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EL VALOR DEL SERVICIO

CONCEPTO

Servir es estar dispuesto a ayudar a muchas personas que están en alguna


dificultad o condición de vida. Tenemos muchas formas de servir y ayudar a los
demás. La Madre Teresa de Calcuta lo ha definido de la siguiente manera:
“Trabajar duro para ganar dinero u obtener un salario, es algo bueno, pero prestar
un servicio gratuitamente es mejor”.

DESARROLLO

¿Por qué el servicio es un valor?

El valor de servir radica en la realidad que todo ser humano no está aislado en el
mundo, vive en una sociedad y desde que nace necesita de otro individuo para
satisfacer sus necesidades básicas, sociales y culturales.
Este valor implica que es más importante servir que de dar; es decir, que el
servicio conlleva la entrega entera de la persona, compartir sus dones, como lo
son: el tiempo, los recurso materiales e intelectuales; en tanto el hecho de dar está
limitado solo a lo material, parece ser un desprenderse de algo sin mayor
profundidad y con el riesgo de no identificarse o suplir la verdadera necesidad de
la persona misma.

CARACTERÍSTICAS

La persona servicial se caracteriza por vivir un verdadero acto de servicio


desinteresado que se refleja en la sincera intencionalidad, la honestidad, en su
generosidad, la entrega, la justicia y en las demás virtudes de compromiso con el
prójimo.
La persona que es servicial se da cuenta que los demás tienen el derecho natural
de recibir su respeto y su servicio a través del amor, el cual es sin duda, uno de
los pilares fundamentales de la convivencia humana; ya que es un mandato de
Dios, quien nos ha creado para amar y servir.

La persona servicial, ha superado situaciones tales como:


a) El miedo a convertirse en el que “siempre hace todo”, en el cual las otras
personas descargarán parte de sus obligaciones, aprovechándose de su buena
predisposición.

b) El que con frecuencia le interrumpen cuando está realizando su trabajo, o


relajado en su casa (descansando, leyendo, jugando, etc.)

c) Las actitudes de pereza, molestia y desgano; es decir, la comodidad.

d) Que en su vida no todo está en recibir, ni en dejar la solución y atención de los


acontecimientos diarios, en manos de los demás.

Algunos servicios cotidianos están muy relacionados con nuestros deberes y


Vivir el valor del servicio requiere estar dispuestos y ser conscientes de nuestras
acciones, orientadas hacia ese objetivo; para ello se debe realizar esfuerzos por
descubrir aquellos pequeños detalles de servicio en lo cotidiano y en lo común.
Estas actitudes nos capacitan para hacer un mayor esfuerzo en lo sucesivo.
Esperar a recibir atenciones tiene poco mérito y cualquiera lo hace.
INTERACCIÓN

La persona que vive el valor de servir adopta una actitud permanente de


colaboración hacia los demás, traslada esta actitud a todos los ámbitos de su vida:
en su trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle, realizando
cosas que aparecen como insignificantes; pero que van haciendo la vida más
ligera y reconfortante.
Para ser servicial hace falta iniciativa, capacidad de observación, generosidad y
vivir la solidaridad con los demás, haciendo todo aquello que deseamos que
hagan por nosotros.

CONCLUSION

El valor del servicio habla de nuestro alto sentido de colaboración para hacer la
vida más placentera a los demás.
Por tanto, las personas serviciales atraen las cosas buenas, porque siempre
tienen una actitud positiva que les permite ir más allá y estar predispuestos ante
cualquier situación.

MENSAJE

“El que no sirve para servir, no sirve para vivir”.

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