Los ángeles en la historia de la humanidad. En las religiones occidentales, la palabra describe específicamente a un ser benévolo, o amable y servicial. Sin embargo, en la mayoría de las otras religiones, la línea que separa a los ángeles "buenos" de los "malos" no siempre está clara. Un ángel puede actuar con benevolencia en una situación, pero con malas intenciones en otra. Este desacuerdo también se extiende a la corporeidad de los ángeles. Ya que algunas religiones sostienen que los ángeles tienen cuerpos físicos, mientras que otras insisten en que los ángeles sólo no poseen un cuerpo físico en sí, si no que tan solo parecen tener tales cuerpos. Otras religiones en cambio sostienen que los ángeles son seres puramente espirituales que tienen la habilidad de asumir cuerpos materiales. La visión de los ángeles en el judaísmo fue influenciada por el zoroastrismo, una religión fundada por el antiguo profeta persa Zoroastro. La mitología zoroastriana describe una lucha entre Ahura Mazda y Arimán, que son fuerzas del bien y del mal con ejércitos de ángeles y demonios. Al igual que Ahura Mazda, el dios Yahvé del Antiguo Testamento tiene un ejército de ángeles. Estos ángeles guerreros luchan contra las fuerzas del mal dirigidas por Satanás, que se parece a Ahriman. Siguiendo la visión zoroastriana, el judaísmo divide el universo en tres partes: tierra, cielo e infierno. La idea islámica de los ángeles es similar a la visión judía y cristiana. Dios está en el cielo, y los ángeles le sirven y cumplen su voluntad; sin embargo, mientras que el judaísmo y el cristianismo generalmente dividen a los seres espirituales en aquellos que están con o contra Dios, el islam divide a dichos seres en ángeles, demonios y djinni, seres espirituales o genios. Los djinni pueden ser buenos o dañinos. Según el folclore islámico, fueron creados a partir del fuego, pueden ser visibles o invisibles y pueden adoptar diversas formas humanas o animales. Los antiguos egipcios creían que los seres de luz podían ser controlados invocando el poder de los ángeles mayores. También, creían que el mago angélico debía ser honrado a través de rituales y oraciones, como un ser con un estatus cercano a la divinidad. Las deidades con dominios más limitados y especializados frecuentemente se llaman "divinidades menores" o "demonios" en los textos modernos, aunque no hay una definición concreta para estos términos. El egiptólogo Claude Traunecker, distingue dentro de estas deidades menores a los "genios"— espíritus patrones especializados de ciertos lugares, objetos o actividades, como el dios del mar o de las ciénagas, Wadj-Wer y la diosa de la cosecha Renenutet— y los demonios que tienen un carácter más peligroso. Muchos demonios son hostiles, causando enfermedades y problemas entre los humanos. Su poder también puede ser protector; podían guardar custodia de ciertos lugares en el Duat, el reino de los muertos, o aconsejar y cuidar de los humanos. Los egipcios creían que la naturaleza se encontraba llena de estos poderes divinos impredecibles. Los demonios a menudo actuaban como mensajeros y sirvientes de los dioses mayores, pero su posición en la jerarquía no era fija. Las deidades protectoras Bes y Tueris originalmente poseían roles menores, similares a los de los demonios, pero con el tiempo alcanzaron gran influencia Tales historias como la de la creación, el jardín de Edén, el diluvio y los ángeles de la Biblia y otras religiones relacionadas, pudieran haberse derivado de la literatura más temprana de la humanidad. Estas historias fueron primero escritas por la más temprana civilización letrada del hombre, la civilización sumeria, hacia más de 5,500 años. Su nación estaba ubicada en el sur de Mesopotamia, pero su influencia se extendió desde Europa del Este hasta la India y Egipto. En la mitología sumeria, los “hijos” del cielo fueron categorizados en tres grupos principales. El grupo principal era capaz de crear vida y capaz de tener descendencia por su propia cuenta. Estos eran llamados los DINGIR. Los eunucos, como segundo grupo eran originalmente los sirvientes del grupo principal, y eran llamados los ANU-NAKI. El tercer grupo fue conocido como los EGIGI o IGIGI, quienes a menudo tenían una tarea específica y puestos de importancia en el planeta. Todos ellos pudieron haber venido desde más allá de este planeta, y vivían, según les parecía a los locales, una eternidad. El libro de ENOCH también habla de un grupo que vino como refuerzo más tarde, y eran racialmente diferentes de los otros, y éstos debían ejecutar algún trabajo básico para los “ángeles” entre la población humana. Su gobernante, según ENOCH, se llamaba SATANAIL. Éstos son lo que quebrantaron las leyes del cielo y tomaron a las Hijas de los hombres como sus mujeres, y éstas tuvieron hijos de ellos. En nuestra literatura referente a los siete arcángeles, los siguientes nombres son a menudo enumerados: Michael – Un ángel guardián militar (NIN-URTA) Gabriel – El gobernador del Edén (NIN-LIL) Uriel – Gobernante del Edén y todos los alrededores (EN-LIL) Rafael – arte de la Sanación. (EN-KI) Raguel – Juzgando y monitoreo. Sariel – Castigo por crímenes (Ner-gal/Ninurta) Remiel – Responsable de regar la palabra y las noticias. La naturaleza instintiva de la creación. Los principados, los A lo largo de la historia de la humanidad, encontramos un sinfín de historias fantásticas, mitológicas y religiosas, de seres de Elohim, los Dioses. increíbles poderes, capaces de ayudar al hombre en su desarrollo y supervivencia. Seres adorados, venerados y hasta invocados como Dioses. Y cómo no, si han sido dotados por el mismo Dios con capacidades extraordinarias. Se dice que tosas esas deidades conocidas hasta nuestros días por la historia en las diferentes culturas, pertenecen al coro de los Principados Angélicos, también conocidos como autoridades. Los Elohim representan seres espirituales de los reinos y mundos que aparasen en la creación, y son los motivos de fuerzas espirituales detrás de los mismos. El Zohar dice que hay un jefe que gobierna cada nación en la tierra; cada nación está fundada en ciertos principios o principados a través de los cuales es gobernada, y son también gobernados por la providencia divina, pero ésta, sólo puede hacerlo hasta los límites que tiene según el coro a que pertenece de acuerdo al equilibrio de la luz. Muchos de los Elohim no son sólo poder divino si no son seres de fuerza titánica u oscuros y pueden ser confundidos por Dioses por médiums, psíquicos e iluminados. Los principados son ángeles ordenados por Dios para irradiar cierta energía en los grupos. Pero debemos recordar que existen tanto principados de luz como de oscuridad. Una vez que surgen grandes grupos, grandes campos morfogenético de conciencia, cada vez que surgen grandes campos de energía debido a una forma de pensamiento, p.e. los hindúes, los chinos, etc., Dios designa un principado para que de manera impersonal les cuide. Las características de cada grupo o nación son sus características. Su única misión es cuidar que no se viole la libertad de conciencia y de creencias que tiene el pueblo o grupo. Está obligado a cuidarlos y a protegerlos. También están los principados en las esferas de la naturaleza. Nos pueden ayudar para controlar nuestras pasiones, su desborde. Al ser nosotros un organismo conformado por la unidad atómica celular, también nos rige un principado. ORÍGEN Y CONFUSIONES
En términos generales, Samuel se originó en el marco de la asimilación
de ciertos elementos del zoroastranismo dentro del judaísmo. Aquello fue básicamente el resultado del largo exilio (597-538 a.C.) que la aristocracia judía sufrió en Mesopotamia. Y es que, en el fondo, no existían demasiadas diferencias entre el dios Aura-Mazda y el Yahvé- Elohim de los judíos, como tampoco entre los enviados Zarathustra (Zoroastro) y Moisés o entre el ordenado sacerdocio y la moral estricta propias de ambas religiones monoteístas. Como producto de ese contacto el panteón de arcángeles judíos se amplió. En el comienzo solo se hablaba del “Ángel de Yahvé” o “Ángel de Dios”, del “Ángel de la Muerte” que asesinó a los primogénitos de Egipto y de tres ángeles sin nombre que aparecieron a Abraham y dos (sin nombre también) a Lot, siendo que solo después el Libro de Daniel (hecho justo en la época del exilio en Babilonia…) menciona los nombres de Gabriel y Miguel (Mikjael) y ciertos estudios cabalísticos muestran que los tres ángeles que se le aparecieron a Abrahan eran los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Así, antes del contacto con el zoroastranismo solo existían tres arcángeles judíos. Eran los persas quienes pensaban que el sol, la luna y las estrellas eran inteligencias angélicas y que el fuego y el agua tenían vida (no como tal o cual forma del fuego o del agua, sino como el fuego y el agua en general) y una especie de inteligencia: fue esa idea la que se filtró y transformó dentro del judaísmo, haciendo que luego se empezara a hablar del arcángel Uriel (“Luz de Dios”, “Ángel del Fuego de Dios”) en la línea persa del culto al “fuego sagrado”, del arcángel Zadkiel (“Justicia de Dios”) como arcángel asociado a Júpiter, de Remeiel, Ratziel y otros; y, desde luego y a imitación del culto a Anahita (divinidad persa[6] del amor que habitaba Venus), del arcángel Anael o Haniel como “Regente de Venus”, siendo que actualmente se considera a Anael o Haniel como el mismo ser que Samuel… Ahora, en la época del sincretismo judío-persa aún el arcángel Chamuel (que en ese entonces era conocido como “Anael”) no era uno de los siete arcángeles principales. Fue recién con Pseudo- Dionisio (teólogo bizantino anónimo, siglos V-VI d.C.) que pasó a estar entre los siete grandes arcángeles que actualmente se conocen y, así mismo, fue con Pseudo Dionisio cuando se configuró de forma completa un perfil del arcángel semejante al que tenemos actualmente.
Las confusiones surgieron sobre todo después, a través de los siglos
y las diversas producciones esotéricas en que se hablaba del arcángel, producciones éstas que muchas veces presentaban sincretismo entre diversas tradiciones o vaguedad en cuanto a sus orígenes.
De ese modo, y sobre todo a raíz de los muchísimos arcángeles que
nombra la Cábala hebrea, se fueron desarrollando los siguientes equívocos: Por otra parte estaba Camael (“El que ve a Dios”), quien equivocadamente se ha visto como equivalente a Samael, un ángel malo cuyo nombre incluso significa “Veneno de Dios”. Mas en suma se suele considerar a Camael como la personificación de la justicia y la severidad, siendo visto como el arcángel de la venganza y nombrado como “Khemuel”, “Camuel” o “Chamuel”, entre otros. Por un lado estaba Anael, un ser asociado al amor y al planeta Venus, un arcángel regente del segundo cielo y que se ha terminado viendo como equivalente a Haniel, Anafiel y Ariel, aunque aquellas identificaciones no sean ciertamente precisas pues en parte han respondido a un reduccionismo usualmente poco fundamentado. Se dio sin embargo que las dos vertientes (la de Camael y Anael) de sentido anteriores se fueron mezclando en un sincretismo hasta cierta medida incoherente, ya que por el lado de Camael se tenía que el arcángel estaba asociado a la severidad, la justicia y la venganza (entendida como una forma de justicia), mientras que por el otro estaba asociado al amor y a la dulzura. Por todo lo anterior podemos concluir que Chamuel es casi de seguro una quimera, un arcángel imaginario que, el sincretismo y la vaguedad desplegadas durante siglos por las producciones esotéricas, han terminado instaurando en la angeología contemporánea y en aquella esfera del imaginario social propia del esoterismo popular. En otras palabras, Chamuel, Anael, Samuel o como quiera que se elija llamarlo, es una entidad que se ha formado por la agregación de características propias de diversos nombres cuyos orígenes se han olvidado parcialmente y cuyas fronteras se han difuminado. . . EL ARCÁNGEL CHAMUEL, LA SUPERCHERÍA ESOTÉRICA MODERNA Y LA OBSESIÓN CULTURAL POR EL AMOR El arcángel Chamuel es el arcángel que más ha sido presa de la superchería esotérica moderna. Evidentemente la causa de eso es que vivimos en una sociedad obsesionada con el amor y Chamuel es el arcángel del amor. Así, para aquellos miembros del cuerpo social cuyas mentes han sido colonizadas por toda esa cultura supersticiosa que representa la magia de rituales, la santería, el horóscopo y las invocaciones a un panteón de espíritus cuyos orígenes no son nada claros, el arcángel Samuel representa un vehículo a partir del cual canalizar esas necesidades de amor (en este contexto, nos referimos al amor de pareja) que la sociedad les ha inoculado como consecuencia de aquella obsesión cultural por el amor que existe en la contemporaneidad y que podría definirse como parte de un conjunto de “modas surgidas, en gran medida, a través de los mensajes publicitarios y los prototipos sociales que crean los medios de comunicación” en torno al arcángel Samuel. Arcángel Samuel Hay muchos nombres asociados a éste arcángel: Samuel, Chamuel, Camiel, Camiul, Cancel, Jahoel, Kemuel, Shemuel, Shamuel, Shamael. Samuel, cuyo nombre significa “El que ve a Dios” o “El que busca a Dios”, es el arcángel del amor. Samuel es uno de los siete grandes Arcángeles o “príncipes del cielo”, él es el Arcángel del Amor y se encarga de proteger los vínculos afectivos de promover el amor incondicional hacia los demás, así como también la devoción, la gratitud y el amor hacia Dios. Representa la belleza que se logra mediante la consecución y expresión de la pureza del amor. Su presencia se manifiesta como las famosas “mariposas en el estómago” o como una especie de irradiación energética en el corazón; y, también, se dice que este arcángel brinda su apoyo a las personas que sufren de desamor y soledad. El. Arcángel SAMUEL te puede ayudar a prepararte para recibir al Espíritu.
Samuel significa “que ve a Dios”, lo que implica que este
arcángel sabe percibir sus señales y energías vinculadas al amor para compartirlas con todos los seres humanos que estén dispuestos a recibirlo. Si logramos tener amor dentro de nuestro corazón, entonces podemos ver a Dios. El arcángel Samuel, como mensajero de Dios en todos los aspectos del amor, ha sido relacionado con las palabras de Jesucristo “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8) y del apóstol Juan cuando dijo que “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4:16). El amor, como el sentimiento humano más cercano a lo divino, se expresa de muchas maneras en la figura de Camael. Su misión es expandir la llama del amor dentro de nosotros y abra los corazones de todos. Se vierte grandes cantidades de amor incondicional a nuestros seres, lo que nos permite expresar este amor a través del arte de la creatividad. Está trayendo al mundo el don de amor puro. En cuanto a su rango entre los coros angélicos, pese a ser conocido como un “Arcángel”, muchas fuentes lo colocan como el “Príncipe de las Potencias”. A esteAarcángel se le llama “Príncipe de las Potestades”, uno de los coros angélicos identificados por Pseudo Dionisio. Por otra parte, se sabe que Samuel es el director de todos los ángeles de la llama rosa, ángeles que combaten las fuerzas del odio, fomentan la gratitud hacia Dios, inspiran el respeto y el aprecio hacia la vida y sus diversas manifestaciones concretas (la paloma, el gato, cualquier ser humano) y animan a la Humanidad a desarrollar el amor incondicional, el amor a Dios y al Ser Interno. Samuel envolverá tu corazón y traer su luz a tu vida para que pueda trabajar hacia el desarrollo de estos atributos. A través de un llamamiento a este gran Ángel que puede transformar su vida, relaciones, sanar tu corazón y fortalecer los vínculos. Samuel es también el arcángel de la tolerancia, la sexualidad, la adoración, la ternura, la dulzura, el encanto, la comunión afectiva y la estética espiritualizada, atribución ésta última a partir de la cual se le ha considerado regente de lo relacionado con el embellecimiento físico y la decoración*. Le puedes pedir su intercesión cuando necesites protección en contra de la malicia y los malos entendidos. La idea de Samuel como el arcángel del amor se basa en su nombre y su identificación con el planeta Venus. Se le relaciona también con el color rosado, Por eso se le prenden velas rosadas en los rituales e invocaciones para pedir su ayuda. También se le asigna el chakra Anahata (cuarto chakra) o chakra del corazón. El día de este arcángel es el martes, que se considera el momento ideal para invocarlo o pedir su ayuda. El día más propicio para realizar un ritual, oración o invocación para el arcángel Samuel es el 14 de febrero, día de San Valentín, que se podría considerar como su día. Finalmente y sobre todo a nivel de aquella corriente actual de metafísica que postula la existencia de las Siete Llamas y de los Maestros Ascendidos, existe la interesante creencia de que el arcángel Samuel estuvo separado de las conciencias humanas por muchos siglos, siendo así que en todo ese tiempo el hombre no se podía comunicar con él. No obstante, también plantean que actualmente si es posible comunicarse con Samuel y contactar con sus mundos espirituales. La importancia de la técnica del Campo Punto Cero en la terapia Angélica. Ahora nos hemos asomada a un panorama más complejo de lo que creíamos al inicio de éste bello curso. No es para que nos de miedo, de ninguna manera, si no más bien, para que nos fortalezcamos en la raíz que nos ha conducido a este maravilloso encuentro, la Terapia del Campo Punto Cero. En todos los años que tengo de practicar la Terapia del Campo Punto Cero(no muchos), me he sentido segura y resguardada en el conocimiento que bendecidamente me ha sido transmitido por mis maestros, Josefina Guzmán Díaz y Pedro Reygadas Robles Gil. No tengo ni la más mínima duda, que, siempre que nos encontremos en la unicidad del Campo Punto Cero, actuamos desde la información más pura del amor, en el estricto sentido de la observación de las reglas, para el más alto bien de todos y sobre todo y lo más importante, en completa seguridad. Es por ello que creo puntualmente importante que actuemos desde este principio de seguridad, la elevación al Campo Punto Cero. Ahora ya sabemos, que son los ángeles mismos y Samuel Arcángel quien nos coloca en esta vibración para desde ahí actuar con nuestra técnica de sanación Angélica. ¿Qué es ser un terapeuta Angélico? Los ángeles en su jerarquía están designados en la disposición sagrada, imagen de la hermosura de Dios, a representar los misterios de la propia iluminación, gracias al orden sagrado de su rango y se sus saberes. Se asemeja a la propia fuente y, en cuanto es posible, se configura con su propio origen. Por que la perfección de cada uno de cuantos están en este sagrado orden consiste principalmente en que, según la propia capacidad, tiende a la imitación de Dios. Mas admirable aún: llega a ser, como dice la Escritura, “cooperador de Dios” y reflejo de la actividad divina en cuanto es posible. Por eso, cuando el orden sagrado dispone que unos sean purificados y otros purifiquen, unos sean iluminados y otros iluminen; unos sean perfeccionados y otros perfecciones, cada cual imitará a Dios de hecho según el modo que convenga a su función propia. ¿Qué seremos pues nosotros? Si no el resultado de la semejanza a cada creatura viviente de Dios, ángel, en nosotros mismos, es decir, debemos asemejarnos a ellos que son puro amor, pura luz, pura adoración a Dios para sí ser como Pseudo Dionisio Areopagita dice arriba, ser purificadores, iluminadores, perfeccionadores y todo esto que al final corrige y lleva a todo al orden supremo de las cosas fuera del caos, la salud, el gozo, el bien vivir. Un terapeuta angélico, jamás duda que es el bien mayor hecho luz quien le guía y le sostiene, pero que su compromiso con esa luz además de asemejarse, es mantenerse en ese estado vibratorio de la verdad y del amor incondicional. No juzga, no decide, no direcciona, no participa del caos, se mantiene en la paz y entrega el resultado de su trabajo a la propia divinidad. No promete, ni compromete. Jamás realiza rituales por otros. Se permite así mismo ser amor primero para sí y eso le permite decir que no cuando así sea necesario fuera y dentro de la terapia. Es un trabajador de la luz y lo que a cambio de su servicio recibe lo asimila como luz. No interactúa con entidades por muy hermosas que se manifiesten, por muy bien que huelan o por muchas promesas que ésta le ofrezca para el trabajo, se mantiene en la técnica y le pide al padre que sea él quien filtre dicha aparición. No mezcla información que pueda generar constipación espiritual. No se cree así mismo canal de ninguna presencia angelical. Trabaja en su humildad y perfeccionamiento. Como ya vimos el padre nuestro en arameo nos conecta con la trinidad, con las tres fuerzas de la creación, con los tres elementos fundamentales de la vida, el agua, el fuego, el aire. Así como dice en la imagen, la luz blanca que baja con él es muy fuerte, superlumínica y va a integrar al elemento tierra, el hombre, con su verdadera naturaleza, Dios. Sanación de los espacios con técnica Arcangélica. Ya sabemos desarrollar nuestra técnica. Pues bien ahora el sanado será el espacio, que debe tener nombre, si bien casi nadie le pone nombre a su casa, sería bueno ir pensando en uno, el mío es templo del inmaculado corazón de María y sagrado corazón de Jesús. Una vez tienes el nombre, sentad@ harás toda tu técnica, elevada al campo punto cero. Imaginarás la casa entre tus manos y abrirás el vientre de tu casa que se encuentra en la cocina y de ahí irás paso a paso, sólo no necesitas abrir los campos, (recuerda, las hojas del tamal), la cabeza de tu casa no tiene una orientación como el cuerpo humano, pero puedes darte una idea pues la sala es el corazón, así que ubica la cabeza sobre el corazón y los pies bajo el corazón para que tengas una idea. Y continúa tu técnica. Recuerda la casa está viva pues tu templo y el de las personas con quien la compartes. Realizar la terapia a la casa brindará mucha paz. Importante cerrar y hacer el infinito. También puedes asistirte con los elementos ritualísticos y colocar tu brisa por la casa antes de iniciar. Puedes iniciar la terapia con la casa y ya iniciado el ritual al momento de hacer el cubo antes del Ana Becoaj darle nombre. Puedes hacerle terapia a la casa no sólo si algo anda mal, también para que todo vaya bien. Es una buena idea tener una foto de tu casa y ponerla sobre una mesa y hacerle la terapia como si fuera una persona, de esta forma también funciona. Al realizar la terapia pídele a los Arcángeles permanecer en el hogar. Recuerda los principios de la terapia que vimos en este curso, no conectes con otra cosa que no sea tu amor incondicional, no limpies, no recojas, no acciones, deja que ellos hagan lo que deben hacer, de lo contrario está interviniendo tu mente y esto te desconecta del principio de la terapia que es, que los ángeles saben dónde y qué se necesita y lo harán.