ÁRBOLES

podemos afirmar que los árboles son fundamentales para la supervivencia humana, ya que
estos proporcionan oxigeno que es esencial para nuestra respiración y absorben además el
dióxido de carbono, ayudando a mantener el equilibrio atmosférico. Además, los bosques
actúan como sumideros de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. La diversidad
biológica que ofrecen los árboles es crucial para la seguridad alimentaria, ya que muchos
cultivos dependen de polinizadores que encuentran refugio en los bosques.

El papel de los árboles en la conservación del agua es demasiado importante. Las raíces de
estos previenen la erosión del suelo, y los bosques actúan como esponjas naturales, filtrando y
purificando el agua. Asimismo, proporcionan hábitats ricos en biodiversidad, esenciales para la
preservación de numerosas especies, algunas de las cuales son cruciales para el equilibrio
ecológico.

En lo económico, los árboles son una fuente sostenible de recursos. La madera, la resina y
otros productos forestales son utilizados en diversas industrias. Además, el turismo relacionado
con los bosques beneficia a las comunidades locales.

Para la salud, la proximidad a entornos arbolados se ha asociado con la reducción del estrés y
la mejora del bienestar emocional.

La biomasa forestal puede ser una fuente renovable y limpia. Los árboles también desempeñan
un papel vital en la regulación del clima local, proporcionando sombra y reduciendo las
temperaturas en entornos urbanos. En situaciones de desastres naturales, como inundaciones,
los bosques actúan como amortiguadores, reduciendo el impacto y la gravedad de tales
eventos.