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MAYORDOMÍA INTEGRAL

SESIÓN 09: MAYORDOMÍA DE LA FAMILIA


INTRODUCCIÓN

En nuestra vida uno puede elegir muchas cosas según nuestros gustos, pero una de las
cosas que no podemos elegir es la familia que tenemos, quién de nosotros a elegido un
padre o a una madre, hermano o primo. No tenemos esa capacidad, simplemente la
tenemos por gracia de Dios. Sabiendo que hay algunos que no tienen familia, tener
familia es un privilegio, pero también es una responsabilidad, si Dios nos ha dado una
familia es para amarla y cuidarla, por ello debemos ser buenos mayordomos de nuestra
familia. Leer Efesios 6.1-4.

1. DEFINICIÓN DE FAMILIA

Primero debemos de definir el término familia, según la Declaración Universal de los


Derechos Humanos:

“Es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la


protección de la sociedad y del Estado. Los lazos de la familia son por afinidad o por
consanguinidad.”

2. EL ORIGEN DE LA FAMILIA

“Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios lo creo, varón y hembra los creo. Y los
bendijo Dios; y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
(Génesis 1:27:28)

Aquí observamos que Dios creo la primera familia, y les asignó tareas específicas
relacionadas con tener hijos, y sobre su señorío sobre los animales, las plantas, los peces
y sobre toda la creación en la tierra.

Queda así establecido que los miembros de la familia y ella misma han sido creados por
Dios, y sus tareas en la tierra, también les han sido asignadas por el mismo Creador. El
sueño de Dios para cada miembro de cada familia es que, en la tierra, cada día
practiquemos toda buena obra, y un día estemos con Él eternamente, alabándolo y
adorándolo en el cielo, por lo tanto, el futuro de cada hombre y de cada mujer también
ha sido establecido, dependiendo de ellos el que se cumpla o no.

3. PROPÓSITO DE LA FAMILIA

A. La Multiplicación

Sabemos por propia experiencia que, en los primeros tiempos de sus vidas, los
hijos de los hombres son débiles e incapaces de valerse por sí mismos, de tal
manera que necesitan por largo tiempo, del cuidado de los padres para poder
sobrevivir. Como consecuencia de esa necesidad de supervivencia, de
sobrevivencia, de madurez, y de multiplicación, surge ese pequeño grupo

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humano, que ha sido llamado familia, y que debe satisfacer las necesidades de
sus miembros. (Génesis 2:24; Marcos 10:9; Proverbios 18: 22).

B. El Desarrollo

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre.”


Proverbios 1:8

En el ambiente de la familia aprenden unos de otros: rutinas, costumbres,


tradiciones efectivas, desarrollando los talentos y dones que Dios les ha dado a
cada miembro de las familias y en particular de la familia cristiana, para
enfrentar exitosamente el crecimiento de sus miembros y de las múltiples
familias que se forman en una sociedad determinada. (Gálatas 5:13; 1 Pedro 4:
10-11; Proverbios 22:6; Deuteronomio 4: 9,6)

C. La Gloria de Dios

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los
amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. (Josué 24:15)

Para enfrentar exitosamente la tarea de llenar la tierra, sojuzgarla y señorear


sobre todos los seres vivientes, estos grupos familiares han necesitado unirse y
ejercitar el servirse los unos a los otros en amor, y ejercitar el poder que el
Espíritu Santo representa en el creyente, para ser fuertes y cumplir estas tareas,
que Dios les dio.

“Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer”.
(Marcos 3:25)

4. ADMINISTRAR BIEN LA FAMILIA

A. Cumplir tu Rol

Uno de los principales problemas de las familias actuales, es que los miembros
de la familia no cumplen cada uno su rol. Empezando desde la cabeza, los
padres son indiferentes a cumplir el rol que Dios le ha dado a cada uno. El
hombre es cabeza y la mujer es ayuda idónea, pero en muchas familias sucede
todo lo contrario o simplemente no cumplen su rol. Como hijos también
tenemos que cumplir nuestro rol y la palabra de Dios lo define claramente con
obedecer y honrar a nuestros padres.

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu


padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya
bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. (Efesios 6:1-3)

“Cuando cada miembro de la familia cumple su rol, se llama familia funcional,


porque están cumpliendo en obediencia la voluntad de Dios.”

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B. Preocupación por sus Necesidades

“Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo”. (1Tito 5:8)

Tenemos que preocuparnos por las necesidades de nuestra familia, no


solamente cumplir nuestro rol, sino preocuparnos porque los demás cumplan
su rol y ayudarles a ello. Cuando hablamos de necesidades tenemos que
mencionar varios tipos de necesidades que nuestra familia necesita como:
físicas, intelectuales, emocionales y espirituales. Es nuestra responsabilidad
como creyentes ser testimonio vivo de Jesús en nuestra familia para que ella
conozca al Señor por nuestra vida.

“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que
adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese
atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si
habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a
quedarnos”. Hechos 16:14-15

“Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a
todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche,
les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su
casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios”. Hechos
16:30-34

Como Lidia y el carcelero de Filipo debemos impactar a nuestra familia con


nuestro testimonio, a tal punto que ellos lleguen a conocer a Cristo por medio
de nuestras vidas.

Conclusiones

1. Debemos agradecer a Dios por la familia que nos ha dado y pedir que nos ayude a
bendecirla.

2. Debemos preocuparnos por las necesidades de nuestra familia y confiar en Dios que por
nuestro testimonio todos conozcan a Cristo.

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