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Artículo. Monoparentalidad. El Papel Del Padre
Artículo. Monoparentalidad. El Papel Del Padre
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Fernando Salinas-Quiroz
Tufts University
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Psychotherapy experiences, conversion practices and affirmatice practices of LGBT+ people: A cross-cultural study View project
All content following this page was uploaded by Fernando Salinas-Quiroz on 04 March 2014.
Fernando Salinas-Quiroz2
Resumen
Summary
Monoparental families are becoming more common in our days. Without a father
figure, male therapists must libidinize and play some father roles and functions, letting
single-mother children identify themselves with him.
Psychic transparency is not only present in pregnant women, parentality can be
assumed and transformed during a life term. Using clinical vignettes of a family seen in
therapeutic consultations, we will reflect on the transgenerational transmission and how
the father is already in the mind of the mother.
Key words: Monoparentality, psychic transparency, therapeutic consultation,
transgenerational transmission.
Justificación
1
Versión resumida de la Memoria con la que acredité el Diplomado Internacional de la Parentalidad,
Generación D.W. Winnicott, CEP-APM, en enero del 2010 con Mención Honorífica.
2
Doctorando en Psicología, UNAM, Maestro en Psicoterapia Psicoanalítica de Niños y Adolescentes
(CEP-APM). Diplomado Internacional de la Parentalidad (CEP-APM). Licenciado en Psicología,
Universidad Iberoamericana.
menores. Nos encontramos en un país en el que la paternidad brilla por su ausencia:
hombres que preñan y corren; hombres genitores más que progenitores.
Dentro de la licenciatura en Psicología en la Universidad Iberoamericana de una
generación de 120 estudiantes -divididos en salones de veinte personas
aproximadamente- habíamos cuatro hombres promedio por salón; en la Maestría en
Psicoterapia Psicoanalítica de Niños y Adolescentes del CEP-APM, de trece
estudiantes, fuimos tres hombres, y de los catorce estudiantes del Diplomado
Internacional de la Parentalidad, sólo fuimos dos. La escasa presencia de hombres en el
área de la salud mental pudiera ser un reflejo del fenómeno social anteriormente
mencionado: los hombres debemos distanciarnos del mundo afectivo. Nuestra elección
profesional debe ser dentro de las ciencias duras; nuestra sexualidad debe realizarse en
términos de genitalidad y nuestra paternidad debe limitarse a proveer de recursos
económicos a la familia, dejando la crianza y el alimento emocional a la madre.
A pesar de que no me ocupa documentar la representación masculina dentro del
ámbito psicoterapéutico, estoy plenamente convencido de que el terapeuta hombre debe
libidinizar y mostrar al padre, ejercer funciones paternas e intentar brindar
identificaciones parciales a los hijos de madres solteras. Se debe crear un padre para que
se dé el apuntalamiento edípico, la constitución del tercero y conceptualizar la relación
entre la madre y sus hijos.
Revisión bibliográfica
El caso fue referido por una de mis supervisoras; cabe señalar que la supervisora fue
jefa de la madre de familia y ejerció algunas funciones de abuela para con la madre y
los niños. Decidió referírmelo porque la familia requería apoyo psicológico, además nos
podíamos apoyar en la transferencia previa y en la alianza terapéutica de la familia hacia
ella para derivarla en su psicoterapia.
Desde la primera entrevista se les solicitó autorización para grabar el audio de
las sesiones, a lo que accedieron sin ningún inconveniente.
Trabajamos con la familia nueves sesiones durante un período de ocho meses,
digo que trabajamos pues mi supervisora regularmente estuvo presente, colaborando
como co-terapeuta. Fue interesante trabajar como pareja parental pues la supervisora
respetó mi liderazgo de las sesiones (emulando el papel del padre).
Decidimos hacer una excepción al modelo clásico de Consulta Terapéutica que
usualmente se aplica con madres o parejas desde el deseo de concepción hasta los tres
años de edad del hijo menor, pues se encontró que Lilia (la madre) estaba en un
momento de permeabilidad psíquica a raíz del fallecimiento de su propia madre (que era
quién realmente ejercía las funciones maternales).
Técnicas de Intervención
a) Empatía metaforizante y enacciones por parte de los terapeutas: favoreciendo la
resignificación de la historia familiar; b) Fortalecimiento de la triple diferencia y, c)
Elaboración del árbol de vida: clarificando en la mente de los niños la imagen de
padre, la relación con la madre y permitiendo nuevas formas de vinculación.
Composición Familiar
Se trata de una familia de tres integrantes compuesta por Lilia de 36 años y dos hijos: un
niño de nueve años –Keno- y Yolanda de siete. Rodrigo, el padre, abandonó a la familia
desde hace seis años aproximadamente: no mantienen contacto con él. Deciden solicitar
ayuda terapéutica a raíz de la reciente muerte de la abuela materna, así como problemas
de rebeldía en Keno y fuertes sentimientos de culpa en la madre, que se vio precisada a
enviar a los niños a un internado de lunes a viernes al carecer del apoyo de su propia
madre para cuidarlos mientras trabaja.
Problemática familiar
A lo largo de las sesiones se evidenció lo siguiente:
1) El duelo por la pérdida de la abuela materna; 2) Lilia no asumía aún todas sus
funciones maternas; 3) Desde la primera entrevista fue notorio el estrecho vínculo que
sostenían la madre y la hija menor, situación que dejaba excluido a Keno. En una acción
de empatía metaforizante decidí establecer un vínculo “masculino” con el niño:
situación que le despertó conciencia de la soledad en la que vivía a raíz de la ausencia
de su padre y lo llevó a expresar profundo dolor con llanto abundante; 4) Lilia mostró
una actitud ambivalente respecto de la imagen y vínculo que los niños pudieran tener
con su padre; 5) Lilia deposita en Keno la imagen negativa del padre, asumiendo con el
niño actitudes de persecución y castigo. El niño inicia actitudes de furia hacia la madre
y la tutora del internado; 6) Los secretos familiares: Los niños no tienen claro quién es
su padre ni porqué se fue; 7) Se hizo evidente que el llanto de Keno no se originaba en
la muerte de la abuela, sino, básicamente, en la pérdida del padre y la soledad
consecuente; por lo que en entrevistas ulteriores procedimos a la narración del Árbol de
vida en la que surgió la viñeta de un padre ausente, distante, agresivo, abandonador, no
participativo, entre otras y; 8) Se observaba en las actitudes de Lilia una distancia
afectiva con el niño, lo veía pero no lo miraba, no había un reconocimiento de los
afectos dolorosos e intensos que tenía Keno.
Lo anterior me llevó a pensar que Lilia estaba depositando en Keno la agresión
sentida hacia su ex pareja que la engañó y abandonó, y que esa ira la incapacitaba para
reconocer al niño real; imponiéndole el rol del padre ausente. Dicha situación se
considera un factor de riesgo para la ruptura del orden simbólico pues estas actitudes
negligentes de abandono e indiferencia, así como de maltrato psicológico se mantenían
constantes. Este caso me hacía pensar continuamente en lo que enseñó el maestro
Lebovici “donde no hay padres, hay que crearlos”, y despertó en mí preocupación
porque Keno reprodujera estas actitudes destructivas.
Lilia (L): Keno es muy temeroso para arriesgarse, poco se arriesga, es muy prevenido
para hacer cualquier situación, yo creo que eso fue una situación fundada por mí,
porque yo lo obligaba a hacer ciertas cosas que yo creo que podía hacer y que no le iba
a pasar nada, pero él siempre tenía temor y así fuimos superando situaciones. Por
ejemplo, para nadar en una ocasión, salimos con los abuelitos a pasear. ¿Te acuerdas
hijo? Fuimos a pasear y nos llevaron a mar abierto, había muchos peces de colores y
entonces yo era la que quería que viviera la experiencia, entonces yo lo obligué en un
momento dado a bajar al mar, pero él se negaba a bajar, entonces esa situación fue
algo que le costó mucho trabajo superar. En una situación tuvo que haber algo de
disciplina para que lo superara y ya no le tuviera miedo al agua, afortunadamente ya
eso fue, pero ya con eso fue ¿Verdad hijo? Ya no le tiene miedo al agua, pero así ha
sido en algunas situaciones: yo lo he obligado a hacer cosas y él no ha querido,
entonces a veces yo he tenido la prudencia de explicarle, pero a veces, no es un
sometimiento que hay, entonces siento que por ahí no lo he tomado mucho en cuenta,
pero el sometimiento es revelando su negatividad a hacer las cosas. Por ejemplo, yo le
he dicho “mijo entiendo que no te gusta que te mande al mandado con tu pijama, pues
entonces vístete y ve y quitamos el problema”, a veces hay ocasiones en que tú no
puedes estarte deteniéndote, si es una emergencia y el saldo es que tú tienes que
renunciar, sin en cambio, siempre me ha pedido prudencia en esas cosas que a veces no
tengo…
Terapeuta (T): Keno ¿Qué sientes de que te manden en pijama a la tienda?
Keno (K): ¡Excluido y ridículo!
T: ¡Claro! Vergüenza, ¿Verdad? Tienes razón en decir en pijama no, a lo mejor tienes
que estar listo antes, ¡Pero en pijama no voy!... Ni que fueras bebé… No has podido
poner en palabra este sentimiento
K: Casi no me hace caso…
T: Y casi no le dices que te haga caso.
K: ¡Me dan ganas de reclamarle, contestarle feo (llora) decir cosas malas, y no
obedecer!, a mí no me gusta ir a la tienda con pijama: ella a veces me ha obligado y
¡Yo no quiero!
T: ¿Te llenas de rabia?
K: ¡Sí!... Me siento avergonzado y ridículo frente a la gente (llora)
L: Por eso estamos aquí precisamente, por eso estamos aquí, para que me digas qué es
lo que está pasando y yo poder actuar de otra manera, porque en lugar de que tú lo
hables conmigo caes en más rebeldía y ¿Yo cómo lo entiendo si no me lo dices?…
T: Seguramente la intención con lo que has hecho esto es buena, que afronte sus
miedos, pero suena a modo de humillación… A los nueve años le da mucha pena a uno
le recuerden los miedos de “bebitos”.
Continúa la madre denostando a Keno, mencionando su desobediencia y lo
desorganizado que puede llegar a ser.
T: Tú Lilia ¿Qué tan organizada eres?
L: …Yo soy muy desorganizada (ríe)…
T: ¡Hijo de tigre pintito!
L: (Ríe) Fíjate que en esa situación sí habría que ponernos un reto porque yo lo
reconozco es una parte en la que yo le he dicho a Keno “Mijo, tenemos que
organizarnos los tres porque necesito de ti”… Si en un momento dado de una urgencia
Keno se detiene porque “¿Qué va a decir la gente?”, independientemente de que él se
sintiera mal, porque yo no lo estaba mandando a un pasillo de gente para que vean y
decirles “miren a mi hijo de pijama”. O sea yo lo estaba mandando a traer un
mandado, entonces que él vea que yo me estoy violentando con él, no por el hecho de
lastimarlo, “Hijo yo no quiero que te lastimen, ni quiero que te hagan sentir mal”, pero
esto urge. Es por ejemplo, si en un incendio uno sale en ropa interior, no te vas a
detener a vestirte y sí en cambio él tiende a eso, a detenerse a pensar antes de cualquier
cosa, entonces esa es mi angustia…
K: ¡Pero yo entiendo eso!, Sé que cuando es un incendio uno tiene que salir a las vivas,
pero un desayuno no se está incendiando (reímos todos)
L: Pero yo a veces entiendo que no tenemos que estar en un incendio para poder tener
un conocimiento de él: esa es mi angustia. Por otro lado, esa autoridad de cuándo
Keno dice “es que ella me grita más”: este temor que él es un niño, pero que en un
momento dado él va a tener autoridad. Entonces él debe tener en cuenta eso: que
también es de la parte dura masculina de que debo hacerlo, es cuando él ve, dice “es
que mi mamá es una mujer”, ese es mi temor de mucha constancia con él.
T: Regresamos al tema de sesiones pasadas: hace falta adrenalina de papá, pero no por
eso tú debes situarte en el papel del hombre Lilia, o tú ponerte en el papel de padre y
educar a tu mamá Keno…
L: Yo siento que para mí es muy difícil porque de naturaleza a mí me gustan mucho los
niños pero mi papel cambió a partir de que yo tuve que asumir las dos posturas: ese es
mi temor, yo los consiento, pero llega un límite, pero ya una vez que siento eso de la
emoción, llego a agredir, a lastimar, entonces es ahí donde me da miedo...
Lilia asumía el papel del padre, emulando a su propio padre: superyóico, exigente y
denostador. Específicamente en su relación con Keno depositaba las características de
su ex-esposo y procedía con él, asumiendo las actitudes que reconoce en su ex pareja y
en su propio padre.
Contratransferencia
Trabajar con esta familia fue un gran reto, pues mis reacciones contratransferenciales
fueron muy intensas la mayoría de las sesiones. Surgía en mí, sesión tras sesión, un
deseo de paternar a Keno y de acompañarlo en su soledad, lo que ayudó a posicionarme
en el papel del tercero. Compartí también con él la sensación de exclusión; sintiéndome
enojado y frustrado ante el trato que su madre le daba a él y a mi persona, haciéndome
sentir denostado y siempre posicionando a la co-terapeuta en el lugar del “saber” y de la
autoridad.
Entendí que la problemática de Lilia con los hombres se extendió a mi persona,
sin por ello contradecir el éxito del tratamiento. Tras supervisar el caso me di cuenta se
trataba de un patrón arraigado en la madre y que no discriminaba a las personas por sus
características individuales, sino que se encontraba a la defensiva conmigo por mi
condición masculina.
Meses después, ya concluido el tratamiento, me enteré por mi supervisora que
había recibido una llamada telefónica de Lilia para informarle había comenzado el
trámite de divorcio y que se encontraba recolectando los documentos necesarios para
pedir la patria potestad de sus dos hijos. Considero se trata de un logro pues establece
una situación jurídica clara para ella y para los niños: creo firmemente tendrán una
representación mental diferente, pasará de ser “abandonada” a divorciada.
Conclusiones
“El padre está primero en la mente de la madre”. Esta genial frase fue fuente de
inspiración para el presente documento. Lilia pudo modificar sus representaciones de
padre y así desasociarlas de su propia historia edípica para transmitir algo distinto a sus
hijos.
Quisiera resaltar la importancia del espacio continente que se ofreció durante el
tratamiento, el equipo de trabajo que fungió como pareja parental y, más allá del posible
éxito del tratamiento, la acción de Keno, Yolanda y Liliana para resignificar su historia
familiar.
En todas y cada una de las sesiones me encargué, primero, en asegurar a Lilia en
su lugar de madre de sus hijos: animándola y valorizándola en sus esfuerzos maternales.
El hecho de que le asegura que ella era, en efecto, la madre de Keno y Yolanda –no la
abuela materna-, permitió que pudiera hacer frente a la situación y que se restableciera
el orden simbólico.
Una vez reconocida madre, pudo dedicarse a sus hijos, pues contó con alguien
que se ocupara igualmente de su propia continuidad. Previo al trabajo psicoterapéutico
Lilia se encontraba sumamente intolerante, en un entorno no seguro para sus hijos.
Vemos entonces la importancia de la figura y participación del padre en mí
representado, pues al estar sostenida Lilia por el padre, se reactiva la transparencia
psíquica, reconectándose con su función maternal.
Referencias
BYDLOWSKI, M. (1997) La dette de vie: itinéraire psychanalytique de la maternité.
Paris: Presses Universitaires de France.
SOLIS-PONTON, L. (2004) La Parentalidad. Desafío para el Tercer Milenio. Un
homenaje internacional a Serge Lebovici. México:El Manual Moderno.
SOLIS-PONTON, LARTIGUE, T., MALDONADO-DURÁN, M. (2006) La cultura de
la parentalidad, antídoto contra la violencia y la barbarie. México:El Manual
Moderno.
STERN, D. (1997) La Constelación Maternal: La Psicoterapia en las relaciones entre
padres e Hijos. Psicología, Psiquiatría y Psicoterapia. Buenos Aires: Paidós.