda la prueba de su fracaso. Suele
haber desacuerdo entre sus miembros acerca del . problema
Etapas de una primera entrevista
en sí, o de la consulta al terapeuta; algunos han venido prác­
ticamente a rastras y, quizá, creen que se los� acusará de ser
Una entrevista comienza· con el primer contacto establecido los causantes del problema.
con relación a un problema. Por lo común, alguien solicita
telefónicamente una entrevista, recogiéndose ya entonces 1 En este método se supone que el terapeuta trabajará solo; el em­
cierta información.. El terapeuta debe pedir que todos cuan­ pleo de un coterapeuta suele ser una se�ridad para el clínic;o J?ero
tos habiten en el hogar asistan _a la primera entrevis;a .. carece de valor para el cliente. Los estudios de resultados no mdican
que la coterapia sea mejor, aunque cuesta el doble. En cuanto ·al
Al presentarse la familia, la entrevista recor�C: la� stgwentes terapeuta en formación, si trabaja en colaboración con una persol}a
etapas: 1) etapa social: se saluda a �a familia, procurando más experta sólo aprenderá a mantenerse en un segundo plano sm
que se ponga cómoda; ·2) etapa de phipteo del problema: . se -asumir la responsabilidad del caso, que es precisamente lo que en
inquiere acerca del problema presentádo; 3_). etapa de _ m­ definitiva debe aprender. Trabajando solo, el terapeuta puede desa­
rrollar y poner en práctica nuevas ideas sin tener que perder tiempo
teracción: se pide a los miembros de la familia qu� .conver­
sen entre sí; 4) etapa de fijación de meta: se solictta a 1!1
consultando a un colega. Si necesita ayuda, puede ofrecérsela un su­
pervisor (o aun otro terapeut�.) ubicado ttts una pantalla de visión
familia que especifique los cambios que desea lograr. F1- unilateral.

18 l9

64
·-...,._

El terapeuta debe observar el estado



de. ánimo de la famil �'.
que lo abandonarán allí. Si se muestra amable y curioso,
es señal de que tal vez le han dicho ·que visitarían un lugar
neces ario para conse guir que cooperen en �1 camb!o.
dato agradable. El terapeuta reparará especialmente en qué miem­
que en realidad estan,
Quizá se muestren más animosos de lo bro de la· familia intenta ponerlo a él de su parte, aun en
0 se sientan desgraciados
o irritados. Pueden c<!mpor�ars�
le estuvieran Infli­ esta etapa de saludos. Si uno de los padres se le «adhie­
como si al traer al individuo problema, re» demasiado pronto, debe prever que una de sus dificulta·
giendo � castigo con el que han venido amenaz ándolo desd�
hace un tiempo . O están desesp erados . O acuden o�li­
po� des durante la sesión será abstenerse de coligarse con él. En

g�ción, porque alguna autorid ad judicia o


l escolar les mdtcó cambio, si uno de los ·padres se muestra demasiado frío o
saluda, le esquivo, quizá sea preciso esforzarse más para hacerlo parti­
que lo hicieran. A medida que el terapeuta los
ponerse cipar. Si los padres miran al niño y luego al terapeuta con
-comUnican su estado de ánimo, y él debe- pJ:o�ura:t
aire de «exasperación compartida», tal vez le estén propo­
a tono.
niendo una alianza contra el niño problema.
A· medida que los integrantes de la familia se organizan para
A veces, al sentarse, los miembros de la familia revelan la
entrar en el consultorio, el terapeuta debe observar las rela­
organización de esta. Por ejemplo, la madre se sienta entre
-ciones existentes entre padres e hijos. Los padres pueden
sus hijos, en tanto que d padre lo hace en un extremo; o
mostrarse 1,Iluy severos con los niños, o bien actua� con ex­
padres e hijos se acomodan separadamente en dos bandos;
cesiva lenidad limitándose a confiar en que entrarán con
o los padres se ubican junto a un hijo mayor, dejando aisla­
ellos; a su vez, los niños pueden cooperar espontáneamente
en el vestíbulo, o aguardar las órdenes de sus padres. Mien­ do al niño problema; o mujeres y hombres forman dos
grupos distintos, lo cual habla de la importancia que tiene
tras el grupo entra en la habitación y se sienta, podrá oh­
servar�e qué disciplina imponen los padres a sus hijos. Em­ la diferenciación sexual en esa familia.. El hecho de que el
pero, el terapeuta deberá tener. presente que aquellos no niño problema se siente o no entre sus padres puede sugerir
se limitan a dirigirlos o «manejarlos», sino que estáil mos- · la función que desempeña en su matrimonio.
trando de qué manera lo hacen; por ejemplo, aunque acos­ Si recoger información es importante, no lo es menos con­
tumbren golpear al niño que se porta mal, tal vez se con­ siderar las conclusiones extraídas como provisionales. El te­
.duzcan de manera distinta ante el terapeuta, pensando en la rapeuta no debe formarse ideas muy firmes, pues quizás ha
propia «imagen». El niño también mostrará cómo se com­ malinterpretado los datos; los que le ha suministrado la ob­
portan él y sus padres. El terapeuta iio extraerá necesaria­ servación pueden verificarse en el trascurso de la sesión. El
mente hechos concretos de todo esto, sino más bien l)na terapeuta que se aferra demasiado a una idea traba su mente
,
ilustración. para la consideración de otras.
·El terapeuta debe reparar en la relación existente entre los También es importante que el terapeuta no comunique a la
padres o los otros adultos que traen a los niños (p. ej., entre familia sus observaciones. Al ver que .el niño problema se
madre y abuela). Cuando hay un · nij;ío pr9blema en la fa­ sienta entre sus padres, probablemente establecerá la hipó­
milia, los adultos suelen discrepar sobre cómo tratarlo. A tesis tentativa de que su problema desempeña una función
veces manifiestan su desacuerdo de inmediato, y otras co­ en su vida matrimonial, pero no deberá tomarla demasiado
mienzan presentando un frente unido. Si dan la impresión -en serio en tanto no haya recogido más datos; ni comentarle
de concordar demasiado, o se muestran excesivamente ama­ jamás a la familia la posición del niño. Decimos esto no
bles entre sí, nos hallamos ante una situación diferente_ de sólo. porque .puede equivocarse en .su suposición, sino tam­
aquella en que manifiestan sus discrepancias .en tomo al bién porque, de acertar, le está señalando a la familia lo
niño. El terapeuta también observará si alguno de los adul­ ·que esta ya sabe. Llamar su at ención sobre hechos tales
tos demuestra haber venido a regañadientes. :.cot:no los lugares ocupados al sentarse es pedirle a la familia
¿Cómo se conducen con el terapeuta los mie�bros de la .que admita algo que, tal vez, .preferiría no reconocer; esto
familia? La conducta de los niños dará ciertos indicios sobre ·podría suscitar una actitud defensiva entre sus integrantes
lo que les han dicho sus padres acere�·- del lugar "de la sesión y causar dif¡cultades innecesarias en la terapia.
(en caso de efectuarse esta fuera del liogar o- de la escuda).
Si el niño parece temeroso del terapeuta� su. miedo puede
indicar que interpreta la visita como un castigo o que cree

20 21

65
-,.,._

penderá del nivel cultural de la familia, ya qu� debe hablarle


La etapa de planteo del problema
en un lenguaje comprensible para ·todos. Si cree hallarse
ante una _familia reservada, hará especial hincapié en el hecho
Hasta esta altura de la entrevista se ha mantenido un diá­ de q�e ya se le dio cierta información sobre el caso al pedir
logo social con la familia, que puede ser muy breve o bien . .
telefomcamente la entrevista, con lo que todos comprende­
prolongarse durante algunos minutos; pero es preciso pasar
rán que alguien (por lo común la madre)'-ya ha planteado el
de esta etapa a la de terapia; donde la situación ya no es ·de
problema y qtie el terapeuta ha escuchado esa versión.·
tipo social sino que obedece a uh pr·opósito. Que una fami­
lia recurra en busca de ayuda a una persona cuyo oficio es
�a forma en que el terapeuta recabe más opiniones especí­
ficas acerca del problema puede determinar el curso que to­
auxiliarlos constituye una situación poco común, para la que
mará la entrevista. Indicamos a continuación algunas de las
no hay reglas fijas, de modo que terapeuta y familia deben
más usuales.
determinar qué clase de situación es.
Preguntar: <<¿Cuál es su problema?». Con esto se define la
Lo habitual es que el terapeuta les pregunte por qué han
situación puntualizando que en ella se conversará sobre pro­
venido o qué problema los aqueja, pasando así de una si­
blemas. Por lo común, la persona más versada en el pro­
tuación social a una situación de terapia. Esta pregunta
blema -que suele ser la madre- ha previsto esta pregunta
-que equivale a decir «ahora entremos en materia»- pue­
y responde prontamente exponiendo las dificultades que cau­
de hacerse de muchas maneras, cada una de las cuales tiene
sa el niño, o bien está preparada para ofrecer una reseña
sus ventajas y desventajas. La .pregunta en sí presenta dos
histórica de las circunstancias en que fue surgiendo el pro­
aspectos: el modo en que el terapeutá la formula y a qué
blema. Un planteo así concuerda con las expectativas de la
miembro de la familia va dirigida.
madre.
Dar un tinte más personal a la situación, preguntando: «¿En
Modo de formular la pregunta qué puedo series útil?». Este enfoque reduce las posibilida­
des del informe familiar, pues les obliga no sólo a pensar en
Frecuentemente, una familia llega al consultorio sin saber el problema, sino también a pensarlo en función de lo que
por qué se ha convocado a todos sus integrantes. A menudo
el terapeuta puede hacer al respecto. Este tipo de pregunta
da lugar a una situación menos profesional y más personal,
sólo buscan ayuda para un niño o adulto en particular, por
que puede resultar ·m.olesta para algunos terapeutas. ·

lo que se sienten intrigados ante esta citación colectiva, aun­


En v�z de inquirir sobre el problema, preguntar: «¿Qué
que nadie pregunte el motivo. Resulta, pues, oportuno que
cambios desean lograr?». Con esto se le fija a la situación
el terapeuta aclare cuál es su posición en el ásunto. Puede
de terapia un m.arco de referencia cifrado en el cambio. El
decirles lo que ya sabe del caso y por qué ha solicitado la
padre o la madre deben plantear el problema en función del
presencia de todos. Una vez que él ha pue.sto en claro su.
cambio que debería experimentar el niño, y no del trastorno
posición, le será más fácil a los miembros de la familia ex­
o dificultad que presenta. Este marco de �eferencia le per­
plicar las suyas. _
Por ejemplo, el terapeuta puede comenzar diciendo aproxi­ mlte al terapeuta retomar el tema de los cambios deseados
madamente lo siguiente: «ÜÍ lo que dijeron por teléfono, así por la familia, ·aun en el caso de que la conv�rsación vuelva
a orientarse hacia el problema.
que tengo cierta idea de cuál es el problema; pero pedí que
viniera la familia en pleno para saber qué piensa de él . cada Preguntar: «¿Por qué motivo han venido a verme?». Con
uno de ustedes». Tras esto, puede preguntarles en formá estas palabras, la familia puede optar por centrar su respuesta
más directa sobre el ·problema. ·en el problema o en el cambio deseado. Algunos dirán:
« Por Juancito», en tanto que otros responderán: «Pata ver
Otro método consiste en decirles: «Quise que .hoy vinieran _
s1 se puede hacer algo con Juancito».
todos los miembros de la familia pa:(a ver qué opina cada
En principio, cuanto más general y ambigua sea la pregunta,
uno de ustedes sobre la· situación». Esta u otras frases pare-·
tanto más campo se dará a los miembros de la familia para
ciclas ofrecen, al menos, a la familia una explicación parcial
' do que sus integran­ exponer sus puntos de vista. Puede11 hacer hincapié en el
de su presencia en el consultorio, hacien
tes se sientan dispuestos a expresar sus opiniones. problema, o en el cambio, o aun describir e! caso como el
La fraseología con que el terapeuta explique su posición de- de una familia problema, más que el de un niño problema.

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·;;,..._

Cuanto más ·especifico se muestre el terapeuta, tanto más


se centrará a la · familia en un aspecto determinado de · la riamente que el terapeuta crea que ocupa tal puesto ; actuará
cuestión. así porque, al verse interpelado de· esa manera, el padre re­
accionará participando más en la situación y asumiendo ma­
yor responsabilidad. Estos terapeutas se valdrán de la ima­
A_ qué miembro de la familia debe dirigirse la pregunta gen estereotipada del padre «jefe de familia» , crean o no en
ella, para resolver el problema . Del mismo modo, si un tera­
Al pasar de la situación social a la de terapia, debe hablársele peuta juzga que a tal fin debe apuntalarse a la madre en su
al grupo en general o a una persona en particular. Es aquí posición, se dirigirá primero a ella y la tratará como si fuera
donde los prejuicio� e inclinaciones personales del terapeuta la jefa del hogar. Esta decisión debe tomarse, empero, te­
pueden constituir un escollo. Si para él todos los · niños son niendo en cuenta el problema presentado, y no el concepto
víctimas · de ·sus padres, quizá tienda a ponerse de . parte de del terapeuta sobre el status que corresponde a cada sexo,
ellos por . el modo mismo en que pregunte sobre el proble­ cuestión esta que nada tiene que ver con la terapia .
ma; puede indagar acerca de él al niño, con lo que daría a Una tercera dimensión está más ligada a la terapia que a
entender que se trata, probablemente, de una criatura in­ otras situaciones . El terapeuta tiene una tarea que cumplir, y
comprendida. Si divide rígidamente al m:undo en dos sec­ para lograrlo debe hacer que la familia participe. A menu­
tores, hombres .y · mujeres, la opción puede cónvertitse en do, entre sus integrantes hay uno capaz de hacerla volver al
una cuestión se:xual, . pues el hecho de . hablar!� primero al consultorio, por lo que deberá dispensársele un tratamiento
varón podría llevar implícita la idea de que hubiera sido más respetuoso. Puede ocurrir que el terapeuta escuche con
inadecuado dirigirse a la mujer. Si es una persona de ed�d, especial respeto las declaraciones de un abuelo, para descu­
con nietos, y debe entrevistar a una familia en l a que hay_ brir al cabo que en realidad este no cree que exista un pro-·
abuelos, quizá considere que ellos son quienes deben expo­ blema tan grave como para seguir una terapia, y que si lo
ner el problema pues, indudablemente, son más sensatos y creyera, el resto de la familia desoiría su pedido de que vi­
atinados . Contrariamente a lo que ocurre en un;¡ sesión in­ nieran a nuevas entrevistas. Así pues , el terapeuta que lo
dividual, la entrevista de familia obliga al terapeuta a elegir trate con excesivo respeto corre el riesgo de estar dirigién­
en el momento mismo en que comienza a explorar el dose a la persona con menos poder dentro de la familia.
Veamos un ejemplo de la habilidad que necesita poseer un
·

problema.
La cuestión encierra diversas dimensiones. Ante todo, está terapeuta. Se presenta ·una familia donde es la madre -
. y -
.

aquella persona que tiende a preocuparse lo suficiente p9r no el padre- quien tiene poder para traerla . al consultorio ;
el problema como para traer a su familia a la entrevista; sin embargo, el terapeuta debe realzar el . status d�l padre
-también suele haber alguien que desestima el problema y para aumentar su participación cuando resulte necesario co­
ha venido a regañadientes . Este es un conflicto típico en las mo pat:te del plan terapéutico . Por consiguiente, deberá
familias problematizadas . tratar al padre como si fuera una autoridad en lo concer­
En segundo lugar tenemos la dimensión de la jerarquía, y a niente al problema del " niño, al par que indicará a la madre
que · no existe ninguna organización cuyos miembros sean que actúa así como parte de la terapia y �o porque no haya
iguales entre sí. El terapeuta debe respetar la jerarquía · in­ captado la posición marginal que suele oeupar su esposo
terna de la familia si quiere ganar su buena voluntad, pero, dentro de la familia.
de<>graciadamente, sus prejuicios pueden confundirlo en Si el terapeuta pudiera tratar a todos los miembros ·de una
cuanto a quién posee autoridad. Muchos terapeutas tienden familia en pie de igualdad, como si la persona · a quien -se
a colocar a los abuelos en un nivel jerárquico. superior al debe interrogar . sobre el problema pudier� ser elegida al
de los padres, y se dirigirán a ellos si es que asisten a la azar, la solución sería más simple. Es posibl� hacer esto en
entrevista. Otros negarán autoridad a �los abuelos y los ig­ un grupo artificial formado para terapia de grupo, pero la
norarán �ortésmente, interrogando a los padres. Otros, en índole misma de los grupos naturales obligá- " irieh:¡diblem�nt;e
fin, al advertir que el padre se muestra apartado y emarginado al terapeuta a encarar la cuestión .de la jerarquía. ·. : ..
..
.
.

de la familia, se dirigirán a él antes que '·a nadie y lo tratarán Recomendamos dirigirse en primer término . al adulto . que
como si fuera el jefe del hogar. Esto no significa necesa- parezca estar más desligado del problema, tratando con la
mayor atención y respeto a la persona más capaz de traer· a

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:-.,..._

su familia -a nuevas entrevistas. El que mayor preocupación la abuela ) , por la hermana y el hermano, o por cualquier
demuestra suele ser aquel sobre quien recae principalmente otro pariente. El problema puede radicar en una hija o hijo ,
el problema . Los casos típicos de niños problema dentro de en e l ·hijo mayor o menor, o bien e n los síntomas presen­
una «familia intacta» * que se ven en una clínica suelen tados por uno de los padres. Las diferentes etapas de la
presentar una madre bastante preocupada por el niño y un entrevista inicial rigen para todos los casos- indistintamente, ·
padre más periférico. Aquí lo mejor es interrogar primero sea cual fuere la composición del grupo .
al padre sobre· el problema� ante todo porque deseamos de­ Aunque es dable _pensar que el sexo del terapeuta puede de­
finirlo como partícipe · de la terapia y, también, para ave­ terminar, en parte, a quién interrogará sobre el problema,
riguar cuánta responsabilidad estará dispuesto a asumir este detalle es secundario en una primera entrevista, salvo
cuando se le solicite actuar. en ciertas situaciones poco habituales. La competencia del te­
Eh cierto porcentaje de familias, es el padre quien se preocu­ rapeuta importa mucho más que su sexo. Si un padre parece
pa excesivamente por el ñiño, en tanto que la madre se man­ dar señales de sentirse excluido cuando la madre y una tera­
tiene más en la periferia. A veces, esta dedicación al niño peuta discuten el problema, esta última debe esforzarse es­
parecería corresponder. a aquel sobre quien recaen la mayo- . pecialmente por incluirlo en el diálogo ; el mismo problema
ría de las funciones domésticas relativas al cuidado del pe­ de coalición se plantea cuando un terapeuta varón conversa
queño y que, por lo tanto, está más advertido de los pro­ con el pac;lre. Todo terapeuta competente debe tomar con­
blemas . ciencia de las coaliciones explícitas e implícitas fundadas en
Los terapeutas que se dejan atrapar por la cuestión de los el sexo.
roles sexuales, en vez de · pensar en la organización familiar, En general, no es una buena idea iniciar el diálogo pregun­
suelen pasar por alto otro aspecto de la situación : la fre­ tándole al niño problema por qué ha venido su familia. El
cuencia con que esa mayor dedicación y preocupación por · el pequeño sentirá que centran · demasiado la atención en él, y
niño están determinadas por la relación existente entre ese aun puede parecerle · que el terapeuta le reprocha que haya
padre, o madre, y sus progenitores o suegros . Una mujer sido preciso reunir a todas esas personas . Es mejor hablarle
que rivalice con su madre en lo referente a la crianza de más adelante. Todo terapeuta debe vigilar en sí mismo cierta
niños se préocupará excesivamente por la conducta de su tendencia a dirigirse a la persona problema en tono bené­
hijo, porque esta integra una cuestión pendiente con la ge­ volo cuando se siente angustiado o tenso. Sucede que la
neración mayor; del mismo modo, el hombre que quiera función de la persona problema es atraer la atención cuando
demostrar a su padre cómo debe .educarse un hijo aparecerá; sus allegados están nerviosos e inquietos , y los terapeutas
quizás, ante el terapeuta como la persona más preocupada siguen invariablemente esa pauta. Por lo común, es mejor
por el problema del niño. Cada relación forma parte de que el terapeuta nervioso se ocupe directamente de los
otra, y es ingenuo pensar que se trata de una simple cues­ padres en los momentos de nerviosismo.
tión de hombres o mujeres. En realidad, este tópico de quién A veces, el niño problema se muestra hosco y callado por­
se dedica en demasía al niño y quién permanece en la peri­ que ha entendido mal el contexto y la razón de la entrevista.
feria se plantea igualmente en casos donde · Ios adultos invo­ Por · regla general, el terapeuta siempre debe declarar su pro­
lucrados son del mismo sexo : pueden ser madre y abuela� o pia posición y cómo interpretar la situación toda vez que
padre y abuelo; hasta es posible que un� pareja de homose­ vea a alguien preocupado por ella. Un niño .puede temer
xuales disputen entre sí sobre si el niño tiene ·a no un pro­ que lo encierren en ·ese lugar, o creer que lo han traído allí
blema y quién ejerce autoridad sobre él. porque la gente lo considera loco. Es útil que el terapeuta
En este capítulo� al describir el caso típico en el que una diga cuanto sepa sobre las razones por las cuales están todos
pareja trae a su hijo porque .presenta un problema , corre� allí y, de serle posible, normalice la situación subrayando
mos el riesgo de caer en una - perspectiva estereotipada; no que es un contexto usual para considerar problemas .
obstante, puede adoptarse el mismo m�todo de entrevista Algunos terapeutas gustan comenzar a veces preguntándole
si el niño es traído por el padre ( o la madre ) y el abuelo ( o al niño menos involucrado por qué está allí la familia,2 en-

* lntact family, es decir, la familia nuclear completa :( ambos pro�e­ 2 Frank Pittman fue el primero a quien vi utilizar este procedimiento
nitores participan en la terapia ) . [N. de la T.] ·de interrogar en primer término al niño menos Í..'"lvolucrado.

26 27

68
-�-

problema, la familia puede empezar a sentirse perpleja, por­


tendiéndose por «nmo menos involucrado» al que se sienta
que no sabe discernir con certeza si está ante una situación
más lejos del grupo y aparenta mayor desapego. General­
social o de terapia. Por su parte, ef terapeuta pierde la
mente, se trata de un niño muy pequeño, y al hablarle el te­
oportunidad de aclarar en qué se diferencia esta situación de
rapeuta dej a bien en claro que todos habrán de participar
en la sesión, al par que hace notar que no es esa una situa­ . una charla entre amigos? y a veces también magnifica el
problema al hacerlp aparecer como algo de lo que más vale
ción donde sólo los adultos hablan acerca de los niños mien­
o
no hablar. El terapeuta debe explicar la situación en alQÚ.n
tras estos se limitan a escuchar. Además, los niños pequeños
momento de la entrevista.
pueden decir cosas interesantes, ya que no se les ha ense­
De acuerdo con el enfoque adoptado en este libro, el deseo
ñado cláramente qué debe y no debe decirse en público�
del terapeuta es enfocar claramente un problema para poder
Al preguntarle a un niño por qué ha venido, quizá nos e n­
cambiar las relaciones familiares utilizándolo a modo de pa­
teremos de que a ninguna de las criaturas se le ha dicho el
motivo por el que sus padres la han traído. Este descubri­ lanca. No quiere que se reste importancia al problema, ni
miento nos suministra información sobre la reserva existente tampoco al niño problema diciendo que en nada difiere de
en la familia y los posibles cismas entre adultos y niños, o los otros niños. Ni desea que se discutan las relaciones antes
entre los adultos y el niño problema con respecto al resto de haber expuesto el problema, ya que en esta terapia las
de los pequeños. relaciones no se modifican hablando de ellas, sino demandan­
En algunos casos, el terapeuta mira hacia el piso o el techo do una nueva conducta tendiente a resolver un problema.
y ,pregunta, sin dirigirse a nadie en particular: « ¿Alguien Citemos un ejemplo. Un matrimonio trajo a su hija, de 1 3
puede decirme cuál es el problema? » . Esta actitud suele sa­ años, porque l e robaba dinero a un vecino ; al pedir telefó­
car a relucir al vocero de la familia, además de informar nicamente la entrevista, la madre le explicó esta situación
sobre la posición que ocupa en ella el padre, pues si -este a la terapeuta y comentó que se había vuelto a casar en
responde explicando el problema . es más probable que sea fecha reciente, de modo que la niña tenía ahora un padras­
un partícipe espontáneo en los asuntos familiares. Sin em­ tro. Durante la entrevista, todos se mostraron renuentes a
bargo, el no dirigirse a nadie en particular tiende a dar un exponer el problema. La terapeUta charló con ellos ' y el
cariz más impredecible a la situación; de ahí que algunos te­ hombre habló del problema que representaba para él su
rapeutas prefieran hablarle a una persona determinada, para. condición de padrastro, y · el no saber disciplinar a los niños
que cuanto s.e diga surja de manera ordenada y tal como. ·él en una forma que agradara a su esposa. Finalmente, el su­
lo desearía. pervisor telefoneó a la terapeuta,* pidiéndole que les pre­
Otro método consiste en «deslizarse» de la etapa social a la. guntara qué ·problema los había traído en busca de t�rapia.
de terapia sin darle importancia al cambio. Por ejemplo,. En cuanto lo hizo, la niña rompió a llorar y sus padres habla­
charlando con los niños durante la etapa de los saludos el. ron de manera muy diferente sobre la integración del pa­
terapeuta les pregunta acerca de la escu�la o alguna otra drastro a la familia. La conversación no giró en torno a las
actividad, motivando un diálogo que puede derivar en de­ relaciones familiares sino en torno a por qué robaba la hija
bate familiar sin necesidad de inquirir por qué han venido o y qué se haría para remediarlo.
cuál es el problema . A veces, este método permite eludir la
perorata · de alguno de los padres y evitar que se rotule al
hijo como niño problema, pues para cuando se mencione la Cómo escuchar la exposición del problema
cuestión -en mitad de la entrevista- ya se habrá adver­
tido claramente que existen varios problemas o bien que ? La familia p�ede describir su problema como algo desusado
todos los niños son bastante ,parecidos. 1 o rutinario. Mientras los escucha, el terapeuta debe hacer
Confundir las etapas de los saludos y de planteo del pro-. ciertas cosas y abstenerse de hacer otras.
blema en una entrevista inicial implidl cometer dos errores. El terapeuta no hará ninguna interpretación o comentario
básicos; el primero se aplica a cualqu).er enfoqlle de la te­ para ayudar al individuo a ver el problema bajo una perspec-
rapia, y el segundo concierne al que· se propone en este
libro. *. :J?esde el c_uarto c�ntiguo ; sobre este uso del teléfono en la super­
VISIÓn de sestones, veanse las págs. 155 y 174 . .[N. de la T. ]
En primer lugar, si el terapeuta no centra su atención en el

28 29

69
tiva diferente. Debe aceptar simplemente lo que le dicen,.
auh.que puede · inquirir sobre un punto que le parezca con­ que �- entrevista pueda continuar de un modo metódico y
fuso. También le está permitído repetir una declaración con ordenado. Si es una familia lerda, el terapeuta deberá obrar
sus propias palabras para ver si la ha comprendido� pero despacio ; si se desenvuelve con - prontitud, se amoldará a
nunca para ayudar a su interlocutor a «descubrir» algo. ese ritmo . Si uno de los padres interrumpe reiteradamente
En esta etapa, el terapeuta no debe brin.dar su consejo aun­ a los demás, el terapeuta debe intervenir para que todos
que se lo pidan, en cuyo caso responderá aproximadamente puedan _ expresar una opinión ; además de cuidar que todos
así : «Necesito saber más sobre la situación antes de estar . hablen deberá dirigir la situación, pues si la familia toma
en condiciones de decir qué podría hacerse» . las riendas seguirá conduciéndose tal como lo ha hecho en
Nunca debe preguntarle a alguien cómo se siente con res­ el pasado y no habrá cambio.
pecto a algo, sino que se limitará a recoger hechos y opi­ Si el terapeuta escucha solamente a uno de los padres y le
niones. permite entrometerse �ada vez que otro habla, estará expre­
Adoptará una actitud de servicial interés, sin distraerse con sando con esto que para él sólo tiene importancia cuanto
cosas realmente ajenas a la cuestión de por qué ha venido a diga ese padre o madre. Por eso deberá persuadir a los de­
verlo esa familia. . _ más de que manifiesten su opinión,. tratándolos con el mis­
Mientras escucha a una persona, el terapeuta debe alentarla mo respeto. Al impedir que un padre o madre demasiado
a 'hablar y allanarle en lo posible la tarea, teniendo en cuen­ locuaz monopolice la conversación, el terapeuta lo está ayu­
ta que algunas son de por sí locuaces en tanto que a otras dando en verdad, pues debe evitar que la familia continúe
les es difícil expresarse. _ _ obrando de un modo que siempre fracasó en el pasado.
Si alguien interrumpe a su interlocutor, el terapeuta ñ,o A veces, el niño problema se muestra reacio a hablar, �spe­
intervendrá de inmediato : lo dejará hablar un poco para cialmente luego que sus padres han descrito su mala con­
observar brevemente la . índole de la interrupcióri y luego ducta. El terapeuta se mostrará persuasivo para sacarlo de
terciará para reanudar el diálogo original, pudiendo adver­ su silencio, y quizás hasta tendrá que ir a sentarse a su lado.
tirle a la otra persona que ya le llegará el turno . Por lo general, lo mejor es dejarlo para el final, ya que
Todos deben tener oportunidad de manifestarse . No bien tih el niño problema suele estar más dispuesto a expresar su
individuo haya formulado el problema, se les pedirá _ Sl.l , opi­ opinión una vez que sus hermanos y hermanas han dado
nión a todos los demás, cuidando de no dar la impresión las suyas.
de que se desea provocar un desacuerdo entre dos personas o ·cuando en el grupo hay niños muy pequeños, siempre con­
responder a alguien. El terapeuta sólo quiere . conocer ' la viene tener juguetes y títeres en la habitación para que la
opinión de cada entrevistado. En caso de producirse desave­ criatura pueda comunicarse en fotma de «juego» . La eva­
nencias no se les dará importancia, pudiendo volvér sobre luación de la capacidad de juego del pequeño puede ser im­
el particular más adelante. Por otra parte, no deben permi­ portante, así como la de los padres para jugar con él si el
tirse disertaciones prolongadas ( si los - demás manifiestan terapeuta lo pide. Juegos y juguetes permiten que haya
impaciencia, es señal de que una persona ha estado hablando acción en la entrevista, en _ vez de un simple diálogo acerca
demasiado tiempo ) . Se reclamará la atención de quien- se de la acción, con lo que el terapeuta podrá observar cómo
muestre distraído. se entienden entre sí los miembros de la familia.
De ser posible, el terapeuta actuará con naturalidad al procu­
.
rar que cada individuo tenga _ocasión de expr�sarse El · co­
mentario de una persona acerca de otra puede Impulsarlo na­ La observación del terapeuta
turalmente a interpelar al aludido ; empero, en esta etapa de
'

�·
la entrevista ' el terapeuta no volverá a dirigirse a alguien Mientras inquiere sobre el problema y estimula a la gente a
que ya haya hablado, sino que pasar� a un tercero. El diá­ que hable, el terapeuta debe observar cómo actúa y qué dice
logo entre dos personas no es rec<;>mendable en es !� etapa �
..
cada uno de los entrevistados, sin comunicar jamás a estos
,
El terapeuta desea ingresar al uruverso·· de; la fa':Ililia para. as1 sus observaciones.
comprender a sus integrantes, pero al mismo tiempo quiere Observará, por ejemplo, si la persona que está hablando
introducir los suficientes cambios en su conducta como para sobre el problema finge ser amable pero en realidad está
enojada; si se refiere a un niño como si fuera un objeto en

30
31

70
,·-�-

mente con fugarse del hogar, es posible ·que su esposa esté·


vez de una persona ; si le preocupa lo que pensará el niño, o amenazándolo con abandonarlo.
·
los demás, de sus comentarios, etc. Se fijará especialmente si Es útil presumir que un niño problema reflej a o encarna
una persona expone el problema como si ya hubiera did:�o un problema matrimonial, sobre el cual puede obtenerse in­
lo mismo muchas veces, o si lo está describiendo por pri­ formación anticipada escuchando atentamente cómo hablan
mera vez. ( Es importante saber si la familia ha estado sopte­
Ic:s padres de sus hijos . El terapeuta puede reflexionar tenta­
tida antes a tratamiento. ) La manera de hablar de los par-:­
ticipantes revelará si creen que el terapeuta podrá hacer �tvamente sob�e los datos recogidos , comprobando más ade­
algo por ellos, o si han venido simplemente por obligación
J.�nte su exactttu
.
?..
pero manteniendo siempre para sí este
·

ttpo de 1nformac1on . El terapeuta no debe expresar verbal­


y sin esperanza alguna.
ment� ninguna i terpretación que relacione los problemas
Notará a quién achacan el problema, pues es muy distinto '!
que una madre culpe al niño, que se culpe a sí misma o que
- c n la sztuación natrimonial.
del nzno o_ ! S i mplem en te incitará
,
_
a l s participan tes
haga responsables a otros ( p. ej . , a parientes que no están _ � . a hablar y reparará en los diferentes
stgntftcados que encierran sus palabras . Hay muchas cosas
presentes en la entrevista, o a la escuela ) . El terapeuta
que no pueden deci :se n f_?rma directa ; de no ser así, pro­
querrá detectar el grado de facilidach con que los miembros �
bablemente no habna ntngun problema . . :
de la familia aceptan la responsabilidad del problema, ya
De hecho, hav tres maneras distint�s de recibir información
que, en última instancia, requerirá que la asuman unánime-
mente para poder resolverlo. . . sobre el problema , las que deben aplicarse en diferentes mo­
Mientras alguien habla, el terapeuta -observará las reacciones
� !
mentos e a entrevista . En su primera i n da gación el tera­
peuta deJara que la familia exprese el problema metafórica­
de los demás. Su comportamiento le revelará si concuer4an
o discrepan con lo que se dice, si ya están aburridos de oír

men�: · pu�s a especificid ad centra demasiado la cuestión en
el ntno Y hmtta las metáforas . Avanzada la entrevista . lu ep-o
las mismas cosas, si les complace ver cómo acusan a un .fiiño ,
de _la etapa de interacción , se necesita contar con una for��­
etc. La observación de sus reacciones ayudará a.l terapeuta
lactón más concreta y detallada del problema y de las metas
a decidir la forma en que les hablará. Reparará especial..:
� alcanzar, a fin de ooder utilizar eventualmente lo · mani­
mente en la reacción del niño pr.oblema:. turbación, aburrl:­
miento, excesiva indiferencia, etc. Como deberá maniobrar

festa o para �omt:r':>bar 'los resultados y dete rminar si la
t�r:=tPta ha tentdo ex1to. Esta segunda exposición debe espe­
con las desavenencias entre los padres, observará al m artd o
ctftcar aspectos tales como « cuántas veces por día ocurre el
mientras habla la esposa y viceversa.
hecho� Y «_cuánto dura » , suministrando datos que sirvan de
Cuanto mayores sean el interés y participación de quienes
base. de reterencia. En tercer l ugar hacia el final de l a en­
,
escuchan, cuanto más los irrite y:· · perturbe lo que se dice,
trev Is!a, y en relación con el paso anterior, ·el terapeuta
tanto mayor será la probabilidad de que esa familia se en­ .
pedtra que le resuman la cuestión y definan los c ambio s
cuentre en estado de crisis, lo cual implica inestabilidad. Por:
d:seados ; concretai?�nte. ¿ cuáles son las meta$ que desea­
el contrario, cuanta más calma -� indiferencia demuestren,
rla alcanzar la famtha? Estas tres fo rmas distintas de abor­
más probable será que la situación familiar · sea . razonable�
d�� el problema son necesarias , y suministrarán información
mente estable, y por lo tanto quizá difícil de cambiar. .
Siempre qtie escuche a la gente conversar sobre ' el problema;.
dtferen te. �

En la etapa de la entrevista en la · que se fomenta tina dis­


el terapeuta tendrá en cuenta que no sólo le están con�ahdo
hechos y opiniones, sino que tarñbién están . diCiéndole d�

cusi n metafórica
. del problema, el terapeuta pr�curará co­
muntc�rs
un modo indirecto ciertas cosas · que no pueden· expresátse· � e� el ·:ntvel m �s general . Si el padre se queja de
que es d�ftcd , .comprender a su hija, el terapeuta puede res­
abiertamente. Estos mensajes indirect()s son particularmente
ponderle que las mujeres suelen ser difíciles de comprender
evidentes cuando los padres describ�n el problema de su·
eara _ los hom res ; este comentario vinculará a la espósa y

hijo. Así, el terapeuta puede interpretar los comentarios _que .
la hna a un ntvel más general, sin dar importancia al asun­
haga la madre sobre el niño coma declaraciones. acerca . de.
este y, también acerca de su marido y su matrimonio. Por
, g
to. Si l a madre dice que su hijo varón es demasiado a resivo

ej emplo, si dice que su hijo varón �s obstinado, es probable ,


Y la golpea, o golpe� a las niñas, el terapeuta puede con-:­
testarle que es muy malo que los hombres apren dan a tratar
que esté diciéndole al terapeuta que. su ·marido también lo
de ese modo a las mujeres ; la madre - comprenderá que el
es; si el padre cuenta que el niño los amenaza constante-

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32
71
terapeuta ha captado su . queja por el ·.:rato que le da su tanto que 1� tarea del terapeuta consiste en encararlo . pen­
esposo., pero no lo sacará a luz de manera explícita para no s�ndo en mas de una, ya que este enfoque)o capacita al má­
causar más disturbios. Respondiendo metafóricamente el te­ XImo para lograr el cambio . De ahí que mire el problema
rapeuta recibirá más información, pues los _ miembros de la desde una perspectiva distinta que la de los integrantes de
familia sabrán que no cometerá la descortesía de señalar lo � a familia, _ ..pero no tiene que persuadirl�s de. qúe · piensen
Igual · que eL Aceptara , lo que digan aparentando confor­
que «realmente» se dice.
Es sumamente importante no hacer comentarios directos so­ midad, aunque mentalmente vea el problema bajo un· lente
bre esta información indirecta. Si la madre dice que ISU distinto . ·

marido es servicial pero al mismo tiempo se · tapa la boca Cuando el caso clínico es un p.iño, el padre o madre dirá
con , ,.l a mano, eso significa, quizá, que hay ciertas cosas de que ese niño es un problema y explicará en qué consiste la
su marido de las que .preferiría no hablar · por el momento. dificultad. Por lo común, la familia dice que ei niño no se
En un caso así, el terapeuta jamás debe explicarle el sígnifi­ porta bien o no ·obedece a sus padres, aunque Útinbién pue­
cado del gesto, ni _ señalarle que está callando algo, porque den declarar que se comporta mal en la escuela o no obedece
ella ya lo sabe y le parec�rá una descortesía. Se limitará a al maestro. Un niño puede desobedecer a alguien de tres_
escucharla y alentarle a hablar más, con lo cual la comu­ maneras distintas : 1 ) rebelándose en abierto desafío; 2 ) li­
nicación se · hará más comprensible, en parte porque la mujer mitándose a <<no hacer caso», o sea a no hacer lo que le dicen,
sabrá que puede hablar sin peligro y deslizar indirectas entre pero sin desafiar a nadie; 3 ) además de «no hacer caso», da
las opiniones abiertas. señales de que no puede valerse por sí mismo para hacer
lo que le piden, mostrándose demasiado angustiado, teme­
roso o nervioso , enfermándose o sufriendo dolores o, en ge­
Contenido del problema presentado neral� dependiendo demasiado de los demás. La mayoría · de
las veces , uno de los padres dirá que el n.iño no hace · caso
Por lo común, al conversar sobre un problema una . familia de nada y el pequeño permanecerá en su sitio, enfurruñado ;
describirá a un individuo, indicando qué anda mal en él. Sin otras veces explicará que su hijo se muestra angustiado y
embargo, esta es sólo una de las diversas maneras de ver un temeroso, y recién más adelante revelará que nunca hace lo
problema. Si la madre · dice : <<Mi hijo jamás hace caso de que le piden y que nadie lo apremia · porque se perturba
·nada», lo está rotulando como niño problema. Pero también terriblemente.
puede decir : «No sé cómo lograr que mi hijo obedezca»; c9.n Cuando un progenitor declara que el problema se manifiesta
lo que seguirá atril:;myendo el . problema a una persona., p.ero en la escuela, y la maestra o maestro se -queja de que el - niño
esta vez será a ella misma y no a su hijo. También puede no le hace caso y no es un buen alumno; existen tres posi­
inculparse a dos o más personas, en vez de considerar . el bilidades : 1 ) que el problema radique en la esc"Q.ela ; 2 ) que
problema como una cuestión individual. Cuando la madre el niño se porte mal en la escuela como reacción a un pro-:­
declara : «Mi hijo y yo nos tratamos de un modo . tal . que blema doméstico ; 3 ) que exista un conflicto entre los , padres
los dos nos sentimos impotentes y nada podemos hacer»,. y la escuela, encontrándose el niño entre dos fuegos y res­
indica que el problema no radica en una persona sino en dos. pondiendo a esta situación con un mal comportamiento.
También podría decir : «Mi marido y yo no podemos po•· Entre las faltas de que se acusa al niño pueden figurar : no
nernos de acuerdo sobre cómo tratar a nuestro hij o , y así no hacer nunca lo que_ le dicen, mentir, engañar y hacer tram­
le hace caso a nadie>>, planteamiento según el �.al tres per­ pas, robar, orinar en la cama, pelearse con sus hermanos�
sonas constituirían el problema. etc. Al enumerarlas , el padre o madre también declara su
Lo· impor!ante aquí es que cualquier : formulació� sobre et ·
incompetencia para tratar el problema . Por eso ha venido
problema puede emitirse en función d� una, dos, tres o más; en busca de ayuda : porque no puede manejar al chico y no
personas . La misma conducta de un in�viduo toma un cariz: hay nadie en la familia que ptieda ayudarlo de un modo que
distinto --en cuanto a qué anda mal en él y qué puede hacer-­ permita solucionar el problema dentro del grupo familiar�
se al r�specto-- si se contempla el problema en función de A · menudo; los padres prefieren echarle toda la culpa al niño,.
diferentes números de personas . Comúnmente, los miembros declarándose « inocentes» , y les gusta imaginar que hay algo
de una familia atribuyen el problema a una sola persona, en, en él que lo impulsa a portarse mal. Esta forma de encarar

34 35

72
·-;.,._

er problema no los ha ayudado en absoluto, y si el terapeuta


piensa como ellos también fr�Ca$ará. Lo que debe cam· Al recoger información, el terapeuta debe averiguar sf el ·

biarse es la situación, para que el niño pueda conducirse de temor del niño a salir del hogar no obedece, en ,parte, a que
un modo más normal. Mientras escucha la descripción del viven en un vecindario malo o a que la calle es realmente
mal comportamiento del niño, el terapeuta debe preguntarse peligrosa. El hecho de que se quede en casa, ¿ guarda rela­
qué pasa dentro" de la situación total del pequeño para que ción con una situación extrafamiliar, aparte de la existente
dentro de la familia ? El terapeuta debe considerar todos
·

e.ste se comporte asi.


Veamos un ej emplo. Una madre cuenta que a su hijo de estos factores a medida que formula ideas sobre lo que se
núeve años le da miedo salir del hogar y que . vive pegado a puede hacer para producir el cambio.
sus . faldas. ( El terapeuta · advierte que el pequeño se ha La misma entrevista, y el modo en que la conduce, pueden
sentado junto a su madre, aferrándose a ella. ) Además, el servir al terapeuta como primer paso para provocar un cam­
chico miente y no hace nada en la casa, pero casi todo el bio: al pedirle al niño que se siente junto al padre comienza
problema radica en su miedo y su constante apego a la a apartarlo de un excesivo apego a la madre; además, el tera­
madre: hasta duerme con ella, lo cual obliga al padre a acos­ peuta capta el grado de flexibilidad del niño y su madre , y
tarse en el sofá del living. Los otros hijos no se portan así de receptividad del padre.
y parecen normales. Como no hay dos familias iguales , el terapeuta debe adecuar
Esta información materna no le revela al terapeuta la índole su actuación a cada caso particular. Sin embargo, lo que
del problema o qué debe hacer� Sólo · posee esta versi�n; ocurre en cada familia le es familiar porque ve reiterarse esa
según la cual se trata de un problema interno del niño y situación en una familia tras otra. La experiencia enseña al
nadie más tiene que ver con él. El propósito de una entre· terapeuta a prever ciertas pautas de comportamiento fami·
vista familiar hábil es, justamente, obtener más datos e ini­ liar. Por ejemplo, es típico que uno de los padres acuse al
c;iar un cambio . Así pues, una vez que la madre haya plan­ otro d� ser demasiado severo con el niño, para ser acusado
teado ese problema, el terapeuta necesitará escuchar las a su vez de tratarlo con excesiva blandura. Incumbe al tera­
opiniones del padre, y luego la de los hermanos y hermanas . peuta interpretar lo que ve en una familia de m�nera tal
Después de dialogar con todos ellos verá aflorar los des­ que lo ayude a idear el modo de cambiarla. También debe
acuerdos. Notará, por ejemplo, que el padre no concuerda pensar en cómo conseguir que los miembros de esa familia
plenamente con la madre, pues le parece que ella cuida d� en particular cooperen para llevar a cabo el cambio.
masiado al pequeño y no le da sufic:iente autonomía; quizá
también reconozca que no le . gusta verse desalojado de :Su
propio lecho, aurique se aviene a ello si con eso se evita que
su hijo tenga niiedo. · Tal vez tercie la madre arguyendo que La etapa de interacción
su ina:dd..o . es n�gljgente . con el niño. Mientras los cónyuges
. . · habhip · de sus desªveriencias, pueden surgir . datos que indi­
. Para averiguar cuál es el problema . se procede en dos eta·
quen ·hasta qué punto el niño constituye un tema de disputa pas. La primera consiste en recabar la opinión de todos lo�
presentes , lo que obliga al terapeuta a man�jar directamente
-

. entre ellos. :
. Dtirante _es�a tapa· de la entrevista, es probable que el te-
. la conversación. La segunda es hacer que todos los �iem­
. rapéuta capte . con · más claridad cómó debe reflexionar sobre bros de la familia dialoguen entre sí sobre el problema, y
el probl�rna . sin referirlo únicamente · al niño. Puede· ver en aquí el terapeuta debe dejar de · ser el centro de la conver­
- él una relación ·peculiar entre madr� e hijo, donde a cada uno sación; en vez de erigirse en interlocutor de cada integrante
le. es difícil separarse del otro, o encal;'arlo en furición de una del grupo procurará que estos se t:rencen cada vez má� en el
triada . y considerar la posibilld�d de qué el niño esté ayudan- . debate, lo cual suele ocurrir de un modo natural, ya que al
dó . ·a sus, padres con su conducta : si e�tos no pueden estar expresar sus opiniones habrán surgido discrepancias. El te­
juntós sin pelearse --espeCialmente en ' la cama-.., entonces rapeuta continuará conduciendo la entrevista, pero ahora
el niño _ los está _ayudando con sus miedos , al mantenerlos deberá iniciar la· etapa de interacción en la que pasará a un
más separados. Así, los padres pueden asegurar que el pro­ segundo plano, estimulando a los miembros de la familia
blema es -su hijo, y no sus resentimientos personales. a conversar entre sí en torno a esas discrepancias. Si ellos
tratan de seguir dirigiéndose a él, deberá reintegrarlos al

37
. . .

73
. -· . .
·-6:t-_

diálogo familiar. Tal vez convenga acercarlos físicamente esa situación . Empero; estos procedimientos más activos
para . esta charla. sólo han de intentarse cuando el terapeuta ha aprendido a
A veces, un terapeuta advierte que ha dado paso a esta con­ impartir directivas de un modo eficaz ( véase el capítulo 2 ) .
versación familiar antes de haber concluido la etapa previa,
en la qul. cada uno expresaba. su opínión. Supongamos que
la madre describe la mala conducta del- hijo y este comienza Organización de la familia ·
a discutir con ella sobre el tema. Si el terapeuta los alienta a
dialogar entre sí, desatendiendo a los demás integrantes de Los integrantes de una familia no pueden describirle al tera­
la familia, llegará un momento en que madre e hijo quedarán peuta sus secuencias y pautas de conducta porque las des­
tan enzarzados que será difícil lograr nada con ellos. En un conocen. Esta información sólo se obtendrá observando có­
caso así, debe interrumpir la disputa y retornar al punto de mo se conducen entre sí; la conversacién entre los mieml:;>ros
partida, para completar - la primera etapa. Les dirá, · por del grupo servirá para que el terapeuta repare en la clase de
ejemplo : <<Bien, antes de que continúen con eso veamos . qué secuencia existente en esa familia .
opinan los demás sobre la situación» , y le hablará luego al La familia es una organización muy éompleja que varía en
padr�, hermano o · hermana, . para pasar más adelante a la cada caso particular, si bien, para fines prácticos, podemos
etapa de interacción. · · concebirla en forma sumamente esquemática. Esta manera
Nunca se insistirá demasiado en lo importante que es que de presentar los tipos de secuencias familiares es una simple
en esta etapa los miembros de la familia actúen entre sí, más guía y no incluye todas las conductas complejas de que los
que con el terapeuta. Por más que se empeñen en introdu­ adultos suelen valerse para . «salvar» ·al niño de los otros ·
cirlo en el diálogo, es preciso obligarlos a hablar entre ellos. miembros del grupo, como sucede en las familias con niños
El terapeuta estará .siempre atento a las conversaciones entre problema. La estructura de la familia saldrá a luz si el tera­
dos personas, para introducir un tercer interlocutor . . En últi­ peuta conduce correctamente la etapa de interacción. Mien­
ma instancia, todos deben hablarse ·mutuamente. Si advierte tras padres e hijo dialogan, se notará si el padre o la madre
que madre e hijo están tren.Zándose en una disputa, corres­ se alía con el niño contra su cónyuge. Lo mismo ocurrirá si
ponde que haga terciar al padre diciéndole , por ejemplo: es la abuela quien se alía al nieto contra la madrP. de r-ste;
« Parece que no logran entenderse. ¿ Podría ayudarlos ? » . Es­ por supuesto, ello depende de que la abuela asista a la en­
to le permite al terapeuta observar hasta dónde puede y no trevista por vivir en el mismo hogar; si no, se evaluará su
puede oponers� á la madre o al hij o ; además, al actuar así conducta basándose en lo que dicen los demás y se requerirá
se obtendrá información sobre cuál será la mejor manera de . su presencia en la próxima entrevista. También se advertirá
intervenir más adelante, cuando se trate de ayudar a la fa­ si la organización familiar incluye a un niño que desempeña
milia a resolver sus problemas . funciones parentales con respecto a los otros niños. ( Para
Aunque hasta ;ahora se ha: pu� énfasis en la conversación, una descripción de secuencias , véase el capítulo 4. )
el terapeuta debe preferir la acción a las palabras como También podría describirse la organización diciendo que la
fuente de información, ya que estas pesan menos y dan me­ existencia de un niño problema es señal de que un adulto
nor resultado. En vez de limitarse a presenciar una conver­ .de la familia ha violado un límite generacíonal, preocupán­
sación sobre el problema, en esta etapa procurará traer la dose en demasía por un niño. Este adulto es quien manda
acción problema al seno de la reunión. Si un niño suele gol­ en lo que respecta al problema del niño, mostrándose a un
pearse deliber�damente la cabeza, .se le pedirá que lo haga y mismo tiempo exasperado y benévolamente inquieto por él;
la familia mostrará cómo .teacdona ante él; si es un incen­ <:uando el niño dialogue con otro adulto, se interpondrá po­
diario, puede encender fuego ( en un cenicero de metal ) niéndose de parte del pequeño. Por ejemplo, en una "familia
para ver cuáles son sus conocimientOs sobre el manipuleo en la que falta el padre, la madre dice que no se explica por
de los fósforos y cuát es la reacción d� los demás. Teniendo qué -su hija no le hace caso y le miente. El terapeuta puede
juguetes a mano pueden teatraliZarse l�s situaciones proble­ -explicar: «Quiero que elija una de las mentiras y hable de
ma. Si una �osa acostumbra quejarse y mostrarse deprimi­
. �na con su hija». En cu:anto madre e hija comienzan a con­
da, puede pedírsele qúe se comporte así para que todos versar, una abuela excesivamente dedicada a su nieta se en-
tengan oportunidad de expresar de qué modo responden a trometerá para interrogar ella misma a la niña o criticar el

38 39

74
_·-Ju:._

modo en que le habla la madre. Cuanto más difícil sea im­ gados a cumplirla, pero si el convenio sobre los cambios
pedir que la abuela s� en�rometa, tanto más arraigada estará deseados no se fijó claramente desde ün principio, la familia
.
esa pauta en la familia. S1 el terapeuta logra frenar la intro­ se mostrará menos dispuesta a cooperar.

.
<;h"
misión Y ma e e hija pueden conversar entre sí, aquel habrá Nunca se insistirá bastante en que el problema a ser resuelto
dado s1multaneamen�e dos pasos : establecer un diagnóstico por el terapeuta debe ser uno que la familia desee solucionar,
y comenzar un cambio ; esto sucede cuando . la · entrevista ini­ pero planteado en forma tal que lo haga resoluble. La nego­
cial marcha bien. ciación debe incluir la manera de darle un carácter opera:­
A veces, el terapeuta solicita que se someta al niño a un cionalizable . Si una familia define como problema la angustia
test de: inteligencia o a algún test psicológico especial , pero de uno de sus miembros , ese no es un problema resoluble ;
es pos1ble recoger mucha información sobre él durante una el problema será el modo en que se manifieste esa angustia
entrevis ta familiar . Como parte de la etapa de interacci y la reacción de la persona angustiada. Ninguna categoría de
ón,.

e te!apeuta ·hace q e el padre le pida al niño que escriba
? o diagnóstico tradicional es un problema resoluble: cuando se

dt uJe algo en el pizarrón, que dibuje a una persona en
una está formulando un problema de nada sirve decir que es un
hoJa de papel o que haga una operación aritmética · caso de <<esquizofrenia>> o «retardo mental», porque esto
esto
pondr� en evidencia a . la . vez la capacidad d,el hij
cumphr esa tarea y los vínculos existentes en la familia.
a'
para nada tiene que ver con la terapia; ni tampoco sirve utilizar la
Su­ mayoría de la terminología psicodinámica ( p. ej ., «confu­
pongamos e el te:apeuta hace que un padre, aparente:­ sión de identidad», «escasa autoestima», «infelicidad>> , etc. ) .
. '!�
mente periferico, le pida a su hijo de nueve años, quiei:J. Una «fobia escolar» no es un problema que podamos resol­
quizá.
sufre un retardo mental, que escriba en el pizarrón ver, pero sí es un problema operacionalizable el del niño que
el nom­
?
bre e su maes r o
� ? � �
go más omp icado ; esto puede pro­
_ _!=
no quiere ir al colegio.
porcio� ar �uc � -
�ma 1nformac1on : como se dirige el padre Llá.meselos síntomas o quejas, los problemas deben ser algo
a su hiJo, si el fllDO hace o no lo que le pide, cómo intervie computable, observable, medible, o que permita detectar de
ne·
la � adre para ayudarlo, etc . , son todos datos obtenib algún modo la influencia que ejercemos en ellos . La clase_ de
les: ­
partlendo de una situación de prueba tan sencilla como datos que el terapeuta necesita poseer respecto de un síntoma
esta.
depende del tipo de este, pero podemos citar los siguientes a
manera de ejemplo : ¿ El problema es constante o intermiten­
te? ¿ Su aparición es inesperada o predecible? ¿Desaparece
Definición de los cambios deseados súbitamente o de un modo ,paulatino? ¿Se manifiesta con
mayor intensidad en ciertos momentos que en otros? ¿Cuán­
Al concluir la etapa de interacción, se habrán aclarado mu-· do aparece con mayor frecuencia : de día o de noche, durante
�has cuestiones familiares. A esta altura de la entrevista es; los días hábiles o en el fin de semana? ¿ Cuántas veces se
Importante obtener del grupo una formulación suficien presenta en el término de una hora? Si se trata de enuresis u
te-­
mente c:,lara de los cambios que ( incluyendo al niño otro problema similar, ¿ ocurre no bien el niño se ha dor­
proble­
m� ) quteren alcanzar mediante la terapia. Este proceso mido, en mitad del sueño o justo antes de despertar? Como
con-·
trtbuye a que todos centren su atención en las cuestion sucede . con · todos los síntomas, conviene preguntar si ya se
es:
importantes, y sirve de punto de partida para fijar ha seguido algún tratamiento, pues esto aclara la naturaleza
las metas;
de la terapia. Esencialmente, el terapeuta está establec del problema y sirve de guía para la �cción posterior.
iendo•
un cont�at� : cuanto más daro sea, tanto más organiz Una de las razones más importantes por la que debe especi­
ada será:
la terapia; por el contrario, si los problemas y cambio ficarse Claramente el problema es que así el terapeuta podrá
s de-·
seados se formulan de manera confusa y oscura, sin procura saber si ha tenido éxito o no. Se presume que al terminar el

�clararl�s, �es lt rá más difícil logr�r la participación tratamiento, y en una ulterior entrevista de seguimiento del
. � ;t fami-·
bar · Y disnunu1ran las probabilidades dé éxito. Si los caso, el terapeuta querrá saber bien definidamente si" ha al­
miem­
bros de: una familia manifiestan de un J;nodo claro
y preciso canzado o no sus . objetivos terapéuticos . Si el contrato es
que qweren que un niño supere ( entre ·otros problem confuso, también lo será la evaluación de los resultados.
as que
lo afectan ) su e Los problemas que aquí hemos destacado son, obviamente,
��Iresis, cuando lle�e el momento en que·
el terapeuta les fiJe una tarea curativa se sentirán más obli- harto esquemáticos, existiendo muchas situaciones · únicas

40 41

75
que deben manejarse d� manera diferente. Los procedimien­ tes que el problema en cuestión. Empero, de ser posible,
tos que sugerimos son para un caso medio ; las excepciones�> siempre debemos vincular el cambio de énfasis al foco o cen-
tro del problema. -
de las que podremos mencionar una o dos, son inevitables.
Por lo común, el problema debe definirse con la mayor cla­ Veamos un caso ilustrativ o. Cierta vez se presentó una fa­
ridad posible, pero hay momentos en que este procedimien­ milia que tenía un problema con una hija retardad a . Los pa­
to puede no ser el mejor. Una familia o individuo pueden dres se habían dedicado por entero a cuidar a esa hija, pero
presentar un problema en términos tan rígidos y circuns­ en la entrevista- se averiguó que el padre padecía un cáncer
critos que conviene buscar la ambigüedad, pues en una si­ incurable y le quedaban pocos meses de vida; esto tenía
tuación ambigua el terapeuta tendrá más . campo para manio­ perturbados a todos. La terapeuta que recibió este caso pudo
brar. Supongamos que el problema fadica en un síntoma en haberse sentido tentada a cambiar el foco del problema y
el que el paciente insiste una y otra vez, · rehusáddose, a ocu­ tratar . la cuestión de la muerte, para ayudar a la familia · a
parse de otra cosa; ·o en que una familia hace hirl.capié reite­ superar de modo directo el penoso trance; pero en vez de
radamente en una v.ersona. En algunos de estos casos lo me­ eso adoptó el enfoque que recomendamos aquí. Descubrió
jor es quitarle clar�dad al problema, para manejarse con más que el padre estaba preocupado porque la hija retardada le
alternativas. daba más trabajo a su esposa que a él, y le inquietaba pensar
La noción de que una persona era la víctima propiciatoria que esta tendría que habérselas sola con ella; además, él
o chivo emisario, y de que debía instruirse a toda la familia tenía que llevar regularmente a la hija al taller protegido *
acerca del verdadero problema, fue una idea desafortunada en que· trabajaba, porque su esposa no sabía conducir. La
en materia de terapia familiar. A veces, el terapeuta «li­ terapeuta centró la atención en que el marido ayudara a su
bera de las presiones» al niño problema señalando los pro­ esposa a aprender a conducir el auto, y elaborar a · junto con
blemas que presentan todos los hermanos, lo cual es un ella otras maneras más eficaces de tratar a la hija. Así, el
error. Típicamente, los padres que acuden al terapeuta tra­ padre podía abandonar este mundo sabiendo que su esposa
yéndole un niño problema se sienten fracasado�, y este sen­ era capaz de manejar a la hija de un modo más eficaz y lle­
timiento es una de las razones por las que atacan ál niño. Si varla en coche adonde tuviese que ir. Tratando el problema
se les persuade de que también han fallado con los otros presentado, se logró que el matrimonio estrechara sus rela­
hij os, pueden arreciar aún más sus ataques al niño proble¡.na, ciones en ese momento crucial. Por lo general, el terapeuta
creyendo que él los ha obligado a exponerse a semejantes puede hallar el modo de centrar Ja terapia en el problema
cargos . Por lo general, el intento de redimir a un niño pro­ presentado, alcanzando al mismo tiempo otros objetivos que
blema impulsa a la familia a demo�jrar que el terapeuta no él considera importantes.
comprende cuán terrible es esa criatura; para probar este Otra situación especial se plantea cuando una familia pre­
supuesto, atacan todavía más al niño . . . y a menudo hacen senta un problema y el terapeuta descubre que el tal proble­
esto. en el hogar, después de la entrevista. ma no existe. En una oportunidad, una familia declaró - que
En el enfoque que aquí recomendamos, lo mejor es mante­ la hija constituía un problema porque tenía mala conduc;t � !
ner centrada la atención en la persona problema, utilizando notas bajas en . la escuela, pero cuando el terapeuta veriftco
esto como palanca para cambiar la situación. Puesto que esta información en el colegio se enteró de que la muchacha
ese individuo constituye un problema tan grave, , es dable se portaba bien y tenía buenas calificaciones. En ·un caso así,
esperar más de la familia en cuanto a hacer algo para �olu­ hay veces en que no conviene confrontar a los padres con
ciónarlo. Por supuesto, el terapeuta subrayará por igual las estos datos; presumiblemente, los padres no son tontos: sa- .
virtudes y defectos de la persona . problema, pero no como ben que su hija no es un problema y tienen alguna otra · �a­
un medio de demostrarle a la familia que está equivocada. zón para presentarse de esta manera, de modo que lo meJor
La terapia es más eficaz si se centra la _atención en el sínto­ es explorar tentativamente la situación y ver qué hay detr �

to
ma y en la persona problema. Claro q�e a veces tropezamos de ella. En el caso que nos ocupa, el terapeuta descubr
matri-
con situaciones· insólitas, .que nos tientán a desvia.rnos de . esa que la madre tenía otra hija mayor que esta, de un
núra. Por ejemplo, una situación de cris�s puede requerir un
enfoque diferente, hasta que se resuelva; ciertas situaciones * Sheltered workshop, un taller con bajo nivel
.

e exigencia$, ·en el
pre·sentadas le parecerán, quizás, al terapeuta más importan- que los niños retardados pueden aprender un of1c1o. {N. de la T. ]

42 43

76
monio anterior que estaba por salir de un hospital de salud
:o

mental. A la madre le inquietaba pensar cómo se las arre­ Resumen


glaría con esa hija y con las dificultades que a la sazón se
�ení:'ln suscitando en su matrimonio. Al aceptar el problema En síntesis, y refiriéndonos al problema medio planteado
IneXIstente que le presentaron, el terapeuta pudo resolver por la mayoría de las familias que acuden en busca de tera­
los otros problemas apremiantes. pia, la primera entrevista puede condücirse de manera tal
Hay ocasiones en que un terapeuta no debe actuar como tal que provea la máxima información e inicie un cambio. Los
sino limitarse a un papel de sabio consejero. La inexperienci
de la g�nte puede hacer q e plantee como problema algo que
� miembros de una familia llegan al consultorio sin saber a
? ciencia cierta qué anda mal en el grupo, aunque comúnmente
en reahdad no lo es. Un JOVen matrimonio vino a tratamie creen que es una persona en particular afectada por un de­
n­ :o

to con su primer hijo, un niño de cuatro años alegre y nor­ terminado conjunto de problemas; suelen suponer que la
� .
mal, exp c�ndo que querían cerciorarse de que su hijo
�­ causa de esos problemas está en el pasado, más que en la
�aba « suficientemente pr�parado, desde el punto de vista situación presente. El terapeuta que recibe a la familia tam­
Intelectual para el programa escolar» del jardín de poco sabe qué está ocurriendo, pero sí sabe que hay algo
� infan­
tes . La primera entrevista pareció indicar que sólo se en la situación familiar que hace necesaria la existencia del
tra­
f
taba de una pare a joven e insegura que, como sucede con problema. La primera entrevista debe esclarecer la estructura
L?uchas pareJ as en la actualidad, no tenía padres ni pa­ familiar, y en su trascurso el terapeuta y la familia deben
.t'IC:ntes mayo�es que los asesoraran sobre la crianza
de los · llegar a algún acuerdo acerca de la naturaleza del problema y
hiJO. , Y acud1an � los expertos. Se les aseguró que su niño las metas u objetivos de la terapia. A esta altura, la tarea del

�ra !ntelec�ualmente sano y apto para seguir el programa del terapeuta es comprender el problema y formularlo de ma�
Jardin de tnfantes. - ·
nera tal que pueda hacerse algo al respecto. Si ha de cam­
biar a la familia, deberá ingresar en su universo y provocar
el cambio actuando dentro de él.
En la etapa social, el terapeuta se une a la familia haciendo
Conclusión de la entrevista que todos se · sientan cómodos y se consideren partícipes de
la reunión; en la de planteo del problema, procura que todos
La primera entrevista debe concluir con la concer aporten �us ideas acerca de este ; en la .de interacción, invo­
tación de
_
u?a nueva cita, lo �ual puede plantear varias cuestiones. Qui­ lucra a todos entre sí, y no excluye a nadie cuando se tra!á
?
za !e haya a vertido durante la sesión que la presen
cia de
de especificar qué cambios desean obtener mediante la te­
algun otro miembro de la familia es esencial para rapia. Con la mayoría de las familias, el pasaje de una etapa
la terapia.
a otra puede desarrollarse fácilmente, aunque existen algu­

Esta pe;sona puede ser una abue a que viva fuera
del .bogar,
o un conyuge separado o divorc _ nos tipos de familias que no encajan en este esquema ( p. ej .,
iado pero que aún está pro­
fundam�_?te involücrad en el problema. En el familias con un «bebé problema», o que sólo quieren some­
� proceso de

con�lusion e la entrevista entra en juego, justam
ente, . con­
ter un niño a tests, o que acuden en un estado de crisis ) . La
verur la asiste�cia_ de índole de los problemas determinará el procedimiento que
esa persona y discutir la manera de
hacerla concurnr. seguirá el terapeuta después de la primera entrevista. Asi­
i\_!. mismo, cabe esperar que en las entrevistas subsiguientes se
·

�nos terapeutas de ori�ntación directiva son


lo bastante
h;ahtl�s Y expert�s como para tener pensada una directi va al
plantearán nuevos problemas y deberán fijarse nuevas metas.
terrmno de 1::� prtmera sesión, la que pueden propon El «problema presentado» no se limita al descrito en la pri­
er como
«tarea J?�ra el hogar», que la familia .deberá mera sesión, sino que incluye los que vayan apare<;:iendo a
cumplir entre
una se Ion y otra. La tarea impue sta; puede medida que se estreche la relación mutua entre familia y
� ser simple o
a suelJ convenir
co�pleja, aunque a _ esta altura de la t�rapi terapeuta .
mas qu� sea sencill _ a. Str Por lo común, l a familia y e l terapeuta pueden llegar a un
se le da una directiva,... la familia
queda ligada al terape uta entre las sesiones. acuerdo razonablemente claro al término de la primera en.:
trevista, aunque a veces aclarar las cuestiones planteadas lleva
más de una sesión. Si la familia quiere saber cuánto· durará
,aproximadamente la terapia7 lo mejor es responder: «El me-

44
45
77
6� ¿ Ha evitado insistir en algo que reviste interés persona
l
a r?
nor tiempo que sea posible para resolver los problemas>> . Si para él pero nada tiene que ver con el problem familia
se muestra especialmente reacia o vacilante con respecto a si 7 . ¿Puede asumir la posición de un experto , pero también
continuará o no la terapia, a veces sirve de ayuda fijar un manifestar ignorancia cuando corresponda?
número determinado de entrevistas, diciéndole: « ¿Por qué 8 . ¿Evita ofrecer soluciones antes de que se haya aclarado
no nos reunimos seis veces ( o tres ) , y luego decidimos si se el problema?
requieren más entrevistas ? » . 9. ¿Parece saber cuándo debe fomentar la disensión entre
arlos?
los miembros de la familia y cuándo ha de apacigu
e de parte de un miemb ro · de la familia
10. ¿Evita poners
ej . , del niño
cop.tra otro, o de una facción contra otra ( p.
Evaluación del t:erapeut:a contra sus padres ) ?
·

per-
1 1 . ¿ Se abstiene de establecer una relación demasiado
_l
Obse�vando a videocinta de una primera entrevista pode­ sonal con la familia ?
profe-
mos Juzgar s1 el terapeuta ha conducido adecuadamente o no 1 2 . ¿ Se abstiene de adoptar una actitud demasiado
mostra r desape go hacia la familia ?
las etapas aquí esbozadas . Empero, aparte -de ello, es posible sional y de
-
formular varios interrogantes en torno al terapeuta y su en­ 1 3 . ¿Trata de que todos los miembros de la familia partici
pen de la entrevis ta?
foque . . Cabe esperar que un estudiante vaya adquiriendo ción de
aplomo a través de una formación · adecuáda y de la experien­ 14. ¿Ha demostrado ser capaz de tolerar la exposi
adable s, o la manife stación de sentim ientos vio­
cia recogida en materia de entrevistas. Debe ser capaz de en­ datos desagr
a?
frentar una · sesión sin nerviosismo, �ntirse razonablemente lentos, por parte de los integrantes · de la faJ;D.i.li
ge inform ación sobre otras person as importantes ,
cómodo con la familia entrevistada y dirigirse por igual a 15 . ¿Reco
maestros de escuela, funcionarios encargados de . personas en ausent es en la entrevista?
enen en
libertad condicional, o · quienquiera que se ve� envuelto en
16. ¿Averigua si ptras instituciones sociales intervi
la familia?
el caso; también deberá poder entrevista1 a familias de dife-· de la . familia ?
1 7 . ¿Motiva el cambio entre los miembros
rentes clases sociales o razas, realizar las sesiones en el con­ y la: volun tad de hacer un es-
. ¿Genera en ellos esperanzas
sultorio o el hogar, y conducirse de manera competente ya.
fuerzo?
se halle ante un grupo familiar numeroso, una familia nu­ vo, esto
18. ¿ Su enfoque ha sido más positivo que negati
clear, una madre . con su hijo o una persona sola. do ni humillado a la familia ?
es, no ha regaña
A:J observar la primera entrevista con una familia, el super-­
19. ¿Le ha demostrado a la familia que tiene algo que
of.te­
visor puede plantearse las siguientes preguntas : es ca.paz de producir un cambi o? ·
cerle, y que

l . ¿El terapeuta establece claramente el encuadre de la . en­


trevista, de modo que la familia sepa quién es él cuál es la·

situación y por qué somete a sus integrantes a div rsas .clases;
·

de preguntas?
2. ¿Ha organizado bien a la familia dentro .del consultorio,.
de m�do que_ pueda manejar la reunión ( p. ej ., .habérselas
con ntños demasiado díscolos o diálogos caóticos ) ? . .
3: ¿Es lo suficientemente « tolerante», desde el punto de­
VIsta mo1·al, como para que la familia :.se sienta alentada a
e:x;poner sus problemas? _

4. ¿Ha demostrado flexibilidad, cambiándo de enfoques a}


advertir la ineficacia · de un determinado, método ele . recabar
información?
·
.

5. ¿Es capaz de . actuar según una gama de conductas que­


van desde la actitud reflexiva al enfrentamiento?

47
46
78
·�-

2 . Cómo impartir - directivas


Finalidad de las directivas
Las directivas o tareas impartidas a los individuos y familias
tienen varias finalidades :

1 . El objetivo principal de la terapia es hacer que la gente


se comporte de manera diferente, .p�ra 9-ue tenga así exp�­
riencias subjetivas diferentes. Las directivas son un medio
Recuerdo el caso de un hombre joven, cercano a la treinte
na, de provocar esos cambios .
que anhelaba ser un gran novelista pero que no
lograba 2. S e las emplea para intensificar l a relación entre clientes Y
decidirse a sentarse ante la máquina de. escribir y poner
ma­ terapeuta : al decirles a aquello� qué debe? ha�er; el te�a­
nos a la obra; era simplemetlte in.cá..P� de produc , y adqutere tmJ?ortan ta,
ir. Tam­ peuta entra a participar en la acoon
bién tenía miedo de las mujeres : podía entablar relació �
n con porque el individuo debe hacer o no hacer lo que el le dice.
prostitutas, pero jamás había tenido una cita común
con una Si deben hacer algo durante la semana, el terapeuta �erma­
mujer. Vino a la terapia pidiendo que le resolvi
eran ambos nece ligado a sus vidas durante todo ese lapso, pues pten�an
problemas : él queda escribir y quería salir con mujere
s. La qué pasará si no cumplen la tarea, si la cumplen a m�d�as,
estrategia terapéutica era obvia : cuando se plantean
dos sín­
tomas debemos valernos del "uno para curar el si la alteran para ejecutarla a su modo, etc. ; en la proxtma
otro. Le pedí
me indicara cuántas páginas diarias debía escribir entrevista el terapeuta habrá adquirido más importancia para
y me res­ ellos de la que habría tenido si no les hubtese _ dado una
pondió que un;:¡ página de doscientas cmcuenta palabra
s. En­
tonces le impartí la directiva de escribir seis página directiva.
s por se­ 3. Se usan para obtener información. La manera en que
mana ( consiguió que le diera un día de asueto )
advirtién­
dole que, de no cumplirla, en el curso de la semana siguien · reacciona la gente al recibir una directiva es esclarecedora
te con respecto a ellos mismos y a cótD:o responderán a los cam­
tendría que invitar a tres mujeres jóvenes distinta
s hasta
completar tres salidas ; si en la semana subsiguiente bios deseados. Ya cumplan la tarea tmpuesta, no la cumplan,
no es­ olviden cumplirla o lo intenten infructuosamente, el tera­
cribía las seis páginas prescritas , debería concertar
nueva­ peuta tendrá una información que de otro modo no po��­
mente tres citas. Antes que invitar a salir a una mujer,
el _
joven corrió a la máquina y escribió metódicamente un ría Lo mismo ocurre' en realidad, durante la conversacton
nimo de seis páginas semanales . . Más adelante se resolvió
mí­
el

pr liminar en torno a ¡a tarea: por ejemplo, si esta consiste
problema de las relaciones con muchachas. en hacer algo a la hora - del desayuno, se enterará de lo que
El terapeuta_ que adopta este enfoque triunfa inevitablemen­ ocurre en ese momento del día, pues hablarán de ello al
te. Si el paciente escribía , resolvía un problema, y si no discutir la forma en que cumplirán la directiva.
es­
cribía, resolvía otro problema, puesto que debía salir
con
mujeres . Por supuesto, es esencial saber impartir directiv
as
de manera tal que sean ejecutadas ; es una desgracia que
la
mayoría de los cursos de formación clínica no incluya
n la ¿Qué es la directiva?
enseñanza de esta técnica. En buena medida debemos apren­

A algunos terapeutas les incomoda impartir directivas, SJ.�á


derla por nuestra cuenta, a menos que encontremos un exi­
mio terapeuta como Milton H. Erickson y podamos recibir
de él alguna enseñanza. La mayor parte de lo que decimos en porque les parece que no deberían asumi� la responsa tlidad�
este capítulo sobre las directivas deriva de Erickson.:t. de decirles a otros qué deben hacer. �
s �portante desta�ar
i
- �
que pueden darse en forma directa o � 1mp c1ta ( por una �­
,
1 Véase J. Haley, Uncommon Therapy: The Psycbiatric 'Fechniques flexión de la voz, un ademan o un silencto oportuno, desli­
of Milton H. Erickson� M. D., Nueva York: Nórton, 1973, y Advan­ zados durante la conversación ) . Todo cuanto se haga en
ced Techniques . of Hypnosis and Therapy: Selected Papers of Milton terapia puede ser visto como una directiva. Si en una entre­
H. Erickson. Nueva York: Grune & Stratton, 1967. vista un individuo o familia está habland? so�re algo Y el
.
terapeuta dice : «Hábleme más de eso», o s1 se lim1ta a asen-

48
49

79
-�-

tir con la cabeza y a sonreír, alentándolo a continuar, está im­ En este capítulo no tratamos la enmarañada cuestión de
partiendo una directiva. Si alguien dice algo que rio le quién determina realmente un curso de acción en una «par­
agrada puede pedirle que no vuelva a decirlo nunca más , y tida» entre terapeuta y cliente, sino más bien el modo de
con eso le está indicando qué debe hacer;. esto también puede impartir directivas cuando el terapeuta supone que es él
expresarlo frunciendo el ceño y apartándose con un gesto dél· quien mueve la primera pieza .
que habla.
Toda acción . del terapeuta constituye . un . mensaje para que
la otra · persona haga algo ; · en ese sentido está impartiendo
una directiva. Si alguien declara : «Me siento desdichado>>, y Tipos de directivas
él replica: «Comprendo, se siente desdichado», estas pala­
bras no suenan a directiva pero pueden definirse como tal, Hay dos maneras de impartir directivas : 1 ) decirle a la gen­
por cuanto indican que las formulaciones de esa persona Je te qué debe hacer con el propósito de que lo cumplan, y 2 )
interesan y que debe decir esas cosas, o que está bien que decírselo con el propósito de que no lo cumplan; o sea, de
las diga. Por otra parte, al responder a esta formulación de que cambien por vía de la rebelión. Aunque haremos hinc:a­
su in terlocutor no habiéndolo hecho con otras, le está seña­ pié en la forma de dar directivas a familias enteras, los mis­
lando s u importancia; su respuesta también denota la ne­ mos procedimientos se . aplican en esencia para impartirlas en
cesidad de conversar más sobre esos puntos tan importantes . una entrevista individual.
Una vez que el terapeuta advierta que diga lo que diga o Comencemos por la primera manera,* que comprende dos
calle lo que calle le estará indicando a una persona que haga tipos de directivas : a ) ordenarle a alguien que deje de hacer
algo o deje de hacerlo, le será más fácil aceptar la idea de algo; b ) pedirle que haga algo diferente.
impartir directivas . Es más : aun · cuando intente derivarlas En el primer caso, el terapeuta trata de modificar el com­
haciéndole notar al cliente que este está tratando de que él portamiento de una familia diciéndole a uno o varios de sus
dirija sus actos, al obrar así estará orientando su conducta. integrantes que dejen de hacer lo que están haciendo. �<;r
Puede haber momentos en que el terapeuta no desee asumir ejemplo, si una madre se entromete cuando padre e hiJo
la responsabilidad de dirigir el comportamiento de alguien. intentan dialogar . entre sí, el terapeuta puede pedirle, en
Si le preguntan : « ¿Debo abandonar mi empleo ? » o « ¿Debo térmipos amables o enérgicos, que no se entrometa.
divorciarme? >> , quizá sea mejor responder : «Eso debe deci­ Esta es una de las directivas más difíciles -aunque no im­
dirlo usted mismo» , pero si abriga alguna opinión sobre posibles- de hacer cumplir. :por lo común, es preciso gozar
dicha decisión, se la trasmitirá al cliente a través de lo . que - ,;..-/
de gran prestigio o tener reputación de experto para lograr
le diga expresa o tácitamente, del tono con que le hable y que alguien abandone · su comportamiento habitual con sólo
de sus gestos. Sin embargo, aurr asÍ" puede descargar en el pedírselo. La cosa es más fácil cuando se trata de problemas
cliente la responsabilidad de la decisión, si no quiere asumir­ menores o situaciones educacionales. A veces es bueno de­
la él mismo. cirle a alguien dado a la bebida que deje de beber, pues tal
La cuestión de quién es responsable de qué en la terapia vez obedecerá; pero si el problema es grave probablemente
es un asunto complejo . Un terapeuta puede considerarse au­ beberá más , y el terapeuta no suele tener poder suficiente
tor de una directiva y responsable de un · determinado · curso para hacer cumplir la directiva. Del mismo modo, en el caso
de acción , pero . un examen más detenido de su intercambio de familias con problemas menores algunas madres · dejarán
con el cliente indicará, quizá, que este lo indujo a impartirla. d.e entrometerse cuando hablan su esposo y su hijo varón si
A menudo, la responsabilidad que asume el terapeuta le es se les pide que lo hagan, pero , si el problema es grave, en
conferida por el cliente de manera más. directa. Una madre vez de no interponerse la madre puede polemizar con ·el te­
puede pedirle al terapeuta que h:;tble de un tema delicado rapeuta arguyendo que no la aprecia o no la comprende. Una
para que ella y sus hijos puedan discu:tirlo, y el terapeuta directiva de cese de comportamiento debe ir acompañada de
optará ·por cooperar asumiendo la responsabilidad �de traerlo -otros mensajes . Tal vez sea preciso repetirla a menudo, o
a colación. Es posible que unas veces desee relevar al cliente
de toda responsabilidad, y otras darle la sensación de que * La segunda se examina en la sección sobre «Tareas paradójicas».
está aceptándola cuando en realidad no es así. págs. 64 y sigs. [N. de la T. ]

50 51

80
ifAC � D E PS I C O LO 'S i Fl
B i B L I O T EC A
-,;,-_

Aconsejar bien significa suponer que 1� �ente �jerce control


mao-nificarla poniéndose de pie y agitando las manos mien­
racional sobre sus actos, idea que qutza <;onvtene desechar
tra; se insta a la madre a que deje de actuar así, o ubicar a ,
si se quiere triunfar en el campo �era:J?euttco.
la madre tras una pantalla de visión unilateral y hacerle ob­ referiremos a aquellas direc Ivas q?e se proponen
Aquí nos !
servar la conversación entre padre e hijo, o recurrir a la ayu­
cambiar las formas de tratarse entre s1 los m1embros de una
da de estos pidiéndoles qüe . impidan toda interrupción por
familia, introduciendo la acción. Este obje:ivo puede �-1-
parte de la madre.
canzarse de muchas maneras . Por ejemplo, s1 madre e hiJa
Generalmente, si el terapeuta le dice a alguien que aban­ _
pelean continuamente sobre la hora de la noche en que la
done su comportamiento habitual debe adoptar para ello
joven debe regresar al hogar, puede . ped }
rsele al p a�re que
se haga cargo del problema; esta directl�� camb1ara 1� se­
una actitud extrema u obtener la cooperación de otros miem­
bros de la familia, en el sentido de que cambien su con­
cuencia que tiene lugar dentro de la farmha. E� est� situa­
ducta para apoyarlo en la tarea. A menudo es como si qui­
siéramos impedir que un río se desborde : podemos tratar de
ción podrían emplearse muchas otras clases de � recnvas ; el
modo en que han de impartirse para que sean eJecutadas es
bloquearlo, pero el río rebasará el dique y el terapeuta aca­
cuestión de habilidad y práctica.
bará ahogado.
Pasemos ahora a las directivas del tipo b. El terapeuta trata
de cambiar el comportamiento de una familia pidiéndole .. a
sus miembros que adopten una conducta diferente a la usual,. Cómo motivar a una familia
que prueben nuevos hábitos. En vez de tratar de endicar el para que cumpla las directivas
río, el terapeuta lo desvía hacia un nuevo cauce.
El pedido de cambio de conducta puede hacerse : 1 ) median­
Motivar a alguien a hacer algo significa persuadido de que
te buenos consejo s ; 2 ) dando directivas para cambiar la se­
extraerá algún beneficio de esa acción. Cu��do un terap�ta
cuencia que tiene lugar dentro de la familia .
desea motivar a los miembros de una familia a que reahcen
Por lo común, de nada le sirve a la gente que le digan que una tarea, tiene que convencerlos de que por su inter��dio
deben tratarse mejor los unos a los otros . Entre otras cosas,. alcanzarán los objetivos individuales, recíprocos y familiares
ya han recibido buenos consejos de otras personas y no han que ellos desean. El modo en que lo haga dependerá de la
sido capaces de seguirlos . Por ejemplo, los consejos no suelen naturaleza de la tarea, de la naturaleza de la familia Y del
dar resultado en el caso de la madre que se pelea con su tipo de relación establecida con esta ; no obs:ant� podemos
hija por la hora de la noche en que esta regresa al hogar. El ;
referirnos a los métodos generales de motivac1on que se
terapeuta puede decirles que cada una debería escuchar con
aplican a las personas.
respeto los argumentos de la otra, e instarlas a ser más: .
En el enfoque directo, lo común es que el terapeuta les diga
amables y a llegar a alguna transacción satisfactoria para a los integrantes de la familia · que conoce y comparte su
ambas. En la mayoría de los casos, da esta clase de consejos: .
deseo de resolver el problema que los aqueJa. Una vez con­
cuando le parece que no se han dado cuenta de que deben .
venido el objetivo, se ofrece la tarea con:o un medio de
obrar así, y cree estar diciéndoles algo nuevo, siendo que en alcanzar el fin deseado a través de la tera.p1� .
. .
realidad los clientes saben muy bien cómo deben comportar­
se. Su problema· estriba en que les es imposible seguir esa
Cuando hay discrepancias entre los miembros de una famt a �
sobre los propósitos que persiguen, se hace a veces neces?-rio
conducta : cada vez que intentan ser amables y comprensivas.
hallar el modo de que la tarea le reporte alguna ganancta a
acaban enzarzándose en una reyerta incontenible.
cada uno de ellos. En el caso antes citado, el terapeuta J?.?ede
decirles que la madre desea . cerc!orarse de que su hiJa se
Los buenos consejos suelen ser inútiles, a menos que el'
diente sea bastante corto de entende9.eras o que se trate de·
comporta correctamente, que la Joven no desea esas cons­
un problema leve de tipo educacional. En caso de caer en la

tentación de aconsejar a los miemb�os de una familia, el


d;
tantes peleas con su madre y que el J? a e no desea ser el
eterno árbitro de esas peleas ; por constguten te, todos deben
terapeuta puede preguntarles, por ejemplo : « e Qué les di­
cumplir la tarea.
En el enfoque directo el terapeuta se funda en lo 9-ue h�
ría, si quisiera darles un buen consej o ? » , y oirá por respues­
ta todos los que él tiene en mente, y que ya les fueron dados .
aprendido sobre sus clientes en el trascurso de la seston, un-
en el pasado sin provecho alguno.

52 53

81
--..,._

lizando lo que parezca más obvio y evidente como base . de


durante; la semana haga lo mismo en su casa. En situacio­
su labor persuasiva.
Veamos ahora �1 enfoque i�:llrecto, que puede emplearse nes así, la tarea para el hogar no adquiere tanta trascenden­
cuando se preve que la fanulia no cooperará fácilmente en cia, porque ya ha sido hecha, en pequeña escala� en el curso

la tarea. A menudo puede ut izá�selo como primer paso,. de la sesión.
El terapeuta debe adecuar la tarea a las p ersonas. Mientras
adoptando luego una forma mas directa. Consiste en hacer
que los miembros de la familia hablen de sus dificultades . de entrevista a una familia reparará en qué -ciase de gente la
integra, y así podrá amoldar la tarea a su manera de ser. Si
n:tanera t�l que estén prontos a escuchar a quien pueda suge­ hacen hincapié en que las cosas deben hacerse en f�rma
rrrles que deben hacer. Por ejemplo, se les pide que hablen

de todos sus allid<;>s intent?: de resolver el proble�a, . con lógica y ordenada, se les ofrecerá una tarea lógica y ordena­
lo cual se obt�ene 1nformac1on sobre los métodos . probados da, porque será más probable que la cumplan. Si constitu­
. yen un hogar descuidado y desorganizado, la tarea deberá
y se evita pedules que hagan - algo que ya han intentado in­
fructuosamente. o��a ventaja importante es que en esta ajustarse a ese marco . Si les preocupa el dinero, se recalcará
clase de conversac1on el terapeuta tiene oportunidad de la gratuidad de la tarea. Esta clase de información puede ob­
subrayar los fracasos anteriores : a medída que van enume­ tenerse durante la sesión, entre otras maneras , pidiéndoles
rándolos, puede hacer hincapié en su ineficacia acotando · a los entrevistados que hagan cosas tales como mover sus
«Y eso también falló», con lo cual advertirán finalmente qu� sillas _ o conversar sobre ciertos temas ; la manera en que se
todo cuanto ellos intentaron fracasó y habrá más probabili- conduzcan informará al terapeuta sobre cómo deberá en­
dades de que e�c':chen el ofrecimiento del terapeuta.
·
cuadrar la tarea para que les resulte más aceptable.
Otro punto importante es el modo en que se describe la
Otra manera s1mllar de encarar la motivación consiste en
� <!
alentar a los miem ros e la fa�ilia a que expliquen cuán
.
magnitud de la tarea. Ante ciertas familias y tareas podemos
optar por empequeñecer a estas; cuando la familia se mues­
desesperada es su situacion, pudiendo convenir con ellos en
tra renuente a realizar la tarea, a veces lo mejor es definir a
q�� en verdad es bastante mala, en vez de tranquilizarlos
, esta como un pequeño favor que se les pide . . Si disfrutan
dicienc:I�les que no es para tanto; si se la pinta con tintes con las crisis o tienen propensión a dramatizar las cosas, pue­
lo suficientemente negros , escucharán al terapeuta y harán
de decírseles que se les está solicitando algo importantísimo .
la tarea qu� les ofrece . De este modo, al acentuar la angustia
En suma, a algunas familias les parecerá que una tarea gran­
que ellos sienten, el terapeuta la usa como una motivación
de �s demasiado para ellas, en tanto que otras despreciarán
y hasta puede proyectar su situación hacia el futuro hacién�
una tarea pequeña; deben satisfacerse los requerimientos de
doles conversar sobre los desastres que les aguardan si no
ambos tipos de gente .
toman alguna medida.

Pero tam ién puede encararse la cuestión de manera opues­
.
El terapeuta puede ejercer autoridad de diversas formas . Por
lo general, al motivar a la familia deberá valerse de su po­
ta, si los Integrantes de la familia están comentando cómo
mejo�ar<;>n las cosas : se les da la razón, conviniendo en sus sición como experto conocedor de lo que hay que hacer,
apreciaciones , y luego se les pide que realicen la tarea pues pues así tendrá más probabilidades de ser obedecido. Co­
ella les ayudará a progresar aún . más ; así, lo que ofrece el múnmente, quienes están en dificultades prefieren tratarse
terape�ta aparece como una pequeña adición para ayudarlos con un terapeuta ducho en el oficio, circunstancia que a ve­
a contmuar su proceso de mejoría.
·
ces puede aprovecharse de un modo extremo. Si la familia
es una de esas que todo lo discute y que cuestiona a fondo
Puede . motiyárse:I? s a hacer u�a tarea e? el hogar iniciándo­
cuanta sugerencia recibe, continuará haciéndolo cuando el
los en la eJecucton de pequenos trabaJos durante la entre­
terapeuta trate de motivarla para que cumpla la tarea; en
vista. Si se 1� pide a una n:adre que ayude a su hijo a hacer
tal caso, puede decirle a sus integrantes : « Quiero que hagan
alg� en el mismo consultarlo y la tarea se cumple sin incon­
. algo y tengo mis razones para pedírselo, pero .prefiero no en­
veruentes , la muJer queda motivada para seguir la directiva
trar en detalles. Simplemente quiero que la semana que
del terapeuta de ayudar al niño en el �hogar durante la sema­
viene hagan esto». También .puede conseguir el cumplimien­
na. De igual modo, si se le pide a un padre que 'intervenga y
to de muchas tareas haciendo que la gente las lleve a cabo
ayude a su esposa e hija, quizá tome ·como una simple con­
pensando que así le demostrarán que está equivocado, o que
tinuación de esa intervención inicial el _requerimiento de que
su método fracasará.

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_
·-kt-_

mente a alguien que se abstenga de intervenir, se le está


Una variante es decirles : <<Voy a pedirles algo que les pa­
dando algo que hacer. ·

recerá estúpido? pero igual quiero que lo hagan» ; así se im­


La tarea debe estructurarse como cualquier otro trabajo : con
pide toda discusión : no pueden aducir que es una tarea tonta
alguien que la ejecute, alguien que lo ayude, alguien que
habiéndolo dicho ya el terapeuta.
supervise, alguien que planifique, alguien que compruebe su
ejecución, etc. .
-

Veamos un ejemplo . Si el terapeuta les pide a los progeni­


Precisión tores que lleguen a un acuerdo sobre algo durante la sema­
na, procurará que la tarea sea muy precisa : decidirá qué
Una vez motivada la familia, deben impartírsele instrucc tiempo han de dedicar a la discusión , especificará qué temas
io­
nes claras ( a menos que se quiera ser confuso por alguna traerá a colación cada cónyuge y asignará algún papel a los
razón .p articular ) . Más que sugerirlas, las directivas
deben hijos ( uno puede recordar a sus padres que ha llegado la
impartzrse abiertamente. Es mejor decir : « Quiero que
hagan hora del debate, si fuera necesario ; o tro los interrumpirá
tal y tal cosa», y no : «Me pregunto si han pensado
en la al término del tiempo prefijado ; un tercero informará al
posibilidad de hacer tal y tal cosa» ; diciendo : « ¿ Por
qué no terapeuta en la próxima entrevista sobre el acuerdo al­
hacen tal y tal cosa ? », en realidad se está interrog
ando al canzado ) .
diente en vez de impartirle una directiv a. Al terapeu
ta le El propósito de involucrar a todos en la tarea es hacer hinca­
conviene más ser claro y preciso, diciendo exactam
ente Jo pié en la unidad familiar total, salvo en casos especiales en
que quiere que se haga. Mientras instruye acerca de
la tarea que el terapeuta desee encomendar una tarea a una parte
a los miembros de la familia_ observará sus respuestas, pues
de la familia con abstención de los demás miembros . Asi­
ellas suelen revelarle si . lo han comprendido bien.
No teme­ mismo, deberá poner cuidado en no perturbar la jerarquía
rá caer en repeticiones, . ya que más vale ser machacón
· que interna de la familia haciendo intervenir a niños en tareas
incomprendido ; no olvidemos que a veces la gente se
queda de adultos.
pensando en un punto de las instrucciones y no presta
aten­ En suma, y para decirlo una vez más, así como no debe
ción a otro. Si no está seguro de que alguien lo haya
com­ dejarse de lado a nadie durante la entrevista, tampoco se ex­
prendido, puede interrogar a esa persona sobre las
instruc­ cluirá a ningún individuo de la acción planeada para el hogar.
ciones y hasta pedirle que las repita.
Una de las razones por las que debe explicarse con precisión
es que no sólo desea ver cumplida la tarea, sino que en
caso
de incumplimiento querrá cerciorarse de que este no obede­ Revisión de la tarea
ció simplemente a la falta de claridad de las instrucciones.
Sin embargo, }lay situaciones en las que quizá no desee
ser En muchos casos, sobre todo cuando l a tarea es muy com­
preciso y detallado, prefiriendo.. €".& eambio deslizar una
idea pleja, conviene que los miembros de la familia repasen sus
en la conversación para que la familia piense « espontán
ea­ respeétivos «papeles» ; mientras uno de ellos hace esto, se
mente» en realizar ese tipo de tarea ;· también aquí la insi­
atraerá a los demás al debate pidiéndoles qv.e especifiquen
nuación casual debe hacerse en términos precisos .
la parte que les toca. Esta revisión es otro medio de ase­
gq,rarse de que han comprendido bien la tarea, y en la ma­
yoría de los casos puede efectuarse con bastante rapidez.
Durante este repaso, el terapeuta debe · prever las dificul­
Participación total tades . que pueden surgir. A veces , mientras se les imparte
una tarea, los integrantes de una familia entran a pensar en
Así como ha d� procurar que particip{rn todos los miembros cómo zafarse de ella; cuando se advierte la posibilidad de
de una familia en una entrevista, el terápeuta deb� hacer que que esto ocurra, la revisión irá seguida de un debate sobre
todos intervengan en uria tarea ; puede ' excluir a alguien por las maneras en que creen poder eludirla . Lo usual es que
razones especiales, pero nunca en forma accidental. Una -declaren lo que se les ha ocurrido ; si no lo hacen, unas po­
buena tarea da ocupación a todos; aun al pedirle específica- ·cas insinuaciones ( p . ej ., preguntarles qué pasará si alguien

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.�-�-

olvida su parte en la tarea · o se enferma ) pueden servir de el diálogo,. o hacer que la madre charle con su hijo varón
ayuda,. sobre todo si ya han indicado que esas cosas suelen sin que el padre los interrumpa . También puede trasladarse
ocurrir en la familia. Cuando el terapeuta obra así,. los mis­ físicamente al hijo varón haciéndolo sentar junto al tera­
mos clientes bloquean sus vías de evasión de la tarea y se peuta, que es de su mismo sexo , mientras ambos observan
comprometen más a ejecutarla. cómo las mujeres de la familia toman una decisión determi­
nada ; con esto se traza una línea divisoria de tipo sexual . E n
una familia donde todos se interrumpen constantemente u nos
a otros puede hacerse circular un sombrero o saco, indican­
Ejemplos de tareas do que sólo podrá hablar quien lo tenga en sus manos; otra
soluCión es designar una silla « especial», indicando que sólo
A esta altura de la exposición tal vez convenga dar unos po­ podrá hablar quien esté sentado en ella.
cos ejemplos sencillos. 7 . Cuando dos progenitores necesitan tener una excusa para
manifestarse mutuamente su amor, puede pedírseles que lo
l . En un caso real, una abuela apoya a su nieta contra la hagan a horas fijas y sin disimulo para «enseñarle al hijo»
madre; entonces el terapeuta entrevista solamente a estas dos cómo se exterioriza el cariño.
últimas· pidiéndole a . la nieta ( un a niña de diez años ) que 8 Requerirle a un matrimonio con problemas sexuales que
. .

haga alguna cosa leve qúe irrite a su abuela y a la madre que por un tiempo mantengan sus relaciones carnales única!'nente
salga en defensa de su hija. Esta tarea establece una colabo­ tendidos en el piso del living ; la tarea, al cambiar el con­
ración forzosa entre madre e hija y ayuda a despegar a la texto, cambia también el conflicto .
niña de su abuela. 9 . En el caso de una intensa relación triangular entre los
2. En otro caso, se le pide a un hombre que haga algo por progenitores y una hija adolescente, se le pide al padre que
su esposa, pero algo que ella nq esperaría de él, en tanto invite a la joven a almorzar en un buen restaurante para que
que a ella se le solicita que reciba cortésmente la atención. adquiera experiencia sobre cómo conducirse bien en público ;
La condición impuesta al marido significa que no puede la tarea de la madre puede consistir en elegir el restaurante
hacer una cosa rutinaria, por lo que se ve alentado a intro­ o vestir y acicalar a la hij a para esa ocasión. Aunque pare­
ducir alguna novedad en el matrimonio ; también debe re­ cería que tal directiva estrecha aún más el vínculo entre padre
flexionar detenidamente sobre su esposa para idear algo que e hija, en realidad genera una línea divisoria generacional.
ella no espere de él. 1 O. Al hombre que teme postularse para un empleo se le
3. Se les pide a padre e hijo que hagan alguna cosa no muy ordenará, por ejemplo, que se someta a una entrevista como
importante que la madre no aprobaría ; a ella le será difícil postulante para un puesto que no tomaría aunque lo obtu­
decidir cómo deben actuar su esposo e hijo varón si lo que viera; as:í podrá practicar sin riesgo alguno.
estos tienen que hacer debe disgustarla. 1 1 . Entre las múltiples tareas que un supervisor puede en- .
4. A una madre que no establece diferencias ·entre sus hijos; cargar al terapeuta hay una destinada a ayudarle a desvincu­
de distintas edades puede imponérsele como tarea fijarlas; larse de una familia; consiste en decirle a una .pareja que está
y hacerles cumplir horarios diferentes para irse a dormir; por terminar el tratamiento que probablemente tendrán una
habrá un horario para cada niño, aunque transcurran apenaS: terrible reyerta ; como los clientes no desearán que · se pro­
quince minutos entre uno y otro. Esto la obliga a diferenciar­ duzca semejante pelea, se aliarán .contra el terapeuta para
los por . �dad. evitarla, expulsándolo, por así decir, de su mundo.
5. Al padre que se alía con su hijita pequeña contra su es­ 12 . Cuando una madre es incapaz de gobernar a sus hijos y
posa puede hacérsele lavar las sábaiJ.as de la niña cuando, esto hace que el padre se preocupe en demasía por ellos, pero
esta se orine en la cama ; la tarea tei;lderá a alejar al padre· mostrándose a la vez exasperado, se le pide que instruya a
su esposa sobre el manejo de los niños, comenzando su en­
de la hija, o curará la enuresis de la! niña.
6. Entre las múltiples tareas que pueden realizarse en el señanza con una «clase práctica» en el mismo consultorio.
consultorio figuran aquellas que implican un cambio en los. La madre se volverá más eficiente para sacarse de encima al
canales usuales de comunicación. Por ejemplo, pedir a los. marido, y entonces, probablemente, la pareja empezará a
progenitores que conversen entre sí sin incluir a la hija en reñir de un modo más abierto.

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!t - :-�-

1il 1 3 . Se le dice a un individuo o a una familia que en el .tras­


curso de la próxima semana se les ocurrirá espontáneamente
incapaz de controlar · a su hijo varór: de d<:>ce añ?� di
lo pondría como pupilo en un colegto de ttpo milttar, ' aun­
que �

una idea que mejorará su situación; también puede decírseles . . que no le agradaba la idea, pues era lo único que podía
l'1i que están en una etapa en que ya responden a sus propias � hacer. El terapeuta le sugirió que, puesto que el niño igno­

1 ideas . La tarea ayuda a los pacientes a iniciar cambios .


14� Para establecer mayor distancia y objetividad entre ma­
raba en realidad cómo eran esos colegios, sería justo que ella
lo instruyera al respecto antes de enviarlo allí. La madre con­
1 dre e hijo , puede impartírsele a aquella la tarea de esconder vino en hacerlo y, bajo la dirección del tera� euta, comenzó

t,¡, algo de tal manera que el niño no tarde menos de cinco


· minutos ni más de diez en encontrarlo ; la madre deberá
a enseñarle al hijo a pararse en posición de ftrme, a ser cor­
tés, a levantarse temprano y tender luego su cama; a tarea
.

répetirlo una y otra vez hasta lograrlo. Esto la obligará a se trasformó en una especie de juego entre madre e ht]O en el

'/:
¡[
reflexionar sobre la manera en que piensa su hijo y de qué
modo su pensamiento se diferencia del suyo propio.
que ella era el sargento y él el soldado raso �n dos semanas
_.
el niño había mejorado su conducta lo suftctente como para
_
15. Algunas tareas implican transacciones que satisfacen a que su madre creyera innecesario enviarlo a un colegto de
todos. Un marido se preocupaba constantemente por su sa­ tipo militar. La madre había hallado una forma de ! ratar a su
lud y se tomaba la temperatura con regularidad, llegando a _
. hijo y este una manera de hacer lo que ella le ptdtera.
andar por la casa con el termómetro en la boca ; cada vez que
ocurría esto la esposa se encolerizaba y los dos acababan pe­
leándose. Viendo que no podían resolver el problema, recu­
rrieron a un terapeuta, quien dictaminó que ei marido tenía El informe sobre la tarea
derecho a tomarse la temperatura cuando lo creyera nece­
in­
sario, pero que no debía irritar· a su mujer «olvidándose» y Cuando se imparte una tarea, si�mpre debe solicitarse un
cruzando el living con el ter!Jlómetro en la boca. Les impar­ sobre la misma en la siguien te entrevi sta ; por lo gene­
forme
ea se ha
tió la directiva de romper el termómetro oral ese mismo día ral, arroj a uno de estos tres resultá"dos posib�e s : la ta!
te.
y comprar uno rectal para uso del marido. cumplido, no se ha cumplido o se ha cumphdo pa�ctalmen
1 6 . Cuando dos cónyuges, o un progenitor y un abuelo, se En el primer caso se felicita a la �amilia y se prostgu e con la
, no la
encuentran en un impase sobre quién tiene razón respecto de entrevista . En el tercero , es prectso averiguar por que
po­
la crianza del niño, el terapeuta puede suministrar un pro­ han terminado ; hay veces en que simplemente no han
en
grama de modificación de la conducta que excluya a una dido completarla por motivos concreto s , pero hay otras
as. El terapeu t n debe per­
persona o la acerque a la otra. Por ejemplo, el progenitor que carecen de excusas valeder � ?_
o que
puede decirle al abuelo que es un nuevo procedimiento que donarlos con ligereza , pues con eso les es tara dictend
carecen de importa ncia, tornand o
enseñan en la clínica, de modo que en adelante él, y no el sus directivas y él mismo,
así menos pr�bable que cumplan la próxima tarea que
se
abuelo, regirá el manejo del niño de acuerdo con dicho pro­
cedimiento . O bien los cónyuges que han reñido por dis­ les imponga. .
familia
La cuestión es más clara cuando los mtembros de la
. .

crepar sobre las diversas formas de crianza pueden llegar


la tarea y no tienen ningu pa excusa válida.
a un acuerdo sobre este nuevo método, resolviendo así un no han cumplido
se ele-
conflicto parental que ha venido manteniendo un problema En una situación así, el terapeuta no debe mostrar
del niño. . - mente, porque una vez que ha dad'? una tarea a �
puesto e!l
es mani­
1 7 . A una persona deprimida puede pedírsele que cumpla marcha un proceso que debe termtn�r. Lo meJor
� a él sino
·

festar que ellos han fracasad o , que no le han fa lado


una - serie de tareas que lo activarán forzosamente : cuanto
más triviales sean las tareas, tanto más enojado y menos de­ a sí mismo s · o sea censurarlos por haber perdido un!! opor­
tunidad. Es�a reprlmenda no debe llevar implícita
la idea de
primido estará el cliente. A fin de sambiar la organización
ionado .
que mantiene esa depresión, .el terapeuta puede solicitar a que el terapeuta ha fracasado y se siente decepc
los miembros de la familia que inicien y hagan· cumplir las
* En Estados Unidos hay colegios privados, generalri:tente con inter­
tareas para activar al deprimido . nado, que se rigen por los mismos reglament<? s y pr_?grama� _que las
1 8 . Es posible valerse de una tarea para impedir que ocurra academias militares oficiales, incluyendo el adiestrarmento behco Y el
algo no deseado por el terapeuta. Una madre que se sentía uso de uniformes de tipo militar. [N. de la T. ]

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El incumplimiento de la tarea puede abordarse, entre otras hace que se conduzcan de otr9 modo que, sin ser el mismo,
maneras diciéndoles a los «culpables » que la tarea era muy se le asep1eje; entonces se portarán «espontáneamente» co­
importa�te y que está muy mal que no la hayan cumplido , mo él quiere.
pues era para s u propio bien; añadirá, s i quiere, que ahora En el caso de un niño que, según decían, - temía a los perros�
les es imJ?.osible apreciar cuán beneficiosa habría sido para el terapeuta averiguó que lo habían adoptado siendo aún un
ellos. Si le responden que no creían que la tarea les · sirviera bebé; aparentemente el niño ignoraba esta circunstancia, que
de naqa, puede argüir _ que nunca lo sabrán, pues no la los padres no deseaban revelarle. Partiendo del supuesto de
hicieron. En el trascurso de la entrevista, cada vez que sa­ que el niño sabía que era adoptivo, el terapeuta se propuso
quen a colación alguna dificultad, el terapeuta podrá seña­ abocarse a la cuestión de la adopción y también hacer que
larles que es natural que la tengan, puesto que no han reali­ la familia trajera un perro al hogar. Le habló al niño de
zado la tarea; si son ellos los que hacen este comentario re- «adoptar» a un perro que tenía el problema de ser miedoso
. plicará, por ejemplo, que han perdido una oportunidad irre­ y luego discutió con él varios posibles problemas, entre ellos
cuperable, pues ya no pueden ejecutar la tarea. De este modo que el perro se enfermara y tuvieran que llevarlo al «médico»
predispone la situación de manera tal que la próxima vez ( situación análoga a la del niño adoptivo que es llevado al
q ue les in1ponga una tarea la cumplirán.
médico ) . Cuando el niño dijo que la familia tal vez debería
Un terapeuta no suele perdonar fácilmente a quienes no deshacerse del perro si este se enfermaba y había que pagar
han hecho lo que él les pidió. A veces es mejor ser duro las consultas, el terapeuta insistió en que, una vez adoptado
con los incumplidores y luego, en un momento posterior de el animal la familia quedaba comprometida a cuidarlo y
la entrevista, hallar la forma de excusarlos , pero jamás debe
tratarse con ligereza el incumplimiento o cumplimiento par­

debía ten rlo con ella y pagar los honorarios del médico pa­
sara lo que pasara. Así se trataron, en términos metafóricos,
cial de una directiva. varias posibles inquietudes del niño respecto a sí mismo y
de los padres respecto a él, relacionándolas con la propuesta
d.e adoptar al perrito.
Las metáforas no se expresan sólo con palabras : también hay
'Tareas metafóricas : el uso de analogías
acciones metafóricas . La forma en que el terapeuta trate a
los niños en el consultorio puede influir en el trato que les
No podemos dejar de mencionar las directivas metafóricas,
den sus padres, aun sin hacerles ninguna observación ; con
aunque aquí no las trataremos en detalle.
su modo de actuar les está diciendo cómo hacerlo, sin dar
La formulación explícita de lo que el terapeuta desea que
importancia al asunto. Aquí se muestra algo metafóricamen­
acontezca en una familia, o de lo que quiere que hagan sus
te : el terapeuta se expresa mediante acciones parecidas a lo
integrantes, no siempre es el enfoque más acertado, pues a
que él desearía que hubiera sucedido .
veces la gente estará máS- dispuesta a cumplir una directiva
Veamos otro ejemplo· de este enfoque. Supongamos que un
si no tiene conciencia de haberla recibido . Un modo de im­
terapeuta quiere que un matrimonio disfrute más de sus
partir este tipo de directivas consiste en expresarse con ·
relaciones sexuales , que se comporten de m�nera diferente
metáforas .
-cuando se hallan j untos y estén de mejor talante durante el
La metáfora es una formulación acerca de una cosa que se
acto sexuaL Asimismo, advierte que sus relaciones sexuales
parece a otra ; es la relación de analogía entre una cosa y
están rodeadas de sentimientos desagradables y de una sen­
otra. Cuando decimos « alto como un barrilete» queremos
sación de rivalidad, y que a ellos, o a él mismo, les es difícil
significar que la « altura» de esa persona se asemeja a la
hablar abiertamente del tema. Si desiste de encarar el pro­
-:< altura» a que se remonta un barrilete. o bien podemos de­
cir: <<Por la manera en que le hablapa la madre, parecía
blema en forma directa, entra a preguntarse qué otras si­
tuaciones compartidas de la vida matrimonial y de las que
como si lo estuviera arrollando un tren». Una representa­
se pueda hablar encierran procesos parecidos a la ac!ividad
ción teatral es una metáfora de la vida real porq_ue lo que
sexual. Podrían salir juntos como cuando eran nov1os, en
ocurre sobre el escenario guarda semej�nza con la realidad.
-cuyo caso el terapeuta puede · conversar sobre lo que ocu­
Frecuentemente, cuando un terapeuta quiere que los ·miem­
.rrirá en esa salida ; o bien compartir algún juego, y entonces
bros de una familia se comporten de un modo determinado
les hablará de cómo deberán tratarse entre sí durante éL

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63
86
'·;;,.,o_

Entre las metáforas elaboradas por Erickson para encarar cuando quiere que se resistan y de ese modo cambien � Estas . ..

este problema figura la de hacer hablar a la pareja sobre las tareas pueden parecerles paradójicas a los dientes porque,

comidas ·compartidas. El terapeuta· puede tratar la manera habiéndoles dicho que desea ayudarlos a cambiar, al mismo
·

en que comen juntos, preguntándoles si alguna vez cenan tiempo les está pidiendo que no cambien.
solos sin · la presencia d� los hijos. Mientras los interroga so­ Este enfoque se basa en la idea de que .algunas familias que
bre este punto, comentará aspectos de la comida que guardan acuden pidiendo ayuda rechazan la que se les brinda . . Es la
similitud· con las relaciones sexuales diciendo , por ej emplo : gente ideal para hacer fracasar al terapeuta, pues este lucha
<<A veces a la esposa le gusta tomar aperitivos antes de cenar · para que mejoren y ellos se resisten y lo incitan a seguir lu­
y empezar a ·hacerlo lentamente, y el marido prefiere zam­ chando, creando de tal modo una situación frustrante para
·

bullirse directamente en 1a carne con papas », o bien : «Al­ ambas partes .


gunos maridos elogian a sus esposas por la buena presenta-: Hasta cierto punto, todas las familias .que se hallan en urta
ción de la comida, pero otros ni siquiera se fijan, y enton­ situación estable son reacias al cambio, pero si se encuentran
ces sus muJeres_ en un estado crítico e inestable que tiene a todos trastorna­
no se esfuerzan en absoluto» . Si al hablarles
sobre estos tópicos la pareja da señales de relacionar sus dos suelen seguir dócilmente las directivas, porque están tra­
palabras con el sexo, cambiará la conversación pasando a un tando de estabilizarse. Lo que ocurre en el primer caso es
aspecto que toque menos de cerca el tema sexual, pues no que al pedirles que cambien el terapeuta los está invitando
desea que establezcan la relación concientemente. Más ade­ a la inestabilidad y la novedad, situaciones contra las que
lante volverá a hablar de cómo a algunos les gusta cenar · a pueden reaccionar. Sin embargo, todos los que vienen en bus­
media lu_z y quizá con velas encendidas, en tanto que otros ca de ayuda lo hacen impulsados por su inestabilidad . . .
prefieren una iluminación potente que les permita ver cuanto Como vemos, la cos a nunca es sencilla , ni en un caso ni
desean disfrutar. en el otro.
Al cabo de una conversación de este tipo, es posible pasar Por lo común, una familia se ha estabilizado en torno al
con naturalidad a impartirles la directiva de que cenen jun­ hecho de que uno de sus miembros constituye el problema.
tos . Deberán elegir una noche en particular y preparar juntos Al tender a modificar la situación de la persona problema el
una cena agradable, mostrándose comprensivos sobre las terapeuta también tiende a desestabilizar a 'la familia, por
diferencias de gustos, conversando sólo de temas amables · y lo que encontrará resistencia de variable intensidad. Las ta­
n o d e las inquietudes del día; l a esposa tratará d e estimular· reas paradójicas tienen por fin abordar esta dificultad.
el apetito de su marido y él hará todo lo posible por con-. Con ellas podemos adoptar dos enfoques generales : 1 ) en­
tentarla. Si la cena tiene éxito, lo más probable es que ex-· carar a la familia en un sentido global ; 2) impartir direc­
· tivas que involucren sólo a una parte de ella.
tiendan esa actitud a las relaciones sexuales .
En este enfoque el terapeuta elige como meta cambiar al!!tllla
actividad familiar; como segundo paso · escoge una par;cida
a la que quiere · modificar . pero que les resulte más fácil a Enfoque global de la familia
los miembros de la familia, conversando sobre ella para in­
formarse e influir en sus opiniones . Finalmente les asigna Hallamos un ejemplo de este enfoque en el caso descrito en
una tarea dentro de esta actividad, pero que permita alcan­ el capítulo 5 , ":-�� en el que el terapeuta se manifestó preocu­
zar los resultados deseados tanto en ella como en la que. se pado por lo que ocurriría si el niño se normalizaba apren­
quiere cambiar. diendo a controlar adecuadamente sus esfínteres. Enmar­
cada dentro del intento de cambiar a la familia, hay aquí una
restricción de los impulsos de mejoramiento de sus miem­
bros. El enfoque paradójico presenta siempre dos mensajes,
Tareas paradójicas trasmitidos a niveles diferentes : « Cambien», y, dentro del
marco del mensaje, «No cambien» .
Hasta ahora hemos examinado la clase de directivas que d�.
": E s l a segunda manera, enunciada al comienzo d e «Tipos d e direc­
el terapeuta cuando desea que los miembros de la familia tivas» ( pág. 51 ) . [N. de la T. ]
hagan lo que les diga, pero hay otra clase que él emplea * ·" Véanse págs. 129 y sigs. [N. de la T.]

64 . 65

87
·-�-

Supongamos que se presenta una familia con un niño pr0ble- . demasiado rápido puede provocar un desequilibrio, o que
ma que no quiere ir a la escuela. Dentro del marco de su realmente necesitan comprender lo inal que se sentían en­
misión� que es hacer que el niño vuelva al colegio, el tera­ tonces, o dar cualquier otro pretexto que les resulte lógico .
peuta puede comentar que quizá sea mejor que no asista a No obstante, se resistirán a esta directiva no sufriendo re­
clase, insinuando que tal vez le convendría más quedarse en caídas, que es justamente lo que quiere <:::1 terapeuta. ( Aun
casa por tal o cual raz6n ( las razones dependen del tipo de en el caso de que las tengan, lo harán bajo su dirección, o
familia entrevistada ) , o que podría ser un trastorno para sea que están siguiendo sus directivas y cooperando con él,
la familia que concurriese a la escuela como lo hacen los de modo que luego puede pedirles que no vuelvan a recaer.
niños normales . Empero, estas recaídas no se producen si se ha encarado la
El uso de este enfoque requiere habilidad, porque s e trata cuestión en la forma adecuada. )
de comunicar diferentes cosas a la vez. El terapeuta les ·está
diciendo : «Quiero ayudarlos a mejorar» , y también : «Me
siento benévolamente preocupado por ustedes» ; les está di­ Directivas que involucran a una parte de la familia
ciendo cosas rayanas en el insulto : les dice que cree que
podrán tolerar realmente el ser normales, pero también les Ocurre con frecuencia que el terapeuta no . desea aplica.t el
insinúa que quizá no puedan tolerarlo. enfoque paradójico a toda la familia, sino a una o dos per­
Los peligros implícitos en este enfoque emergen cuando sonas en particular. El procedimiento es el mismo : les pide
todas estas cosas no se trasmiten simultáneamente, pues los que permanezcan estacionarios, encuadrando este requeri­
dientes pueden creerse desahuciados, o pensar que el tera­ miento en el propósito de .ayudarlos a cambiar. ·
peuta se aprovecha de su posición para insultarlos, o que en En el caso de una madre sobreprotectora que está constante­
verdad le importa un comino que cambien o no. mente encima de su hijo impidiéndole decidir libremente y
Cuando el enfoque tiene éxito� los miembros de la familia asumir la responsabilidad de sus actos, si el terapeuta intenta
logran alcanzar el objetivo de la terapia, que es demostrarle persuadida de que se ocupe menos del niño corre el riesgo
al terapeuta que son tan normales como el que más. Cam­ de que ella ha:ga lo contrario, a menudo con el pretexto de
bian «espontáneamente» . El terapeuta debe aceptar el cam­ que él no comprende realmente cuán desvalido está. Puede
bio, cuando acontece, y dejar que la familia lo regañe �e­ adoptarse entonces un enfoque paradójico solicitándole que
mostrándole su error. Si desea asegurar la continuidad del durante una semana ande constantemente atrás del niño vigi­
cambio puede advertirles que quizá sea temporario y sufran lándolo, protegiéndolo y haciéndole todas las cosas. La direc­
una recaída, con lo cual �e empeñarán en continuarlo para tiva se justifica con diversas razones , según sea la madre : por
demostrarle que no es algo transitorio . Al hablar de la tran­ ejemplo, se le dice que debe hacerlo para poder apreciar
sitoriedad del cambio le cierra el paso a una recaída. Tam­ cómo se siente realmente en esta situación, o para obser­
bién P:uede hacerlo alentándolos a volver a la situación an­ varse a . sí misma y al niño. El uso correcto de este enfoque
terior; esto asegura que no habrá tal retroceso. Les dirá : exige que el terapeuta demande a la madre un comporta­
«Ved que han cambiado y superado el problema, pero me miento más extremo que el que ha venido manifestando: no
p�rece que todo ha ocurrido demasiado rápido . Me gustaría sólo estará constantemente sobre el niño, sino que deberá
que tuvieran una recaída y que esta semana volvieran a ser reservar una hora del día para aleccionarlo acerca de todos
:¡i los peligros de la vida ( una · hora es mucho tiempo ) . Otra
como antes» ; o bien: «Quiero que se sientan tan · desgracia­
alternativa es acentuar aún más algún otro aspecto de su

li
dos como cuando vinieron .Por primera vez» .2 Para que esta
directiva les parezca razonable, puede aducir que un cambio comportamiento. Si se procede correctamente, la madre re­
accionará rebelándose contra el terapeuta y sobreprotegien­
2 Milton H. Erickson, que es , por supuesto, : el maestro de la terapia do menos al hijo . No le gustará hacer lo mismo de siempre
directiva, tiene un modo especialmente cortéS. de estimular una recaí­ porque alguien se lo ordene ; tampoco le gustará dedicarse
da; por ejemplo, dice: «Quiero que vuelvan a aquella época en que más al niño, en especial cuando ya se siente demasiado exi­
se sentían miserables; siéntanse como entoncés y vean si hay algo de
aquella experiencia que desean salvar». Una sugerencia como esta cae
gida por él. Empezará a insistir en que el niño · debería bas­
m:uy bien, ya que suele experimentarse una mezcl� de alivio y nos­ tarse más a sí mismo y asumir mayor responsabilidad, o sea
talgia por los síntomas y problemas perdidos . que comenzará a evolucionar hacia la posición verdadera-

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mente deseada por el terapeuta. Por lo común es preciso con­ ri6dicamente a la madre� hasta qu� derivó el caso con la
tinuar en esta actitud: si la madre deja más tranquilo al esperanza de que la terapia familiar lograra solucionarlo .
niño no se la felicitará> sino que se la instará a dedicarse más Habiendo muerto el padre unos años atrás, la familia, que
a él. Este enfoque es uno de los modos de desligar a un recibía un subsidio de asistencia social, se componía de la
niño de un progenitor sin valerse de otro integrante de la madre, el hijo y �res hij as mayores , dos de_ las cuales residían
-
familia. fuera del hogar; la tercera, de veinte años , tenía a su vez dos
También puede emplearse con parejas que viven . en una hijos pequeños que también vivían en la casa.
constante y fútil reyerta. Se les pide que regresen al - hogar Las etapas del enfoque paradójico pueden resumirse así:
y que se peleen a una hora y por un lapso determinados ( p.
ej ., tres horas ) , a fin de lograr que riñan menos. A la gente Primera: Como en toda terapia directiva, antes que nada
no le gusta disputar o amargarse la vida porque alguien se lo hay que establecer una relación que se define como tendiente
ordene. a provocar el cambio . Esta definición suele estar implícita
De igual modo, si un niño desafía a sus padres permanente­ en el encuadre de la situación cuando alguien solicita una
mente, el terapeuta pue9-e pedirle que lo haga durante una terapia, pero puede hacerse hincapié en ella.
semana entera. Si lo hac�� reaccionarán de un modo distinto, Segunda: Definir claramente el problema ; en este caso se lo
porque saben que obra así a pedido ; si no lo hace, el tera;,. definió como · «masturbación en público» .
peuta habrá cumplido su objetivo de cambiar una pauta en Tercera: Fijar los objetivos con claridad. Aquí e l objetivo
la familia. no era lograr que el niño no se masturbara, sino que dejara
El terapeuta debe ser capaz de mirar los problemas desde de hacerlo en público y sin goce alguno. La� clara fijación de
una perspectiva juguetona o deportiva, aunque comprenda objetivos adquiere especial importancia si empleamos una
que está abordando problemas terribles y angustias verda­ técnica terapéutica eficaz.
deras. Debe tolerar la reacción emociona-l de la familia hacia Cuarta : Ofrecer un plan. Conviene dar una explicación ló­
él, ya que este enfoque impulsa . a sus miembros a tratarlo gica que haga razonable una directiva paradójica, aunque
como jamás .trataron a quienes los ayudaron. también podemos limitarnos a impartir la directiva dejando
En este enfoque, el diseño de las directivas es relativamente que el plan permanezca implícito. En este caso, el primer
simple. Se observa cómo -se tratan unos a otros los integran­ -paso del plan afectaba a la madre y demás miembros de la
tes de la familia y se les dice que -se comporten así. La ma­ familia, y el segundo afectaba al niño . El terapeuta le pidió
nera de impartir la directiva, hacerla parecer razonable ' re­ a la madre que le dejara abordar el -problema privadamente
accionar ante el cambió y mantener el -enfoque requieren 'más con el niño, aclarándole que también desearía entrevistar a
inventiva que el diseño de la tarea. toda la familia de vez en cuando ; la madre aceptó. De este
modo se estableció un vínculo entre el niño y el terapeuta,
convirtiendo al problema en un asunto entre varones. Luego,
Etapas de una intervención paradó¡ica cuando entrevistó al niño a solas , explicó su paradójico re­
querimiento de que se masturbara más diciéndole que con
Resumiremos el tema del enfoque paradójico ejemplificando ello impediría que lo hiciera en los días en que no constituía
las etapas que conviene seguir con el relato de un caso . un placer.
Un niño de nueve años fue remitido a una clínica por un Quinta : Descalificar diplomáticamente a quien es tenido por
problema de masturba.ción compulsiva-. Se masturbaba en la « autoridac;l en la materia», que puede ser un cónyuge, o la
escuela y en el hogar, en presencia de su madre y hermanas · madre, o algún otro miembro de la familia ; por lo general,
lo hacía ·con tanta frecuencia que había gastado la entrepier� alguien ya está tratando de ayudar a la persona a resolver
na de su pantalón hastg,_ agujerearla, y� la- madre informó que su problema , y debe explicarse que ese individuo no está
había sido hospitalizado por orinar sangre. El problema da­ haciendo lo correcto . En el caso que nos ocupa, la madre

t� a de cuan..do el niño tenía cinco a;ños. Un terapeuta de había peregrinado con el niño de doctor en doctor, año tras
runo� lo hab�a tratado �_nfructuosamente durante un año y año, buscando una solución al problema. El terapeuta le - in­
medio recurriendo al metodo de comprensión del problema, sinuó que cuando el niño mejorara podría sentirse descon­
probando algunas recompensas y castigos y entrevistando pe- certada; la idea no le gustó a la madre. Le preguntó entonces

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·-�-

qué haría con su vida cuando el niño superara el problema ; ra sido difícil aplicar este castigo, pero no al terapeuta que
ella replicó que creía que encontraría alguna otra cosa que condujo el caso, dada la gravedad del problema y el hecho
hacer. Al tratar así a la madre se tiende, entre otras cosas, a de que al niño sólo se le pedía que hiciera algo que ya venía
alentarla a demostrar que la mejoría del niño DO la turbará ; haciendo. ) · ·

esto sólo puede probarlo ayudando al niño a normalizarse y Octava : A medida que continúa el cambio� el terapeuta
dando muestras de no estar inquieta por ello. Por consi­ deberá evitar que se le acredite como un- logro de él , dado
guiente, trabajará en el hogar para mejorar al niño en tanto que ello significaría aceptar que las recaídas están en ni­
el terapeuta hace lo mismo ·en su consultorio, o sea que ladón con el terapeuta. Si bien este puede de�ear «compar­
ambos actuarán de consuno . Por supuesto, durante la tera­ tir» su obra con el cliente y explicarle qué está haciendo en
pia se entrevistó a la madre a solas para interesada en el realidad, corr� el riesgo de que su ne�esidad de aliento pro,.
estudio y el trabajo, a fin de que tuviera en su vida algo más voque un retroceso. Una forma de evitar todo mérito propio
que este hijo problema . . . y una hija todavía más proble- es mostrarse perplejo ante una mejoría.
mática.

Sexta : Impartir la directiva paradójica . Como parte de la En el caso que nos ocupa se fijó un receso de dos semanas :
definición del problema se le pidió al niño . que hiciera una en la primera se pidió al niño el programa de _masturbación,
planilla indicando la frecuencia con que se masturbaba. A la en la segunda no se le dieron instrucciones claras. Con esta
semana siguiente el niño informó cuántas veces lo había omisión se podría juzgar el grado de cambio · espontáneo
hecho y comentó que los domingos era cuando más lo disfru­ ocurrido en el niño ( en vez de una extinción metódica del
taba. El terapeuta le impartió la directiva paradójica de que comportamiento ) : si dejaba de masturbarse en público, el
aumentara sus masturbaciones el domingo, cuando gozaba terapeuta daría por terminado el asunto ; en · caso negativo,
al hacerlo, y no los otros días en que le deparaba menos se reanudaría el procedimiento. El niño informó que en la
placer; le pidió que el dcmingo se masturbara ocho veces. segunda de las dos semanas casi no se había masturbado,
( el doble de lo usual ) , levantándose tal vez temprano para pareciendo haber perdido interés en ello, por lo que el tera­
hacerlo.
·

peuta hizo a un lado el tema y conversó con él sobre las posi­


Séptima : Observar la reacción y seguir alentando el compor-· bilidades de ir a un campamento, cosa que la madre no le
tamiento usual. El terapeuta no debe ablandarse ante una. había permitido hasta entonces.
mejoría rebelde o al ver turbado al cliente, sino que in­ Se continuó la terapia centrándola en el problema de la ma­
sistirá una vez más en el plan y su explicación lógica, de-· dre y la hija , en presencia del niño pero sin mencionar su
finiendo como falta de cooperación todo progreso que im­ síntoma. Pocas semanas después, al inquirirse acerca de la
plique una disminución de la conducta usual, ya que él masturbación, la madre dijo que a veces el niño la provocaba
solicitó «más conducta problema». El niño . que nos ocupa. metiéndose las manos en los .pantalones mientras miraban
se masturbó el domingo pero también lo hizo el lunes, en. televisión ; no se dio importancia a esto, y en una entrevista
que se suponía que no debía hacerlo ; se le impuso como cas-­ de seguimiento realizada pocas semanas después el proble­
tigo que el próximo domingo se masturbara doce veces, y se· ma había desaparecido .
le dio al acto visos más desagradables aún exigiéndole que· A l a madre se l e permitió mostrar que l a mejoría del hijo
cada vez se desnudara completamente, plegara sus ropas,. no la perturbaba, y en unas semanas la actitud· general del
etc. La semana _ siguiente el niño no trajo la planilla; mostrá-­ niño · adquirió más madurez ; hasta hizo un alboroto en la
base más alegre y había ingresado en un equipo de hockey_ escuela con un amigo, hecho inhabitual en él, pues era ·un
El terapeuta insistió más :..en la masturbación. Para la quinta. niño tranquilo y un buen alumno. Madre y terapeuta consi­
entrevista el niño ya se había rebelado, no llegando a cum-· deraron normal que un muchacho de su edad hiciera esta
plir su «cuota» dominical ; como castigo por su falta de: clase de cosas, y el maestro confirmó que el niño estaba
cooperación se le ordenó masturbarse qna vez por día, en el cambiando.
living, en presencia de su :madre y hermanas. Había llevado, Debemos subrayar que en este caso la maniobra paradójica
cinco semanas disponer que el niño hiciera exactamente 1� se empleó dentro de un contexto familiar. El terapeuta tr�tó
que antes constituyó su problema presentadol' pero ahora otros temas con el niño, como ser los deportes y las niñas, Y
debería hacerlo como castigo. ( A algunos clínicos les hubie- habló con la madre sobre los otros intereses que había en su

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vida. Cuando el varón mejoró y se volvió men os obediente�
la madre evidenció que ese cambio no la inquietaba mucho, dir a los dientes que hagan una li�ta de los problemas, que
se conduzcan de determinada maner� durante la semana,
y la consideración de los . problemas que presentaba la hija . .
le permitió concentrarse menos en el niño. Todos e.stos que se reúnan a conversar a una hora fiJa
as­
pectos íntegraban no sólo la maniobra paradójica, sino tam­ !
Cuando se busca ante todo un camb <; en l a or�anizac ón, l a }
bién la terapia ; esta tuvo sus etapas, ya que no hubo tarea a asignar exige mayor elaborac1on . .L a meJor sera ?que­
una Ha que se valga del probien:� present:=tdo para producu un
simple estimulaeión del síntoma y luego un retiro .
de apoyo
al producirse la mejoría. Fue preciso aplicarla cambio estructural en la fam1ha. Por eJemplo, s1 se desea es­
trechar la relación entre la madre y el niño problema exclu­
sistemática­
mente.3

yendo a un hermano que _ac a en fundó? parental, y el
niño problema es un incendiarlo, puede pedusele a la madre

que todos los días , en u � horario ijo , le e�señe a enc�nder
.
Diseño de las tareas fuegos inofensivos con fosforos . S1 el ob]et1vo es desh�ar a
una madre de un niño temeroso de los perros hacer I��er­
X
Al principio, al terapeuta puede parecerle difícil
diseñar las venir al padre, puede pedírseles a este y al hiJo que ehJan
tareas a impartir, pero irá adquiriendo facilid
ad con la prác:­ un determinado tipo de perro para tener en la casa. ste en­
.

tica y la experiencia. Aquí ofrecemos unas foque se centra en respetar y utilizar lo que la familia con­
pocas pautas .
Sea cual fuere la tarea, siempre ha de ser sidera importante -o sea, el problema present:ado- Y lo
lo suficientemente
simple como para que la familia ,pueda cumpl que el terapeuta considera importante -es decir, un cam-
irla, a menos
que haya una razón especial .para desear bio en la organización-.
que fracase ; si se . .
quiere que cumpla, a la gente sólo debe Las etapas en el diseño de una tarea cons1sten en refle::nonar
pedírsele aquello
que su situación le permite realizar. El terape sobre el problema ·presentado en fundó� de_ la secuencia 9-ue
uta debe ser
capaz de decirles con seguridad : <<Esto es algo . tiene lugar en la familia y hallar una direcuva que camb1e a
que pueden
hacer fácilmente » . La tarea también deberá ambos · Veamos un problema común : el del niño que no
adaptarse a la
situación financiera y al tiempo disponible quiere ir a la escuela. Aunque las familias difier�n entre sí
de la familia .
Aunque e l objetivo sea programar una tarea en muchos aspectos, la secuencia más caracte�ístlca es esta:
factible, puede .
que importe menos su cumplimiento que su negoci El niño se rehúsa a ir al cole�io . El_ padre �� 1ste e? que
ación. Por .
ejemplo, si el terapeuta dice que no asignará ningun vaya y por las mañanas lo obliga a · 1r. El runo manif1�sta
a tarea
hasta que toda la familia esté presente, fija
la tarea en una angustia, se enferma, tiene vómitos ? se escapa. nterv1ene �
forma conveniente, pero al mismo tiempo la está la madre insistiendo en que su mar1do es demasiado duro
usando co­
mo instrumento para hacer que la familia se .organi
ce de otra con el pequeño ; el padre se echa atrás. A:!..
cabo de un tiempo
manera y sus integrantes se encarguen de hacer
venir a todos los progenitores convienen en que el nm� debe 1. � a la es­
_ .
a la sesión. A veces las disposiciones tomadas para cuela . El .padre insiste en _ qu� vay� , el runo maruf1esta un
ejecutar
una tarea resuelven por sí solas un problema de
organización, comportamiento involuntariO, 1nterv1ene la madre Y
el padre
amenaza de
sin que sea necesario cumplirla ; otras veces, la deja de insistir.
impartir una tarea bastará para producir cambio . �

Esta secuencia presenta numerosas vanantes. A veces e s la


s . En la te­
rapia que emplea directivas, estas se convierten
en un tema madre quien insiste en la asistencia a clase Y ;�
padre qu1en.
de conversación para la familia , desalojando de · esa se inquieta por el niño ; otras, u� trastorno f:slco abruma a
función .
a sus problemas o a su pasado . la madre cada vez que padre e hiJo d1scuten auadamen!e so­
Una tarea puede ser simple si se imparte en una bre la escuela. Si bien las explicacion:_s de 1� permane�cra del
etapa en
que el objetivo principal es intensif�car la relació niño en la casa varían, por lo comu.n encrerr� l a 1dea de
n con el
terapeuta; entre las que cumplen esta� finalidad figuran que, si el .problema no radica en la escuela, el �?o es necc:sa­
: pe-
rio en el hoo-ar porque desempeña alguna func1on en la v1da
3 El uso de las intervenciones paradójicas es 'complejo y constituye
por sí un enfoque ; de ahí que nos limitemos
de
a tratarlo superficial­

de uno de l s progeilitores , o de ambos . 4
mente. Cloé Madanes y yo estamos prepara
ndo un libro, titulado
Paradox in Therapy, en el cual se expondrá más extensa 4 Esta descripción es por fuerza muy esquemática. No hay dos fami­
mente el tema. _
lias iguales y esta variedad debe tenerse en cuenta. Extste una pauta

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Cuando este problema sale a luz· en la primera entrevista �
primer paso será cerciorarse de que no es causado por
escuela a la que el niño no debería� por buenas razones�
.
�na
narse la validez de su preocupaci6
padre e hijo puedan <<matarse» el uno al
�\)i
� ntido :
e que
. Los padres
deben prever que� cuando ya están casi acariciando el éxito,
concurrir. el niño tal vez les salga con alguna ocurrencia novedosa y
Para que �adre y padre actúen de consuno hay que moti­ les diga, por ejemplo: «No iré a esta escuela, pero sí a · algu­
varlos hactendoles aceptar que el niño se está retrasando y na otra » . ¿ Cómo deben responder a esto? Generalmente, lo
.
debe 1. � a la escuela; conviene pintarles el futuro que le es­ mejor es convenir en que podría finalizar el grado en la
pera s1 no va. Generalmente los padres concuerdan en que escuela actual y luego, quizá , s e r trasferido a otra, sin dejar
.
es prec1s � hacer algo, y por eso han venido. Lo mejor e s que el niño los aparte de su tarea.
p�sar revista con ellos a todos los métodos a que han recu­
.
Al discutir esta tarea el terapeuta debe tener presente que

rr�do en sus falli os intentos de hacer que el niño concu­ su objetivo es lograr que el niño vaya a la escuela y resolver
rriera a clase. Unrrse a los padres en su difícil problema es las dificultades parentales a las que aquel responde negán­
.
pa�te Importante de esta etapa de motivación y lo es más dose a ir, dificultades que han de definirse en función del
evitar toda interpretación en torno a las causa; de sus fraca­ problema del niño . Si los padres dicen que el trato distinto
sos o cuál ppdría ser la «verdadera» razón oculta tras el que uno y otro dan al hijo los tiene tan perturbados que
problema. piensan en la separación, el terapeuta no discutirá este últi­
A esta altura se dejará. en claro. que la asistencia o no d d mo punto ; puede decirles que la separación es una cuestión
nmo a la escuela no debe depender de este, sino de sus importante pero que, se separen o no, el niño debe ir al
padres. El terapeuta necesita aunar a los padres en relación colegio y ellos deben resolver este problema juntos. Más ade­
con el niño. lante, cuando el niño concurra regularmente a clase, los pro­
La direc�iv� impartida debe tomar en cuenta la secuencia genitores pueden plantear su separación ; en ese momento
usual, eXIstiendo varias posibilidades.: hacer que el padre o será apropiado encararlo , ya que constituirá un problema
la madre sea responsable de llevar al niño al colegio · asignar real y no un simple eslabón de la secuencia previa .
a la .t;nadre la tarea de cuidar que el padre lo lleve a a escue­ Í Tal vez el terapeuta quiera que durante la sesión de terapia
la; disponer que los dos progenitores acompañen al niño de padres e hijo · pasen revista a lo que ocurrirá la mañana en
'
ser logísticamente posible. que este deba ir a la escuela ; tal vez prefiera que practiquen
}
En una ta;ea 1:an c ara y simple como esta lo importante es ia tarea, o hará que el padre insista, el niño se indisponga y
prever que ocurrrra _ . El
terapeuta debe revisar con el padre la madre trate de salvarlo . Si hay otros hijos involucrados
la manera en que C nducirá al niño al colegio, pidiendo lue­ en el asunto, debe asignárseles algo que hacer en relación
_?
go a ambos progeru.tores que converse;n sobre cómo se. co� -con la tarea.
portará el niño ( rabietas, estómago revuelto, angustia, vómi­ El informe familiar sobre lo ocurrido puede hablar de un
tos, o lo que pueda suceder ) y preguntándole a la madre qué éxito, un fracaso o un éxito parcial; cada alternativa con­
hará cuando el niño presente esos trastorno s; puede exami- duce a resultados diferentes . En el primer caso, el terapeuta
.deberá seguir viendo a la familia durante un tiempo para es­
if:ted. lando s,7_ presenta, re!!uiere especial consideración: en la mayo­ tabilizarlos respecto de la asistencia del niño a la escuela y
e . as famihas con un nmo problema, uno de los progenitores está tratar la cuestión marital y otras que estuvieren en danza . Si
«sobremvo!ucrad?>� �on el niño, en una intensa díada, en tanto que
d ¡
tro es ma pertferlco; puede entonces utilizarse a este último para
el ·se ha logrado un éxito parcial ( el niño fue al colegio_ pero
esatar 1os az?s que u13en a aquellos ; empero, hay familias en las regresó antes de hora, ó bien surgió alguna dificultad im­
que
d
·

mbos prog�mtores estan sobreinvolucrados y forman una intensa día­ prevista ) puede repetirse la tarea. Si es.ta no se ha cumplido
l
a on �1 nmo, y a veces se alternan en ese aspecto. Cuando se
d0b) e �1nculo ( como sucede entre da este por motivos injustificables se hablará seriamente de ello,
�os. jóvenes con trastornos más gra- .
yes , �o puede? emplearse procedimientos . lamentando el contratiempo y ofreciendo una alternativa. La
sencillos simplemente es
�l p stble ca;nbtar la situación � hacer que e� proge�itor
periféri� se :serie de procedimientos puede comenzar haciendo que al
vo ucre m�s, porque ya lo esta . . En un caso de tipo escolar niño le resulte más incómodo estar en casa que en la escuela;
como el
( r t
ue �e me cion aquí, cada progenitor puede s�r con respectd
a la asis­ :por ejemplo, deberá levantarse temprano comp si tuviera que
encta a e ase, irme o _blando, en el sentido de interpon
erse cuando el
�:: t
o e muestr.:a t. nflextble; la paut C?ntinúa , ya que
� los progenitores
ir a clase, vestirse y permanecer en �u habitación leyendo
,
n ntercambIables en su mantentmlento. durall,.te el horario escolar, sin televisión ni entretenimientos

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·-...,._

etc. Frecuentemente lo� padres harán esta tarea_,


puest� que
fracasa;on en la anterior y una vez logra
? do esto pueden 3 .. La co·municación como «bits»
« empuJar>> de nuevo al ntno _ para que
Impartir directivas que vayan derecho
vaya al coleoio. y metáfora
al orano0 ( \T. gr.
llevar al niño a la escuela ) es una man
era ode abordar 1�
cue:stió� . Con aquellas familias en las
que el enfoque directo
es I�eficaz, el . terapeuta recurrirá a un
plan alternativo que
�otive a sus mtegran es hacia el obje
tivo ; si esto tampoco
diera resultado, echara� mano de · otro
plan. En todos estos
casos se está cambiando 1a secuenci
a de hechos que tienen
l�?ar en .la familia y por ende la estru En la terapia, las dos cuestiones más important� s son : } ) si
, de traz ctura entre padres e después del tratamiento '?n�· persoi?-a ha cambtado m;ts de
hiJo> ademas ar una línea generacional. aclar
. ar las _
funciones del padre y diferenciarla lo que lo hubiese hecho stn el ; 2 ) s1 un enfoque terapeuttco
s de los pr�blemas con­
yugales . es más eficaz que otro. .
, .
Cuando s � � plea un enfoque dire Al investigar estas cuestiones , los chn1cos suelen discrel?ar
� ctivo es esencial negociar
una deft. nicton clara del problema s�bre cómo ha de describirse la situación terapéutica. En un
presentado. Las mej ores
tareas usan a este último como pala extremo están los « modificadores de la �onducta» partida­
nca para inducir el cam­
bio. Cuanto más ambiguo sea un rios de emplear una descripción riguros� y . mediciones cuan­
problema> tanto más c�n­
fu�a será la pro r mación de una titativas de clasificar el problema terapeuttco por la presen­
� � tare a; tampoco es fácil di­
.
s ��arla si, el obJe tivo es poco claro cia o adsencia de actos pasibles de enumeración como ítems
. El terapeuta debe espe­
cificar cual es su meta si ha- de intro separados. En el otro se hallan muchos o �ros clínicos q�e se
ducir una directiva para. , acto es md ­
alcanzarla . La programación de dire oponen a este enfoque arguyendo que ntngun �
ctivas se vuelve más fácil ·
a medida que él aprende a aclarar pendiente de otro, porque ambos están co�ectados a traves
problemas y fijar objetivos.
de sionificados diferentes. Cada bando. sostiene que el con­
trari; no comprende el verdadero sentido de la experiencia
terapéutica> y no pueden llegar a un acuerdo acerca de los
procedimientos y resultados porque no han . concordado en
el lenguaje que se debe utilizar para describtr un problema
terapéutico.
Cuando un terapeuta escucha lo que aflige al clier:te en la
primera entrevista o investiga los r �sultados obtemdos u�a
_
vez concluida la terapia, debe clas1f1car los hech�s en algun
lenguaje determinado. Las formas en que descrtba 1� que
oye y observa estarán determinadas por su punto d� vtsta Y
su formación : algunos clasifican lo que la gen te dice como
«comunicación simbólica» ; otros .prestan atención a la fre­
_
cuencia con que se 'reitera algún tip� de cond;:cta_; otros otrán
las declaraciones como una secuenc1a de accton tnterpersonal
dentro de una organización. Pa;a formul�r los pro_:hlem,a� Y
responder al interrogante de st la terapta ha . tentdo extto
o no, es preciso esclarecer los diferentes lenguaJes en · que se

está definiendo la situación problema.


Supongamos que una mujer ini:cia la �erapia inform��d�
que se lava las manos muchas veces al dta y que desearla h­
brarse de esta aflicción. El «modificador de la conducta» des­
cribiría tal vez a una persona así centrándose en su comp?r­
.
tamiento y contando cuántos actos de lavado rttual realtza

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