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AYUDA MEMORIA

1. El Jurado Nacional de Elecciones no puede ser equiparado a otros organismos que ejercen
la función jurisdiccional, como es el caso del Tribunal Constitucional y el Poder Judicial,
debido a que la labor la desarrolla, fundamentalmente, en el marco de procesos
electorales, que tienen la particularidad de ser céleres y temporales. Es decir, si bien el
Jurado Nacional de Elecciones es un organismo constitucional autónomo de naturaleza
permanente, su labor más relevante o trascendente se produce en el marco de procesos
electorales.
2. Mientras la tutela que proveen el Tribunal Constitucional y el Poder Judicial pueden
salvaguardar derechos en cualquier momento, ello no ocurre con el Jurado Nacional de
Elecciones, ya que debido a que los principios de preclusión y celeridad, la tutela que
provee que debe proveer en el marco de procesos electorales debe ser inmediata.
3. La salvaguarda y optimización de los principios de seguridad jurídica y predictibilidad en
las decisiones jurisdiccionales resultan singularmente relevantes para la tutela de los
derechos de las personas. Ello implica que los tribunales fijen criterios interpretativos y los
apliquen en cada caso que tengan oportunidad de resolver, lo cual permitirá a los
ciudadanos predecir cómo resolverán dichos tribunales.
4. En el marco de los procesos electorales, tales criterios interpretativos deben establecerse
de manera célere y deben encontrarse centralizados en un único órgano jurisdiccional: el
Pleno.
5. La dinámica de los procesos electorales conlleva que resulte imposible o inviable que se
constituyan salas electorales, debido a que debe evitarse el riesgo que existan criterios o
interpretaciones distintas entre una sala y otra. La justicia se sostiene en el principio –
derecho de igualdad, por lo tanto, debe existir certeza en los justiciables de que, ante
casos o supuestos iguales, el Jurado Nacional de Elecciones resolverá en el mismo sentido,
y ello solo se logra concentrando el ejercicio de la función jurisdiccional en un único
órgano: el Pleno.
6. Resultaría inoficioso e inviable, precisamente atendiendo a la dinámica célere de los
procesos electorales, que se espere a que las salas electorales acuerden cuáles serán
dichos criterios interpretativos sobre la normativa electoral, cuando ello puede ser fijado
por un único organismo que actualmente ya existe previsto en la Constitución: el Pleno.
7. La propia Constitución Política, incluso en la redacción del proyecto de dictamen de la
Comisión de Constitución y Reglamento, consagra un único órgano jurisdiccional: el Pleno,
al cual se le otorga incluso, de manera expresa, la condición de máxima autoridad del
Jurado Nacional de Elecciones. Precisamente, atendiendo a su condición de autoridad
máxima es que no cabe que existan órganos que ejerzan competencias similares a la que
aquel ejerce con calidad de órgano de cierre de la jurisdicción electoral. Expresado en
otros términos, no se pueden salas electorales y Pleno del Jurado Nacional de Elecciones.
8. La Constitución Política consagra al Pleno como única y máxima autoridad del Jurado
Nacional de Elecciones, precisamente, por la naturaleza de las funciones que se le asigna
en procesos electorales, que requiere que se fijen criterios interpretativos claros y se
imparta justicia de manera previsible, uniforme, coherente y respetuosa del principio –
derecho de igualdad. La creación de salas electorales genera el riesgo de dispersión de
criterios interpretativos y de tratos discriminatorios en la impartición de justicia electoral
sin posibilidad de reparación oportuna.

Por tanto, en aras de salvaguardar la impartición de una justicia electoral célere, previsible,
uniforme y respetuosa de la igualdad entre todas las partes que intervienen en los procesos
electorales, se recomienda la no aprobación de la creación de salas electorales en el Jurado
Nacional de Elecciones.

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