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REFLEXIÓN CRISTIANA DESDE SUDAFRICA Y CENTROAMERIC

Colectivo Dominicano por la Justicia y la Paz COLOQUIO TEOLÓGICO DOMINICANO

CUADERNOS VERAPAZ
3

KAIROS:
LLAMADA URGENTE A LA SOLIDARIDAD
Reflexión cristiana desde Sudáfrica y Centroamérica

1. Albert NOLAN, O.P., y Mary O'DRISCOLL, O.P.: La justicia y la verdad se


encontrarán. 1987, 104 págs.
2. Buena noticia para los pobres. Una reflexión Europeo-Latinoamericana sobre la
Iglesia. 1987, 124 págs.
3. KAIROS: LLAMADA URGENTE A LA SOLIDARIDAD. Reflexión cristiana
desde Sudáfrica y Centroamérica. 1989, 124 págs.

Editorial San Esteban


SALAMANCA
1989
Presentación
«Cuadernos Verapaz» sale por tercera vez al público. En esta
ocasión con dos Documentos: «Kairós Sudafricano: un desafío
a las iglesias» (1985) y «Kairós Centroamericano: un desafío a las
iglesias y al mundo» (abril 1988) (*). Los cristianos que los suscri-
ben quieren poner bien gráficamente ante nuestros ojos, como
en otro tiempo lo hiciera Pablo ante la comunidad de Galacia
(Gal 3, 1), la cruda y punzante realidad de un Cristo que sigue
todavía crucificado en miles de hermanos nuestros (Col 1, 24-25).
¿Para quedarnos de brazos cruzados? «Ha llegado el momento
—nos dicen— de unirnos más estrechamente y hacer decisiones
conjuntas. Debemos velar y orar, reflexionar y tratar de discernir
los signos de los tiempos. Sólo así podremos hacer opciones y
realizar acciones consecuentes con los anhelos y con el clamor de
nuestros pueblos» (KC 4). La conclusión del KS es también explí-
cita y elocuente en la llamada que nos hace a todos, sobre todo a
los cristianos: «Debemos aceptar la responsabilidad de actuar y
vivir nuestra fe en estas circunstancias».

1. ¿ P O R QUÉ ESTOS DOS DOCUMENTOS?


Editorial San Esteban, 1988
Apartado 17 — 37080 SALAMANCA (España) Son muchas y evidentes las razones que han llevado al Colec-
tivo Dominicano de Justicia y Paz a publicar ambos textos. ¿Pode-
ISBN: 84 - 85045 - 84 - X
mos permanecer insensibles ante el SOS urgente de estos pueblos
Depósito Legal: S. - 739 -1988 cuando decimos creer a pie juntillas en un Dios que se pone del
lado de los oprimidos? Los cristianos de Sudáfrica concluyen su
Documento pidiéndonos «el apoyo necesario, de modo que la
Printed in Spain
pérdida cotidiana de tantas vidas jóvenes termine pronto». Y los
de Centroamérica se atreven a interpelarnos fraternalmente con
Imprenta KADMOS, S.C.L. estas frases lapidarias: «Somos prójimos de ustedes». «¿Qué has
Avenida de la Aldehuela, 42
(Polígono «El Tormes»), Naves 5-6
Teléfs. (923) 230251 - 219813 — SALAMANCA 1988 (*) En adelante los citaremos con las siglas KS y KC, respectivamente. El
primero, por capítulos, y el segundo, por párrafos.

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hecho de tu hermano?» «Opten por los pobres rebeldes». «Ya no conflicto» (KC 57). Pertenecemos a una «Iglesia que está dividida:
es posible un cristianismo provinciano» (KC 98-102). una Iglesia Blanca y una Iglesia Negra. Aun dentro de una misma
denominación existen, de hecho, dos iglesias» (KS, cap. I). Por tanto,
Más allá de la cercanía afectiva que nos une a los religiosos una teología y pastoral suprapolíticas, de corte fundamentalista,
dominicos que trabajan pastoralmente por aquellas latitudes legitimadoras de situaciones a todas luces injustas, convergentes
sudafricanas y centroamericanas, está un sentimiento innato y en un espiritualismo vaposoro y evasivo..., además de traicionar
cristiano de solidaridad con todos aquellos pueblos que, de una el designio salvífico de Dios, constituirían —y más en estas
u otra forma, sufren situaciones angustiosas y dramáticas de injus- circunstancias— un grave pecado contra el Espíritu (cfr. KS,
ticia y de muerte. No quisiéramos ser de aquellos «hermanos que, cap. III; KC 65-66).
entre nosotros o en el primer mundo, confesándose cristianos o
no, permanecen atrincherados en su comodidad, excusándose en 2. E L D I O S DE LA VIDA Y DE LOS P O B R E S
la lejanía, en la falta de claridad de información, en su pretendida
Esta sangrante e hiriente radiografía en unos casos, y su lectura
neutralidad, en la pluralidad de interpretaciones, en la compleji-
a la luz del mensaje evangélico en otros, está llevando, gracias a
dad de los problemas..., mientras los pobres siguen muriendo y a
Dios, a un proceso progresivo de maduración histórica en la
su proyecto de paz y de vida se le imponen nuevas y mayores cuotas
conciencia de los pueblos internacionalmente marginados. Por otra
de sangre» (KC 67).
parte, cada vez son más los cristianos alertados que escuchan
Animados por esa «entrañable compasión» que Dios ha depo- apasionadamente estas llamadas constantes a la solidaridad y
sitado en nuestros corazones (Flp 2,1), y de la que vamos haciendo corresponsabilidad entre los pueblos, y que buscan en el segui-
aprendizaje diario en la práctica solidaria de la convivencia, acoge- miento sincero del buen samaritano motivaciones y fuerzas para
mos estos Documentos como verdadero regalo de Dios para todas erguir a esos pueblos postrados por la dependencia multisecular
nuestras comunidades cristianas. Nosotros también queremos y el latrocinio descarado de los poderosos. Si Jesús vino para que
participar de las «migajas» (Mt 15, 27) de ese «kairós» de la Gracia tuviéramos Vida y Vida en abundancia (Jn 10, 10), el Dios de los
(2 Cor 6, 2) en la medida en que nos pueden ayudar a seguir discer- cristianos no puede ser otro que el Dios «que favorece la vida de
niendo, cada día un poquito más, los signos y antisignos del Reino. los hombres, la vida de los pobres, la Paz del Pueblo» (KC 64).
Dos son principalmente los antisignos del Reino que más nos Esta sencilla pero profunda confesión de fe cristiana en el Dios
preocupan y que creemos oportuno subrayar en la coyuntura actual de los vivos, y no de los muertos (Mt 22, 32), sustenta enraizada-
de nuestra sociedad occidental: la manipulación de la defensa de mente la lucha de muchos cristianos. Es así como sacan fuerzas
la democracia y de los derechos humanos (KC 72-76) y —¡esto es de flaqueza y reclaman unas reivindicaciones sociales extremada-
todavía más grave para los cristianos!— las llamadas a una falsa mente elementales: «La lucha de los pueblos en defensa de la vida»
reconciliación por parte de algunas Iglesias contemporizando (KC 10); una vida reducida a «lo más elemental de la misma:
impunemente con el pecado contra el Espíritu (KC 80-83). El Docu- alimento, salud, educación, tierra, techo, trabajo...» (KC 50). Para
mento sudafricano dedica todo el capítulo II a la crítica de «una todos ellos el Dios de la vida tiene que compartir el trabajo y la
teología del Estado» claramente «blasfema» por cuanto justifica, convivencia humana (Hch 17, 28), porque el trabajo y la cultura
sin rubor alguno, la actual situación racista, capitalista y totalita- coexisten indisolublemente unidos desde que el hombre fue creado
ria. De ahí que pase a desenmascarar valientemente, en el capítu- a imagen de Dios.
lo III, la línea teológica de determinadas iglesias que denuncian No es posible ya para los cristianos seguir ignorando o disfra-
tímidamente —de una manera poco crítica y repetitiva, superficial zando estos hechos vergonzosos que claman al cielo. Si la Palabra
y contraproducente— la política gubernamental del «apartheid». de Dios significa algo para la Iglesia, ésta no puede caer en la red
Asistimos, según estos testimonios, a «una guerra religiosa y tentadora de los poderes de este mundo —muy acostumbrados, por
teológica, a una lucha entre dioses situados a ambos lados del desgracia, a interpretar la realidad desde la óptica exclusivista

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y desenfocada de sus intereses hegemónicos y hacer caso omiso de puede ayudarnos a muchos cristianos demasiado acomodados a
la libre autodeterminación de los pueblos—. Si la miseria, el reencontrarnos con nosotros mismos. Por otra parte, a los grupos
hambre, el dolor, la dependencia y la muerte humillan a las perso- cristianos de base, que comparten fundamentalmente estos plantea-
nas y a los pueblos, resulta todavía mucho más humillante e inso- mientos y una misma andadura en su experiencia de fe, les puede
portable el que se cobijen semejantes situaciones bajo la bandera servir —como bellamente nos decía por carta uno de los firman-
oficial de «la Ley y el Orden» y que se invoque incluso la Palabra tes del KC— no sólo para solidarizarse con estos pueblos, sino
de Dios para legitimar lo humanamente insostenible: que «el también y prioritariamente «para hacer dar un salto en concienti-
opresor y el oprimido profesen su lealtad hacia la misma Iglesia, zación cristiana, en evangelización y en crecimiento espiritual».
donde ambos han sido bautizados en el mismo bautismo y partici-
¿Por qué desaprovechar esta ocasión, este momento propicio,
pan juntos en la partición del mismo pan, el mismo cuerpo y la
este «kairós», este tiempo de gracia y de salvación para el «progreso
misma sangre de Cristo» (KS, cap. I).
y gozo de nuestra fe»? (Flp 1, 25). ¿Por qué no informar, motivar y
Pero no quedan ahí las cosas. La fe inconmovible de su ances- despertar en todos nosotros, cristianos que pensamos estar ya «de
tral religiosidad popular, acogida instintivamente al Dios bíblico vuelta» de tantas cosas, unas claves de auténtica evangelización
de los pobres y desheredados, les ha hecho descubrir a estos pueblos cristiana regenerando nuevos lazos de solidaridad entre los
que «el Dios de la sociedad occidental no era el Dios de Jesús, sino pueblos? «O cerramos por muchos años un espacio para la espe-
un ídolo del Imperio» (KC 55). «El Dios que históricamente ha ranza de los pobres, o abrimos proféticamente un Dios Nuevo para
estado del lado del colono blanco, que despoja a la gente de color la humanidad, para la Iglesia» (KC 86).
de sus tierras..., este Dios totalmente opuesto al Dios de la Biblia No hemos querido condicionar la lectura de estos Documen-
no puede ser otro que el diablo, Satanás» (KS, cap. II). tos presentando un comentario más o menos sistemático de los
Los cristianos de estos pueblos maltrechos son conscientes de mismos. Por el contrario, sospechamos que es más pedagógico y
las limitaciones que comporta toda mediación popular: abusos, beneficioso para todos el abrir sencillamente la curiosidad y el
discriminaciones, venganzas, incoherencias, infidelidades..., con apetito por los mismos (¡que cada cual juzgue luego por sí mismo!).
momentos incluso de traición, rivalidades y hasta graves enfren- En este sentido sí nos ha parecido conveniente y hasta necesario
tamientos internos (KC 68-69). Pero, desde la lucidez crítica que crear un clima ambiental adecuado para la reflexión y la oración
arroja el acompañamiento de los procesos históricos y, sobre todo, de cara a posibles conclusiones y compromisos. De ahí que inclu-
desde la fe en un Jesús «que tan claramente apoyó la causa popu- yamos a continuación unas elementales pero básicas consideracio-
lar» (KC 71), han caído en la cuenta de que la historia de la salva- nes sobre el «por qué la solidaridad». Al final del Cuaderno
ción es la historia de la liberación total de los hombres y de los ofrecemos asimismo algunas sugerencias más bien prácticas que
pueblos. No es que confundan simplistamente el progreso tempo- podrían ayudarnos a poner en marcha un pequeño proyecto de
ral con el crecimiento del Reino de Dios, pero tampoco quieren trabajo en común durante este curso 1988-89.
separar indebidamente la liberación histórica de la salvación esca- En solidaridad con nuestros hermanos más pequeños —los que
tológica (KC 62-63). La Iglesia necesita, según ellos, hacer un más sufren las egoístas e inhóspitas condiciones de vida que impo-
esfuerzo serio y gigantesco por analizar «lo que está sucediendo nemos desde la inflexible y tiránica estructura sociopolítica de los
en nuestra sociedad y las razones de ello» para no caer en un tipo poderosos y saciados—, quisiéramos hacer de nuestra reflexión
de fe y espiritualidad que deje todo en manos de Dios, al margen y compromiso una verdadera ofrenda cultual de reconocimiento y
de la corresponsabilidad humana (KS, cap. III). alabanza a ese Dios presente en las luchas solidarias de los pueblos
y de cuantos acogen con corazón sencillo y humilde su reiterativa y
3. ¿ Q U É PRETENDEMOS?
urgente llamada a la conversión. Que el Dios Bendito, padre de
Pensamos que la actitud de decidida opción por una «teología nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y de toda
profética», presente en ambos Documentos (KS, cap. IV; KC 60), consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, nos

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ayude a consolar a cuantos sufren y padecen mediante el consuelo
con que nosotros somos consolados por Dios... Es firme nuestra
esperanza: en la medida en que somos solidarios con los sufrimien-
tos de los demás, lo seremos también en la consolación (2 Cor 1, 3-7).

COLECTIVO DOMINICANO
POR LA JUSTICIA Y LA PAZ

I. Por qué la solidaridad

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1. LA HORA DE LA SOLIDARIDAD

Cada época tiene su signo, su estrella, su palabra clave.


Y desde hace unos años estamos asistiendo a la emergencia de
un gesto que se está convirtiendo en signo de nuestros tiempos:
la solidaridad. «Solidaridad» se convierte en palabra clave,
cargada de resonancias, evocadora de todo un mundo de nuevas
actitudes y esperanzas. Estamos ya, definitivamente, en «la hora
de la solidaridad».
Desde siempre, para los cristianos, la virtud estrella se llamó
«caridad». Porque la caridad lo es todo: el centro del mensaje
cristiano, el mensaje nuclear de Jesús, nuestro quehacer en la
vida... La caridad juzgará a los hombres de todos los tiempos. Pues
bien, parece que ahora, en nuestro tiempo, la caridad cede su
puesto a la solidaridad.
Sí, porque las palabras no son eternas, ni están quietas, ni
permanecen siempre idénticas a sí mismas. Las palabras están
vivas. Las palabras nacen un día, crecen durante un tiempo, se
reproducen, se enlazan, evolucionan, enferman, se restablecen y
a veces también mueren. Con el paso del tiempo —un tiempo que
mueve y conmueve simultáneamente las palabras y las cosas, los
hombres y la historia toda— las palabras, como un prisma que
ha girado o que es mirado desde un nuevo ángulo, deja de darnos
aquel brillo deslumbrador y pasa a darnos una simple luz morte-
cina. Con el paso del tiempo, con el giro de la historia, las
palabras se cargan de significación, se hacen densas, fuertes,
omnielocuentes, o, por el contrario, se apagan, se callan o incluso
enmudecen definitivamente.
La palabra «caridad» ha conocido muchos avatares a lo largo

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de su historia. Ha significado lo principal y lo secundario. Ha signi- nombres, decían los antiguos. Lo que importa no son los nombres,
ficado el máximo amor radical y ha significado también el vergon- sino las realidades. Pero los nombres, las palabras, nos son útiles,
zante a m o r paternalista, la limosna que con mala conciencia se más aún, necesarias, inevitables. Y por eso debemos escoger las
da p a r a acallar las exigencias más fundamentales de la justicia. palabras que mejor nos expresen, que mejor digan lo que quere-
Ser una «persona caritativa» casi no significa nada en muchos mos decir, sin dar lugar a malentendidos (dar a entender, por
ambientes, o significa casi lo mismo que ser u n a p e r s o n a de buen ejemplo, paternalismo o beatería por «caridad»), y sin dejar de
corazón pero de poca perspicacia. Hacer «caridades» puede signi- evocar todos los matices nuevos que el hoy histórico nos obliga
ficar algo bien contrario a la verdadera caridad. a afrontar (por ejemplo, dar a entender que la caridad hoy día
no puede dejar de ser arriesgada, conflictiva, política, y no ya
Lógicamente, la caridad-caridad, no la palabra, sigue estando
burguesa, connivente con el poder establecido, pretendidamente
ahí, y sigue siendo lo que era, lo que es, lo que será, imperturba-
apolítica, etc.).
blemente. Pero nosotros tenemos que habérnoslas con las pala-
bras, no con las realidades mismas. Y para evocar hoy la realidad Por eso, si queremos decir «caridad» (la de ayer, la de hoy,
m i s m a de la caridad verdadera, la palabra «caridad» puede no la de siempre, la de Jesús, pero por eso mismo la caridad encar-
ser ya la más eficaz. nada totalmente en el hoy de Dios) sin dejar de decir nada de lo
que hoy es la caridad, pero sin decir tampoco nada de todo
Pero las palabras, como buenas hermanas, también se echan
aquello que sin ser caridad —siendo a veces anticaridad— se nos
u n a mano u n a s a otras. Y cuando el prisma se apaga desde u n
había colado de rondón en la palabra, si queremos decir así, entera
p u n t o de vista, es otro ángulo del p r i s m a el que se enciende en
y verdaderamente «caridad», hoy lo decimos mejor diciendo «soli-
plenitud de luz y de colorido. Otra palabra se carga de significa-
daridad
ción y nos viene a decir, con todo su contenido y con nuevo sabor,
«Solidaridad» dice todo lo de siempre: la solidaridad es el
todo —y aun más— de lo que ya no sabíamos cómo decir. La pala-
a m o r de Dios; Dios se solidarizó enteramente con nosotros en
b r a «solidaridad» se ha cargado de vida, se ha encendido de luz
Jesús; Jesús es la solidaridad de Dios, que se solidarizó primero;
y ha venido a echar una mano a la desfondada palabra «caridad».
Dios nos quiere solidarios; debemos solidarizarnos unos con otros,
Y así, nos viene a decir ahora todo lo que decíamos antes con «cari-
como él se solidarizó con nosotros; Dios es solidaridad; la solida-
dad», y aun más, acomodado a nuestra situación actual, aplicado,
ridad es Dios.
encajado en el conjunto de exigencias y posibilidades que nos
desafían. Vivir, practicar la «solidaridad», ya nunca significará «Solidaridad», a la vez, evita decir todo lo que nunca fue cari-
dad: practicar la solidaridad nunca significará «hacer caridades»;
«hacer caridades», ni ser una «persona caritativa», pero signifi-
una persona solidaria no es una simple «persona caritativa».
cará hacerse cargo de los más exigentes desafíos sociopolíticos
Muchos «mártires de la caridad» no habrían hecho méritos espe-
que el amor cristiano radical más evangélico pueda hoy día exigir-
cíficos p a r a ser llamados «mártires de la solidaridad»; la solida-
nos afrontar.
ridad no se divorció todavía de la justicia, como ya había ocurrido
Por eso, si los cristianos volvemos más y más al centro de con la caridad; en fin, muchos de los que siguen oprimiendo a
n u e s t r a vida cristiana en el hoy m á s vivo y palpitante, si quere- «estos mis hermanos más humildes» (Mt 25, 31 ss.) siguen patro-
mos volver a decir n u e s t r a palabra m á s antigua y m á s genuina, cinando instituciones de caridad, mientras persiguen e imponen
la más tradicional y más innovadora, la de siempre y la de hoy, un destino de m u e r t e —semejante a la de Jesús— a instituciones
no podremos menos que hablar de... solidaridad. Porque ésta es y personas comprometidas a fondo en la solidaridad.
ya la «hora de la solidaridad». Y porque «solidaridad» es el nuevo
n o m b r e de la caridad. «Solidaridad» es, en efecto, un nuevo nombre para la caridad.

2. U N NUEVO NOMBRE PARA LA CARIDAD 3. SOLIDARIDAD: NUEVO ROSTRO DE LA CARIDAD

«De nominibus non est quaestio»: no hay que discutir por los La solidaridad es la caridad de siempre y de hoy, es la cari-

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dad eterna e n c a r n a d a en el hoy histórico, haciéndose cargo de hecho de que surja en la comunidad cristiana, más o menos espon-
todos sus desafíos. La solidaridad es la caridad que, fiel al segui- táneamente, por el uso vivo de las palabras, un nombre nuevo para
miento de Jesús en nuestro hoy histórico, se ha hecho: la caridad? ¿A qué se debe fundamentalmente? ¿A una nueva
— Histórica: ha dejado de encerrarse en el m u n d o de los teoría? ¿Una nueva moda?
idealismos abstractos y de los sentimientos ineficaces y ha bajado F u n d a m e n t a l m e n t e se debe a una nueva experiencia de Dios.
a la arena de la historia. Ha abandonado su coqueteo con los dioses La caridad-caridad, lo que realmente es la caridad, no cambia; es
del Olimpo y ha venido a encontrarse más de lleno con el Dios u n a realidad permanente. Y ello se debe a que lo m á s nuclear de
de Jesús, redescubierto con nuevos ojos como un Dios que se la caridad es precisamente Dios: Dios es caridad; la caridad es
revela en la historia y camina por ella. Dios. Y Dios no cambia.
— Política: h a dejado de autoproclamarse «apolítica» y
Pero lo que sí cambia es nuestra experiencia de Dios. El miste-
ha aceptado conscientemente la realidad de su politicidad de
rio de Dios es inabarcable. La caridad también. Nadie tiene una
siempre. Ha s u p e r a d o la mala conciencia que tenía por decir una
idea exacta, ni siquiera suficiente, de Dios. Dios nos desborda infi-
cosa y hacer otra, y ha aceptado las cosas como son, reconociendo
nitamente. La caridad también. Nosotros vamos percibiendo
el peso político que nunca dejó de tener. Ha descubierto que la
simplemente destellos de ese infinito misterio de Dios, tratando de
política no es pecado, sino que está en pecado, y que por eso ella completar más y más nuestra experiencia de él, apoyándonos en
no debe huir de la política, sino que debe ir a redimirla. Ha descu- la tradición que nos entregan nuestros mayores a través de la
bierto que la política no es mala por sí misma, y que m a n c h a r s e Iglesia, complementándonos, enriqueciéndonos paso a paso en
las manos arriesgadamente en la tierra de la historia es condi- la historia, descubriendo siempre perspectivas desconocidas,
ción necesaria p a r a p e r m a n e c e r intachable ante el juicio de la nuevas exigencias para nuestras vidas... Y lo mismo pasa con la
fraternidad de Dios. caridad.
— Liberadora: ha comprendido que el mundo no es un idílico
fanal de a r m o n í a preestablecida, sino un m u n d o de contradiccio- «Solidaridad» es la palabra que hoy nos expresa mejor
nes y conflictos, donde los pobres son víctimas seculares de la —aunque siempre inadecuadamente— matices y exigencias actua-
opresión y la injusticia. No se ha lavado las manos ni se ha desen- les de la caridad que emana del Dios siempre mayor que redescu-
tendido. Ha comprendido que debe comprometerse en esa histo- b r i m o s cada día...
ria p a r a liberar a los oprimidos, p a r a dar la b u e n a noticia a los Se puede afirmar, sin temor a equivocarnos ni a caer en exage-
pobres. Así se ha hecho v e r d a d e r a m e n t e evangélica. raciones, que en los últimos años la Iglesia, el Pueblo de Dios, ha
— Abierta a los pueblos: ha abierto los ojos y ha descubierto dado grandes pasos en la experiencia de Dios. No cabe duda de
no sólo que no existen las «almas» sueltas, sino que las personas que Dios está revelando un rostro nuevo en los últimos tiempos;
forman pueblos, y que estos pueblos son también sujetos de dere- o, p a r a ser más exactos, nos está ayudando a redescubrir nueva-
chos. Ha descubierto que hay también pueblos oprimidos y mente su rostro verdadero, su rostro de siempre, secularmente
pueblos opresores, pueblos que esperan la liberación y pueblos velado con el polvo de la historia. En la raíz de toda la conmoción
que la impiden. Ha aceptado encarnarse en los pueblos, en cada vital que se registra en la Iglesia en esta segunda mitad del
pueblo, y en el pueblo, como Jesús su Maestro, asumiendo su siglo XX está el surgimiento de una nueva experiencia de Dios.
cultura, sus aspiraciones y sus ansias de liberación, sus procesos Estamos ahora m u c h o m á s cerca de Dios que en siglos pasados
históricos. porque, conforme pasa el tiempo, paradójicamente, estamos más
cerca de Jesús y conocemos mejor a Jesús, cauce privilegiado para
4. SOLIDARIDAD: UNA NUEVA EXPERIENCIA DE D I O S conocer a Dios. Un conjunto de ciencias bíblicas e históricas nos
han acercado como nunca a Jesús. Nunca en los veinte siglos pasa-
Es lógico q u e haya quien se pregunte: ¿y de dónde viene el dos se h a conocido a Jesús como nosotros lo conocemos hoy. Por

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ello mismo: nadie en el pasado ha tenido en ese sentido mejores de la identidad cristiana: todo dependerá de qué Jesús se ha descu-
posibilidades que nosotros p a r a redescubrir a Dios. bierto y a qué Dios se h a experimentado a través de ese Jesús.
Con estas posibilidades nuevas de acercamiento a Jesús, La solidaridad es la forma concreta que reviste la caridad cris-
hemos experimentado a Dios de un modo nuevo. Hemos experi- tiana cuando los cristianos redescubren a través de Jesús a u n
mentado a Dios en Jesús como Dios de la historia, que abre histo- Dios solidario con los hombres, un Dios que nos ha manifestado
ria, entra en ella, camina por ella y llama a un pueblo a seguirle en Jesús su propia utopía —el Reino— p a r a que nos empeñe-
por ella. Lo hemos experimentado como un Dios que escucha el mos en construirlo en la historia; u n Dios que camina delante de
gemido histórico del pueblo oprimido y se hace presente para libe- nosotros incitándonos a comprometernos en la construcción
rarlo. Como un Dios que camina delante del pueblo abriendo de ese Reino, que nos convoca a la historia y desde ella nos inter-
p r o m e s a s y caminos de liberación. Como u n Dios humanado, pela. La solidaridad es la forma histórica de la caridad, la forma
humanísimo, encarnado, solidarizado, en Jesús. que la caridad adopta cuando los cristianos redescubren que Dios
Este misterio de la encarnación es p a r a nosotros los cristia- mismo los reenvía a la historia, cuando acceden a una «lectura
nos la expresión máxima de la solidaridad h u m a n a de Dios. Jesu- histórica» del cristianismo.
cristo es la solidaridad histórica de Dios hacia los hombres, con Ha habido diferentes «lecturas» de la identidad cristiana, dife-
cada uno de nosotros, con cada pueblo, con sus procesos históri- rentes «formas de comprenderla» a lo largo de la historia. Unos
cos. En ese Jesucristo, Dios encarnado, que da la buena noticia han hecho una «lectura» cúltico-religiosa (ser cristiano consisti-
a los pobres, h o m b r e conflictivo, acusado, condenado a muerte, ría fundamentalmente en el culto, la adoración, los sacramentos).
colgado de una cruz, prohibido por los poderes imperiales, reli- Otros han hecho una «lectura» moralista (ser cristiano consisti-
giosos y económicos de su tiempo, nosotros hemos llegado a cono- ría en cumplir n o r m a s y preceptos, en una dimensión fundamen-
cer mejor que nunca el rostro de Dios, su solidaridad máxima y talmente ética o moral). Otros han hecho una «lectura» doctrinal
el llamado que nos hace a la solidaridad global, histórica, total, (ser cristiano consiste en profesar la verdadera doctrina revelada
como la de Jesús... por Dios y proclamada por la Iglesia). Ha habido «lecturas» inti-
La solidaridad emerge, pues, en la conciencia del pueblo de mistas y espiritualistas (lo fundamental del ser cristiano aconte-
Dios como fruto de u n a nueva experiencia de Dios. Esto es lo que cería en el interior, en la intimidad del alma, en u n a dimensión
realmente, fontalmente, fundamentalmente, está a la base de este espiritual que nada tiene que ver con este m u n d o profano y mate-
fenómeno de la solidaridad. rial). Ha habido en realidad otras m u c h a s «lecturas» de la identi-
dad cristiana, en u n a infinidad de matices y combinaciones.
Y todos ellos tienen su parte de verdad.
5. SOLIDARIDAD: REDESCUBRIMIENTO
DE LA IDENTIDAD CRISTIANA Tienen su parte de verdad, pero no son la única verdad. Ser
cristiano, en efecto, no es un asunto meramente religioso, ni mera-
Si ser cristiano es seguir a Jesús, una imagen nueva de Jesús mente ético, doctrinal, privado, «espiritual»... aunque, evidente-
tendrá que repercutir necesariamente en una praxis nueva del mente, ser cristiano tiene una dimensión religiosa, moral,
seguimiento, es decir, u n a nueva reformulación de la identidad doctrinal, personal, etc.
cristiana. No podrá comprender ni vivir la identidad cristiana
quien tiene ante sus ojos al «divino prisionero del sagrario» de La «lectura», la interpretación del cristianismo más verda-
igual m a n e r a que quien se profesa discípulo y seguidor de ese d e r a será aquella que m á s próxima esté a la comprensión que
Jesús de Nazaret luchador del Reino, profeta perseguido y conde- Jesús mismo tenía de su misión. Y ¿cuál es esa «lectura», la más
nado como subversivo por los poderes del Imperio. Hacer obras cercana a la «identidad cristiana» tal como el mismo Jesús la
de caridad o comprometerse en la lucha solidaria son prácticas entendía? Respondemos: la lectura histórica.
cristianas distintas que corresponden a comprensiones diversas Es decir: ¿de qué forma podemos comprender mejor en qué

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consiste el cristianismo, el mensaje de Jesús? ¿Es una «religión»? son eminentemente históricos. Fue el helenismo, y el trasvase del
¿Un sistema moral o un sistema de verdades? ¿Se t r a t a más bien mensaje cristiano a la cultura griega, lo que «deshistorizó» al cris-
de un mensaje de meditación y de vida interior? No. Es, ante todo, tianismo. Su mensaje fue trasladado a u n a zona ahistórica, fuera
algo histórico. El mensaje central de Jesús, tal como él mismo lo del m u n d o real, idealizada, falsamente «espiritualizada».
expresa claramente en los evangelios, es una Buena Noticia para La mayor tragedia que le ha sobrevenido al cristianismo en
los pobres: la llegada del Reino, la invitación a abrirse a ese Reino sus veinte siglos de historia, una tragedia que difícilmente será
y a colaborar con él, a acelerar su venida. El mensaje central de comprendida, ha sido su caída en las manos de la filosofía griega,
Jesús es, ante todo, un mensaje histórico, una invitación a una que durante tantos siglos a r r e b a t ó todo el mordiente «histórico»
tarea histórica (incluso más que histórica), y no tanto una moral, de la fe cristiana.
ni una «religión», ni un sistema de verdades o una práctica de vida Y ahí hemos vivido d u r a n t e muchos siglos. El cristianismo,
interior o «espiritual», aunque todas éstas sean también dimen- trasladado por la filosofía griega a otro plano, abandonó la histo-
siones implicadas en el mensaje de Jesús. ria real. Las almas, lo religioso, lo p u r a m e n t e espiritual, lo sobre-
Ser cristiano consiste en «vivir y luchar por la Causa de Jesús» natural, la vida eterna, el cielo, la vida de la gracia, las prácticas
(lectura histórica de la identidad cristiana). Y la Causa de Jesús religiosas cúlticas y sacramentales... constituyeron su mundo, un
es lo que él llamaba Reino, Reinado de Dios, que es aquello con m u n d o alejado de la historia real diaria y conflictiva.
lo que él soñó, aquello que él anunció, aquello que predicó insis- Pero en los próximos siglos se recordará que en medio de este
tentemente, aquello por lo que se arriesgó, fue perseguido, captu- siglo XX se produjo una conmoción espiritual en el seno del
rado, juzgado y ejecutado. El Reinado de Dios fue la Causa de su cristianismo, pues el Viento del Espíritu sacudió a multitud de
vida: una tarea vital, una praxis histórica (y más que histórica). cristianos y comunidades hasta hacerlos redescubrir, por medio
Jesús no dio la vida por un sistema de verdades, por una «reli- de un Jesús más cercano y mejor conocido, a un Dios que les
gión», por una nueva moral, por un sistema de vida «espiritual»... llamaba desde la historia y que les hizo volver a ella.
La lectura histórica de la fe cristiana no es una perspectiva Los grandes conflictos que hoy día atraviesan de arriba abajo
que adoptemos porque nos sea más útil o conveniente, frente a la Iglesia no son sino la manifestación de esta profunda transfor-
otras posibles lecturas o enfoques. Comprender la vida cristiana mación que se está dando en la conciencia cristiana: el paso de
como algo histórico es simplemente cuestión de fidelidad a la reali- un cristianismo ahistórico y espiritualista a un cristianismo histó-
dad, a la verdad, a la verdad del Jesús que realmente existió, no rico y encarnado. Y todo se debe a un redescubrimiento de Jesús,
del Jesús imaginado por almas piadosas que después de él se con la consiguiente experiencia nueva del Dios de Jesús.
encargaron de deformar su imagen.
«Volver a la historia» es como la invitación a la conversión
que el Espíritu nos hace en este final del siglo XX. Se t r a t a de
6. VOLVER A LA HISTORIA volver a la historia siguiendo los pasos de Jesús, aquel galileo,
aquel Dios humanado, hecho como nosotros, como los más pobres
El Dios bíblico, el Dios de Jesús, decimos, es un Dios eminen- de nosotros, y comprometido tan a fondo con la historia que fue,
temente l/\i£+¿tito. Tanto es así, que es algo reconocido universal- por eso mismo, un revulsivo intolerable p a r a los poderes domi-
mente que fue el pueblo de Israel el pueblo que creó un nantes de su tiempo.
pensamiento realmente histórico. Las modernas corrientes histo-
ricistas del siglo pasado reconocen que Israel fue en ese aspecto
7. E L NOS HABLA EN LA HISTORIA
un pueblo original. Aristóteles, con toda su sabiduría, no pudo
plantearse un pensamiento histórico; no pudo salir de un plantea- El ha estado siempre ahí, en la historia, en el hermano, en
miento cíclico del tiempo; no descubrió la historia. los pobres, en «estos mis más humildes hermanos» (Mt 25, 31 ss.),
La revelación del Dios de Jesús y el mensaje mismo de Jesús como nos dijo, mientras nosotros hemos t r a t a d o vanamente de

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buscarlo por las nubes, por el idealismo. El ha estado siempre en Es una encrucijada de desafíos. Es u n a oportunidad irrepetible.
la historia, y ahí nos está esperando. Desde ahí nos habla y nos Un «kairós».
interpela. Ahí nos convoca. En toda la historia.
Pero hay momentos y lugares de la historia más tensos, más «Es el momento. Es la hora determinante. Es un llamado deci-
sivo de Dios. Es el tiempo aceptable, tiempo de gracia, tiempo
densos, más llamativos, más elocuentes, más provocadores. Hay de salvación. Es el paso de Dios por n u e s t r a Historia, por
momentos y «horas» m á s cruciales, m á s decisivos, más preñados Centroamérica. Es el kairós centroamericano: una oportuni-
de futuro, más cargados de llamados de Dios. Son los momentos dad de gracia en la que el Señor nos convoca a asumir los desa-
que llamamos «kairós»: momentos oportunos, oportunidades de fíos de esa hora histórica» (DKC 86 y 87).
gracia en las que Dios pone en juego más dimensiones y más futuro «¡Malditos seamos del Dios vivo los que fuéramos capaces de
en una misma coyuntura. Son momentos en que Dios parece asistir pasivamente al dolor de Centroamérica!» (Pedro Casal-
q u e r e r depender más directamente de nosotros, de nuestra dáliga).
responsabilidad histórica. Como si quisiera en esos momentos «¡Ojalá escuchéis hoy su voz!» (Sal 94, 8).
poner la historia más enteramente en n u e s t r a s manos, arriesgán-
dose y jugándolo todo a la c a r t a de n u e s t r a responsabilidad. 9. PROGRAMAR LA SOLIDARIDAD DE LA COMUNIDAD CRISTIANA
«Kairós» es un momento oportuno, un momento decisivo, una
oportunidad de gracia que Dios nos da p a r a que acojamos un Que una comunidad cristiana sea solidaria no es objeto de una
desafío histórico. Dios espera de nosotros que sepamos descubrir decisión voluntarista. No depende de una decisión tomada por su
esos «kairós» que en la historia se producen, que no seamos ciegos párroco, ni siquiera por el consejo pastoral de la comunidad. Ni
ni sordos a esos llamados, que acojamos esa interpelación que él puede ser algo que, de una m a n e r a u otra, se instaure en la comu-
nos hace, que hagamos un esfuerzo de discernimiento orando, nidad de un día p a r a otro. También aquí, en este terreno, vale
reflexionando, buscando p a r a lograr escuchar lo que él nos está aquel principio pastoral de los tiempos del posconcilio, que
diciendo ahí. Dios espera sobre todo que actuemos, que entremos afirmaba que ningún cambio se debía introducir en la comuni-
en esa historia a fondo, encarnándonos en ella como él mismo dad cristiana sin la correspondiente catequesis, sin la debida expli-
hizo en Jesús. cación y la necesaria mentalización. Aunque se r e t a r d e el ritmo
que desearían los más avanzados y lúcidos. Hacer e n t r a r a una
comunidad por los caminos de la solidaridad es algo que requiere
8. H O Y NOS HABLA EN EL «KAIRÓS» DE CENTROAMÉRICA tiempo, y catequesis, y comprensión, y tacto pastoral.
Son muchos los cristianos que entienden, desde la fe y desde La solidaridad, en efecto, no es una nueva «práctica piadosa»
el análisis de esta hora histórica, que América Central es un lugar que se pueda agregar sin mayor discusión a las prácticas religio-
crucial. Un lugar crucial geográfica, histórica, geopolítica y sas que ya venían realizándose en una determinada comunidad.
eclesiásticamente. Un sinfín de desafíos se cruzan históricamente La solidaridad es una práctica cristiana, como hemos dicho, que
en CA. En CA se juega más densamente una dosis mayor de histo- corresponde a un universo mental, teológico y espiritual diverso.
ria, de futuro, de esperanzas. AC es un «kairós». Y cabe el peligro, en ese sentido, de que el remiendo nuevo en el
Es un «kairós», es decir, un lugar crucial en la historia de la tejido viejo acabe rasgándolo. Una práctica de solidaridad intro-
salvación (que es la única historia, la historia real, el «lugar» donde ducida en la comunidad cristiana sin la debida catequesis y sin
se juega la Salvación). Es la historia de la Salvación: de la vida, la necesaria preparación y programación puede crear distorsio-
de la esperanza, el futuro, la justicia, la paz p a r a los pueblos, la nes, conflictos, divisiones, desconciertos e incluso retrocesos:
vida plena para los hombres, la fraternidad que corresponde a los exactamente lo contrario de lo que se pretendía.
hijos de Dios, la cercanía de Dios... y mucho más: ¡la venida del Más importante que la materialidad misma de las acciones
Reino! Eso es lo que está en juego. Y lo está de un modo crucial. de solidaridad que una comunidad cristiana pueda llevar a efecto,

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es que la comunidad adopte sus acciones de solidaridad conven- («kairós») entre las comunidades cristianas más abiertas y sensi-
cida, de u n a forma asimilada, después del debido recorrido bles, p a r a que no merezcamos colectivamente el reproche de
reflexivo y catequético. Las acciones de solidaridad, los compro- Jesús («¿es que no saben interpretar los signos de los tiempos?»,
misos solidarios de la comunidad deben ser adoptados por ella Le 12, 56).
como fruto de un proceso de reflexión y discernimiento, de auto- Sería bueno que en cada iglesia local fueran muchas las comu-
catequesis, en el que aun los más rezagados puedan comprender nidades que asumieran conscientemente este desafío. Sería bueno
e incorporarse al proceso. que estas comunidades asumiesen la tarea de contagiar a las otras
Por otra parte, este proceso de reflexión, autocatequesis, más cercanas su pasión por la solidaridad. Sería bueno que, así,
discernimiento y programación es necesario también por el hecho se fuera creando en América Latina un ambiente de solidaridad,
de que no es posible pensar en una actitud y un planteamiento una atmósfera de discernimiento latinoamericanamente comuni-
común y universal, válido para todas las comunidades cristianas. tario sobre América Central, un compromiso efectivo de solidari-
Cada comunidad concreta debe medir sus fuerzas, debe conocer dad con Centroamérica que evidenciara que la Iglesia latinoame-
sus posibilidades, su contexto local e histórico, los resortes y ricana ha entrado definitivamente por las vías de una nueva etapa
recursos de que va a poder echar mano, el personal con que cuenta histórica, por la vía de un cristianismo histórico e n c a r n a d o en el
y su capacidad. pueblo de Dios de América Latina que, siguiendo a Jesús, lucha
por su Liberación total.
Toda otra solución (universal, prefabricada, ya previamente
programada, venida desde fuera) no puede suplir ese proceso de
discernimiento y programación de que hablamos, llevado a cabo J O S É MARÍA VIGIL
y gestionado por la misma comunidad cristiana.

10. COMPARTIR CON LAS DEMÁS COMUNIDADES CRISTIANAS


ESTE DISCERNIMIENTO

Si una comunidad cristiana accede en su crecimiento _de


conciencia a esa lectura histórica del cristianismo, a ese nuevo
conocimiento de Jesús y a esa nueva experiencia de Dios, ¿no
deberá compartir todo ello con las demás comunidades ? ¿ No debe-
rá sentirse impelida a comunicar con gozo ese nuevo rostro de
Dios que ha descubierto? La solidaridad debería convertirse en
una contagiosa «epidemia» del Espíritu que encendiera a las
comunidades una tras otra.
Más aún, más concretamente. Si de verdad Centroamérica es
un «kairós» en la h o r a actual de la historia de la salvación, ¿no
estamos los cristianos que así lo vemos obligados a compartir lo
que sentimos de esas interpelaciones de Dios en la Historia de la
salvación, nuestro discernimiento, p a r a compartir la fe y ayudar-
nos unos a otros? Esas interpelaciones que Dios nos hace en la
historia, en los «kairós» históricos, no son interpelaciones a indi-
viduos, sino al pueblo de Dios. ¿No deberíamos propiciar un inter-
cambio fecundo de discernimiento de los signos de los tiempos

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II. Documentos
PRESENTACIÓN
D E L D O C U M E N T O «KAIROS» SUDAFRICANO

El Documento «Kairós» habla por sí mismo; difícilmente


puede ser más claro e inteligible p a r a todos. Pero, al t e r m i n a r su
lectura, todo creyente cristiano, más aún si está dedicado a la
reflexión teológica, no puede menos que preguntarse: ¿en qué
modelo de iglesia y de teología me inscribo?
Es verdad que cada situación tiene su densidad peculiar y
reviste sus propios matices; las contradicciones sufridas en la
población suraf ricana y las distintas posturas de las iglesias con
sus teologías se dan en un contexto determinado y no son transfe-
ribles sin más a otras regiones. Pero lo que allí está sucediendo
es concreción cruel y palpable de una ideología que clava sus
garras en la organización sociopolítica del mundo actual: la domi-
nación y m u e r t e del h o m b r e por el hombre, el poder insolidario,
el desarrollo economicista e inhumano. Ya pensando en la situa-
ción social española y en el servicio que debe p r e s t a r la Iglesia
con su teología, sugiero algunos capítulos importantes.

1. LA FE CRISTIANA Y LA POLÍTICA

Damos por supuesto que la fe cristiana no separa del mundo,


sino que nos sumerge y cuestiona en el e n t r a m a d o sociopolítico.
No caben ni la neutralidad ni la evasión espiritualista. La Iglesia
es comunidad seguidora de Jesús, que vivió, trabajó, luchó y murió
en la sociedad secular, en la «polis», donde se dan la salvación
y la perdición. La «teología política» viene a ser como la respuesta

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de la comunidad creyente a las exigencias del m u n d o real socio- y la «teología política que despunta en los pueblos económica-
político en que vive. mente subdesarrollados».
A la h o r a de hacerse presente en la organización social, la La «teología política progresista» considera la reconciliación
Iglesia y la teología pueden adoptar tres posiciones. Una, pactando como tarea fundamental en la solución del problema, pero no
con los poderes de turno, p a r a justificar el orden establecido, y desciende al terreno de lo concreto. Hay conflictos que se origi-
canonizar la voluntad del poderoso. Es la clásica «teología polí- nan por malentendidos, y un diálogo a tiempo puede arreglar las
tica» de los griegos, la «teología civil» de los romanos, la teología cosas. Pero hay otros conflictos estructurales, donde un lado tiene
cristiana que mantiene «una situación de cristiandad» en distin- razón y el otro no la tiene, donde unos buscan la justicia mientras
tas formas de nacionalcatolicismo. Sería lo equivalente a la otros mantienen la situación injusta: «el conflicto es entre dos
llamada en el Documento, «teología del Estado». causas o intereses irreconciliables, u n a de las cuales es justa y
Rechazando esa «teología política civil», hace unos años la o t r a injusta». La Iglesia con su teología no puede menos de
surgió la «teología política europea» de signo progresista: trata «tomar partido» por quienes piden rectificar lo incorrecto.
de salvaguardar la mayoría de edad, la autonomía y emancipa- Aquí nace la «teología profética». Intenta dar respuesta válida
ción del h o m b r e moderno. Incluso los teólogos europeos progre- en y p a r a una situación real. «Toma partido» por los empobreci-
sistas aplauden las luchas de los pueblos pobres por su liberación dos, no se conforma con arreglos programados calculadamente
y critican la dictadura total del mercado. Pero a la vez ¿no viven por los poderosos para seguir manteniendo su posición de ventaja,
ellos mismos la complicidad estructural con el sistema de domi- y exige un cambio radical del sistema. Son la teología y la Iglesia
nación? Como la «teología de la Iglesia» criticada en el Documento, que acompañan, forman cuerpo con los pobres y humillados que
¿no corre el peligro la teología política europea de caer en teorías luchan por satisfacer sus justos derechos y están dispuestas a
abstractas y pronunciamientos vacíos de concreción histórica? c o r r e r su misma suerte.
Hay, finalmente, una «teología política profética». No se
reduce a formular principios generales y pronunciamientos 3. NECESIDAD DE UNA PRÁCTICA
abstractos. Analiza la situación de injusticia y desenmascara los
Sin duda es aquí donde radica la cuestión de fondo. Tanto
mecanismos perversos que generan y mantienen la injusticia. En
la llamada por el Documento «teología de la Iglesia» como «la
esta situación, unos son los empobrecidos que claman por salir
teología política» de los europeos, a pesar de sus diferencias,
de su postración, y otros los acaparadores que intentan mante-
adolecen de una práctica. El fallo es manifiesto en algunas contra-
ner a toda costa el «statu quo». La teología política que busca la
dicciones: «¿cómo se puede condenar toda forma de violencia y
reconciliación eficaz en el a m o r y en la justicia toma partido por
al mismo tiempo n o m b r a r capellanes p a r a un ejército violento
los empobrecidos. Desde ahí exige un cambio radical del sistema y agresivo?», «¿es legítimo —especialmente en n u e s t r a s circuns-
que corrompe y mata. La «teología latinoamericana de la libera- tancias— u s a r la misma palabra violencia como un m a n t o conde-
ción» viene a ser esa forma nueva de teología,poli tica; su pare- natorio p a r a cubrir la rudeza y actividades agresivas del Estado,
cido con la «teología profética» del Documento «Kairós» es así como p a r a los desesperados intentos de la gente p a r a defen-
notable. derse?».
Se dan estas contradicciones en la Iglesia y en la teología
2. RECONCILIACIÓN
porque no es decidida ni concretada la opción por los empobreci-
Esta palabra nos sirve p a r a concretar más las diferencias dos. Esta opción supone aceptar el conflicto y el riesgo de la propia
entre las llamadas «teología política de la Iglesia» y «teología seguridad, y para ello es imprescindible una práctica evangélica:
profética». Ya en nuestro contexto español, la comparación más «tenemos una Iglesia dividida precisamente porque no todos los
bien sería entre «teología política» de corte progresista europeo miembros se han alineado ante la opresión». La «teología profé-

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tica» desenmascara cualquier evasionismo espiritualista, desta-
cando bien cómo el compromiso por la justicia no es más que la
única práctica válida del a m o r en situaciones injustas.
Sólo esa práctica, versión histórica del seguimiento de Jesús,
puede garantizar la tarea ineludible p a r a todos los cristianos:
«participar en la lucha por la liberación y por una sociedad justa»,
«ejercer un ministerio de compromiso».

4. LLAMADA PARA NOSOTROS

Parece conveniente dar toda su amplitud a unas palabras fina-


les del Documento: «el desafío de la fe en nuestro actual "Kairós"
se dirige a todos aquellos que se llaman a sí mismos cristianos». KAIROS: U N DESAFIO A LAS IGLESIAS
Las invitaciones hechas por el Espíritu a las iglesias locales no
pueden ser indiferentes p a r a la iglesia universal. El documento Kairós es un comentario bíblico y teológico
sobre la crisis política en Sudáfrica hoy. Es un intento de cristia-
Es verdad que la Iglesia y teología en la sociedad española
nos comprometidos por reflexionar sobre la situación de m u e r t e
no tienen hoy los conflictos sociales de Suráfrica, ni se ven amor-
en nuestro país. Es una crítica a los actuales modelos teológicos
dazadas por un totalitarismo de Estado. Pero cambiando palabras
que determinan el tipo de actividades en que la Iglesia se involu-
y figuras, el sistema de dominación corrompe también a nuestras
cra p a r a t r a t a r de resolver los problemas del país. Es un intento
relaciones sociales. Millones de hombres empobrecidos, margi-
de desarrollar, en medio de esta perpleja situación, un modelo
nados por el paro, subempleo, pensiones insuficientes o abandono
bíblico y teológico alternativo que, a su vez, conduzca a formas
total son fruto de una violencia creada por el sistema, mantenido
de actividad que m a r q u e n una diferencia real p a r a el futuro del
por la ideología egoísta e insolidaria de la dominación.
país.
La Iglesia con su teología puede ser progresista, exigiendo su
Es de particular interés la forma como este material teoló-
independencia respecto al poder civil, e incluso hablando de la
gico se gestó. En junio de 1985, a medida que la crisis se intensi-
opción por los pobres, pero manteniéndose dentro del sistema,
ficaba en el país, y más y más gente era asesinada, herida y apre-
sin enfrentarse con las situaciones concretas y sin jugarse la
hendida, mientras un b a r r i o negro t r a s otro se levantaba contra
propia seguridad. El cuestionamiento más de fondo es la práctica
el régimen de segregación racial, mientras la gente se resistía
profética: una participación en la organización sociopolítica, no
a ser oprimida y a cooperar con los opresores, enfrentando la
sólo a modo de crítica desde fuera y sin riesgo, sino también como
muerte, día a día, y mientras el ejército entraba a los barrios
práctica de vida que rompe con el sistema vigente y la jerarquía
negros dominando por las armas, un grupo de teólogos compro-
de valores que lo apoyan. Sólo así la Iglesia y su teología pueden
metidos con la situación expresaron la necesidad de reflexionar
tener derecho a presentarse como cristianas.
sobre ésta, p a r a determinar cuál sería la respuesta apropiada de
p a r t e de la Iglesia y de los cristianos de Sudáfrica.
J E S Ú S ESPEJA, O. P.
Un p r i m e r grupo de discusión se reunió a comienzos de julio
en el corazón de Soweto. Los participantes hablaron libremente
acerca de la situación y las diversas respuestas de la Iglesia, los
líderes de iglesia y los cristianos. Se hizo una crítica a estas
respuestas y la teología de la cual estas respuestas fluyen.

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Se d e s i g n ó ^ personas del grupo p a r a reunir material sobre Nosotros, como grupo de teólogos, hemos intentado entender
temas específicos, que surgieron durante la discusión, y presen- el significado teológico de este m o m e n t o en n u e s t r a historia. Es
tarlo en una próxima reunión del grupo. serio, muy serio. Para muchos cristianos en Sudáfrica este es el
En la j e g u n d a reunión, el material fue sometido a discusión Kairós, el momento de gracia y oportunidad, el tiempo aceptable
y se comisionó a un grupo de personas p a r a llevar a cabo poste- en el que Dios entrega un desafío p a r a la acción decisiva. Es un
riores investigaciones en áreas problemáticas específicas. Los tiempo peligroso porque, si se pierde la oportunidad y se deja
últimos descubrimientos, con el resto del material, fueron selec- pasar el tiempo, la pérdida para la Iglesia, para el Evangelio y para
cionados y llevados a un tercer encuentro, en el que participaron todo el pueblo de Sudáfrica será inconmensurable. Jesús lloró
más de treinta personas, entre las cuales se encontraban teólo- sobre Jerusalén. Lloró sobre la tragedia de la destrucción de la
gos, laicos y algunos dirigentes eclesiásticos. ciudad y la masacre del pueblo que era inminente, «y todo porque
ustedes no reconocieron su oportunidad (Kairós) cuando Dios la
Luego de una intensa discusión se efectuaron algunos ajustes
ofreció» (Le 19, 44).
y anexaron aportes, especialmente en la sección «Desafío para la
Acción». Se formó un Comité p a r a llevar el documento a discu- Una crisis es un juicio que revela lo mejor en algunas personas
sión a varias comunidades cristianas a través del país. Se les dijo y lo peor en otras. Una crisis es un momento de verdad que nos
lo siguiente: «Este es un documento de trabajo que pertenece al m u e s t r a lo que realmente somos; no da lugar p a r a escondernos
pueblo y que puede ser de ustedes también, aunque sea p a r a y no da lugar p a r a pretender ser lo que de hecho no somos. En
destruirlo, si la posición que ustedes sustentan puede pasar el test el presente, la Iglesia en Sudáfrica está por mostrarnos lo que real-
de la fe bíblica y la experiencia cristiana en Sudáfrica.» Se les mente es y no hay encubrimiento posible.
manifestó, además, que era un documento abierto, del cual nunca Lo que la actual crisis nos enseña, aun cuando muchos ya lo
podrá decirse que es definitivo. hemos percibido, es que la Iglesia está dividida. Cada vez más
El Comité de Trabajo, como se le llamó, fue inundado con los gente se da cuenta que de hecho existen dos Iglesias en Sudáfrica:
comentarios, sugerencias y entusiastas apreciaciones de varios una Iglesia blanca y una Iglesia negra. Aún dentro de una misma
grupos y personas del país. El 13 de septiembrejde..1.985, cuando denominación existe esta división. En el conflicto de vida y muerte
el documento fue entregado p a r a ser publicado, aún surgían entre diferentes fuerzas sociales hay cristianos (o al menos gente
comentarios y recomendaciones. Por ello, la primera publicación que profesa ser cristianos) en ambos bandos en conflicto, y algu-
debe ser tomada como el inicio, la base de una discusión poste- nos que están t r a t a n d o de permanecer al margen.
rior para todos los cristianos del país. Otras ediciones serán publi- ¿Prueba esto que la fe cristiana no tiene real significado o rele-
cadas más adelante. vancia p a r a nuestros tiempos? ¿Muestra ello que la Biblia puede
ser usada para cualquier propósito? Tal problema podría ser sufi-
cientemente crítico para la Iglesia en cualquier circunstancia, pero
cuando observamos que el conflicto en Sudáfrica es entre opresor
y oprimido, la crisis de la Iglesia como institución se torna más
CAPITULO UNO: EL MOMENTO DE LA VERDAD
aguda. Tanto opresores como oprimidos exigen lealtad a la misma
Iglesia, ambos han sido bautizados en el mismo bautismo y parti-
El tiempo se ha cumplido, el momento de la verdad ha llegado. cipan juntos en la partición del mismo pan, el mismo cuerpo y
Sudáfrica ha sido sumergida en una crisis que está remeciendo la misma sangre de Cristo. Nos sentamos juntos en la Iglesia
sus bases y todo indica que la crisis recién ha comenzado y se mientras afuera, policías y soldados cristianos reprimen y asesi-
profundizará y se h a r á más amenazante en los meses venideros. nan a niños cristianos o t o r t u r a n a m u e r t e a prisioneros cristia-
Es el Kairós, o momento de la verdad, no sólo p a r a el régimen nos, en tanto otros cristianos se marginan de esta situación y
de segregación racial, sino también p a r a la Iglesia. débilmente claman por la paz.

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La Iglesia está dividida y la hora del juicio ha llegado. El «Tan pronto como los cristianos leales al Evangelio de Jesús
momento de la verdad nos impele a analizar más cuidadosamente ponen resistencia a la d e m a n d a totalitaria del Estado, los
las diferentes teologías de nuestras Iglesias y a expresar más clara representantes de éste o sus consejeros teológicos suelen citar
a Pablo como si los cristianos tuvieran el m a n d a m i e n t o de
y francamente el real significado de estas corrientes teológicas.
endosar y así hacerse cómplices de todos los crímenes de un
Hemos logrado determinar tres Teologías y hemos decidido deno- Estado totalitario» (The State in the New Testament, SCM
minarlas: «Teología del Estado», «Teología de la Iglesia» y «Teolo- 1957, pág. 56).
gía Profética». En nuestro detallado análisis de la p r i m e r a y
segunda teología no queremos callar nuestras palabras. La situa-
ción es demasiado crítica p a r a ello.
Pero, ¿cuál es entonces el significado de Rom 13, 1-7, y por
qué la interpretación que de este texto hace la «Teología del
Estado» es injustificable desde el p u n t o de vista bíblico?
La Teología del Estado asume que en este texto Pablo presenta
CAPITULO DOS: CRITICA A LA TEOLOGÍA DEL ESTADO una doctrina cristiana definitiva y absoluta acerca del Estado; en
otras palabras, un principio absoluto y universal que es igual-
El Estado de segregación racial sudafricano tiene su propia mente válido p a r a cualquier época y circunstancia. La falacia de
teología y la hemos denominado «Teología del Estado». La «Teolo- esta concepción ha sido señalada por numerosos estudiosos de la
gía del Estado» es simplemente la justificación teológica del statu Biblia (ej. ver E. Kasemann, Commentary on Romans, SCM, pági-
quo con su racismo, capitalismo y totalitarismo. Bendice la injus- nas 354-7; O Cullmann, The State in the New Testament, SMC,
ticia, canoniza la voluntad del poderoso y reduce al pobre a la pasi- págs. 55-7).
vidad, obediencia y apatía.
Se ha pasado por alto uno de los principios más fundamenta-
¿Cómo hace esto la Teología del Estado? Manipulando concep- les de la interpretación bíblica: cada texto debe ser interpretado
tos teológicos y textos bíblicos p a r a sus propios propósitos polí- en su contexto. Extraer un texto de su contexto e interpretarlo en
ticos. Nos gustaría a t r a e r la atención a cuatro ejemplos claves abstracto es distorsionar el significado de la palabra de Dios.
p a r a m o s t r a r cómo esto se hace en Sudáfrica. El primero es el Además, en este caso, el contexto no está dado sólo en los capítu-
uso de Rom 13, 1-7 para dar autoridad absoluta y divina al Estado; los y versículos que preceden o suceden este particular texto; ni
el segundo, la utilización de la idea de ley y orden p a r a determi- siquiera está limitado al contexto global de la Biblia. El contexto
n a r y controlar lo que se permite a la gente considerar justo o está también dado por las circunstancias en que la afirmación de
injusto. El tercero, el uso del concepto «comunista» p a r a etique- Pablo fue hecha. Pablo escribió a una particular comunidad
tar a cualquiera que rehuse la «Teología del Estado» y, finalmente, cristiana, en una comunidad que tenía sus propios problemas
el uso que se hace del n o m b r e de Dios. particulares en relación al Estado, en su tiempo y en su circuns-
tancia. Esto es p a r t e del contexto de nuestro texto.
2.1. Romanos 13, 1-7 Muchos autores han llamado la atención al hecho de que en
el resto de la Biblia Dios no exige obediencia hacia los gobernan-
El abuso que de este famoso texto se hace, no es exclusivo tes opresivos; muchos ejemplos se pueden citar desde Faraón a
del actual gobierno de Sudáfrica. A través de la historia del Pilatos y en tiempo de los Apóstoles. Primero los judíos, y más
cristianismo los regímenes totalitarios han t r a t a d o de legitimar t a r d e los cristianos, no creyeron que los señores imperiales:
una actitud de ciega obediencia y absoluto servilismo hacia el egipcios, babilonios, griegos o romanos, tuvieran algún tipo de
Estado, citando este texto. El conocido teólogo Osear Cullmann derecho divino p a r a regirlos y oprimirlos. Estos imperios repre-
hace treinta años señaló lo siguiente: sentan las bestias descritas en los libros de Daniel y del Apocalip-

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sis. Dios permitía que gobernaran por algún tiempo, pero no 2.2. Ley y Orden
a p r o b a b a lo que ellos hacían, no era su voluntad. Su voluntad era
El Estado hace uso del concepto de Ley y Orden p a r a mante-
la libertad y liberación de Israel. Rom 13, 1-7 no puede contrade-
ner el statu quo que define como «normal», pero esta ley es la ley
cir todo esto.
injusta y discriminatoria del régimen del Apartheid y este orden
Pero lo más revelador de todo son las circunstancias en que es el desorden organizado e institucionalizado de la opresión.
se encontraban los cristianos romanos a quienes Pablo escribió. A quienquiera que desee cambiar esta ley y orden se le hace sentir
No eran revolucionarios. No t r a t a b a n de d e r r o c a r al Estado, que es un delincuente. En otras palabras, se le hace sentir culpa-
tampoco exigían un cambio de gobierno. Eran lo que ha sido ble de pecado.
llamado «antinómicos» o «entusiastas» y su creencia era que los Sin duda, es el deber del Estado m a n t e n e r la ley y el orden,
cristianos y sólo los cristianos estaban eximidos de obedecer a pero no tiene m a n d a t o divino p a r a mantener cualquier tipo de ley
cualquier estado, gobierno o autoridad política, porque sólo Jesús y orden. Algo no es moral y justo simplemente porque el Estado
era su Señor y Rey. Esto es obviamente herético y Pablo está promulga una ley; y la organización de una sociedad no es justa
obligado a señalar a estos cristianos que antes de la segunda y de derecho sólo porque ha sido instituido por el Estado. No pode-
venida de Cristo h a b r á siempre algún tipo de estado, alguna clase mos aceptar cualquier tipo de ley ni cualquier tipo de orden. Debe
de gobierno secular, y que los cristianos no están eximidos de ser preocupación de los cristianos lograr p a r a nuestro país una
obediencia a algún tipo de autoridad política. ley justa y un orden justo.
Pablo no t r a t a el tema de u n Estado j u s t o o injusto, o la nece- En la actual crisis, y especialmente en el estado de emergen-
sidad de cambiar un gobierno por otro. Simplemente establece cia, la «Teología del Estado» ha t r a t a d o de reestablecer el statu
que existe una autoridad secular y que los cristianos como tales quo de discriminación, explotación y opresión ordenada, apelando
no están eximidos de las leyes y autoridades seculares. Pero no a la conciencia de sus ciudadanos en nombre de la ley y del orden.
hace mención acerca de lo que deben hacer cuando un estado es Intenta hacer sentir a quienes rechazan esta ley y orden estable-
injusto u opresivo. Esa es otra cosa. cidos que son individuos sin Dios. De este modo no está sólo
u s u r p a n d o a la Iglesia el derecho de hacer juicios sobre lo que
Consecuentemente, aquellos que t r a t a n de encontrar una
está bien o es justo en n u e s t r a s circunstancias; va aún más allá,
respuesta a las muy diversas preguntas y problemas de n u e s t r o
exigiendo una obediencia que debe ser reservada sólo p a r a Dios.
tiempo en el texto de Rom 13, 1-7 hacen un flaco favor a Pablo.
El Estado sudafricano no reconoce más autoridad que la propia
La utilización que la «Teología del Estado» hace de este texto nos
y, por tanto, no permite a nadie cuestionar lo que ha definido como
revela más acerca de las opciones políticas de aquellos que elabo-
ley y orden. Sin embargo, actualmente existen millones de cristia-
ran esta teología que acerca del significado de la palabra de Dios.
nos en Sudáfrica que dicen con Pedro «Debemos obediencia a Dios
Como un estudioso de la Biblia dijo: «El interés principal es justi-
antes que a los hombres (seres humanos)» (Hec 5, 29).
ficar los intereses del Estado y el texto es puesto a su servicio sin
respeto por el contexto y la intención de Pablo».
2.3. La amenaza del comunismo
Si queremos consultar la Biblia como guía en una situa-
ción en la cual el Estado que se supone sea «siervo de Dios» Todos sabemos que el Estado sudafricano hace uso de la
(Rom 13, 16) traiciona aquel llamado y comienza a servir a Sata- etiqueta de «comunista». Cualquiera que amenace el statu quo
nás, entonces podemos estudiar el capítulo 13 del Libro del Apoca- es etiquetado de comunista. Cualquiera que se opone al Estado,
lipsis. Aquí el Estado Romano es siervo del Dragón (el diablo) y y especialmente aquel que rechace su teología es sencillamente
toma la apariencia de una horrible bestia. Sus días están conta- descalificado como un comunista. No se considera el real signifi-
dos porque Dios no p e r m i t i r á a su siervo infiel reinar p a r a cado del comunismo, ni por qué algunas personas han optado por
siempre. el comunismo o alguna forma de socialismo. Aún aquellos que no

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rechazan el capitalismo son llamados comunistas cuando recha- que confrontar. Tenemos aquí un Dios que, históricamente, ha
zan la «Teología del Estado». El Estado usa la etiqueta «comu- estado de lado de los colonos blancos, que despoja a la gente de
nista» en una forma acrítica, como símbolo del demonio. color de sus tierras y de la mayor p a r t e de la tierra a su «pueblo
La «Teología del Estado», como toda teología, requiere de un elegido».
símbolo concreto del mal. Debe ser capaz de simbolizar lo que Es un Dios de a r m a s superiores quien conquistó a aquellos
considera como conductas sin Dios y determinar qué ideas deben armados sólo con lanzas. Es el dios de casspirs y de hippos, el dios
ser consideradas ateas. Debe tener su propia versión del infierno del gas lacrimógeno, balas de goma, sjambox, prisiones y senten-
y, por tanto, h a inventado, o más bien asumido, el mito del comu- cias de muerte. He aquí un dios que exalta al orgulloso y humilla
nismo. Todo mal es comunista y toda idea comunista o socialista al pobre, exactamente lo opuesto al Dios de la Biblia, quien
es atea y sin Dios. La amenaza del fuego del infierno y del castigo «dispersa al orgulloso de corazón, derriba a los poderosos de sus
eterno son reemplazados por las amenazas y advertencias acerca tronos y exalta al humilde» (Le 1, 51-52). Desde un p u n t o de vista
de los horrores de un régimen tiránico, ateo, totalitario y terroris- teológico, el opuesto al Dios de la Biblia es el diablo, Satanás. El
ta; una especie de infierno en la tierra. Es una forma muy conve- dios del Estado sudafricano no es sólo un ídolo o falso dios, es
niente de atemorizar a alguna gente, de modo que acepten cual- el diablo disfrazado como Dios todopoderoso, el anticristo.
quier forma de dominación y explotación por una minoría. El El opresivo régimen sudafricano será siempre particular-
Estado sudafricano tiene su propia teología herética y, de acuerdo mente detestable p a r a los cristianos, precisamente porque hace
con ella, millones de cristianos en Sudáfrica (para no mencionar uso del cristianismo p a r a justificar sus medios malignos. Como
el resto del mundo) deben ser considerados «ateos». Es significa- cristianos, no podemos tolerar el uso blasfemo del n o m b r e y pala-
tivo que en los primeros tiempos, cuando los cristianos rechaza- b r a de Dios. La «Teología del Estado» no es sólo herética, es
ban los dioses del Imperio Romano, fueran etiquetados de «ateos» también blasfema. Los cristianos que tratan de permanecer fieles
por el Estado. al Dios de la Biblia están aún más horrorizados cuando ven que
hay iglesias como la Iglesia Holandesa Reformada blanca, y otros
2.4. El Dios del Estado grupos de cristianos, que realmente suscriben esta teología heré-
El Estado, al oprimir al pueblo, hace uso una y otra vez del tica. La Teología del Estado necesita sus propios profetas y se las
nombre de Dios. Capellanes del ejército lo utilizan p a r a estimu- arregla p a r a encontrarlos en las filas de aquellos que profesan
lar a las Fuerzas Armadas sudafricanas; capellanes de la policía ser ministros de la palabra de Dios en algunas de n u e s t r a s
lo usan p a r a reforzar a sus miembros y los ministros del gabi- Iglesias. Es particularmente trágico p a r a un cristiano ver el
nete lo usan en sus discursos propagandísticos. Pero tal vez lo más n ú m e r o de personas que son engañadas y confundidas por estos
revelador sea el blasfemo uso del santo n o m b r e de Dios en el falsos profetas y su teología herética.
prólogo a la nueva Constitución del Régimen de segregación racial:

«En humilde sumisión al Dios Altísimo, que controla los desti-


nos de las naciones y la historia de los pueblos, que trajo a
nuestros antepasados de muchas tierras y se las entregó como CAPITULO TRES: CRITICA A LA TEOLOGÍA DE LA IGLESIA
propias, quien les guía de generación en generación; quien
maravillosamente les ha liberado de los peligros que les Hemos analizado los pronunciamientos que hacen de tiempo
acechan».
en tiempo, las así llamadas «Iglesias de habla inglesa». Hemos
visto lo que los líderes de las iglesias tienden a decir en sus discur-
Este Dios es un ídolo. Es tan malévolo, siniestro y demoníaco sos y conferencias de prensa acerca del régimen de segregación
como cualquiera de los ídolos que los profetas de Israel tuvieron racial y la actual crisis. Lo que podemos observar, al analizar todos

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estos pronunciamientos, es una serie de suposiciones teológicas un opresor violento y el otro está indefenso y es oprimido. Hay
interrelacionadas que hemos llamado «Teología de la Iglesia». conflictos que sólo pueden ser descritos como la lucha entre justi-
Estamos conscientes de hecho que esta teología no expresa la fe cia e injusticia, bien o mal, Dios y el diablo. Hablar en tales casos
de la mayoría de los cristianos en Sudáfrica de hoy que son de reconciliación no sólo es una errónea aplicación de la idea cris-
miembros de una gran parte de nuestras Iglesias. Sin embargo, tiana de reconciliación, sino una total traición de lo que la fe
las opiniones expresadas por los dirigentes de las iglesias son cristiana puede significar. Nunca se ha sugerido en la Biblia o en
consideradas por los Medios de Comunicación de Masas, y por la tradición cristiana que debemos t r a t a r de reconciliar el bien
n u e s t r a sociedad en general, como el pensamiento oficial de las y el mal, Dios y el Diablo. Se supone que debemos a p a r t a r el mal,
Iglesias. Por tanto, hemos optado por denominar este pensamiento la injusticia, la opresión y no llegar a entendimiento con el pecado.
«Teología de la Iglesia». La crisis en que nos encontramos sumi- Se supone que opongamos, confrontemos y rechacemos el Diablo
dos hoy nos impele a cuestionar esta teología, sus supuestos, impli- y no c o m p a r t a m o s con él.
cancias y prácticas. De una manera limitada, cuidada y cauta, esta
teología es crítica del régimen de segregación racial. Su crítica, En n u e s t r a actual situación en Sudáfrica sería totalmente
sin embargo, es superficial y contraproducente, porque en lugar anticristiano llamar a la reconciliación y la paz antes que las
de comprometerse en un análisis profundo de los signos de nues- injusticias hayan sido removidas. Cualquier llamado en este
tro tiempo, se basa en un conjunto de ideas derivadas de la tradi- sentido favorece al opresor porque t r a t a de persuadir a aquellos
ción cristiana y luego, acrítica y reiteradamente, las aplica a de nosotros que somos oprimidos a que aceptemos n u e s t r a
n u e s t r a situación. Las ideas u s a d a s por la mayoría de estos líde- opresión y nos reconciliemos con los intolerables crímenes que
res de la Iglesia, y que a nosotros nos gustaría examinar aquí, son: se cometen contra nosotros. Esto no es reconciliación cristiana, es
reconciliación (o paz), justicia y no violencia. pecado. Es pedir hacernos cómplices en nuestra propia expresión,
transformarnos en siervos del diablo. No hay reconciliación posi-
ble en Sudáfrica sin justicia.
3.1. Reconciliación
Lo que esto significa en la práctica es que no es posible la
La «Teología de la Iglesia» considera la reconciliación como reconciliación, perdón o negociaciones sin arrepentimiento.
la clave de solución del problema. Nos habla acerca de la necesi- La enseñanza bíblica en este aspecto es lo suficientemente clara
dad de reconciliación entre blancos y negros, o entre todos los p a r a explicar que nadie puede obtener perdón y reconciliarse con
sudafricanos. La «Teología de la Iglesia» a menudo describe la Dios, a menos que se arrepienta de sus pecados. Tampoco se puede
actitud cristiana de la siguiente manera: «Debemos ser justos, esperar que perdonemos a los pecadores si éstos no se arrepien-
debemos escuchar ambos lados del problema. Si ambos lados ten; cuando él o ella se arrepienta debemos estar dispuestos a
pudieran reunirse a conversar y negociar, superarían sus diferen- perdonar setenta veces siete, pero antes de eso se espera que predi-
cias y malos entendidos y el conflicto sería resuelto». Esto parece quemos arrepentimiento a aquellos que pecan contra nosotros o
ser muy cristiano. ¿Pero lo es realmente? contra otros. Reconciliación, perdón y negociación será nuestro
La falacia consiste en que la «reconciliación» ha sido usada deber cristiano en Sudáfrica sólo cuando el Régimen del Apartheid
como un principio absoluto que debe ser aplicado en todos los m u e s t r e signos de arrepentimiento genuino. El reciente discurso
casos de conflicto o desacuerdo. Pero no todos los casos de de PW Botha en Durban, la continua represión militar del pueblo
conflicto son iguales. Podemos imaginar una disputa privada entre en los barrios negros y la prisión de todos sus opositores, es clara
dos personas o dos grupos cuyas diferencias están basadas en p r u e b a de la total falta de arrepentimiento del presente régimen.
malentendidos. En tales casos lo más apropiado es conversar y No hay nada que deseemos más que la verdadera reconcilia-
negociar y reconciliar ambos lados. Pero existen otros tipos de ción y genuina paz —la paz que Dios desea— y no la que el mundo
conflictos en los cuales un lado está en lo correcto, y el otro en quiere (Jn 14, 27). La paz que Dios quiere está basada en la verdad,
lo incorrecto. Uno de los lados está completamente a r m a d o y es arrepentimiento, justicia y amor. La paz que el m u n d o nos ofrece

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es u n a unidad que compromete la verdad, encubre la injusticia En el corazón de esta aproximación está la creencia en la
y opresión y está totalmente motivada por el egoísmo. En esta «conversión individual» en respuesta a las «demandas moralizan-
situación, como Jesús, debemos denunciar esta falsa paz, enfren- tes» p a r a cambiar las e s t r u c t u r a s de la sociedad. Nunca ha sido
t a r a nuestros opresores y s e m b r a r disensión. Como cristianos así y nunca lo será. La actual crisis, con toda su crueldad, bruta-
debemos decir con Jesús: «¿Creéis que estoy aquí p a r a dar paz lidad e insensibilidad, es u n a clara p r u e b a de la ineficacia de
a la tierra? No, os lo aseguro, sino división» (Le 12, 51). No puede años y años de «moralización» cristiana acerca de la necesidad
haber paz sin real justicia y arrepentimiento. Sería erróneo tratar del amor. El problema que t r a t a m o s aquí en Sudáfrica no es
de conservar la paz y unidad a toda costa, aún al precio de la solamente un problema de culpa personal; es u n problema de
verdad y justicia, y aún peor, al costo de miles de jóvenes vidas. injusticia estructural. La gente sufre, es herida, asesinada y
Como discípulos de Jesús debemos más bien promover verdad, t o r t u r a d a cada día. No podemos sentarnos a esperar que el
justicia y vida a toda costa, aún al costo de crear conflicto, opresor vea la luz, de modo que el oprimido extienda sus manos
desunión y división. Para ser fieles a la Biblia, nuestros dirigen- y ruegue por las migajas de algunas reformas. Sería degradante y
tes eclesiásticos deben adoptar una teología que millones de opresivo.
cristianos han adoptado, una teología bíblica de confrontación Ha habido algunas reformas y, sin duda, las seguirá habiendo
directa con la fuerza del mal en lugar de una teología de reconci- en un futuro cercano. Bien puede ser que los llamados de la
liación con el pecado y el diablo. Iglesia a la conciencia de los blancos haya contribuido marginal-
mente a la introducción de algunas de esas reformas, pero ¿pueden
3.2. Justicia tales reformas ser consideradas cambios reales, como la introduc-
Sería incorrecto dar la impresión que la «Teología de la ción de una justicia perdurable y verdadera? Las reformas que
Iglesia» en Sudáfrica no está particularmente preocupada por parten de la cúpula nunca son satisfactorias; r a r a vez van más
la necesidad de justicia. Ha habido algunas muy fuertes y since- allá de hacer aún más efectiva, pero también más aceptable, la
ras demandas por justicia. Pero lo que necesitamos p r e g u n t a r opresión. Si el opresor alguna vez introduce reformas que puedan
aquí, la muy seria pregunta teológica es: ¿Qué tipo de justicia? conducir a un cambio real, ello se deberá a la fuerte presión
Un examen acerca de las declaraciones y pronunciamientos de la de los oprimidos. La justicia verdadera, la justicia divina, demanda
un cambio radical de estructuras; esto sólo puede provenir desde
Iglesia nos da la impresión que la justicia percibida es la justicia
abajo, de los propios oprimidos. Dios h a r á el cambio a través
de la reforma, es decir, una justicia que está determinada por el
de los oprimidos como lo hizo a través de los hebreos en Egipto.
opresor, por la minoría blanca y que es ofrecida al pueblo como
Dios no hace justicia a través de las reformas introducidas por
concesión. No parece ser la justicia más radical que viene desde
los faraones de este mundo.
abajo y es determinada por el pueblo de Sudáfrica.
Una de nuestras razones principales para llegar a esta conclu- ¿Por qué entonces la «Teología de la Iglesia» apela más a la
sión es el simple hecho que casi todas las declaraciones y llama- cúpula que al pueblo que sufre? ¿Por qué esta teología no demanda
dos de la Iglesia son hechos al Estado o a la comunidad blanca. que el oprimido reivindique sus derechos y luche contra sus
Parece asumirse que los cambios deben p a r t i r de los blancos, o opresores? ¿Por qué no les dice que su deber es trabajar por
al menos de la gente que está en la cima de la sociedad. La idea la justicia y cambiar las estructuras injustas? Tal vez la respuesta
general parece ser que sólo se debe apelar a la conciencia y buena a estas preguntas es que los llamados desde a r r i b a en la Iglesia
voluntad de aquellos que son responsables de la injusticia en tienden muy fácilmente a ser llamados a las élites de la sociedad.
n u e s t r a tierra y que una vez que se han arrepentido de sus peca- Se debe hacer un llamado a la conciencia de aquellos que perpe-
dos y después de alguna consulta con otros, introducirán las refor- túan el sistema de injusticia. El cambio real, la verdadera justi-
m a s necesarias al sistema. ¿Por qué sino por esta visión los cia, sólo puede venir desde abajo, desde el pueblo, la mayoría del
dirigentes eclesiásticos conversan con PW Botha? cual es cristiano.

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3.3. No violencia y dominación ser lo mismo que los actos de resistencia y autode-
fensa? ¿Sería lo mismo describir como violencia tanto la fuerza
La actitud de la «Teología de la iglesia» acerca de la no violen- física u s a d a por u n violador como la fuerza física u s a d a por una
cia, expresada como una condena indiscriminada a todo lo que mujer t r a t a n d o de resistirse al violador?
es llamado violencia, no ha sido solamente incapaz de controlar Aún más, no hay bases en la Biblia o en n u e s t r a tradición
la violencia, sino que ha sido, aunque inconscientemente, el cristiana que nos permitan hacer tales generalizaciones. A través
principal factor que ha contribuido a la reciente escalada de de la Biblia, la palabra violencia es u s a d a p a r a describir todo lo
violencia del Estado. Nuevamente aquí, una vez más, la no violen- hecho por un opresor malvado (ej. Sal 72, 12-14; Is 59, 1-8; Jer 22,
cia ha sido transformada en un principio absoluto que se aplica 13-17; Am 3, 9-10; 6, 3; Mi 2, 2; 3-1-3; 6, 12). Nunca es u s a d a p a r a
a todo lo que alguien llama violencia, sin considerar quién la usa, describir las actividades de los ejércitos de Israel cuando t r a t a n
de qué lado está o qué propósito tiene. En n u e s t r a situación esto de liberarse o resistir la agresión. Cuando Jesús dice que debe-
es simplemente contraproducente. mos poner la otra mejilla, nos está indicando que no debemos
El problema de la Iglesia es la forma en que la palabra violen- t o m a r venganza; en realidad, no nos está diciendo que no debe-
cia es usada en la propaganda del Estado. El Estado y los Medios mos defendernos o defender a otros. Hay una extensa y consis-
de Comunicación de Masas han elegido llamar violencia a lo que tente tradición cristiana acerca del uso de la fuerza física para
alguna gente hace en los b a r r i o s negros en su lucha por la libera- defenderse a sí mismos de los agresores y tiranos. En otras pala-
ción, por ejemplo arrojar piedras, q u e m a r vehículos y edificios bras, hay circunstancias en que la fuerza física puede usarse; tales
y, a veces, asesinar colaboradores del Estado. Pero esto excluye circunstancias son muy restrictivas, solamente como un último
lo estructural, institucional y la violencia sin arrepentimiento del recurso y como el menor de dos males, o como lo dijo Bonhoef-
Estado y, específicamente, la violencia opresiva y descarnada de fer, «la menor de dos culpas». Pero no es verdad que el uso de
la policía y el ejército. Esto no es considerado violencia y a u n la fuerza física es siempre violencia y que bajo ninguna circuns-
cuando éstas son conocidas como excesivas, son llamadas «mala tancia puede ser permisible.
conducta» o incluso «atrocidades», pero nunca violencia. De este Con esto no estamos aseverando que el uso de la fuerza física
modo, la frase «violencia en los barrios negros» significa lo que en cualquier época por la gente oprimida es legítima, simplemente
los pobres hacen y no lo que la policía o el régimen de segrega- porque luchan por su liberación. Ha habido casos de asesinatos
ción racial hace al pueblo. Si alguien llama a la no violencia en y maltratos que ningún cristiano aprobaría. Pero entonces nuestra
tales circunstancias, aparece criticando la resistencia del pueblo, desaprobación está basada en un interés de genuina liberación
mientras justifica o al menos pasa por alto la violencia de la poli- y u n a convicción de que tales actos son innecesarios, improducti-
cía, del Estado. Esta es la forma cómo la no violencia es enten- vos e injustificados y no porque caen bajo una condena general
dida, no sólo por el Estado y sus seguidores, sino también por la de cualquier uso de la fuerza física en cualquier circunstancia.
gente que lucha por su propia libertad. En n u e s t r a s circunstan- Finalmente, lo que hace extremadamente sospechosa la no
cias específicas, ésta es una palabra capciosa. violencia profesada por la «Teología de la Iglesia» a los ojos de
Es cierto que las declaraciones y pronunciamientos de la m u c h a gente, incluyéndonos, es el tácito apoyo que muchos diri-
Iglesia también condenan la violencia de la policía. Ellos dicen gentes eclesiásticos brindan a la creciente militarización del
que condenan toda violencia. Pero ¿es legítimo —especialmente Estado sudafricano. ¿Cómo se puede condenar toda forma de
en nuestras circunstancias— u s a r la misma palabra como un violencia y, al mismo tiempo, n o m b r a r capellanes p a r a un ejérci-
m a n t o condenatorio p a r a cubrir la rudeza y actividades represi- to violento y opresivo? ¿Cómo puede condenarse toda violencia
vas del Estado, así como para los desesperados intentos de la gente y, al mismo tiempo, permitir que jóvenes blancos acepten su
p a r a defenderse? ¿No producen confusión tales abstracciones y conscripción en las fuerzas a r m a d a s ? ¿Es porque las actividades
generalizaciones? ¿Cómo pueden los actos de opresión, injusticia de las fuerzas a r m a d a s y policía son consideradas defensivas?

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Esto conlleva una pregunta muy seria acerca de qué lado los diri- gelizar. No como u n a solución alternativa a nuestros problemas,
gentes eclesiásticos deberían estar: ¿Por qué las actividades de como si el Evangelio nos proveyera una solución no-política a los
los jóvenes en los barrios negros no son consideradas defensivas? problemas políticos. No hay una solución específicamente cristia-
En la práctica, lo que uno llama violencia y lo que llama auto- na. H a b r á una forma cristiana de aproximarse a las soluciones
defensa parece depender del lado en que uno se encuentra. Llamar políticas, un espíritu, motivación y actitud cristianos. Pero no hay
violencia a toda fuerza física es t r a t a r de ser neutral y rehusarse forma de ignorar la política y las estrategias políticas.
a hacer un juicio acerca de lo que está bien o mal. El intento por Pero aún no hemos apuntado al problema fundamental. ¿Por
permanecer neutral en este tipo de conflicto es inútil. La neutra- qué la «Teología de la Iglesia» no ha desarrollado un análisis
lidad posibilita que la mantención del statu quo de la opresión social? ¿Por qué tiene ella una comprensión inadecuada de la nece-
(y por tanto ¡a violencia) continúe. Es una forma de d a r un apoyo sidad de estrategias políticas? ¿Por qué hace de la neutralidad y
tácito al opresor. de la apatía una virtud?
La respuesta debe buscarse en el uso de fe y espiritualidad
3.4. El problema fundamental que ha determinado la vida de la Iglesia por siglos. Como todos
sabemos, la espiritualidad ha tendido a ser un asunto de la otra
No es suficiente criticar la «Teología de la Iglesia», debemos vida que tiene muy poco, por no decir nada, que ver con los
t r a t a r también de comprenderla ¿Qué hay detrás de los errores, asuntos de este mundo. Las cuestiones sociales y políticas eran
malas interpretaciones e insuficiencias de esta teología? vistas como asuntos m u n d a n o s que no tienen relación con la
En p r i m e r lugar debemos señalar la carencia de un análisis preocupación espiritual de la Iglesia. Más aún la espiritualidad
social. Hemos podido observar cómo la «Teología de la Iglesia» también ha sido entendida como p u r a m e n t e privada e individua-
tiende a hacer uso de los principios absolutos como reconcilia- lista. Los asuntos públicos y los problemas sociales se entendían
ción, negociación, no violencia y solución pacífica, y la aplica indis- como más allá de la esfera de la espiritualidad. Finalmente, la espi-
criminada y acríticamente a todas las situaciones. Se hacen muy ritualidad que heredamos tiende a esperar que Dios intervenga
pocos intentos p a r a analizar lo que sucede realmente en n u e s t r a a su debido tiempo p a r a corregir lo que está mal en el mundo.
sociedad. No es posible hacer juicios morales válidos de una socie- Esto deja muy poco que hacer a los seres humanos, excepto o r a r
dad sin entender previamente a esa sociedad. El análisis del régi- p o r la intervención de Dios.
men de segregación racial que hace la «Teología de la Iglesia» es Es precisamente este tipo de espiritualidad el que, cuando es
inadecuado. La presente crisis ha dejado actualmente muy claro confrontado con la actual crisis de Sudáfrica, deja a tantos
que los esfuerzos de los dirigentes eclesiásticos por promover vías cristianos y líderes en un estado cercano a la parálisis.
efectivas y prácticas p a r a c a m b i a r n u e s t r a sociedad han fraca-
De más está decir que este tipo de fe y espiritualidad no tiene
sado. Este fracaso es debido, en no poca medida, al hecho de que
bases bíblicas. La Biblia no separa a la persona humana del mundo
la «Teología de la Iglesia» no ha desarrollado un análisis social
en el cual ella vive, no separa lo individual de lo social, o la vida
lógico que la capacite p a r a entender los mecanismos de injusti-
privada de la vida pública. Dios redime a la totalidad de la persona
cia y opresión.
como parte de la totalidad de la creación (Romanos 8, 18-24).
Estrechamente ligado a esto está la carencia de una adecuada Una verdadera espiritualidad bíblica penetraría cada aspecto de
comprensión, en la «Teología de la Iglesia», de la política y estra- la existencia h u m a n a y no excluiría nada de la voluntad reden-
tegia política. El cambio de e s t r u c t u r a de una sociedad es funda- tora de Dios. La fe bíblica es proféticamente relevante a todo lo
mentalmente un asunto político, que requiere de u n a estrategia que sucede en este m u n d o .
política b a s a d a en un claro análisis social o político. La iglesia
tiene que dirigirse a estas estrategias y al análisis en que están
basados. Es en esta situación política que la Iglesia tiene que evan-

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CAPITULO CUATRO: HACIA UNA TEOLOGÍA PROFETICA dos en áreas residenciales segregadas, no tienen voz en el sistema
y se espera que estén agradecidos por las concesiones que como
Nuestro actual Kairós d e m a n d a de los cristianos u n a migajas se les ofrece. No es de su interés permitir que el sistema
respuesta bíblica, espiritual, pastoral y, sobre todo, profética. No continúe, aun bajo alguna forma «reformada» o «revisada», ^ a
b a s t a en estas circunstancias repetir principios cristianos gene- no están dispuestos a ser golpeados, oprimidos y explotados. Están
ralizados. Necesitamos una respuesta valiente e incisiva que sea determinados a cambiar radicalmente el sistema de modo que éste
profética, p o r q u e habla de las circunstancias particulares de esta no continúe privilegiando a unos pocos. Están dispuestos a hacerlo
crisis, una respuesta que no dé la impresión de marginarse, sino aun a costa de sus propias vidas. Lo que ellos quieren es justicia
que claramente y sin ambigüedades tome una posición. p a r a todos.
Esta es nuestra situación de g u e r r a civil o revolución. Un
4.1. Análisis social bando está decidido a m a n t e n e r el sistema a toda costa y el otro
está decidido a cambiarlo. Hay dos proyectos en conflicto y
La p r i m e r a tarea de una teología profética p a r a nuestros ninguna negociación es posible. O tenemos justicia plena e igual
tiempos debería ser un intento de análisis social o lo que Jesús p a r a todos o no la tenemos.
llamó «leyendo los signos de los tiempos» (Mt 16, 3) o «interpre-
tado ente Kairós» (Le 12, 56). No es posible hacer esto en detalle La Biblia tiene mucho que decir acerca de este tipo de conflic-
en este documento, pero debemos al menos comenzar con los linca- tos, acerca de un m u n d o que está dividido entre opresores y
mientos amplios de una análisis del conflicto en que nos encon- oprimidos.
tramos.
Sería muy incorrecto ver el actual conflicto simplemente 4.2. La opresión en la Biblia
como un conflicto racial. El componente racial existe, pero no se
trat a de dos razas o naciones iguales, cada cual con sus propios Cuando buscamos en la Biblia un mensaje acerca de la opre-
egoístas intereses de grupo. La situación que nos preocupa es una sión, descubrimos, como otros a través del mundo lo están descu-
situación de opresión. El conflicto es entre opresores y oprimi- briendo, que la opresión es el tema central que atraviesa el Antiguo
dos. El conflicto es entre dos causas o intereses irreconciliables, y Nuevo Testamento. Los estudiosos de la Biblia, que se han
una de las cuales es justa y la otra injusta. tomado el trabajo de estudiar el tema de la opresión en la Biblia,
han descubierto que hay por lo menos veinte palabras raíces
Por otro lado, están los intereses de aquellos que se benefi- en hebreo p a r a descubrir la opresión. Como dice un autor, la
cian del statu quo y están determinados a mantenerlo a cualquier opresión es «una categoría e s t r u c t u r a l básica en la teología
costo, aun al costo de millones de vidas. Es de su interés introdu- bíblica» (TD Hanks, God so laved the Third World, Orbis 1983,
cir algunas reformas de modo de asegurarse que el sistema no p. 4). Más aún, la descripción de opresión en la Biblia es concreta
sea cambiado radicalmente y que puedan continuar beneficián- y vivida. La Biblia describe la opresión como la experiencia de
dose de él, como lo han hecho en el pasado. Ellos se benefician ser aplastado, degradado, humillado, explotado, empobrecido,
del sistema porque éste les favorece y les permite a c u m u l a r defraudado, engañado y esclavizado. Y los opresores son descri-
grandes riquezas y m a n t e n e r un excepcionalmente alto estándar tos como crueles, despiadados, arrogantes, insaciables, violentos
de vida. Y ellos quieren asegurarse que el sistema permanezca y tiránicos y como el enemigo. Tales descripciones sólo pudieron
inalterado, aun si se requieren algunos ajustes. h a b e r sido escritas originalmente por gente que tuvo una larga
De otro lado están aquellos que no obtienen beneficio alguno y dolorosa experiencia en lo que significa ser oprimidos. Y por
del sistema. Ellos son tratados como meras unidades de fuerza cierto, cerca del noventa por ciento de la historia de los judíos
de trabajo, se les paga sueldos de hambre, separados de sus fami- y luego los cristianos, cuya historia se cuenta en la Biblia, es una
lias por el trabajo migratorio, removidos como ganado y arroja- historia de opresión nacional o internacional. Israel como nación

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fue construida sobre la dolorosa experiencia de opresión y repre- 4.3. La tiranía en la tradición cristiana
sión como esclavos en Egipto. Pero lo que hizo toda la diferencia
p a r a este grupo particular de gente oprimida fue la revelación de Existe una larga tradición cristiana en relación a la opresión,
Jahvé. Dios se reveló a sí mismo como Jahvé, el que tiene compa- pero el término que se ha usado más frecuentemente p a r a descri-
sión de aquellos que sufren y que los libera de sus opresores. bir esta forma particular de maldad es la palabra «tiranía». De
acuerdo a la tradición, una vez que queda establecido sin lugar
« He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto y he escuchado a dudas que un gobernante en particular es un tirano o que un
su clamor en presencia de sus opresores, pues ya conozco sus régimen en particular es tiránico, pierde el derecho moral a gober-
sufrimientos. He bajado p a r a librarle de la mano de los n a r y el pueblo adquiere el derecho a resistir y a encontrar los
egipcios... medios p a r a proteger sus propios intereses contra la injusticia
El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he y la opresión. En otras palabras, un régimen tiránico no tiene legi-
visto además la opresión con que los egipcios nos oprimen» timidad moral.
(Ex 3, 7-9).
Puede ser un gobierno de facto y puede aun ser reconocido
por otros gobiernos y, por tanto, ser un gobierno de iure o legal.
A través de la Biblia, Dios aparece como el libertador del Pero si es un gobierno tiránico desde un punto de vista moral y
oprimido. El no es neutral. El no intenta reconciliar a Moisés y teológico es ilegítimo. En la tradición cristiana existen algunas
al Faraón, a reconciliar los esclavos hebreos con los opresores diferencias de opinión acerca de los medios que podrían ser utili-
egipcios o a reconciliar al pueblo judío con ninguno de sus suce- zados p a r a remover a un tirano, pero no ha habido duda acerca
sivos opresores. La opresión es pecado y no puede negociarse con de nuestro deber cristiano de negarse a cooperar con la tiranía
ella, debe ser eliminada. Dios se pone del lado del oprimido. Como y hacer cuanto sea posible por eliminarla.
leemos en Sal 103, 6 «Dios que hace lo correcto está siempre del
Por supuesto una cuestión clave es la definición de tirano. ¿ En
lado del oprimido».
qué punto un gobierno se convierte en un régimen tiránico?
Tampoco esta identificación con el oprimido es sólo un tema
del Antiguo Testamento. Cuando Jesús se levantó en la Sinagoga La definición latina tradicional de un tirano es Hostis boni
de Nazaret para anunciar su misión, utilizó las palabras de Isaías. communis —un enemigo del bien común. El propósito de todo
gobierno es la promoción de lo que se ha llamado el bien común
«El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido del pueblo gobernado. Promover el bien común es gobernar en
p a r a anunciar a los pobres la Buena Nueva, me h a enviado el interés y p a r a el beneficio de todo el pueblo. Muchos gobiernos
a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, fracasan en este propósito a veces. Podría h a b e r tal o cual injus-
para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia ticia cometida contra algunas personas y tales situaciones tienen
del Señor» (Le 4, 18-19). que ser criticadas. Pero los actos ocasionales de injusticia no
convierten a un gobierno en enemigo del pueblo, en un tirano.
No puede haber duda que Jesús se identifica aquí con la causa Para que un gobierno sea enemigo del pueblo tendría que ser
del pobre y el oprimido. Jesús se identifica con sus intereses. No hostil al interés común, y serlo por principio. Tal gobierno esta-
es que El no se preocupe del rico y del opresor. Les llama al ría actuando contra el interés del pueblo como un todo y perma-
arrepentimiento. Los cristianos oprimidos de Sudáfrica hace nentemente. Esto sería muy claro en aquellos casos en que la
mucho que saben que ellos están unidos a Cristo en sus sufrimien- política de un gobierno es hostil al bien común y desde el gobierno
tos. Por su propio sufrimiento y su m u e r t e en la cruz. El fue u n a tiene un m a n d a t o de gobernar en interés de una minoría en vez
víctima de la opresión y la violencia. El está con nosotros en del interés de toda la gente. Tal gobierno sería por principio
nuestra opresión. irreformable. Cualquier forma que pudiera introducirse no sería

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diseñada p a r a servir el bien común sino p a r a servir los intereses que lo eligieron. Algunos miembros individuales del gobierno
de la minoría a quien representa. podrán experimentar una conversión y arrepentimiento real, pero
si lo hicieran simplemente tendrán que abandonar un régimen que
Un régimen tiránico no puede continuar gobernando por largo
fue elegido y puesto en el poder precisamente p a r a implementar
tiempo sin hacerse más y más violento. A medida que la mayoría
la segregación racial.
del pueblo comienza a exigir sus derechos y a presionar al tirano,
también el tirano echará mano cada vez más a formas desespera- Y es por esto que hemos llegado a la actual impasse. A medida
das, crueles y groseras de tiranía y represión. El reino de un tirano que la mayoría oprimida insiste y presiona cada vez más sobre
siempre termina en un reino de terror. Es inevitable, porque desde el tirano, por medio de boicot, huelgas, levantamientos, y aún
el comienzo, el tirano es un enemigo del bien común. lucha armada, cada vez más tiránico se hace el régimen. Por un
lado u s a r á medidas represivas: detenciones, juicios, asesinatos,
Lo que queremos decir cuando mencionamos las palabras
t o r t u r a s , prohibiciones, propagandas, estados de emergencia y
tirano o régimen tiránico puede ser muy bien resumido en las pala-
otros métodos desesperados y tiránicos. Por otro lado introducirá
bras de un conocido teólogo moral: «Un régimen que es abierta-
reformas que siempre serán inaceptables para la mayoría, porque
mente enemigo del pueblo y que viola p e r m a n e n t e m e n t e y de
todas sus reformas deben asegurar que la minoría blanca retenga
m a n e r a grosera el bien común» (B. Haring, The Law of Christ, el poder.
Vol. 3, p. 150).
Esto nos deja con la pregunta acerca de si el gobierno actual Un régimen que es por principio el enemigo del pueblo, no
de Sudáfrica es tiránico o no. No puede haber duda acerca de lo puede súbitamente comenzar a gobernar en el interés de todo
el pueblo. Sólo puede ser reemplazado por un régimen elegido por
que la mayoría del pueblo de Sudáfrica piensa. Para ellos el régi-
la mayoría del pueblo con un mandato explícito de gobernar en el
men de segregación racial es enemigo del pueblo y es exactamente
interés de todos.
como ellos lo llaman : el enemigo. En la actual crisis, más que
nunca antes el régimen ha perdido la legitimidad que alguna vez Un régimen que se ha transformado en el enemigo del pueblo
pudo tener a los ojos del pueblo. ¿Está el pueblo equivocado o en se ha constituido, por tanto, en el enemigo de Dios. Las personas
lo correcto? ha sido hechas a imagen y semejanza de Dios y lo que hagamos
El régimen de segregación racial es un sistema en el cual un al m á s pequeño de ellos lo hacemos a Dios (Mt 25, 45-49).
régimen de minoría, elegido por una pequeña p a r t e de la pobla- Decir que el Estado o el régimen es el enemigo de Dios no es
ción, ha recibido el m a n d a t o explícito de gobernar en el interés decir que todos aquellos que apoyan al sistema están conscientes
y p a r a el beneficio de la comunidad blanca. Tal m a n d a t o o polí- de ello. Como un todo, ellos simplemente no saben lo que hacen.
tica es, por definición, hostil al bien común de todo el pueblo. En Mucha gente está enceguecida por la propaganda del régimen.
efecto, debido a que trat a de gobernar en el interés exclusivo de Ellos están a menudo ignorantes de las consecuencias de su acti-
los blancos y no en el interés de todos, termina gobernando tud. Sin embargo, tal ceguera no hace al Estado menos tiránico
en una forma que ni siquiera es en el interés de esos mismos o menos enemigo del pueblo de Dios.
blancos. Se transforma en enemigo de toda la gente. Un tirano. Por otro lado, el hecho de que el Estado sea tiránico y enemigo
Un régimen totalitario. Un reino de terror. de Dios, no es una excusa p a r a el odio. Como cristianos, somos
Esto también significa que el régimen de segregación racial llamados a a m a r a nuestros enemigos (Mt 5, 44). No se hos dice
de minoría es irreformable. No podemos esperar que este régi- que no deberíamos o no tengamos enemigos, o que no debiéra-
men experimente una conversión o cambio de corazón y abandone mos identificar los regímenes tiránicos como enemigos. Sino que,
totalmente la política segregacionista. No tiene m a n d a t o de sus habiendo identificado a nuestros enemigos, debemos amarlos. No
electores para hacer eso. Cualquier reforma o ajuste que pueda siempre es fácil. Pero también debemos recordar que el m a y o r
hacer tendría que ser hecha p a r a servir los intereses de aquellos gesto de amor que podemos hacer por el oprimido y por los enemi-

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gos que nos oprimen es eliminar la opresión, remover a los tira- a conocer los diabólicos males del actual sistema y deben ser
nos del poder y establecer un gobierno justo p a r a el bien común llamados a arrepentimiento, pero también debe dárseles algo por
de toda la gente. qué tener esperanza. En el presente ellos tienen falsas esperan-
zas. Esperan m a n t e n e r el statu quo y sus privilegios especiales,
4.4. Un mensaje de esperanza tal vez con algunos ajustes, y ellos temen cualquier alternativa
real. Pero hay mucho más por qué tener esperanza y muy poco
En el corazón del Evangelio de Jesucristo y en el centro mismo por qué temer. ¿Puede el mensaje cristiano de esperanza no
de toda profecía verdadera hay un mensaje de esperanza. Nada ayudarles en esta materia?
podría ser más relevante y más necesario en este momento de
crisis en Sudáfrica que un mensaje cristiano de esperanza. Hay esperanza. Hay esperanza p a r a todos nosotros. Pero el
camino a esa esperanza será difícil y doloroso. El conflicto y la
Jesús nos ha enseñado a hablar de esta esperanza como el lucha se intensificarán en los meses y años que vienen porque no
Reino de Dios que viene. Creemos que Dios obra en nuestro mundo hay otra forma de remover la injusticia y la opresión. Pero Dios
transformando las situaciones de desesperanza y el mal en bien está con nosotros. Sólo podemos a p r e n d e r a ser instrumentos
de modo «que venga su reino» y se haga «su voluntad en la tiera de su paz aún hasta la muerte. Debemos participar en la cruz de
como en el cielo». Creemos que la bondad, la justicia y el a m o r Cristo. Si queremos tener la esperanza de participar en su resu-
finalmente triunfarán y que ni la tiranía ni la opresión d u r a r á n rrección.
p a r a siempre. Algún día «todas las lágrimas serán secadas»
(Apoc 17, 7; 21, 4) y «el cordero pastará junto al león» (Isaías 11, 6).
La verdadera paz y la verdadera reconciliación no son sólo desea-
bles, están aseguradas y garantizadas. Esta es n u e s t r a fe y
nuestra esperanza. CAPITULO CINCO: DESAFIO A LA ACCIÓN
¿Por qué razón este poderoso mensaje de esperanza no ha sido
destacado en la «Teología de la Iglesia» en las declaraciones y
pronunciamientos de los líderes de Iglesia? ¿Se debe acaso a que 5.1. Dios está de parte del oprimido
ellos se han estado dirigiendo al opresor en vez del oprimido? ¿Se
debe a que ellos no quieren estimular al oprimido a que tenga Decir que la Iglesia debe inequívoca y consistentemente
demasiada esperanza? ponerse del lado del pobre y oprimido, es p a s a r por alto el hecho
de que la mayoría de los cristianos en Sudáfrica ya lo han hecho
A medida que la crisis se profundiza día a día tanto el opre-
sor como el oprimido pueden legítimamente exigir de las Iglesias así. La mayor parte de la Iglesia en Sudáfrica es pobre y oprimida.
un mensaje de esperanza. La gran mayoría del pueblo oprimido Obviamente no se puede dar por hecho que todo oprimido ha
en Sudáfrica y especialmente la juventud tienen esperanza. Ellos abrazado su propia causa y está luchando por su propia libera-
actúan valiente y temerariamente porque están seguros en su espe- ción. Ni puede asumirse que todos los cristianos oprimidos están
ranza que la liberación llegará. completamente conscientes del hecho de que su causa es la causa
de Dios. Sin embargo, es verdad que la Iglesia ya está al lado de
A menudo sus cuerpos son destruidos, pero nada puede los oprimidos porque es allí donde la mayoría de sus miembros
destruir su espíritu. Pero la esperanza necesita ser confirmada. se encuentran. Este hecho necesita ser apropiado y confirmado
La persona necesita ser mantenida y fortalecida. La esperanza por la Iglesia como un todo. Al comienzo de este documento se
necesita ser irradiada. El pueblo necesita escuchar una y otra vez señaló que la presente crisis ha dejado al descubierto las divisio-
que Dios está con ellos. nes de la Iglesia. Tenemos una Iglesia dividida, precisamente,
Por otro lado, el opresor y aquellos que creen la propaganda porque no todos los miembros se han alineado contra la opresión.
del opresor están desesperadamente atemorizados. Se les debe dar En otras palabras, no todos los cristianos se han unido a Dios,

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«quien siempre está al lado del oprimido» (Sal 103, 6). Hasta donde Nuestros servicios y sacramentos se han vuelto apropia-
la presente crisis se refiere, hay un solo camino p a r a la unidad dos p a r a servir la necesidad de confort y seguridad del indi-
de la Iglesia y éste es que aquellos cristianos que están al lado viduo. Ahora estas mismas actividades deben ser re-apropiadas
del opresor o son indiferentes se unan en la fe y acción con p a r a servir las necesidades religiosas reales de todo el pueblo
aquellos que están oprimidos. La unidad y reconciliación dentro y p a r a impulsar la misión liberadora de Dios y la Iglesia en el
de la misma Iglesia sólo es posible en torno a Dios y Jesucristo, mundo.
quienes se encuentran de lado del pobre y oprimido.
Si esto es la que la Iglesia debe llegar a ser, si esto es lo que la 5.4. Campañas especiales
Iglesia como un todo debe tener como proyecto, ¿cómo entonces Por sobre sus actividades regulares, la Iglesia necesita tener
debemos traducirlo en una acción concreta y efectiva? programas, proyectos y campañas especiales, debido a las nece-
sidades especiales de la lucha de liberación en Sudáfrica hoy. Pero
5.2. La participación en la lucha hay que ser muy cuidadosos en esto. La Iglesia debe evitar
Los cristianos, si no lo están haciendo así aún, deben simple- transformarse en una «Tercera fuerza», una fuerza entre el
mente participar en la lucha por la liberación y por una sociedad opresor y el oprimido. Los p r o g r a m a s y campañas de la Iglesia
justa. Las campañas del pueblo, desde los boicots de consumo n o deben explicar lo que las organizaciones populares ya están
h a s t a las huelgas, necesitan ser apoyadas y estimuladas por la haciendo; aún más seriamente, la Iglesia no debe confundir la
Iglesia. A veces será necesaria la crítica, pero también serán situación teniendo p r o g r a m a s contrarios a la movilización de
necesarios estímulo y apoyo. En otras palabras, la presente crisis las organizaciones políticas que representan v e r d a d e r a m e n t e los
desafía a la Iglesia como un todo a ir más allá de un mero minis- agravios y demandas del pueblo. La consulta, coordinación y
terio ambulatorio a un ministerio de compromiso y participación. cooperación será siempre necesaria. Todos tenermos las mismas
metas, aún si tenemos diferencias acerca del significado final de
la razón de n u e s t r a movilización.
5.3. Transformando las actividades de la Iglesia
La Iglesia tiene sus propias actividades específicas, servicios 5.5. Desobediencia civil
dominicales, comuniones, bautismos, escuelas dominicales, fune-
Una vez que se ha establecido que el actual régimen no tiene
rales, etc. También tiene su m a n e r a específica de expresar su fe
legitimidad moral y es efectivamente un régimen tiránico, hay
y su responsabilidad, por ejemplo en la forma de confesiones de
ciertas conclusiones importantes p a r a la Iglesia y sus activida-
fe. Todas estas actividades deben ser reformuladas p a r a ser más
des. En primer lugar, la Iglesia no puede colaborar con la tira-
plenamente consistentes con una fe profética relacionada al Kairós
nía, no puede o no debería hacer nada que parezca dar legitimidad
que Dios nos ofrece hoy. Las fuerzas del mal de las cuales habla-
a un régimen moralmente ilegítimo. Segundo, la Iglesia no sólo
mos en el bautismo deben ser identificadas. Sabemos lo que son
debería o r a r por un cambio de gobierno, debería también movili-
las fuerzas del mal en Sudáfrica hoy. La unidad y el compartir
zar a sus miembros en cada parroquia o congregación p a r a que
que profesamos en nuestros servicios de comunión o misas deben
comience a pensar, trabajar y planificar un cambio de gobierno
ser especificados. Es la solidaridad del pueblo invitando a todos
en Sudáfrica. Debemos comenzar a m i r a r hacia adelante y traba-
a unirse en la lucha por la paz de Dios en Sudáfrica. El arrepenti-
j a r con la firme esperanza y fe en un futuro mejor. Y finalmente,
miento que predicamos debe ser identificado. Es el arrepentimien-
la ilegitimidad moral del régimen de segregación racial significa
to por nuestra parte de culpa en el sufrimiento y la opresión de
que la Iglesia tendrá que participar a veces en la desobediencia
nuestro país.
civil. Una Iglesia que asume seriamente sus responsabilidades en
Gran parte de lo que hacemos en nuestros servicios en la estas circunstancias, tendrá m u c h a s veces que confrontar y
Iglesia ha perdido su relevancia p a r a el pobre y oprimido. desobedecer al Estado p a r a obedecer a Dios.

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5.6. Orientación moral formas de acción más apropiadas, dependiendo de su situación
particular, p a r a que se relacionen con otros grupos y organiza-
El pueblo busca orientación moral en la Iglesia, especialmente ciones.
en medio de nuesta actual crisis; para proveer ésta, la Iglesia debe
p r i m e r o clarificar absolutamente su posición y nunca cansarse El desafío a la renovación y la acción que hemos explicitado
de explicar y dialogar acerca de ella. Luego debe ayudar a las aquí, se dirige a la Iglesia. Pero ello no significa que sólo esté desti-
gentes a comprender sus derechos y deberes. No debe haber confu- nado a los líderes de Iglesia. El desafío de la fe en n u e s t r o actual
sión acerca del deber moral de todos los oprimidos de resistirse Kairós se dirige a todos aquellos que se llaman a sí mismo
a la opresión y luchar por la liberación y la justicia. La Iglesia cristianos. Ninguno de nosotros puede esperar que los líderes de
descubrirá que a veces necesitará controlar los excesos y llamar la Iglesia o alguien más nos diga qué hacer. Todos debemos
a la conciencia de aquellos que actúan irreflexiva e irresponsa- aceptar la responsabilidad de actuar y vivir n u e s t r a fe cristiana
blemente. en estas circunstancias. Imploramos a Dios que nos ayude a todos
a t r a n s f o r m a r este desafío de nuestros tiempos en acción.
Pero la Iglesia de Jesucristo no está llamada a ser un bastión
de la prudencia y moderación. La Iglesia debe desafiar, inspirar Nosotros como teólogos (tanto laicos como profesionales)
y motivar al pueblo. La Iglesia tiene el mensaje de la cruz que nos hemos sido profundamente desafiados por n u e s t r a s propias
inspira a hacer sacrificios por la justicia y la liberación. La reflexiones, nuestro intercambio de ideas y nuestros descubri-
Iglesia tiene un mensaje de esperanza que nos desafía a desper- mientos, en el proceso de preparación del presente documento.
Estamos convencidos que este desafío viene de Dios y que se dirige
tar y a c t u a r con esperanza y confianza. La Iglesia debe predicar
a todos nosotros. Vemos la presente crisis o Kairós como la visi-
su mensaje no sólo con palabras, sermones y declaraciones, sino
tación divina misma.
también a través de sus acciones, programas, c a m p a ñ a s y servi-
cios divinos. Y finalmente, queremos también llamar a nuestros hermanos
y h e r m a n a s cristianas a través del mundo, p a r a que nos den el
apoyo necesario, de modo que la pérdida cotidiana de tantas vidas
jóvenes termine pronto.

CONCLUSIONES
Los abajo firmantes asumimos conjuntamente la responsa-
bilidad por los contenidos de este documento, no como una decla-
Como hemos dicho al comienzo, este documento no puede ser
ración final de la verdad, sino como la dirección en la cual Dios
definitivo. Nuestra esperanza es que él estimulará la discusión,
nos conduce en este momento de n u e s t r a historia:
el debate, la reflexión y la oración; pero sobre todo, que condu-
cirá a la acción. Invitamos a todos los cristianos comprometidos
a continuar con estas preocupaciones, a investigar, a desarrollar 1. Dr. J. C. Adonis Círculo (Grupo) Confesional.
los temas que hemos presentado aquí o a criticarlos; a volver a 2. L. A. Apples Misión Iglesia Reformada
la Biblia, como hemos t r a t a d o de hacerlo, con las preguntas que Holandesa.
surgen de las crisis de nuestros tiempos. 3. Ms. Mary Armour Iglesia Católica Romana.
4. Dr. J. F. Bil Iglesia Evangélica Presbiteriana.
Aunque el documento sugiere varias formas de participación, 5. Rev. N. Bixa Iglesia Metodista.
no prescribe las acciones particulares que cada uno debería llevar —~)6. Rev. A. Bhiman Misión Iglesia Reformada
a cabo. Llamamos a todos aquellos que están comprometidos con Holandesa.
esta forma profética de teología p a r a que usen este documento 7. Rev. N. Botha Misión Iglesia Reformada
en grupos de discusión, pequeños o grandes, p a r a que definan la Holandesa.

— 60 — — 61 —
8. Rev. A. Boer Misión Iglesia Reformada 48. Rev. A. M. Lindhorst Anglicana.
Holandesa. 49. Mr. D. Loff Iglesia Congregacionalista Unida.
9. Rev. A. Booyse A. M. E. 50. Mr. Wesley Mabuza . Iglesia Metodista.
10. Rev. A. S. Brews Metodista. 51. Venerable Archdeacon
11. Rev. I. Carnow A. M. E. E. Mackenzie Anglicana.
12. Sis. F. Cassidy Iglesia Católica Romana. 52. Prof. S. S. Maimela .. Iglesia Evangélica Luterana.
13. Mr. Tony Chetty Iglesia Católica Romana. 53. Rev. J. B. Mahlaseala Iglesia Metodista.
14. Rev. F. Chikane Misión Iglesia Apostólica de la Fe. 54. Rev. C. J. Martin Iglesia Congregacionalista Unida.
15. Dr. J. Cochrane Iglesia Congregacionalista Unida. 55. Rev. P. N. Mentoor ... A. M. E.
16. Rev. R. Cochrane Iglesia Luterana. 56. Rev. Kenoi Mofokeng Iglesia Bautista Nacional.
17. Dr. G. D. Cloete Iglesia Misión Reformada 57. Dr. K. E. Mgojo Iglesia Metodista.
Holandesa. 58. Fr. S. Mkhatshwa Iglesia Católica Romana.
18. Mr. W. Cloete Iglesia Misionera. 59. Mr. Peter Molí Iglesia Congregacionalista Unida.
19. Mr. Roy Crowder Iglesia Metodista. 60. Fr. M. S. L. Monjane Anglicana.
20. Canon C. Davis Anglicana. 61. Dr. M. Motlhabi Iglesia Católica Romana.
21. Mr. Mike Deeb Iglesia Católica Romana. 62. Rev. M. Mpumlwana Iglesia de la Orden de Etiopía.
22. Mr. S. De Gruchy Iglesia Congregacionalista Unida. 63. Dr. B. Naude Iglesia N. G.
23. Prof. J. W. De Gruchy Iglesia Congregacionalista Unida. 64. Dra. Margaret Nash . Anglicana.
24. Rev. J. De Waal Misión Iglesia Reformada 65. Sis. B. Ncube Iglesia Católica Romana.
Holandesa. 66. Pastor Z. Nertuch Iglesia Luterana.
25. Dr. W. Domeris Anglicana. 67. Rev. H. Ngada Unión de Creyentes en Cristo
26. Rev. J. H. Dyers Anglicana. Independiente.
27. Ms. J. W. Engelbrecht Asambleas de Dios. 68. Fr. S. Ntwasa Anglicana.
28. Mr. P. A. Germond ... Iglesia Anglicana. 69. Rev. T. W. Ntongana . Iglesia Metodista Apostólica
29. Dr. B. Goba Iglesia Congregacionalista Unida. de S. A.
30. Fr. G. Gobalyer Iglesia Católica Romana. 70. Dr. A. Nolan Iglesia Católica Romana.
31. Ref. S. Govender Misión Iglesia Reformada 71. Mr. R. Nunes Iglesia Católica Romana.
Holandesa. 72. Rev. M. Nyawo Iglesia Evangélica Presbiteriana.
32. Dr. T. S. N. Gqubule Iglesia Metodista. 73. Fr. R. O'Rouke Iglesia Católica Romana.
33. Sis. Aine Hardiman .. Iglesia Católica Romana. 74. Rev. C. Onthong Anglicana.
34. Sis. Clare Harkin Iglesia Católica Romana. 75. Rev. T. Pearce Anglicana.
35. Rev. A. Hendricks .... Iglesia Metodista. 76. Rev. G. B. Peter Iglesia Reformada en África.
36. Fr. Basil Hendricks .. Iglesia Católica Romana. 77. Ms. Debora Petta Iglesia Congregacionalista Unida.
37. Rev. B. Hoorn A. M. E. 78. Mr. R. E. Phillips Anglicana.
38. Rev. R. Jacobus Misión Iglesia Reformada 79. Rev. Robin Peterson . Iglesia Congregacionalista Unida.
Holandesa. 80. Mr. V. P. Peterson .... Anglicana.
39. Dr. Lizo Falta Iglesia Metodista. 81. Ms. Heather Peterson . Iglesia Congregacionalista Unida.
40. Ms. Jaye Joubert Metodista. 82. Canon G. Quitan Anglicana.
41. Mr. K. Kieter Iglesia Luterana Alemana. 83. Rev. C. Sampson Anglicana.
42. Rev. H. M. Koaho Círculo Confesional. 84. Fr. L. Sebidi Iglesia Católica Romana.
43. Rev. J. N. J. Kritzinger . Círculo Confesional. 85. Prof. G. Setiloane Iglesia Católica Romana.
44. Rev. C. Langeveld Iglesia Católica Romana. 86. Rev. J. N. Silwayana . Iglesia Metodista.
45. Rev. T. Lester Anglicana. 87. Rev. A. L. Smith Anglicana.
46. Mr. J. Liddell Iglesia Metodista. 88,. Rev. Z. Somana Iglesia Metodista.
47. Ms. L. Liddell Iglesia Metodista. 89. Fr. Thami Tana Iglesia Católica Romana.

— 62 — — 63 —
90. Mr. S. Thaver Iglesia Reformada en África.
91. Mr. B. Theron Iglesia Congregacionalista Unida.
92. Rev. M. Tisani Iglesia Anglicana.
93. Rev. S. Titus Iglesia Congregacionalista Unida.
94. Fr. B. Tlhagale Iglesia Católica Romana.
95. Rev. M. Tsele Iglesia Luterana.
96. Rev. J. Tshawane Iglesia Evangélica Presbiteriana.
97. Rev. Van Den Heever Iglesia Misionera.
98. Mr. K. Vermeulen .... Iglesia Metodista.
99. Dr. C. Villa-Vicencio Iglesia Metodista.
100. Rev. A. Visagie Misión Iglesia Reformada
Holandesa.
101. Rev. H. Visser Iglesia Misionera.
102. Rev. M. R. Withi Iglesia Metodista. PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO
103. Dr. C. A. W a n a m a k e r . Iglesia Congregacionalista Unida. KA IROS CENTROAMERICANO
104. Rev. M. I. Weeder .... Anglicana.
105. Rev. D. White Anglicana. El 3 de abril de 1988, Pascua de Resurrección, los cristianos de
106. Ms. J. Williams Anglicana. Centroamérica lanzaron a las Iglesias y al m u n d o el clamor del
107. Rev. B. Witbool Anglicana. pueblo oprimido de esta región del continente azotada por la
108. Fr. A. Winston Iglesia Católica Romana. g u e r r a y la dominación. Este clamor está expresado en el Docu-
109. Mr. R. G. Wortley Iglesia Anglicana. mento Kairós Centroamericano. Se llama «Kairós» porque en
110. Rev. B. B. Finca Iglesia Presbiteriana Reformada. Centroamérica se vive en estos años «una oportunidad de gracia,
111. Rev. Z. Mokhoebo Iglesia N. G. una hora decisiva, un tiempo especialmente denso dentro del hori-
zonte de la historia de la salvación» (KC 84), un tiempo propicio
p a r a una intervención liberadora de Dios.
Los cristianos de Centroamérica ven en los acontecimientos
históricos u n a presencia liberadora de Dios y quieren compartir
sus experiencias con humildad, reconociendo que este proceso de
reflexión está abierto, no es la última palabra. «Queremos más
bien compartir humildemente nuestra fe, nuestra visión cristiana
de esta h o r a histórica que vivimos en Centroamérica y abrir así
un espacio de reflexión y diálogo en las comunidades y en las
Iglesias, junto a todos los hombres de buena voluntad» (KC 7).
Como telón de fondo del Documento está la nueva situación
creada por los acuerdos de Esquipulas II, situación que, por una
parte, abre caminos p a r a lograr la paz con dignidad en Nicara-
gua, la justicia social y la participación activa del pueblo organi-
zado en la formación de la nueva sociedad, pero, por otra parte,
también los acuerdos de Esquipulas II pueden ser un instrumento
en manos de los grandes p a r a mediatizar los procesos populares
y revolucionarios y más aún «domesticar» la revolución sandi-
nista.

— 64 — — 65 —
El gran desafío p a r a los cristianos es que «este tiempo de la Juventud Católica y confirmado por los obispos latinoameri-
gracia, de acción liberadora de Dios en la historia de Centroamé- canos a p a r t i r de los Documentos de la Segunda Conferencia del
rica» puede ser neutralizado por las fuerzas opresoras, contra- Episcopado celebrada en Medellín (Colombia) en 1968. Este
rias a la liberación y a la paz. Por eso, este momento se convierte método comienza con el análisis de la realidad: VER. En un
en un tiempo especial p a r a que los cristianos y los hombres de segundo momento pasa a la iluminación de la realidad desde la
b u e n a voluntad respondan a la acción liberadora de Dios. reflexión bíblico-teológica; es la lectura cristiana de la realidad,
el juicio de la fe sobre los hechos históricos: JUZGAR. Y de este
1. ¿COMO FUE EL PROCESO DE ELABORACIÓN análisis y reflexión debe surgir necesariamente un nuevo momento
DEL DOCUMENTO? en la acción: ACTUAR.
La idea de lanzar un «grito» al m u n d o nació en medio de un Este método de ANALISJS, REFLEXIÓN, ACCIÓN adoptado
grupo de agentes de pastoral, teólogos, pastores, sacerdotes por el «Documento Kairós» nos permite profundizar la presen-
y laicos de distintas instituciones y centros ecuménicos con la cia liberadora de Dios en los acontecimientos de n u e s t r a histo-
intención de compartir con las Iglesias y el pueblo cristiano de ria, lo que el Papa Juan XXIII llamó «los signos de los tiempos».
Centroamérica y de otros pueblos la experiencia de los últimos Centroamérica es un KAIRÓS, un signo de los tiempos que nos
años en el proceso popular de Nicaragua, como un contexto propi- interpela p a r a dar una respuesta coherente a esa gracia libera-
cio p a r a la acción liberadora de Dios en la Historia, llena de temo- dora de Dios.
res y de esperanza, de victorias y fracasos, de situaciones límite
y desafíos que la misma realidad presenta a los cristianos y que 3. LOS PUNTOS CENTRALES DEL DOCUMENTO
pide de ellos una coherencia entre la fe y las aspiraciones de este
pueblo. a) La relación imperio-pueblo
Inspirados en el «Documento Kairós» de los líderes de iglesias En la p r i m e r a parte, VER, analiza la realidad centroameri-
sudafricanas, en octubre de 1987 un grupo de cristianos dieron los cana usando una clave política. Enfocando la relación imperio-
primeros pasos p a r a organizar este proceso de reflexión colectiva pueblos centroamericanos recorre los últimos acontecimientos
muy limitado, pero que abre un camino de encuentros y conver- de la historia más destacados de esta confrontación p a r a presen-
gencias de grupos y entidades de Iglesias cristianas en Centro t a r la realidad sangrante de los diez últimos años donde han
américa. Un pequeño grupo quedó encargado del p r i m e r borra- m u e r t o «víctimas de una política de t e r r o r y contrainsurgencia
dor del Documento base de trabajo. Este documento de estudio m á s de 200.000 personas, de un total de 25 millones de habitan-
fue enviado a todas las instituciones y grupos de Iglesias. Con las tes en la región» (KC 9).
sugerencias recibidas la comisión redactó un tercer documento
que fue la base de trabajo en la asamblea celebrada en marzo de «La guerra no es un azar ni resultado de una naturaleza
este año con u n a participación de más de sesenta delegados de violenta del centroamericano. Es fruto de la injusticia. Es la lucha
todos los grupos de Centroamérica que firman el Documento y de los pueblos en defensa de su vida, contra los privilegiados que
Méjico. En la asamblea se recogieron nuevos aportes incorpora- siempre han detentado el poder económico, político y militar»
dos en la redacción final del documento que fue hecho público (KC 10).
en la Pascua de Resurrección. Hay un breve análisis de la situación actual de cada país y
sus relaciones con el imperio en el n. 21, deteniéndose en la inje-
2. LA METODOLOGÍA EN EL DOCUMENTO rencia geopolítica de los Estados Unidos en la región, parte central
del conflicto en el área. «La lucha de los pueblos de Centroamé-
El Documento usa un esquema ya tradicional en la Teología de rica tiene implicaciones globales, hoy se plantean las exigencias
América Latina: VER, JUZGAR, ACTUAR. Es el método usado por urgentes de un nuevo orden internacional en lo económico, en lo

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político, en lo jurídico. Se t r a t a de suplantar en las relaciones
internacionales el derecho de la fuerza por la fuerza del derecho» desafía y nos convoca a la fidelidad, a la entrega, al heroísmo, al
(KC 29). La fuerza moral de este planteamiento geopolítico en seguimiento radical. Es ella u n a de las más preciosas señales del
Centroamérica descansa en las bases populares (KC 30). Reino que llega a nosotros» (KC 54).
El Documento no presenta un análisis de la situación econó- • La experiencia martirial del pueblo centroamericano le
mica en la región y apenas hace una referencia general al tema convierte en signo profético del Dios de los pobres, del Dios de
de los acuerdos de Esquipulas II, firmados por los cinco presi- la Vida, que con su testimonio denuncia la manipulación idolá-
trica del mensaje cristiano legitimador de los poderes opresores
dentes en Guatemala el pasado año.
y desenmascara la falsa imagen de Dios en la Sociedad Occiden-
Termina esta parte haciendo una referencia explícita a la tal Cristiana usada p a r a legitimar los proyectos dominadores de
participación de los cristianos en los procesos populares y el los imperios.
aporte incluso martirial que las Iglesias han dado a los procesos
de liberación. «La novedad es la participación de amplios secto- • La presencia misteriosa del Reino en los procesos sociales,
res cristianos dentro del movimiento popular y de las fuerzas en los proyectos de liberación. Presencia liberadora de Dios que
a r m a d a s del pueblo» (KC 55), y «como consecuencia de esta mili- no se identifica con los procesos históricos, pero que tampoco se
tancia cristiana se han multiplicado los m á r t i r e s cristianos que separa indebidamente. Una presencia liberadora que respeta el
han sido asesinados por su seguimiento de Jesús» (KC 36). proceso en su autonomía secular y a la vez lo empuja a la dimen-
sión escatológica.

b) El Reino de Dios como fuerza — Como antisignos del Reino se nombran:


y criterio para la práctica liberadora
• A la vez que se reconoce la copiosa acción del Espíritu en
En la segunda parte, JUZGAR, analiza la historia desde la fe los signos del Reino presentes ya en la historia y en lo que favo-
y la clave p a r a la lectura cristiana de la realidad es la práctica rece la vida de los hombres, la vida de los pobres, la paz de los
histórica de Jesús, su vida y su palabra en función del Proyecto pueblos, el pecado contra el Espíritu Santo consiste en no querer
del Reino. Esta clave de lectura nos permite ver en la realidad ver (por ceguera ideológica) estas señales del Reino y del Dios de
centroamericana y en su historia SIGNOS Y ANTISIGNOS DEL la Vida presentes en los procesos de liberación y, por otro lado,
REINO. legitimar teológicamente la opresión secular imperialista que
causa tanto sufrimiento y muerte en los pueblos, ómplices de este
— Entre los signos reveladores del Reino el Documento pecado contra el Espíritu son tanto los grupos de glesia que
destaca: mantienen una teología legitimadora de los poderes dominado-
res, de la cultura occidental cristiana, como las nuevas corrien-
• El pueblo como sujeto histórico es portador del Reino. Las tes de movimientos fundamentalistas, sectarios; también aquellos
mayorías oprimidas dejan de ser m a s a p a r a ser más consciente- grupos que atrincherados en su comodidad se excusan con la
mente pueblo, pueblo de Dios. pretendida neutralidad frente a los compromisos políticos, o en
• Este pueblo, convertido en sujeto histórico, consolida un el pluralismo de interpretación de los hechos, en la complejidad
proyecto de paz a través de la presión, de las organizaciones popu- de los problemas...
lares, sobre los gobiernos del área, los organismos políticos del • El pecado en los movimientos populares. Se reconoce que
continente y el gobierno de los Estados Unidos. los movimientos populares son u n a mediación necesaria p a r a el
• Este proyecto de paz pasa por la experiencia de la cruz, servicio al Reino. Como mediación humana no está exenta de limi-
de la persecución y del martirio. «Esta herencia martirial nos taciones ni libre de pecado. Con humildad y espíritu autocrítico
reconocen las ambiciones de poder, el alejamiento de los intere-
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ses populares, las intolerancias y sospechas m u t u a s , etc., como c) Una solidaridad activa con el proyecto de los pobres
pecados que dificultan el crecimiento y mejor organización en los
En la tercera parte, el ACTUAR, los cristianos de Centroamé-
movimientos populares y comunidades cristianas.
rica ponen como eje del ACTUAR la SOLIDARIDAD que se mani-
• La manipulación de la defensa de la democracia. La demo- fiesta fundamentalmente en la OPCIÓN por los POBRES y especí-
cracia y los derechos h u m a n o s son un paso adelante en la histo- ficamente con los POBRES REBELDES (KC 101), los pobres
ria de la humanidad, una conquista que debe ser profundizada incómodos con su situación que reivindican sus derechos, los
incesantemente. Es un antisigno del Reino la manipulación de la pobres que se convierten en sujeto histórico de un nuevo proyecto
defensa de los derechos h u m a n o s y la democracia. «Para encu- de sociedad.
brir, tras una fachada de democracia electoral, regímenes repre-
Esta solidaridad con el proyecto de los pobres nos abre a una
sivos y genocidas, que privan al pueblo de lo más elemental de
historia colectiva de lucha y solidaridad.
la vida en favor del lujo y del privilegio de u n a oligarquía escan-
dalosa y minoritaria» (KC 73). Este tercer momento del texto tiene tres partes: la p r i m e r a
está orientada a las Iglesias y comunidades cristianas de Centro-
No basta proclamar la democracia formal electoral de los américa con un llamado a:
derechos civiles y políticos en su concepción liberal-burguesa.
• Reafirmar y profundizar la opción por los pobres recono-
Quedarse ahí, o utilizar esta proclamación p a r a combatir la posi-
ciendo en su lucha la fuerza del Dios de la Vida.
bilidad de un «nuevo gobierno del pueblo», o para ignorar e impe-
dir la realización de los derechos humanos que asisten a los • N u t r i r la esperanza del pueblo ayudando a descubrir el
pueblos como naciones, como etnias o como clases, sus derechos paso de Dios en la historia de lucha y resistencia.
a la soberanía, a la autodeterminación, es una manipulación y un • Radicalizarse en el servicio al Reino, para superar la tenta-
pecado contra la vida y contra la Verdad (KC 76). ción de un centralismo eclesiológico, poniendo a la Iglesia como
• La falta de condenación profética de la violencia institucio- fin en sí misma y desentendiéndose del compromiso con la histo-
nalizada en contra de las mayorías empobrecidas, por u n a falta ria donde se debate el advenimiento del Reino. Superar toda dico-
de visión objetiva y crítica de la realidad, que lleva a denuncias tomía y reduccionismo p a r a centrarnos radicalmente en una
voluntad de Dios sobre la historia: el Reino.
ingenuas y a la condena de «la violencia venga de donde venga»
cuando los violentados por la injusticia y la opresión dominadora En la segunda parte los cristianos hacen una llamada a las
reaccionan violentamente p a r a reclamar y conquistar sus dere- Iglesias de los Estados Unidos y de todo el m u n d o a la práctica
chos fundamentales a la vida con dignidad. de la parábola del Buen Samaritano (KC 99). Centroamérica es
el h o m b r e de la parábola de Jesús, está malherido en el camino,
«El uso acrítico de esta condena, mantenida a veces con una
frente al cual los cristianos y las Iglesias del primer m u n d o deben
voluntaria ceguera, equipara bajo el mismo rótulo tanto a la lucha
practicar la misericordia. Es la invitación p a r a escuchar el grito
de los pobres por defenderse y sobrevivir, como la opresión siste-
de los pueblos maltratados y heridos que reclaman la solidaridad
mática de los poderosos y la represión con que responden a los
(KC 100).
pobres insumisos» (KC 77).
La preparación del V Centenario de la «evangelización» de
• La predicación de una reconciliación entre opresor y opri-
América Latina puede concertarse en u n a impostergable oportu-
mido, sin exigencia de arrepentimiento ni de reparación de los
nidad de reflexionar sobre la situación de los pueblos centroame-
daños causados por aquéllos sobre éstos. «La paz es fruto de la
ricanos y de dar respuestas más efectivas a sus necesidades.
justicia... No hay otra posibilidad de reconciliación cristiana que
la puesta en marcha del plan de paz del pueblo, de los pobres orga- En la tercera parte hacen u n llamado urgente:
nizados y conscientes, como alternativa opuesta a la de los que • Al gobierno y al congreso de los Estados Unidos p a r a que
han sido y son sus opresores» (KC 82). cambien su r u m b o político en relación a Centroamérica y respe-

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ten el principio de autodeterminación de los pueblos y cese sú se siente un lenguaje general, deductivo, poco directo y vivencial,
apoyo económico y militar a la contrarrevolución en Nicaragua, más especulativo, racional. Aunque su espíritu está fuertemente
acate el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que condena inspirado en los grandes temas bíblicos, falta una coherencia orgá-
la agresión contra Nicaragua y exige, además de el cese el fuego, nica con la lógica de la revelación bíblica, es más racional. Se
u n a indemnización por las consecuencias de sus ataques a comu- siente la ausencia de referencias bíblicas concretas, que tanto
nidades civiles, que ocasionaron m u e r t e y destrucción económica gustan a las gentes sencillas de las comunidades populares.
(KC 111). El Documento, sin duda alguna, va a ser un buen punto de
• A los gobiernos de América Latina, a las Naciones Unidas partida p a r a fortalecer el camino ya iniciado en la reflexión
y otras organizaciones multilaterales piden que apoyen los esfuer- bíblico-teológica en Centroamérica, y en Nicaragua puede ser un
zos y acuerdos encaminados a lograr la paz en la región. buen instrumento de trabajo p a r a que las comunidades popula-
res p r e p a r e n la celebración de los diez años del triunfo revolu-
• A los grandes organismos internacionales, ONU, FMI y
cionario con una buena base de reflexión cristiana. Para los
organismos Multilaterales de Financiación solicitan que condo-
Comités Cristianos de Solidaridad y, especialmente, p a r a las CEB
nen la deuda externa del Tercer Mundo y aboguen por un Nuevo
en el Brasil que se p r e p a r a n en este año p a r a celebrar el VII
Orden Económico Internacional, capaz de construir y garantizar
Encuentro Nacional de Comunidades Cristianas, el Documento
justicia y paz p a r a todos los pueblos.
ofrece un conjunto de temas de reflexión que pueden ayudar
mucho a fortalecer la solidaridad con Centroamérica y la concien-
4. COMENTARIOS FINALES AL DOCUMENTO cia latinoamericana.

El Documento «Kairós» es un bello esfuerzo de los cristianos


de Centroamérica p a r a hacernos sentir con la misma intensidad 5. LAS AUSENCIAS EN EL DOCUMENTO
que ellos viven la realidad de esos sufridos pueblos a la luz de
la fe. En la p r i m e r a parte sentimos la ausencia de un análisis de
la situación económica en general en los distintos países, y sobre
A lo largo de estos últimos años y en diferentes ocasiones la
todo en Nicaragua; apenas se hacen referencias generales sobre la
vida, el testimonio y la reflexión cristiana de estas iglesias se han
deuda externa y no se entra a analizar la grave situación por
hecho presentes en un marco más universal, y de algún modo toda
la_que está pasando la economía nicaragüense. La guerra de baja
reflexión teológica que se hace hoy en la línea liberadora toma
intensidad y el bloqueo económico han logrado destruir la econo-
en cuenta la experiencia de h e r m a n o s y h e r m a n a s que luchan y
mía en el país. La defensa militar necesita de grandes inversio-
trabajan en Centroamérica dentro del proceso popular de libe-
nes, imponiendo al pueblo una economía de sobrevivencia. Son
ración.
m á s de 3.500 millones de dólares en pérdidas económicas en un
Este Documento es una manifestación más de esa rica expe- país que apenas exporta al año 300 millones de dólares. La movi-
riencia. Recoge en sus páginas un conjunto de temas ya compar- lización de la juventud, obreros y campesinos a la defensa del país
tidos en otras ocasiones y ahora los presenta como fruto de un limita también las posibilidades de consolidar el proceso produc-
trabajo más comunitario y del esfuerzo de unidad de todos los tivo y la capacitación de la juventud. Esta economía de sobrevi-
grupos cristianos de Centroamérica. vencia está obligando al gobierno revolucionario a tomar medidas
El Documento tiene los defectos de todo proceso colectivo de en el campo económico que han provocado inquietudes en los
reflexión, nace como inquietud en un grupo determinado, más grupos simpatizantes con el proceso y en las organizaciones de
preocupado en dar u n a respuesta urgente al proceso que viven solidaridad fuera del país. La situación económica puede deter-
los pueblos que en una participación popular amplia y directa minar la marcha del proceso revolucionario en este país. El «Docu-
de los grupos y comunidades cristianas. Por esta razón, en el texto mento Kairós» no hace referencia a estos desafíos graves.

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de los pueblos en los organismos internacionales. Vivimos en un
Nicaragua puede ser sometida por el h a m b r e . Este es un desafío m u n d o sin ley, donde la ley que se impone es la del más fuerte.
muy serio p a r a la solidaridad cristiana, p a r a las Iglesias. Son los grandes y los poderosos quienes determinan la justicia
Notamos otra ausencia grave. No hay un análisis detallado por la vía de la presión del más fuerte, del boicot, del someti-
en el área después de Esquipulas II; el Documento nace en este miento. ¿Dónde está la fuerza del derecho internacional que asiste
contexto, pero no lo analiza. ¿Cuál ha sido el significado y el valor a los pueblos?
de esos acuerdos? ¿Cuál es su grado de cumplimiento en cada Los cristianos de Centroamérica se olvidaron de incorporar
país? Al cumplirse casi un año de este evento centroamericano en su análisis una reflexión que ilumine esta dura realidad. Impor-
nos da la impresión que el proyecto de paz de Esquipulas II ha tante p a r a conocer la situación concreta por la que pasa la revo-
sido boicoteado por la administración norteamericana con la cola- lución sandinista en estos momentos.
boración de algunos gobiernos del área, el Salvador y Honduras
sobre todo. Es importante que los cristianos en este tiempo de gracia den
un paso más en su reflexión teológica y pasen de la reflexión profé-
Una vez más, el gobierno norteamericano ha impuesto la tica a la reflexión ético-moral p a r a plantearse desde la teología
lógica del t e r r o r y de la guerra frente a un proceso de autodeter- los problemas que surgen desde el derecho de los pueblos a la
minación y soberanía nacional; u n a vez más el poder de la fuerza conquista de la paz y su dignidad, los problemas del derecho inter-
se ha impuesto a la fuerza del derecho. Esta política de boicot y nacional. ¿Cuáles son los criterios cristianos, teológicos, que deben
chantaje de los Estados Unidos no es nada nueva. Es su acostum- regular las relaciones entre los pueblos? ¿Cómo hacernos efica-
b r a d a contribución a la situación conflictiva de Centroamérica. ces? Tenemos que profundizar más sobre una teología de la guerra
Nicaragua, en estos diez últimos años, ha sido escenario de y de la paz.
diferentes modos de actuaciones injustas, inmorales e ilegales
En este campo solamente la Conferencia de los Obispos Cató-
de los Estados Unidos. El bloqueo económico, el minado de los
licos de los Estados Unidos se ha manifestado contraria a la polí-
puertos y, sobre todo, la guerra organizada y financiada por el
tica de su gobierno en Nicaragua.
gobierno norteamericano, declarada por la Corte S u p r e m a de
Justicia, el órgano de mayor autoridad mundial, como una guerra Para t e r m i n a r queremos señalar que sentimos también la
injusta e inmoral. Nicaragua ha ganado las demandas puestas ausencia de un análisis detallado del papel de las Iglesias y los
contra los Estados Unidos en diferentes foros internacionales, grupos_cristianos en el proceso político e ideológico. Sólo se hace
pero la respuesta siempre ha sido el boicot y la falta de acata- referencia en la p r i m e r a parte a la participación de los cristia-
miento a los dictámenes de esas altas instancias internacionales. nos, y posteriormente en distintas ocasiones se denuncian postu-
ras ideológicas y pastorales de otros grupos de cristianos
Esto nos invita a pensar que los países pequeños que intentan
contrarios a los procesos populares sin presentar un análisis deta-
conquistar su autodeterminación y su independencia están some-
llado de esta situación. Todos somos conscientes del retroceso que
tidos al poder de la fuerza frente a la fuerza del derecho, que los
las Iglesias han dado en los últimos años, de la presencia masiva
asiste en los foros internacionales. En Nicaragua se ha impuesto
de sectas fundamentalistas en los sectores populares, como
el poder de una fuerza ilegal, injusta e inmoral contra las legíti-
p a r t e de todo un proceso mayor de retroceso económico y polí-
mas aspiraciones de un pueblo que busca su propio destino e inde-
tico. Se ha dado un proceso de fortalecimiento de una política
pendencia. Ante esta realidad sentimos la incapacidad real de los
neoconservadora que busca legitimarse en una «reflexión teoló-
organismos internacionales como de los pueblos solidarios p a r a
gica coherente con su proyecto». Es importante presentar, junto
enfrentar este desafío. El poder de la fuerza se impone a la fuerza
al análisis político de la realidad, estas corrientes de iglesia para
del derecho, de la ley, de la justicia.
que la respuesta crítica y profética alcance todo su sentido en un
Lo que está en juego es la moralidad de las acciones de estos momento determinado como el que está viviendo el pueblo cristia-
gobiernos poderosos y la capacidad de defensa de los derechos
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no de América Central. Esto nos permitiría comprender mejor los
temas de la «idolatría», «la manipulación de la defensa de la demo-
cracia», «la condena de la violencia venga de donde venga» y «los
llamados a la reconciliación que c o n t e m p o r i z a r o n el pecado».
El «Documento Kairós» es un b u e n paso p a r a seguir cami-
nando. Un buen instrumento de trabajo para p r e p a r a r s e a la cele-
bración de los diez años del triunfo de la revolución sandinista.
Un documento que nos proporciona material a b u n d a n t e p a r a
reflexionar en las CEBs, en los grupos de solidaridad, y así poder
a c o m p a ñ a r la historia de Centroamérica como «un verdadero
kairós de Dios con nosotros».

RAFAEL ARAGÓN MARINA, O. P. KAIRÓS CENTROAMERICANO:


U N D E S A F I O A LAS IGLESIAS Y AL M U N D O

INTRODUCCIÓN

1. Este documento va dirigido a todos los cristianos y perso-


nas de buena voluntad que han seguido de cerca la situación y
las luchas de nuestros pueblos y que oran y se solidarizan con
nosotros en todos los países del m u n d o .
2. Queremos, a través de este trabajo, animarles a seguir
identificándose con nuestra lucha y con nuestra esperanza. Nece-
sitamos que los cristianos de todo el m u n d o sigan firmes y cons-
tantes en la solidaridad con América Central.
3. Nos dirigimos de m a n e r a especial y urgente a las comu-
nidades cristianas de Centroamérica misma y de Estados Unidos,
por ser los pueblos más directamente involucrados en los conflic-
tos que estamos viviendo en la región.
4. Al c o m p a r t i r con ustedes el testimonio de n u e s t r a fe,
deseamos también hacer un llamado a n u e s t r a conciencia de
cristianos centroamericanos. Sentimos y creemos que estamos
llegando al momento de unirnos más estrechamente y hacer deci-
siones conjuntas. Debemos velar y orar, reflexionar y t r a t a r de
discernir los signos de los tiempos. Sólo así podremos hacer opcio-
nes y realizar acciones consecuentes con los anhelos y con el

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PARTE I: LA REALIDAD QUE VIVIMOS
clamor de nuestros pueblos. Tenemos el deber, como cristianos,
de contribuir al logro de u n a paz digna que surja del respeto y
la defensa de n u e s t r a libre autodeterminación y de la construc-
I. LA VIDA E N CENTROAMÉRICA
ción de la justicia y de la fraternidad.
5. El Kairós centroamericano surge de 464 años de luchas, 9. Durante los últimos diez años han m u e r t o en Centroamé-
agonías y esperanzas. La confrontación con la política neocolo- rica más de 200.000 personas, de un total de 25 millones de habi-
nialista e intervencionista de Estados Unidos, está llegando a su tantes en la región (cerca del 1 %). En su gran mayoría pobres:
punto culminante en toda la región. La guerra de agresión en sindicalistas, indígenas, campesinos, guerrilleros, cooperativistas,
contra de Nicaragua, las constantes presiones sobre los gobier- jóvenes reclutados a la fuerza p a r a luchar contra sus propios
nos de América Central incluyendo Panamá y Belice por parte del hermanos. Todos ellos víctimas de una política de t e r r o r y
gobierno de Estados Unidos para que apoyen su política, la ocupa- contrainsurgencia.
ción de H o n d u r a s como plataforma militar y el apoyo militar a
10. La guerra no es un azar ni resultado de una naturaleza
los regímenes represivos de Guatemala y de El Salvador, ponen
violenta del centroamericano. Es fruto de la injusticia. Es la lucha
en peligro la vida de más de 22 millones de seres humanos en esta
de los pueblos en defensa de su vida, contra los privilegiados que
región. Nuestros pueblos, empobrecidos ya por un sistema econó-
siempre han detentado el poder económico, político y militar.
mico nacional e internacional injusto, gimen y luchan con denuedo
Sectores que han sido apoyados y financiados por los gobiernos
y esperanza.
estadounidenses, que defienden su hegemonía a costa de las nacio-
6. Confesamos humildemente que nosotros no hemos llegado nes del Tercer Mundo.
a un discernimiento pleno y satisfactorio de esta h o r a difícil.
A pesar de n u e s t r a limitación, queremos contribuir con esta I I . Los conflictos armados en nuestros países no son más
p r i m e r a palabra p a r a dar inicio a u n proceso conjunto de análi- que expresiones dramáticas de la violencia institucionalizada. En
sis, reflexión y discernimiento que vaya arrojando cada día más Nicaragua la contrarrevolución a r m a d a y financiada por el
luz para todos nosotros aquí en América Central y también a nivel gobierno de Estados Unidos ha provocado miles de asesinados de
internacional. la población civil, así como en El Salvador y Guatemala este papel
de genocidio lo desarrollan los ejércitos gubernamentales.
7. Con este Documento Kairós Centroamericano no preten-
demos dar ninguna última palabra. Queremos más bien compar- 12. Expresión de esta violencia institucionalizada es la
tir humildemente nuestra fe, nuestra visión cristiana de esta hora g u e r r a económica contra las mayorías. Entre sus víctimas pode-
histórica que vivimos en Centroamérica, y abrir así un espacio mos mencionar:
de reflexión y diálogo en las comunidades y en las Iglesias, junto 13.—Quienes en el campo y la ciudad se organizan en sindi-
a todos los h o m b r e s de buena voluntad. Invitamos a todas las catos y otras asociaciones democráticas p a r a defender sus vidas,
comunidades a orar, reflexionar, discernir y llegar a formular su víctimas de la represión, desaparición, t o r t u r a y muerte.
propia visión cristiana de este Kairós que Centroamérica es, y a
compartir ese discernimiento con las demás comunidades, en un 14.—Mujeres obligadas a emigrar hacia las ciudades p a r a
ejercicio profético de solidaridad compartida, de cristiana corres- ofrecerse como domésticas o prostituirse.
ponsabilidad histórica hacia Centroamérica. 15.—Obreros que sufren caídas constantes de sus salarios
8. Les invitamos pues a multiplicar y difundir este nuevo reales. Alto n ú m e r o de desempleados y subempleados. Migración
documento, y les rogamos encarecidamente nos envíen sus masiva hacia países del norte en busca de empleo y seguridad.
reacciones, sugerencias, reflexiones y críticas, o mucho mejor su 16.—Cientos de miles de campesinos desplazados de sus luga-
propio «documento Kairós Centroamericano», a los apartados res de origen por no poder trabajar sus tierras debido a los opera-
3205 y RP-082 de Managua (Nicaragua). Gracias. tivos militares.

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17.—Mineros y m a d e r e r o s explotados por corporaciones culturas y vidas. Pocos pueblos, como los mayas y caribes logra-
transnacionales que destruyen el medio. ron cierta cuota de independencia. Estos pueblos aún siguen
18.—La emigración de los técnicos en busca de empleo remu- luchando por sobrevivir.
nerado. 23. La independencia política de España, como consecuen-
19.—Familias divididas; niños huérfanos, esposas solas. cia de su desgaste político y económico, no vino a mejorar las
condiciones de los pobladores en nuestros países. Las minorías
20. Otra forma de violencia institucionalizada es el alto
privilegiadas mantuvieron para sí las ventajas de este nuevo fenó-
grado de analfabetismo en la mayor parte de la región. La inva-
sión cultural que impone el sistema de vida norteamericano como meno. El siglo XIX registró una constante pugna entre liberales
u n paraíso. Los servicios de salud insuficientes, con altos niveles y conservadores. Y es en la segunda mitad de este siglo cuando
de mortalidad infantil. Centroamérica es incorporada al sistema capitalista de produc-
ción con economías de agroexportación, en torno principalmente
21. La guerra tiene raíces comunes, pero se expresa de forma al café. Esto significó un mayor despojo de las masas empobre-
diferente en cada país: en Nicaragua, un estado joven, revolucio- cidas, con la conversión del campesino en jornalero en las hacien-
nario, lucha por defender sus conquistas, su soberanía e indepen- das de café y banano.
dencia contra la administración norteamericana, que le ha
declarado la guerra en todos los ámbitos: diplomático, económico, 24. La historia de nuestras pequeñas repúblicas, divididas
político, social y militar con las bandas contrarrevolucionarias. en la p r i m e r a mitad del siglo XIX por los intereses de las clases
En Guatemala, la d i c t a d u r a ancestral se manifiesta hoy en el dominantes, es la historia de la b ú s q u e d a del modelo político y
gobierno demócrata cristiano, disfraz del genocidio y etnocidio, económico a seguir. La soberanía de Nicaragua se vio agredida
que nuevamente se recrudece. En El Salvador, un movimiento por los intereses norteamericanos por una vía interoceánica. Nica-
popular y guerrillero crece, presentando una alternativa frente ragua fue escenario de -la digna g u e r r a centroamericana contra
a un gobierno títere de los norteamericanos. En Honduras, los el filibustero Walker y del Ejército Defensor de la Soberanía, lide-
verdaderos gobernantes son los militares representantes de la polí- rado por Augusto César Sandino contra la invasión del ejército
tica agresiva y militarista de Estados Unidos. En Costa Rica, una norteamericano en 1927. Similares intereses de los norteameri-
democracia se debilita y pierde credibilidad por la pauperización canos se han dado en torno al canal de Panamá. Aquí una lucha
y el endeudamiento. En Panamá, una larga y d u r a lucha naciona- nacionalista logró los acuerdos Torrijos-Cárter para la devolución
lista culminó con la firma del t r a t a d o Torrijos-Cárter (1977), que del canal. Las innumerables maniobras de los estadounidenses
promete devolver a los panameños su principal recurso, su canal p a r a incumplirlos han desatado los conflictos actuales.
interoceánico. El Imperio busca de mil m a n e r a s incumplir estos
acuerdos. 25. En Guatemala, la conquista por p r i m e r a vez de un
gobierno demócrata, popular y participativo, fue destruida en
1954 por el golpe militar fabricado por la Central de Inteligencia
2. ANTECEDENTES DEL MOMENTO ACTUAL (CÍA) que formo un ejército mercenario desde H o n d u r a s .
22. La lucha actual de Centroamérica comienza con la 26. Los regímenes militares han sido la tónica dominante en
conquista de nuestros pueblos por la política colonialista de n u e s t r a s naciones, y han sido equivalentes a dictaduras antipo-
la España del siglo XVI, saqueando las riquezas naturales y explo- pulares y represivas. Claro ejemplo de esto fue la masacre de 1932
tando a los nativos con la «legitimidad» de la Corona española, en El Salvador de 30.000 campesinos que se alzaron por el hambre
la cruz y la espada. Los indígenas fueron sometidos a regímenes y la falta de democracia. Costa Rica fue un espacio civil dentro
de trabajo esclavizante en la agricultura y en la minería. Fueron de esa tónica. Las alianzas militares de la región (CONDECA) no
siglos de lucha desigual de españoles y criollos contra indígenas fueron sino políticas contrarrevolucionarias, que se reflejaron más
y negros esclavos traídos del África, de expropiación de sus tierras, claramente en la adopción de la Doctrina de Seguridad Nacional,
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en «prevención» de cualquier intento de constituir en la región variana que va cambiando las relaciones entre Estados Unidos y
una nueva Cuba, pueblo éste que mostró un camino para construir América Latina. La misma Organización de Estadas Americanos
la nueva sociedad. OEA, otrora instrumento de los intereses norteamericanos, ha
27. Ahora, el militarismo sigue siendo la espina dorsal de cobrado cierta autonomía. Las naciones latinoamericanas han
la política norteamericana de dominación del área. Sus bases mili- asumido las b a n d e r a s de la autodeterminación y la no-interven-
tares en P a n a m á y H o n d u r a s lo confirman. ción, causas que antiguamente no pasaban de ser expresión de los
deseos de países impotentes, pero que hoy por la unión se han
28. Las expresiones de resistencia de nuestros pueblos no
transformado en una plataforma política respetada en el concierto
han estado ausentes en ningún período. En los últimos años el
de naciones y una propuesta latinoamericana para un nuevo orden
FSLN logró, junto con el pueblo, la liberación de Nicaragua. En
político internacional.
El Salvador y Guatemala hay organizaciones político-militares y
populares que presentan u n a verdadera alternativa. 32. El gobierno norteamericano, empecinado en una política
de agresión a estas pequeñas naciones que siempre consideró
3. INSERCIÓN GEOPOLÍTICA D E CENTROAMÉRICA como un patio trasero, ha continuado desarrollando la contrarre-
volución en contra de las n o r m a s internacionales y en contra de
29. La lucha de los pueblos de Centroamérica tiene impli- la voluntad latinoamericana de b u s c a r soluciones racionadas.
caciones globales. Hoy se plantean las exigencias urgentes de un
33. La interpretación de la democracia y los gobiernos demo-
nuevo orden internacional en lo económico, en lo político, en lo
cráticos en donde se logran los modelos occidentales según la
jurídico. Se t r a t a de suplantar en las relaciones internacionales
visión de Estados Unidos, choca totalmente con el sentir y pensar
el derecho de la fuerza por la fuerza del derecho.
de nuestros pueblos. La naciente democracia de Nicaragua p a r a
30. Al interior de Centroamérica la fuerza moral de este ellos es totalitarismo y gobierno que destruye los valores occiden-
planteamiento geopolítico descansa sobre su base popular. En tales; los regímenes violatorios de los derechos h u m a n o s y fieles
Nicaragua la revolución popular sandinista se va construyendo ejecutores de los planes contrarrevolucionarios, como los demo-
y ya se ha plasmado en su nueva Constitución un proyecto origi- cristianos de El Salvador y Guatemala, son p a r a ellos el vivo
nal de democracia plena, participativa (a través de organismos r e t r a t o de la democracia. El gobierno hondureno, militarizado y
de masas: jóvenes, mujeres, obreros, etc.) y representativa (plura- utilizado como base de agresión, es p a r a ellos el régimen demo-
lismo de partidos políticos que participan en la Asamblea Legis- crático a salvar del expansionismo sandinista. Estamos asistiendo
lativa). Un elemento importante de esta democracia popular y así a una interpretación del m u n d o diametralmente opuesta.
participativa es la creación y protección de un espacio p a r a la
34. El proceso de los acuerdos de Esquipulas manifiesta el
autonomía cultural y política de los grupos étnicos. Sin esta parti-
deseo de nuestros pueblos de encontrar una salida centroameri-
cipación de las comunidades indígenas no se puede dar verdadera
cana a los problemas centroamericanos. La posibilidad de una
democracia en los demás países del área. solución negociada, sin interferencias foráneas, se ve constante-
31. No es casual que las luchas populares centroamericanas mente amenazada por la intransigencia norteamericana frente a
hayan servido como ocasión p a r a la conformación de un activo soluciones justas.
bloque de naciones latinoamericanas. Primero se formó el Grupo
de Contadora, integrado por México, Venezuela, Colombia y
Panamá, para buscar una salida negociada a los conflictos centro- 4. LOS CRISTIANOS EN CENTROAMÉRICA
americanos, como alternativa a las soluciones militares y antipo- 35. La novedad eclesial más significativa de las luchas popu-
pulares que promueve Estados Unidos. Posteriormente se suma- lares centroamericanas es la participación de amplios sectores
ron a este grupo Brasil, Argentina, Perú y Uruguay. De modo que cristianos dentro del movimiento popular y de las fuerzas arma-
Centroamérica ha servido de ocasión p a r a una aglutinación boli- das del pueblo. Desde las t e m p r a n a s comunidades eclesiales de

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Olancho (Honduras) y San Miguelito (Panamá), hasta la incorpo- reflexión teológica y pastoral con esfuerzos por sistematizar y dar
ración de cristianos y de algunas comunidades en la insurrección testimonio a las iglesias h e r m a n a s fuera de la región. Florece u n a
en Nicaragua, pasando por las comunidades indígenas y no indí- nueva espiritualidad, una práctica cristiana que ha despertado
genas en Guatemala y los cristianos dentro del movimiento popu- una solidaridad que ha vivificado a muchas iglesias en muchos
lar salvadoreño, los cristianos están inmersos en este caminar, países.
formando además un sector específico dentro de las luchas revo-
lucionarias.
36. Como consecuencia de esta militancia cristiana se han
multiplicado los m á r t i r e s centroamericanos, cristianos que PARTE II: MIRANDO ESTA HORA HISTÓRICA
han sido asesinados por su seguimiento de Jesús. Es de todos cono- CENTROAMERICANA D E S D E LA F E
cido el martirio de Mons. Osear Arnulfo Romero, arzobispo de San
Salvador. Son muchos los delegados de la Palabra de Dios y
agentes de pastoral que han sido asesinados por la contrarrevo- 41. Queremos descubrir el significado cristiano que tiene
lución en Nicaragua y los gobiernos represivos en Guatemala, El esta hora histórica centroamericana que estamos viviendo. Para
Salvador y Honduras, por su testimonio a la Palabra. Hay también ello nos valemos de la fe cristiana. Nos sentimos iluminados por:
cristianos que perecieron en combate después de h a b e r tomado
las armas por la causa popular movidos por su fe, como Arlen Siu, 42. a) La palabra y la praxis de Jesús, que viviendo en u n a
Sergio Guerrero Soza, Padre Gaspar García Laviana, en Nicara- situación social crítica y conflictiva como la nuestra, la de la Paz
gua; Padre Ernesto B a r r e r a en El Salvador; Padre Guadalupe en Romana ofrecida e impuesta por el Imperio, fue testigo de los
Honduras, etc. caminos que conducen a la verdadera Paz, optando inequívoca-
mente por los pobres.
37. Muchos son los testimonios de fe viva, tanto personal
43. b) El Dios que Jesús nos ha revelado, que es Dios de Vida
como comunitaria: la esperanza contra toda esperanza vivida en
y de Paz, sin confundirlo con cualquier imagen idolátrica de Dios.
medio de los bombardeos y operativos militares indiscriminados
en las montañas de Guatemala y las comunidades en resistencia; 44. c) La utopía del Reino, revelada por Jesús como volun-
las comunidades en las zonas bajo control guerrillero en El Salva- tad de Dios sobre la historia, y encomendada a sus seguidores
dor, donde se ha desarrollado una pastoral de acompañamiento; como causa mayor y meta suprema de nuestro quehacer histórico.
las comunidades en las zonas de guerra de Nicaragua, que defien-
den con las a r m a s y la fe sus vidas y su producción... 1. SIGNOS DEL REINO EN ESTA HORA HISTÓRICA
CENTROAMERICANA
38. Centroamérica aporta en estos últimos años nuevas
formas de evangelización, una pastoral de fronteras inmersa en Ayudados por n u e s t r a fe descubrimos estos signos del Reino
la conflictividad de las armas, del movimiento popular, de la lucha en Centroamérica:
por la paz, con el envío del Señor a ser fermento en la masa. Se
ha abierto un diálogo y una práctica entre cristianos y revolucio- 1.1. El pueblo se hace sujeto histórico
narios, en una relación nueva, no exenta de tensiones, pero plena
de aportes p a r a el proceso de liberación. 45. Sentimos que en esta hora está m a d u r a n d o la concien-
cia histórica de nuestros pueblos centroamericanos. Las mayorías
39. Hay una actitud positiva en autoridades eclesiales p a r a secularmente oprimidas están t o m a n d o conciencia de su digni-
p r e s t a r el servicio evangélico de humanización del conflicto y de dad. Dejan de ser «masas» p a r a p a s a r a ser más y más conscien-
mediación en busca de soluciones negociadas. temente «pueblo». I r r u m p e n los pobres en la historia como
40. Toda esta participación ha destacado también una nueva pueblos que se hacen sujeto de sus propios procesos de liberación.

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46. Simultáneamente oprimido y creyente, este «pueblo que en los poderosos, desde la unidad centroamericana y latinoame-
no era pueblo y que ahora es pueblo» se hace también, cada vez ricana, más allá de los foros e instancias de que se sirve el Impe-
más, «pueblo de Dios». El Espíritu ha sacudido y le ha hecho suble- rio, sostenidos por el apoyo de la solidaridad internacional.
varse frente al sistema de opresión. En la fe ha encontrado nuevas 52. En estos pasos que la Paz da hacia nosotros, pasos peque-
luces p a r a desenmascarar la injusticia y p a r a seguir a Jesús ños si consideramos la magnitud de la tarea que aún nos espera,
como el que quita el pecado del mundo, el liberador de toda vemos acercarse al Reino de Dios, que es Paz, Justicia y Vida p a r a
opresión, el que da la Paz de un modo distinto a como lo da el los pobres.
mundo.
47. Desde la fe vemos a nuestro pueblo como un colectivo
Siervo de Yavé, elegido y llamado a redimir activamente al mundo 1.3. La Cruz y la Persecución por el Reino
con su dolor fecundo, y a implantar el Derecho entre las naciones. 53. Hoy como ayer Jesús y su Causa son signos de contra-
48. Con la nazarena María, también nosotros proclamamos dicción. En eso los discípulos no somos menos que el maestro.
la grandeza del Señor, porque mira la humillación de sus pobres, Hoy como ayer los poderosos insisten en p e r p e t u a r el sistema de
asume la defensa de los oprimidos, derriba del trono a los pode- opresión. Siguen imponiendo la cruz y la muerte a quien se atreve
rosos y lucha con nosotros para librarnos de las manos de a luchar por la misma causa por la que luchó Jesús. Quieren evitar
nuestros enemigos. Algo de la utopía del Reino se realiza históri- que llegue su Reino. Quieren evitar que las mayorías oprimidas
camente cuando avanza el proyecto de paz de los pobres, cuando lleguen a hacerse pueblo, que el pueblo se haga Iglesia, que el
son removidos los obstáculos que les impiden vivir dignamente. pueblo de Dios sea verdaderamente un pueblo histórico, que
Algo de divino tiene el luchar por los derechos de los pobres, que la Iglesia se encarne en el pueblo.
son derechos de Dios. Sentimos proclamada la grandeza y la gloria 54. Vemos arreciar la persecución, la cruz y la m u e r t e que
de Dios cuando los pobres tienen acceso a la vida en abundancia el Imperio y sus cómplices desatan contra el pueblo y su proyecto
y a la paz, cuando luchan como pueblo por construir el Reino en de Paz, contra los pobres rebeldes, contra los constructores del
la historia. Reino. Pero junto a esta cruz y esta m u e r t e hemos visto florecer
49. El que el pueblo de los pobres, pueblo de Dios se haga el testimonio de la sangre martirial de tantos hombres y mujeres
sujeto histórico es una Buena Noticia que sólo los pequeños y los que han dado y siguen dando heroicamente su vida por la Causa,
que miran desde su óptica son capaces de captar. Sólo a ellos les por la Paz, por la Causa de Jesús. Esta herencia martirial nos
ha sido dado el entender estas cosas, el descubrir esta señal del desafía y nos convoca a la fidelidad, a la entrega, al heroísmo, al
Reino que es «alegría p a r a todo el pueblo» (Le 2, 10-12). seguimiento radical. Es ella una de las más preciosas señales del
Reino que llega a nosotros.
1.2. Avanza el proyecto de Paz del pueblo
50. Nuestra tierra es rica y fecunda. Pero n u e s t r a s riquezas 1.4. Centroamérica, profecía histórica
han venido siendo secularmente saqueadas por los sucesivos impe- del Dios de los Pobres
rios, en connivencia con oligarquías locales cómplices, y bende- 55. En el proceso de maduración de su conciencia histórica,
cidos por la Iglesia. Así se nos ha despojado de lo m á s elemental ayudados por la fe, los pobres de América Central llegaron a descu-
de Vida: alimento, salud, educación, tierra, techo, trabajo... y por b r i r que el Dios de la sociedad occidental cristiana no era el Dios
eso no hay paz. Por eso hay g u e r r a en Centroamérica. de Jesús, sino un ídolo del Imperio. Comprendieron que Dios no
51. Nuestros pueblos han dicho ¡basta! Se están poniendo quiere el actual sistema vigente (aún bendecido por iglesias insti-
en pie, están unificando su rebeldía, están t r a t a n d o de construir tucionales), sino un orden nuevo, que pasa por la destrucción del
la Paz desde los derechos de los pobres sin poner sus esperanzas viejo.

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56. Desde esta fe se alzaron y siguen alzados contra la vieja La guerra centroamericana es u n a g u e r r a de liberación: defende-
sociedad llamada cristiana; se rebelaron contra aquel Dios supues- mos n u e s t r o derecho a la paz frente a una secular agresión. Lo
tamente cristiano. Pero no lo hicieron en n o m b r e del ateísmo o que hay de a b s u r d o en toda esta violencia es ante todo el empeño
en contra de la religión, sino apelando explícitamente al Dios de los poderosos por impedir que los pueblos sean libres.
v e r d a d e r a m e n t e cristiano, al Dios de Jesús redescubierto inequí- 62. La fe nos dice que la historia del Dios encarnado camina
vocamente como Dios de los Pobres y Dios de la Vida. Y en esa en la historia de los hombres, que la historia de la salvación es
lucha siguen, incluso allí donde, destruido el orden viejo, enfren- la historia de n u e s t r a liberación total. Por eso, aunque hay que
tan ahora la guerra del Imperio por impedir establecer y consoli- distinguir cuidadosamente entre progreso temporal y crecimiento
dar el proyecto de paz del pueblo. del Reino de Dios, sin embargo, tanto el progreso temporal como
57. Así, la g u e r r a en Centroamérica es también u n a g u e r r a el progreso de los procesos de liberación interesan grandemente
religiosa y teológica, una lucha entre dioses situados a ambos al Reino de Dios. Igual que Israel cuando fue liberado de la
lados del conflicto. El Dios de los Pobres revelado por Jesús ha opresión de Egipto, así nosotros no podemos dejar de experimen-
escuchado u n a vez más su clamor y se ha hecho presente p a r a t a r el paso salvador del Señor cuando pasamos a condiciones de
conducir a los oprimidos a la liberación, contra los opresores y vida más h u m a n a s , cuando la Paz y la Vida se acercan a n u e s t r o
contra sus dioses. encuentro, cuando damos un paso —por pequeño que sea— hacia
la Liberación plena.
58. Con su rebeldía y con su lucha, con su sangre d e r r a m a d a
y su colectivo martirio, están denunciando como «no cristiano» 63. No identificamos la liberación histórica con la salvación
al Dios que justificó la conquista y se prestó a bendecir los suce- escatológica, pero tampoco las separamos indebidamente. Ni las
sivos imperios, al mismo Dios que siguen invocando tantos separamos ni las confundimos. Hay una presencia de Reino
«cristianos» de hoy que continúan bendiciendo y apoyando el —misteriosa, objeto de fe en el avance del proceso de liberación
mismo sistema imperial. del pueblo, aunque este proceso tenga su autonomía y metodolo-
gía propias—. Todo el derroche de esperanza y de generosidad de
59. El proyecto de m u e r t e dirigido contra estas mayorías
nuestros pueblos no es algo que pueda perderse en el abismo
centroamericanas oprimidas y creyentes p a r a someter su santa
de la muerte, sino que está escrito con letras de sangre en el
rebeldía es la última edición de las ejecuciones y m u e r t e s infligi-
Libro de la Vida y pertenece al Reino definitivo que misteriosa-
das «en n o m b r e del Dios de la sociedad cristiana occidental» a
mente crece ya y triunfa día a día en n u e s t r a historia camino de
lo largo de la historia.
su plenitud final.
60. Los pobres de Centroamérica están siendo actualmente
testigos y m á r t i r e s del Dios de Jesús, Dios de Vida, Dios de los
Pobres. Son una profecía viva proclamada desde la práctica histó- 2. ANTISIGNOS DEL REINO
rica, que invita a las iglesias cristianas a a b a n d o n a r a los dioses EN ESTA HORA HISTÓRICA CENTROAMERICANA
del Imperio y a convertirse al verdadero Dios manifestado por
Jesús, sin empeñarse en servir a dos señores. 2.1. El pecado contra el Espíritu Santo
64. Nosotros reconocemos con gozo la acción del Espíritu
1.5. Presencia de la Salvación en los signos del Reino que se dan en n u e s t r a historia a través
en el proceso de Liberación de los pobres, por el protagonismo de nuestro pueblo, en favor de
61. Nuestros pueblos viven en proceso de liberación. Vemos la Vida y de una Paz que sea fruto de la Justicia, en los procesos
nuestra lucha como un último recurso, como nuestra única salida liberadores de nuestros pueblos... Son todos estos los signos que
p a r a sobrevivir, p a r a salvar históricamente n u e s t r a dignidad de avalaban y avalan el mesianismo (Le 7, 18 ss.) de aquél que vino
hijos de Dios, p a r a colaborar con Dios en su designio salvador. a que tuviéramos Vida y Vida en abundancia (Jn 10, 10). Por eso,

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consideramos que tal como denunció Jesús (Me 3, 28 ss.), hoy problemas... mientras los pobres siguen muriendo y a su proyec-
como ayer, el pecado contra el Espíritu Santo consiste en no to de paz y de vida se le imponen nuevas y mayores cuotas de
reconocer la o b r a y la gloria de Dios en todo aquello que favore- sangre.
ce la vida de los h o m b r e s , la vida de los p o b r e s , la Paz del
pueblo. 2.2. El pecado en el movimiento popular
65. Así, nos parece un verdadero pecado contra el Espíritu
68. Desde nuestra fe vemos el movimiento popular como una
Santo la teología y la pastoral que continúan la tradición teoló-
mediación necesaria p a r a n u e s t r o servicio al Reino. Esa misma
gica legitimadora de la conquista y del genocidio, de la domina-
fe y nuestro compromiso práctico nos dan lucidez crítica p a r a no
ción y de la opresión. Hoy día legitiman también la conculcación
absolutizar lo que sólo es una mediación. Como mediación, el
de la soberanía de nuestros pueblos, el capitalismo monopolista
movimiento popular es u n a realidad h u m a n a no exenta de limita-
trasnacional que nos explota, el imperialismo que nos oprime, los
ciones ni libre de pecado. Nuestra lucha contra el pecado se dirige
gobiernos títeres y las fachadas democráticas que ocultan al
también a todo lo que de pecado pueda darse en las mediaciones
m u n d o nuestra verdadera realidad... Esta teología y esta pasto-
que ponemos en práctica en n u e s t r a lucha por el Reino.
ral ignoran y silencian la miseria en que viven las mayorías
69. Por eso, sin perder de vista nunca el interés global final,
oprimidas, la muerte impuesta a los pueblos prohibidos. El propio
y siempre con un espíritu constructivo (hacia la construcción del
Imperio apoya, promueve, financia y adopta esta teología, como
Reino), nos sentimos impelidos a a p o r t a r nuestra crítica e incluso
un a r m a mortífera contra los pobres, contra sus procesos de libe-
n u e s t r a denuncia de todo lo que en el movimiento popular haya
ración, contra su fe cristiana liberada y, en definitiva, contra el
podido haber en algunos momentos de traición, rivalidades y hasta
Dios de los pobres. Para n u e s t r a fe, nos resulta escandaloso que
de graves enfrentamientos internos por encima de la causa y los
haya cristianos y autoridades de las Iglesias que cometan este
intereses populares, o de alejamiento respecto del pueblo, de todo
pecado contra el Espíritu Santo, en connivencia con los poderes lo que haya podido h a b e r de populismo, militarismo, burocra-
tenebrosos de este m u n d o del pecado. tismo, abusos, discriminaciones, venganzas, incoherencias, infi-
66. Idéntico juicio nos merece la teología apocalíptica funda- delidades...
mentalista que se presenta tanto en Iglesias institucionales cuanto 70. Asimismo, en espíritu de autocrítica y de compunción,
sobre todo en sectas, y que afirma que toda obra histórica del sintiéndonos pecadores y llamados a una conversión permanente,
hombre es obra del demonio, hasta que Cristo venga. Por su parte, pedimos perdón a Dios y a los h e r m a n o s por todo lo que en
o t r a serie de teologías se consideran a sí mismas como supra- n u e s t r a vida personal y comunitaria hay de pecado y de escán-
políticas, o patrocinan un supuesto apoliticismo como línea dalo: incoherencias personales, cansancios y desánimos, conflic-
de conducta ética cristiana. En realidad, todas esas teologías tos comunitarios, actitudes antievangélicas, ambiciones de poder
representan un espiritualismo falso y evasivo, que aliena a los o deseos de hegemonía, intolerancias y sospechas, poca generosi-
hombres, los desvía de sus responsabilidades históricas y hace dad en el perdón, cobardía ante las exigencias radicales de la
el juego a los enemigos de los pobres prestándose a ser utilizada defensa de los derechos de los pobres... Seguimos permanente-
p a r a satanizar todo intento de liberación con un anticomunismo mente a la búsqueda del Hombre Nuevo que anhelamos construir.
irracional. 71. Nuestra crítica y autocrítica, firme y sincera a la vez que
67. Cómplices de este p e c a d o c o n t r a el E s p í r i t u S a n t o constructiva y leal, forma p a r t e del positivo apoyo que desde
son t a m b i é n t a n t o s h e r m a n o s q u e , e n t r e n o s o t r o s o en el n u e s t r a fe nos vemos obligados a d a r incondicionalmente a la
p r i m e r m u n d o , c o n f e s á n d o s e c r i s t i a n o s o no, p e r m a n e c e n causa de la liberación de nuestros pueblos. Jesús, que tan clara-
atrincherados en su comodidad, excusándose en la lejanía, en la mente apoyó la causa popular, no vaciló en «desafiar» al pueblo
falta de claridad de información, en su pretendida neutralidad, cuando en algunos momentos lo exigió la lealtad a la causa mayor
en la pluralidad de interpretaciones, en la complejidad de los del Reino.

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equipara bajo el mismo rótulo tanto la lucha de los pobres por
2.3. La manipulación de la defensa de la democracia defenderse y sobrevivir, como la opresión sistemática de los pode-
y de los derechos humanos rosos y la represión con que responden a los pobres insumisos.
72. Para nosotros, la democracia y los derechos humanos son 78. Por otra parte, muchas instituciones eclesiásticas lavan
un paso adelante en la historia de la humanidad, una conquista la conciencia de las oligarquías privilegiadas, responsables del
irrenunciable que ha de ser profundizada incesantemente. Por eso, sistema de violencia institucionalizada contra las mayorías
no comulgamos con quienes hacen de ellos una lectura restric- centroamericanas, lo legitiman ideológicamente, lo bendicen jurí-
tiva, ni con quienes manipulan esta bandera de los pobres en dica y eclesiásticamente, ponen capellanes (sacerdotes, pastores
contra de los intereses del pueblo. Por ejemplo, y hasta obispos) al servicio de ejércitos y cuerpos represivos, o
73. cuando se utiliza para encubrir, tras una fachada de consideran dicha violencia como deber de protección del orden
democracia electoral, regímenes represivos y genocidas, culpables «legal».
de decenas de miles de desaparecimientos y asesinatos; regíme- 79. A este respecto es significativo y particularmente escan-
nes que privan al pueblo de lo más elemental de la Vida en favor daloso que Nicaragua, el único país de nuestra área donde el
del lujo y del privilegio de una oligarquía escandalosamente mino- proyecto popular está en el poder, sea el único lugar donde
ritaria;
la mayor parte de las iglesias institucionales y sus jerarquías no
74. cuando se utiliza para amparar ocultamente la propuesta hayan condenado «toda violencia, venga de donde viniere», ni han
de un partido político como la democracia cristiana, que actúa condenado la violencia ejercida por las fuerzas antipopulares
como fuerza de legitimación del sistema de dominación; sostenidas por el imperio.
75. cuando se utiliza para soslayar el cuestionamiento global
al presente ordenamiento del mundo, al orden establecido desde
la conquista, al orden imperial, al sistema que privilegia a los 2.5. Los llamados a la reconciliación
poderosos, a la «sociedad occidental cristiana»... que contemporizan con el pecado
76. No basta proclamar la democracia formal electoral o los 80. En Centroamérica escuchamos con frecuencia llamados
derechos civiles y políticos en su concepción liberal-burguesa. a la reconciliación que formulan las iglesias como situándose por
Quedarse ahí, o utilizar esta proclamación para combatir la posi- encima de las partes implicadas en el conflicto centroamericano,
bilidad de un verdadero «gobierno del pueblo», o para ignorar e apelando al amor y a la fraternidad cristiana. Los llamados pare-
impedir la realización de los derechos humanos que asisten a los cen en principio rnuy cristianos, pero tratando de hacer con
pueblos como naciones, como etnias o como clases, su derecho a atención un discernimiento espiritual encontramos que no lo
la soberanía, a la autodeterminación, a la vida para las mayorías... son tanto.
es una manipulación y un pecado contra la Vida y contra la
81. El conflicto centroamericano se da entre un opresor
Verdad.
violento y fuertemente armado y unas mayorías secularmente
oprimidas, masacradas e indefensas. Es un conflicto que sólo
2.4. Las condenas de la violencia que violan la Vida puede ser descrito como una lucha entre la justicia y la injusti-
cia, entre el bien y el mal, entre la Vida y la Muerte. En este
77. Después de siglos de connivencia y de legitimación de contexto, ia idea de reconciliar el bien con el mal no sólo repre-
un sistema de dominación y de violencia institucional, a pesar senta una aplicación equivocada de la idea cristiana de reconci-
de gloriosas excepciones proféticas, sólo cuando los pobres opta- liación, sino que es además una tergiversación de la fe cristiana.
ron por defenderse las Iglesias finalmente se pronunciaron para Nuestro deber es acabar con el mal, con la injusticia, la opresión,
condenar «toda violencia venga de donde viniere». El uso acrítico el pecado, y no llegar a un acuerdo con él. No debemos reconci-
de esta condena, mantenida a veces con una voluntaria ceguera,
liar el bien con el mal, ni ia vida con la muerte. Toda contempori-
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zación con el mal conduciría a una paz que no es la del Reino. Toda 86. Es el momento. Es la h o r a determinante. Es un llamado
reconciliación cristiana pasa por u n a opción radical por la justi- decisivo de Dios. Es el tiempo aceptable, tiempo de gracia, tiempo
cia y por los pobres. de salvación. Es el paso de Dios por nuestra Historia, por Centro-
américa. La sangre de Abel clama al cielo. El grito de Lázaro
82. La paz que el m u n d o ofrece es u n a «reconciliación» que
reclama una atención inaplazable. Los pueblos centroamericanos
encubre la injusticia y la opresión. La paz es fruto de la justicia,
i r r u m p e n en la conciencia mundial como jueces veraces de
no resultado de arreglos negociados con la injusticia. En Centro-
n u e s t r a proclamada fraternidad. Las mayorías oprimidas del
américa, como en toda América Latina, no hay otra posibilidad
tercer m u n d o miran a Centroamérica con angustia y con espe-
de reconciliación cristiana que la puesta en m a r c h a del plan de
ranza. Centroamérica se ha convertido en un Kairós de consecuen-
paz del pueblo, de los pobres organizados y conscientes, como cias imprevisibles: o c e r r a m o s por muchos años un espacio
alternativa opuesta a la de los que han sido y son sus opresores. p a r a la esperanza de los pobres, o abrimos proféticamente un Día
83. Desde nuestra fe cristiana no podemos llamar a la recon- Nuevo p a r a la humanidad, p a r a la Iglesia.
ciliacón como un dictado venido de fuera, eludiendo n u e s t r a
propia responsabilidad en el conflicto. Tenemos un deber posi- 87. Es el Kairós Centroamericano: una oportunidad de
tivo de trabajar por la reconciliación verdadera, reconciliación gracia en la que el Señor nos convoca a a s u m i r los desafíos de
que nosotros creemos posible porque conocemos la capacidad del esta hora histórica. Una oportunidad de gracia p a r a crear un
Pueblo pobre p a r a perdonar, como un acto de dignidad y huma- nuevo orden internacional donde prevalezca la fuerza del dere-
nidad frente al enemigo, siempre que desaparezcan las causas que cho sobre el derecho de la fuerza, donde los pueblos secularmente
provocan la injusticia y el conflicto. prohibidos y humillados pasen a ser libres, a vivir en soberanía
y autodeterminación, donde los pueblos pequeños puedan convi-
vir h e r m a n a d o s sin que ningún imperialismo les amenace. Una
3. CENTROAMÉRICA ES UN KAIRÓS
oportunidad para r e p a r a r penitencialmente los errores históricos
84. El análisis y discernimiento que hemos hecho de los de la conquista y el genocidio, para asumir una nueva actitud ante
signos y antisignos del Reino en medio de los signos de los tiempos los 500 años. Una oportunidad p a r a r e p a r a r los pecados históri-
y del lugar que vivimos en Centroamérica nos llevan a concluir cos de las Iglesias, p a r a historificar nuestro compromiso y
que esta h o r a histórica de Centroamérica es un Kairós, u n a opor- n u e s t r a espiritualidad, p a r a vivir n u e s t r a fe de un modo encar-
tunidad de Gracia, una hora decisiva, un tiempo especialmente nado en la historia. Una oportunidad irrepetible para venerar reve-
denso dentro del horizonte de la historia de la salvación. rentemente la sangre de la m u c h e d u m b r e histórica de héroes y
mártires, p a r a consolar a tantos h e r m a n o s heridos por el dolor
85. La crisis centroamericana ha ido agravándose y profun-
y la muerte, p a r a dar esperanza y transmitir coraje a los pobres
dizándose. El conflicto ha llegado a un climax de tensión y de
de la Tierra, tantos de los cuales m i r a n a Centroamérica como su
madurez de conciencia. Nunca como ahora en la historia se han
h e r m a n a mayor. Una oportunidad de gracia de conversión p a r a
sentido los pobres tan impulsados por el Viento del Espíritu a ser
que el primer inundo y la llamada «sociedad occidental cristiana»
eficaces instrumentos de proyecto del Padre de todos. Nunca como
se vuelvan al verdadero Dios cristiano que los pobres les permi-
ahora se han sentido implicadas y desafiadas las Iglesias de
ten redescubrir con su testimonio profético.
Centroamérica por el Dios de los pobres. Nunca como ahora ha
tenido que refugiarse el Imperio tan irracionalmente en el dere-
cho de la fuerza. Nunca como a h o r a el m u n d o ha tenido u n a 88. Esta hora histórica de Centroamérica es un Kairós, el
conciencia internacional tan extendida de solidaridad y corres- paso de Dios, encarnado en Jesús, por esta cintura ardiente de
ponsabilidad ante lo que se juega en Centroamérica, ante lo nuevo América Latina, convocándonos a la lucha por el Reino, a la cruz,
que esta tierra está dando a luz para una Nueva Humanidad y para a la esperanza inclaudicable, a la solidaridad invencible, al triunfo
un Mundo Nuevo. de la resurrección.

— 94 — — 95 —
4. NUESTRA RESPUESTA A ESTE KAIRÓS CENTROAMERICANO 4.3. Radicalizarnos en el servicio al Reino
95. En esta hora en que vivimos en Centroamérica un
4.1. La opción por los pobres conflicto histórico donde nos debatimos dramáticamente entre la
vida y la muerte, no podemos menos de volver n u e s t r a atención
89. Nosotros no podemos ser cristianos en Centroamérica a lo más esencial de n u e s t r o ser cristiano y concentrarnos radi-
sin t o m a r p o s t u r a en favor de los injustamente marginados, en calmente en la voluntad última de Dios sobre la historia: ¡su Reino!
favor de las mayorías oprimidas, y en contra de los opresores Queremos radicalizarnos en el seguimiento de Jesús: vivir y luchar
en cuanto tales, en contra del sistema de m u e r t e que domina el por su Causa.
mundo; sólo así podremos seguir a Jesús.
96. Queremos superar la clásica tentación en la que durante
90. Esta hora histórica centroamericana exige radicalmente tantos siglos han caído n u e s t r a s iglesias, de ponerse a sí mismas
una clara definición geopolítica: se está con el pueblo o se entra como su propio fin, concentrándose en su vida intereclesiástica,
en connivencia con sus opresores; se está con los pobres o se está convirtiéndose en un fin en sí mismas, y desentendiéndose en defi-
con el Imperio; con el Dios de la Vida o con los ídolos de la nitiva de las luchas históricas donde se debate el advenimiento
Muerte; con el Dios de Jesús o con un falso Dios cristiano. del Reino y la gloria de Dios, llegando a considerar de hecho la
91. El Kairós centroamericano implica reconocer la digni- construcción del Reino en la historia como una actividad profana
dad de los pobres, reconocerles el derecho a ser protagonistas de o política que no les competería.
su propia liberación, a ser protagonistas de un proyecto de libe- 97. Con la m i r a d a puesta en el Reino (la Causa de Jesús, el
ración p a r a todos, privilegiando a los subgrupos m á s oprimidos: absoluto al cual todas las mediaciones han de ordenarse) quere-
la mujer, los indígenas, los afroamericanos... mos ayudar a n u e s t r a s iglesias a s u p e r a r toda dicotomía y todo
reduccionismo, a encarnarse en el pueblo, a aceptar la vocación
profética y sacerdotal del pueblo de Dios, a a b a n d o n a r su preten-
4.2. Nutrir la esperanza del pueblo dida neutralidad y superar sus divisiones internas optando inequí-
92. Cada uno de nosotros nos alimentamos de la experien- vocamente por los pobres, a bajar a la arena de la historia y a hacer
cia espiritual del pueblo de Dios centroamericano, de su fe, su eficaz allí con esperanza su fe y su amor, a arriesgar su prestigio
esperanza, su amor revolucionario. Somos testigos de su testimo- y hasta su paz, a a s u m i r la persecución y la m u e r t e misma, y a
nio martirial. Y a la vez nos sentimos llamados a a p o r t a r n u e s t r o gritar con los hechos desde esta tierra volcánica: ¡venga tu Reino!
grano de arena para alimentar, fortalecer y sostener su esperanza. ¡Hágase tu voluntad en la tierra, en Centroamérica, como en el
cielo!
93. Queremos alimentar esta visión de fe que nos hace descu-
b r i r la presencia de Dios caminando delante de n u e s t r o pueblo, 5. DESAFÍOS DEL KAIRÓS CENTROAMERICANO
excitando nuestros deseos de libertad, conduciéndonos esforza- A NUESTROS HERMANOS
damente por las d u r a s veredas de la liberación, defendiéndonos
de nuestros opresores, sosteniéndonos en la escasez del desierto 98. Centroamérica es un Kairós de Gracia no solamente para
mientras escapamos del alcance del Imperio... los que en ella vivimos. Creemos que también es un desafío
p a r a las Iglesias y el mundo. Permítannos, hermanos, abrirles
94. Este alimentar la esperanza de nuestro pueblo será humildemente nuestro corazón y hacerles confiadamente sugeren-
también n u e s t r a mejor aportación —la que nos es más propia o cias que puedan ayudarles a acoger este Kairós Centroamericano.
específica en cuanto cristianos, como fermento en la masa— al
proceso de liberación de n u e s t r o pueblo, a la realización histó- 99. Somos prójimos de ustedes. Queremos responderles
rica del plan liberador de Dios, a la construcción del Reino en la aquella pregunta que, como el jurista del evangelio, quizá uste-
historia. des también se hagan: «¿Quién es mi prójimo?» (Le 10, 25 ss.).

— 96 — — 97 —
Nosotros somos aquel h o m b r e de la parábola de Jesús frente al ria colectiva es nuestra tarea. Es ahí donde debemos gritar apasio-
que ustedes deben ser buenos sama rítanos. Estamos malheridos nadamente: ¡Ven, Señor Jesús!
al borde del camino, avasallados sin piedad por los sucesivos impe-
rios, explotados por las trasnacionales, masacrados y reprimidos
por los aparatos militares, marginados, privados de lo más
elemental de la vida, deportados, exiliados, refugiados... Aunque
quizá lejanos en la geografía, estamos muy próximos a ustedes. PARTE III: D E CARA A LA ACCIÓN, HOY
Tan próximos que, en realidad, n u e s t r a situación es el reverso
mismo de la que ustedes viven. Somos sus prójimos. No se hagan LA SOLIDARIDAD ECUMÉNICA:
sordos al grito de Centroamérica. No pasen de largo, ni siquiera SER PRÓJIMO DE QUIENES LUCHAN POR LA VIDA
p a r a entregarse al culto. No teman contaminarse haciéndose soli-
darios con nosotros. Oigan más bien la palabra de Jesús: «cada 103. Después de analizar n u e s t r a difícil y esperanzadora
vez que lo hicieron a uno de mis hermanos más pequeños, a mí situación centroamericana y su evolución hacia un proceso de
me lo hicieron» (Mt 25, 31 ss.). soluciones no violentas a los conflictos estructurales que ya hemos
señalado, particularmente a p a r t i r de Esquipulas II, y habiendo
100. ¿Qué has hecho de tu hermano? ¿Qué han hecho uste- realizado también una extensa reflexión teológica en la cual han
des de estos pueblos? ¿Qué han hecho de Centroamérica? La participado teólogos, sacerdotes, pastores y líderes eclesiales de
sangre de este Abel centroamericano, que b r o t a de los 200.000 base del movimiento ecuménico mesoamericano, en esta p a r t e
muertos, de innumerables mártires, clama al cielo y se dirige al de nuestro documento deseamos formular u n a serie de propues-
Congreso Norteamericano, a la E u r o p a conquistadora, a los tas hacia el interior de las comunidades cristianas de América
h e r m a n o s desentendidamente insolidarios... Central y del m u n d o entero. Estas propuestas las presentamos a
ustedes, h e r m a n o s y h e r m a n a s , con sentido de urgencia y con el
101. Opten por los pobres rebeldes. Dios optó por los pobres propósito de contribuir a la construcción de la paz p a r a los
p a r a su liberación, animándoles a liberarse. Ustedes también, pueblos de Centroamérica y consolidar el proceso de una lucha
opten por los pobres, contra la pobreza. Rebélense contra la situa- legítima por la justicia, la igualdad y la liberación humana. Como
ción de los pobres y luchen por destruir todos los mecanismos cristianos nos sentimos interpelados por el Señor p a r a trabajar
que la producen. Opten políticamente por la liberación de los en este proyecto, con espíritu profético, en fidelidad a las causas
pobres, y traduzcan esa opción en una participación activa con de los pobres y oprimidos, que es la causa del reino de Dios.
ellos en la superación del sistema que genera la pobreza. Opten
por la rebeldía de los pobres y por los pobres rebeldes, los pobres 104. Este es el desafío que en América Central nos interpela
incómodos que reivindican sus derechos y denuncian los privile- a nosotros y que desde nuestro contexto ponemos ante ustedes,
gios de las minorías. Reconozcan al pueblo humilde que se cristianos y personas de buena voluntad en todo el mundo. Hemos
convierte en sujeto histórico y reclama su autodeterminación en descrito aquí la dolorosa situación de guerra prolongada que aún
pie de igualdad, sin limosnas ni beneficencia. vivimos y que deseamos que concluya pronto porque la paz y la
vida son derechos inalienables de los pueblos. Hemos afirmado
102. Ya no es posible un cristianismo provinciano. Ya no es también con la máxima fuerza que ésta no es una guerra absurda,
posible ser cristiano encerrado en los estrechos límites de la sino la culminación de una lucha, la que d u r a n t e cinco siglos los
propia comunidad o nación. Hoy sólo se puede ser consecuente- pueblos de América Central sostienen contra sus explotadores. La
mente cristianos haciéndose cargo de las responsabilidades g u e r r a de los últimos diez años debe entenderse como una inten-
históricas internacionales frente al prójimo mundial. El cosmos sificación de esta larga lucha. Pero deseamos s u b r a y a r que los
es nuestra casa. El m u n d o es n u e s t r a familia. Los pueblos son pueblos centroamericanos son pacíficos y proponen a lo largo de
nuestros prójimos. El mundo es nuestra responsabilidad. La histo- su historia u n a vida de paz e igualdad social. La violencia estruc-

— 98 — — 99 —
t u r a l la origina la colonización y ha sido profundizada en este 109. 2. Debemos de confesar que por muchos años hemos
siglo por el imperialismo norteamericano. El gemido de nuestros permanecido indiferentes al dolor, al sufrimiento y a la m u e r t e
pueblos y el sentido de su lucha es el cese de esta violencia y de de los pobres de n u e s t r a s propias comunidades. Reiteramos en
todo género de agresión que destruyen la vida y el futuro, p a r a este tiempo de juicio y de gracia nuestro compromiso consecuente
abrir por sí mismos un camino para nuevas transformaciones espi- con los pobres y la lucha por la justicia, la paz y la liberación.
rituales y materiales que conlleve a la creación de la nueva comu- Sólo de este modo tiene sentido n u e s t r a fe, la proclamación del
nidad. evangelio de Jesús y la comunión.
105. H e r m a n a s y hermanos: hemos leído esta lucha desde 110. 3. En n u e s t r a región han surgido movimientos popula-
la fe de los pobres en el Dios de la Vida como una oportunidad res p a r a luchar por la paz, la justicia y la reconciliación. Consi-
de gracia, una ocasión p a r a la salvación de estos pueblos secular- deramos que debemos apoyar estos movimientos con mayor
mente dominados, como un «Kairós» que no debe desatenderse, compromiso, y a la vez m a n t e n e r vivo el espíritu y la llama que
pues posiblemente no vuelva a darse por muchas generaciones si ha originado la insurrección evangélica que ha reactivado el profe-
hoy despreciamos este llamado del Señor. tismo de la iglesia y su discernimiento para ser fiel a la misión
106. Por tal razón nos exhortamos a nosotros mismos y de Dios.
apelamos a la «proximidad» de nuestros hermanos y h e r m a n a s .
Les pedimos y demandamos solidaridad con una causa que EXIGENCIAS URGENTES AL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS
creemos es la causa de Dios y de su Reino. Urgimos compasión
111.4. Exigimos al Gobierno de Estados Unidos cesar defi-
por el sufrimiento inocente de miles y miles de víctimas de la
nitivamente su apoyo económico y militar a la contrarrevolución
represión en esta parte neurálgica del continente. Pedimos sus
en Nicaragua y a c a t a r el fallo de la Corte Internacional de Justi-
oraciones y su acompañamiento p a r a todo este pueblo de Dios.
cia de junio de 1986, que condenó la agresión de EEUU contra
107. H e r m a n a s y hermanos: p a r a trabajar juntos por la Nicaragua, y exigió, además de su cese, una indemnización por
causa de la paz, de la justicia y de la vida de los pueblos centro- las consecuencias de sus ataques a comunidades civiles, que
americanos les proponemos algunas tareas de solidaridad, alre- ocasionaron m u e r t e y destrucción económica. Pedimos a las
dedor de las cuales podremos o r g a n i z a m o s y a c t u a r ecuménica- iglesias, cristianos y movimientos de solidaridad de EEUU conti-
mente. n u a r implementando formas de presión p a r a que cese esta crimi-
nal acción de terrorismo, y en su lugar se formule una política
INTERPELACIÓN A NUESTRAS COMUNIDADES de cooperación y paz p a r a Nicaragua y Centroamérica.
EN AMÉRICA CENTRAL 112. 5. Exigimos al Gobierno y el Congreso de EEUU respe-
t a r la soberanía de la República de Panamá y la devolución del
108. 1. Palpamos en estos últimos años una experiencia más
Canal a Panamá, cumpliendo puntualmente los acuerdos Torrijos-
concreta en el desarrollo de un espíritu ecuménico en las comu-
Cárter. Animamos a los gobiernos democráticos y pueblos de
nidades cristianas de América Central. Son valiosos los proyec-
América Latina a expresar su solidaridad al pueblo de Panamá
tos ecuménicos que se e s t r u c t u r a n en la m a r c h a y coadyuvan a
en su lucha por una auténtica soberanía.
la construcción de la esperanza, la justicia y la emancipación de
n u e s t r a s iglesias y pueblos. Queremos animarnos a cultivar este 113. 6. Exigimos al gobierno de Estados Unidos el retiro de
espíritu con mayor dedicación, a evitar las divisiones y fraccio- las tropas norteamericanas y contrarrevolucionarias del territo-
namientos entre nosotros, a fomentar la comunicación y la coope- rio hondureno y el respeto a su soberanía.
ración ecuménica en nuestra área y con toda América Latina. Es 114. 7. Exigimos a los gobiernos de EEUU e Israel y de todos
urgente articular de manera más eficaz nuestras acciones en todos los países del mundo cesar su apoyo militar y político al Gobierno
los planos de la vida eclesial y social. de Guatemala y El Salvador, donde los ejércitos hacen la guerra

— 100 — — 101 —
centenario de la sujeción de América Latina, comprometiéndose
al pueblo sufrido provocando miles de m u e r t o s y de desplazados. eficazmente ante sus gobiernos en favor de su emancipación.
Pedimos asimismo a la Organización de las Naciones Unidas
mantenga su relator en Guatemala p a r a fiscalizar la violación 120. 13. Pedimos a las Iglesias de Estados Unidos y Canadá
que fomenten ayunos y actos de obstrucción, incluso llegando a
sistemática de los derechos en ese país.
los extremos que heroicamente llevaron a nuestro h e r m a n o Brian
Willson a sacrificar sus piernas p a r a detener un tren militar y
PETICIONES A LOS GOBIERNOS DE AMÉRICA LATINA, frenar la política guerrerista de Estados Unidos contra América
NACIONES UNIDAS Y OTROS ORGANISMOS MULTILATERALES Central. Reconocemos la inmensa solidaridad de las Iglesias y el
pueblo de Estados Unidos para con los pueblos de Centroamérica,
115. 8. Hacemos un llamado a los gobiernos de América
pero queremos decirles que la lucha es larga y dolorosa y apenas
Central a dar continuidad y cumplimiento a los Acuerdos de Esqui-
hemos comenzado. Les animamos a continuar el intercambio y
pulas II, especialmente a los asuntos de seguridad, democratiza-
la cooperación ecuménica con América Central, a conocer más
ción, respeto a los Derechos Humanos, repatriación voluntaria e profundamente nuestras realidades y a apoyar a nuestros pueblos
integración económica. Recomendamos a los gobiernos del área en la digna lucha por la Paz y la Vida.
d a r seguimiento al proceso de Contadora en los aspectos no
cubiertos por el Acuerdo de Esquipulas II. 121. 14. Pedimos a las Iglesias y cristianos de todo el m u n d o
116. 9. Hacemos un llamado urgente a los pueblos de y particularmente de América Latina celebrar cada año oracio-
América Latina y sus respectivos gobiernos a m a n t e n e r y a nes, vigilias, cultos, procesiones y otros actos apropiados de inter-
acrecentar su solidaridad con la causa de América Central, cesión por América Central en el aniversario del m a r t i r i o de
asumiéndola como suya. n u e s t r o h e r m a n o Osear Arnulfo Romero (el 24 de m a r z o de 1980),
así como en otros momentos oportunos.
117. 10. Hacemos un llamado urgente a los gobiernos, a
los Organismos Multilaterales de Desarrollo y Humanitarios
y a las Organizaciones Ecuménicas de Desarrollo a realizar URGENCIA DE UN NUEVO ORDEN DE JUSTICIA Y PAZ
acciones coordinadas que contribuyan a la reconstrucción socio- 122. 15. Solicitamos concretamente a la Asamblea General
económica de América Central, y a t o m a r acciones inmediatas de la ONU, a los Organismos Multilaterales de Financiación, al
hacia la solución de la actual crisis económica y la h a m b r u n a que Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a los Gobier-
se cierne sobre los países del área. Pedimos a los gobiernos, las nos del m u n d o céntrico, condonar la Deuda Externa del Tercer
Iglesias y movimientos de solidaridad p r e s t a r todas las atencio- Mundo porque ésta fue construida sobre bases injustas, y porque
nes a los refugiados centroamericanos que lleguen a sus países. entre otras razones el flujo real de beneficio del Tercer Mundo
118. 11. Proponemos a la Organización de Naciones Unidas hacia los países ricos excede la s u m a total de la Deuda.
y a la Organización de Estados Americanos organizar u n proceso 123. 16. Asimismo pedimos a todos los gobiernos del mundo
concreto de gestiones p a r a el desmantelamiento de las bases mili- abocarse con urgencia a la creación de un Nuevo Orden Econó-
tares extranjeras en Centroamérica, Belice, Panamá y los países mico Internacional que permita a los pueblos pobres salir de situa-
del Caribe, declarar y hacer de toda esta región una zona de paz. ciones de miseria, conducir un proceso de desarrollo integral de
justicia y dignidad, de respeto a la integridad de la creación, y
INTERPELACIÓN A LAS IGLESIAS Y CRISTIANOS DEL MUNDO de paz.
124. H e r m a n a s y hermanos. Suscribimos en n o m b r e de
119. 12. Pedimos a las Iglesias de todo el mundo, pero espe- Cristo y de nuestros pueblos este Documento Kairós Centroame-
cialmente a las Iglesias de Roma, España, Portugal, Inglaterra, ricano, y nos reafirmamos j u n t a m e n t e con ustedes en el propó-
Estados Unidos y de los países latinoamericanos que celebren sito de orar, trabajar y luchar por que las propuestas aquí
actos penitenciales de gran envergadura con ocasión del quinto
— 103 —
— 102 —
formuladas puedan implementarse y la justicia y la paz lleguen Róger Velásquez - Igl. Bautista/CEPAD - Nicaragua
a nuestros pueblos centroamericanos y al mundo. Oramos porque Isabel Cáceres - Igl. Católica - Costa Rica
la gracia y el Espíritu de Dios nos acompañe en esta lucha por Sor Rosario Gamboa G. - Igl. Católica - Costa Rica
Carlos Escorcia - Igl. Asambleas de Dios - Nicaragua
el Reino.
Jaime Gutiérrez - Misión Pentecostés de Igl. Cristinas/CIEETS -
Nicaragua
Nicaragua Libre, Centroamérica Leonel Navarro - Igl. Apostólica de la Fe en Cristo - Nicaragua
Pascua de Resurrección, 3 de abril de 1988 P. Uriel Molina O. - Igl. Sta. María de los Angeles/CAV - Nicaragua
Melita Wall - CLAI - Secretaría Mesoamericana - Panamá
P. Carlos Alberto Alfaro - Igl. Católica - Costa Rica
Nora Aburto A. - Igl. Sta. María de los Angeles - Nicaragua Benjamín Cortés - Igl. de Cristo/CIEETS - Nicaragua
Julia Esquivel V. - Igl. Presbiteriana - Guatemala Jerjes Ruiz - Seminario Teológico Bautista - Nicaragua
Guillermo Cuéllar - Comunidades Eclesiales de Base de El Salvador P. Ernesto Marín - Igl. Católica - Costa Rica
Sor Martha Madriz A. - San José, Costa Rica Berlington Albert Barnett - Igl. del Nazareno - Costa Rica
María H a r t m a n - Hnas. de Santa Inés - Nicaragua P. José María Vigil - Centro Valdivieso - Nicaragua
P. Walter Marchena - Igl. Católica - San José, Costa Rica Miguel Ángel Casco - Igl. Asambleas de Dios/CEPRES - Nicaragua
Trino Flores P. - Igl. Metodista - Costa Rica P. Julio Suárez Castro - Igl. Católica - Costa Rica
Rafaela Cerda - Ctro. Valdivieso - Nicaragua María del Socorro Gutiérrez - Ctro. Valdivieso - Nicaragua
Martha Amador - CIEETS - Nicaragua Moisés Méndez - Comunidad Teológica de México
Jorge Rodríguez - Igl. Metodista - Costa Rica Pablo Cruz Cortés - CIEETS - Nicaragua
Jandir Santin - Comunidades Cristianas de Base - Nicaragua Franco Zuñiga S. - Igl. Católica - Costa Rica
Lázaro González - Seminario Bautista - México Yelba Alfaro - Ctro. Valdivieso - Nicaragua
Uwe Martini - Luterano, CIEETS - Nicaragua Francisco Ortiz - Misión Pentecostés de Igl. Cristianas - Nicaragua
P. Francisco Menéndez - Igl. Católica - Guatemala Tomás Echevarría - Igl. Metodista - Costa Rica
Enrique Ramírez - Igl. Católica - Guatemala Carmelo Alvarez - Dpto. Ecuménico de Investigaciones - Costa Rica
Jorge Pixley - Seminario Bautista - Nicaragua J u a n Carlos Segura - Igl. Bíblica - Costa Rica
Andy Shogreen - Igl. Morava - Nicaragua Roberto Zub - Ctro. Valdivieso - Nicaragua
Alcibiades López - Igl. Bautista - Panamá Pedro Gutiérrez - Comunidades Cristianas de Guatemala
P. León Hernández Quiróz - Igl. Católica - Costa Rica Pablo Richard - Dpto. Ecuménico de Investigaciones - Costa Rica
Francisco Madrigal - CIEETS - Nicaragua Luz Beatriz Arellano - Ctro. Valdivieso - Nicaragua
Carlos A. Ruiz - Igl. Bautista/CIEETS - Nicaragua Floyd Oates - Comunidades Cristianas de Belize
Guillermo Denaux - Comunidades Eclesiales de Base de El Salvador Gustavo A. López - Comunidades Cristianas de Panamá
Iglesia Luterana Salvadoreña Fe y Esperanza en el exilio Ramón A. Pérez - CIEETS - Nicaragua
Jairo Arce - Igl. Menonita/CIEETS - Nicaragua Myriam Aldana - CIEETS - Nicaragua
N o r m a n Bent - Igl. Morava - Nicaragua Ramón A. López - Igl. de Cristo - Nicaragua
P. Antonio Castro - Igl. Católica/CAV - Nicaragua Manuel Silva - Igl. de Cristo - Nicaragua
Lency Snaniott - Comunidades Eclesiales de Base P. Rafael Aragón, o. p./CAV - Nicaragua
Marcelino Dávila Castillo - Igl. Misión Cristiana/CIEETS - Nica- Raúl Carazo - Misión Evangélica Nacional Interdenominacional -
ragua Nicaragua
Raúl Vidales - México Rubén Pak - CIEETS - Nicaragua
Mariette Stout - Igl. Reformada/CAV - Nicaragua William González - Igl. de Dios - Nicaragua
Albino Meléndez - Igl. Bautista/CEPAD - Nicaragua Teresa Rodríguez - Igl. de Dios - Nicaragua
P. Rutilio Sánchez - Comunidades Cristianas de El Salvador J. Gary Campbell - Igl. Presbiteriana de EEUU/CAV - Nicaragua
P. Cedeño - Igl. Católica - Panamá Obispo Pedro Casaldáliga - Igl. Católica - Brasil
Fernando Colomer - Igl. Morava/CIEETS - Nicaragua Obispo Sergio Méndez Arceo - Igl. Católica - México

— 104 — — 105 —
P. Ubaldo Gervasoni - Comunidad de Waslala/CAV - Nicaragua
Obispo Kenneth Mahler - Igl. Luterana - Nicaragua
Pedro S e r r a n o - Sacerdote Diocesano - Nicaragua
Edgar Parrales - Ctro. Valdivieso - Nicaragua
Gerardo Stookey, o. p. - Justicia y Paz de Dominicos de Nicaragua
Fr. Miguel Concha, o. p. - México
E b e r h a r d Lóschcke - Igl. Luterana/CAV - Nicaragua
Arnaldo Centeno, s. j . - CEBs - Nicaragua

Continúan 20 firmas más de h e r m a n a s y h e r m a n o s de El


Salvador, Guatemala y H o n d u r a s que no aparecen p a r a evitar
mayores peligros p a r a sus vidas y ministerios.
III. Materiales de trabajo

— 106 —
NUEVOS CAMINOS Y VÍAS D E SOLIDARIDAD

Estos materiales de trabajo que presentamos a continuación


no pretenden ser válidos p a r a todos los grupos, ni siquiera p a r a
la mayor parte. El camino de cada grupo/comunidad es distinto
y atraviesa m o m e n t o s distintos en su evolución. El animador de
cada grupo/comunidad deberá a d a p t a r este guión a las caracte-
rísticas y necesidades del mismo/a y, sobre todo, a su evolución
de conciencia y de mentalidad. Quizá en algún caso deberá hacer
un guión enteramente nuevo; esperamos que aun en ese caso le
sirva este guión como iluminación, o como p u n t o de partida.
En cualquier caso, esto que presentamos es solamente algo
indicativo, un simple esquema de ideas concebido con la finali-
dad pedagógica de ir llevando la evolución de conciencia de los
participantes con suavidad y autoconvicción hacia las metas
previstas. Por ello, desarrollamos m á s las partes que contienen
los puntos catequéticos (conservando ese carácter esquemático)
que los puntos correspondientes a un análisis socioeconómico-
político, donde la mentalidad e ideología sociopolítica concreta
del grupo/comunidad deberá dar contenidos concretos a lo que
ahí sólo se sugiere y queda abierto.
El animador utilizará estos esquemas con u n a metodología
popular, participativa, no vertical-descendente, sino horizontal-
ascendente, atendiendo a las características concretas del grupo
comunitario en cuestión (urbano, rural, adulto, juvenil, con más
o menos formación, etc.). El animador echará m a n o de los resor-
tes pedagógicos de que dispone.
El grupo necesitará en más de un momento de algunas perso-

— 109 —
ñas expertas que ayuden al grupo a crecer en información p a r a • Por qué hacemos esto: motivaciones personales y
seguir elaborando su proceso de reflexión. El animador estará grupales.
dispuesto a suplir permanentemente las deficiencias que el grupo • Pequeña historia de n u e s t r o compromiso solidario en
presente a este respecto. No descuidará la dimensión práctica de el Colectivo.
la reflexión, t r a t a n d o de encontrar las acciones prácticas necesa-
rias p a r a una adecuada combinación de reflexión y acción. No 1.2. Presentación de los participantes... (posible dinámica de
descuidará tampoco la dimensión celebrativa, en los momentos grupos).
indicados en este guión o en otros que él o el grupo consideren 1.3. Presentación general del n.° 3 de «Cuadernos Verapaz»:
m á s adecuados. • Cómo surgió la idea de este cuaderno.
Los Documentos «Kairós» podrán servir en más de un • Qué se pretende: animar desde la base la causa de la
m o m e n t o como iluminación sugerente p a r a la reflexión. solidaridad.
Es muy importante que el animador esté atento a la utilidad • Diferentes partes del cuaderno...
catequética y mentalizadora que este proceso de reflexión puede 1.4. Diálogo de los participantes.
proporcionar a la comunidad. Este proceso de reflexión, aunque (N.B. Al final de cada sesión convendría introducir
no debe p e r d e r nunca su orientación aplicada y dirigida a la el trabajo de la sesión siguiente, con el fin de suscitar la
práctica, aborda directa y abiertamente elementos fundamenta- participación y creatividad de todos).
les y fundamentantes de la solidaridad cristiana, y a través de ese
abordaje comunica toda una visión cristiana, una cosmovisión
teológica y espiritual que puede servir para renovar la visión cris- 2. ¿CÓMO ELABORAR UNA PROGRAMACIÓN CONJUNTA DEL PROYECTO?
tiana de la comunidad, para renovar su espiritualidad, para poner
al día su teología, p a r a introducir a una visión histórica de la fe 2.1. Lluvia de ideas: que cada participante señale contenidos,
y hacer pasar a un cristianismo solidario. metodología, periodicidad de las reuniones, participan-
tes reales y posibles...
Somos muy conscientes de que, en definitiva, este guión resul-
2.2. Motivación del grupo a partir del artículo de J. M. a Vigil:
t a r á muy valioso, sobre todo si lo a s u m e y hace suyo u n anima-
«Por qué la solidaridad».
dor con creatividad y entusiasmo.
2.3. Elección de una comisión p a r a presentar el próximo día
La distribución del guión en diecinueve sesiones de reflexión un esbozo de programación, de acuerdo con las sugeren-
y tres celebraciones es p u r a m e n t e formal. Cada grupo a d a p t a r á cias y posibilidades reales del grupo.
los temas a sus posibilidades y a su ritmo, desdoblando alguna
sesión, j u n t a n d o otras, etc. Lo único que deseamos es que os sea
útil. 3. LA SOLIDARIDAD COMO PROYECTO COMÚN DE LOS PUEBLOS

3.1. ¿Qué grupos y movimientos de solidaridad conocemos:


componentes, objetivos, niveles de solidaridad, acciones
concretas...?
PRIMERA PARTE: ¿POR QUE LA SOLIDARIDAD? 3.2. Mesa redonda con representantes de distintos grupos
que estén trabajando en este campo de la solidaridad.
1. PRESENTACIÓN GENERAL
3.3. ¿Qué nos une a cuantos participamos en estos movi-
mientos?
1.1. Presentación de los monitores-guías: 3.4. La Comisión presenta el proyecto de programación para
• Quiénes somos: Colectivo «Justicia y Paz»... discutirlo el próximo día entre todos.

— 110 — — 111 —
4. PROGRAMACIÓN DEFINITIVA DEL PROYECTO DE TRABAJO PARA EL 7.2. Que nos hable alguna persona m á s relacionada con
CURSO aquellos países.
7.3. Diálogo p a r a c o n t r a s t a r los puntos 7.1 y 7.2.
4.1. Discusión en torno al proyecto presentado:
• Clarificar bien los objetivos, con quiénes, desde dónde,
actitudes personales... 8. ¿SOLIDARIDAD Y CRISIS DE CREDIBILIDAD EN ESPAÑA?
• Clarificar dudas, posibles enmiendas, nuevas sugeren-
cias... 8.1. En el m a r c o de n u e s t r a Constitución Española:
4.2. Aprobación del proyecto. • Democracia «formal» y realidad de los derechos
4.3. Sugerir textos de lectura u otros materiales de trabajo humanos.
(cuestionarios, por ejemplo) p a r a la próxima sesión. • Representatividad y corresponsabilidad de los
distintos colectivos sociales en el tema de la soli-
daridad.
8.2. Solidaridad y marginación social en nuestros ámbi-
tos de trabajo: paro, pobreza, libertad, pluralismo...
SEGUNDA PARTE: ¿QUE ES LA SOLIDARIDAD? 8.3. ¿Hasta qué punto nuestros movimientos solidarios
participan de esta crisis de credibilidad?

5. ¿ C O N QUIÉNES, EN QUÉ Y CÓMO SOMOS SOLIDARIOS?


9. LA EDUCACIÓN PARA LA SOLIDARIDAD
5.1. Comentario en grupo del cuestionario o textos prepa-
rados. 9.1. Verdad y mentira en los Medios de Comunicación
5.2. Profundización a cargo del monitor: necesidad de que Social.
sean grupos abiertos (la cadena de la solidaridad), nive- 9.2. Verdar y mentira de las Instituciones a las que perte-
les de participación (reflexión, acción...), desde dónde necemos: partidos, sindicatos, Asociaciones, comuni-
somos solidarios,... dades, Iglesias,...
5.3. Conclusión: sabemos qué es la solidaridad en la medida 9.3. Necesidad de acceder a la realidad por otros caminos:
en que somos solidarios. pequeños grupos con materiales especializados, con
el asesoramiento de personas cualificadas (en contacto
6. SOLIDARIDAD-INSOLIDARIDAD EN NUESTRO MUNDO ACTUAL con la realidad), escuchando a las bases...

6.1. ¿Cómo ve cada m i e m b r o del grupo esta realidad?


6.2. Profundización a cargo del monitor o de u n a persona
experta: visión general (económica, social, política, cultu-
ral, religiosa...) del fenómeno mundial de la solidaridad
en la actualidad. TERCERA PARTE: LA SOLIDARIDAD CRISTIANA
6.3. Diálogo abierto sobre el tema.

10. Los CRISTIANOS EN LA ACCIÓN SOLIDARIA


7. SOLIDARIDAD-INSOLIDARIDAD EN CENTROAMÉRICA Y SUDÁFRICA

7.1. ¿Qué conocemos y a través de qué canales de la reali- 10.1. Experiencias solidarias de los cristianos en nuestro
dad centroamericana y sudafricana? entorno.

— 112 — — 113 —
10.2. Propuestas concretas de los cristianos en Sudáfrica CAMINOS DE SOLIDARIDAD
(KS, capítulo V) y en Centroamérica (KC, 103-122). EN LA ENCÍCLICA SOLLICITUDO REÍ SOCIAUS
10.3. Contrastar lo dicho en los nn. 10.1 y 10.2, bajo esta
perspectiva de iniciativas solidarias concretas. 13.1. La insolidaridad como problema internacional (cfr.
SRS 13, 14 y 15). Contrastar con el análisis efectuado
en los temas 6 y 8.
FUNDAMENTACIÓN TEOLÓGICA DE LA SOLIDARIDAD: 13.2 La opción profética como postura cristiana:
EL Dios DE LA HISTORIA • Actitud de denuncia: división del mundo en bloques,
imperialismos, c a r r e r a armamentística, distintas
11.1. Recordar la visión clásica del cristianismo en el que
idolatrías (dinero, ideología, clase social, tecno-
fuimos educados: apartados del mundo... Con datos
logía...).
y ejemplos vividos personalmente.
• Presentación y oferta de otras alternativas posibles
11.2. Nuestro Dios es un Dios de la historia. Visión bíblica:
de cara a la solidaridad entre los pueblos: opción
Dios se hace presente en la historia del pueblo,... para
solidaria por los pobres (reforma del sistema inter-
liberarlo.
nacional del comercio, reforma del sistema mone-
11.3. La historia y Dios: ¿dos realidades ajenas e inconexas?
t a r i o y f i n a n c i e r o m u n d i a l , i n t e r c a m b i o de
tecnologías, nueva estructuración de los organismos
FUNDAMENTACIÓN TEOLÓGICA DE LA SOLIDARIDAD:
internacionales...), que las naciones seleccionen sus
J E S Ú S Y EL R E I N O DE D I O S
prioridades (producción alimentaria, favorecer
procesos democráticos y participativos).
12.1. Jesús, un h o m b r e solidario hasta las últimas conse- 13.3. ¿Piensas que esta encíclica nos ayuda a e n m a r c a r
cuencias (cfr. Hb 2, 5-18). rectamente el tema de la solidaridad en nuestros
• Comentar en grupo esta afirmación: con quiénes fue respectivos colectivos?
solidario, en qué aspectos, desde qué actitudes... 13.4. ¿Cómo te sitúas respecto al proyecto global de soli-
• Qué aspectos de su opción solidaria pueden ser más daridad presentado por Jua n Pablo II?
significativos p a r a n u e s t r o mundo. 13.5. ¿Qué aspectos concretos destacarías, ya sea para criti-
12.2. Jesús predicó y buscó, ante todo, el Reino de Dios y carlos, ya sea p a r a apoyarlos?
su justicia (Mt 6, 33).
• Parábola del Buen S a m a r i t a n o (Le 10, 29-37). Los CRISTIANOS Y LA HISTORIA
• Parábola sobre el Juicio Final (Mt 25, 31-46).
14.1. Después de haber escuchado la Palabra de Dios
• Testimonio que da Jesús sobre su propia persona
(temas 11-12) y las orientaciones del Magisterio
(Mt 11, 2-6).
eclesial (tema 13), ¿cómo enjuiciarías ahora el compro-
12.3. La causa de Jesús es la causa de Dios: miso de los cristianos en la historia de los pueblos?
• «He oído el clamor de tu pueblo» (Ex 3, 7-8). • ¿En qué se parece la historia de n u e s t r o cristia-
«Jesús: el " E n m a n u e l " o Dios con nosotros» (Mt 1, nismo con la historia del Dios bíblico (tema 11), que
23). liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto, lo
• Los pobres, preferidos de Dios y de Jesús (cfr. Is 61, introdujo en la Tierra Prometida, denunció por los
1-4.10-11; Le 4, 16-22). profetas las injusticias de los poderosos y, tras el
12.4. Signos y antisignos del Reino en el ámbito en que se exilio babilónico, restauró la teocracia reconducién-
mueve cada grupo (cfr. KC, parte Segunda). dolo hacia su verdadero destino?

— 114 — -115 —
• Si ser cristiano significa seguir a Jesús (tema 12), los hombres. ¿No tendremos, pues, que buscar entre
¿en qué medida ha luchado el cristianismo a lo largo todos caminos comunes p a r a i n s t a u r a r una convi-
de la historia p a r a i n s t a u r a r el Reino de Dios como vencia más j u s t a y equitativa en función de los inte-
lo hizo Jesús en su tiempo? ¿Se ha significado real- reses mayoritarios de la sociedad?
mente por t r a n s f o r m a r las situaciones de margina- 15.2. La Iglesia está exhortando últimamente a los cristia-
ción y por dar igualdad de oportunidades a todos? nos p a r a participar en el ámbito de lo político.
14.2. Si Dios y Jesús se nos han manifestado en una «histo- • Porque, siendo realistas, es imposible ser neutral y
ria de salvación», a los cristianos se nos reconocerá abstenerse pasivamente.
en las huellas que vamos dejando en la historia, única • Pero, sobre todo, porque nos lo pide el Evangelio.
mediación posible de nuestro encuentro con Dios. Si queremos construir el Reino de Dios en la histo-
• Si «en Dios vivimos, nos movemos y existimos» ria, hemos de t o m a r postura allí donde se forjan las
(Hch 17, 28), es porque El se encuentra allí donde decisiones sociales. Jesús no se ausentó cómoda-
los hombres vamos alumbrando la historia. Nuestro mente de los organismos políticos de decisión de su
encuentro con Dios pasa, por tanto, necesariamente, tiempo (herodianos, fariseos, saduceos) recluyén-
por el camino de una auténtica praxis de liberación dose, como los esenios, en el desierto.
de los pueblos. 15.3. ¿En qué plataformas socio-políticas y en qué situacio-
• Jesús no invita a reconocer «los signos de los nes concretas debe moverse solidariamente el cris-
tiempos». ¿Se puede respetar la secularidad (auto- tiano?
nomía y propias leyes de la historia) y contemplar • El Evangelio nos recuerda que debemos «estar en
al mismo tiempo la historia con una m i r a d a de fe? el m u n d o sin ser del mundo» (Jn 17, 11 ss.) ¡No nos
14.3. En la Iglesia actual se ha debatido mucho el tema de podía aconsejar p a r a todas las situaciones concre-
la «Teología de la liberación». tas de toda la historia y en todos los pueblos!
• ¿Cuáles serían los aciertos y los riesgos de esta • Pero nos ofrece también algunos criterios orienta-
corriente teológica que pretende hacer una lectura tivos: no ambicionar el poder, sino servir a la socie-
«histórica» de la Palabra de Dios? dad (Mt 10, 24-29), desde y p a r a los últimos (Le 1,
• ¿No se dan en algunas comunidades cristianas 46-55), con una actitud sencilla pero despierta y
actuales ciertas interpretaciones del cristianismo confiada (Mt 10, 16.26-31), etc.
excesivamente cultuales, moralizantes, intelectua- • Somos conscientes de que las mediaciones históri-
listas, «ortodoxistas», espiritualistas..., en definitiva, cas, a la luz del Evangelio, no son el Reino defini-
ahistóricas? tivo de Dios. Pero esto no quiere decir que sean
arbitrarias, inútiles y despreciables. La historia del
15. LOS CRISTIANOS Y LO POLÍTICO Reino de Dios pasa por las vicisitudes de todo
proceso histórico.
15.1. Enjuicia esta afirmación tan frecuente: «Los cristia-
nos (la Iglesia) no deben meterse en política».
16. LOS CRISTIANOS Y LA OPCIÓN POR LA SOLIDARIDAD
• Siendo consecuentes con lo dicho en el tema ante-
rior, ¿hasta qué punto podemos comprometernos 16.1. La presencia histórica y política de los cristianos en
con la historia del hombre al margen de lo político? el m u n d o apuesta decididamente por el camino de la
• Lo político es el ámbito de realización del bien solidaridad aceptando sin reservas el proyecto de Dios
común. Es una responsabilidad universal de todos en Jesús (temas 11 y 12).

— lió- — 117 —
• Dado que la historia tiene siempre dos caras (el subversivo del orden que minaba la convivencia y
anverso de los poderosos y el reverso de los despo- la paz. Buscó, ante todo, reunir al pueblo disperso
seídos), nos ubicamos socialmente del lado de los (Mt 23, 37). Pero sus caminos de la paz dejaron las
últimos p a r a defender sus justos derechos. huellas de las cicatrices en su cuerpo inmolado por
• Esta actitud «parcial e interesada» (no ingenua- todos, aunque haciendo causa común con el clamor
mente universal ni genéricamente abstracta) implica de los postergados (Jn 20, 19-21).
una toma de postura comprometida, más allá de • «El es n u e s t r a paz» (Ef 2, 14). No como la buscan
sentimentalismos idílicos o de buenas intenciones los poderosos en este mundo.
(Mt 7, 21-27), pero sin caer nunca en falsos fanatis-
mos: «el que no está contra nosotros, está por
nosotros» (Me 9, 40).
16.2. La solidaridad, nueva forma de la caridad. CUARTA PARTE: EL COMPROMISO DE LA SOLIDARIDAD
• No se trata de «hacer caridades» (práctica piadosa)
en favor de los más necesitados. Vivir la caridad en 17. COMPROMISO SOLIDARIO DEL GRUPO
el más alto grado significa «vivir y luchar por la
causa de Jesús» poniéndonos incondicionalmente 17.1. El esfuerzo reflexivo realizado hasta el momento no
del lado de los únicos que pueden propiciar un deja de ser un signo de compromiso del grupo en favor
cambio social en la línea del Reino de Dios: los de la solidaridad.
desposeídos de la tierra (Le 6, 20-26). • Si en el tema 10 veíamos algunas experiencias y
• La solidaridad se encamina, por consiguiente, hacia propuestas solidarias de los cristianos en nuestro
la «caridad política» (Pío XI). entorno y en dos continentes lejanos, tras una nueva
— «Macrocaridad» que rompe, por una parte, los lectura de las mismas nos preguntamos ahora: ¿en
moldes de la privacidad intimista e individua- qué puntos concretos siguen siendo significativas
lista para abrazar la causa de las mayorías p a r a nosotros? ¿Por qué?
marginadas. • ¿Nos ha servido en mensaje cristiano para darle
— Pero siempre desde una toma de postura evan- mayor contenido y densidad al tema de la solidari-
gélica muy concreta (histórica y liberadora), dad? ¿No tendríamos que aspirar, como seguidores
desde una ubicación, por tanto, «también polí- de Jesús, a que la solidaridad se convirtiera en una
tica» como opción solidaria y efectiva. auténtica «fraternidad»? (Hch 2, 42).
17.2. Pero nos quedaríamos en los umbrales del compro-
16.3. La paz como fruto de la solidaridad cristiana. miso solidario si no diéramos pasos adelante. Desvir-
• El cristianismo, como la vida social, resulta siempre tuaríamos incluso el sentido h u m a n o y cristiano de
conflictivo. Jesús fue signo de contradicción (Le 2, la solidaridad. ¿Qué signos, gestos, acciones... de soli-
34; Mt 10, 34-36) y predijo la misma suerte a sus daridad podríamos a s u m i r tanto a nivel personal
discípulos (Mt 10, 16-25). El Jesús de los Evangelios como de grupo?
que m u e r e en la cruz por «presentar cara» al poder • ¿Qué situaciones concretas de nuestro medio social
político y religioso (Le 9, 51) no concuerda dema- nos están exigiendo, como grupo, una presencia soli-
siado con la imagen intimista y dulcificada a que daria testimonial y eficaz?
tantas veces nos han acostumbrado. • ¿ No será necesario, si queremos consolidar la comu-
• Ahora bien, Jesús tampoco fue, por principio, un nión del grupo, buscar relaciones y acciones concre-

— 118 — — 119 —
tas de solidaridad con otros grupos? ¿Cuáles? todos y cada uno de los participantes). Momentos
¿Cuándo? ¿Cómo?... mejores y peores, relaciones interpersonales (estados
17.3. Posible encuentro con algún representante de algún de ánimo, temores y recelos, crisis...), grado de
organismo oficial (Caritas, por ejemplo) p a r a obtener concienciación y mentalización, necesidades descu-
mayor información, c o n t r a s t a r experiencias, lograr biertas, aspectos que exigen una prioridad, etc.
una visión lo más objetiva posible de n u e s t r a realidad 19.3. Como cristianos:
social y entablar un diálogo sobre cauces concretos • ¿Hemos comprendido mejor el sentido de la encar-
de acción y coordinación. nación solidaria de Jesús y el compromiso que
comporta p a r a nosotros?
PROGRAMACIÓN DE UNA CAMPAÑA DE SOLIDARIDAD • ¿Nos ha ayudado a vivir más intensamente n u e s t r a
propia historia o nos hemos refugiado en el pequeño
18.1. Se trataría, ante todo, de hacer u n esfuerzo colectivo
grupo?
por habituarnos a trabajar en pequeños proyectos,
• ¿Dónde pondrías ahora el centro de tus preocupa-
bien pensados y coordinados. Entre otros aspectos,
ciones dentro de la comunidad cristiana: el culto,
habría que:
la formación, el compromiso con los necesitados...?
• Clarificar bien los objetivos. • ¿Crees h a b e r descubierto una nueva espiritualidad
• Tomar decisiones y p r o g r a m a r : qué, quiénes, cristiana?
cuándo, cómo (con quiénes, con qué medios, a corto
y largo plazo...), dónde...
• Prever las consiguientes dificultades dentro del 20. POSIBLES CELEBRACIONES DE LA FE CRISTIANA
proceso. 20.1. Celebración de la Palabra.
• Para acabar con alguna concentración celebrativa • Para e n m a r c a r en la fe nuestro trabajo a la hora de
y festiva, sin olvidar un posible manifiesto de cara comenzar. Podría ser al t e r m i n a r la p r i m e r a parte.
a los MCS. • Pedir luz, crecimiento, actitudes adecuadas...
18.2. Para el verano y el próximo curso: • Dejarse iluminar por la palabra de Dios:
• El verano sería un buen momento p a r a repensar — I n t e r p r e t a r los signos de los tiempos (Le 12,
personalmente los diversos detalles de la programa- 54-57).
ción y p r e s e n t a r a principios del curso próximo los — Habla, Señor, que tu siervo escucha (I Sam 3,
adecuados retoques. 1-11).
• Quizá conviniera en este momento c o n t r a s t a r la — He oído el clamor de mi pueblo (Ex 3, 7-8).
programación con alguna persona experta. — Parábola de los dos h e r m a n o s (Mt 21, 28-32).
• La puesta en práctica de la programación definitiva — Si tu h e r m a n o tiene algo contra ti, deja tu
exigiría probablemente un largo proceso, y sería ofrenda (Mt 5, 23-24).
tema suficiente de acción-reflexión para buena parte — Porque tuve h a m r e y no me diste de comer
del curso. (Mt 25, 31 ss.).
— Misericordia quiero, y no sacrificios (Mt 9, 11-13).
EVALUACIÓN GENERAL — Olvidáis lo más grave: la justicia y el amor
(Mt 23, 23-24).
19.1. El proceso seguido: temática, desarrollo, materiales,
metodología, resultados prácticos... 20.2. Celebración de la Palabra
19.2. Nosotros mismos: ¿cómo nos hemos sentido? (hablar • Al t e r m i n a r el tema 16.

— 120 — — 121 —
— En un clima de oración y reflexión a la vez, a la ÍNDICE
luz de la Palabra de Dios, descubrir qué interpe-
laciones nos hace Dios ahí, en todo eso que
hemos analizado (parte segunda) y juzgado a la
luz de la fe (parte tercera).
— ¿Cómo podríamos ser buenos samaritaños ante Págs.
Centroamérica, Sudáfrica... el Tercer Mundo en
general? ¿Y ante nuestro Cuarto Mundo? PRESENTACIÓN 5
— ¿Dónde grita el clamor de la sangre de Abel, que
sube hasta Dios? (Gen 4, 10). I.^»OR QUE LA SOLIDARIDAD (José M.a Vigil). . 11
— ¿Dónde está tu hermano? (Gen 4, 9 ss.).
— Lo que hicisteis a mis hermanos m á s humildes, II.—DOCUMENTOS
a mí me lo hicisteis (Mt 25, 31-46).
— Miente el que dice que a m a a Dios y no ama a PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO «KAIROS»
su prójimo (1 Jn 4, 21-22). SUDAFRICANO (Jesús Espeja) 29
— Este m o m e n t o de oración-reflexión podría
concluir con la celebración comunitaria del KAIROS: UN DESAFIO A LAS IGLESIAS (Cristia-
sacramento del perdón. nos de Sudáfrica) 33
20.3. Celebración de la Eucaristía. 1. El momento de la verdad 34
• Al finalizar el curso. 2. Crítica a la Teología del Estado 36
• Como acción de gracias a Dios por ofrecernos este 3. Crítica a la Teología de la Iglesia . . . . 41
momento de gracia salvadora, y como compromiso
4. Hacia una teología profética 50
renovado y solidario con todos los crucificados de
nuestro mundo. 5. Desafío a la acción 57
• Jesús, a quien vosotros matasteis en una cruz... Dios 6. Conclusiones 60
lo resucitó (Hch 2, 22-24).
PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO «KAIROS»
• Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo,
que Dios da a los que le obedecen (Hch 5, 32). CENTROAMERICANO (Rafael A. Marina). . . 65
«KAIROS» CENTROAMERICANO: UN DESAFIO
JUAN HUARTE, O. P. A LAS IGLESIAS Y AL MUNDO (Cristianos de
BERNARDO CUESTA, O. P. Centroamérica) 77
(Del Grupo «Fe y Derechos Humanos») Introducción 77
1. La realidad que vivimos 79
2. Mirando esta hora histórica centroameri-
cana desde la fe 85
3. De cara a la acción, hoy 99

III.—MATERIALES DE TRABAJO (Juan Huarte y


Bernardo Cuesta) 107

— 122 — — 123 —

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