Está en la página 1de 6

Derecho Procesal Penal

A. CONCEPTO.

Es el conjunto de normas jurídicas que regulan el procedimiento penal, ya sea en


su conjunto o en los actos particulares que lo integran; mientras que el proceso es
el conjunto de actos regulados por la Constitución, los Códigos de Procedimientos
Penales, las leyes orgánicas, los reglamentos y las leyes especiales.

B. NATURALEZA JURIDICA DEL PROCESO

Es importante precisar que es una relación jurídica procesal que nace una vez que
el órgano jurisdiccional recibe una consignación por parte del Ministerio Público.
Se refiere a su carácter como conjunto organizado de acciones legales destinadas
a resolver disputas y conflictos. Actúa como un mecanismo formal y regulado por
normas que buscan garantizar la justicia, la equidad, y la protección de los
derechos de todas las partes involucradas. Es decir la naturaleza jurídica del
proceso implica su papel central en la aplicación de la ley y en la búsqueda de
soluciones legales y justas a través de procedimientos establecidos.

C. DIFERENCIAS ENTRE PROCEDIMIENTO, PROCESO Y JUICIO

Etimológica, la palabra procedimiento deriva del verbo latino procedo, is, essi,
essum, dere (de pro, adelante y cado, retirarse, moverse, marchar). En
consecuencia, una vez establecida la concordancia y la incorporación de
procedimiento significa adelantar, ir adelante.
El término proceso, deriva del latín procesos, que significa progresión, por las
etapas sucesivas de que consta.
El proceso inicia hasta el momento en que el órgano jurisdiccional dicta auto de
formal prisión o sujeción a proceso en contra del presunto responsable de un
delito, al cual se le denomina procesado. El juicio inicia en el momento en que el
Ministerio Público rinde, dentro del proceso, sus conclusiones acusatorias; de esta
manera, el procedimiento es el “todo” y dentro de éste se dan el proceso y el
juicio.
En base a lo anterior es vital distinguir entre procedimiento, proceso y juicio. El
procedimiento es el conjunto de etapas legales que componen el proceso, mientras
que el proceso es la secuencia completa de actuaciones legales. El juicio, por su
parte, es la fase específica en la que se presenta y analiza la evidencia ante el
tribunal.

D. OBJETOS DEL PROCESO PENAL.

La Constitución federal establece el objeto del proceso penal. El artículo 20


constitucional señala que el proceso penal tiene por objeto el esclarecimiento de
los hechos, lo que ratifica el CNPP en su correlativo artículo 2º., al señalar que su
objeto es el de establecer las normas para el esclarecimiento de los hechos, pero
dicho en términos garantistas, es obtener la verdad procesal. (Velázquez, 2019)
En síntesis, el objeto del proceso es castigar al culpable, al tiempo que se protege
al inocente, con base en el esclarecimiento epistemológico de los hechos, y reparar
el daño.
El objeto principal incluye tres aspectos:
1. Consiste en la relación jurídica de derecho sustantivo que nace cuando se
ha cometido un hecho reportado como delito, y se desenvuelve entre el
Estado y su autor; su contenido es la aplicación de la ley penal. Se traduce
en la inculpación concreta de un delito a determinada persona por parte del
Estado.
2. La relación de derecho penal de que se trate, el objeto principal del
proceso, da su fundamento al proceso penal de hecho y de derecho, al
expresar el tema sobre el que habrá de desenvolverse el proceso, y cuya
fórmula está en los actos adecuados (órdenes, citaciones) y la resolución en
la sentencia.
3. Por último, es fundamental desde el momento en que otras relaciones
jurídicas accesorias sólo pueden deducirse en el proceso, si se refieren al
objeto principal siempre y cuando éste subsista.
El objeto principal del proceso comprende la relación jurídica que nace del delito
en su integridad, es decir, de lo que comprende como tal (pena y, en su caso,
medida de seguridad), así como también de lo que se refiere únicamente a un
hecho incriminado en la ley penal.
El objeto accesorio en el proceso penal surge al lado del objeto principal, pero éste
tiene existencia e impulsa el proceso sin necesidad del otro.
El objeto accesorio tiene las siguientes relaciones jurídicas:
1. La relación jurídica patrimonial de resarcimiento del daño derivado del
delito.
2. El resarcimiento del daño que puede pedir el acusado frente a la parte
lesionada.
Para que la relación pueda ser objeto del proceso hacen falta tres requisitos:
a) Que el acusado lo pida.
b) Que él mismo sea absuelto.
c) Que exista incuria (descuido), negligencia o dolo en la injusta inculpación.
En base a lo anterior los objetos del proceso penal incluyen el objeto principal y los
accesorios. El principal es determinar la culpabilidad o inocencia del acusado. Los
accesorios involucran cuestiones secundarias relacionadas con la pena, la
indemnización y la reparación.

E. LOS FINES DEL PROCESO PENAL.

El maestro Rivera Silva argumenta que los fines son remotos o mediatos e
inmediatos. El fin mediato consiste en la aplicación de la ley al caso concreto. El fin
inmediato se refiere a sujetar la aplicación de la ley a determinadas reglas, con lo
cual se invalida cualquier confusión que se pudiera presentar en la propia
aplicación. Los fines inmediatos del procedimiento penal se resumen en una sola
frase: “crear la norma jurídica individual que ciñe a las reglas especiales”.
Fines específicos
Los fines específicos se refieren a la ordenación y desenvolvimiento del proceso y
por ello se definen como los métodos que deben seguirse para la consecución del
fin general inmediato y son: la verdad histórica y la personalidad del delincuente.
Verdad Histórica
En el procedimiento es indudable que a partir del momento de la comisión del
ilícito penal, toda la actividad del Estado se encamina a la obtención de la verdad,
y sólo será posible lograr este propósito mediante el descubrimiento de un
conjunto de elementos idóneos para reconstruir la conducta o el hecho y conocer
realmente lo acontecido. Cuando la verdad se refiere al pasado se le llama verdad
histórica, en el proceso necesariamente debe hacerse referencia al objeto llamado
principal y sólo será posible conocerlo por medio de la prueba.

F. PRINCIPIOS RECTORES DEL PROCESO PENAL.

Son garantías de los derechos humanos, por tanto su observación es ex officio y


transversal a todo el proceso penal. Al ser garantías de derechos humanos deben
ser protegidas por todas las autoridades en sus respectivos ámbitos de
competencia, entendiendo por protección la restricción del poder del Estado.
(Rodríguez vs. Honduras, serie C, núm. 4, párr. 126)
 Publicidad
Por la publicidad cualquier persona tiene la facultad de presenciar las audiencias;
sean o no parte en el juicio, su presencia legitima el proceso. El principio de
publicidad no debe confundirse con el acceso a los registros del juicio, los cuales
pueden estar vedados incluso para el imputado durante la investigación.
 Contradicción
Este principio presupone el de la igualdad de los intervinientes en el
procedimiento, así, las partes no pueden tratar asuntos con el juez sin la presencia
de su contraparte. Con base en la presunción de inocencia, las partes ofrecen
pruebas para demostrar los hechos o para refutarlos; son, al mismo tiempo, la
base para el juez al momento de dictar sentencia.
Un tema obligado en la contradicción como principio igualitario de las partes en un
juicio penal es la suplencia de la queja, por la cual el juzgador, con el objeto de
evitar la violación de un derecho fundamental, repara las deficiencias de la parte
débil por violaciones graves y evidentes a la norma, no hechos valer. La suplencia
de la deficiencia de la queja no es parcialidad del juez, sino un acto de equidad, sin
que el juez pueda, por ello, investigar, porque supliría al Ministerio Público,
contraviniendo la característica de acusatoriedad que, no tiene excepción.
 Concentración
Consiste en tratar de realizar en una sola audiencia todo el procedimiento, es decir
que las audiencias se desarrollan en un mismo día o en días consecutivos lo cual
en México, hasta en los procesos sumarios tanto del fuero común como del
federal, es prácticamente imposible.
 Continuidad
Da una secuencia en el proceso o en las audiencias sin interrupciones, y sus
excepciones constituyen suspensiones o recesos. La suspensión del proceso puede
darse, ya sea por sustracción del imputado o porque tenga un trastorno mental
que le impida seguir el proceso, porque el delito necesite la satisfacción de
determinados requisitos que no se han cumplido, o por suspensión condicional del
proceso.
La suspensión de las audiencias no puede ser indefinida, sino que está limitada por
un plazo máximo de 10 días naturales. Los casos en que puede decretarse la
suspensión de las audiencias son: por una cuestión incidental, que por su
naturaleza no se pueda resolver de forma inmediata; tenga que practicarse un
acto fuera de la sala de audiencias, o porque se tenga noticia de un hecho
inesperado que requiera un investigación complementaria y no sea posible cumplir
los actos en el intervalo de dos sesiones.
 Inmediación
Las obligaciones derivadas de este principio no se dan entre las partes del juicio,
sino entre éstas y el juez; así, por este principio el juzgador necesariamente está
obligado a estar presente en todas las audiencias, sin poder delegar esta
responsabilidad. Por otra parte, la inmediación puede ser virtual, es decir, sin
presencia física del juez o de las partes, como en el caso de los testimonios
especiales que pueden ser transmitidos a distancia. La inmediación, por su parte,
no se da en la segunda instancia. La apelación procede, entre otros casos, por la
sentencia definitiva, siempre y cuando no comprometa el principio de inmediación,
esto es, que al dar trámite a la apelación no sea necesaria la reproducción de las
pruebas sobre su valoración, pero sí sobre las pruebas excluidas y para el efecto
de que el tribunal de alzada ordene su inclusión por el juez de control y posterior
desahogo por el juez o tribunal de juicio.

G. SISTEMAS DE PROCESAMIENTO

En el tiempo y el espacio son tres los sistemas de procesamiento criminal


practicados: inquisitivo, acusatorio y mixto.
1. Sistema acusatorio
Es considerado como la forma primitiva de los juicios criminales debido a
que, históricamente, mientras prevaleció el interés privado, sólo se iniciaba
el juicio previa acusación del ofendido o de sus familiares. Después, esta
atribución se delegó a la sociedad en general.
En la actualidad, el sistema acusatorio ha sido adoptado en aquellos países
organizados bajo el régimen democrático, los actos esenciales no radican en
una sola persona, se encomiendan a individuos distintos, los actos de
acusación, los de la defensa y los de decisión se deben encomendar a un
órgano propio e independiente.
Características generales:
a) el acusador es distinto al juez;
b) posible representación del acusador por parte de cualquier persona;
c) posible patrocinio del acusado por parte de cualquier persona;
d) el acusador no está representado por un órgano oficial.
Características como particulares:
a) libertad de prueba;
b) libertad de defensa;
c) instrucción pública y oral;
d) debate público y oral.
2. Sistema inquisitorio o inquisitivo
Data del derecho romano de la época de Diocleciano, después se propagó
por los emperadores de Oriente en toda Europa, hasta alcanzar
institucionalidad en el siglo xii, bajo los auspicios de Bonifacio VIII y en
Francia, en 1670, por el rey Luis XIV. Por último, pasó a casi todas las
legislaciones europeas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Para Carrara, las características de este sistema son:
a) concurso de denunciadores secretos que informan al magistrado
inquisidor de los delitos y delincuentes descubiertos por ellos;
b) dirección de la prueba bajo la plena potestad del juez;
c) instrucción y defensa escritas, desde el principio hasta la terminación;
d) procedimientos constantemente secretos, no sólo en relación a los
ciudadanos, sino también al mismo procesado, en cuya presencia no se
hace nada, a excepción de la confrontación, y además no se le comunica el
proceso mientras no está terminado;
e) prisión preventiva del procesado y su segregación absoluta de todo
contacto con otros hasta el momento de la defensa;
f) interrupción de los actos, y de este modo, pronunciamiento de la
sentencia a comodidad del juez.
3. Sistema mixto
El maestro Piña y Palacios plantean que el sistema mixto, por su simple
significado, es posible entenderlo como un sistema compuesto por dos
sistemas procesales (inquisitivo y acusatorio), de manera que participa en
mayor o menor grado tanto uno como otro.
El sistema mixto tiene características de algunos principios del acusatorio y
del inquisitivo. El proceso nace con la acusación formulada por un órgano
específicamente determinado por el Estado; en otras condiciones, el juez no
puede avocarse al conocimiento de la conducta o hecho punible. Durante la
instrucción se observa la escritura y el secreto, el juicio se caracteriza por
las siguientes formas: oralidad, publicidad y contra dicción. No obstante, la
injerencia que se da a la defensa al permitirle que asista al proceso, aun así
es relativa. El juez adquiere y valora las pruebas debido a que goza de las
más amplias facultades.

H. SISTEMA MEXICANO

De acuerdo con la mayoría de los autores, el sistema que impera en México


es un sistema mixto.
Se han desarrollado diversos sistemas de procesamiento, como el
acusatorio, centrado en la igualdad de partes; el inquisitivo, donde el juez
tiene un papel más activo; y el mixto, que combina elementos de ambos
sistemas. Además, el sistema de procesamiento mexicano también tiene
particularidades en su aplicación.

I. SUJETOS PROCESALES

Finalmente los sujetos procesales son los individuos involucrados en el proceso


penal, como el juez, el acusado, el fiscal y la defensa, quienes desempeñan roles
esenciales en la búsqueda de la justicia.
El titular siempre será el Estado.

FUENTES DE CONSULTA:

Rodríguez vs. Honduras, serie C, núm. 4, párr. 126.


Velázquez, A. F. (2019). Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM. Obtenido de Universidad Nacional Autónoma de
México,: https://revistas.juridicas.unam.mx
García Ramírez, Sergio, Derecho procesal penal, Porrúa, México, 1974.
Carlos Barragán Salvatierra, 3ª EDICIÓN, Derecho Procesal Penal, Editorial
McGraw-Hill.

También podría gustarte