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Punto 5 de la evaluación de lengua y literatura

Integrantes:

-Ernesto Gómez Carrillo

-Federico Giacomone

-Dante Nardi

-Ramiro Villalva

-Lorenzo Wisznia

Consigna elegida: “La pata de mono”


Al día siguiente de la misteriosa desaparición de la familia White, el Sargento Mayor
Morris regresaba a su hogar, atormentado ya que pensaba que la terrible pata de mono
que había entregado a los White había sido la causa de su desgracia. Mientras
reflexionaba sobre estos sombríos pensamientos, compartió sus preocupaciones con los
detectives encargados de la escalofriante escena del crimen.

"Después de una intensa batalla en tierras de la India, me encontraba explorando las


ruinas de un antiguo templo abandonado. Había sido una dura lucha, pero la victoria era
nuestra. Mientras caminaba entre los escombros, me topé con un lugar que en su día
había sido el refugio de un famoso faquir. Fue entonces cuando hice un descubrimiento
extraordinario y misterioso: encontré la pata de mono que había pertenecido al faquir.
Con la pata de mono en mi poder, regresé a mi hogar, sin sospechar los sombríos y
trágicos eventos que desencadenaría. Al principio, mi esposa y yo no entendíamos
completamente su naturaleza, hasta que se hizo evidente con el primer deseo".

Sin embargo, antes de seguir adelante, necesito aclarar que mi relación con la Sra.
Miller no pasaba por su mejor momento en ese entonces. Descubrí que me había estado
engañando durante cinco largos años con alguien cercano a nuestro círculo de amigos
más íntimos. Esta revelación impactó profundamente mi vida y mis emociones. Pero
retomando mi relato, esa noche en que descubrí la pata de mono, fue mi esposa quien
hizo el primer deseo. Ella deseó desaparecer de nuestra casa, y su deseo se cumplió de
manera macabra: desapareció sin dejar rastro. Trágicamente, cuando la volví a
encontrar, ya era demasiado tarde. Un mes después, hallaron el cadáver de mi esposa en
las aguas de un río cercano. Teoricé que la pata de mono la había teletransportado al
centro del río, y como no sabía nadar, se ahogó y pereció poco después. El río, a la
deriva, finalmente la depositó en la costa de la ciudad donde la encontraron.

Después de este siniestro giro de los acontecimientos, mi primer deseo fue algo
accidental, movido por el pánico y el remordimiento que atormentaban mi mente. Deseé
fervientemente que nada de eso hubiera ocurrido, y de alguna manera, el deseo se
materializó. Al despertar al día siguiente, me encontré en una situación sorprendente:
todo parecía exactamente igual que en el fatídico día del mes pasado. Cuando me
disponía a levantarme de la cama, mi esposa entró en la habitación sosteniendo dos
jugos de naranja y un par de tostadas con manteca, tal como solía hacerlo en el pasado.
Cada detalle, desde la luz del sol que entraba por la ventana hasta el aroma de las
naranjas, estaba intacto. Era como si el tiempo se hubiera detenido y retrocedido. Sin
embargo, aproximadamente tres horas después, ocurrió exactamente lo mismo que en el
trágico día anterior. Le revelé a mi esposa que la había descubierto, y como antes, deseó
teletransportarse. El resultado fue igual de funesto: desapareció y murió.

Desesperado y lleno de dolor, mi segundo deseo fue más específico. Deseé regresar en
el tiempo a la época anterior a todos estos terribles acontecimientos, cuando aún
compartía mi vida con mi esposa. Aunque el deseo se cumplió, la cruel ironía del
destino se hizo evidente cuando volví a mi tiempo original y me encontré con el cadáver
de mi esposa a mi lado, como un recordatorio de la tragedia que había desatado con la
pata de mono. Corrí desesperado con la pata de mono para poder enterrarla y nunca
jamás volver a verla, no sin antes pedir un último deseo, deseé que volviera todo a la
normalidad y nunca haber vivido este terrible suceso, pero a diferencia de las otras
veces, no pasó nada. Era como si todo lo ocurrido fuese lo que debía pasar, un acto del
destino. Ya me estaba quedando sin ideas, no sabía qué hacer ¡me estaba volviendo
loco! Y fue en ese preciso instante lo que me provocó un desmayo. Desperté, un poco
confundido, pero desperté, con ese aroma a naranja, la luz del sol entrando por la
ventana, todo parecía estar normal, es solo que faltaba algo, así es, era mi esposa, ella
no estaba, me levanté de la cama, salí de la habitación y me puse a buscarla por todas
partes, me di cuenta de que no estaba por ninguna parte, como si un deseo la hubiera
sacado completamente de mi vida, fue en ese entonces, que pensé que o quien había
sido lo que me llevo a todo esto, a todo lo que me paso, fue mi esposa, ella fue la razón
principal por la que mi vida decayó, me puse a buscar la pata de mono a mas no poder.
Cuando la encontré no tuve más remedio que volver a pedir otro deseo, solo que esta
vez deseé nunca haber visto a mi esposa, nunca haberla conocido, nunca haberme
casado con ella, nunca haber compartido mis momentos de mi vida con ella, borrarla
completamente de mis pensamientos.

Abrí los ojos, era un día completamente distinto, todo mi sufrimiento se había ido, mi
esposa, ya no la recordaba, no tenía ninguna idea de su existencia, hasta que me
empezaron a venir recuerdos, fragmentos del pasado de una vida con una mujer que se
me hacía irreconocible, en ese momento no sabía quién era, me puse a investigar o a
recordar momentos que había pasado con ella, pero nada, es como si nunca hubiese
existido, como si fuera algo más allá de mi imaginación, por lo que decidí no darle
mucha importancia y disfrutar de una vida sin preocupaciones. Hasta que volvió a
suceder, esas imágenes que se me venían a la mente, eran insoportables, me provocaban
un dolor de cabeza, que se hacía más y más insoportable. Mi idea fue deshacerme de la
pata del mono, dejársela a otra persona, para así, alivianar este horrendo dolor. Se me
ocurrió dársela a la familia White, asique la desenterré, la lleve a lo de la familia y…
creo que ya saben cómo terminó esa historia”.

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