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Derecho Familiar 9

Unidad 1

Introducción al Derecho Familiar

Introducción

Al ser la familia la célula básica de toda sociedad, es relevante conocer la estructura jurídica
que tiene. En el estudio de la presente unidad podremos analizar la organización jurídica que
hace posible el desarrollo del hombre en sociedad. Al ser el humano uno de los seres
vivientes más vulnerable de la naturaleza, en sus primeros años de vida necesita de sus
congéneres para sobrevivir durante esta etapa, es decir, hasta que aprende primordialmente
e idealmente en el seno familiar a valerse por sí mismo.

En la presente unidad haremos un breve repaso histórico de la evolución de la institución


familiar, lo que nos va a permitir conocer los antecedentes del núcleo primario de la
sociedad, analizando y deduciendo cómo podemos definir, limitar y encauzar actualmente el
concepto de familia.

Una vez establecido un criterio que nos permita saber qué es la familia, podremos comenzar
a entender las diferencias existentes entre sus regulaciones y la razón de su existir.

Dado que esta unidad es el cimiento de los conceptos básicos de derecho familiar,
recordaremos el concepto sociológico de familia y enfatizaremos en la necesidad de tener
presente su concepto jurídico, puesto que es imprescindible que estructure su razonamiento
en este ámbito.

La razón de que se estudie el artículo 1° constitucional es porque establece protecciones de


derechos que se encuentran inmiscuidos en la familia; como ejemplo está la no
discriminación por razón de origen étnico y por preferencias sexuales; esto toma
importancia, ya que aún no existe una homologación nacional en cuanto a la aceptación de
las uniones o matrimonios de parejas del mismo sexo, debido a que dicho artículo establece
que nadie puede ser discriminado por razón de diferencias sexuales, y todas las actividades
están obligadas, en el ámbito de sus competencias, a velar este derecho. Sólo se citan
algunos ejemplos, puesto que usted como estudiante, al adentrarse en dicho artículo,
descubrirá todo lo que se relaciona con la familia y las acciones que pueden realizarse en
caso de que el artículo no se respete.

Por otra parte, es importante que conozca la ubicación que tiene el derecho familiar dentro
de la ciencia jurídica y la diferencia entre los intereses de los miembros que la integran, en
su hacer cotidiano, con los del grupo familiar, cuya protección necesariamente está bajo la
tutela del Estado, dada su importancia social. Por este motivo, se consideran sus normas
reguladoras como de orden público e interés social.

Al ser la legislación de esta rama del derecho de orden común en nuestro país, tenemos que
entender la esencia de la institución para aplicarla a cualquier caso concreto que nos ocupe
durante el ejercicio profesional en las diversas entidades federativas.

El estudio de esta unidad será relevante para usted, futuro profesional del derecho, en tanto
que una vez que tenga clara la diferencia entre el concepto sociológico y jurídico de familia,
las diferencias entre el derecho civil y familiar, y la importancia de la aplicación del artículo
1° constitucional en materia familiar, tendrá conocimientos sustentables para el ejercicio de
la profesión en materia de derecho familiar.

Concepto sociológico y jurídico de familia


A través del tiempo, el ser humano se ha agrupado con sus congéneres, atendiendo
principalmente a su origen biológico o a su cercanía geográfica; al ser ésta una organización
natural y primaria, es captada y regulada por el derecho, creación del hombre para servir al
hombre, que hace posible su vida en sociedad.

El núcleo social primigenio es la familia, dentro de cuyo seno se forma, educa, socializa y
desarrolla el ser humano, bajo la protección del Estado. Teniendo conceptos e instituciones
específicas, ha sido necesario organizar y sistematizar esta área de la ciencia jurídica, que
originalmente atendía a intereses particulares; ahora es objeto de especial atención en el
desarrollo social y pública controversia entre los estudiosos de la materia.

Dentro del campo del derecho familiar podemos observar que cada autor que consultemos
nos dará una definición diferente de esta institución jurídica, dependiendo de la época y el
lugar en donde se ubique, pero siempre habrá elementos comunes que nos servirán de base
para estructurar el concepto: el número, la permanencia, la vinculación, el objetivo común y
sus consecuencias.

Para efecto de nuestra asignatura definiremos el concepto de familia de la siguiente manera:

Definamos…
La familia es el grupo de personas unidas por vínculos consanguíneos, jurídicos o afectivos
que habitan permanentemente bajo el mismo techo y que tienen intereses comunes; se
procuran solidaridad y ayuda mutua, con respeto y consideración, tanto en el plano afectivo
como en el material, generando derechos y obligaciones regulados y sancionados por la ley.

Como antecedentes podemos señalar que el concepto no es unívoco, sino que histórica y
sociológicamente ha variado en extensión y características. Como ejemplo tenemos a la
familia primitiva; posteriormente nos encontramos con el matrimonio por grupos
(consanguínea, punalúa, sindiásmica, poligámica), hasta llegar a la monogamia.

Familia extensa
Incluye ascendientes, descendientes, colaterales, afines y adoptivos o asimilados.

Familia nuclear o conyugal


Se limita a los padres e hijos.
Familia monoparental
Se constituye por uno sólo de los padres y los hijos.

Familia de madre soltera


Es cuando la madre asume los roles de crianza de los hijos desde la concepción o el
nacimiento de ellos sin ningún apoyo del padre.

Padres separados
Es cuando ambos padres siguen cumpliendo con su rol de padres, pero uno de ellos no
habita el mismo techo; incluso pueden vivir con otra pareja y tener otros hijos, pero sin
descuidar al concebido en esta relación.

Parejas del mismo sexo


Es cuando una pareja del mismo sexo adopta hijos o bien los hijos de uno de ellos viven en
el mismo techo, formando un hogar.

¿Por qué estudiar el concepto sociológico y jurídico de familia?

Como ya se ha hecho mención, existe una gran diversidad de conceptos sobre lo que es la
familia. Usted, en semestres previos, ya ha analizado que el concepto de familia puede
revisarse desde su acepción etimológica, sociológica, gramatical y jurídica. También ya ha
repasado las diversas definiciones que dan los doctrinarios al respecto.

En esta unidad nos centraremos en el concepto sociológico y, por razones obvias, jurídico de
la familia, debido a que el ser humano es un ente social y su convivencia dentro de una
sociedad se traduce en hechos, los cuales, una vez que se llevan a cabo, deben ser
regulados por el derecho; en ese sentido, la sociología, al estudiar el comportamiento de los
grupos sociales, da elementos al derecho para que pueda crear la regulaciones específicas
para esos hechos sociales.

Para efecto de nuestra asignatura estableceremos un criterio de familia, estructurado de la


siguiente manera:
Dadas las diferencias anteriores y muchas otras que existen, podemos establecer el criterio
de que el derecho familiar no es lo mismo que el derecho civil.

Siguiendo a Ferrara, y sin dejar de observar los principios, podemos observar otra
conceptualización de derecho familiar.

Definamos…
Derecho Familiar:

Complejo de normas jurídicas y principios que regulan las relaciones personales y


patrimoniales de las personas pertenecientes a la familia entre sí y respecto a los terceros.

Por lo anterior, será objeto de este derecho todo lo relativo a relaciones familiares,
alimentos, matrimonio, régimen económico-matrimonial, filiación, relaciones paterno-filiales
e instituciones tutelares.

El derecho familiar está comprendido en códigos civiles, en algunos estados en códigos


familiares, en tratados internacionales, en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; un poco más concreto que el artículo 1º de la misma, encontramos el artículo 4º
constitucional, que es fundamento de la familia
El autor nos dice...
Julian Bonnecase

Siguiendo el concepto de Bonnecase, el derecho de familia se encuentra como el conjunto de


reglas personales y patrimoniales destinadas a la regulación de la vida y la disolución de la
familia.

En cuanto al carácter de las normas del derecho familiar, es importante destacar que son
imperativas, irrenunciables (de manera que no se puede renunciar a los derechos y deberes
que imponen), intransmisibles, flexibles y tienen un acentuado carácter de función.

El artículo 1° de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos
El artículo 1º constitucional tiene gran relevancia para el derecho familiar en su contenido,
principalmente en cuanto a que consagra el goce de los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales, y de igual forma obliga a “las autoridades en
el ámbito de sus competencias a promover, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar
las violaciones a los derechos humanos y de igual forma prohíbe la discriminación” (CPEUM,
artículo 1º).

En ese contexto, encontramos que México tiene diversos tratados internacionales que
protegen a la familia, como la Convención sobre los derechos del niño, firmados y ratificados
en materia familiar; por tal razón, y en correlación directa con el artículo 1º constitucional,
cada que se lleve a cabo un proceso familiar se deberán observar las disposiciones
establecidas por el artículo en análisis, de lo contrario, y en caso de no hacerse así, se podrá
incluso hasta reponer el proceso a efecto de cumplir dichas disposiciones. Por tal razón no
podemos perder de vista el presente artículo y su cumplimiento dentro del derecho familiar,
así como los diversos tratados internacionales, en específico la convención anteriormente
citada.

Unidad 2

Naturaleza Jurídica y Autonomía del Derecho Familiar

ntroducción

En la presente unidad vamos a conocer el origen y la ubicación del derecho familiar,


atendiendo a las grandes divisiones doctrinarias de la ciencia del derecho en sus ramas
básicas, que son el derecho público, el derecho social y el derecho privado.
Analizaremos su relación con el derecho social y la posibilidad de establecer una cuarta
división por no encajar en ninguna de ellas (la materia de nuestro estudio), ya que a la fecha
no es clara la ubicación de ésta en ninguna de las señaladas, debido a sus características
especiales. Los autores que las analizan tienen su propia visión del problema y no existe un
criterio uniforme que pueda establecer el campo al que pertenece.

En ese mismo contexto estableceremos las diferencias y semejanzas del derecho familiar con
las demás ramas del derecho que en esta unidad se estudian. Observaremos la corriente de
pensamiento de diversos autores, para que, partiendo de diversas posturas, pueda lograr
una diferenciación clara y cierta sobre las ramas de derecho en estudio.

En esas líneas de pensamiento que se analizarán encontramos las de otros autores, como
Barroso y Güitrón, y la de Guillermo Cabanellas; dichos autores hacen mención de lo
siguiente:

Güitrón
Propone que una rama del derecho es autónoma cuando ha logrado crear su propio objeto de
estudio de forma ordenada y sistemática; su bibliografía, su cátedra, sus leyes,
procedimientos e instituciones, son diferentes a los de otras ramas del derecho. Solamente
se va a ocupar de aspectos, figuras e instituciones propios que no se analizan en otro ámbito
jurídico.

Barroso
En el artículo publicado en 1964 en la Revista de la Facultad de Derecho, por José Barroso
Figueroa, se señalaba la ubicación del derecho familiar dentro de la rama del derecho social,
criterio modificado por el mismo autor posteriormente, en razón de que éste tiende a la
protección de determinados grupos económicamente débiles, como lo hace el derecho laboral
o el agrario; en nuestro caso, la familia existe en todos los niveles socioeconómicos y en
todos los grupos humanos sin importar actividad o función a la que se dediquen.

Cabanellas
Por otra parte, siguiendo los criterios para establecer la autonomía de una ciencia jurídica
señalados por Guillermo Cabanellas en Derecho laboral, es necesario tener autonomía
legislativa, doctrinaria o científica, jurisdiccional y didáctica, que cubra ampliamente nuestra
ciencia en estudio, agregando los criterios institucional y procesal sostenidos por Barroso.

En esta unidad se abordarán, entre otros temas, las facultades y atribuciones de los jueces
de lo familiar. Es importante señalar que para usted, estudiante de derecho familiar, es de
suma trascendencia conocer las funciones anteriormente señaladas, ya que en la rama de
derecho en estudio concurren diversas autoridades sin invadir la esfera de competencias
jurídicas una de la otra; sin embargo, al tener concurrencia, tienen facultades sobre los
diversos aspectos jurídicos que rodean la materia familiar. Es por ello que usted debe tener
claras las facultades y atribuciones de las autoridades que intervienen y que se estudiarán a
fondo en unidades subsecuentes.

Fundamentos del derecho familiar

El fundamento para sostener este criterio es que el derecho familiar tiene su propio objeto de
estudio: la familia, misma que genera relaciones de supra y subordinación sin ser parte de
la estructura del Estado; estas relaciones están regidas por normas de orden público e
interés social, en donde se impone el ius imperium, limitando la autonomía de la voluntad,
ya que el Estado obliga al sujeto a cumplirlas, para lo que se requiere de la intervención de
un juez que modifique el estado de familia.

El derecho familiar no permite a los sujetos sometidos a su imperio la renuncia a sus


derechos familiares; no permite el arbitraje ni las modalidades del acto jurídico.
Determinadas instituciones de esta rama del derecho no admiten representación ni mandato,
además de que los derechos derivados del estado de familia
son irrenunciables, imprescriptibles, inembargables y no hay una libre disposición
privada. Se atiende a un interés superior representado por la familia.

Como fundamento de esta clasificación, también podemos decir que los fines superiores de la
familia no pueden dejarse al libre arbitrio de los particulares, sino que deben ser tutelados
por el Estado, y más que obligaciones que cumplir, se refiere a deberes que carecen de
derechos, al exigir sin permitir el abuso o ejercicio indebido de los derechos que pudieran
surgir, los cuales debemos conocer y dominar para entender el principio romano contenido
en el Digesto nemo civilista nemo jurista.

Existen principios generales inaplicables al derecho familiar, sostenidos por Ruggiero, como
el principio de representación, la voluntad para establecer modalidades de término y
condición a los actos jurídicos familiares, la irrenunciabilidad y no enajenación a los derechos
subjetivos familiares, y la intervención del Estado en las relaciones familiares, para
salvaguardar los intereses colectivos. Se regula la relación familiar y no la voluntad
particular; tampoco se aplica la prescripción.

Distinción de la naturaleza jurídica en cuanto a la autonomía,


respecto al derecho civil y privado
La autonomía se establece en relación con la independencia y la voluntad propia; en derecho
significa que la rama en estudio, al separarse de su fuente u origen, puede continuar con
vida propia sustentada en sus instituciones, procedimientos y figuras.

¡Importante!
En nuestra área de estudio es obligada la siguiente pregunta: ¿Cuándo puede considerarse
que un área de estudio es autónoma de la que la ha originado? La respuesta es: cuando
logra crear sus cátedras universitarias, su bibliografía, sus obras, sus tribunales, sus leyes y
procedimientos.

Como lo señalamos con anterioridad, casi todas las ramas del derecho han tenido su origen
en el derecho civil y se han desmembrado de él para establecerse de forma independiente.
Este es el caso del derecho laboral, cuya aportación es de Guillermo Cabanellas de Torre,
contenida en Los fundamentos del nuevo derecho (1945).

En el caso que se nos mencionó anteriormente, para lograr la autonomía doctrinaria debe
encontrarse su autonomía jurisdiccional, como tercer motivo, por su autonomía didáctica y
científica, y como cuarta y última causa, por la influencia que ha ejercido, modificando
conceptos en las restantes ramas del derecho (Güitrón, 1978: 90-93).

En conclusión, Cabanellas, de quien hemos tomado las bases para establecer la autonomía
del derecho familiar en relación con el derecho civil y privado, sostiene que la autonomía se
da cuando se satisfacen los criterios legislativo, científico, didáctico y jurisdiccional;
además, como ya lo señalamos con anterioridad, tanto el derecho civil como el privado
atienden a intereses completamente particulares e individuales en relaciones del mismo
plano, sin interferencia del Estado y con autonomía de la voluntad, a diferencia del derecho
familiar, que protege los intereses del grupo familiar en relaciones de coordinación y
subordinación, con pleno control estatal y sin autonomía de la voluntad.

Sumándose al esfuerzo para establecer la autonomía del derecho familiar, en 1964 José
Barroso Figueroa agregó dos criterios más: el institucional y el procesal, mediante una
publicación en la Revista de la Facultad de Derecho.

Facultades de los jueces de lo familiar


Como hemos venido analizando y nos hemos percatado, el derecho familiar tiene sus propias
particularidades; una de ellas son sus jueces, ya que a diferencia de cualquier otro juez, el
juez familiar tiene un alto grado de sensibilización.

Revise el caso
Tomando como ejemplo un caso real, en una audiencia de plática con el menor, la menor
que en ese momento tenía siete años de edad, se encontraba bajo la guarda y custodia de
su madre. En dicha audiencia el juez se percató de que la menor mostraba nerviosismo y
temor al momento de que se le cuestionaba en torno al trato que recibía por su madre. Al
cuestionarle por el trato que recibía por parte del padre, la menor mostraba rasgos de
bienestar en sus respuestas, sin que fueran evidentes los aspectos que se describen. Sin
embargo, el juez se alcanzó a percatar de ello, y en ese momento ordenó se cambiara la
guarda y custodia en favor del padre, y mandó a realizar periciales en psicología a la menor.

Este pequeño ejemplo nos sirve para hacer referencia al tipo de juez familiar.

¿Cómo pudo darse cuenta el juez familiar de lo que le ocurría a la menor?

El juez de lo familiar está capacitado para detectar aspectos en los menores, y en general en
cualquier miembro de la familia, que sean característicos de algún tipo de daño. Esa
capacitación la recibe al momento de volverse un perito en materia familiar y en general
durante toda su formación, como hoy en su caso. Es por ello que constantemente recibe
cursos de actualización, a efecto de tener los mejores elementos integrales de conocimiento,
para poder realizar sus funciones de una manera satisfactoria.

Es importante destacar que los jueces de lo familiar tienen dentro de sus facultades
realizar las acciones que crean convenientes para preservar la seguridad de los miembros de
la familia; es por ello que pueden decretar medidas provisionales cuando existe un proceso
familiar y allegarse de los medios de prueba que crean convenientes para poder tomar la
mejor resolución.

Los jueces en materia familiar tienen la obligación de suplir la deficiencia de la queja, es


decir, de corregir los errores que pudiera tener una demanda familiar.

Facultades del Ministerio Público en materia familiar

El Ministerio Público, al ser un ente que vela por el interés social y al considerarse los
problemas familiares de interés social, tiene intervención directa para preservar la seguridad
familiar; es por ello que en los casos que el juez familiar cree pertinentes, les da vista a
efecto de que manifieste lo que a su representación social compete, y asimismo en los casos
que así lo ameritan dictar medidas que resguarden la integridad de los miembros que
conforman la familia. Para el caso de que existan conductas dentro de la familia que
pudieran constituir un delito, se abre el área penal para que se lleven por esta vía.

Autoridades competentes en materia familiar


En los procesos familiares también intervienen diversas dependencias, como el DIF,
institución que en los casos que se requiere envía psicólogos o trabajadoras sociales para
que con base en sus conocimientos periciales en el área familiar, realicen los
pronunciamientos que crean convenientes, a efecto de dar a saber al juez de lo familiar la
situación que presentan los integrantes de la familia en relación con la problemática que los
llevó a un juzgado familiar.

La Secretaría de Salud Pública, en el ámbito de sus competencias, también interviene, a


efecto de pronunciarse en los casos que así lo ameritan sobre la salud integral de los
miembros de la familia.

Es importante señalar que en los procesos en materia familiar, las partes que intervienen
pueden ofrecer las pruebas periciales que crean convenientes; incluso si ninguna de las
partes las ofrecieron y el juez lo cree conveniente, las mandará a realizar; por ejemplo, la
prueba pericial en psicología, la prueba de estudio socioeconómico, la de ADN, entre otras, a
efecto de acreditar su dicho o alguna conducta de cualquier miembro de la familia que
considere daña al núcleo familiar, con el fin de tener el tratamiento pertinente, profesional y
adecuado.

Unidad 3

El Matrimonio

Introducción

Como ha estudiado, la familia es considerada como la célula básica de la sociedad, y el


matrimonio es su elemento esencial, entendiéndolo como un acto jurídico solemne celebrado
por dos personas que desean establecer una comunidad de vida y que cuentan con todas las
capacidades para hacerlo; es la forma idónea de iniciar una familia en donde reine el
respeto, la consideración y la ayuda mutua entre la pareja y los hijos, cuando éstos existen.

Esta manifestación de voluntad debe hacerse libremente en cuanto a la elección de la pareja


y en cuanto a la modalidad de matrimonio que la ley establece. El Estado se encarga de
vigilar que el matrimonio se celebre con todas las formalidades establecidas por la ley y sin
existir ningún impedimento para contraerlo, sancionando la violación de las disposiciones de
orden público con la nulidad del matrimonio y dejando abierta la vía penal para los delitos
cometidos por esta actividad, pero regulando sus efectos en relación con los propios
integrantes de la pareja, con los hijos y con los bienes que se hayan adquirido o se aporten
durante el matrimonio.

Para la regulación de esto último, es decir, el aspecto patrimonial, se puede mencionar que
existen las capitulaciones matrimoniales. Se pueden entender las capitulaciones como un
contrato accesorio que regula el patrimonio común, siguiendo los lineamientos fijados en
cada entidad federativa de nuestro país, por ser del fuero común su regulación. Las formas
de disolver el matrimonio son la muerte, la nulidad o divorcio.
En esta unidad vamos a estudiar las formalidades, los requisitos, deberes, derechos,
regímenes para contraer matrimonio, y analizaremos los impedimentos y sus consecuencias
al deshacer el vínculo matrimonial, así como las teorías más destacadas de la nulidad
matrimonial.

La razón por la cual es importante estudiar a fondo estos temas, es porque en el ejercicio
profesional usted será quien resuelva las problemáticas que se presenten en estas temáticas,
y si no tiene el conocimiento suficiente, puede ocasionar severos daños a las personas que
soliciten su apoyo profesional.

Naturaleza jurídica

Para analizar algunos elementos esenciales de la naturaleza jurídica del matrimonio,


revisemos el Código Familiar del Estado de Hidalgo, en el que se establece lo siguiente:

Nota Jurídica
“El matrimonio es una institución social y permanente, por la cual se establece la unión
jurídica de un solo hombre y una sola mujer, que con igualdad de derechos y obligaciones
originan el nacimiento y la estabilidad de una familia, así como la realización de una
comunidad de vida plena y responsable”, agregando que “[…] el matrimonio es un acto
jurídico solemne, contractual e institucional” (Cfr. CFEH, arts. 11-12).

Recordando lo estudiado en tu materia de sexto semestre de Derecho Familiar, encontramos


que estos tres aspectos señalados en el Código Familiar del Estado de Hidalgo son base
dentro del matrimonio y se pueden explicar de la siguiente forma:

I
Es un acto solemne porque, para su existencia, la voluntad de los pretendientes debe
manifestarse ante el oficial o juez del Registro del Estado Familiar o Civil, y constar su firma
o huella digital en el acta respectiva. Algunas corrientes de pensamiento pretenden
descalificar la solemnidad del matrimonio, argumentando que el único acto solemne es el
testamento. Sin embargo, esa corriente queda descalificada por las razones de que la
solemnidad la otorga la serie de pasos realizados ante el juez del Registro Civil al momento
de contraer matrimonio.

II
Es un contrato de sociedad civil porque hay consentimiento de los futuros esposos en
relación con un objeto: los bienes. En la actualidad encontramos algunas corrientes de
pensamiento, aunque en mínima proporción, que sostienen que el matrimonio no es un
contrato. Ideas que también se encuentran descalificadas, toda vez que el matrimonio sí es
un contrato que regula la vida en común de la pareja y los hijos, y los intereses que se
desprenden de ella.

III
Es una institución social derivada de la permanencia conyugal, para crear la familia. El
Estado establece el matrimonio como el medio reconocido por el derecho para fundar la
familia. El Estado protegerá la institución del matrimonio por ser el fundamento de la familia
y la conservación de la especie; es decir, el matrimonio esencialmente, aunque no
necesariamente, es el inicio de una familia. Por lo tanto, al ser la familia la base de toda
sociedad, el Estado la protege y le otorga garantías a efecto de procurar su buen desarrollo y
de esa forma por efecto tener una mejor sociedad.

Respecto a los anteriores aspectos de la naturaleza jurídica del matrimonio, es importante


señalar que el matrimonio puede ser considerado como un contrato; sin embargo, no lo
afectan las regulaciones en materia de contratos. El matrimonio es una institución jurídica
regulada por el derecho familiar.

Formalidades

Para contraer matrimonio, atendiendo a su naturaleza jurídica, es necesario cubrir todas las
formalidades señaladas por el Código Civil para el Distrito Federal (en el supuesto en que
se desee contraer en esta entidad), y que vamos a encontrar en los artículos del 97 y
subsecuentes, y son:

Presentar escrito-solicitud ante el juez del Registro Civil con los siguientes datos: nombre
completo de los pretendientes, edad, ocupación y domicilio de los mismos, así como de sus
padres.

Que no exista impedimento legal para casarse.


Que sea un matrimonio voluntario.
Firma y huella digital de los solicitantes.
Si se pretende celebrar el matrimonio fuera de las oficinas del registro civil, deberá
observarse lo dispuesto por el Reglamento del Registro Civil.

El artículo 98 del Código Civil para el Distrito Federal establece que el escrito-solicitud al que
se refiere el artículo 97 del mismo código, se deberá acompañar de algunos documentos.

Cubiertas las formalidades, de acuerdo con lo establecido por el mismo código, el matrimonio
se celebrará dentro de los ocho días siguientes en una ceremonia, en donde se leerá en voz
alta la solicitud y se les hará saber sus derechos y obligaciones al contraer matrimonio. Al
concluir la lectura, se les preguntará si es su voluntad unirse en matrimonio; si contestan
afirmativamente, los declararán unidos en nombre de la ley y de la sociedad, formulándose
el acta correspondiente.

Requisitos

Para contraer matrimonio, de acuerdo con lo establecido en el mismo código en los artículos
148 y subsecuentes, se requiere lo siguiente:

Tener más de dieciocho años y, en caso contrario, contar con la autorización de las
personas que ejerzan la patria potestad o la tutela.

Estar en pleno uso de sus facultades mentales.


No tener impedimentos para contraer matrimonio o, teniéndolos, acreditar haber obtenido
la dispensa correspondiente por tratarse de un impedimento que puede ser dispensado.

Manifestar bajo juramento de decir verdad, qué régimen matrimonial desean celebrar,
acompañando el convenio y la capitulación; en caso de no saberlo hacer, solicitarle al juez su
asesoría para formularlo.
En 2015, en el Distrito Federal fueron reformados los artículos 35, 134, 135, 138 y 138 bis.
Además de la modificación al artículo 24 del Código de Procedimientos Civiles, así como las
reformas realizadas al Reglamento del Registro Civil del Distrito Federal en sus artículos 2,
11, 13, 16, 39, 40 bis, 70, 70 bis, 96 y 105, que establecen nuevos requisitos para contraer
matrimonio, sin dejar de observar los ya señalados.

Con estas nuevas reformas, las parejas que pretendan unirse en matrimonio deberán
acreditar un curso prenupcial. Dicho curso lo “deberán tomar los contrayentes antes de la
celebración del matrimonio, el cual versa sobre temas como la prevención de la violencia
familiar, salud sexual y reproductiva, planificación familiar, el respeto a la equidad de
género, relaciones de pareja, fines del matrimonio, derechos y obligaciones de los cónyuges,
el régimen patrimonial en las capitulaciones matrimoniales, entre otros aspectos” (Gaceta
Oficial del Distrito Federal, art. 2, fr.
XIII http://www.consejeria.df.gob.mx/portal_old/uploads/gacetas/7bb8a79364dfde1302011f
559a62d207.pdf) conforme lo señala el artículo 2 en su fracción XIII del Reglamento del
Registro Civil para el Distrito Federal. Una vez acreditado el mencionado curso, el juez del
registro civil expedirá una constancia en términos de lo dispuesto por el artículo 2, fracción
XI del mismo reglamento. Si no se acredita dicho curso, no se podrá celebrar el matrimonio.

Otro nuevo requisito para contraer matrimonio en el Distrito Federal es no encontrarse


inscrito en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos del Distrito Federal, en el que se
inscribirá a las personas que hayan dejado de cumplir por más de 90 días, sus obligaciones
alimentarias, ordenadas por los jueces y tribunales o establecidas por convenio judicial
(Gaceta Oficial del Distrito
Federal, http://www.consejeria.df.gob.mx/portal_old/uploads/gacetas/7bb8a79364dfde1302
011f559a62d207.pdf).

El registro expedirá un certificado que informe si una persona se encuentra inscrito en el


Registro de Deudores Alimentarios Morosos, de ser así, será considerado como un deudor
alimentario, que no podrá unirse en matrimonio, en términos del artículo 70 del Reglamento
del Registro Civil para el Distrito Federal, hasta que regularice su situación y acredite que ha
dado cumplimiento a su obligación alimentaria correspondiente; no obstante que reúna los
demás requisitos para contraer matrimonio.

De igual forma se modifica la figura de los testigos matrimoniales. Sí los contrayentes


desean tener testigos, los pueden proponer y firmarán en documento distinto al acta de
matrimonio y sus nombres y firmas no aparecerán en el acta de matrimonio. En caso de que
nos contrayentes no tengan testigos, el juez del registro civil no podrá exigir la presencia de
éstos y su ausencia no afectará de ningún modo la celebración del matrimonio, lo anterior en
términos del artículo 70 bis del reglamento en análisis. (Gaceta Oficial del Distrito
Federal, http://www.consejeria.df.gob.mx/portal_old/uploads/gacetas/7bb8a79364dfde1302
011f559a62d207.pdf).
Para determinar los fines del matrimonio, debemos analizar nuestro fin u objetivo como
personas; por lo tanto, es claro que para toda persona, la finalidad más importante sea el
conocimiento de sí mismo y, como consecuencia necesaria, la tolerancia hacia los demás.

A partir de la concepción que se tenga de uno mismo y lo que se busca en una pareja,
podemos pensar ya en la posibilidad de formar una familia propia.

Para tener una familia propia debemos aprender y comprender que antes nos debemos a
nuestra familia de sangre y después a la familia de nuestra pareja, para así poder formar
una tercera que sea el vértice de unión de las tres familias, y éstas en conjunto empiecen a
formar una sociedad de familias sanas que generen una sociedad fuerte y sólida.

Por este motivo, la naturaleza, como lo señala la teoría de apego de Bowlby, provee de un
afecto paterno y materno que produce un ambiente adecuado a la correcta educación de la
prole, generando un sano desarrollo físico y psicológico, que siempre es más fácil para los
padres que para los extraños, por mucho interés que éstos pongan en formar a los menores.

Como consecuencia de la afirmación anterior, podemos señalar que los fines primarios del
matrimonio son: la relación que vincula a nuestra existencia física con la de nuestros
semejantes y con el querer social; este querer social es la tendencia a una espiritualidad
universal, a través de la educación de los hijos, teniendo como fines secundarios: la ayuda
mutua y la satisfacción de los afectos y las necesidades de los cónyuges (Cfr. Orta, 2009: 1-
7).

Una vez contraído el matrimonio, su efecto directo es el vínculo, que se forma entre los
cónyuges, cuyo contenido son derechos y deberes para ambos, iguales y recíprocos. Estos
deberes y derechos que nacen del matrimonio los podemos sintetizar en tres grandes
aspectos, que son los siguientes:

La razón de los dos primeros deberes es el carácter monogámico del matrimonio y la


comunidad de vida, establecidos en nuestra legislación, que de forma libre adquirieron los
cónyuges al contraer matrimonio, siendo responsables de sus propias decisiones.

Por su parte, el deber de asistencia es una consecuencia lógica de la ayuda mutua y del
proyecto de vida que los cónyuges se propusieron al contraer matrimonio, y comprende una
ayuda espiritual que es la plena comunión que debe existir entre ellos, tal como darse
consejos, prestarse auxilio de todo tipo y apoyarse en todos aspectos en la riqueza infinita
que presenta la vida cotidiana, así como abstenerse y tratar de evitar todo aquello que
trastorne la persona del otro cónyuge.

También comprende la ayuda material desde el punto de vista de proporcionar los


satisfactores y bienes que hagan posible la vida en común en el hogar conyugal y la
educación de los hijos; todo esto implica necesariamente la obligación de ambos cónyuges
de contribuir económicamente al sostenimiento del hogar de forma proporcional y a
socorrerse mutuamente, de acuerdo con lo establecido en el artículo 162, del Código Civil
para el Distrito Federal.

En conclusión, las obligaciones y deberes derivados del matrimonio son la convivencia, la


asistencia y el débito conyugal, que generan a su vez las obligaciones de los cónyuges
para con los hijos, que están fundadas en la propia naturaleza, que sabiamente puso en el
corazón de los padres un amor infinito hacia sus hijos, el cual les hace procurar en todo y
para todo su felicidad, defenderlos de todos los peligros y enseñarles todas aquellas virtudes
que pueden conducirlos al bienestar privado y al respeto personal.

Regímenes matrimoniales
El matrimonio también genera obligaciones económicas o con respecto de los bienes, siendo
un requisito para contraerlo elegir expresamente por parte de los consortes el régimen
de sociedad conyugal o el de separación de bienes, como ya se ha mencionado y que a
continuación profundizaremos más. La elección de régimen es libre pero necesaria, y se lleva
a cabo al celebrar un contrato especial llamado capitulaciones matrimoniales, estipulado en
el artículo 179 del Código Civil para el Distrito Federal.

La Ley establece�
Artículo 179. Las capitulaciones matrimoniales son pactos que los otorgantes celebran para
construir el régimen patrimonial de su matrimonio y reglamentar la administración de los
bienes, la cual deberá recaer en ambos cónyuges, salvo pacto en contrario (Cfr. CCDF, art.
179).

Los contrayentes no pueden dejar de presentar el convenio sobre los bienes “ni aun a
pretexto de que los pretendientes carezcan de bienes, pues en tal caso versará sobre los que
adquieran durante el matrimonio” (CCDF, art. 98). De igual manera, dentro del código que
hemos venido mencionando, también se establece la obligación de hacer constar en el acta
de matrimonio “la manifestación de los cónyuges de que contraen matrimonio bajo el
régimen de sociedad conyugal o de separación de bienes” (CCDF, art. 84, fr. VII), como lo
establece el código.

�Importante!
Las capitulaciones pueden otorgarse antes de la celebración del matrimonio o durante él,
ante el juez de lo familiar; asimismo, pueden modificarse durante el tiempo que dure el
matrimonio.
Cabe señalar que en caso de omisión en la elección del régimen matrimonial, no existe
supletoriedad contemplada en nuestro código, conservando ambos contrayentes la propiedad
de sus respectivos bienes, y siendo esta omisión una causa de nulidad del matrimonio, como
lo establecen los artículos 147 y 235, fracción III. Es decir, los contrayentes necesariamente
deben elegir un régimen para contraer matrimonio.

Uno de los regímenes establecidos por nuestra legislación actual, como ya lo vimos, es
la sociedad conyugal, que es el formado por una comunidad de bienes aportados por los
consortes y por los frutos y productos de estos bienes. Los bienes adquiridos durante el
matrimonio formarán parte de la sociedad conyugal, salvo pacto en contrario.

Las capitulaciones que las constituyan deben contener un inventario detallado del activo y el
pasivo de cada consorte, y la parte de ese activo y de ese pasivo que integrará la sociedad;
el nombramiento del administrador, expresando con claridad las facultades que se le
conceden y las bases para liquidar la sociedad.

En este contrato también se debe señalar quién administrará la sociedad y precisar sus
facultades, declarando expresamente si la herencia, el legado, la donación o el don de la
fortuna forman parte de la comunidad; en caso contrario, se entenderán como propios del
adquirente.

¡Importante!
Como señala el código, “serán privativos los siguientes bienes:

a. Los adquiridos con anterioridad a la celebración del matrimonio, con el producto de


éstos o los formalizados con posterioridad.
b. Los adquiridos después de celebrado el matrimonio por donación, herencia, legado o
don de la fortuna.
c. Los bienes de uso personal y los necesarios para el desempeño de su trabajo” (Cfr.
Orta, 2009: 3-4).

“El dominio de los bienes comunes reside en ambos cónyuges mientras subsista la sociedad.
La administración quedará a cargo de quien los cónyuges hubiesen designado en las
capitulaciones matrimoniales, estipulación que podrá ser libremente modificada, sin
necesidad de expresión de causa; en caso de desacuerdo, el juez de lo familiar resolverá lo
conducente, señala el artículo 194” (Cfr. Orta, 2009: 3-4), del Código Civil para el Distrito
Federal.

Actualmente, el 194 bis del Código Civil para el Distrito Federal establece que perderá su
derecho a la parte que le corresponde de la sociedad conyugal, el cónyuge que haya
malversado, ocultado, dispuesto o administrado con dolo, culpa o negligencia; en caso de
perder los bienes, deberá resarcir al otro cónyuge de lo que le correspondía y pagarle los
daños y perjuicios que le ocasione.

La sociedad conyugal se suspende por la sentencia que declare la ausencia de alguno de los
consortes o por el abandono injustificado por más de seis meses del domicilio conyugal, para
el que llevó a cabo el abandono y sólo en los efectos que lo favorezcan; en este caso, no
podrán comenzar de nuevo sino por convenio expreso.

En cuanto a la separación de bienes, como nos lo señala el código en comento, se puede


dar en virtud de capitulaciones anteriores al matrimonio, o durante éste, por convenio de los
consortes, o bien, por sentencia judicial. La separación puede comprender no sólo los bienes
de que sean dueños los consortes al celebrar el matrimonio, sino también los que adquieran
después.
La separación de bienes puede ser absoluta o parcial. En el segundo caso, los bienes que no
estén comprendidos en las capitulaciones de separación, serán objeto de la sociedad
conyugal que deben constituir los esposos.

Durante el matrimonio, la separación de bienes puede terminar o ser modificada, si así lo


convienen los cónyuges. En todo caso, tratándose de menores de edad, deben intervenir,
prestando su consentimiento, las personas a que se refiere el artículo 148 del Código Civil
para el Distrito Federal.

No es necesario que consten en escritura pública las capitulaciones en que se pacte la


separación de bienes, antes de la celebración del matrimonio. Si se pacta durante el
matrimonio, se observarán las formalidades exigidas para la trasmisión de los bienes de que
se trate.

Las capitulaciones que establezcan separación de bienes, siempre contendrán un inventario


de los bienes de que sea dueño cada esposo al celebrarse el matrimonio, y nota especificada
de las deudas que al casarse tenga cada consorte.

En el régimen de separación de bienes, los cónyuges conservarán la propiedad y


administración de los bienes que respectivamente les pertenecen y, por consiguiente, todos
los frutos y accesiones de dichos bienes no serán comunes, sino del dominio exclusivo del
dueño de ellos. Los bienes referidos anteriormente deberán ser empleados
preponderantemente para la satisfacción de los alimentos de su cónyuge y de sus hijos, si
los hubiere; en caso de que se les deje de proporcionar injustificadamente, éstos podrán
recurrir al juez de lo familiar, a efecto de que les autorice la venta, gravamen o renta, para
satisfacer sus necesidades alimentarias.

Cuando se está dispuesto a crecer con su pareja y a tener una igualdad real en los derechos
y obligaciones derivados del matrimonio, no existe ningún problema, pero desgraciadamente
en muchos casos la realidad es otra.

¡Importante!
En las reformas de 2015, al Reglamento del Registro Civil del Distrito Federal encontramos
que dicho ordenamiento establece un nuevo régimen: el mixto, al señalar en su artículo 2
fracción III que:

“Capitulaciones matrimoniales: el pacto económico que los otorgantes celebran para


constituir el régimen patrimonial de su matrimonio y reglamentar la administración de los
bienes. Pudiendo establecerse bajo un régimen absoluto de sociedad conyugal o de
separación de bienes, o un régimen parcial mixto…” (RRCDF, art. 2, fr. III, reformada:
21/01/2015).

Nombre de la mujer casada


Aun cuando nuestra legislación federal y algunas locales no lo regulan, el estado de
Zacatecas, el estado de Morelos e Hidalgo sí prevén el nombre de la mujer casada con
diferentes criterios. El uso del nombre de la mujer casada en nuestro país sigue reglas
consuetudinarias, ya que no se encuentra reglamentado de forma coherente, y la única
limitación la tenemos en la regulación de las actas de nacimiento: “El acta de nacimiento
contendrá […] el nombre o los nombres propios y los apellidos paterno y materno que le
correspondan” (CCDF, art. 58), aunque en el Distrito Federal, en una reforma reciente,
los apellidos de los recién nacidos podrán registrarse en orden indistinto, si así lo acuerdan
los padres o tutores al momento de acudir al Registro Civil. Como podemos observar, no
existe limitación alguna para la designación del nombre, dejándose a la libre elección de los
padres; sin embargo, la costumbre, que con el tiempo se convierte en obligación, ha fijado
como regla que la mujer casada agregue a su apellido el de su marido, agregando la
partícula “de”, como un mero convencionalismo social para publicar que se es casada.

En caso de divorcio o nulidad, la mujer reasume su apellido de soltera como consecuencia


del cambio de estado familiar, a diferencia de la viuda, que sigue usando el apellido del
difunto como símbolo de su viudez, sin que exista obligación alguna para cumplir con esta
costumbre.

Nota Jurídica
El artículo 704 del Código Familiar del Estado de Zacatecas establece que “al celebrase el
matrimonio, la mujer elegirá el nombre que como casada usará” (CFEZ, art. 704), pudiendo
conservar el propio o agregando el de su cónyuge. Si no hace manifestación al respecto, se
entiende que conserva el propio, y si elige agregar el de su esposo, deberá usarlo y sólo
puede modificarlo por disolución del vínculo matrimonial, que la obliga nuevamente a usar el
nombre de soltera.

En nuestro país, el Código Civil no ha reglamentado para la mujer el uso del apellido del
marido, ni antes de contraer matrimonio, ni durante el matrimonio, ni después de disuelto
éste, ya que ella no es una pertenencia de él, a diferencia del Código Civil francés, en cuyo
artículo 229 se establece el deber de cada uno de los divorciados de tomar su nombre de
familia original; en el caso de la mujer, ésta deberá omitir el uso del apellido de su esposo
como cuando era casada, mismo criterio sostenido por el Código suizo.

A diferencia de esta situación, en Alemania la mujer divorciada puede conservar el apellido


del ex esposo, a menos que sea cónyuge culpable, es decir, que incurriera en una acción que
atentara contra el matrimonio y el marido se oponga a este uso.

Teoría de las nulidades del matrimonio

Unidad 4

El Divorcio y sus Efectos


Introducción

En la presente unidad analizaremos la figura del divorcio y los aspectos jurídicos que de ella
se desprenden; cabe señalar que en los últimos tiempos esta figura jurídica ha sido sujeta a
diversos cambios, mismos que pretenden responder a las necesidades de la sociedad. Como
podremos ver, el divorcio en el Distrito Federal ha sufrido diversos cambios, al punto que se
ha eliminado el concepto de divorcio voluntario y necesario. Históricamente, la figura del
divorcio no era muy aceptada por las sociedades, en especial la sociedad mexicana; sin
embargo, en la actualidad es una figura muy recurrida y cada vez más personas hacen uso
de ella para disolver su vínculo matrimonial.

Esta disolución del vínculo matrimonial no siempre ha existido. Originalmente lo único que
teníamos era la separación de cuerpos y se carecía de fundamento para romper
jurídicamente la relación. Cuando se incorpora la Ley del Divorcio Vincular en el año de
1914, se producen consecuencias en relación con el estado civil de la pareja, la situación de
los bienes y el estatus de los hijos habidos dentro del matrimonio.

Es importante saber hasta qué punto pueden ser controlables esos efectos, para evitar los
grandes conflictos que se generan, en principio, en el estado de ánimo de las personas, en
sus sentimientos, en su forma de vida, en su estabilidad emocional y psicológica, en su
situación económica y en general en su entorno. Se dice que los grandes perdedores son los
hijos, quienes se verán envueltos en la vorágine de la guarda y custodia, del régimen de
visitas y convivencias, de la incertidumbre del pago de los alimentos, de la modificación de
su estado familiar; sin embargo, también los cónyuges sufren afectaciones en su estado
integral.

En la actualidad encontramos dentro de la legislación mexicana que esta materia pertenece


al ámbito del fuero común o local, el divorcio administrativo, tramitado ante el juez del
registro civil, y el divorcio judicial, ante un juez de lo familiar, que anteriormente podía ser
voluntario o necesario, y con las reformas de octubre de 2008 en el Distrito Federal se
transformó a incausado o unilateral. Sus requisitos y consecuencias serán abordados en el
desarrollo de la presente unidad, así como su regulación jurídica y la aplicación de los
principios generales de derecho, a efecto de preservar la integridad de los miembros de la
familia.

Debe ser consciente que usted va a tener en sus manos la responsabilidad de conducir los
juicios de divorcio, en los cuales se vea involucrado; es por ello que debe contar con la mejor
preparación que nuestra alma mater pone a su disposición y que deberá aprovechar al
máximo, a fin de que con su ejercicio profesional pueda ayudar a quien lo requiera y realizar
un trabajo profesional que permita a los involucrados acceder a una mejor calidad de vida.

Los efectos respecto a los hijos

En la actualidad se han creado diversas normatividades que pretenden proteger a los


menores; sin embargo, aún no son suficientes para poder garantizarles un sano desarrollo.

La Ley establece…
“Los integrantes de la familia tienen derecho a desarrollarse en un ambiente de respeto a su
integridad física, psicoemocional, económica y sexual y tienen la obligación de evitar
conductas que generen violencia familiar. A tal efecto, contarán con la asistencia y
protección de las instituciones públicas, de acuerdo a las leyes para combatir y prevenir
conductas de violencia familiar” (CCDF, 323).

Sin embargo, encontramos que en un alto porcentaje de los casos, los hijos que se ven
involucrados en un proceso de divorcio se ven afectados por sus propios padres. Al momento
de que se separan los cónyuges comienza entre ellos en la gran mayoría de los casos la
lucha por la guarda y custodia y el régimen de visitas, así como la cantidad de dinero que
tendrá que entregar el cónyuge que le corresponda por concepto de alimentos. De igual
modo, cuando se da un divorcio por lo regular su origen se encuentra en el desacuerdo
ideológico de los cónyuges. Es así como encontramos en un alto porcentaje que cada padre
quiere imponerle su manera de pensar a los hijos, y al ser éstas distintas, provoca una
enorme inestabilidad en ellos. Cabe señalar que no es en todos los casos, sin embargo,
desafortunadamente sí es en un muy alto porcentaje.

Una de las finalidades del matrimonio es la de educar a los hijos. Los cónyuges tienen la
obligación de hacerlo. Los niños tienen el derecho de ser educados por sus padres, no sólo a
ser alimentados y cubrir sus necesidades materiales, sino también afectivas y que los padres
procuren el ambiente necesario para que los hijos puedan desarrollar sus potencias sociales,
culturales y afectivas que el ser humano posee de manera natural. En consecuencia, el
divorcio siempre tiene graves repercusiones psicológicas en los hijos, cuyo derecho de crecer
sanos y felices en muchas ocasiones es violentado, involucrándolos en una contienda judicial
que, aunado a todo lo que les rodea, cuando se da un divorcio tiene como consecuencia que
se vuelvan inseguros, retraídos, temerosos. Es por ello que alternativamente que se lleva un
juicio de divorcio, debe existir un proceso terapéutico para que los involucrados puedan ser
atendidos psicológicamente de los daños que pudieran resentir.

En el mismo contexto encontramos que en términos del artículo 282 del Código Civil para el
Distrito Federal, durante el divorcio, los hijos quedan bajo la custodia de la persona que sus
padres hayan acordado o de quien señale el juez familiar. Los menores de 12 años quedarán
al cuidado de la madre, salvo peligro grave.

El aspecto de sensibilidad que hemos venido mencionado y la aplicación del interés superior
del menor establecido en el artículo 416 del Código Civil para el Distrito Federal en su
párrafo segundo y 416 ter, es un factor relevante, pues encontramos que el requisito
referente a que los menores de 12 años quedarán al cuidado de la madre, puede ser
revocado cuando el juez familiar detecte alguna conducta que tal vez no pueda ser
considerada como peligro grave, pero sí puede afectar al menor. Como ejemplo abordemos
el siguiente caso real.

Desde la práctica…
En una audiencia de plática con el menor, la menor se encontraba bajo la guarda y custodia
de la madre. La menor contaba con siete años de edad cumplidos. El padre solicitaba la
guarda y custodia de la menor argumentando que sufría maltratos de la madre. El juez de lo
familiar de inicio, fundado en el requisito de edad, la negó y de manera provisional le otorgó
la guarda y custodia a la madre. En el desarrollo de la audiencia, el juez, el representante del
Ministerio Público y el representante del DIF, platicaron con la menor y ella manifestó que su
mamá le hablaba con groserías y su papá no. Cuando los dos padres y la menor estuvieron
frente al juez y a los representantes del DIF y MP, la menor de nueva cuenta manifestó que
su madre le hablaba con groserías y su padre no; la madre respondió: “No seas chismosa”.
Esa manifestación de la madre bastó para que en ese momento se le otorgara la guarda y
custodia al padre.

En este caso observamos que no necesariamente existía un peligro grave, sin embargo, sí
detectaron los representantes de las instituciones que intervenían, un posible riesgo de sufrir
algún daño si dejaban a la menor bajo la guarda y custodia de la madre. En este tipo de
casos, el requisito de edad y del peligro grave se hace a un lado para dar paso al interés
superior del menor y su derecho a vivir con el padre, que le proporcionará mejores cuidados.
Respecto al derecho de visitas o convivencia, encontramos que el Código Civil para el
Distrito Federal señala lo siguiente:

La ley establece…
“[…] los hijos que estén bajo la patria potestad de sus progenitores tienen el derecho de
convivir con ambos, aun cuando no vivan bajo el mismo techo” (CCDF, 416 BIS).

“[…] no podrá impedirse sin justa causa la convivencia entre los menores y sus ascendientes
[…]” (CCDF, 416 BIS).

En relación con lo anterior, el padre que no tiene la guarda y custodia tiene derecho a visitar
al menor en el domicilio donde es ejercida la guarda y custodia, mantener comunicación con
él por teléfono o cualquier medio electrónico, hacerle regalos, pasar la parte del periodo
vacacional con sus hijos; puede llevárselos con él determinados días y devolverlos al
domicilio donde se ejerce la guarda y custodia, siempre y cuando cumpla con sus
obligaciones, principalmente con la de dar alimentos y preservar un ambiente sano para el
desarrollo del menor. Cuando no hay convenio entre los padres, queda a criterio del juez la
resolución del régimen de visitas, mismo que se auxiliará de todos los elementos que sean
necesarios para poder resolver la controversia. Es importante resaltar que en todo momento
se deben observar las disposiciones consagradas en el artículo 416 Ter del Código Civil para
el Distrito Federal.

Eliminación del concepto de culpa en el divorcio


En las reformas al Código Civil para el Distrito Federal podemos encontrar una perfecta
adecuación al tema que nos ocupa. Independientemente de la causa, motivo o razón de la
falta de armonía dentro del matrimonio para continuar en comunidad de vida, cualquiera de
los cónyuges puede solicitar la disolución del vínculo matrimonial sin necesidad de acreditar
culpa alguna de su contraparte, sino únicamente manifestando su libre voluntad de dar por
terminada la relación matrimonial. El artículo 266 del Código Civil para el Distrito Federal
dice que no es necesario establecer una causa para la terminación del matrimonio, basta con
que se manifieste la voluntad de que ya no se quiera continuar con el mismo.

Esta situación la podemos ejemplificar de mejor manera con el siguiente caso real:

Desde la práctica…
La cónyuge demandó el divorcio al cónyuge; en la celebración de la audiencia, el cónyuge
alegaba que la cónyuge había cometido adulterio, pues cuando él se había ido a trabajar a
Estados Unidos, la cónyuge había tenido una relación afectiva con otra persona, misma de la
cual se encontraba embarazada en ese momento. No obstante que se notaba el embarazo de
la cónyuge, la autoridad respondió que no se podía sancionar de ninguna forma a la cónyuge
por lo alegado por el cónyuge y el divorcio se llevó a cabo aún y en contra del cónyuge que
se negaba a darlo.

Con este sencillo ejemplo práctico de la vida real observamos que el viejo pensamiento de
que uno de los cónyuges era culpable del divorcio ha quedado en desuso en el Distrito
Federal y algunos estados; aunque no olvidemos que el Código Civil Federal aún lo
contempla.
Alimentos y el estado familiar

Alimentos

Los alimentos es otra figura específica del derecho familiar consagrada en el Código Civil
para el Distrito Federal en el titulo sexto, capítulo II, en sus artículos 301 y subsecuentes.
Sus principales fuentes generadoras son la filiación, el parentesco, el matrimonio, el
concubinato, la adopción y el divorcio, que determinan los sujetos que deben darlos y
quiénes tienen el derecho a recibirlos.

Está obligado y tiene el deber de proporcionarlos el padre, la madre, los cónyuges, los
concubinos, los parientes consanguíneos en línea recta sin limitación de grado, los parientes
colaterales hasta el cuarto grado, el adoptante y el adoptado. Quien los da, a su vez tiene el
derecho de recibirlos. Es decir, cuando los hijos son adultos independientes y en pleno goce
y ejercicio de sus derechos, pueden ser requeridos por los padres a efecto de que les
proporcionen alimentos cuando éstos lo necesiten.

Los alimentos comprenden todo lo necesario para el desarrollo armónico del ser humano:
comida, vestido, habitación, atención médica y hospitalaria, gastos de embarazo y parto,
educación, gastos de rehabilitación y desarrollo de discapacitados y atención geriátrica a los
ancianos.

Los menores de edad, los discapacitados, los


afectados de sus facultades mentales y la
cónyuge que se dedica a las labores del
hogar, tienen a su favor la presunción de
necesitarlos; en consecuencia, no hay
necesidad de que acrediten su requerimiento;
lo anterior lo establece el Código Civil para el
Distrito Federal en el titulo sexto, capítulo
segundo, en relación directa con el artículo
288 del mismo código. Se fijan en porcentaje
y proporción a los ingresos del deudor cuando
se pueden determinar; en caso contrario, se
determinarán con base en el nivel
socioeconómico que hayan tenido los
acreedores alimentarios durante los dos
últimos años anteriores al incumplimiento.

Pueden demandar el cumplimiento, ejercitando la acción correspondiente mediante una


controversia de orden familiar, el propio acreedor o sus representantes, los hermanos, las
personas que tengan bajo su custodia al acreedor, el Ministerio Público o cualquier persona
que tenga conocimiento del incumplimiento. Puede solicitar y asegurar su pago mediante
hipoteca, prenda, fianza, depósito o cualquier otra forma a juicio del juez. Puede
suspenderse o cesar la obligación alimentaria por dejar de necesitarlos el acreedor o cuando
hay violencia o injurias graves del acreedor mayor de edad en contra del deudor, o bien,
cuando hay conductas viciosas, falta de aplicación al estudio o abandono del hogar paterno.
Los alimentos se pueden exigir por la vía familiar o penal y aquellos que oculten información
para su pago serán deudores solidarios. Los alimentos pueden fijarse como deber o como
castigo; en este último caso no importan las posibilidades o necesidades de las partes y
proceden en los casos de divorcio necesario en contra del cónyuge culpable a favor del
inocente y solamente cesarán por matrimonio del acreedor o unión libre o concubinato. En el
Distrito Federal pueden solicitarse por comparecencia en los juzgados de lo familiar.

El estado familiar

Estado civil o familiar es la relación o situación existente entre la persona y su grupo familiar
respecto del matrimonio o el parentesco; su origen es el vínculo matrimonial o el parentesco,
ya sea por consanguinidad, afinidad o civil, que son los únicos reconocidos por la Ley en
términos de lo dispuesto por el artículo 292 del Código Civil para el Distrito Federal. El estado
familiar, por la naturaleza de sus relaciones, derechos y deberes, se identifica con el estado
civil y se relaciona directamente con la situación de las personas respecto del matrimonio. En
consecuencia, el estado familiar o civil se concreta a la situación jurídica que tiene el
individuo frente al matrimonio y el parentesco, originando derechos, obligaciones y
prohibiciones. Podemos hablar del estado civil de soltero o casado: dentro del primero se
ubica a la persona divorciada o viuda.

Regulación jurídica del nombre de la mujer soltera, viuda y


divorciada
El nombre de las personas es un atributo de la personalidad que se integra por el vocablo o
conjunto de vocablos que individualizan e identifican a la persona; es inalienable,
imprescriptible e inmutable; es decir, no admite comercialización ni se pierde por el uso o
desuso; sólo se puede modificar en los casos que la Ley regule, como en el Distrito Federal
los juicios de cambio de nombre transgénero.

Nota Jurídica
El nombre de una persona se integra de nombre propio o de pila y los apellidos del padre y
de la madre, aun cuando se ha legislado para no respetar este orden y utilizar los apellidos
en el orden que le acomode o le guste a la persona. El uso del nombre en nuestro país sigue
reglas consuetudinarias, ya que no se encuentra reglamentado de forma coherente; la única
limitación la tenemos en la regulación de las actas de nacimiento en el artículo 58 del Código
Civil para el Distrito Federal, que establece: “El acta de nacimiento contendrá el nombre o los
nombres propios y los apellidos paterno y materno que le correspondan” (CCDF, art. 58).

En la actualidad comienza a caer en desuso el hecho de que la esposa agregaba como un


acto de costumbre el apellido de su marido; es decir, se agregaba el “De…”. Actualmente se
deja de estilar esa práctica.

¿Sabía que?...
En nuestro país, el Código Civil no ha reglamentado para la mujer el uso del apellido del
marido, ni antes de contraer matrimonio, durante el matrimonio ni después de disuelto éste,
ya que ella no es una pertenencia de él, a diferencia del Código Civil francés, cuyo artículo
229 establece el deber de cada uno de los divorciados de tomar su nombre de familia
original; en el caso de la mujer, ella deberá omitir el uso del apellido de su esposo como
cuando era casada, criterio sostenido por el Código suizo. Por otra parte, en Alemania la
mujer divorciada puede conservar el apellido del ex esposo, a menos que sea cónyuge
culpable y el marido se oponga a este uso.

Aspectos generales del proceso familiar


En el Distrito Federal encontramos que el procedimiento familiar es considerado un juicio
especial; es decir, que se tramita de forma distinta a un juicio ordinario civil. El juicio familiar
es sumario, ya que se busca dar celeridad por la importancia que tiene el resguardo del
interés jurídico tutelado de la familia.

Es por ello que en términos de ley ya no es considerada como tal una demanda de divorcio,
al desaparecer las causales y al señalar la Ley que basta con la manifestación de la voluntad
de una sola de las partes para no querer seguir con el matrimonio, para que el divorcio se
dé; se considera una solicitud.

De dicha solicitud de divorcio se desprenden otras figuras como la de alimentos, guarda y


custodia, liquidación de sociedad conyugal, etc.

En el artículo 940 y subsecuentes del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito


Federal encontramos las regulaciones en lo referente al proceso familiar.

En términos generales se presenta la solicitud de divorcio a la cual se le anexa la


propuesta de convenio de la parte que solicita el divorcio, cumpliendo los requisitos que
establece el artículo 267 del CCDF, y una vez que se le notifica a la contraparte, tendrá
que realizar su contestación a la solicitud de divorcio, y en caso de no estar de acuerdo,
deberá presentar su contrapropuesta de convenio; si no se llegarán ambos cónyuges a poner
de acuerdo en el convenio, se iniciarán nuevos procesos para la resolución de las cuestiones
inherentes a la familia en las que exista controversia y el juez familiar resolverá cada una de
ellas vía incidental.

Anteriormente de las reformas, las sentencias resolvían sobre todo lo presentado; ahora el
proceso es distinto, y con la entrada de los juicios orales continúa cambiando; es por ello que
usted debe estar atento a las constantes reformas que día a día sufren nuestras legislaciones
en materia familiar.

Unidad 5

El Concubinato y sus Figuras Afines

Introducción

Dentro de las instituciones de derecho familiar existen actos jurídicos solemnes y situaciones
de hecho que, dada su importancia en el desarrollo de la familia, generan consecuencias de
derecho. Tal es el caso del concubinato y sus figuras afines, también llamadas uniones de
hecho o unión libre.

En esta unidad se pretende que conozca y analice los efectos y consecuencias jurídicas de las
diversas formas de iniciar una familia, también que estudie su naturaleza jurídica y el criterio
de la doctrina respecto de estas uniones que para muchos resultan confusas.

De igual forma estudiaremos la manera en la que se resuelven las controversias que surjan
entre las relaciones ya mencionadas y las legislaciones que les son aplicables.
El matrimonio era esencial e históricamente la vía bien vista por las sociedades para hacer
vida en común. Cuando dos personas iniciaban una vida en común sin haber celebrado
matrimonio, existía cierta desaprobación de la sociedad por no haberlo formalizado. En la
actualidad, y toda vez que las ideas sociales, así como las legislaciones, han sido
modificadas, la unión de dos personas, con el fin de realizar vida en común sin que hayan
celebrado matrimonio para ello, ya no es del todo mal vista. El derecho ha creado
disposiciones específicas para regular las uniones de concubinato, otorgando garantías a
quienes se encuentran realizando vida en común bajo esta modalidad.

El concubinato ya cuenta con reconocimiento jurídico que permite a quienes se hayan unido
en esta vía exigir derechos, y los sujeta al cumplimiento de sus obligaciones.

Es importante que estudie esta figura jurídica a fondo, toda vez que cada día surgen más
controversias de parejas que se han unido bajo esta figura, mismas controversias que
conocerá y será el encargado de dar un diagnóstico jurídico. A la par que constantemente se
modifica la Ley y surgen nuevas modalidades de regulación, es de suma relevancia que se
mantenga actualizado y adquiera conocimientos sustentables que serán los que le hagan
salir adelante de las situaciones jurídicas complejas que se le presenten en su ejercicio
profesional.

Naturaleza jurídica del concubinato y figuras afines, sus


efectos y consecuencias
La palabra concubinato deriva del latín con y cubito, que significa ‘acostarse con’. Los
romanos llamaban concubinatus a las relaciones de pareja más duraderas, pero que no se
encontraban unidas en matrimonio. Este lapso de temporalidad era lo que las distinguía de
las relaciones pasajeras consideradas para ellos como ilícitas (cfr. Petit, 1977: 110).

En la actualidad el concubinato es una unión que produce efectos jurídicos; como todos los
derechos y las obligaciones inherentes a la familia, principalmente generar entre los
concubinos derechos alimentarios y sucesorios, independientemente de los demás
derechos y obligaciones reconocidos en otras leyes, tales como la del Instituto Mexicano del
Seguro Social en sus artículos 79 y 92, fracción I; la Ley del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado en su artículo 23, fracción I; la Ley Federal
del Trabajo hace referencia al concubinato en su artículo 501, etc.

Al cesar la convivencia, la concubina o el concubinario que carezca de ingresos o bienes


suficientes para su sostenimiento, tiene derecho a una pensión alimenticia por un tiempo
igual al que haya durado el concubinato. No podrá reclamar alimentos quien haya
demostrado ingratitud, o viva en concubinato o contraiga matrimonio. El derecho que otorga
este artículo podrá ejercitarse sólo durante el año siguiente a la cesación del concubinato.

Es importante señalar que en caso de que alguno de los concubinos se llegara a casar
durante la cesación del concubinato, el otro perderá cualquier derecho emanado de la
situación de hecho vivida con su pareja, encontrándose en completa desventaja en relación
con los bienes que se hubieren adquirido durante su vida en común, ya que se carece de
disposiciones al respecto. Lo anterior conforme a lo dispuesto por el Código Civil para el
Distrito Federal.

Por otra parte, el tipo de unión que tengan los padres no incide en los derechos y las
obligaciones que surjan con motivo del nacimiento de los hijos, en virtud del reconocimiento
que la ley hace respecto de su estatus de filiación, sin distinción de circunstancias que los
afecten.

Una realidad cotidiana en nuestro país es la unión sentimental de dos personas de diferente
sexo; sin embargo, muy recientemente se ha modificado y permitido la unión sentimental de
personas del mismo sexo que, sin tener ningún impedimento para casarse, deciden no
formalizar ante la ley su unión y vivir juntos como si fueran esposos, de forma pública,
pacífica y continua, cumpliendo los fines del matrimonio, con todas las obligaciones
contraídas libre y voluntariamente, pero sin los derechos que la sujeción a la formalidad les
concedería. Esta situación es un hecho jurídico, notorio, una situación de hecho que genera
consecuencias de derecho, siendo ésta su naturaleza jurídica y el punto de partida para su
estudio.

Para que profundice en la forma como la legislación regula el concubinato, revise a


continuación lo que se establece en el capítulo XI, Del Concubinato, del Código Civil para el
Distrito Federal vigente.

Bis

“Las concubinas y los concubinos tienen derechos y obligaciones recíprocos, siempre que sin
impedimentos legales para contraer matrimonio, han vivido en común en forma constante y
permanente por un periodo mínimo de dos años que precedan inmediatamente a la
generación de derechos y obligaciones a los que alude este capítulo.

No es necesario el transcurso del periodo mencionado cuando, reunidos los demás requisitos,
tengan un hijo en común.

Si con una misma persona se establecen varias uniones del tipo antes descrito, en ninguna
se reputara concubinato. Quien haya actuado de buena fe podrá demandar del otro, una
indemnización por daños y perjuicios” (CCDF, art. 291, Bis).
Ter

“Regirán al concubinato todos los derechos y obligaciones inherentes a la familia en lo


que le fueren aplicables” (CCDF, art. 291, Ter).

Quexter

“El concubinato genera entre los concubinos derechos alimentarios y sucesorios,


independientemente de los demás derechos y obligaciones reconocidos en este código o en
otras leyes” (CCDF, art. 291, Quáter).

Quintos

“Al cesar la convivencia, la concubina o el concubinario que carezca de ingresos o bienes


suficientes para su sostenimiento tiene derecho a una pensión alimenticia por un tiempo
igual al que haya durado el concubinato. No podrá reclamar alimentos quien haya
demostrado ingratitud, viva en concubinato o contraiga matrimonio.

El derecho que otorga este artículo podrá ejercitarse sólo durante el año siguiente a la
cesación del concubinato” (CCDF, art. 291, Quintus).

Ahora que ha revisado lo que la legislación establece para el DF, ¿de qué manera las leyes
estatales protegen a los concubinos en los estados? ¿Qué procede en la entidad federativa en
la que reside?

Aspectos generales de los tipos de convenios en el


concubinato
Cuando el concubinato se da conforme a lo analizado anteriormente produce efectos
jurídicos; es por ello que si se tienen hijos o si se adquieren bienes materiales mientras haya
durado el mismo, en caso de controversia se sigue un proceso similar al de un divorcio,
partiendo de que en este caso el concubinato se acredita mediante otros medios de prueba
distintos al acta de matrimonio; uno de ellos puede ser la procreación de un hijo entre los
cónyuges en el caso de las parejas heterosexuales, y muy recientemente aprobadas las actas
de concubinato, que abordaremos más adelante.

Cuando en el concubinato únicamente se adquirieron bienes y ambas partes aportaron para


su adquisición, se da una liquidación de bienes; cuando se tuvieron hijos, da lugar a
establecer quién se va a quedar con la guarda y custodia de los mismos, así como la forma
de atender sus necesidades alimentarias. Como apreciamos, también tienen derecho los
concubinos a solicitar alimentos a sus concubinarios. El concubino que no tiene la guarda y
custodia de los hijos puede pedir régimen de visitas, o en su defecto, la guarda y custodia
compartida.

Lo anterior se puede hacer mediante convenio que lleguen ambas partes, o bien, en el caso
de no ponerse de acuerdo, se inicia la controversia a efecto de que el juez de lo familiar
decida lo conducente.

En el caso de darse los supuestos anteriormente señalados, se puede presentar un sólo


convenio que establezca las formas de regulación de los puntos señalados. Aunque no exista
matrimonio y estemos hablando propiamente de concubinato, las legislaciones que regulan el
matrimonio también le son aplicables al concubinato.

La Ley establece…

El cónyuge que unilateralmente desee promover el juicio de divorcio, deberá acompañar a su
solicitud la propuesta de convenio para regular las consecuencias inherentes a la
disolución del vínculo matrimonial, debiendo contener los requisitos que establece el artículo
267 del Código Civil para el Distrito Federal.

Veamos a continuación en qué consisten los requisitos de los que habla el artículo 267 del
CCDF.

“I.- La designación de la persona que tendrá la guarda y custodia de los


hijos menores o incapaces” (CCDF, art. 267, fracción I).

“II.- Las modalidades bajo las cuales el progenitor, que no tenga la guarda
y custodia, ejercerá el derecho de visitas, respetando los horarios de
comidas, descanso y estudio de los hijos” (CCDF, art. 267, fracción II).

“III.- El modo de atender las necesidades de los hijos y, en su caso, del


cónyuge a quien deba darse alimentos, especificando la forma, lugar y
fecha de pago de la obligación alimentaria, así como la garantía para
asegurar su debido cumplimiento” (CCDF, art. 267, fracción III).

“IV.- Designación del cónyuge al que corresponderá el uso del domicilio


conyugal, en su caso, y del menaje” (CCDF, art. 267, fracción IV).

“V.- La manera de administrar los bienes de la sociedad conyugal durante el


procedimiento y hasta que se liquide, así como la forma de liquidarla,
exhibiendo para ese efecto, en su caso, las capitulaciones matrimoniales, el
inventario, avalúo y el proyecto de partición” (CCDF, art. 267, fracción V).

“VI.- En el caso de que los cónyuges hayan celebrado el matrimonio bajo el


régimen de separación de bienes deberá señalarse la compensación, que no
podrá ser superior al 50% del valor de los bienes que hubieren adquirido, a
que tendrá derecho el cónyuge que, durante el matrimonio, se haya
dedicado preponderantemente al desempeño del trabajo del hogar y, en su
caso, al cuidado de los hijos. El juez de lo familiar resolverá atendiendo a
las circunstancias especiales de cada caso” (CCDF, art. 267, fracción VI).
En caso de que mediante las declaraciones se pretenda hacer constar actos que pudieran
constituir un ilícito o una modificación al estado civil de las personas, el juez del Registro
Civil podrá negar el servicio, fundando y motivando su negativa.

Con estas nuevas disposiciones, podemos observar que el concubinato adquiere mejor forma
jurídica, y de igual modo un mayor grado de complejidad para el caso de que existan
controversias en el mismo; es por ello que es necesario que todo lo abordado en la presente
unidad le quede claro y todas las dudas que le surjan las comente con su asesor, a fin de
que sean resueltas.

Unidad 6

Instituciones Principales del Derecho de Familia

http://132.247.132.29/p1471/moodle/pluginfile.php/1280/mod_resource/content/7/der_fam
iliar/U_6/introduccion.html

Unidad 6

Instituciones Principales del Derecho de Familia

Como ya ha podido apreciar, el derecho familiar contempla una serie de instituciones


jurídicas que son propias de esta rama del conocimiento. En este supuesto se encuentran
tanto las relativas a la conservación, desarrollo de la procreación y los nexos biológicos
regulados por el derecho, como las relacionadas con la protección de los menores, los
incapacitados y los miembros que integran la familia en general.

Como ejemplo del derecho familiar, podemos mencionar el tema de la figura de la filiación
(vínculo reconocido por la ley entre los padres y los hijos) considerada como el primer grado
de parentesco o la relación existente entre personas que descienden unas de otras, que en el
parentesco en general comprende también a aquellas que, sin estar en esta situación,
proceden de un tronco común o la imitación de fenómenos naturales llevados al ámbito
jurídico, como es la adopción.

Cuando hay sujetos mayores de edad que no cuentan con la plena disposición de todas sus
facultades mentales o, siendo menores sanos carecen de padres y abuelos, podemos hablar
de la tutela.
Todas estas instituciones las analizaremos en la presente unidad para tener una clara idea de
cuáles son los derechos y obligaciones que generan, así como sus sujetos y modalidades.

Parentesco

La palabra parentesco proviene del latín parentatus, que, a su vez, se origina de par (igual) y
de entes (ser o ente). Se entiende entonces que el parentesco es la relación que existe entre
personas unidas por los vínculos de sangre, que descienden unas de otras o de un tronco
común y que además comparten la misma carga genética. No obstante, podemos decir que
el parentesco es el vínculo jurídico entre las personas dentro de la familia. La ley reconoce
tres tipos: por consanguinidad, por afinidad y civil. Veamos en qué consisten.

Por consanguinidad

Es el vínculo entre personas que descienden unas de otras, o las que, sin descender una de
otras, descienden de un tronco común, según lo refiere el primer párrafo del artículo 293 del
Código Civil vigente para el Distrito Federal.

Asimismo, se considera que existe parentesco por consanguinidad en el caso del hijo
producto de reproducción asistida, parentesco que tendrá con el hombre y la mujer que
hayan procurado el nacimiento, a quienes se les considerará progenitores. Ahora bien, en el
caso de que sólo la mujer haya procurado dicho nacimiento, sólo ella será considerada
progenitora.

Por lo que hace a la adopción, se equiparará al parentesco por consanguinidad aquel que
existe entre el adoptado, el adoptante y los parientes de éste y los descendientes de aquel
como si fuera hijo consanguíneo.

El parentesco consanguíneo puede ser en línea recta o transversal, también llamada


colateral. La recta se compone de la serie de grados entre personas que descienden unas de
otras; la transversal se compone de la serie de grados que, sin descender uno de otro, tiene
un progenitor común.

Para que tenga más claro el concepto de las líneas recta, transversal y colateral, le invitamos
a analizar la zona de los ascendientes, de los sobrinos, de los descendientes y de los
parientes políticos.
Una vez que realizó la lectura sugerida, vinculémosla con el contenido del artículo 324 del
Código Civil vigente para el Distrito Federal, el cual establece que se presumen hijos de los
cónyuges, salvo prueba en contrario, los hijos nacidos dentro del matrimonio, así como a los
nacidos dentro de los 300 días siguientes a la disolución; en los casos de divorcio o nulidad,
desde que de hecho quedaron separados los cónyuges por orden judicial, siempre y cuando
no haya contraído nuevas nupcias la excónyuge, independientemente del motivo de la
disolución (CCDF, art. 324).

Los efectos de la filiación son el nacimiento de derechos y obligaciones sobre: alimentos,


sucesión legítima, derecho al nombre, la patria potestad, la tutela, prohibiciones
matrimoniales y las demás que nazcan del parentesco.

La presunción de ser hijo se acredita con las actas de nacimiento y matrimonio, las que
serán prueba plena para la imputación de la paternidad y la maternidad, de existir actas de
nacimiento y de matrimonio en que se asienten las presunciones.

Sólo a falta de acta, o si ésta fuere defectuosa, incompleta o falsa, la filiación se probará con
la posesión constante de estado de hijo, acreditando nombre, trato y fama. En defecto de
esta posesión, son admisibles para demostrar la filiación todos los medios de prueba,
incluyendo las que el avance de los conocimientos científicos ofrece. La testimonial no es
admisible si no hubiere un principio de prueba por escrito o indicios o presunciones que
resulten de hechos ciertos.

La filiación se clasifica en matrimonial, legitimada y extramatrimonial, las que ya analizó en


la lectura sugerida. Asimismo, se equipararán a ella las relaciones jurídicas que surjan de la
adopción plena, pues como ya también se pudo percatar, la adopción simple se encuentra
derogada.

Matrimonial

La filiación matrimonial es aquella en que el hijo nace dentro de los plazos determinados por
la ley, de manera tal que se reputa nacido dentro de la unión legítima conyugal de marido y
mujer, conforme a lo establecido en el artículo 324 del Código Civil para el Distrito Federal.

Extramatrimonial

La filiación extramatrimonial, en el caso de la madre soltera, se determina por el nacimiento.


Con respecto al padre, sólo se establece por reconocimiento voluntario o por sentencia
ejecutoriada que declare la paternidad. Actualmente ha desaparecido de nuestros códigos la
distinción y la clasificación de hijos naturales, adulterinos, incestuosos, así como los
ilegítimos que eran aquellos procreados de la unión de personas de las cuales al menos una
de ellas estuviera casada con persona distinta.
Cabe mencionar que la filiación extramatrimonial fue desapareciendo desde la Ley Sobre
Relaciones Familiares de 1917, hasta que finalmente, a partir del Código de 1928, se
equiparó plenamente a los hijos por lo que hace a sus derechos, independientemente de su
origen. El Código Civil de 2000 para el Distrito Federal no contempla la clasificación
mencionada, dejando sin efecto cualquier distinción de los hijos en razón de su origen y
otorgándoles exactamente los mismos derechos y obligaciones.

“La filiación también se establece por el reconocimiento del padre, de la madre o de ambos,
o bien por sentencia ejecutoriada que así lo declare” (CCDF, art. 360). El reconocimiento
hecho por uno de ellos sólo produce efectos sobre el que lo realice; sin embargo, el menor
de edad no puede reconocer a un hijo sin el consentimiento del que ejerza sobre él la patria
potestad.

El reconocimiento de hijo puede realizarse por la partida de nacimiento ante el juez del
registro civil, por acta especial ante el mismo juez, por escritura pública, por testamento, por
confesión judicial directa y expresa. Cabe señalar que el hijo mayor de edad sólo podrá ser
reconocido con su consentimiento.

Adopción simple, plena e internacional


Hablar de adopción es abordar un tema demasiado amplio, algunos historiadores que han
intentado encontrar las raíces de esta figura se remontan a la antigua India, desde entonces
se cree que pasó al pueblo hebreo, es así como encontramos en el antiguo testamento
algunos ejemplos de adopción, entendiéndola como un camino para criar y educar a un niño
engendrado por otras personas distintas a las que lo están criando. Tal es el caso de Efraïm y
Manasés, educados por Job (Génesis, 48, 5) y el de Moisés, adoptado por la hija de faraón
(Éxodo, 2, 10).

Observamos que en el ámbito internacional, como lo es el caso de Inglaterra, entre los siglos
XIII y XVII, no existía algún cuerpo legal que regulará la adopción. El estado de
Massachusetts en 1851 fue el primero en promulgar una ley destinada a la protección de los
intereses de los menores. En 1917 el estado de Minnesota fue el pionero en promulgar un
código de menores. Para la década de 1950 un mayor número de estados continuaron
legislando en materia de derechos de los menores y en específico en adopción (Vinye, 2005:
15).

En México, el Código Civil para el Distrito Federal contemplaba la adopción simple y la


adopción plena, de las que analizaremos la adopción simple como primer rubro.

Adopción simple
Antes del año 2000, en el Código Civil aplicable al Distrito Federal se contemplaban dos tipos
de adopción: una de ellas era la adopción simple, en la cual los efectos de la filiación y el
parentesco se establecían solamente entre el adoptante y el adoptado, quien conservaba los
vínculos de parentesco con sus parientes consanguíneos y era revocable la adopción.

Adopción plena

En términos del artículo 390 del Código Civil para el Distrito Federal nos establece que:

“La adopción es el acto jurídico por el cual el juez de lo Familiar constituye de una manera
irrevocable una relación de filiación entre el adoptante y el adoptado, al mismo tiempo que
establece un parentesco consanguíneo entre el adoptado y la familia del adoptante y entre
éste y los descendientes del adoptado”

En el caso de los cónyuges o concubinos que deseen adoptar, podrán hacerlo cuando ambos
estén de acuerdo en considerar al adoptado como hijo, aunque sólo uno de ellos cumpla con
el requisito de la edad para adoptar. Salvo el presente caso, nadie puede ser adoptado por
más de una persona.

El que adopta tendrá, respecto de la persona y de los bienes del adoptado, los mismos
derechos y obligaciones que tienen los padres respecto de las personas y los bienes de los
hijos. El adoptante dará nombre y sus apellidos al adoptado, salvo que por circunstancias
específicas no se estime conveniente. En virtud de la adopción, el adoptado tendrá para con
la persona o personas que lo adopten los mismo derechos y obligaciones que tiene un hijo.
Lo anterior en términos de lo dispuesto por los artículos 391 y 395 del Código Civil para el
Distrito Federal.
Adopción internacional

Actualmente se puede clasificar a la adopción de acuerdo con las personas que la realizan o
por el lugar en donde residen, por lo que puede ser una adopción hecha por mexicanos, por
extranjeros e internacional.

La adopción hecha por extranjeros es la que realizan ciudadanos de otro país que residen en
territorio nacional respecto de niños mexicanos; la internacional es aquella que promueven
los ciudadanos de otro país con residencia habitual fuera del territorio nacional respecto de
niños mexicanos. En este último caso, la adopción se llevará a cabo de acuerdo con los
tratados internacionales ratificados por el Estado mexicano bajo el principio de bilateralidad.
En lo conducente, se aplicará el Código Civil del Distrito Federal (artículo 410-E). En igualdad
de circunstancias, se dará preferencia a la adopción a mexicanos sobre extranjeros.

Antes de que inicie con el estudio del siguiente tema reflexione en lo siguiente:

Sistemas tutelares

Existen básicamente tres sistemas tutelares: como institución familiar, como institución de
carácter público y un sistema mixto

Institución familiar

En este sistema únicamente interviene la familia no el Estado ni extraños al núcleo familiar


que vigilen el cumplimiento de las obligaciones tutelares.
Institución de carácter público

Su característica consiste en que el cuidado de la persona y los bienes de los incapacitados o


de los menores de edad es desempeñado, ejercido y vigilado por órganos estatales, tanto
judiciales como administrativos.

Sistema mixto

El ejercicio del cargo y su vigilancia lo desempeña la familia con la intervención y vigilancia


de los órganos estatales, ya sean de carácter administrativo, como el ministerio público, o
judiciales, como los jueces de lo familiar.

Emancipación y mayoría de edad

Emancipación

La emancipación es el acto jurídico que confiere a un hijo menor de edad el gobierno de su


persona y la capacidad para cumplir los actos de la vida civil. Proviene del
latín emancipare, que significa liberar a alguien de la subordinación o sujeción.
La emancipación se encuentra contemplada en el artículo 641 y sucesivos del Código Civil
vigente para el Distrito Federal, los que refieren que el matrimonio del menor de 18 años
produce el derecho a la emancipación; aunque el matrimonio se disuelva, el cónyuge
emancipado que sea menor no se reincorporará a la patria potestad.

Por otra parte, tenemos que el emancipado tiene por tanto la libre administración de sus
bienes; sin embargo, mientras sea menor de edad siempre necesitará de la autorización
judicial para la enajenación, gravamen o hipoteca de bienes raíces, así como de un tutor
para intervenir en negocios judiciales.

Mayoría de edad

De acuerdo con el artículo 646 del Código Civil vigente para el Distrito Federal, la mayoría de
edad comienza a los 18 años cumplidos, lo que genera, en consecuencia, que el mayor de
edad se encuentre en capacidad de ejercer por sí mismo sus derechos y obligaciones,
pudiendo por tanto disponer libremente de su persona y de sus bienes; es decir, tendrá
capacidad de ejercicio.

Es importante que analice el título referido y le exprese a su asesor las dudas que le
surjan en referencia al tema. Recuerde que, como futuro abogado, podrá realizar trámites
de tutela, por lo cual debe saber el proceso a seguir.

Trámite de adopción

Las disposiciones referentes a la adopción las encontramos en el libro primero de las


personas, Título Séptimo de la filiación, Capítulo V de la adopción del Código Civil para el
Distrito Federal en los artículos 390 y subsecuentes.

El Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en su artículo 923, establece lo


siguiente:

I. En la promoción inicial se deberá manifestar si se trata de adopción nacional o


internacional, mencionándose, el nombre, edad y si lo hubiere, el domicilio del menor o
persona con incapacidad que se pretenda adoptar, el nombre, edad y domicilio de quienes en
su caso ejerzan sobre él la patria potestad o tutela, o de la persona o institución de
asistencia social pública o privada que lo haya recibido y acompañar certificado médico de
buena salud de los promoventes y del menor.

Los estudios socioeconómicos y psicológicos necesarios para efectuar el trámite de adopción


deberán realizarse por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, o por
quien éste autorice, siempre que se trate de profesionistas que acrediten tener título
profesional y tener como mínimo dos años de experiencia en la atención de menores y
personas susceptibles de adoptar. También los podrán realizar la Secretaría de Salud, el
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Distrito Federal, el Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal para los
efectos de adopción nacional (CPCDF, art. 923).

II. Cuando el menor hubiere sido acogido por una institución de asistencia social, pública o
privada, el presunto adoptante o la institución exhibirá, según sea el caso, constancia oficial
del tiempo de exposición, la Sentencia ejecutoriada que haya decretado la terminación de la
patria potestad o, en su defecto, como consecuencia del abandono, la sentencia ejecutoriada
que haya decretado la pérdida de este derecho (CPCDF, art. 923).

III. Si hubieran transcurrido menos de los tres meses de la exposición, se decretará la


guarda y custodia provisional de quien se pretende adoptar con el o los presuntos
adoptantes, entre tanto se consuma dicho plazo (CPCDF, art. 923).

IV. Si no se conociera el nombre de los padres o no hubiere sido acogido por institución de
asistencia social, pública o privada, se decretará la custodia con el presunto adoptante, por
el término de tres meses para los mismos efectos. En el supuesto de que el menor haya sido
entregado a dichas instituciones por quienes ejerzan en él la patria potestad, para promover
su adopción, no se requerirá que transcurra el plazo de tres meses a que se refiere el
presente artículo (CPCDF, art. 923).

V. Tratándose de extranjeros con residencia en el país, deberán acreditar su solvencia moral


y económica con las constancias correspondientes, sin necesidad de presentar testigos. Los
extranjeros con residencia en otro país deberán acreditar su solvencia moral y económica y
presentar certificado de idoneidad expedidos por la autoridad competente de su país de
origen que acredite que el o los solicitantes son considerados aptos para adoptar; constancia
de que el menor que se pretende adoptar ha sido autorizado para entrar y residir
permanentemente en dicho Estado; deberán durante el procedimiento acreditar su legal
estancia en el país y la autorización de la Secretaría de Gobernación para llevar a cabo una
adopción. La documentación que presenten los solicitantes extranjeros en idioma distinto al
españo, deberá acompañarse de la traducción oficial. La documentación correspondiente
deberá estar apostillada o legalizada por el Cónsul mexicano (CPCDF, art. 923).

VI. En el auto admisorio que le recaiga a la solicitud inicial de adopción, el juez señalará
fecha para la audiencia, la que se deberá desahogar dentro de los diez días siguientes al
mismo (CPCDF, art. 923).

Al igual que en la tutela, es importante que realice un análisis detenido del capítulo V de la
adopción del CCDF y le haga saber a su asesor todas las dudas que le surjan a efectos
de que logre un aprendizaje óptimo que le permita adquirir conocimientos significativos y
sustentables en su formación como licenciado en derecho.

Unidad 7

Consejos de Familia

Introducción
El consejo de familia ha sido entendido esencialmente como una institución protectora de los
menores y los incapaces. No se encuentra regulado expresamente en la mayoría de las
legislaciones estatales de nuestro país. Sin embargo, por tratarse de incapaces que carecen
de padres expeditos, no funciona la patria potestad ni la guarda ni custodia con arreglo a las
normas propias de dichas figuras, aunado a que sus funciones son conferidas a parientes
más lejanos y aun, en ocasiones, a extraños. La necesidad y prudencia de que alguien
controle, vigile y eventualmente corrija el ejercicio de aquellas actividades resulta evidente.

Entre sus principales objetivos se encuentra crear un clima cordial que propicie la
comunicación entre los miembros de la familia, ello desde la concreta visión de las relaciones
personales que se establecen entre los familiares que son socios de la empresa y que incluso
trabajan en ella, y el resto de los miembros que no son propietarios y se encuentran en una
posición más desligada.

Para la composición del consejo de familia, la recomendación básica es que, al ser un


órgano fundamentalmente aglutinador, en él participen representantes de las distintas
generaciones y ramas familiares. El consejo de familia es, además, el lugar idóneo para
discutir los distintos puntos de vista desde los que la familia percibe el negocio y compartir
información sobre la empresa. De esta forma podrá tomar decisiones vitales para su
porvenir.

Por todo ello, el consejo de familia contribuye determinantemente a mantener vivo el


espíritu, la tradición, la cultura y los valores de la familia que han conformado la historia de
la empresa, preservando así su entidad, unidad y armonía.

Es importante que usted como especialista en derecho familiar conozca lo que es el consejo
de familia, la evolución que ha tenido en el DF, así como en otros estados como Hidalgo y
Zacatecas, para que, de esa forma, tenga un concepto claro sobre las diversas acepciones de
consejo de familia y pueda distinguir la figura con sus particularidades en cada estado que se
analiza en la presente unidad. Así se podrá dar cuenta qué tanto lo que dice la doctrina es lo
que realmente ocurre en la actualidad.

Naturaleza jurídica de los consejos de familia


El consejo de familia es la institución que tiene por objeto la vigilancia, respecto a la guarda
y custodia, la patria potestad o la tutela de la persona y bienes de los que tienen alguna
incapacidad para gobernarse a sí mismos. Es un organismo consultivo y a veces ejecutivo
que controla a los tutores y curadores, excepcionalmente a los padres en el ejercicio de sus
atribuciones, en orden a garantizar los derechos e intereses del incapaz. Se puede agregar
que casi siempre –aunque no tan absolutamente como su denominación pudiera sugerir–
dichos organismos se integran con miembros de la propia familia del incapaz.

En cuanto a esto último, conviene señalar que sólo la familia puede integrar el consejo, pero
en ciertos casos se admite la intervención de extraños. En el Distrito Federal no existe una
regulación jurídica expresa que así lo establezca. Observamos que en la gran mayoría de los
estados de la República Mexicana no aparece esta figura en su legislación.

Sin embargo, los estados de Hidalgo y Zacatecas cuentan con un sistema familiar que tiene
como uno de sus pilares al consejo de familia, cuya estructura es distinta al común
denominador de dicha figura.
Integrantes de los consejos de familia
Para tener una idea de la forma de funcionar del consejo de familia, nos remitimos a su
regulación en Perú, país en el que se encuentra debidamente legislado. En esta nación, el
consejo se compone de las personas que haya designado por testamento o en escritura
pública el último de los padres que tuvo al hijo bajo su patria potestad o su curatela; en su
defecto, por las personas designadas por el último de los abuelos o abuelas que hubiera
tenido al menor o incapaz bajo su tutela o curatela.

Unidad 8

Personalidad Jurídica de la Familia

Introducción

El estudio jurídico de la familia presenta grandes desafíos. La diversidad de formas y vida


familiares contemporáneas hacen necesario un replanteamiento de lo que en el derecho debe
entenderse por familia.

Por lo que respecta a su naturaleza jurídica, existen diversos criterios que se contraponen,
pues algunos sostienen que la familia sí tiene personalidad jurídica y otros que no, utilizando
diversos argumentos a favor y en contra, de acuerdo con el lugar, la época y el contexto
histórico que se vive cuando se emiten. En la actualidad, la tendencia es que la familia sí
tiene personalidad jurídica y en algunas legislaciones ya se encuentra plasmado, como es el
caso de los Estados de Hidalgo, Morelos y Zacatecas por citar ejemplos.

En este contexto, la determinación sobre la personalidad jurídica de la familia queda en gran


parte en el derecho positivo, el cual establece que si la ley no le da reconocimiento
fehacientemente a la personalidad jurídica de la familia, ésta no existe; sin embargo, es
importante resaltar que no todo en el derecho son leyes y que sí existen principios jurídicos
que fundamentan la personalidad jurídica de la familia, ésta sí existe.
Podemos decir, siguiendo la postura de la maestra Sara Montero Duhalt, que si este beneficio
no se da, la idea de la personalidad jurídica impuesta a la familia resulta, a más de
inoperante e inútil, francamente absurda y descabellada (Montero, 1984: 35).

Sobre este particular, Castán Tobeñas expresa que a su juicio cabe sentar las siguientes
conclusiones:

El autor nos dice...


Castán Tobeñas

La postura de Castán Tobeñas es que la personalidad se puede considerar “como


derechos innatos de la persona: sin embargo, si bien se observa, constituyen el centro de
la misma personalidad en la medida en que es la protección jurídica que el derecho debe
necesariamente otorgar a la persona para el desenvolvimiento adecuado de su vida y el
desarrollo de su individualidad, sin lo cual a su vez la norma jurídica carecería de un
sólido fundamento racional. El derecho debe necesariamente reconocer y asegurar el
respeto a los derechos de la personalidad por razón de la propia existencia y
justificación, del propio ordenamiento y su efectividad y validez jurídica” (Garfias,
1994: 326).

En nuestro país, la legislatura federal no hace un reconocimiento expreso de la personalidad


jurídica de la familia; no obstante, sí la menciona en repetidas ocasiones como un ente
jurídico; incluso, por ser regulación del fuero común, muchos de los códigos civiles de los
estados tampoco lo hacen. En particular, el artículo tercero del Código Familiar del Estado de
Zacatecas define: “La familia es una institución político-social, permanente, constituida por
un conjunto de personas, unidas por el vínculo del parentesco, del matrimonio o del
concubinato, a la que se le reconoce personalidad jurídica” (CFEZ, art. 3°).Agrega en su
artículo cuarto que “el Estado debe garantizar y proteger la Constitución, organización,
funcionamiento y autoridad de la familia como un medio para lograr el orden y la paz
sociales” (CFEZ, art. 4º), y será su origen idóneo el matrimonio o el concubinato, como
muchos de los tratadistas sostienen. Esta legislación se fundamenta en el artículo cuarto de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Por otra parte, el Código Familiar para el Estado de Morelos, en su artículo 20, define “la
naturaleza jurídica del derecho familiar son de orden público e interés social.”(CFELSM, art.
20) Al disponer lo anterior, “garantiza la protección de la familia en su constitución y
autoridad como la base necesaria del orden social, indispensable al bienestar del Estado”
(CFELSM, art. 21), se menciona en dicho código que la familia es: “La familia morelense es
una agrupación natural que tiene su fundamento en una relación, estable entre hombre y
mujer y su plena realización en la filiación libre, consciente, responsable e informada,
aceptada y dirigida por la pareja, unidas por el vínculo del parentesco, del matrimonio o del
concubinato, a la que se le reconoce personalidad jurídica” (CFELSM, art. 22).

Doctrina y derecho positivo vigente


Se analizaron anteriormente las diversas posturas doctrinales y legislativas respecto a la
personalidad jurídica de la familia, sin llegar a un criterio homogéneo; en algunos casos se
sigue negando y en otros incluso ya está reconocida por la ley.

En lo que se refiere al derecho positivo vigente, Chávez Asencio señala que la familia en
muchos casos no tiene personalidad jurídica, pero reconoce que sí ha habido una evolución
en nuestro derecho. También afirma que existen derechos innatos que son reconocidos por la
ley, no otorgados ni concedidos, por lo tanto la personalidad jurídica de la familia cada vez
es más reconocida por las legislaciones de los Estados (Chavéz, 2002:186).
Es así como encontramos que el Código Civil para el Distrito Federal nos establece
fehacientemente que:

El patrimonio familiar es una institución de interés público, que tiene como objeto afectar
uno o más bienes para proteger económicamente a la familia y sostener el hogar. El
patrimonio familiar puede incluir la casa–habitación y el mobiliario de uso doméstico y
cotidiano; una parcela cultivable o los giros industriales y comerciales cuya explotación se
haga entre los miembros de la familia; así como los utensilios propios de su actividad,
siempre y cuando no exceda su valor, de la cantidad máxima fijada por este ordenamiento
(CCDF, art. 726).

El Código Civil Federal establece que “el miembro de la familia que quiera constituir el
patrimonio, lo manifestará por escrito al juez de su domicilio, designando con toda precisión
y de manera que puedan ser inscritos en el registro público, los bienes que van a quedar
afectados” (CCF, art. 731). En relación directa con lo señalado, encontramos que el mismo
artículo establece como requisito en su fracción III acreditar “la existencia de la familia a
cuyo favor se va a constituir el patrimonio. La comprobación de los vínculos familiares se
hará con las copias certificadas de las actas del registro civil” (CCF, art. 731, frac. III). Es así
como observamos que para que pueda existir patrimonio familiar, primordialmente debe
existir familia que lo constituya.

El artículo 4 constitucional señala que la ley “protegerá la organización y el desarrollo de la


familia”; más adelante, que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y
decorosa” (CPEUM). Esto es una muestra de un futuro posible reconocimiento de la
personalidad jurídica de la familia. Además, diversos artículos constitucionales también
hablan de la familia y en particular debemos tener presente las legislaciones de los estados
de Hidalgo, Morelos, Zacatecas, San Luis Potosí y actualmente Michoacán.

Es importante señalar que en materia familiar también tienen injerencia directa los tratados
internacionales, los principios jurídicos y los criterios internacionales en materia de los
derechos de la familia. No hay que perderlos de vista y no hay que cometer el error de cerrar
la mente a una sola legislación. Hemos tocado un poco el tema del patrimonio de la familia,
porque es considerado por diversos autores como un elemento de la personalidad jurídica.

Principales elementos que conforman la personalidad jurídica


de la familia
La personalidad jurídica de la familia radica en el reconocimiento de la familia como una
persona moral o jurídica que puede ser sujeto, activo o pasivo, de relaciones jurídicas.

Algunos autores plantean lo siguiente:

La personalidad jurídica de la familia aún es un tema polémico en la doctrina e


indeterminado en la legislación, salvo en los casos de los estados de la República, que ya
tienen sus Códigos Familiares y sus leyes de la misma materia bien definida.

Sin embargo, podemos decir que sí existe la personalidad jurídica de la familia, pues cuenta
con los elementos para ser considerada como tal, como lo hemos podido apreciar a lo largo
del estudio de la presente unidad.

Unidad 9

Patrimonio Familiar

Introducción

El patrimonio familiar es una institución protectora del núcleo familiar que pretende asegurar
el mínimo económico para su estabilidad y subsistencia, como la casa habitación, los enseres
domésticos utilizados en las actividades cotidianas y las fuentes de ingresos en donde
laboran los miembros del grupo familiar para obtener recursos.

Naturaleza jurídica del patrimonio familiar


El patrimonio familiar es una institución jurídica de interés público que tiene como objeto
afectar uno o más bienes para proteger económicamente a la familia y sostener el hogar.
Podemos realizar la siguiente distinción:

Del anterior diagrama se desprende que:

Es un derecho real específico de goce, uso y habitación, pues es una de las funciones
primordiales del patrimonio familiar otorgar dichas garantías.

Es patrimonio de afectación, pues se encuentra separado del patrimonio general. Al tener


como objeto la protección de la familia, se encuentra regulado por normas distintas a las del
patrimonio general, que analizaremos en la presente unidad.

Es un derecho real al encontrarse debidamente regulado y estructurado dentro de un


sistema jurídico, dicho sistema otorga una esfera jurídica de derechos y obligaciones a las
personas que se encuentran bajo el supuesto establecido.

En el mismo contexto temático, revisemos los antecedentes históricos del patrimonio fComo
elemento común de las figuras analizadas, observamos que una de las características
fundamentales del patrimonio familiar es que es inembargable. Se establece este carácter a
fin de no dejar desprotegida a la familia, en caso de que algún acreedor pretenda disponer
por alguna deuda los bienes que necesita la familia para subsistir.

Antecedentes directos de la regulación jurídica del patrimonio de familia en


el Código Civil Federal vigente

Para que pueda tener mejor conocimiento del patrimonio familiar, es importante analizar la
forma en la que se encuentra regulado actualmente y los antecedentes legales históricos que
dieron origen a la figura jurídica.

Para ello, en este apartado de la unidad revisaremos brevemente en qué consisten las
siguientes fuentes legales históricas.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Artículo 27

Es importante al manejarnos la propiedad de territorio del Estado Mexicano, por tal razón se
debe conocer los alcances pues el patrimonio familiar mexicano también debe sujetarse a los
principios aplicables de dicho artículo.
Artículo 123

Dicho artículo se puede incluir en este análisis, pues es el fundamento legal de las relaciones
laborales, que también afectan al patrimonio familiar, pues mediante se puede constituir.

Ley Sobre Relaciones Familiares

Artículo 284

Es uno de los antecedentes que comienza a darle forma a la figura del patrimonio familiar
como lo conocemos en la actualidad.

Ley de 29 de diciembre de 1925 sobre Constitución del Patrimonio Ejidal


Nos establece que las familias podían acceder a porciones de tierra para trabajarla y cubrir
sus necesidades.

Proyecto de Ley sobre Pequeño Patrimonio Rural, por González Roz y Covarrubias.

Código Civil Suizo

Artículos 349 a 359 Rs

Encontramos un sistema que intenta establecer bases de cómo las familias van a utilizar
diversas herramientas y trabajar las tierras, y se exponen algunos modelos de
financiamiento.

Ley Francesa sobre el Bien de la Familia de 12 de julio de 1909 y su Reglamento de 26 de


mayo de 1910

Son resultado de movilizaciones sociales que presenta un catálogo de derechos patrimoniales


familiares retomado de las necesidades que presentaban en esta época histórica las familias
de 1910.

Ley del Estado de Texas de 1839

Dicha ley es uno de los antecedentes que muestra como disposición que las familias pueden
contar con un patrimonio.

Leyes Federales Americanas de 1862 y 1895 y estudios al proyecto de los José Cossío Jr. y
Pedro Lascuráin.

Son una recopilación de ciertas exigencias familiares para que se otorgara protección a las
cosas adquiridas mediante su trabajo

Al partir del análisis anterior, podemos observar que a través de una lucha social realizada
por grupos familiares en diversos momentos históricos es como se ha ganado derechos y
reconocimiento a la institución de la familia, así como a los elementos que de ella se
desprenden, en este caso el patrimonio familiar. En la actualidad es una figura jurídica que
tiene total reconocimiento legal institucional y que surte efectos que pretenden otorgar
mayor seguridad jurídica a las familias mexicanas.
Es así como observamos que el patrimonio familiar está limitado en cuanto a la cuantía y al
monto máximo de constitución de éste, en cuanto al monto mínimo no existe restricción y se
puede acrecentar hasta llegar al monto máximo, pero ¿cómo podemos incrementar el monto
del patrimonio familiar?

En el siguiente apartado se le explica lo relacionado al incremento.

Las principales corrientes para incrementar el patrimonio


familiar
Para que la protección de la familia sea parte de la realidad, es necesario que el valor de los
bienes que se aporten a su constitución responda a los costos de mercado de una casa
habitación de tipo medio, pero adecuado para proporcionar una vivienda digna para el
desarrollo de las actividades de la familia.

Es importante que usted considere que el patrimonio familiar se puede incrementar hasta el
monto máximo que establece la ley. Más adelante revisaremos las cifras que establece el
Código Civil para el Distrito Federal.

Estos valores pueden sufrir disminución, aumento, extinción o, en general, cualquier


modificación que sea necesaria para el fin que se persigue. Veamos a continuación en qué
consisten las causas o corrientes para incrementar el patrimonio familiar.
A lo largo de la unidad, hemos hablado sobre el monto máximo que puede tener el
patrimonio familiar. Es el momento de conocer en cifras dicho monto máximo. Para ello
analizaremos el artículo 730 del Código Civil para el Distrito Federal, que nos establece lo
siguiente:

La Ley establece
El valor máximo de los bienes afectados al patrimonio familiar, señalados en el artículo 723,
será por la cantidad resultante de multiplicar el factor 10,950 por el importe de tres veces la
Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente, en la época en que se constituya el
patrimonio, autorizando como incremento anual, el porcentaje de inflación que en forma
oficial, determine el Banco de México. Este incremento no será acumulable (CCDF, art. 730).

Lo establecido en el artículo anterior se traduce en dos millones, doscientos noventa y siete


mil pesos aproximadamente. Es decir, el patrimonio familiar no puede pasar de dos millones,
doscientos noventa y siete mil de pesos aproximadamente.

¿Qué pasa si el patrimonio familiar supera la cantidad establecida como


monto máximo?

Para el caso de que el monto máximo de constitución del patrimonio familiar sea rebasado,
la cantidad que sobrepase perderá las condiciones de inembargable, imprescriptible e
inalienable y, por lo tanto, si existe algún acreedor, puede embargar los bienes que pasen el
monto máximo.

Proceso para constituir el patrimonio

El patrimonio familiar se constituye mediante solicitud al juez de lo familiar. Se requiere de


dicha formalidad para poderlo constituir.

Encontramos que el artículo 731 del Código Civil para el Distrito Federal establece:

La Ley establece
Los miembros de la familia que quieran constituir el patrimonio lo harán a través de un
representante común, por escrito al juez de lo Familiar, designando con toda precisión los
bienes muebles e inmuebles, para la inscripción de estos últimos en el Registro Público.
La solicitud contendrá:

I. Los nombres de los miembros de la familia;


II. El domicilio de la familia;
III. El nombre del propietario de los bienes destinados para constituir el patrimonio
familiar, así como la comprobación de su propiedad y certificado de libertad de
gravámenes, en su caso, excepto de servidumbres; y
IV. El valor de los bienes constitutivos del patrimonio familiar no excederán el fijado en
el artículo 730 de este ordenamiento (CCDF, art. 731).

También debe contener el inventario y el avalúo de los bienes que lo constituirán, los
atestados de las actas de nacimiento para acreditar el vínculo familiar. Se debe nombrar un
representante común, que será electo por mayoría de votos de los miembros de la familia.
Una vez nombrado éste representante, tendrá la obligación de cuidar los intereses del
patrimonio familiar.

“El juez de lo familiar, una vez que aprueba la solicitud de constitución de patrimonio
familiar, enviará orden al Registro Público de la Propiedad, a efectos de que se realice la
inscripción correspondiente de éste sobre el bien inmueble correspondiente” (CCDF, art.
732).

El artículo anterior, abre la posibilidad de que las familias puedan adquirir a través de la
venta de predios propiedad del gobierno, bienes a precios alcanzables con el fin de constituir
su propio patrimonio.

En el Código Civil para en Distrito Federal, encontramos en el artículo 741 las causas de
extinción.
Unidad 10

Protección Jurídica a Incapaces y otros Sujetos del Derecho


Familiar

Introducción

Con la incorporación de los derechos humanos en el artículo primero constitucional y los


diversos tratados internacionales firmados y ratificados por México en materia de derechos
humanos, se ha establecido el deber y la obligación entre los integrantes de la familia de
protección a incapaces y a otros sujetos del derecho familiar.

Al interior del grupo familia, alguno de sus miembros puede tener alguna incapacidad o
discapacidad que le impida ser autosuficiente o contribuir a la economía familiar. Aunado a
ello, la familia en su desarrollo interior enfrenta desafíos graves entre sus miembros, tales
como el alcoholismo y la drogadicción, situaciones que pueden traer consigo incapacidad y
generar problemas severos como la violencia familiar. Ésta, a su vez, es una situación que da
como consecuencia la desintegración del núcleo familiar, incluso el divorcio.

Los menores y las personas adultas mayores (ancianos) están expuestos a situaciones
particulares muy graves al interior del núcleo familiar que afectan su desarrollo físico y
emocional; son los sujetos más vulnerables para ser víctimas de problemas como
alcoholismo y drogadicción, por lo que es necesario un marco legal que les permita tener una
adecuada protección para salvaguardar su integridad ante estos embates internos de la vida
cotidiana en el grupo primario del Estado: la familia.

Incapacidad y discapacidad
Desde la perspectiva del derecho civil, una persona es considerada incapaz cuando es
menor de edad o adolezca de enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o
psíquico que le impidan gobernarse por sí misma.

La discapacidad de una persona viene dada por las limitaciones físicas o


psicológicas, que merman sus aptitudes físicas o psicológicas en mayor o menor medida.
Sin embargo, la discapacidad no es sinónimo de incapacidad, como podremos concluir más
adelante.

Para proteger a las personas que se encuentran en estos supuestos, existen, entre otras, las
siguientes disposiciones:

ey General de las Personas con Discapacidad

La Ley General de las Personas con Discapacidad, publicada en el Diario Oficial de la


Federaci�n el 10 de junio de 2005, se�ala en su art�culo 2, fracci�n XI, que un
discapacitado es:

La Ley establece…
“Toda persona que presenta una deficiencia f�sica, mental o sensorial, ya sea de naturaleza
permanente o temporal, que limita la capacidad de ejercer una o m�s actividades esenciales
de la vida diaria, que puede ser causada o agravada por el entorno econ�mico y social”.
Ley General de Salud
La Ley General de Salud no se refiere a la discapacidad, pero en su art�culo 173,
menciona que:

La Ley establece…
“Para los efectos de esta ley, se entiende por invalidez a la o las deficiencias de car�cter
f�sico, mental, intelectual o sensorial, ya sea permanente o temporal que por raz�n
cong�nita o adquirida presenta una persona que, al interactuar con las barreras que le
impone el entorno social, pueda impedir su inclusi�n plena y efectiva, en igualdad de
condiciones con los dem�s”.

El derecho familiar no es ajeno a las normas citadas, pues no se puede desproteger o


abandonar a un miembro de la familia que requiera del auxilio de los otros miembros del
grupo familiar, se incurriría incluso en un delito, como lo es el abandono de personas.
Esta misma norma entiende que la farmacodependencia o drogadicción es la dependencia o
adicción a una o más sustancias psicoactivas (sustancia psicoactiva, psicotrópica o droga:
altera algunas funciones mentales y a veces físicas; al ser consumida reiteradamente tiene la
posibilidad de dar origen a una adicción). Estos productos incluyen las sustancias,
estupefacientes y psicotrópicos clasificados en la Ley General de Salud: los de uso médico
e industrial, los derivados de elementos de origen natural, los de diseño, así como el tabaco
y las bebidas alcohólicas.

Una clara consecuencia del alcoholismo y drogadicción de uno de los miembros de la familia
(cuando se trata de los dos cónyuges) es el divorcio. Sin embargo, otra de las consecuencias
por el alcoholismo y drogadicción de cualquiera de los miembros de la familia puede ser la
violencia familiar. El artículo 323 ter del Código Civil Federal menciona que:

Niños y ancianos
La Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 29 de mayo de 2000, en su artículo 2, indica que
“son niños las personas de hasta 12 años incompletos, y adolescentes los que tienen entre
12 años cumplidos y 18 años incumplidos”.

Existen diversos estudios que analizan la posición de los niños al interior de la familia.
Aunado a ello, se encuentra la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por
México en 1990. Niños y adolescentes, debido a su condición, se encuentran en un estado de
especial vulnerabilidad al interior de familias violentas; por ello es importante su protección
jurídica. Por otra parte, para el año 2000 aproximadamente, 6 mil millones de personas
habitaban el planeta. Este periodo, a su vez, estuvo marcado por el envejecimiento de la
población.

Nuestra nación vivió un momento de crecimiento poblacional durante el siglo XX y


posteriormente sufrió una desaceleración de dicha explosión demográfica como resultado de
estos dos ciclos. Al inicio del siglo XXI la tasa de crecimiento natural se podría equiparar a la
observada 70 años atrás con el crecimiento proporcional aproximado de 6 veces más, este
fenómeno ha dado como consecuencia que cada vez más personas alcancen el grado de
adulto y de vejez (Cfr. Cámara de Diputados, Gaceta Parlamentaria).

Muchos adultos mayores enfrentan cuadros de violencia al interior de su familia.


Jurídicamente, el término correcto no es “ancianos”, sino “personas adultas mayores” que
con la serie de legislaciones que actualmente se han implementado y se continúan creando,
se busca protegerlos como grupo vulnerable; sin embargo, poco es lo que se ha podido
hacer, pues aún no existen los programas adecuados para concientizar y sensibilizar a la
sociedad sobre la importancia del cuidado de las personas adultas mayores.

Trámite de interdicción
Encontramos que un juicio de interdicción es un proceso que se va a encargar de acreditar
que una persona no puede ejercer sus derechos por sí misma. El juicio se inicia con un
escrito en el cual se van a narrar los hechos en los cuales se funda la acción para solicitar
que se declare en estado de interdicción a una persona, se debe de acompañar con los
medios de prueba que acrediten fehacientemente que la persona a la que se pretende
declarar interdicta no puede valerse por sí misma, las pruebas idóneas son las periciales en
la rama de la medicina que corresponda. Una vez que se ha abierto el juicio de interdicción a
prueba, se desahogan las mismas que serán debidamente valoradas por un juez, una vez
que el juez las valore, dictará la sentencia que decretará el estado de interdicción de la
persona y posteriormente nombrará un tutor para ésta.

El trámite de interdicción se realiza ante los juzgados de lo familiar. El fin del juicio de
interdicción es resguardar los derechos y patrimonio de una persona mayor de 18 años
con alguna discapacidad que le impida el ejercicio de sus derechos por sí misma. Por tal
razón, y para que no se quede en pleno estado de indefensión, se asigna alguien que lo
represente y que cuide sus derechos a quien se le denominará tutor.

Unidad 11

Planificación Familiar, Control de la Fecundación y otras


Ramas Afines

Introducción

Los avances de la ciencia y la tecnología han generado nuevas alternativas en la


conformación familiar, sobre todo en la libertad de decidir el número y el espaciamiento de
los hijos. En la actualidad, observamos diferentes inquietudes en torno a los derechos
reproductivos: desde quienes optan por no procrear, hasta quienes recurren a métodos de
fecundación asistida ante la imposibilidad de ser padres. Dentro de este último aspecto, se
presenta la necesidad de analizar temáticas tan importantes y, a la vez controvertidas, como
la inseminación artificial, la maternidad subrogada, e inclusive la clonación humana, bajo una
visión integral y multidisciplinaria, en razón de sus implicaciones desde el punto de vista de
la ética en general y en particular de la bioética, la cual se propone reflexionar, desde las
distintas áreas de la ciencia, acerca de los principios éticos y de justicia que deben encauzar
o humanizar esta nueva realidad científica biomédica para que no llegue a conculcar la
dignidad humana.

Asimismo, las repercusiones que estas prácticas médicas tienen en el terreno jurídico,
específicamente en el derecho familiar, son variadas: determinación de la filiación, derechos
alimentarios y sucesorios, derecho de los niños a la identidad, entre otros. Por ello, es
indispensable que el contenido de esta disciplina sea revisado y reconsiderado con la
finalidad de actualizarlo y construir un instrumento eficaz en la prevención y solución de las
controversias derivadas de dichas actividades.

Planificación familiar y control de la fecundación


Como ya se ha establecido la familia es la célula de la sociedad, cuna de valores y escuela
del más rico humanismo. Dada su importancia, la injerencia del Estado en cuestiones que
parecerían propias del ámbito privado es una realidad que se ha gestado desde hace varias
décadas. El orden público y el interés social, como elementos indispensables en las
instituciones de derecho familiar y en las políticas gubernamentales que atienden al interés
superior de la familia, se ven reflejados en el aspecto de los derechos reproductivos y la
paternidad responsable.

Hoy en día existe una gran variedad de composiciones familiares que superan la tradicional
familia nuclear, en su gran mayoría la procreación siempre ha estado presente. Al respecto,
las políticas públicas en México han oscilado de extremo a extremo: desde “mexicanos,
creced y multiplicaos”, hasta “pocos hijos para darles mucho”. Atienden, en buena medida, a
las cuestiones demográficas propias de cada contexto histórico.

La esperanza de vida ha aumentado y el fenómeno de la sobrepoblación cada vez es más


frecuente, sobre todo en las grandes ciudades; por ello se pretende promover en la
colectividad la información sobre los métodos anticonceptivos y el ejercicio responsable de la
sexualidad. En este orden de ideas, la planificación familiar es una concepción clara y actitud
consciente sobre el número de hijos que se desean tener, de acuerdo con el intervalo
genésico deseado, fundados en el conocimiento de los métodos anticonceptivos y, en su
caso, de las técnicas de fecundación asistida.
La clonación humana
Podemos decir que el clon es un individuo genéticamente igual a otro, que comparte todos
sus genes; pueden ser naturales o de laboratorio.

Los clones naturales son, por ejemplo, los gemelos monocigóticos, en ellos el proceso de
clonación ocurre en el seno materno, cuando el embrión se divide en dos. La generación de
clones puede realizarse en el laboratorio mediante diversos métodos científicos, como la
sustitución de núcleos, que consiste en extraer el núcleo de un óvulo para sustituirlo por el
de una célula somática, con transferencia posterior del óvulo al útero.

La clonación humana se encuentra prohibida por nuestra legislación penal. Veamos el texto
de la fracción III del artículo 154 del Código Penal para el Distrito Federal:

La Ley establece…
“Se impondrán de dos a seis años de prisión, inhabilitación, así como suspensión por igual
término para desempeñar cargo, empleo o comisión públicos, profesión u oficio a los que:

III. Creen seres humanos por clonación o realicen procedimientos de ingeniería genética con
fines ilícitos”.

Al respecto, la ingeniería genética ha sido definida como…

Definamos
“El conjunto de técnicas dirigidas a alterar o modificar el caudal hereditario de alguna
especie, ya sea con el fin de superar enfermedades de origen genético (terapia genética) o
con el objeto de producir modificaciones o transformaciones con finalidad experimental; esto
es, lograr un individuo con características hasta el momento inexistentes en la especie
(manipulación genética)”.(Maris Martínez, Stella: 1994)

La inseminación artificial es el acto médico mediante el cual se introduce el esperma en el


aparato genital de la mujer con la intención de lograr la fecundación. Esta técnica, a su vez,
se clasifica de la siguiente manera:
Por su parte, la fecundación in vitro es un proceso médico científico de varias etapas
tendientes a subsanar problemas de esterilidad de la mujer. Consiste en la obtención y
extracción de células germinales masculinas y femeninas que son puestas en contacto de
manera artificial; lograda la fusión y conseguido el embrión fuera del claustro materno es
luego trasplantado a éste para que el embarazo siga su curso natural. A la fecundación in
vitro también se le puede denominar maternidad asistida:

¡Importante!
El artículo 150 del Código Penal para el Distrito Federal sanciona la inseminación artificial
cuando ésta se lleve a cabo sin el consentimiento de una mujer mayor de dieciocho años o,
aún con su consentimiento, en una menor de edad o de una incapaz para comprender el
significado del hecho para resistirlo, se realice con violencia o de ella resulte un embarazo.

Maternidad subrogada y asistida


Desde el punto de vista técnico, hay maternidad o gestación subrogada cuando el embrión
de una pareja (padres biológicos) es implantado en el útero de una mujer (portadora) que
llevará a cabo la gestación y posteriormente dará a luz, obligándose a entregar el niño a sus
padres biológicos.

La portadora subrogada es la mujer a quien se le atribuye la gestación “por alquiler” o


sustitución. También se refiere como madre que gesta un embrión no ligado a ella
genéticamente. En otras palabras, ella es quien aporta el componente gestacional (útero) de
la reproducción, pero no el componente genético.

La maternidad subrogada está indicada en mujeres cuyos ovarios tienen capacidad de


reproducir óvulos normalmente, pero son incapaces de llevar a término la gestación por
defectos uterinos, malformaciones, problemas de capacidad o por afecciones limitantes para
la vida de la madre o que pueden poner en peligro la vida del niño.
En relación con la maternidad asistida, como mencionamos en el punto anterior, ésta
también recibe el nombre de fecundación in vitro, cuya definición y procedimiento ya fueron
explicados.

Bancos de esperma y óvulos


Los bancos de esperma y óvulos son instalaciones en donde se conservan las células
reproductoras masculinas y femeninas que han sido donadas por personas cuya identidad
permanece en el anonimato. Estas células, también llamadas gametos, son utilizadas para
llevar a cabo la inseminación artificial heteróloga y la maternidad subrogada, principalmente.
De acuerdo con la Ley General de Salud, “está prohibido el comercio de órganos, tejidos y
células” (LGS, art. 327), por lo cual sólo es posible la donación de los gametos masculinos y
femeninos.

En algunos casos cada vez más frecuentes, la mujer desea procrear, pero sin unirse con una
pareja a través del matrimonio o establecer una relación de concubinato. Así, la inseminación
llamada “de la mujer sola” puede realizarse con apoyo en los bancos de esperma, para lo
cual se requiere de dos elementos: el consentimiento de la mujer y la donación del semen.

La gratuidad y el anonimato son las dos características fundamentales en lo que a bancos de


semen y óvulos se refiere. No obstante, esta última es muy discutida porque, por un lado, se
tiene la consideración de respetar la intimidad de los donantes e incluso de la receptora; por
otro, el anonimato, llevado al extremo, en vez de defender los intereses de la persona más
directamente implicada —el hijo y su derecho a la intimidad— lo que vulnera es el derecho
del niño a conocer su identidad, es decir, quiénes son sus padres biológicos, situación que en
la actualidad crea mucha controversia y opiniones encontradas entre la ponderación de los
derechos de paternidad y los derechos del niño de conocer a sus padres biológicos.

Incidencia y efectos de las nuevas formas de planificación


familiar en el Derecho de Familia
Las consecuencias de las diversas prácticas médico-científicas que se han explicado en el
derecho familiar pueden observarse en materia de filiación, alimentos, sucesiones y derechos
de los niños, principalmente.

Antes de la entrada en vigor del decreto publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el
3 de octubre de 2008, por el cual, entre otras disposiciones, fue abrogada la figura del
divorcio necesario, la fracción XX del artículo 267 del Código Civil para el Distrito Federal
establecía:

La Ley establece…
“Son causales de divorcio:

XX. El empleo de métodos de fecundación asistida realizada sin el consentimiento de su


cónyuge”.

En relación con la aplicación de las técnicas de fecundación asistida durante el matrimonio, el


artículo 326 del Código Civil para el Distrito Federal preceptúa:

La Ley establece…
“El cónyuge varón no puede impugnar la paternidad de los hijos alegando adulterio de la
madre.

Tampoco podrá impugnar la paternidad de los hijos que durante el matrimonio conciba su
cónyuge mediante técnicas de fecundación asistida, si hubo consentimiento expreso en
tales métodos”.

Antes de terminar con el estudio de esta unidad, se le presentan algunas de las


problemáticas jurídicas generadas a raíz de la utilización de las técnicas de fecundación
asistida y la maternidad subrogada. Reflexionemos al respecto.
Unidad 12

Registro del Estado Familiar y Registro Civil

Introducción
Estimado alumno, muchas felicidades por haber llegado a la última unidad de esta
asignatura, que ha sido diseñada para que pueda especializarse en derecho familiar; como
habrá podido observar, el temario abarca los aspectos más importantes de éste. Es de suma
relevancia destacar que el derecho familiar en México se está transformando día a día, por lo
cual debe ser consciente del compromiso que adquiere para mantenerse actualizado en la
legislación y así poder brindar mejor orientación a sus clientes. Tenga presente que mientras
se dedique al ejercicio del derecho jamás dejará de estudiar.

En la presente unidad estudiará aspectos específicos del Registro Civil, conocerá la diferencia
del Registro Civil y el Registro del Estado Familiar, sabrá en qué casos opera cada uno y
podrá analizar los orígenes y la evolución que han tenido estas instituciones a lo largo de los
años hasta la actualidad.

Identificará qué actos son susceptibles de inscribirse en el Registro Civil y qué hechos corren
la misma suerte.

Sabrá qué pasa con los registros de las personas que son de pueblos originarios. Conocerá
qué es el Registro de Deudores Alimentarios y cómo opera.

La presente unidad le dará la oportunidad de conocer los requisitos que debe contener un
acta del Registro Civil, las acciones que se deben tomar en caso de que los registros no sean
legibles o se hayan extraviado.

Le invitamos a que no subestime la unidad, recuerde que si no sabe cómo funciona el


Registro Civil y el Registro del Estado Familiar, está en desventaja al momento de ejercer la
profesión debido a que conocer cómo operan dichas figuras le dará la oportunidad de realizar
mejor los trámites que tenga que llevar a cabo ante esta institución.

Con todo lo mencionado y con el entusiasmo de ser la última unidad, no queda más que
iniciar su estudio con toda la disposición de sacar el mejor provecho de ella y de las
herramientas que nuestra querida universidad pone a su alcance, a fin de que se forme como
un excelente profesional del derecho. Recuerde que en el estudio de los temas abordados no
está sólo, es vital que exponga su asesor todas las dudas.

El estado familiar es una variante del estado civil de una persona, es decir, si se encuentra
casado o divorciado, si ha adoptado o si tiene la tutela de alguien, etcétera, se encuentra
asentado en el Registro Civil; sin embargo, encontramos que en México, en el Estado de
Hidalgo, el 30 de marzo de 2007 el gobierno emitió un decreto donde señala que el Registro
del Estado Familiar es:

La Institución Administrativa con personalidad jurídica, dependiente del Ejecutivo estatal, quien por medio de la Ley
Familiar para el Estado de Hidalgo, delega a los municipios, representada por los oficiales del Registro del Estado
Familiar, las facultades, atribuciones, obligaciones y derechos para constatar, autorizar y reconocer los actos o hechos
jurídicos relativos al nacimiento, reconocimiento de hijos, adopción, matrimonio, concubinato, divorcio, tutela,
emancipación, muerte, ausencia, presunción de muerte, pérdida de la capacidad legal, e inscripción de ejecutorias
propias a la materia del Estado Familiar (Gobierno del Estado de Hidalgo, Para dar a conocer los requisitos que deben
cumplir los formatos únicos de inscripción…, p. 1).

En dicho decreto se especifica que las funciones que tiene el Registro del Estado Familiar son
las siguientes:

Que el Registro del Estado Familiar tiene una doble función: facilitar la prueba de los hechos inscritos, por un lado, y
por otro, permitir que esos hechos puedan ser, sin problema alguno, conocidos por quien tenga interés. De esta doble
función se desprenden dos consecuencias: primera, que el estado civil de las personas sólo se comprueba con las
constancias relativas del Registro del Estado Familiar, sin que ningún otro documento o medio de prueba sea admisible
para ello, salvo casos expresamente exceptuados en la Ley y, segunda, que las inscripciones del registro están
revestidas de publicidad absoluta, en virtud de lo cual toda persona puede pedir testimonio de las actas, así como de
los apuntes y documentos con ellas relacionadas, y los funcionarios registradores están obligados a proporcionarlos
(Gobierno del Estado de Hidalgo, Para dar a conocer los requisitos que deben cumplir los formatos únicos de
inscripción…, p. 1).
De lo anterior se desprende el siguiente diagrama:

Si se toma como base el decreto citado, se afirma que el Registro del Estado Familiar en
el Estado de Hidalgo es una función propia del registro civil que realizan
los municipios por delegación de funciones y el Registro Civil opera a nivel estatal para
tener el control de los atestados de los registros de las personas.

Actos y hechos jurídicos que deben inscribirse en el Registro


del Estado familiar y en el Registro Civil
Una vez que hemos establecido la principal diferencia entre Registro del Estado Familiar y
Registro Civil, analizaremos los hechos y actos susceptibles de ser registrados.

Para poder ubicarnos mejor en el tema, es importante recordar qué es un hecho jurídico y
qué es un acto jurídico.
Con esta disposición se otorgan facultades al Registro Civil para interactuar con el Registro
Público de la Propiedad y las sociedades de información crediticia a fin de ubicar a los
deudores alimentarios y realizar las acciones correspondientes.

En el artículo 36 del código en análisis se establece el siguiente lineamiento:

Con esta disposición, entre otras cosas, se abre la posibilidad de extender actas en lenguas
originarias.

Es importante señalar que las actas deben cumplir con las disposiciones que establece el
mismo artículo 36, pues, de lo contrario, se puede dar una nulidad del acta quedando sin
efecto lo que se pretende dar por certificado.
¿Qué pasa cuando no han existido registros o los que existen son ilegibles o
se perdieron?

Para dar respuesta a dicha pregunta iniciaremos revisando los siguientes casos:

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