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Lección 3 para el 21 de

octubre de 2023
Tras el diluvio, Dios le dio una segunda oportunidad a la
humanidad, y les dio instrucciones específicas (Gn. 9:1). Toda
la Tierra debía ser llena del conocimiento de Dios, y todas las
personas debían esperar la venida del Salvador.
Ante el incumplimiento de Sus instrucciones, Dios llamó a
diversas personas para cumplir la misión de dar a conocer el
mensaje de salvación. Tú eres una de esas personas. Si aceptas
la misión, tal vez te preguntes: “¿por dónde empezar?”
EL LLAMADO DE DIOS A LA MISIÓN
“Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide
llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la
faz de toda la tierra” (Génesis 11:4)
La orden de Dios era clara: “llenad la tierra”
(Gn. 9:1). Pero los que sobrevivieron al diluvio
tenían otros planes (Gn. 11:1-4):
No querían obedecer a Dios
esparciéndose sobre la Tierra
No se fiaban de la promesa de Dios de
no mandar un nuevo diluvio
Confiaban en su propio esfuerzo de
salvación (“una torre”)
Querían alcanzar fama (“un nombre”)
Estaban unidos en propósito. Habían creado su zona de confort y se sentían a gusto en
ella. Llegaron a ser desobedientes, desconfiados, autosuficientes y orgullosos. ¿Puedes
estar inmerso en una zona de confort que te impida llevar adelante la misión de Dios?
EL PROPÓSITO DE LA MISIÓN

Prometió Eligió a la Escogió a Anunció el Indicó la Finalmente,


Dios tenía que nos descendencia Jacob, a lugar del fecha la promesa
salvaría de Abraham Judá y a nacimiento exacta de se cumplió
un plan del para cumplir David del su en Jesús
específico pecado su promesa (Nm. Salvador aparición (Mt. 1:21)
para la (Gn. 3:15) (Gn. 17:19) 24:17; Gn. (Miq. 5:2) (Dn. 9:24-
49:10; 2S. 27)
humanidad: 7:16)

Desde Eva hasta Jesús, Dios escogió diversas personas a las que asignó la misión de bendecir a
la humanidad con las buenas nuevas de salvación (aunque, tal vez, no comprendían todo lo
que esto implicaba). Dios te invita a seguir bendiciendo al mundo proclamando el evangelio.
CUMPLIENDO LA MISIÓN
EL EJEMPLO DE ABRAHAM
“Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, […] y salieron
para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron” (Génesis 12:5)
Dios le asignó a Abraham una misión y un territorio para realizarla.
Obediente, se dirigió al lugar que Dios le indicaba (Gn. 12:1-5).
Pero las cosas no fueron fáciles. Las dificultades le abrumaron
hasta el punto de abandonar su lugar en la misión (Gn. 12:10). Al
fallar su fe, cometió más errores (Gn. 12:11-13).
Pacientemente, Dios le “empujó” a volver a Canaán (Gn. 12:17-20). No le
había abandonado, seguía contando con él. A pesar de sus errores, Dios
perdonó a Abraham y le dio otra oportunidad (y algunas otras más).
Dios te manda a cumplir su misión. Tal vez
falles o te equivoques en algún momento,
pero Él es paciente y misericordioso. Te
restaura, y sigue contando contigo.
“En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron
esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles” (Hechos 8:1)
Tras su éxito en Jerusalén, la iglesia no parecía
tener ninguna intención de extenderse más
allá (Hch. 2:28; 4:4). Era su zona de confort.
A causa de la persecución instigada por Saulo,
los creyentes fueron esparcidos y llevaron la
misión a Judea, a Samaria y a otros lugares;
sin embargo, su visión de la misión era aún
limitada (Hch. 8:1, 4; 11:19).
Pedro mismo creía que era una abominación
hablarles a los gentiles del evangelio, así que Dios
tuvo que hacer un milagro en él (Hch. 10:28).
Como Pedro, en ocasiones tendremos que dejar a un lado nuestra
comodidad, o nuestros sentimientos y opiniones personales, para poder
cumplir correctamente la misión que Dios nos ha asignado.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?

La misión consiste en ser testigos de Jesús. Es decir,


en contar “lo que hemos visto y oído” acerca de
Jesús (Hch. 4:20). ¿Cómo lo hago?
Hechos 1:8 nos da la pauta. En primer lugar,
empezando por mi zona de confort: mi casa, mi
familia, mis amigos [Jerusalén]. A continuación,
debemos ampliar esa zona y extendernos a personas
con las cuales no tenemos tanta confianza [Judea],
incluso a las que nos caen mal [Samaria].
Según vayamos siendo dirigidos por el Espíritu
Santo, podemos ser llamados a cruzar fronteras
físicas, culturales, étnicas, etc. El límite: “hasta lo
último de la tierra”.
“Cada verdadero creyente, con la ayuda de Dios, puede ver
dónde está el trabajo que debe realizarse. Cuando el ser
humano colabora con la voluntad de Dios, se hace
omnipotente, y el obrero puede crear oportunidades. […] Si
estáis dispuestos a trabajar con sinceridad, se abrirán
caminos delante de vosotros para el cumplimiento de esta
obra. Apoyaos en el brazo divino en busca de sabiduría,
fortaleza, y habilidad para hacer la obra que Dios os ha dado”

E. G. W. (Nuestra elevada vocación, 19 de octubre)


DESAFÍO SEMANAL
Identifica y haz una lista de grupos de
personas con necesidades especiales en
tu comunidad, por quienes la iglesia no
ha hecho esfuerzos por alcanzarlas.

DESAFÍO AVANZADO
Comienza a orar por una oportunidad, en
el futuro cercano, para comprometerte
en la misión con personas con
necesidades especiales.

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