Fig. 1-6, 2Qué podemos abservar? Este es
‘quem iia los tamatios de las clubs y de
ss Componentes y las wndades utizadas pa
ra su medic
vera que muestran sijgnos de vida: hay particulas que se mueven dentro de
lias, ¥3i se observa con paciencia, podra comprobarse que alguna ce ellas
cambia de forma lentamente y se divide en dos eélulas (véase fig. 14).
La observacidn de la estructura interna de una eélula es dificil, no solo
porque sus componentes son diminutos, sino también porque son transpa
rentes y en gran parte incoloros. Un enfoque eonsiste en utilizar coloran-
tes que tifien a sus componentes en forma diferencial (véase fig. 1-5). Co-
‘mo alternativa, se puede aprovechar el hecho de que las estructuras intra-
celulares se diferencian par los indices de refraceién, como el cristal se dt
ferencia del agua, lo cual ocasiona que los rayos luminicos sean desviados
al pasar de un medio a otro. Las diferencias leves en el indice de refraccién
pueden ser percibidas mediante técnicas épticas de avanzada, y las imsige-
nes resultantes se pueden realzar por el pracestmiento electrénico (véase
panel 1-1, pags, 89)
La chula revelada de este modo presenta una anatomia particular (fi.
1-7). Tiene limites bien definidos, que indican la existencia de una mem-
bbrana de envoltura, En el centro se destaca un cuerpo redondeado y gran-
dc, el micleo, Alcededor de éste y ocupando el interior de la céhula se en-
cuentra el citoplasma, una sustancia transparente atestada de lo que en
principio parece ser un conjunto de diminulas estructuras heterogéneas.
‘Can un buen microscopio éptico, se puede comenzar a percibir y clasificar
componentes especificos en el citoplasma (fig. 1-7B). Sin embargo, las es
tructuras de menos de 0,2 ym =aproximadamente la mitad de la longitud:
de onda de la luz visible- no pueden distinguirse (las puntos mis peque-
hos que esto no son discernibles, si bien aparecen como una mancha).
Para obtener mayor aumento ¥ mejar resalucidn debe recurrirse-al mi
croscopio clectrénico, que puede revelar detalles menores a unos pocos na-
németros (nm) (véase fig. 14). Las muestras de eélulas para el microsco-
pio electrénico requiesen una preparacién cuidadosa. Incluso para su obser-
vacién con el microseopio dplico, los tejidos habitualmente se jan (es decir,
se preservan mediante su inmersi6n en una solucién quimica reactiva), se
procede a su inclusidn en una cera o resina sélida, se seccionan en cortes fi
fos y se titlew antes de su observacién. Para el examen con el microscopic
electronico se requieren procedimientos similares, pero los cortes deben
‘ser mucho més delgados y no existe la posibilidad de observar células vivas.
Cuando las muestras son cortadas, tefiidas y observadas con el micros-
ccopio electrénico, gran parte de los componentes celulares se reconocen
con nitidex como orgimulos diferenciados: subestructuras separadas que
se visualizan con menor detalle bajo el microscopio éptico, Es visible una
membrana delicada, de un espesor de aproximadamente $ am, que rode
alas células, y se aprecian otras membranas similares que delimitan a mu-