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Y llegaste cuando el día estaba gris,

Cuando las amapolas marchitas ya estaban,


Cuando mis huesos ya quebraban,
Cuando ya de mi nada quedaba,
Y vi tu luz,
Tu luz tan limpia y clara,
Que me acompañaban las noches,
Amor, tu siempre estabas,
Hasta que por fin hiciste que enloqueciera,
Me marcaste el pulso,
Y me guíaste como a cual tirano,
Me entraron ganas de besar, tocar y sentir,
De nuevo las ganas se hicieron placenteras,
Y tu con un simple beso me reconduciste a la verdad,
A una verdad con mayúsculas,
Donde el paisaje era real,
Y tu y yo entrábamos en el,
Donde el arcoiris cobraba sentido,
Y tu resplandecias en el,
Era magia, era fuego,
Pero rebaño entre paisajes,
Y vuelvo a sentir que vuelo,
Que vibro si me tocas,
Ese sin ti que desvanezco,
Pero te tengo a mi lado,
Y el día se me vuelve inmenso,
Para tapar las ansias,
Tu amor, me llevas primero.

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