éQué significa intervenir como psicélogos en el campo de la
educacién? Apuntes para la reflexién de nuestra identidad
profesional
Valentina Maltaneres
Si nos tomamos unos minutos para interrogar a quienes nos rodean,
ya sean colegas 0 no, respecto a en qué consiste en general el oficio
del profesional psicélogo, cual es el sentido de su intervencién, 0 bien
cémo y con qué herramientas opera en su practica, probablemente
advertiremos que surgen una multiplicidad de respuestas no siempre
coincidentes. Por otra parte, posiblemente exista un saber popular
bastante consolidado respecto a lo que hace un psicdlogo,
especialmente en el contexto psicoterapéutico del consultorio y
generalmente asociado a la practica p:
‘oanalitica. Sin embargo, es
menos frecuente encontrar conocimiento popular respecto a la
intervencién del psicélogo en otros campos, como por ejemplo, el de
la educacién.
De alli que este breve escrito
itenta volver sobre el tema y precisar
qué es lo que hacemos como psicélogos cuando intervenimos en este
mbito especifico, ya que consideramos que no sélo existe una
demanda social para que lo precisemos, sino también un cierto
reclamo disciplinar para que explicitemos los fundamentos de nuestra
labor en este campo. éEn qué consiste nuestro oficio, nuestro
quehacer?, écudl es nuestra “obra”, nuestra contribucién a la
educacién? Si hasta nuestro nombre atin se debate en terminologias
diferentes: psicologia escolar, psicologia de la instruccién, psicologia
en educacién, psicologia educacional.
Situar nuestro rol implica dar cuenta de nuestra identidad especifica y
diferenciada de otras practicas y disciplinas con las que no obstante
' Offcio proviene del latin offctum y este a su vex de opium, palabra compuesta por opus (obra) y
facere (hacer)mantenemos estrechos vinculos tales como la psicopedagogia, la
didactica, las ciencias de la educacién, por mencionar solo algunas.
Una vez que resolvemos la pregunta epistemolégica, queda entonces
por esclarecer la vertiente técnica de la misma, ya que la intervencién
implica el uso de herramientas, de estrategias, de recursos, de
dispositivos, aspectos no menos Importantes. Por esto los invito a
que empecemos desde el principio y nos preguntemos qué significa
intervenir, luego en qué consiste la intervencién psicolégica y de
manera mas especifica, qué implica la intervencién psicolégica en el
campo educativo. Mientras reflexionamos sobre estos puntos iremos
precisando otras cuestiones ligadas al tema: quienes intervenimos,
sobre quienes, cémo, por qué y para qué. Cual es nuestra
intencionalidad, ya que toda intervencién guarda un propésito, una
finalidad, un compromiso ético y politico. Dejamos para el final la
pregunta sobre qué particularidades reviste el campo educativo en el
contexto actual y qué intervenciones reclama de los profesionales
psicélogos.
La
tervencién psicolégica
La palabra intervenir tiene varias acepciones. Una de ellas es tomar
parte en un asunto. Otra es interponer alguien su autoridad. También
suele usarse como interceder entre quienes rifien, pacificar.
Si consideramos la etimologia de la palabra, “intervenir" surge del
latin intervetio, e implica; "venir entre" o “Interponerse". Surgen
algunas cuestiones interesantes para pensar: é"entre qué” nos
ubicamos? Al intervenir nuestra accién instaura un espacio
intermedi, Asi, podriamos decir que intervenir es sinénimo de
mediar, vale decir, nos ponemos entre medio de personas, abrimos
espacios de interseccién, nos ubicamos entre fuerzas, entre
diferentes posiciones, y al hacer esto, al introducirnos como tercerelemento en el juego, ya de por si producimos un cambio. Pero
cuidado, hay muchas formas de intervenir, mas alejadas de la accién
de mediar o tramitar. La intervencién en ocasiones puede ser
Intromisi6n, intrusién, coercién e incluso represién.
Son muchas las formas de intervencién en lo social. Desde la
constitucién de las profesiones y la instauracién de un saber experto
sobre lo social en la Modernidad, se abrieron diferentes posibilidades
y practicas tendientes a producir cambios, transformaciones en las
personas 0 los grupos humanos hacia estados de mejora o mayor
bienestar. Entre el universo de propuestas soci
psicologla como
les y humanisticas, la
plina cientifica, proclamé un saber sobre la
subjetividad que avalaba un hacer experto. No vamos a tratar aqui
todas las vicisitudes histéricas que atravesé la Psicologia y sus
diferentes proyectos cientificos” (el laboratorio de Wundt, la
propuesta de la Gestalt, el divan de Freud, la psicologia de Vygotsky,
etc.) para llegar a erigirse como disciplina que aporta un
conocimiento sobre lo psi. Simplemente me interesa que nos
concentremos en lo que hoy nos compete: la intervencién psicolégica
y més especificamente la intervencién psicolégica en el campo de la
educacién. éQué sabemos hoy sobre esto?, cen qué consiste la
intervencién psicolégica?
Pues bien, més allé de la diversidad de propuestas teéricas y
metodolégicas, podria decirse que Ia Psicologia o mas bien la
intervencién psicolégica, es una intervencién que apunta a que un
sujeto, un grupo o una comunidad pueda encontrar el sentido, el
significado de su accionar, en relacién a miiltiples condiclonantes de
orden histérico, psicobiolégico y sociocultural. éY esto por qué?
Porque nuestra indagacién cientifica nos ha ensefiado que en la
medida en que el sujeto encuentra sentido a lo que hace, a lo que
* Para una revisign més especific de este tema remitimos al lector al articulo de Cecilia Augsburger en
esta misma publicacign.dice 0 respecto a lo que padece, se vuelve de alguna manera libre, un
sujeto que puede cambiar su realidad, su entorno y sus vinculos con
los otros y con si mismo. Fuera de esto solo queda el repetir, el
estancamiento, la resistencia. En esto consiste, de manera muy
sintética la intervencién psicolégica, cuyo prototipo se da en el
consultorio, en el contacto cercano entre el paciente y el terapeuta,
pero que hoy ha traspasado esas paredes y se pone en acto en todos
los espacios sociales de la vida cotidiana. El psicélogo, con su
palabra, con sus preguntas, sus sefialamientos, sus silencios, y con
todo un conjunto de recursos y artefactos técnicos, producto de sus
diferentes marcos teérico-metodolégicos, inter-viene, se mete en el
medio del problema, alli donde hay agujeros de sentido y
principalmente donde hay detencién, donde hay sufrimiento, donde
incluso no hay interrogantes, donde lo irracional se ha vuelto natural,
incuestionable. Esta intervencién tiene un impacto directo en la salud
mental del destinatario, sea éste un sujeto, un grupo o una
comunidad, en su bienestar psicosocial, en sus posibilidades futuras.
A partir de este marco general podemos entonces quizés articular en
qué consiste la intervencién psicolégica en el campo educativo
concretamente.
La intervencién del psicélogo educacional
Primero es preciso sefialar algunos cambios importantes que se
dieron en el tipo de intervencién psico-educativa en los ultimos afios.
Estos cambios son producto de diversos factores, entre los que se
encuentran los cambios en los paradigmas de ciencia vigentes, las
teorias psicolégicas imperantes (y por ende la formacién que recibian
los psic6logos), y las diversas demandas sociales. En el inicio de esta
practica, la intervencién era primor
mente gabinetista, solitaria,
individual, centrada en el nifio que no aprendia, destinada a
diagnosticar, y derivar las problemdticas individuales; o bienpsicotécnica, con fines de clasificacién y ordenamiento de individuos y
grupos (no olvidemos que la Psicologia entra a la escuela de la mano
de Binet), y por ende, al decir de Nora Elichiry (Elichiry, 1987),
resulta funcional al sistema. Se trataba de una intervencién
fuertemente influenciada por el modelo médico hegeménico y con
peligrosa traslacién del consultorio clinico psicoanalitico a la escuela,
patologizando el medio escolar. La ineficacia de este modelo, las
criticas a sus sustentos epistemolégicos, los movimientos que se
dieron en el interior de la disciplina, y por sobre todo, la aplastante
realidad y complejidad de los problemas educativos que superaban
con creces las fuerzas y los tiempos de un profesional aislado, dieron
paso a otras formas de pensar la intervencién y conjuntamente
replantearon el ofici
del psicélogo en el campo educative. Y es que
los problemas se resistian a ser encerrados en el gabinete y ademas,
en Ultima instancia todos los nifios se habian vuelto “nifios-
problema”. Mientras tanto, las practicas pedagégicas seguian sin
cuestionamiento, las instituciones, sus directives aunque golpeados y
desvalides permanecfan inmutables; las curriculas seguian siendo las
mismas y los problemas educativos no sélo no se resolvian sino que
se multiplicaban. El fracaso escolar, la desercién, el desgranamiento,
el desinterés, la apatia, la violencia, el malestar docente... Algo
andaba mal.
Se produjo entonces un salto cualitativo. EI psicélogo primeramente
fue llamado a aportar su saber sobre la cuestién curricular, alla por
los afios 60, bajo la perspectiva de la Psicologia del desarrollo y la
teoria psicogenética. Posteriormente, la practica se fue nutriendo de
los aportes de la psicologia social e institucional y las contribuciones
de Bleger. Pero lo ms notorio fue que el psicélogo progresivamente
salié del gabinete para transitar todos los espacios de la institucién:
las aulas, los plenarios, los recreos, la direccién, las actividades de
relacién con la comunidad, etc. Asi también dej
de pensar al nifio 0adolescente- problema como foco de su intervencién y dirigid su
mirada hacia otros actores: los docentes, los padres, la gestién, y por
qué no la cooperadora, el Consejo, los preceptores, los tutores.
Propuso no solo reflexionar sobre cémo aprendemos sino también
cémo ensefiamos, qué ensefiamos, bajo qué condiciones y a quienes.
Es Iégico que progresivamente se fuera dando una modificacién de
sus estrategias de abordaje: de trabajar encerrado, aislado,
prescribiendo e indicando cémo proceder en cada caso, pasd a
conformar equipos de intervencidn, haciendo participes a los otros,
especialmente a los padres y educadores en el proceso de reflexién y
cambio.
A su vez, la multideterminacién de los problemas educativos, la
confluencia de diferentes discursos y practicas en el campo de la
educacién, le hizo pensar que no era suficiente intervenir desde su
sola disciplina y que si realmente lo que se deseaba era prevenir mas
que remediar, debia hacer inter-venir otros saberes. Adquirié cada
vez més fuerza la idea de trabajar interdisciplinariamente, de unir
esfuerzos y conoci
nto, de abordar los problemas en forma
holistica, promoviendo el intercambio de perspectivas, el debate, la
discusién, la busqueda de acuerdos, sin ingenuidad, sabiendo que
atin asi habria un limite pues en ultima instancia existen problemas
que requieren intervenciones a nivel macro, en el plano de las
politicas de salud y educacién, en el nivel de los proyectos
econémicos y de pais.
Ahora bien, debo ser honesta y decir que este panorama ante:
esta forma de trabajo del psicélogo educa
ho,
nal no la encontramos ya
Instaurada, sélida, esparcida en todos los espacios educativos de
nuestro pais. Pero si aparece formulada en los lugares de formacién
profesional, presentada en publicaciones, dando lugar a cada vez mas
investigaciones y estudios. Concretamente hace ya varios afios que
nuestra catedra propone y sostiene este modelo que llamamos
6superador, fundamentado en un paradigma que concibe la educacién
como prdctica social y que establece fuertes puntos de Interseccién
entre salud y educacién, pensando la institucién escolar como ambito
de fortalecimiento y cuidado de la salud y a los sujetos como
participes activos en dichos procesos.
La lectura de los textos actuales sobre el tema permite a mi juicio
identificar varias ideas directrices respecto a cémo obramos, hacia
dénde apuntamos y cual es nuestra intencionalidad. Quizés sea un
buen momento para que hagamos un mapa sintético de algunas de
ellas, sin pretender restringir a estas ideas las multiples posibilidades
de sentido que admite el concepto de intervencién.
Gréfico 1: Significados de la intervencién psicoeducativa
Articular, vincular, ligar
(pulsién de vida) fo que
ha sido dafiado, roto.
Volver a crear lazo
‘Abrir espacios de dilogo,
Feclitar un Ge escucha, de creuladlén
posiionamiento activo de Gea palabra en lo
foe mamiromde instulon, Ente ocicho
instltuclon, pare que Tomo deho, lo ltent=
pueden invalucrarse en fo to manifesto u
‘que les pasa, ver el lugar Hacer surgir la demanda
que cada uno ocupa en el
problema yen su solucién
Desnaturalizar,
problematizar los
hechos, aquello que se
acepta sin
‘cuestionamiento, que
se sufre, que se padece
sin esperanza.
Encontrar su razén
histérica y los hilos que
lo sostienen.
Esclarecer lo
contradictorio, lo que
se presenta como
Irracional, sin sentido.
Hacer conciente lo
inconsciente
Mediar, negociar,
tramitar ideas,
percepciones,
significados, convicciones
Orlentar sin cerrar a
otras posibilidadesEn definitiva, al decir de Telma Barreiro (Barreiro, 2000), la
intervencién apunta a conformar espacios de intersubjetividad
fecunda y productiva, donde predomine una matriz cooperativa que
permita ir creando sujetos sociales participativos, auténomos y
criticos.
Nos falta un punto a considerar. Y es que la intervencién es y serd
una intervenciénsituada, contextualizada.Especifica para
determinada institucién y acorde al momento histérico social en la
que tiene lugar. De alli que sea preciso preguntarnos équé realidad
presentan hoy las instituciones educativas en general y aquella en la
que especificamente nos toca intervenir? éCémo describiriamos hoy el
campo educative? 2Que desafios plantea al psicdlogo educacional,
qué intervenciones requiere? Habria mucho que decir sobre esto. De
manera sintética, podrlamos decir que se trata de un campo no solo
complejo sino como sefiala Ana Maria Ehuletche turbulento, de
transicién paradigmatica, en el cual las reglas, los reglamentos que
guiaban nuestra manera de ver, entender e intervenir han perdido su
vigencia y atin no se hallan definidas las nuevas (Ehuletche, 2004).
Este campo hoy plantea al psicélogo problemas viejos y nuevos tales
como la violencia en las escuelas, el abandono y fracaso escolar, el
cuestionamiento de la autoridad docente, la ruptura de los lazos
sociales, la irrupcién de las nuevas tecnologias y las nuevas
configuraciones subjetivas, la pérdida de legitimidad del saber
escolar, la descentralizacién y cortimiento del Estado en su rol de
sostén, el surgimiento de nuevas formas de exclusién, las adicciones
en y fuera de la escuela, el fracaso de la Ley Federal y la vuelta a
formas y modelos de organizacién anteriores con nuevos ropajes, y
muchos otros. Nuevamente se advierte lo ilusorio de intervenir desde
el gabinete a semejantes problematicas. Sin embargo proponemos
una reflexién final: si bien fue un cambio relevante pensar nuestra
practica mds allé del gabinete, hoy es preciso dar otro saltocualitativo. Intervenir a escalas mayores. Quizés sea el momento de
participar como psicblogos educacionales de manera més activa en
los lugares de decisién, en donde se disefian politicas, planes y
programas. En donde se decide respecto a la formacién de
educadores, se debaten las leyes, se disefian las instituciones. De
manera mas especifica, por ejemplo, no estaria demas intervenir para
el reconocimiento de la figura del psicdlogo educacional en las
escuelas de la Provincia de Santa Fe. En definitiva queda un largo
camino por transitar...
Bibliografia
Menin, Ovide y colaboradores E oficio del psicélogo educacional.
Rosario: CG Editora, 2000.
Renau, Dolores “éOtra psicologia en la escuela? Un enfoque
institucional y comunitario" Buenos Aires. Ed. Paidés, 1998.
Coll, Cesar “Psicologia académica y Psicologia profesional en el
campo de la Educacién”. Anuario de Psicologia. Nim. 41, 1989.
Buenos Aires
Elichiry, Nora (comp) EI nifio y la escuela. Reflexiones sobre lo
obvio. Ediciones Nueva Visién: Buenos Aires, 1987.
Ehuletche, Ana Maria, “Aportes de la psicologia educacional en
contextos de cambio e innovacién”. En Nora Elichiry (comp)
Aprendizaje de nifios y maestros. Hacia la construccién del sujeto
educativo. Ed. Manantial: Buenos Aires, 2004.
Barreiro, Telma. Conflictos en el aula. Buenos Aires: Ediciones
Novedades Educativas, 2000.