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Tarea Académica 1 Derecho Penal Final
Tarea Académica 1 Derecho Penal Final
CURSO:
TAREA CALIFICADA 1
AREQUIPA-2022
I. PRESENTACIÓN DE LA EJECUTORIA.
B. ÍNDOLE
C. NÚMERO DE EXPEDIENTE
D. FECHA DE RESOLUCIÓN
(https://cej.pj.gob.pe/cej/forms/busquedaform.html)
2.- Exposición del concepto o categoría materia de análisis, tal como lo expone la ejecutoría
La señora FISCAL ADJUNTA SUPERIOR en su escrito de recurso de casación invocó los motivos
de casación de quebrantamiento de precepto procesal, infracción de precepto material y
apartamiento de doctrina jurisprudencial
(artículo 429, incisos 2, 3 y 5, del Código Procesal Penal –en adelante, CPP–) que suscribe:
“Después de interpuesta la demanda, sólo pueden ser ofrecidos los medios probatorios
referidos a hechos nuevos y a los mencionados por la otra parte al contestar la demanda
o reconvenir. De presentarse documentos, el Juez concederá traslado a la otra parte para
que dentro de cinco días reconozca o niegue la autenticidad de los documentos que se le
atribuyen.”
Argumentó que se otorgó distinto valor a la prueba personal y que el delito de falsedad
ideológica es un delito de peligro.
“el artículo 428 del Código Penal estatuye lo siguiente: “El que inserta o hace insertar,
en instrumento público, declaraciones falsas concernientes a hechos deban probarse con
el documento, con el objeto de emplearlo como si la declaración fuera conforme a la
verdad será reprimido, si de su uso puede resultar algún perjuicio” (art 428, CP)
Desde el acceso excepcional, planteó que se defina si el delito de falsedad ideológica en un delito
de peligro y no de resultado, si el perjuicio típico es meramente potencial, si su alcance no es
únicamente patrimonial, y cuándo es posible que la Sala Penal Superior puede rectificar el juicio
de hecho.
Estando frente a un hecho cuyo bien jurídico ha sido falsificado ideológicamente, así como a
todos los delitos de falsificación documental, conceptualizando este delito básicamente es
presentado cuando consta o se hace constar en cualquier tipo de acto jurídico la posibilidad de
causar un prejuicio a cualquiera de las partes implicadas en ello no necesariamente patrimonial
remitiéndonos al caso como lo indica el fundamento de derecho número tres es patente que la
cantidad aportada a esas seis personas fue indebida. Más allá de cualquier explicación desde la
finalidad de esos pagos, la declaración de los testigos Arlene Bridian Gonzales Valencia, jefa de
Obras de la Municipalidad Provincial de Yungay, y de Zico Melgarejo León, tesorero de la
comuna, es muy clara en el sentido de que no se puede pagar a personas que no han laborado
en una obra y que, si existiese sobrantes en la ejecución de una obra, se quedan en la
Municipalidad a menos que existan pendientes debidamente sustentados.
3.- Exposición de la posición antagónica (de la resolución judicial previa o de la doctrina
discrepante
En esta sentencia de casación que hemos tomado como referencia para la elaboración de esta
tarea académica se encuentran distintas posiciones, por lo que tomamos la parte acusatoria
para este análisis. Habiéndose encontrado irregularidades e la ejecución de una obra de
mantenimiento de la Carretera del Caserío de Marap, distrito y provincia de Yungay,
correspondiente al periodo de nueve de diciembre de dos mil trece al veintiocho de diciembre
de dos mil trece.
El señor fiscal provincial formuló acusación contra Galia Evelina Castro Romero y Elizabeth Karina
Rondan Jamanca como coautoras del delito contra la fe pública en la modalidad de falsedad
ideológica (primer párrafo del artículo 428 del Código Penal) en agravio de la Municipalidad
Provincial de Yungay
. Respecto al potencial perjuicio que exige el tipo penal, debe verificarse que del uso del
documento se pueda causar algún perjuicio. En tal sentido, verificados los documentos que
ingresaron al tráfico jurídico, el Ministerio Público se ha limitado a señalar un perjuicio potencial
y no uno concreto.
El representante del Ministerio Público, mediante escrito de fojas doscientos ochenta y ocho,
de treinta y uno de mayo de dos mil diecinueve, interpuso recurso de apelación. Denunció una
errónea interpretación de la ley penal respecto del tipo delictivo imputado y en la valoración de
las testimoniales. Agregó que la motivación fue aparente, en el sentido que señaló que no se
causó perjuicio a la Municipalidad agraviada; que, en cuanto al informe 118-2014, de un lado se
dice que la obra estaba inconclusa y se utilizó el dinero que no se pagó al personal para comprar
otros materiales para la obra; sin embargo, en el citado informe se indica que la obra se culminó
al cien por ciento y no describe la necesidad de comprar tuberías o algún gasto extra que se haya
generado. Que, además, el dinero que se consignó en el acta de compromiso de pago fue
retirado por concepto de días trabajados y no para material extra como se consigna en el
informe.
Fundamentos de derecho
“El que inserta o hace insertar, en instrumento público, declaraciones falsas concernientes a
hechos deban probarse con el documento, con el objeto de emplearlo como si la declaración
fuera conforme a la verdad será reprimido, si de su uso puede resultar algún perjuicio, […]” (el
subrayado es nuestro).
Se está ante el tipo delictivo de falsedad ideológica, cuyo bien jurídico, como todos los delitos
de falsedad documental, es la funcionalidad del documento en el tráfico jurídico, en la medida
en que éste desarrolla tres funciones jurídicas:
∞ Esta forma de falsedad se presenta cuando consta o se hace constar en un acto jurídico,
incluso exteriormente verdadero, declaraciones mendaces.
El documento no es falso en sus condiciones de existencia, sino que son falsas las ideas que en
él se quieren afirmar como verdaderas.
La falsedad, en este caso, no está en función a la autenticidad del documento, sino a la verdad
o no verdad del documento
4.- Síntesis de la discrepancia
Los puntos controvertidos en el presente caso giran en torno a los siguientes conceptos:
a) El resultado típico del delito de Falsedad Ideológica:
- La diferencia entre los delitos de peligro y los delitos de lesión.
- El concepto del elemento normativo «perjuicio» exigido por el tipo penal del art.
428 de CP (falsedad Ideológica).
b) El objeto material del delito de Falsedad ideológica
- Si el documento debe ser emitido por un funcionario público.
- Si el ilícito penal es un delito común y de dominio o es un delito especial.
c) La relevancia del consentimiento de la falsificación de la firma en documento objeto del
delito para negar el delito.
La Sala Superior, acogiendo los argumentos de primera instancia sobre este asunto,
consideró que el delito de Falsedad ideológica requiere para su configuración que se
verifique como resultado típico un perjuicio real y concreto para el agraviado.
En esa línea de pensamiento, la Sala Superior consideró que dicho resultado no se dio
en el presente caso, debido a lo siguiente:
Sobre este punto, la Sala Superior consideró que los documentos objeto de la falsedad
ideológica, debieron ser documentos expedidos por un funcionario en ejercicio de sus
funciones, cosa que a su entender no se pudo probar en el presente caso. Señala la Sala
superior al respecto, lo siguiente:
«A. De conformidad con el inciso 3 del artículo 425 del Código Penal, en autos,
no se evidencia que la procesada Rondan Jamanca tenía un vínculo contractual
con la Municipalidad Provincial de Yungay, puesto que la base de la imputación
fiscal era que actuó en calidad de asistente de la Jefatura de Obras de la
Municipalidad Provincial de Yungay, sin percibir emolumentos por estas
funciones, por lo que su calidad de funcionaria pública no se encuentra
debidamente acreditada. Además, los documentos cuestionados tenían la firma
apócrifa de su coencausada Castro Romero […]
Es decir, según la Sala Superior, si bien la acusada Castro Romero sí contaba con la
calidad de funcionario Público, los documentos que contenían los datos falsos no fueron
expedidos por ella, dado que se probó que su firma fue falsificada por la coacusada
Rondan Jamanca, quien no posee la calidad de funcionario público.
Sobre este punto la Sala Superior asume implícitamente que el consentimiento de parte
de la acusada Castro Romero, para que se falsifique su firma, habría justificado que se
tenga por acreditado el delito de Falsedad Ideológica, aunque en el presente caso no se
pudo acreditar tal consentimiento. Al respecto se precisa lo siguiente:
«D. El dictamen pericial de grafotecnia 086-2017, sobre las firmas a nombre de
la encausada Castro Romero, concluyó que las firmas a nombre de Galia Evelina
Castro Romero provienen del puño gráfico de Elizabeth Karina Rondan Jamanca.
Los peritos fueron examinados en el juicio oral, en el que explicaron sus
conclusiones, de las que no hay mayor discusión. Se colige, por tanto, que no
existe en autos elementos de prueba que acredite que la acusada Castro
Romero, tuvo conocimiento que su coprocesada Rondan Jamanca, insertara
datos falsos» (fundamento de hecho segundo, numeral 4 de la sentencia de
casación).
Sobre este punto la Corte Suprema señala que es un error de parte de la Sala Superior
el exigir que la falsedad haya causado un perjuicio real o concreto para el Estado; pues,
a su entender, el delito de Falsedad Ideológica no es un delito de lesión, sino de solo de
peligro abstracto. Esto es así, puesto que el prejuicio al que hace referencia el tipo penal
del art. 428 del CP, solo basa con que sea «potencial» y no real o concreto.
Sobre este punto la Corte Suprema señala que no es razonable pensar que la acusada
Castro Romero, no sabía que su firma había falsificada, pues esta «reconoció que
suscribió el Acta de Recepción y Conformidad de dieciocho de febrero de dos mil
catorce, donde figuraban esos documentos, sin que haya efectuado observación alguna,
aunque acotó que no los verificó. Esta coartada, en todo caso, no tiene una acreditación
probatoria positiva específica» (fundamento jurídico quinto de la sentencia de
casación).
Según Bramont- Arias Torres (1997) señala que una conducta es una
acción típica se debe a que el comportamiento se ajusta a lo que está
contenido en el tipo penal, es decir que estamos ante una tipicidad.
Mientras que el tipo es la descripción de la conducta penada, la tipicidad
se refiere a la adecuación de la conducta a tal supuesto, en resumen, la
tipicidad es “la adecuación de ese comportamiento (conducta) al tipo
penal” (p.39).
Tipicidad Subjetiva
La tipicidad subjetiva lo que analiza son los elementos del tipo penal que están vinculados a la
motivación de la acción del sujeto activo. Por eso se encuentra en esta parte la culpa, el dolo y
otros elementos subjetivos distintos del dolo. En la redacción del tipo penal el que permite la
imputación del hecho al sujeto activo ya sea como dolo o culpa.
El dolo.
Según los autores Rodríguez, Ugaz, Gamero y Schonbohm (2012), los delitos dolosos, “suponen
la realización consiente y voluntaria de los elementos objetivos del tipo” (p.63). Resulta claro
que en el dolo esta la presencia de dos elementos: conocimiento y voluntad.
Sin embargo, cabe resaltar que no es de importancia existe conocimiento por parte del
agente sobre la ilicitud del acto, por ejemplo: en el supuesto de aquel que entrega un
cheque sin fondos, por lo general, tiene conocimiento de tal situación.
CLASES DE DOLO
La Culpa
Según Rodríguez, Ugaz, Gamero y Schonbohm (2012), señalan que “el fundamento de la
imputación de los delitos culposos es el desprecio de parte del agente respecto a los
bienes jurídicos ajenos; ello se debe a que el autor omite su deber objetivo de cuidado”.
A esto agregan que no todos los hechos de naturaleza culposa son sancionados, ya que
para que ello ocurra debe existir ley expresa que defina y sancione la conducta.
Asimismo, tales autores manifiestan que no es dable ni la tentativa, ni la participación.
Clases de Culpa
La culpa inconsciente. Según S. Mir Puig (2008), señala “que no solo se quiere el
resultado lesivo, sino que ni siquiera se prevé su posibilidad”
Tipicidad Objetiva
El tipo objetivo tiene todas las características que han sido tomadas en cuenta por el legislador para
la prescripción de la conducta prohibida. Además, que se debe cumplir con una serie de principios
para que sea válido.
La doctrina ha creído conveniente ubicar aquí al bien jurídico protegido, al sujeto activo y sujeto
pasivo, entre otros elementos destinados al análisis exegético y hermenéutico de los textos
correspondientes.
Tipicidad objetiva. Abarca el ámbito externo de la conducta penalmente relevante, para la doctrina
mayoritaria tanto nacional como internacional, los elementos que conforman la tipicidad objetiva son
los sujetos, sujeto activo y sujeto pasivo, la conducta típica, aspectos descriptivos y normativos, y
finalmente el objeto de la acción los delitos en que la conducta típica requiere de un resultado lesivo
se deben tener en cuenta la relación entre el sujeto activo y el resultado, es decir el nexo causal.
Los sujetos.
Dentro de los sujetos se identifican en el tipo objetivo encontramos al sujeto activo y al sujeto pasivo.
Según Villavicencio (2016), La descripción de los elementos objetivos del comportamiento prohibido
se manifiestan en referencia al sujeto activo; en ese sentido indica que tal concepto dogmático, tiene
la finalidad de describir las cualidades que debe reunir la persona durante la ejecución de la conducta
delictiva.
Según Villavicencio (2016) señala que el sujeto pasivo es la persona titular del bien jurídico tutelado,
puesto en peligro o lesionado por el delito” (p.305), siendo que dicho sujeto puede ser una persona
natural (sea imputable o no), una persona jurídica, la sociedad o el estado.
La conducta
Según Villavicencio “la gran variedad de circunstancias (tiempo, medio, lugar, etc.) son
sintetizadas por el legislador extrayendo algunas características comunes” (p. 308).
Toda conducta delictiva, posee por lo general un verbo rector, el cual es el punto
central en el que gira y se define el comportamiento. Por ejemplo, en el delito de
homicidio el verbo rector se encuentra en “matar a otro”.
Los objetos
Según Villavicencio (2016), señala al clasificar los elementos del tipo objetivo hace
manifiesto del objeto de la acción, indicando que es aquel elemento propio del mundo
exterior, sobre el cual recae de manera material la acción típica. En tal sentido
manifiesta que no en todos los tipos penales se requiere de la presencia de objeto de
la acción con elemento del tipo, tal como ocurre en los delitos de mera actividad o de
puesta en peligro.
Bien jurídico
Según Villavicencio (2016), señala que el bien jurídico “aparece como un objeto
inmaterial, se presenta como un valor ideal frente al acto agresor del agente”,
mientras que en el objeto de la acción “el menoscabo es real, susceptible de
concretarse materialmente” (p. 316).
5.- Posición del grupo
La posición del grupo es que este delito exige para su configuración que el documento sobre el
cual rece la falsedad (objeto material del delito) sea un documento público. Para que un
documento sea público no basta con que se haya dado en un procedimiento en el seno de un
organismo público o con fines públicos, como señala la Corte Suprema, sino que la manifestación
o declaración de voluntad contenida en el documento provenga de un funcionario público en
ejercicio de sus funciones (URTECHO BENITES, 2008, págs. 197-198).
La razón es que un documento público sólo puede cumplir con su función de seguridad y
probatoria si es un funcionario quien lo suscribe. Dicho de otra manera, no es posible predicar
la fe pública de un hecho contenido en un documento cuyo registro no haya sido efectuado por
un funcionario en el ejercicio de sus funciones, sino por un particular. Es la calidad del sujeto
que emite el documento lo que genera la posibilidad de confiar en el contenido probatorio de
este (CREUS, 1998, págs. 427-428).
Si todo esto es así, somos del criterio que sí era relevante determinar si el documento realmente
fue emitido por un funcionario en el ejercicio de su cargo. En el presente caso, al haber sido
falsificada la firma de la acusada Castro Romero (única acusada con calidad de funcionaria), mal
puede argumentarse que la existencia de un documento ideológicamente falso, pues este
presupone solo la falsedad de los hechos declarados en él, pero no la elaboración falsa del
soporte material del documento mismo. Cuando lo que se afirma es que tanto los datos como
el soporte material del documento son falsos, entonces estamos ante un delito de Falsedad
material (y no ideológica), según lo prevé el art. 427 del CP.
La diferencia es relevante, puesto que no solo las penas son distintas (en un caso es de 6 años y
en el otro de 10 años); sino que, además, la posibilidad de la autoría por la falsedad ideológica
solo recae en el funcionario que inserta hechos falsos en un documento o en el particular que
induce al funcionario a hacerlo (hace insertar). En cambio, en la Falsedad Material, la posibilidad
de autoría recae únicamente en la persona que elabora directamente el documento falso.
Relacionado con lo dicho en el punto anterior, la posición del grupo es que no puede asumirse,
sin cuestionarlo críticamente, que el consentimiento de la acusada –al haberse tenido por
acreditado por la Corte Suprema– hace típica la conducta de falsedad ideológica. Pues ello
implica, que de haber sucedido lo contrario, es decir, en el caso de que no se hubiera probado
el consentimiento, la conducta sería atípica. Sin embargo, creemos que, aunque la acusada
Castro Romero no haya sabido de la Falsedad de su firma, igual la acusada Rondan Jamanca
hubiera respondido por Falsedad, aunque falsedad material y no ideológica.
Dicho de otra manera, si el documento era materialmente falso, con el consentimiento o no de
la víctima, el delito igual se habría cometido, puesto dado que el bien jurídico protegido aquí es
la fe pública (o sea, un bien jurídico colectivo) el consentimiento no sería válido en ningún caso,
pues nadie puede consentir sobre lo que interesa a todos.
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