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El suelo, ese recurso natural que todos conocemos pero que pocas veces nos detenemos

a observar, estudiar y cuidar, cada vez tiene más importancia y se estudia desde diferentes
perspectivas, por lo que el geólogo, economista, el ingeniero civil o agrónomo lo
conceptualizan desde su punto de vista; es decir, desde la utilidad que para ellos les
representa, por lo tanto se pueden tener diferentes conceptos o definiciones; por ejemplo,
una de ellas es que el suelo es la capa superficial de la corteza terrestre, otra definición
menciona que es un almacén de agua y elementos nutritivos y que sirve de sostén para las
plantas.

En los inicios de la sistematización de la ciencia del suelo, el científico Ruso Dokuchev en


el año 1883 definió al suelo como las formaciones superficiales minerales y orgánicas más
o menos coloreadas por el humus, que constantemente se manifiesta ella misma como un
resultado de la actividad combinada de los siguientes agentes: clima, organismos vivos y
muertos (plantas y animales), material originario y tiempo y relieve.

De acuerdo con la definición anterior para que el suelo se forme se require de cinco factores,
y de varios procesos tanto físicos como químicos que ayudan a la descomposición y
degradación de las rocas que en terminos técnicos se les conoce como intemperización o
meteorización, que no es mas que el desgaste de las rocas hasta volverse partículas de
menos de dos micras de diámetro, a estas partículas a las que se les conoce con el nombre
de arcillas o comunmente barro y es el suelo que vemos y conocemos a simple vista que
también está combinado con el limo y la arena, que son partículas menores a dos
milímetros.

Para poder estudiar y comprender el suelo ya formado, hablaremos de sus componentes


que son cuatro, para su mejor comprension y estudio, los cuales son los minerales, la
materia orgánica, el agua y el aire, mismos que también representan a las tres fases de la
materia; los sólidos son los minerales y la materia orgánica, el líquido el agua que contiene
y almacena el suelo y los gases son el aire que está en el interior del suelo.

Por ello una reciente definición del suelo que es fácil de entender para la mayoría es la
siguiente: Los suelos son la capa delgada que cubre nuestro planeta tierra. Son mezclas
complejas de materiales vivos y minerales. Al igual que las aves o las plantas, hay miles de
tipos de suelo. El suelo es un recurso natural vital, filtra y almacena agua, y es una parte
importante del sistema de la Tierra. La mayor parte de nuestra comida proviene de suelos
cultivados.

En este sentido podemos continuar diciendo que el binomio agua-suelo juega un papel
fundamental en la salud de los seres humanos, y esto se ha demostrado en diveros artículos
cientificos a nivel mundial, quienes reportan que los suelos agrícolas que reciben aguas
residuales provenientes de los ríos que conducen entre otros contaminantes, elementos
altamente tóxicos para los seres humanos, como lo son los metales pesados Cadmio,
Arsénico, Plomo y Cromo, los cuales provienen de la actividad industrial, agrícola y
desechos domésticos.

En consecuencia dentro de la cadena agroalimentaria, los diferentes cultivos producidos en


dichos suelos están contaminados con metales pesados y probablemente con algunos otros
elementos dañinos para la salud de los seres humanos, y así mismo los animales de
producción como las vacas que ahí habitan producen alimentos de origen proteico para el
humano, los cuales resultaron estar contaminados con estos elementos tóxicos, debido a
que estos elementos no son biodegradables y por el contrario son acumulables en los
tejidos de plantas y animales, siendo en ocasiones magnificables como es el caso del
mercurio, el cual se transforma en el tejido animal en metil mercurio.

Estos elementos tóxicos son de alto riesgo para la población que consume cereales,
hortalizas, leguminosas, productos y subproductos animales como la leche y el queso, o
por el simple hecho de habitar en esas regiones y respirar o estar en contacto con dichos
suelos. El riesgo a la salud de esta población es el de padecer enfermedades cancerígenas
y algunas no cancerígenas, como la insuficiencia renal, enfermedades cardiacas, déficit
intelectual, donde son principalmente los niños quienes se ven seriamente afectados debido
a que es en la etapa de desarrollo donde más se almacenan dichos elementos tóxicos, los
cuales afectan el desarrollo de los diferentes órganos y sistemas del organismo de estos.
Al respecto la secretaría de salud de México ha reportado que cada año se presentan 18
mil casos de cáncer en niños entre las edades de los nueve a los 14 años.

También se sabe que los metales consumidos de manera crónica en niños ocasionan
cáncer por la acumulación a través de los años de consumo. Y es que, aunque las normas
nacionales e internacionales nos den un valor permisible, debemos considerar que por muy
poca que sea la cantidad del elemento consumido diariamente, con el tiempo se acumula
en los diferentes órganos llegando a causar daños irreversibles a la salud.

Es por ello que podemos decir que el suelo juega un papel predominante en la vida de los
seres humanos, porque ahí se sustenta la vida. Por ello es importante la conservación y
cuidado del suelo. Podemos concluir diciendo desde el punto de vista de la agricultura que
la producción debe de ser realizada de manera ética y con sentido de sustentabilidad,
cuidando de todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, pero iniciando con el suelo
para obtener alimentos limpios e inocuos ya que el suelo representa la seguridad
alimentaria de la humanidad.

Para terminar, exhortamos a considerar que, si el suelo es el origen de todo lo que


comemos, entonces el suelo representa gran parte de la vida saludable que deseamos, y
si somos lo que comemos, entonces si los suelos están enfermos, en consecuencia,
nosotros también lo estaremos.

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