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PSICOLOGÍA

ANÁLISIS SITUACIONAL DE PROBLEMÁTICA ELEGIDA

NOMBRES
José Alonso Jorge del Carpio

2023-1

“El alumno declara haber realizado el presente trabajo de acuerdo a las


normas de la Universidad Católica San Pablo”.

FIRMAS
Problemas de Inatención y Conductuales

1. Definición del problema

El problema que identifiqué a través de la observación en el establecimiento es que hay un


número considerable de estudiantes, sobre todo en los niveles inicial y primaria, con problemas de
atención y conducta. Los niños con problemas de atención y conducta tienen dificultad para prestar
atención, concentrarse y controlar su comportamiento en diferentes situaciones, lo que puede interferir
en su rendimiento académico y en su capacidad para establecer relaciones sociales satisfactorias.
Estos problemas de comportamiento pueden manifestarse de diversas formas, como hiperactividad,
impulsividad, agresión, falta de motivación, bajo rendimiento académico y dificultad para seguir las
reglas y límites establecidos.

Es importante señalar que los problemas de atención y conducta no son un solo trastorno, sino
que pueden ser causados por diferentes factores, como la genética, el entorno familiar, la exposición a
determinadas sustancias, entre otros. Además, estos problemas pueden estar asociados con otros
trastornos, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno del
espectro autista (TEA) o el trastorno negativista desafiante (ODD).

El abordaje para abordar los problemas de atención y conducta en los niños implica una
evaluación detallada para identificar las causas subyacentes y diseñar un plan de intervención
individualizado que incluya estrategias de adaptación curricular, entrenamiento en habilidades
socioemocionales y, en algunos casos, tratamiento psicológico o farmacológico. Es fundamental que
este abordaje sea multidisciplinario e involucre la participación activa de padres, educadores y
profesionales de la salud mental para asegurar el éxito del proceso.

2. Estado del arte

En cuanto al estado del arte, los psicólogos coinciden en que el principal problema de los
niños diagnosticados de hiperactividad es su capacidad de mantener la atención, más que limitarse a
controlar su actividad física. La Asociación Estadounidense de Psiqu iatría ha establecido una
.

categoría de diagnóstico conocida como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
para identificar a los niños con este trastorno. Los niños con TDAH tienen dificultad para responder
apropiadamente y trabajar consistentemente para alcanzar sus metas, y es posible que no puedan
controlar su comportamiento incluso en situaciones breves. Se estima que el 3-5% de la población
escolar primaria tiene esta condición, siendo la mayoría de ellos una combinación de problemas de
atención e hiperactividad. A los niños se les diagnostica TDAH con más frecuencia que a las niñas,
aunque esta brecha se está reduciendo. Las niñas también tienen síntomas similares, pero a menudo
menos evidentes, lo que puede llevar a que no sean diagnosticadas y, por lo tanto, no reciban la ayuda
necesaria.

Según la definición de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 2014), el Trastorno por


Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por la presencia constante de síntomas de
falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad que son inapropiados para el nivel de desarrollo y la
edad del individuo. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-V, APA, 2014), se estima que el TDAH afecta a alrededor del 5% de los niños y al 2.5% de los
adultos a nivel mundial.

Anita Wolfolk menciona en la undécima edición de su libro en 2010 que los problemas de
déficit de atención son característicos de niños que tienen dificultad para mantener su atención en
tareas o actividades de juego, cometen errores por descuido, parecen no escuchar cuando se les
habla directamente, tienen dificultad para seguir instrucciones y completar el trabajo escolar, tienen
dificultad para organizar tareas o actividades, evitan o se niegan a participar en tareas que requieren
un esfuerzo mental sostenido, pierden los materiales necesarios y se distraen fácilmente con estímulos
extraños. Además, estos niños suelen ser olvidadizos en las actividades cotidianas. Por otro lado, los
problemas con el control de los impulsos son evidentes en los niños que dan respuestas abruptas
antes de completar las preguntas, tienen dificultad para esperar su turno e interrumpe o se entromete
en conversaciones o juegos con otros.

La hiperactividad también es una característica común en estos niños y se manifiesta a través


de conductas como jugar con las manos o los pies, moverse nerviosamente en su asiento, levantarse
del asiento cuando se espera que permanezcan sentados, correr o trepar excesivamente, tener
dificultad para jugar o participar. en actividades recreativas en voz baja, hablando en exceso y
actuando como si fueran "impulsados por un motor" y no pueden quedarse quietos.

Durante la última década se ha entendido que los trastornos de la conducta y las alteraciones
del comportamiento son el resultado de dificultades en la comprensión, regulación y adaptación al
medio físico y social (Tamarit et al, 2003). Los comportamientos problemáticos, como la agresión, el
rechazo social, la actividad repetitiva y el comportamiento sexual inapropiado, se consideran como la
punta del iceberg de un conjunto más profundo de problemas subyacentes, como la falta de
comprensión de las normas sociales y del lenguaje, la incapacidad de autocontrol y empatía, la
limitación en la predicción del entorno, y la falta de generalización del aprendizaje. Para superar estos
problemas, se deben mejorar las habilidades adaptativas mediante la enseñanza intencionada y
explícita de habilidades como la comunicación, la relación social, la competencia curricular, el uso de
servicios comunitarios y el disfrute del tiempo libre.

El rendimiento académico de los estudiantes puede verse afectado por diversos factores
endógenos y exógenos (Tamarit et al. 2003). Los factores endógenos se refieren a las características
psicológicas del estudiante, incluyendo sus motivaciones, intereses, actitudes y hábitos de estudio. En
este sentido, es fundamental desarrollar el ámbito personal del estudiante y comprender estos
factores.

Por su parte, los factores exógenos están relacionados con el entorno que rodea al estudiante,
y la influencia de la familia en su desarrollo es crucial. La relación entre la familia y la escuela es
esencial para lograr un rendimiento óptimo, y los padres deben apoyar a sus hijos en su aprendizaje,
reconociendo que los docentes nunca podrán ocupar el lugar de los padres (Beltran, 2010).

Los conflictos entre padres e hijos pueden tener un impacto significativo en el rendimiento
académico, especialmente durante la adolescencia (Jiménez, 2010). En este sentido, es importante
que los padres proporcionen un ambiente familiar adecuado y procuren darles mayor libertad para
asumir su independencia, evitando deterioros en las relaciones familiares y pensamientos negativos
por parte de los hijos hacia sus padres.

Los docentes enfrentan dificultades similares a las de los padres en la formación de los
estudiantes (Filomeno, 2016). Es fundamental que exista cooperación entre padres y maestros para
lograr un rendimiento académico óptimo. La relación entre ambas instituciones es crucial para el
desarrollo del niño, ya que pasan más tiempo en casa que en la escuela y sus modelos más
permanentes son sus propios padres (Cano, 2011).

En este sentido, es importante comprender estos factores y trabajar juntos para proporcionar
un ambiente adecuado de aprendizaje y desarrollo para el estudiante, con el objetivo de mejorar sus
habilidades adaptativas mediante la enseñanza intencionada y explícita de habilidades como la
comunicación, la relación social, la competencia curricular, el uso de servicios comunitarios y el disfrute
del tiempo libre (Tamarit et al. 2003).

En resumen, el rendimiento académico de un estudiante puede verse afectado por diversos


factores, tanto endógenos como exógenos, y es fundamental que tanto los padres como los maestros
trabajen juntos para proporcionar un ambiente adecuado de aprendizaje y desarrollo para el
estudiante, como lo indican diversas fuentes bibliográficas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bel trán, J., Pére z, L. (2010). Edu car para el siglo XXI. Crecer, pensar y convivir en familia. Madrid – España
. . .

Ediciones. CC.S

Ca no, J. (2011). El re ndimiento escolar y s us contextos. Re vista complutense de educación vol.12 Núm.1.
. . . .

Filom eno, A. (2016). El niño con déficit de atención o hiperactividad cómo pasar del fracaso al éxito. Editorial fondo
.

editor ial de la Universidad Peruana Cayetano Heredia Lima-Perú.


.

Jimé nez, M. (2010). Comp etencia social: intervención preventiva en la escu ela
. . .

Martíne z Veg a, S. M. (2020). El défi cit de atenc ión y el re ndimiento esco lar en ni ños de 5 años.
. . . . . . ..

Sánc hez M éndez, J. M. (2017). El pa pel de la escuela en la prev ención de los problemas de comportamiento.
. . . .

Publicaci ones Didácticas, 80(1), 751-757.


.

Wolfolk, A. (2010). Psicol ogía educativa (11th ed.). Pearson. p. 133.


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