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Antropología arqueológica

La antropología arqueológica es una ciencia en construcción que utiliza técnicas


tanto de la arqueología como de la antropología. Busca conocer las interacciones
entre los subsistemas culturales que conforman las sociedades ágrafas; es decir,
las carentes de escritura.

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En los últimos tiempos esta ciencia ha avanzado en el estudio de las
manifestaciones materiales e inmateriales de los pueblos estudiados. Para ello
cuenta con un cuerpo teórico y metodológico que le es propio. Tratar de explicar
cómo eran y cómo interactuaban los seres humanos de la prehistoria constituye el
punto de partida de esta ciencia.

Jeroglíficos egipcios
Su fundamento inicial fue el estudio de los elementos materiales encontrados en
las excavaciones arqueólogicas. Sin embargo, la búsqueda llevó a entender que
puede servir para comprender a todas las culturas ágrafas, antiguas y
contemporáneas.
El análisis de las culturas ya extintas se logra con estudios diacrónicos, alejados
de la vivencia de los investigadores. El estudio de las culturas ágrafas
contemporáneas se aborda desde el análisis sincrónico, en consonancia con la
experiencia de los expertos.

Antecedentes

Quienes inicialmente fueron saqueadores de tumbas, dieron paso a gentes


interesadas más en el conocimiento que en los tesoros. Tal fue el caso de Heinrich
Schliemann (1822-1890), un burgués nacido en Mecklemburgo (Alemania), hijo de
un humilde pastor protestante. El chico se enamoró de La Ilíada y La
Odisea porque su padre se las leía antes de dormir.

El muchacho tenía tres talentos: potencialidad para los idiomas, capacidad para
los negocios y una gran curiosidad. A los 20 años hablaba 13 idiomas, al cumplir
los 30 ya era negociante, y a los 50 desenterraba Troya y daba vida a la
arqueología.

La arqueología rápidamente tomó cuerpo y se convirtió en una ciencia para


describir e interpretar las culturas antiguas. Esta ciencia indaga a través de las
construcciones, obras de artes, utensilios y distintas formas de escritura.

Justamente uno de los problemas con las culturas ágrafas es que no cuentan con
su propia piedra de Rosetta. Ella fue la que permitió a los expertos comprender los
jeroglíficos egipcios, pues tenía la traducción en dos escrituras distintas ya
conocidas.

La antropología es la ciencia que estudia al ser humano tanto por sus


características físicas como por su producción cultural. Se desarrolla en pleno
siglo XI y su estudio se hace posible por la ruptura con los dogmas religiosos y el
surgimiento de la investigación sin prejuicios de fe.

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Sin embargo, la ciencia antropológica alcanzó el siglo XX con espacios estancos,
con áreas oscuras. La ausencia de registros escritos impedía muchas veces la
comprensión de una cultura y sus protagonistas.

Durante el primer medio siglo, los europeos y sus propuestas meramente


arqueológicas marcaron la investigación. Su proceso era extraer, desenterrar,
clasificar objetos y, como máxima, datarlos con carbono 14.

Escuelas de arqueología

En 1962 el estadounidense Lewis Binford escribe Arquelogía como


antropología. Allí plantea una metodología para estudiar al hombre desde el
artefacto.

Cinco años después, el arqueólogo Kwan Chi Chang, también de Estados Unidos,
desarrolla una visión integral para comprender los hallazgos. Entre los dos abren
nuevos senderos que se conocerán como arqueología americana.

En el proceso caminan en paralelo varias escuelas. La clásica trabaja con el


cálculo y el análisis del objeto en sí. La evolucionista se centra en los cambios en
el entorno.

La tercera escuela, la procesualista, permite aprender del objeto y entender la


adaptación del ser humano al entorno. Finalmente aparece la sistémica, que
se fundamenta en la comprensión de la estructura y los procesos sociales
ocurridos en torno al elemento estudiado.

Para 1995 la idea de esta ciencia ya se había integrado en los estudios,


documentos y propuestas en las universidades. En esta ciencia se sintetizan los
procesos de la antropología y la arqueología.

¿Qué estudia la antropología arqueológica?

Partiendo más de lo cualitativo, busca entender a las sociedades no ágrafas a


través de tres subsistemas. Para ello revisa primero lo tecnológico; es decir, los
elementos tecnofactos, cualquier aparato o artefacto concebido y fabricado por
personas.

Luego pasa a lo organizacional social: los elementos sociofactos. Se trata de las


construcciones intangibles o inmateriales. Estas son las relaciones de parentesco,
las representaciones de las creencias o las estructuras proposicionales en las
convenciones socioculturales.

En tercer lugar está lo ideológico: los elementos ideofactos. Son los constructos
para implantar líneas de pensamiento como instrumento de dominación
sociopsicológica por parte de los detentadores del poder.

Entonces, la antropología arqueológica se basa en objetos, estructuras


socioculturales e ideológicas para estudiar a los humanos que le dan cuerpo a
estos elementos. Ello tiene como objetivo comprender y percibir la línea evolutiva
de las culturas.

Ejemplos de estudios

Con esta ciencia no


solo se pueden estudiar las culturas de la prehistoria, sino también muchas
contemporáneas. Lo que se busca es conocer aquellas culturas que, aun sin
escritura, generan narraciones orales, música, cantos, propuestas religiosas y
convenciones sociales.
En cualquier comunidad rural, donde la expresión escrita es nula, la antropología
arqueológica puede dedicarse a entender el fenómeno sociocultural desde su
producción integral. A continuación se mencionarán algunos casos concretos:

 Un estudio sobre las cremaciones como el de Francisco Gómez Bellard de


la Universidad Complutense se inscribe en esta ciencia. Busca explicar
comparativamente las razones de este procedimiento en distintas
sociedades sin escritura.
 También se podrían trabajar constructos sociales como los graffitis. Desde
la profundidad de lo escrito en las paredes, pueden develar características
de la sociedad allí expresada.
 Se podrían estudiar las expresiones antiguas de los rituales espirituales de
culturas latinoamericanas.

¿Qué estudia la antropología arqueológica?


que estudia la antropologia arqueologicaLa antropología es la ciencia que se
encarga de estudiar todo lo relacionado al ser humano, esto implica desde su
biología hasta su organización social y cultural, resultando así una particular
disciplina que guarda relación con casi cualquier ciencia social en la actualidad,
entre las que se pueden destacar la economía, política, sociología y por supuesto
la historia.

Por otro lado la arqueología es una ciencia que busca estudiar los cambios que se
han generado en la evolución de la sociedad desde la antigüedad hasta la
actualidad, utilizando restos materiales o biológicos y su posterior interpretación y
análisis.

En consecuencia a los dos conceptos anteriormente presentados la antropología


arqueológica es una rama de la antropología cultural que busca reconstruir y
describir el comportamiento humano en base a una correcta interpretación de
restos materiales que puedan detallar las bases de sociedades antiguas.

Es normal observar constantes confusiones respecto a las definiciones de la


antropología y la arqueología, llegando a confundirse constantemente tanto en el
campo laboral como el investigativo.
Entre las principales diferencias a destacar se pueden señalar su amplitud, la
antropología es una ciencia que se divide en dos grandes grupos, la antropología
cultural que se encarga de estudiar la sociedad del hombre y su relación con ella y
la antropología biológica que busca dar conceptos relacionados con la ecología y
características animales del hombre.

Por otro lado, la arqueología corresponde a una rama de la propia antropología


cultural y su campo se encuentra relacionado con la búsqueda e interpretación de
restos materiales para posteriormente crear un nexo con la sociedad actual.

Sin embargo para poder ejercer esta disciplina en concreto se deben cursar los
cinco años académicos de la licenciatura en antropología en vez de la
arqueología, pues esta diferencia le permitirá al especialista no depender de nadie
para el análisis del comportamiento humano y la complejidad de sus sociedades.
reconstruye, describe e interpreta el comportamiento humano y los patrones
culturales a través de restos materiales. En los sitios donde viven o vivieron
personas, el arqueólogo encuentra artefactos, objetos materiales que los humanos
construyeron, usaron o modificaron como herramientas, armas, sitios de acampar,
edificios y basura. Los restos de plantas y animales, así como la basura antigua,
cuentan historias acerca del consumo y las actividades.
Los granos salvajes y domesticados presentan diferentes características, lo que
permite a los arqueólogos distinguir entre recolección y cultivo. El examen de
huesos animales revela las edades de los especímenes sacrificados y también
ofrece información útil para determinar si las especies eran salvajes o
domesticadas.
Al analizar tales datos, los arqueólogos responden muchas preguntas acerca de
las economías antiguas. ¿El grupo conseguía la carne de la cacería, o
domesticaba y criaba animales, y los mataba sólo si tenían cierta edad o sexo?
¿Los alimentos vegetales provenían de plantas salvajes o de la siembra, la
atención y la cosecha de cultivos? ¿Los residentes elaboraban, comerciaban o
compraban artículos particulares? ¿Localmente había materias primas
disponibles? Si no, ¿de dónde provenían? A partir de tal información, los
arqueólogos reconstruyen patrones de producción, comercio y consumo.

Los arqueólogos pasan mucho tiempo estudiando fragmentos de vasijas de


cerámica o alfarería. Las vasijas son más duraderas que muchos otros artefactos,
como los textiles y la madera. La cantidad de fragmentos de alfarería permite
estimar el tamaño y la densidad de la población. El descubrimiento de que los
alfareros usaban materiales que no estaban disponibles localmente sugiere
sistemas de comercio. Las similitudes en la fabricación y la decoración en sitios
diferentes puede ser prueba de conexiones culturales.
Los grupos con alfarería similar pueden estar históricamente relacionados. Es
probable que sus ancestros culturales hayan sido comunes, comerciaran
mutuamente o pertenecieran al mismo sistema político. Muchos arqueólogos
examinan la paleoecología. La ecología es el estudio de las interrelaciones entre
los seres vivos y su entorno.
Los organismos y el ambiente constituyen en conjunto un ecosistema, un arreglo
organizado de flujos e intercambios de energía. La ecología humana estudia los
ecosistemas que incluyen personas, y se enfoca en la forma en que los humanos
emplean “las influencias naturales y son influidos por la organización social y los
valores culturales” (Bennett, 1969, pp. 10-11).
La paleoecología observa los ecosistemas del pasado. Además de reconstruir
patrones ecológicos, los arqueólogos pueden inferir transformaciones culturales,
por ejemplo, al observar cambios en el tamaño y el tipo de los sitios y la distancia
entre ellos. Una ciudad se desarrolla en una región donde hace algunos siglos
sólo existían pueblos, villas y aldeas.

El número de niveles de asentamiento (ciudad, pueblo, villa, aldea) en una


sociedad es una medida de su complejidad. Las edificaciones ofrecen pistas
acerca de las características políticas y religiosas. Los templos y las pirámides
sugieren que una sociedad antigua poseía una estructura de autoridad capaz de
poner en orden la mano de obra necesaria para construir tales monumentos.
La presencia o ausencia de ciertas estructuras, como las pirámides del antiguo
Egipto y México, revela diferencias funcionales entre los asentamientos. Por
ejemplo, algunos pueblos fueron lugares donde las tiempo, los asentamientos
pueden cambiar en forma y propósito, así como las conexiones entre los
asentamientos. La excavación puede documentar cambios en las actividades
económicas, sociales y políticas. Aunque los arqueólogos son mejor conocidos por
estudiar la prehistoria, esto es, el periodo anterior a la invención de la escritura,
también estudian las culturas de las poblaciones históricas e incluso poblaciones
vivas.
Al estudiar barcos hundidos en la costa de Florida, arqueólogos submarinos han
podido verificar las condiciones de vida en los barcos que trajeron al Nuevo
Mundo, como esclavos, a los ancestros de los afroamericanos. En un proyecto de
investigación que comenzó en 1973, en Tucson, Arizona, el arqueólogo William
Rathje aprendió acerca de la vida contemporánea al estudiar la basura moderna.
El valor de la “basurología”, como Rathje la llama, es que proporciona “evidencia
de lo que hizo la población, no de lo que se piensa que hicieron o debieron hacer,
o de lo que el entrevistador cree debieron hacer” (Harrison, Rathje y Hughes,
1994, p. 108). Lo que la gente reporta puede contrastar enormemente con su
comportamiento real, según revela la basurología.
Por ejemplo, los basurólogos descubrieron que los tres vecindarios de Tucson que
reportaron el menor consumo de cerveza, ¡en realidad tenían el mayor número de
latas de cerveza desechadas por hogar! (Podolefsky y Brown, 1992, p. 100.)
La basurología de Rathje también ha expuesto malas interpretaciones acerca de
cuántos tipos diferentes de basura hay en los vertederos: aunque la mayoría de
las personas piensa que los contenedores de comida rápida y los pañales
desechables son los principales problemas de basura, de hecho fueron
relativamente insignifi cantes en comparación con el papel, incluido el reciclable y
amigable con el ambiente (Rathje y Murphy, 2001).
Las personas llegaban para asistir a ceremonias. Otros eran sitios de entierro;
incluso otros funcionaron como comunidades agrícolas. Los arqueólogos también
reconstruyen los patrones de comportamiento y estilos de vida del pasado
mediante excavaciones. Esto implica cavar a través de una sucesión de niveles en
un sitio particular.

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