Está en la página 1de 76
S COLECCION «TEORIA Y REALIDAD» Estudios exfticos de filosofia y ciencias sociales Dirigide por Jacobo Muioz 1, LA DISPUTA DEL POSITIVISMO EN LA SOCIOLOGIA ALEMANA, por Theador W. Adorno y otros 2. SOCTEDAD ANTAGONICA Y DEMOCRACIA POLITICA, por Welfgang Abendroth 3. GEORG LUKACS. El hombre, eu obra, cus ideas, pot G. H. R. Parkinson EI, COMUNISMO DE BUJARIN, por 4. G, Liwy 5. LA ESTRUCTURA LOGICA DE «EL CAPITAL», DE MARX, por J. Zeleny 6, HISTORIA ¥ DIALECTICA EN LA ECONOMIA POLITICA, por Otto Morf 7, MARX EN LA SOCIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO, por Hans Lenk 8. LA CRITICA Y EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO, por J. Lakatos y A. Musgrave (eds.) 9. MARXISMO Y REVISIONISMO, por Bo Gustafsson (0. CORRIENTES ACTUALES DE LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA, por Gerard Radniteky 1, EL MARKISMO ITALIANO DE LOS AROS SESENTA, pot el Instituto Gramsci (ed.) 2. SOCIOLOGIA Y LINGUISTICA, por Frithjof Hager, Hortmut Haberland y Rainer Paris (3. EL PENSAMIENTO POLITICO DE GRAMSCL, por F. Fernéndez Buey (ed.) 4, IDEOLOGIA Y CIENCIAS SOCIALES, por Robin Blackburn (ed.) otros an Ral IMRE LAKATOS y ALAN MUSGRAVE (eds.) LA CRITICA Y EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO Actas del Coloquio Internacional de Filosofia de Ja Ciencia celebrado en Londres en 1965 Traduccion castllana de FRANCISCO HERNAN ntrodscciée por JAVIER MUGUERZA COLRCCION ~TBORIA Y REALIDAD.. 8 EDICIONES GRIJALBO, 8. A. BARCELONA - BUENOS AIRES - MEXICO, D. F. 1995, 200] 80 T, Lakatos & A. Musgrave 103. N. R. Hanson, Observation and Exploration (ed. péstuma y prefcio de §, Toulnin), N. YookLondis, 1971, pias. 49 9 sis. 104. Hanson, op. cit, pgs, 3859, 105. Intepretndo desde es peispectiva, <] persica: abajo ‘de Ulises Moulins, «Lo ezalitco ¥ lo sinuélco: dualismo sdmixbles, Teorems, TET, 1, 1973, pigs. 8997, pecifa entenderse més bien como ana puntusiinecién a —y hhests, en cero sentido, como una gzneraizcién de— la tis de Quine que no ‘como’ un intento de refutarla (yéas= wna observacin andlogs a sta ea Jose Rerzater Mora, Cambio de marche en flosofia, Maid, Alianza, 1974, TIL pu we, §3), 106. Lakitos, op. cit, Apéadice, pigs. 291 y sis 10). Sobre Is tascendencia de Ia eresis do Condilae» pera Ia epistemolo Dpostivisaa —y, generaizando, la flsofla anaitics de la ciencia en e2 sue tote Tidd— pande vecse el eaptolo IIT de mi libro Adversae Portes, Madi, ea prensa 108. Debo Is mayor parte de mi informacin acece de estos extiemes, y en cexpecal Ja relative a lo aaunciada cbse de J. M. Lévyleblond yA. Jaubesc, Aucoeritique de lz Sianen, » son ponencia povvcatads por mie eompelorcn de la Facultad de Ciencias Jos! Lois Montesinos Antonio Mactings eae Seminario se Cieacias y Homanidades del Departamento de Fllsofis de la Universidad de Ta Leguas. coutexto doxuby. sii hides dwlu/roppar ¢Légica del descubrimiento o psicologia de la investigacién? ‘Twomas 8. Kuan Universidad de Princeton ‘Me propongo oponer en estas pégioas el punto de vista del desarrolla clentfico, cuyas Iineas generales se encuentran en mi bro La Bstrac- tara de las Revoluciones Cientifcas, a los puntos de visia de nuestra presidente, Sit Kar] Popper, que son mejor conocidos.* De ordinatio, yo declinatia tal empresa porque no soy tan optimista como Siz Karl acerca de Ia uclided de les confrontacfones. Ademés, be acimizado ca obra durente demasiedo tiempo pera que pueda ahora convertinme fi- cdmente en crtico. No obstante, estoy convencida de que por esta-wez debe hacerse el intento, Aun antes de que mi libro se publicase hace dos afios y medio, habia yo empezedo 2 deseubrie caractefstcas espe’ ciales y frecuentemente enigméticas de Ta relacin entre mis puntos de vista y los suyos. Voy a decir por qué pienso que cutie as En casi todas les ocasiones en que Sir Karl y yo nos digimos ex: plicitamente al mismo problema, sus puntos de vista acerca de la ciea- cia y los mfos soa muy eproximadamente idénticos.*_ Ambos estamos... cupados més con le dindmica del proceso mediante al cual se adgui eal a structure Iogics de Tox produc Tos de la invesigecin clentifica, Dada esta ocupacién, ambos ponemos _ 3 datos legitfio’, los hechos y también en el eepintu de “Te wide centifca real, y ambos a menudo nos volvemos a la historia en busca de ellos. A partic de este fondo de datos comunes, extraemos “rmuches conclusiones idéntices. Ambos rechezamos el punto de vista de que la ciencia progrem por scumulieiSay es ligat de ello ambos ~ Seentnica ¥ conocmure ro 84 I. Lakatos & A. Musgrave contextuales que una cuidadosa expresién literal oculta sin embargo. Si esto es asf, entonces esas locuciones puede que funcionen no coma Uneas-sobre-un-papel sino como la orejadeconejo, Ia toquilla, o la cinteste-garganta que uno afsla cuando easefia e ua amigo a transfor mer su manera de ver ua diagrama como un todo. Eso es al menos Jo que yo espero de ellas. Tengo en Iz mente cuatro de esas diferencias de cxpresidn y las teataré una tras otra, Ung de los itos_més importantes de coincidencia entre Sir Karl y yo es el de nuestra insisten: e “Ts del conocimiente ceatlfco debe fier ea tuenta, el taodo com “encia tabaja en realidad. Siendo esto asf, me sorprenden alga ‘as de sus repetidas generaliaciones, Una de étas aparece al prin- cipio del primer capitulo de su The Logic of Scientific Discovery: «El siensfico —escribe Popper, sea teériso o experimental, propone enunciados, y los ‘conttasta peso a peso. En particular, on el campo de las ciencias cmplricas, construye hipétesis, o sistemas de teories, y Jas contrasta con la experiencia mediante observaciones y experimen- tor.* Esta afitmacién cs virtualmente un clisé, pero al aplicarla presenta tres problemas. Es ambigue porque no acierta a especificar si son los “enunciados” o las “teorfas” quienes son contrastados. Es ver- dad ‘que esta ambigiiedad puede eliminarse remitiéndonos a otros pa- sajes de la obra de Sir Karl, pero Ia generalizacién que resulta es ‘istéricamente errénca. Ademés, el error es importante, porque la for- ma inambigua de la desctipciéa omite justamente la cazacteristica de Ja prictica cientifica que mejor distingue Ia ciencia del resto de los tuabajos de creat _ Hay un tipo de “enunciado” o “hipétesis” que los cientifions repe- ‘tidamente someten a contrastacidn sistemética. Me refiero a los enun- ciados que expresasi Iss conjeturas de un individuo acerca del modo més apropiado de relacionar e! propio probleme de investigacién con cl corpus del conocimiento eientifico que se coasidera viligo. El ciew- tiico puede, por ejemplo, conjerurar que cierto elemento qulmico des- conocido contiene Ia sal de una tierra rata, que la obesidad de sus ratas Critica y conociniiento 85 experimentales se debe a un componente especiico’en su dieta, 0 que el modelo espectral xecientemente descubierto debe entenderse como un efecto del espin nuclear. En cada caso, los pasos siguientes ea la in- vestigacién tendin como objeto contrastar la conjerura o hipétesis Si le conjetura o hipétesis logra pasar suicientes contrastaciones 0 con- ‘rastaciones suficientemente severas, el cientiico habré hecho un des- ‘cubrimionto o al menos habré resuelto el rompecabezas con el que se en- frentabe. Si no, o tiene que abandonar el rompecabezas pot completo o tiene que intenter resolverlo con la ayuda de alguna otra bipStesis. Mu- chos problemas de investigeci6n, aunque desde luego no todos, tienen cesta forma, Las contrastaciones de esta especie son un componente tii de lo que en otra parte he llamado “ciencla notinal” 0 “investigacidn ‘roimal”, una actividad que a de le inmensa mayorfa del tre Tajo. que_se bace_en la c Sin erbargo, tales contrastacio “nes no tienen por objeto Ie teorfaestablecida. Por el coniratio, cuando std ocupado en un problema ¢ .cién normal, el cienttico debe contar con tna teorfa establecida que tiene como misién sentir las seglas del juego. El objeto del cientfico es resolver un zompecabezas, preferiblemente tio tit el qué otzes hayan fracasado,y para poder defiair ‘ese rompecabents y gerentizar que, si se tiene suficiente inteligencia, pue- ca resolverse, se requiere une teoria establecida.? Desde luego que quien eve a In préctica tal empresa debe contrastar con frecuencia Ia conjetu- za que su ingenio le susiere como solucién al rompecaberas. Pero es sélo su conjerora personal le que se contrast Si fracasa en la contrastacign, sélo su propia capacidad es impugoada, no el corpus de la ciencia establecca. Dicho brevemente, aunque las contrastaciones son feecuens.- tes en Ja ciencia oral, estas contrastaciones son de wna especie par ticular, puesto que ea el andlisis final, més que la teorfa vigente, quien es sometido a contrastacién es el cemtfico consideredo individual- mente. [No es ésta sin embergo, a clase de contrastacisn ea la que Siz Karl piensa. El esté sobre todo interesado en los procedimientos mediante fos cuales la ciencia crece, y esté convencido de que ese “crecimiento” no tiene loger fundamentalmente por acumulaci6n sino por el “derro- camiento revoluciopario” de una teorla aceptads y su reemplezamiento por otta mejor." (Que el “crecimiento” incluye el “repetido derroce mmiento” es por si mismo una rareza linglistce cuya raison d'éire se hard més visible cuando estemas un poco més adelante.) Desde este punto de vista, Jas contrastaciones a les que Sit Karl da énfssis ton 88 1. Lakstos & A. Musgrave de considerer exe fracaso como el fraceso de una teorfe en pasar una cone tie Ga. Como ya be ditho repetidamente, por lo pencat ne con Zz lo tanto en cena sentido, rigor de los ex 3 saci Sec aus car dels moneda defn que ia ots tae cy soluciin dg rompecsbecas, Es por esto por lo che Lacs coinciden con tanta frecucacia, casos dificiles, por ejemplo, ef psi ', para Ios cuales nos dice terio, * también soy de la opi Sia”. Peto yo lego a esta conclasid eis gue de Jos des eriteros, contzastaciSa y resolu fe rompecabezas, ultimo (an Sel menos equfvaco yal mis Para evit lk Critica » conocinsiento 89. nears mente seosible-a Ios més peaseos exrores en los dvos net canbe t Comfiguracién do las estrellas y los acho planeies eae, SERAaeg eastaatemente; las tables strondnics sae pene volume Ulegé @ catecer de plausibilidad, empezuton enna, quarmentor # dar le impresi6n de que debsn por cierto precisumenee by aie taba en cuetién.* Argumentes como éstos se einpleen hoy dia Raiamente cuando, por ejemplo, se trata de explicat los facaseioe etic o en meteorologit. Y en las épocas dfitles tanise Io Fla ena is lencias exacts, en campos como la fists, le quiaien 1.8 ssaonomia. No habia nada antieientifco en las esniaro que ‘os sstrdlogos daban de sus fracasos, No obstante, Ja astrologfa no fue uaa cienels, Mis bien fue va ofiio, ura de Its exes précticn, con esticchas semicjeazas nage in 92 I. Lakatos & A. Margrave ‘Kat! quien subraya; la tesis se repite en sus escritos desde una época muy temprana; * considereda aisladamente, es ineviteble asentir. Todo el mundo puede aprender y de hecho aprende de sus errores; aislarlos ¥ cotregiclos es una técnica esencial para ensefar a los nif. La reté- tica de Sit Karl tiene sus ralces en le experiencia cotidians. Sit embar- 40, en los contextos en que él invoca este imperativo families, sus apli caciones se muestran decididamente poco claras. No estoy seguro de ‘que se haya cometido un error; al menos un exror del que pueda aprenderse. No es preciso enfrentarse a los profundos problemas filoséficos que presentan Jos errozes para ver el esunto que esté en discusién en este momento, Decit que le sume de tres y tres es cinco, 0 deducir de “todos los hombres son mortales” que “todos lor mortales son hombtes” son excozes. Por otras tizones, ¢s un error decir “El es mi hermara”, 6 informar de la presencia de un campo eléctrico fuerte cuando Ie comprobaciéa de Jas cargas indica lo contratio. Es presumible que haya otros tipor de crrores, pero todos Tos extores noiiudes probable- mente comparten las siguientes caracteristicas, Un error es algo que se hace, o se comets, en un tiempo y un Inger determinados por un individuo pasticular. Hse individuo ha dejado de obedecer alguns xe- ala establecida de la I6gica, 0 del lenguaje, o de las relaciones entre vuno de éstos y la experiencia. O en lugar de ello puede que no haya teparedo ca las consecuencias de una determinada elecciéa entre las altemativas que le permiten Iss reglos. El individu puede aprender de sa error s6lo porque el grupo cuya préctica incluye estes reglas pusde aislar ef fallo del individoo al splicarlas. Ea poces palabras, los fipos de ertores « los que se apliea més obviamente cl imperative de Sir Kail son los fallos de comprensién 0 de reconocimienta que un individuo en el interior de una actividad gobernada por reglas prees teblecidas. En las ciencias, tales errores ocurven con mayor frecuencia, Y quizés exclusivamente, en el interior de la prictice de la investign. i6x normal de resolucién de rompecabecas No es abf, sin embargo, donde Sir Kat! los busca, porque es lo Critica 9 conocimiento 2 ‘que ocurre cusndo una comunidad cientlica rechaza una de estas teo ies y In sustituye por otra.” Si esta utilizacién no nos parece inme- dintamente extrafia elo se debe principalmente a que apela al residuo inductivista que hay en todos nosotros. Al creer que las teoilas Wid ‘ire producto de inducciones correctes partir de los hechos, el in Goctivista esté obligedo a sostener también que una teocia falsa es of resultado de un error en Ie inducciéa. En principio, al menos, esté dis- puesto a responder 2 las siguientes preguntas: qué error se ha come- tido; cuél es ln regla que se ha infringido; cudndo y quién, para Llegar 1, pongamos por caso, el sistema prolomeico? Al hombre a quien estas preguntas le parezcan sensatss, y sdlo a ese hombre, e2 a quien no pre senia problemas Is afismeciéa de Sir Karl. Pero ni Sir Keel ni yo somos induetivistas, Ninguno de los dos cree sibs que haya reglas pata inducir teorias cozrectas a partis de Tos hechos, nil siquiera que las teories, cozrectas 0 incorrectas, se induzcan en ab. soluto. En lugar de ello les considesamos como éreaciones imaginati vvas, inventedas de una sole picea pora aplicarlas ala naracalena. ¥st bien sefialamos que tales creaciones puede que encuentren y por lo comin en efecto encuentran rompecsbezas que no pueden resolver, también reconoremos que esas perturbadotas confronteciones raramente ocurren durante algiin tiempo después de que una teocie haya sido invencada y aceptada. A nuestro juicio, entonces, no se cometié ningiin cxror ppara Uegar al sistema de Prolomeo, y por esa razéa me resulta dificil entender Jo que Sir Karl tiene on fa mente cxando dice que ese siste ‘ma, o cualquier otra teorfa antigua, es un error. Lo més que pola decitse es que tna teorfa que al principio no era un error ha llefido a serlo, © que un cientllico ha cometido el ersor de sferrarse @ une teorla durante demasiado tiempo. B incluso estas expresiones, la pti- mera de las cusles es extremadamente tosca, no nos conducen al senti do habitual al que nos referimos con el concepto de error. Esos exzo: res son los que normalmente comete un astrénomo ptalomeico (0 cope niceno} dentro de su sistema, tal vex en la observacién, en los eélevlos, 0 fen el anilisis de los datos. Se trata de una clase de error gue puede ais- larse y luego inmediatamente corregirse, dejando intacto el sistema ori tinal, Por otra parte, en el sentido en que lo emglea Sir Karl, un fecror contamine por completo a un sistema y sélo puede corregirse teemplezando todo el sistema. Ningune forme de expresarse ni ninguna semejeaze pueden encubrir estas diferencias fundamentales, ni pueden ccultar ef hecho de que antes de que comenzase I contaiinacién el 96 7 I, Lakatos & A. Musgrave sélo apatentes y desapareceréa con el avance de nuestro conocimien tor Afirmaciones como ésias mucstran un paralelo més entre le manera que tiene Sir Karl de ver la eiencia y 1 manera que tengo yo de verla, pero el significado que cada uno da a eses afitmaciones dliffeilmense podria ser més cistinto. Por Io que a mise refere son fondamentales, como evidencia y como fuente, Para Sir Karl, por cl contrario, constisayen tna limitacién esercial, que amenaza fe in tepridad de su posicién bésica, Desecheda la contzademostraciéa con. cluyente, Sir Keel no he proporcionado nada que la sustituys, y Ja relacién que él utiliza sigue siendo la falsacién I6gica. Si bisa Sir Kaxl no es un falsacionisis ingenuo, sugiero que puede considerén sele Iegfimamente como tal Si su Gnico interés fuese la dessazcacién, los problemas que presen- tarfa el no disponer de contrademostcaciones concluyentes serfen me- hos graves y guiaés eliminables. Esto es, podrla conseguirse la de marcaciSa mediante un criterio exclusivamente sintéctico.** La opi. ni6n de Siz Karl seria entonces, y quia lo es, que una ‘cori es Steatifca si y s6lo si pueden deducitse Wgicamente de ella enuncia. dos de observacién —en particalar las negaciones de eaunciados exis. tenclales singulares—, quizés en conjunciéa con conocimientos basi cos que se hayan hecho explicitos. Las dificultedes (sobre las que wolveré en seguida) que habria en decidir si el resultedo de una ope racién patticelar en un laboretorio justfia Jz afimmaciéa de un enun- ciado de observacién serian de escasa importancia. Quizés, aunque la base pare hacerlo ast se comprende menos, las dificutades ‘gualinen: te graves que habria en decidir si un enunciado de cbservacién de. ducido de una versiéa aproximada (por ejemplo, matemiticamente manejable) de Je teorfa deberia considerasse una coaseeuencia de la teorfa misma podrian eliminarse de 1a misma foun. Problemas como éstos pertenecerian no a la sintaxis sino a la pragmética 0 @ la semén tica del leaguaje en el que foe expresada la teotla, y no tendrin por tanto aingén papel a In hora de determiner ss status como cientia Para gue una tcorfa sea clentiice s6lo necesita ser falsable por un enunciado de observaciée, no por una cbservacién real. La releci6n satte enunciados, al contrario de Ja relaciéa entie un enunciedo y una observacin, podria constituir ld conteademostraciGn conclayente con Je que estamos famillarizados en Idgica y en matemétices. Por las sazones sugetidas arriba (wésse nota 21) y elaboradas jnmediatamente después, dudo que las reorles cientifcas puedan, sin Critica y conocimnionto 7 ‘cambios decisivos, expresarse en una forma que petmita los juicios aramente sintéctioos que requiere esta versidn del criterio de Sic Karl, Pero incluso si pudiesen, estas teorias reconstnuidas proporciona fan una base pare su ctiterio de demarcacién solamente, no para la égica del conccimiento tan estrechamente asociada con . La I6gica

También podría gustarte