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RESUMEN
El artículo presenta cuatro estudios de caso relacionados con las planicies aluviales y la
ocupación humana precolonial en América del Sur, con ejemplos de Argentina, Brasil y
Colombia, cada uno con sus particularidades pero manifestando la complejidad que
involucra el tema. Se destacan los perfiles estratigráficos como elementos de análisis e
interpretación, sustento de conclusiones y formulación de hipótesis, lo que fortalece el
enfoque geoarqueológico. Se abordan temas como las variaciones en la energia del
sistema, los cambios en la dinámica de los cauces, las áreas favorables o desfavorables
para la ocupación humana, la prospección de sitios y las cronologías potenciales del
registro arqueológico. Todas cuestiones que nos premiten interpretar la relación humano-
ambiente en esos contextos de uso tan frecuente por las poblaciones humanas
sudamericanas del pasado y del presente.
ABSTRACT
The article presents four case studies related to floodplains and precolonial human
occupation in South America, with examples from Argentina, Brazil and Colombia, each
one with its particularities but expressing the complexity involved in the topic. It
highlights the stratigraphic profiles as an element of analysis and interpretation,
supporting conclusions and the formulation of hypotheses, which strengthens the
geoarchaeological approach. It addresses issues such as energy variation in the system,
changes in the dynamics of flows, areas favorable or unfavorable to human occupation,
prospecting for sites and potential chronologies of the archaeological record. All issues
that allow us to interpret the human-environment relationship in these contexts so
frequently used by South American human populations of the past and present.
PALAVRAS-CLAVE / KEYWORDS:
Geoarqueología, Estratigrafía fluvial, Pedología, Sudamérica
CASOS DE ESTUDIO
El área entre los dos niveles de aplanamiento se relaciona con una disección
representada por las formas de colinas con pequeños canales que están asociados con la
erosión fluvial en las nacientes de cursos de orden inferior, que constituyen la variable
más importante en la degradación del relieve (Hermann & Rosa, 1990). El clima de la
frontera oeste del Río Grande do Sul, es cálido subtropical templado, con lluvias bien
distribuidas y estaciones bien definidas, de acuerdo con el esquema de Köppen (1936).
1
Financiado por el Instituto Smithsonian-USA y la Fundación de Apoyo a la Investigación de Rio Grande
do Sul-FAPERGS.
Sitio RS-I-69: Laranjito
Figura 2: Ubicación de los sitios arqueológicos en la región del rio Uruguay en tierras de la hacienda Santo Antônio.
Fuente: Google Earth.
En este caso, el sitio Laranjito, de acuerdo con la descripción hipotética del perfil
estratigráfico elaborado por el equipo del Programa Nacional de Pesquisas Arqueológicas
(PRONAPA), también había sido ocupado por cazadores-recolectores originarios del
Complejo Itaquí (Tradición Umbú). Sin embargo, las recientes actividades
geoarqueológicas realizadas en los perfiles de mayor resolución en las barrancas del sitio,
permitieron el reconocimiento de distintas unidades de suelos holocenos que podrían
presentar vestigios de esta tradición, aunque no se visualizaron artefactos culturales en
estas unidades superiores.
Perfil 1
El sitio arqueológico Casualidade dista 152 m al este del sitio Laranjito, en un área
de campo, y también se considera un sitio arqueológico asociado al período de transición
Pleistoceno tardío - Holoceno temprano. Las informaciones topográficas indican que el
sitio Laranjito está ubicado en la barranca del río Uruguay a 48 m de altitud, mientras que
el sitio Casualidade se halla a 49 m de altitud.
Resultados
El Perfil 1 ha sido registrado en el barranco del sitio Casualidade donde han sido
evidenciados artefactos arqueológicos y como ha sido mencionado, es utilizado como
guía para las correlaciones entre los demás perfiles del sitio (figura 5). En este perfil han
sido reconocidas cinco unidades estratigráficas que corresponden a diferentes horizontes
de un perfil de suelo directamente desarrollado sobre la Formación Touro Passo. Como
se puede ver en el dibujo del Perfil 1 registrado en el sitio Laranjito, éste posee depósitos
y suelos superpuestos a la Formación Touro Passo. Los artefactos arqueológicos en el
sitio Laranjito también fueron identificados in-situ entre los horizontes C1y C2 como
ocurre en el sitio Casualidade.
En los sítios Casualidade y Laranjito no fue posible encontrar carbón para realizar
dataciones. En ese caso, se tomaron muestras de sedimentos para dataciones por Optically
Stimulated Luminescence (OSL), aunque no se cuenta con resultados hasta el momento.
Bajo estas circunstancias, los análisis de futuras muestras corroborarán con nuevas fechas
la antiguedad de estos sitios ubicados en las planicies aluviales del rio Uruguay. Sin
embargo, en la misma investigación fue posible fechar el sitio Barranca Grande, Perfil 1,
en el área tipo donde Bombin (1976) definió la Formación Touro Passo.
La muestra del carbón recogido a 390 cm, unidad VI asociada con material lítico,
fue enviada para análisis en la Universidad de Arizona, fechada por el Accelerator Mass
Spectrometry Laboratory (AMS) y resultó en una datación de 9.903 ± 35 años 14C AP
(AA108670). A 450 cm de profundidad fueron recuperados troncos carbonizados, la
muestra fue enviada para análisis al Laboratorio de Radiocarbono (ex Latyr) - Centro de
Investigaciones Geológicas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina, y
resultó en una datación de 10.470 ± 130 años 14C AP (LP 3393).
De esta manera, las nuevas dataciones para el sitio Barranca Grande comprueban
que las ocupaciones cazadoras-recolectoras tempranas registradas en los sitios
arqueológicos de la localidad arqueológica Touro Passo: RS-I-66: Milton Almeida,
Barranca Grande, Laranjito y Casualidade fueron contemporáneas y se asentaron sobre el
miembro lamítico (superior) de la Formación Touro Passo (Bombin, 1976; Miller, 1987;
Pouey Vidal, 2018). El proceso de ocupación humana en la Localidad Touro Passo,
también es contemporáneo al registrado en el Uruguay, que se viene posicionado en el
contexto regional con una antigüedad cercana a los 10.400 años 14C AP (Hilbert, 1985;
1991; Castiñeira, 2008; Suárez, 2010).
La cuenca del río Magdalena es, entre las andinas, la más extensa del norte de
Suramérica, comprende una red fluvial que discurre en dirección sur – norte, reuniendo
las aguas de las tres cordilleras colombianas. Su fuente principal es el río Magdalena, el
cual corre de sur a norte entre las cordilleras Central y Oriental. En su división, el
Magdalena medio, es un área geográfica que actualmente está comprendida entre el sitio
de Bodega Central, Departamento del Cesar, en su extremo norte, y los límites de los
departamentos de Caldas, Cundinamarca y Tolima al sur. Debido a que su altura promedio
está por debajo de los 500 m.s.n.m, el clima predominante es cálido, con temperaturas
promedias de 27° C, ecológicamente prevalece el Bosque Húmedo Tropical.
Más exactamente en la meso escala del área, entre las cuencas bajas de los ríos
Guarinó y Purnio, la topografía de terrazas es predominantemente plana; geológicamente,
constituyen el Cuaternario más reciente. Estas terrazas tienen su origen en inundaciones
estacionales y deposiciones coluviales. En algunos casos los deshielos, en las partes altas
de la cordillera Central, produjeron lahares que movilizaron masas de materiales hasta el
fondo del valle, las cuales fueron retransportadas y redepositadas, en las planicies de
inundación.
Tanto los factores neotectónicos, como los climáticos, la dinámica del río y los
eventos volcánicos, influyeron directamente en la formación geomorfológica de la zona.
Es importante destacar que las actuales cimas de las terrazas y de las colinas aisladas,
hicieron parte de paleoplanicies superpuestas, entre las que, las superficies más recientes
y estables, corresponden a las dinámicas del Holoceno medio.
Para el análisis en este trabajo, se escogieron los 7 perfiles más consistentes, entre
los 14 que se tomaron como unidades de muestreo, esto porque la estratigrafía se presentó
con mayor claridad, además porque en ellos se registró la existencia de un horizonte A,
fácilmente diferenciable, sepultado aproximadamente a 1m, el cual se clasificó como un
2Ab, considerado como la superficie de un paleosuelo; estos fueron de sur a norte los
sitios Waira 1 y 2, Santa Cecilia 1,Charca de Guarinocito, Campus Universitario, El
Aeropuerto y Quebrada Yeguas. Los sitios de Quebrada Burras, Santa Cecilia 2, El
Cementerio 1 y Palos Verdes, no tienen en la secuencia estratigráfica el mencionado
paleosuelo, en ellos se observan secuencias sedimentarias de desborde fluvial sin
estabilidades paleoclimáticas de temporalidad suficiente.
Resultados
Figura 8: Mapa de la región de estudio en la planicie interserrana, sudeste pampeano, Argentina. [Arroyos: 1. Tapalqué,
2. San Jacinto, 3. Cristiano Chico, 4. Cortaderas, 5. Nutria Mansa, 6. Claromecó. Ríos: 7. Quequén Grande, 8. Quequén
Salado.]. Tomado de Favier Dubois et al. (2017).
Casos de Estudio
Resultados
1. Cursos principales (ríos): en estos cursos las secuencias estratigráficas registran
depósitos fluviales, fluvio-lacustres y, ocasionalmente, eólicos, así como algunos
paleosuelos, con cronologías que corresponden al Pleistoceno tardío y a diferentes
momentos del Holoceno. La secuencia comienza con sedimentos fluviales del Pleistoceno
tardío referibles al “Lujanense” o Miembro Guerrero de la Formación Luján en la
geología regional (Fidalgo et al., 1973) (figura 9a y b, unidad 1).
Figura 9: Estratigrafía de cursos fluviales pampeanos de elevado orden y de bajo orden: a) río Quequén Grande
(Localidad Paso Otero); y b) arroyo Cristiano Chico (Localidad Las Brusquillas). Se numeran las unidades estratigráficas
representadas en cada sitio (ver texto), nótese la ausencia de dos de ellas (2 y 3) en el caso b. Imágenes de Cristian
Favier.
2. Cursos menores (arroyos): en estos pequeños valles casi no se han encontrado
evidencias arqueológicas del Holoceno temprano-medio, pero esto ocurre porque se
hallan muy poco representadas las unidades fluviales de esa cronología que deberían
contenerlos, éstas son los depósitos fluvio-lacustres del Miembro Río Salado. En la
estratigrafía de estos valles, aunque con algunas excepciones, se observa que los
sedimentos/suelos del Holoceno tardío (figura 9b, unidad 4) apoyan, separados por una
discordancia erosiva, sobre los correspondientes al Pleistoceno tardío (figura 9b, unidad
1), existiendo una clara discontinuidad estratigráfica y temporal.
De esta forma, el registro arqueológico se concentra en los suelos del Holoceno
tardío. Cabe aclarar que el desarrollo de estos suelos, ricos en materia orgánica, ha
perturbado las unidades pleistocénicas que los infrayacen, atravesadas por sus raíces. La
filtración de compuestos húmicos hacia estas unidades inferiores contaminó a los huesos
de megafauna presentes en ellas constituyendo un contexto adecuado para el
rejuvenecimiento de sus edades radiocarbónicas. Este proceso avaló la idea de la
supervivencia de algunos megamamíferos en el Holoceno (géneros Doedicurus y
Megatherium) en la región pampeana, como en el caso de los sitios tempranos La
Moderna (arroyo Azul) y Campo Laborde (cuenca del arroyo Tapalqué) (Favier Dubois
et al., 2017 y citas allí).
Si nos preguntamos entonces por las causas de la virtual ausencia de registro
arqueológico durante el Holoceno medio en los cursos principales (elevado orden), ello
se relaciona con los tipos de ambientes representados por las unidades aflorantes para este
intervalo, muy poco propicios para la ocupación humana, como son bañados, lagunas
someras y suelos palustres que caracterizan al Miembro Rio Salado. Tales depósitos son
los que resultan mejor representados para ese lapso temporal en los perfiles expuestos de
los ríos pampeanos más importantes (unidad 3 en figura 9a). Esto brinda un panorama de
ausencia de registro arqueológico durante varios milenios. Por debajo y por encima de
estos depósitos, los principales suelos desarrollados (SPCV y SPB, unidades 2 y 4 en
figura 9a) constituyen unidades del paisaje mucho más aptas para las actividades
humanas, dado que se trata de superficies estables. Ello los convierte en concentradores
de la evidencia arqueológica en la estratigrafía de las secuencias aluviales a escala
regional, a la vez que en condensadores de tiempo, por lo que pueden superponer
ocupaciones diacrónicas en su horizonte A.
En los cursos menores (bajo orden), el principal factor que explica la escasez de
evidencia arqueológica para el Holoceno temprano-medio es la baja o nula representación
de unidades estratigráficas de esa cronología (figura 9b). De esta manera, al sesgo de tipo
paleoambiental de los cursos mayores se le suma un sesgo de tipo estratigráfico (hiato)
en los menores, generando la idea de un vacío arqueológico para ese lapso.
Si graficamos la acumulación de sedimentos en estas planicies aluviales con líneas
alzadas (cuanto más vertical más rápida) y sus pausas con líneas horizontales (indicando
estabilidad y formación de suelo) se obtiene un panorama la dinámica fluvial a lo largo
del tiempo (figura 10, ver también Holliday, 1992), que incluye el efecto de las
discontinuidades erosivas (figura 9b). Esta dinámica modelará propiedades básicas del
registro arqueológico, como su distribución vertical (dispersión o concentración), sus
hiatos y su resolución temporal. Tal dinámica será diferente para cada valle en estudio y
le podrá brindar propiedades diferentes al registro arqueológico en cada caso.
Figura 10: Dinámica de sedimentación-pedogénesis a lo largo del tiempo en a) río Quequén Grande (sitio Paso Otero
5); y b) arroyo Cristiano Chico (Localidad Las Brusquillas). También se grafica una importante dicontinuidad erosiva.
Elaboración de Cristian Favier.
La cuenca hidrográfica del río Araguaia drena las áreas planas y elevadas de la
meseta central brasileña. El río nace en el extremo suroeste del estado de Goiás, en el
Parque Nacional das Emas y en su recorrido hace de límite entre los Estados de Mato
Grosso, Tocantins y Pará. Recorre 2.110 km hasta desembocar en el río Tocantins, en una
región conocida como Pico do Papagayo, en el extremo norte del Estado de Tocantins.
Las altitudes varían entre los 850 m en la Serra do Caiapó y los 100 m en la
desembocadura, presentando un desnivel topográfico de 750 m y conformando tramos
con diferentes declives y patrones de canal (Bayer, 2010).
El clima en el área de la cuenca es “Continental Tropical Húmedo” según la
clasificación de Koppen (1900, 1936) con una temperatura media anual de 22 ° C y
precipitación media anual entre 1300 mm y 1800 mm (Nimer, 1989). Abarca grandes
extensiones del bioma “Cerrado” en la porción Sur, humedales y áreas de transición con
la amazonía al norte (SEMARH, 2006/2007; Sano et al., 2010). De esta forma, el sector
central de la cuenca que sigue el cauce principal del río Araguaia representa una especie
de corredor continuo que conecta las áreas planas y elevadas de la meseta central brasileña
al sur y la depresión amazónica al norte.
El río Araguaia se subdivide en tres segmentos: Alto Araguaia, con un cauce de
450 km de longitud, confinado por rocas cristalinas precámbricas, paleozoicas y
mesozoicas de la Cuenca Sedimentaria del Paraná. El Medio Araguaia, con 1.160 km de
longitud, se caracteriza por el desarrollo de una amplia planicie aluvial formada por
sedimentos Cenozoicos Terciarios y Cuaternarios con evidencias de la actuación de
eventos neotectónicos, alteraciones hidrológicas por efectos del cambio climático y por
la intensificación del uso del suelo en la cuenca (Bayer & Zancopé, 2014; Bayer et al.,
2020). El Bajo Araguaia con 500 km de extensión no posee planicie aluvial, el cauce fijo
se desarrolla sobre rocas cristalinas precámbricas del “Escudo Brasileño” (Latrubesse &
Stevaux, 2002).
La Isla del Bananal es un elemento que se destacada en el paisaje de la cuenca.
Con cerca de 200.000 km², alberga cuatro Unidades de Conservación (UC's) y el Área
Indígena Inãwebohona. Su relieve representa geoformas fluviales “relícticas” que
demuestran la dinámica extrema del sistema fluvial y de los ambientes asociados a la
planicie de inundación del río Araguaia (Bayer, 2010; Latrubesse et al., 2009).
Así, como en otros sistemas fluviales del trópico sudamericano, la planicie aluvial
del río Araguaia demuestra una historia con importantes cambios durante el Cuaternario.
(Radambrasil, 1974; Latrubesse et al., 1999, 2009, 2019; Latrubesse & Stevaux, 2002;
Aquino et. al., 2005; Morais, 2006; Valente, 2007, Aquino et al., 2008; Bayer, 2014; Assis
& Bayer, 2020). El cambio climático y las alteraciones regionales en el nivel de base, que
posiblemente ocurrieron hasta el Holoceno, afectaron fuertemente la evolución del
sistema fluvial y el potencial de preservación de los ambientes sedimentarios asociados.
Los ajustes hidro-morfológicos del canal continúan mostrando rápidas respuestas a la
intensificación de la ocupación de la cuenca, reflejados incluso en los elevados valores
de migración lateral del canal principal (Bayer & Zancopé, 2014; Latrubesse et al., 2009;
Assis & Bayer, 2020).
Estudios previos destacan la dinámica actual del cauce principal del río Araguaia
promovida y acentuada por los intensos cambios en el uso del suelo de la cuenca y el
aumento del aporte de sedimentos al sistema (Castro et al., 2004; Castro, 2005; Latrubesse
et al., 2009; Nunes, 2015; Assis & Bayer, 2020).
En relación al segmento medio del Araguaia (figura 11), Latrubesse y Stevaux
(2002); Valente (2007); Latrubesse et al. (2009) y Bayer et al. (2020) enfatizan la
dinámica lateral del cauce, la diversidad “hidrosedimentológica” y la movilidad de los
ambientes asociados al sistema fluvial. Rubin et al. (2019) abordaron la ocupación
precolonial de la cuenca del río Araguaia con énfasis en los resultados de las excavaciones
de los sitios arqueológicos Cangas I, margen derecha del río Araguaia y el sitio Lago
Rico, margen izquierda del río do Peixe, afluente de la margen derecha del Araguaia
(figura 11).
Con base en criterios geoarqueológicos, los autores establecieron algunas
consideraciones sobre la evolución del sistema canal-planicie aluvial y la presencia,
preservación y cronología de sitios arqueológicos en ambientes fluviales tropicales, como
es el caso del río Araguaia.
Figura 11: Mapa de la planicie (llanura) aluvial del segmento Médio Araguaia con indicación de las principales unidades
geomorfológicas, perfil topográfico transversal y la localización de los sitios arqueológicos Cangas I, II, III, IV y perfiles I
y II discutidos en este artículo. Modificado de Bayer (2010).
Resultados
El Perfil I (P-I) de la Figura 12a representa la dinámica del río Araguaia desde
aproximadamente 4.000 años 14C AP, indicando dos momentos deposicionales distintos
y la transición de ambientes sedimentarios de paleomeandro a albardón por la migración
lateral del canal. Esta dinámica promueve que los depósitos más antiguos de canales
arenosos y meandriformes queden cubiertos por sedimentos finos (limos y arcillas) de la
planicie de inundación.
Figura 12: a) Perfil sedimentológico P-I . Representación de materiales sedimentarios según el Código de Facies
(Miall, 1985). Nota: M.O. (material orgánico); Fm (arcilla y limo masiva); Fmo (arcilla y limo masiva y con materia
orgánica); Ss (arena con estructuras de corte y relleno); Sp (arena con estratificación cruzada plana); Sh (arena con
estratificación horizontal); Sm (arena masiva); Sr (arena con laminación fina); Gs (grava estratificada); b) Perfil II (P-II)
con la secuencia de facies y el análisis granulométrica.Nota: Ag (arcilla); Si (limo); MF (arena muy fina); F (arena fina)
M (arena media), G (arena gruesa) MG (arena muy gruesa). Modificado de Bayer & Zancopé (2014).
Las barras de meandro, características de los sistemas fluviales meandriformes,
están conformadas principalmente por secuencias granodecrecientes de sedimentos
arenosos, generados en ambientes de canal con alta energía (figura 12a y b). La movilidad
lateral del canal ocasiona que estos depósitos queden cubiertos por depósitos limo-
arcillosos del albardón y de la planicie de inundación en construcción. Esta geoforma
elevada (albardón) es una estructura lineal entre el cauce del río y la planicie aluvial
(Riccomini et al., 2000), comúnmente entre 2 y 3 m sobre el nivel topográfico de la
planicie, formada por capas de sedimentos de granulometrías que van desde la arcilla
hasta la arena muy fina. Como es una unidad elevada cercana al cauce, presenta
excelentes condiciones para la ocupación por grupos precoloniales, tanto para
campamentos efímeros como para ocupaciones más duraderas, ya que estos ambientes no
quedan sumergidos durante un ciclo hidrológico normal.
El perfil de la terraza del sitio Cangas I destaca la formación de una capa detrítica-
laterítica, y entre ésta y el nivel con material arqueológico se encuentran los sedimentos
terciario-cuaternarios de la Formación Araguaia, definida por Barbosa et al. (1966). La
identificación de un contacto gradual o abrupto entre los sedimentos de la formación y el
nivel arqueológico se ve favorecida por los colores predominantemente amarillo y
grisáceo respectivamente.
DISCUSION
Los perfiles geoarqueológicos en los sitios Laranjito y Casualidade (caso A)
permitieron correlacionar las unidades estratigráficas contenedoras de materiales líticos
in situ en la Formación Touro Passo, de la transición Pleistoceno-Holoceno. Esta unidad,
bien representada en la estratigrafía fluvial del sector, corresponde a un ambiente de
planicie de inundación propicio para la ocupación humana. Durante las excavaciones
arqueológicas y sondeos en el sitio Laranjito se observó que el 90% de los materiales
líticos evidenciados in situ en la capa arqueológica presentan la superficie cubierta por
sedimentos de la Formación Touro Passo, con adherencias de concreciones de hierro y
manganeso típicas de la misma. Estas particularidades se identificaron en la mayoría de
los artefactos, lascas y micro-lascas recuperadas en la superficie del sitio arqueológico.
No se puede afirmar que todos los artefactos redepositados en superficie hayan sido
removidos de la Formación Touro Passo. Sin embargo, durante la investigación en los
perfiles geoarqueológicos en los sitios Laranjito y Casualidade no se identificó la
presencia de materiales líticos "in situ" en las unidades con suelos holocénicos ubicadas
por encima de la Formación Touro Passo. Esta unidad representa un contexto muy
favorable para la presencia y preservación de evidencia arqueológica de momentos
tempranos en el río Uruguay medio.
Para el caso del Magdalena medio (caso B) las posibles ocupaciones humanas de
edad preholocénica y holocéncia temprana en el área de estudio, estuvieron relacionadas
con un paisaje en el que no existían las planicies fluviales como las conocemos, para su
reconstrucción sería necesario hacer un modelamiento paleogeográfico y paleoecológico
detallado. En cuanto a las ocupaciones ocurridas durante el Holoceno medio (entre el
8.000 y el 4.000 AP, aproximadamente), en el zona, según lo observado en los perfiles,
los eventos de inundación en las terrazas altas debieron disminuir hacia esta temporalidad,
ya que el proceso pedogenético permitió la acumulación de materiales orgánicos en las
superficies estabilizadas, de tal modo que se formaron los horizonte A y AC del
paleosuelo, mientras que en las terrazas más bajas los procesos de sedimentación
continuaron. Así, los sitios de ocupación o uso asociados a esta temporalidad, debieron
estar sobre la terraza superior, en el actual paleosuelo, o en las colinas relictuales de la
Formación Mesa que dominaban la planicie. En el primer caso, los procesos de desborde
fluvial, inundación, a los que se les suman las caídas de polvo y las deposiciones
laminares, sepultaron las planicies, conformando las terrazas existentes hoy, lo que
implica que están sepultados por lo menos a un metro de profundidad, lo cual hace muy
difícil su detección, más si las evidencias son dispersas y de baja densidad. En el segundo
caso, las colinas siguieron estando expuestas a los procesos erosivos que las habían
modelado desde su formación, la actuación de las lluvias y los vientos, actuaron como
agentes activos que removieron las escasas evidencias que dejaron los modos de vida de
esta época.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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