21 Párrafo 1 De la Libertad Cristiana y de la Libertad de Conciencia Himno:147
Isaías 53:6 = Abusos contra y por medio de la Libertad Cristiana = Introducción: Santiago 4:13-17 1. La Libertad Cristiana bajo el evangelio: “La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes bajo el evangelio consiste en su libertad de” ¿Qué ideas evoca la palabra libertad? Si uno está dentro de un curso, o dentro del trabajo, o de alguna actividad cívica, o bajo la autoridad de los padres. Uno diría ¡ufff, por fin libre! ya nadie me controla, ni yo me cuido de cumplir con alguna norma, ¡ahora ya puedo ir y hacer lo que yo quiera! Esta es una idea popularmente aceptada, pero ¿es así con el cristiano promedio? Muy probablemente sí. La fantasía es que, si yo voy al culto, ya he cumplido con mi fe y ya nadie puede exigirme nada, en algunos casos se entregan a toda clase de pecados fuera de la iglesia o fuera del alcance de la mirada de algún hermano legalista que solo piensa en mortificar el pecado o servir a Cristo, como si la vida se tratase sólo de eso, tanto fanatismo es insoportable dirían, que locura negarse a los placeres de la vida y a la dulzura de las tiernas vanidades que el buen mundo me ofrece. En otros casos piensan que, si cumplen con su asistencia al culto, tengo derecho a entregarme de cuerpo y alma a actividades que no necesariamente son vistas como malas o pecaminosas; tales como el descanso, el deporte, el estudio, la familia y el trabajo. Si concedo apenas lo mínimo, eso debe ser suficiente para ser considerado parte de una comunidad de iglesia, y que nadie ose en reclamarme nada más. Este es un tema en el que todos debemos madurar conforme al testimonio de las escrituras, y lo que demanda de nosotros. En el pasado, el contexto que motivó el estudio y enseñanza de esta doctrina fue el totalitarismo eclesiástico y civil (iglesia y estado) ambos demandaban una fe ciega y obediencia a cualquier mandamiento de hombre, así que por ella se buscó proteger al creyente de abusos injustificados. Entendemos que estos son abusos insoportables, pero hermanos, creo que vivimos otra época, hoy en día aquello que esta doctrina buscaba proteger, hoy lo han desnaturalizado para corromper la fe de los creyentes. Supongamos que esta doctrina era la espada para defendernos de los abusos de la iglesia, hoy en día lo han convertido en un garfio que empuñan para abusar en contra de Cristo y de su iglesia, argumentan que la iglesia no tiene autoridad para examinar sus vidas privadas. Esto fue tanto así ya en el pasado, que algunos de los que escaparon del yugo de Roma, se llenaron de un falso celo religioso en cuanto a esta doctrina y buscaron destruir toda forma de autoridad civil y eclesiástica, entre ellos figuraron los anabaptistas y hoy tendría su equivalente a toda manifestación de antinomianismo y liberalismo teológico. Será decisivo determinar que es y que no es la libertad cristiana para escapar de toda forma de abuso contra Cristo. ¿Qué no es? La mejor versión que el humanismo nos puede ofrecer diría que eres libre de hacer lo que queramos siempre y cuando no afectemos de forma negativa a otro, bajo el principio de la no agresión. Claramente en esta conceptualización no falta el pecado, y es absolutamente contraria al espíritu del Consejo Eterno de Dios, porque omite verdades vitales. Existen infinidad de versiones deformadas de libertad de conciencia, en todas ellas se mezclan con el libre albedrío humanista que se opone al espíritu de las escrituras. ¿Qué es? En breve síntesis, esta libertad cristiana es comprada por Jesucristo, esto nos recuerda que fue perdida cuando se pecó en el Edén, nos liberta de las maldiciones del pecado, es su vez un don que procede de su gracia, que nos concede mayor confianza para acercarnos a Él, y nos capacita por su Espíritu Santo para rendirle obediencia libremente. Consiste más bien en la restauración de la habilidad interna de desear y hacer lo que le complace a Dios y ser libre de las discapacidades que el pecado impone sobre el pecador. ¿Cómo vivirla realmente? Cristo la compró, y si esto es así nos debemos a él y no a nuestros intereses, vivimos para Él, nos hizo libres y responsables para vivir una vida que le agrade a él y no a nosotros mismos, el cristianismo busca agradar en todo a Dios o no es cristianismo bíblico, este es el fin principal del hombre, y cualquier intento de definirla con un enfoque antropocéntrico es un falso cristianismo. El principio rector de la libertad cristiana es este ¡Que en todo se haga tu voluntad y no la mía! Pues nos hizo libres para esto. La libertad que Cristo ganó para el creyente, no es para que este reclame algo para sí, Cristo no nos libertó para estimular el egoísmo o el individualismo, de hecho, nada tiene propósito alguno separado de Él y no podemos hacer nada separados de él, nosotros seguimos sus pasos, no al revés. 1.1. Libres de las Maldiciones del Pecado: “la [culpa]1 del pecado, de la [ira]2 condenatoria de Dios y de la [severidad y maldición]3-4 de la ley” 1. (Jn 3:36; Ro 8:33; Gá 3:13) Librados de todo ellos cuando somos Justificados, libres de la culpa del pecado. Antes de la regeneración el pecador experimenta en la falta del perdón divino la culpa de su pecado, estando en enemistad con Dios, este también se encuentra bajo condenación y presto a recibir su justa retribución, el cual es su ira. Acerca de la severidad el pecador se encuentra bajo el Pacto de Obras que demanda obediencia perfecta y perpetua para salvación, debido a nuestra incapacidad, le resulta imposible de cumplir con este requisito de guardarla perfectamente, por lo que la Ley solo puede condenarle. “y en ser librados de este presente [siglo malo]5 de la [esclavitud]6 a Satanás y del [dominio]7 del pecado” 2. (Gá 1:4; Ef 2:1-3; Col 1:13; Hch 26:18; Ro 6:14-18; 8:3) se enmarca más bien dentro de la Santificación, libres del poder del pecado. “del [mal de las aflicciones]8, del [temor y aguijón]9-10 de la muerte, de la victoria sobre el [sepulcro]11 y de la [condenación eterna]12” 3. (Ro 8:28; 1 Co 15:54-57; 1 Ts 1:10; Heb 2:14,15) se centra más con miras a la Glorificación, seremos libres del castigo eterno, aunque aún no de las aflicciones que esta nos trae en esta vida, pero en la venidera la presencia del pecado ya no será más, y sus aflicciones desaparecerán. 1.2. Esta Libertad estimula el ejercicio de los medios de Gracia: “y [también consiste] en su [libre acceso a Dios]1, y en rendirle [obediencia a él]2, no por un temor servil, sino por un amor filial y una mente dispuesta” 4. (Ef 2:18; 3:12; Ro 8:15; 1 Jn 4:18) Somos libertados para el libre ejercicio vital de la fe, toda práctica de los medios de gracia involucra estas dos actividades como trasversales, la oración y la obediencia, siendo capacitados e impulsados por el Espíritu Santo mismo (Gá 5:22-25) 2. La Libertad Cristiana bajo la Ley: [Todo] esto era sustancialmente [aplicable también] a los creyentes [bajo la ley] 5. (Jn 8:32; Sal 19:7-9; 119:14,24,45,47,48, 72,97; Ro 4:5-11; Gá 3:9; Heb 11:27,33,34) La primera afirmación es que tanto nosotros, quienes pertenecemos a la era del evangelio, como aquellos que pertenecieron al tiempo de la Ley, disfrutaron de las bendiciones; fueron libertados de las maldiciones del pecado. Dicho eso, sabemos que el Nuevo Pacto tiene un mejor mediador, mejores promesas, es la sustancia misma y no la sombra como lo fue el Antiguo Pacto, no es difícil darnos cuenta que la iglesia hoy goza de experiencias más plenas del libre Espíritu de Dios desde Pentecostés. Siempre será un peligro marcar desmedidamente estas diferencias, aunque si las hubo, finalmente debemos decir que los hermanos de aquel tiempo, verdaderos hijos de Dios, también creyeron a la verdad y la verdad los hizo libres igual que a nosotros. Quién pudiera dudar de la libertad que experimentó Abraham o muchos de los antiguos, así que no será sensato insistir sobre este punto, si podemos afirmar que en términos generales los cristianos del NT disfrutaron en mayor medida de la obra del Espíritu Santo (Mt 1316-17; Lc 10:23-24; 1 P 1:10-14; Jn 8:56) Waldron comenta “El error común hoy en día es distorsionar las diferencias en el grado de libertad cristiana entre el AT y el NT hasta llevarlas a un contraste absoluto. Es común ignorar o negar la sustancia común de la libertad cristiana en el AT y el NT y enfatizar las diferencias hasta excluir la sustancia común” la diferencia radica en una mayor revelación progresiva, y por ellos disfrutamos de una mayor libertad cristiana. [pero bajo el NT] la libertad de los cristianos [se ensancha] mucho más porque están [libres del yugo de la ley ceremonial] a que estaba sujeta la iglesia judaica, y tienen ahora [mayor confianza para acercarse al Trono de gracia, y experiencias más plenas del libre Espíritu de Dios] que aquellas de las que participaron generalmente los creyentes bajo la ley. 6. (Jn 1:17; Heb 1:1, 2a; 7:19,22; 8:6; 9:23; 11:40; Gá 2:11ss.; 4:1-3; Col 2:16,17; Heb 10:19-21; Jn 7:38,39) Las leyes ceremoniales tenían el propósito de prefigurar a Cristo y enseñarlos santidad a Jehová, ese conjunto de leyes, tales como dietéticas, purificación, sacrificios y culto dentro del Templo, todas ellas representaban una carga para aquella Israel. Tanto fue así que en tiempos de cautiverio los creyentes piadosos del Señor se encontraban apenados en su vida espiritual. En cambio, en la edad del evangelio o de la iglesia extendida a los gentiles no fue así sino que alcanzamos mayor libertad para adorar en cualquier lugar por los mérito de Cristo y la obra del Espíritu Santo por la voluntad del Padre (Jn 4:21-26) 3. Lo que nuestra confesión no incluyó: “Aquellos que bajo pretexto de la libertad cristiana se opongan a cualquier poder legítimo, o al legítimo ejercicio del mismo, ya sea civil o eclesiástico, resisten a la ordenanza de Dios, porque los poderes que Dios ha establecido y la libertad que Cristo ha comprado no han sido destinados por Dios para destruirse sino para sostenerse y preservarse mutuamente uno al otro. Además, los que publican tales opiniones o mantienen tales prácticas, puesto que son contrarias a la luz de la naturaleza, o a los conocidos del cristianismo, ya sean tocantes a la fe, a la adoración o a la conducta, o al poder de la piedad, o a tales prácticas u opiniones erróneas, ya sea según su propia naturaleza, o en la manera de publicarlas o mantenerlas, son destructores de la paz externa y del orden que Cristo ha establecido en la iglesia, los tales pueden ser legítimamente llamados a dar cuentas, y procederse contra ellos mediante la censura de la iglesia, y mediante el poder del magistrado civil” Párrafo cuarto de la CFW 1647. Esta libertad no debe convertirse en libertinaje, algunos han utilizado esta doctrina para disfrazar maldades como el egoísmo, personalismo, individualismo (Jn 13:15;1 Co 8:9; Gá 5:13; 1 P 2:16; Jud 4) la verdadera libertad cristiana es aquella que te hace siervo de Jesucristo. Reflexiones finales: Si nos dimos cuenta, el estudio se basó bajo la Ley y el Evangelio, esto es porque esta doctrina debe ser entendida, creída y vivida únicamente sobre ella. Es el Señor quién define y establece su alcance y fija sus límites. El creyente no debe ir en contra del espíritu de las escrituras o contrariar el testimonio apostólico visto en las escrituras. No debemos aceptar ningún tipo de abusos de esta hermosa doctrina, ya sea por contracción o expansión. ¿En qué consiste la verdadera libertad cristiana y cómo la vives? Espero que sea para una vida sacrificial a Cristo, no escatimando esfuerzo. Y nunca sea para volverte a esclavizar a tus pasiones separándote d Cristo, no sea que habiendo comenzado por el Espíritu vayamos a terminar por la carne.