Está en la página 1de 4

EN CAMINO

LA EMPATÍA NO EXISTE,
SE CONSTRUYE
A PROPÓSITO DE LOS
MIGRANTES QUE NO VEMOS
Leticia Calderón Chelius

Una tragedia suele generar emociones de todo tipo: in-


dignación, consternación, miedo y tristeza infinita. Sue-
le obligarnos a reaccionar y voltear a ver lo que ha pa-
sado, aunque algo similar haya ocurrido antes y tal vez
no llegara a ser la nota principal de todos los diarios y
portales noticiosos. Así, aunque una tragedia nos re-
viente de angustia y nos deje sumidos en un laberinto
emocional, la realidad es que la reacción social e indivi-
dual suele ser efímera. Los múltiples casos de travesías
humanas que enfrentan diversos desafíos nos resultan
tan dolorosos que a estas alturas es común que provo-
quen indignación en todo el planeta, pero nos consta
que difícilmente generan un cambio estructural en las
sociedades y mucho menos en las autoridades del país
que sea, porque todos los gobiernos gestionan los pro-
cesos migratorios desde la lógica de mantener el orden
y el control para preservar el marco jurídico por encima
de la condición humana.
Varios episodios trágicos han quedado en la memo-
ria de los tiempos: desde el caso emblemático del niño
sirio Aylan Kurdi (cuyo cadáver, hallado en una playa
turca, conmovió al mundo entero en 2015), hasta otros
más recientes, como la estampida de migrantes en Me-
lilla (España) o el camión con decenas de personas as-
fixiadas en San Antonio (Texas), ambas ocurridas en
2022. Estas tragedias, como gritos de auxilio, nos obli-

Domingo Ulloa, Braceros, 1960.


©Smithsonian American Art Museum

115
gan a recrear la odisea del viaje migratorio de otra crisis que nuevamente consterne a to-
que siguieron las víctimas. La migración tam- dos como si ocurriera por primera vez.
bién ha definido nuestra geografía mental al La migración es, además, la expresión más
convertir en referencias obligadas los lugares clara de la desigualdad, el racismo y la xenofo-
donde ha ocurrido alguna situación extrema, bia, ingredientes que marcan diferencias sus-
como Roraima (Brasil), Tarapacá (Chile), el Ta- tanciales en el trato que reciben grupos de dis-
pón del Darién (entre Colombia y Panamá) y tintas nacionalidades necesitados de refugio.
el limbo de espera en Tapachula (México) don- Por ejemplo, la respuesta urgente y expedita a
de, con el paso de los días, la indignación se las personas desplazadas por la guerra en Ucra-
normalizó y las miles de personas varadas, en nia difiere mucho de la solidaridad que solo en
su intento de llegar a un lugar mejor, se vol- cierta medida despertaron quienes escaparon
vieron parte del paisaje. Simplemente, la tra- de Afganistán ante el regreso de los talibanes
gedia dejó de ser la nota principal, a la espera al poder y del trato que recibe la diáspora hai-

©Rini Templeton, de la serie Border, s/f. Rini Templeton Memorial Fund

EN CAMINO 116 LA EMPATÍA NO EXISTE, SE CONSTRUYE


tiana que atraviesa el continente, o los cuba- mapa que se construyen del mundo. Lo más
nos y venezolanos que han sido utilizados rei- foráneo que hubo por décadas fue una comu-
teradamente como instrumentos de presión nidad de veracruzanos con gran capacidad y
política entre gobiernos. Estos ejemplos, a su disposición para integrarse, que emigraron
vez, ocultan la experiencia cotidiana de las cuando la ciudad era uno de los polos de ma-
personas migrantes, que se enfrentan a abu- yor atracción económica del país y antes de la
sos e injusticias muchas veces avaladas por guerra contra el narco que inició el expresi-
un marco legal que distingue entre migran- dente Felipe Calderón, que los obligó a empren-
tes “aceptables” y los que el propio sistema der el regreso a su tierra natal.

Hasta qué punto hemos aceptado acríticamente […] que el marco


legal sea el escenario desde el que se analiza la experiencia de migrar.

considera “desechables”, frente a quienes no Observando los actuales campamentos de


hay empatía que alcance. Por eso, las respues- venezolanos a lo largo de la frontera con Es-
tas solidarias no deben limitarse a apelar a la tados Unidos no queda claro si estos migran-
hospitalidad colectiva, sino también a crear tes algún día podrán cruzar a la ciudad con-
condiciones que permitan el apoyo sostenido tigua de El Paso (Texas) o se verán obligados
a los migrantes aun cuando disminuya la vi- a permanecer en territorio mexicano por un
sibilidad provocada por una crisis humanita- tiempo prolongado. Si cruzan, ¿lograrán con-
ria específica. Después de la tormenta, ¿quié- seguir el estatus de asilados ante la autoridad
nes se quedan ayudando? estadounidense? Si se quedan en México, ¿se-
rán reconocidos como refugiados por la auto-
NO SOMOS TONTOS ÚTILES ridad mexicana? El simple hecho de que sus
Mi amigo Alfredo Limas, profesor de la Uni- vidas dependan más de leyes y reglamentos
versidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), que de la decisión de cada uno de radicar don-
me llevó a varios espacios donde se concen- de lo decida, cuando supuestamente —y de
tran los más recientes campamentos de mi- acuerdo al derecho internacional— la migra-
grantes atrapados en la frontera entre Méxi- ción es un derecho humano, debería llevarnos
co y Estados Unidos. Los venezolanos en este a repensar hasta qué punto hemos aceptado
momento superan en número a los haitianos, acríticamente, y como si fuera natural, que el
cubanos, colombianos y de otras nacionalida- marco legal sea el escenario desde el que se
des. Esto ha sorprendido a Ciudad Juárez. Aun- analiza la experiencia de migrar y no al revés.
que siempre ha recibido migrantes, la mayo- Es decir, se acepta que las leyes sometan a los
ría eran mexicanos. Pocas veces, y menos en sujetos a una especie de lotería que decide sus
grandes grupos, se ha visto aquí a personas destinos según el tipo de visa a la que pueden
de tantos países, algunas de lugares que los aspirar y ciertos requisitos arbitrarios que mu-
juarenses tal vez ni habían imaginado en el chos no logran cumplir. Para la autoridad mi-

EN CAMINO 117 LA EMPATÍA NO EXISTE, SE CONSTRUYE


gratoria el miedo personal o el deseo de habi- de unos a migrar y acepta que otros sean de-
tar en otro país no suele ser motivo suficiente portables o sigan esperando en la frontera?
para otorgar un pase de entrada, más bien se
vuelve una barrera infranqueable. Si lo vemos NO ME QUEDAN LOS ZAPATOS DE OTROS
en términos humanos, este sinsentido pro- Cuando hablamos de empatía y de entender,
voca que millones de personas en el mundo acompañar y hasta arropar al que sufre, fre-
sean catalogadas de acuerdo a un tipo de visa cuentemente repetimos aquello de “ponerse
o, en extremo, que nunca logren obtener un en los zapatos de otro”. Nada más falso. Na-
documento legal y se les califique de indocu- die en su sano juicio puede —ni debe— hacer
mentados. suyo el dolor ajeno, pues la empatía, en ver-
Aceptar la existencia de estos marcos ju- dad, es un proceso donde aprendemos y nos
rídicos como una realidad inamovible única- comprometemos a poner cierta distancia emo-
mente ha provocado que los migrantes en- cional al apoyar a otro que intenta, en la medi-
frenten una violencia aún mayor que aquella da de lo posible, salir de su propio duelo. En-
por la que salieron de sus países. El laberinto tonces, necesitamos romper con la narrativa
burocrático migratorio es un muro muy cruel generalizada de la reacción ante las crisis mi-
que doblega la voluntad de cualquiera. gratorias solo cuando estas son visibles, y en-
El marco migratorio internacional también tender que la movilidad contemporánea es un
ha alimentado la profunda desigualdad pla- proceso constante, complejo y global. Solo des-
netaria porque mientras unos quedan exclui- de esta perspectiva la empatía deja de ser una
dos de la posibilidad de transitar entre países, respuesta de salvavidas para pensarse como
quienes tienen recursos económicos acceden un aprendizaje permanente.
de manera casi automática al tipo de visado Este cambio de noción, sin embargo, repre-
que mejor les convenga. Hay ejemplos escan- senta un gran desafío para el statu quo, pues
dalosos de ciudadanos mexicanos bien cono- entra en contradicción con los marcos legales
cidos que residen en el país del mundo que les que en materia migratoria ponen más trabas
da la gana, cuyos trámites migratorios fue- de las que resuelven y limitan más de lo que li-
ron tan fáciles como lo es comprar un depar- beran. Por supuesto, esto no significa que di-
tamento de lujo en Madrid para quien cuenta chos marcos regulatorios no sean útiles, claro
con el capital necesario, “haya sido como haya que lo son para los Estados que, a través de
sido”. De ahí la desigualdad que revela la mi- complejos entramados legales, mantienen el
gración: puertas cerradas para unos, puertas control y la vigilancia sobre sus territorios y
giratorias para otros. ¿No será que legitimar refrendan distinciones y privilegios.
las categorías que la jurisprudencia internacio- Catalogar a las personas migrantes desde
nal sobre migración maneja con una intención criterios legales es útil para sostener la des-
legal —distinta a las intenciones que puedan igualdad, no la empatía. Tal vez es tiempo de
tener quienes narran, acompañan o simple- sobreponer a la etiqueta jurídica la condición
mente exponen la movilidad humana plane- humana y romper con las clasificaciones con
taria— nos acaba volviendo “tontos útiles” al las que se entiende la migración contempo-
servicio de una narrativa que valida el derecho ránea.

EN CAMINO 118 LA EMPATÍA NO EXISTE, SE CONSTRUYE

También podría gustarte