Está en la página 1de 1

Querido hijo

Hoy me dirijo a ti, para recordarte cuánto te amo y valoro, y para hablar de
algo que sé que has estado sintiendo en lo más profundo de tu corazón: tu
autoestima.
Primero y ante todo, quiero que sepas que te amo incondicionalmente.
Desde el momento en que te creé, te he visto con ojos llenos de amor y
aceptación. Eres una parte preciosa de mi creación, única en tu esencia, y
cada aspecto de ti es especial para mí. No importa cuáles sean tus
debilidades o inseguridades, siempre estaré aquí, sosteniéndote con amor
y aprecio.
Sé que a veces has llorado en secreto y has sentido que tus debilidades te
pesan demasiado. Pero quiero que entiendas algo importante: esas
debilidades no te hacen menos valioso o digno de amor. De hecho, las
debilidades son parte de lo que te hace humano, y en ellas también
encuentro belleza. Tus luchas y desafíos son oportunidades para crecer,
aprender y, sobre todo, para acercarte más a mí.
También quiero que sepas que no estás solo en esto. Estoy a tu lado en
cada momento, en cada lágrima que derramas en secreto y en cada
pensamiento negativo que cruza tu mente. Puedes hablarme en tus
momentos de debilidad, y yo te escucharé. Mi amor es un refugio seguro
donde puedes encontrar consuelo y fortaleza.
No olvides que fuiste creado a mi imagen y semejanza, y eso significa que
llevas en ti una chispa divina. Eres valioso y mereces amor y respeto,
comenzando por amarte a ti mismo. Aprende a ver en ti mismo lo que yo
veo: un ser lleno de potencial, con la capacidad de amar, crecer y hacer
una diferencia en este mundo.
En tu viaje hacia la autoestima y la aceptación personal, ten paciencia
contigo mismo. No te exijas ser perfecto, porque la perfección no es
necesaria ni realista. Aprende a abrazar tus debilidades como
oportunidades para crecer y mejorar. Confía en que siempre estaré aquí
para sostenerte y amarte a través de todo.
Recuerda, querido hijo, que eres amado incondicionalmente. Eres
suficiente tal como eres, y siempre estaré aquí para ti. Sigue adelante con
la cabeza en alto, sabiendo que llevas mi amor en tu corazón.

Con amor eterno


Dios

También podría gustarte