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RAFAEL MONDRAGON La escuela como espacio de utopia. Algunas propuestas de la tradicién anarquista HDL LA Zoseh LS LECT Kock Na -COLECCION= MAGISTER 2 Coordinacion de Humanidades Instituto de Investigaciones Filolégicas Direccién General de Publicaciones y Fomento Editorial Rafael Mondragén La escuela como espacio de utopia. Algunas propuestas de la tradicién anarquista UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Mexico, 2018 ian Alvarez Arellano DirecToRA DE LA COLECCIGN: izquez, José Rafael, autor, ela como espacio de utopia : algunas propuestas de la tadicién en: quista. ~ Primera edicién. - México : UNAM, Coordinacién de Humanidades Instituto de Investigaciones Filoligicas, Direccién General de Publicaciones y Fomento Editorial, 2018. 133 paginas. — (Xoc Na = Casa de Lectura, Magister 2) Con textos de Pedro B. Franco; José Antonio Emmanuel; Herminia Bruma- nna; Elisco Reclus; Francisco Ferrer Guardia; Aristide Pratelle; y Federico Urales. ISBN 978-607-30-0397-| ISBN 978-607-02-5468-0 (obra completa) 1. Anarquismo (Educacién) 2. Pecagogia libertaria, 3, Educacién — Filosofia. I Franco, Pedro B., 1894-1947, autor, II, Brumana, Herminia Catalina, 1897- 1954,, autora, III, Reclus, Elisée, 1830-1905, autor, LV. Ferrer Guardia, Fran- cisco, 1859-1909, autor. V. Pratelle, Aristide, 1877-1942, autor, VI. Urales, Federico, 1864-1942, autor. VII. Bembo, Max, autor, VIII. Titulo. IX. Serie, LC HX833 Dewey 320.57 Esta publicacién forma parte del proyecto PAPIIT IN 401215 Heteronomias de la justicia: de exilios y utopias. Primera edicidn: 4 de mayo de 2018 D.R. © 2018, Universidad Nacional Autonoma de México Coordinacién de Humanidades Instituto de Investigaciones Filolégicas Direccién General de Publicaciones y Fomento Editorial Ciudad Universitaria, 04510 Ciudad de México ISBN obra completa: 978-G07-02-5468-0 ISBN: 978-607-30-0397-1 Prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio sin la autorizacién escriea del titular de los derechos patrimoniales Esta edicién y sus caracteristicas son propiedad de la Universidad Nacional Aurénoma de México, Impreso y becho en México -la educacién es el punto en el que de- cidimos si amamos el mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y asi salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovacién, de no ser por la legada de los nuevos y los jévenes, seria inevitable, También por la educacién de- cidimos si amamos a nuestros hijos lo bas- tante como para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, élgo que no- sotros no imaginamos, lo bastante como pata prepararlos con tiempo para la tarea de renovar un mundo comin. Hannay ARENDT Dedico con amor este libro a todos los que acaban de llegar: para Emiliano, Amaité, Keirin, Amaya, Maitane y Emilie. Sean bienvenidos a esta tarea de renovacién del mundo que les heredamos, Presentaci De COMENZAR ESTE LIBRO con un epigrafe de Hannah Arendt porque estamos convencidos de que sus palabras pueden ayudarnos a pensar el problema de la educacién desde un lugar distinto al de las teorias psicoldgicas del aprendizaje, tan comunes el dia de hoy, cuya hegemonia en las tiltimas décadas a veces ha colaborado en la tecnifica- cién del saber pedagdgico. En efecto, es frecuente que hoy ese saber se piense a si mismo como un conjunto de técnicas, métodos y “teceras” dedicados a acelerar con eficiencia la in- corporacién de contenidos en la mente de los educandos: hay que hacer que la gente aprenda; que no deje de aprender a Jo largo de su vidas que pueda aprender mds cosas en menos tiempo... Y sin embargo, como bien sabjan los pedagogos anarquistas, la telacidn pedagégica no es s6lo una relacién de ensefianza-aprendizaje, sino también, y fundamentalmente, una relacién basada en el mistério! de la transmisién. Como explica Ja gran pensadora judia en el epigrafe que elegimos para iniciar este libro, el acto educative auténtico tiene que ver con el amor al mundo. Es un esfuerzo en el que se decide . se } Utilize 1a palabra misterio en el sentido que le ha dado Gabriel J, Véase su Posicién y aproximaciones coneretas al misterio ontoligico, {dn y prologo de Luis Villoro, México, reyt-uNam, 1955, heredar un mundo amado que se intuye en peligro, La ruina inevitable podra conjurarse sélo si hacemos un acuerdo con los que vendrén y les enseniamos a amar ese mundo que les guedaré en herencia; si ley pedimos que tomen la responsa- bilidad de renovar ese mundo al que amamos y que sabemos en peligro, En ese sentido profundo, la educacién tiene que ver con la transmisién. Gracias a la educacién es posible una misteriosa solidaridad que une a los muertos con los vivos. Frente a un mundo que corre hacia la ruina inevitable, el milagro de la transmisién hace posible la continuidad de la especie humana merced a un continuo renaciniiento de las cosas transmitidas, una continua reinvencién ey la que tam- bién nosotros nos reinventamos. A Nuestros pedagogos anarquistas sabfan muchas cosas de este tema, Por eso hicimos esta antologia, que ¢s una invi- tacién para que los maestros de hoy se encuentren con los maestros del pasado y se descubran menos solos en ese pro- ceso extraordinario que cs la recteacién del mundo, en el que todos nosotros estamos comprometidos. Sc trata de un en- cuentro necesario hoy, que se ha vuelto cada vex més comin asociar la palabra ananquista con otras palabras, como joven, vdndalo y violento. Todos los que vivimos en México sabemos que desde diciembre de 2012 se hizo comtin escuchar en los medios masivos de comunicacién alarmantes notas sobre los “anarquistas” que participaban en las manifestaciones callejeras, tiraban bombas, incendiaban puertas... El fantas- ma del “anarquista” es hoy una realidad omnipresente en los medios masivos y un ingrediente fundamental del discurso del miedo que tiene atrapada a buena parte de la poblacién. En la construccidn de ese nuevo sentido comun no sélo se esté creando una imagen particularmente neciva de lo que son nuestros jévenes, esos jévenes que hoy estén en las ca- les y a los que se nos ha ensefado a temer por su presunta asociacién con el “anarquismo”. También estamos perdiendo lz oportunidad de encontraznos en términos sbiertos y pro- positivos con uns parte de nuestro pasado, puss el anarquis- mo de Espafia y América Latina es una de las corrientes mas imaginativas, profiandas e interesantes de nuestra historia de las ideas y de nuestra literatura. Se trata, también, de una corriente que tiene mucho que decirle al preserte, si la apren- demos a escuchar. Fstas paginas son una invitacién para co- nocer lo que esa tradicién puede ofrecernos hey. Para una hermenéutica de nuestro anarquismo? El anarquismo latinoamericano tiene una historia vigorosa de la que sdlo conocemos algunos rasgos. A diferencia del 2 El primer trazo panorimico integral de la historic de nuestro anar- quismo es obra del fildlogo Angel Cappeletti, El anarquissno en América Latina, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1990, Una buera herramienta de primer marxismo, que en nuestro continente fue, ante todo, un movimiento de tinte desarrollista y modernizador aban- derado por intelectuales y politicos de las capas medias y altas, el anarquismo logré penettar en sectores importantes del mundo popular en el érea andina, México, Brasil y el Rio dela Plata. El anarquismo se aculturé en las regiones con alto grado de poblacién indigena e integré con espontaneidad va- lores, concepciones y formas organizativas de aquel mundo. En las urbes, el anarquismo cred una forma tinica de com- binar el trabajo cultural con la lucha politica cuya influencia llega hasta el dia de hoy: ellos protagonizaron las primeras manifestaciones callejeras de masas en nuestro contingate ¢ iniciaron un estilo especial de apropiacién del espacio Nei co que hoy sigue teniendo relevancia, En sus filas aparecie- ron las primeras mujeres que cran, al mismo tiempo, lideres puiblicas (muchas de ellas se convirtieron en intelectuales de tiempo completo y organizadoras de genio). Sus idedlogos estuvieron entre los mas acérrimos defensores de los derechos de las mujeres y pusieron sobre la mesa temas como el amor libre, los derechos de los nifios y la organizacién de la fami- lia. Habria que recordar, ademds, que la obta y la accién de Ricardo Flores Magén es un ingfediente indispensable para trabajo que complementa la anterior es Alejandro de la Torre, “Una biblio- grafia del anarquismo en Hispanoamérica, de la Comuna de Paris hasta la Primera Guerra Mundial”, Historias, ntim. 73, 2009, pp. 87-93. la recta comprensién de la Revolucién mexicana. En todos estos sentidos, més que un movimiento “marginal”, el anar- quismo representa un fenémeno cultural de enorme trascen- dencia si queremos explicar la formacién de ‘as sociedades latinoamericanas. Pero, ante todo, la herencia del anarquismo esté en una cierta forma de concebir la cultura, Como ha explicado a cabalidad Juan Suriano, el anarquismo incide en el mundo social y politico mediante la creacién de un modelo cultural alternative que abarca todos los aspectos de la vida concreta (educacién, salud, diversin, vida familiar...). El fin de este modelo, a largo plazo, es la creacién de un individuo dife- rente, despojado de las trabas y los prejuicios impuestos por el medio social y la dinémica del trabajo alienado, y reforza- dos por la educacién teligiosa y patridtica. El espacio de pro- duccién y reforzamiento de esa nueva cultura es el llamado » Nuestras afirmaciones sobre el primer marxismo siguen lo apuntado por José Aricd, “Marxismo latinoamericano”, en Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino, Diccionario de politica, México, Siglo NX, 1982, pp. 975 y ss. Véase ademis su libro clisico Mare y América Lwiint, 2%. ed., México, Alianza, 1982. Sobre la relacion entre nuestro ‘Murquismo y el mundo indigena, véase Wilfredo Kapsoli Escudero, Ayllus Wihiol Anarguismo y utopia andina, Lima, Asamblea Nacional de Rectores, 10), y Benjamin Maldonado Alvarado, La utopia magonista, Revolucién, Ut y comunalidad india, Oaxaca, Colegio de Investigadores en Edu- in cle Oaxaca, 2004. 16 “circulo anarquista”, un lugar de sociabilidad politica, social y cultural que intenta ofrecer todos los elementos de bienes- tar que necesitarian los trabajadores afiliados: espacios higi¢- nicos, servicios de salud, bibliotecas confortables, actividades para los trabajadores, sus esposas y sus hijos...4 Los circulos comienzan usualmente como espacios ce- trados, dedicados a la edicién de libros y folletos. Conforme se agudiza el nivel de la lucha politica, los circulos aumentan su radio de influencia por medio de conferencias y giras pro- pagandisticas que intentan expandir el tejido organizatiyo al impulsar la creacién de cfrculos nuevos. Finalmente, hacia finales del siglo xxx, los circulos se convierten en centros cul- turales y politicos con una propuesta integral, que va dla edicién de folletos a la organizacién de circulos de estudio y proyectos de educacién popular, pasando por actividades tecreativas de diverso tipo como la declamacién de poemas; los clubes filodramaticos en donde actores no profesionales "Véase la obra clésica de Juan Suriano, Anarguistas, Cultura y politica Uhertaria en Buenos Aires. 1890-1910, Buenos Aites, Manantial, 2001. En Fuspatia, Javier Navarro ha producido dos obras notables sobre la regién valenciana que sc han convertido en’modelos de investigacién: Ateneos y grupos deratas. Vide y actividad cultural de las asoctaciones anarguistas valen- clanuts durante la Segunda Repiblica y la Guerra Civil, Valencia, Biblioveca Valenciana, 2002, y A le revolucién por la cultura, Précticas culrurales y so- wabilidades libertarias en el Pais Valenciano, 1931-1939, Valencia, Univer- site de Valencia, 2004. montan obras de teatro; el canto revolucionario, donde se in- tegran estilos y repertorios de la tradicién popular; los paseos por el campo y las formas més complejas de la fiesta liberta- tia. El fin de esta rica actividad es oftecerle a les trabajadores empobrecidos una nueva serie de espacios de convivencia y practicas de sociabilidad que se presenten como alternativas al mundo alienado de sus centros de trabajo. En estas formas, a decir de Suriano, late un fuerte componente utépico: se trata de vivir, en el espacio restringido del dia de hoy, un an- ticipo de lo que podria ser la sociedad liberada en el futuro.» En este sentido, el anarquismo radicaliza una concepcién del llamado socialismo utépico, que fue caracterizada por Mar- tin Buber en términos de “continuidad revolucionaria”: el cambio revolucionario, si llega a ocurrir, no representaré una uptura radical con el pasado, sino que seré la profundizacién de una forma de organizar la convivencia, la produccién y el consumo que se ha construido dfa tras dfa en nuestro presen- fe: Una utopia concreta cuya posibilidad hemos demostrado Pileticamente en nuestras espacios de convivencia.® Uno de los espacios fundamentales de esa utopfa con- freta es la escuela, Como dijimos antes, ella no se entiende * Surlano, op. cit, pp. 40-41. P Veuse Martin Buber, Caminas de utopia, México, ree, 1955, p. 25. nifios se ejercitan colectivamente pata consteuir la capacidad de cuidar su propia vida, cuidar la vida del mundo y cuidar también la de los demés. Los nifios son, al mismo tiempo, Personas frdgiles y personas de enormes capacidades: como dijo Hannah Arendt en el epigrafe con que comienca este libro, estén lamados a hacer “ilgo nuevo, algo que nosotros no imaginamos”. Guardan dentro suyo una posibilidad mis- teriosa, que el maestro no puede anticipar ni controlar: sélo Puede ayudar en la construccién de las condiciones necesarias Para que esa posibilidad madure y se manifieste a s{ misma, En ello consiste la renovacién del mundo de la que hablé- bamos en un principio. El gran pensador anarquista Eliseo Reclus sinectizard este tema en una frase que encontraretyos citada y reproducida en montones de publicaciones at vas de diferentes regiones; “débiles y pequesios, os nifios sen Por es0 mismo sagrados”.? ” Eliseo Reclus, “Educacién”, en El hombre y la tierra, waduccién de Anselmo Lorenzo bajo la revisién de Oden de Buen, Barcelona, Centro Enciclopédico de Cultura, s. £, t. VI, p. 304. En la presente anrologta se incluye un fragmento de exe texto, el cual fue scleccionado por Francisco Ferrer para su inclusién en el Boletin de la Escuela Moderna. La escuela como espacio de utopia: ios de una tradicién Los maestros que se acerquen a esta antologia probablemen- ‘e se sorprendan cuando observen la cantidad de pricticas, ‘éenieas y preocupaciones que hoy asociamos con las llama. das “escuelas activas”, a donde asisten niftos de clase media Yalta, y comprueben que muchas de ellas fueron inventadas Pot pobres organizados que, a finales del siglo x1x y prin- cipios del xx, decidieron crear un espacio propio para la educacién de sus hijos. Y es que la reduccién de la historia intelectual a la historia de las élites, tan comin en ciertos Aicercamientos contemporneos, ha tenido como efecto invi- sibilizar la capacidad de los prupos subalternos para pensar, Stear y hacer. Esos grupos no solamente han sido los recep- tores de ideas elaboradas en otro lado, De ver en cuando han lograco construir capacidades para la elaboracién de ©oncepciones propias. Habria que comenzar-diciendo que a los anarquistas les Importaba mucho Ia infancia. Ya desde principios del siglo Robert Owen habia claborado algunos experimentos lnitivos entre los jévenes integrantes de sus cooperativas, witles Fourier, otto llamado “socialista utépico”, dejé es- Interesantes reflexiones sobre cl poder subversivo de Hosidad, el juego y el placer, sobre todo en relacién nilfios, que inspirarén algunos de los experimentos pedagégicos que trataremos en seguida.* Y en nuestra Améri- ca, el extraordinario pensador Simén Rodriguez, maestro de primeras letras de Simén Bolivar, se embarcé en la creacién de escuelas alternativas para nifios pobres de distintas regio- nes de América, y sus experimentos marcan el inicio induda- ble de la pedagogia alternativa latinoamericana.? Pero es hasta finales del siglo xrx que experimentos de ese tipo comienzan a ser pensados sisteméticamente en el marco!” * A los anarquistas ley interesard ante todo la reflexién de Fourier sobre el “mariposeo”, una de las doce pasiones que, a su manera de ver estructuran el cardeter humano, y que es necesatio aprender a cultivar co. lectivamente si es que se quicre desarrollar personas plenas y Fuertes. El mariposeo es la pasién por cambiar de tarea y companero, y Hevé a Fourier a Imaginar un sistema de trabajo colectivo en donde una misma persona, a lo largo del dia, podria trabajar en muchas cosas distintas. También es una Pasién fuerte en los nifios, La reflexidn fourierista sobre el mariposeo fue Fecuperada explicitamente por Paul Robin, y a través de él llegard a Ferrer y otfos anarquistas, Una introduceién accesible a estos autores, acompatiada por una antologfa, es Susana Quintanilla, La edcacién en la utopta moderna. Siglo XIX, México, seP/EI Caballito, 1985, que ain puede conseguirse en libre- tias de viejo. Sobre Simén Rodriguéz puede leerse Adriana Puiggrés, De Simén Rodriguez: a Paulo Freire. Educacién pura lu incegracién iberoameri- cana, Bogotd, Convenio Andrés Bello, 2005 y Leén Rozitchner, Filosofia 2 emancipacién. Simin Rodrigues el triunfo de un frdcaso Gemplar, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2014, "© La historia del encuentro que vamos a contar aqu/ fue relatada por Primera vez.por el gran fil6logo anarquista Max Nettlau en un libro clisico del movimiento radical. E 1876 algunos de los integrantes mds inquietos de la Primera Internacional se habfan reunido en Vevey, Suiza, que era un sitio privilegiado para la libre discusién de ideas. Algunos de esos internacionalistas habfan comencado a trabar amistad con un pensador francés que se habia puesto del lado de Bakunin en sus tempestuosas luchas contra Marx, Dicho pensador Llevaba varios aiios escribien- do en la Revue de Philosophie Positive sobre el problema de la infancia y la posibilidad de una educacién diferente, Su hombre era Paul Robin, y en los afos siguientes se volverfa un destacado feminista, de orientacién neomalthusiana, que fundaria uno de los primeros centros para la educacién sexual en Europa y uno de los primeros sindicatos de prostitutas.'! qe desafortunadamente, es hoy muy dificil de conseguir: Eliseo Reches, 1a vida de un sabio justo y rebelde, trad. de V. Orobén Ferndnde Altes, Editorial La Protesta, 1929, como Il, cap. XV, esp. pp. 44-47 y 49. Hay en esas paginas importantes testimonios documentale: de la relacién Buenos enue Reclus, Kropotkin y Robirs, '' Paul Robin pertenecia a la corriente neomalthusiana que fue do Winante en el mundo radical de finales del siglo xxx. Dicha corriente to- Wil las ideas de Thomas Malthus sobre la sobrepoblacién y la necesidad ‘controlar la naralidad para, Miijeres pobres al sexo por placer, ast como a la decisién libre e infor- partir de ellas, reivindicar el derecho de dle si querian tener hijos. Es importante aclarar esto porque en nues- ‘poen las ideas neomalthusianas han servido mas bien para justificar itieas de control poblacional del Tercer Mundo. Sobre Paul Robin Jeerse Christiane Demeulenaete-Douyere, Pavil Robin (1837-1912), Como deciamos antes, parece que fue Robin quien inte- resé a los internacionalistas de Suiza en el tema de la infancia. En el Boletin de la Internacional publicado el 10 de diciembre de ese afio (y siguiendo, al parecer, sugerencias de Robin), los internacionalistas de Vevey le preguntan a sus lectores cudles son las obras de educacién que se podrian recomendar para su utilizacién en las escuelas libertarias. El interés reaparece en el Boletin del 4 de marzo de 1877, que hace la resefia de algunas obras histéricas que podrian ser de interés para los nifios...!2 Por aquellas fechas pasaba por Vevey un amigo de Paul Robin, Se trataba del principe ruso Piotr Kropotkin. Ese hombre calvo, de lentes y de barba gigantesca habia renun- ciado desde nifio al tratamiento de “principe” que le corres- pondia por tradicién familiar. Kropotkin no era sélo un militante anarquista, sino un hombre de ciencia, que habia comenzado sus investigaciones en Siberia, cuando lo envia- ron a dicha regidn como oficial del ejército tras haber termi- nado sus estudios universitarios. Con los aftos, sus estudios cientificos de la flora, la fauna y la geografia de dicha regién lo evarian a convertirse en uno de los mayores especialistas Un militant de la libercé et du bonbeur, Paris, Publisud, 1994. Sobre su obra educativa ¢s importante Nathalie Brémand, Cempuis, une experience education libertaire, Paris, Editions du Monde Libertaite, 1992. "2 Newtlau, ap. cit, pp. 44-45. en la formacién de las montafas de esa zona. y en el primer bidlogo en investigar sistematicamente el funcionamiento de la cooperacién entre los seres vivos.!3 En una carta del 11 de febrero de 1877, Kropotkin le cuenta a Paul Robin, gran amigo suyo, que, a su paso por Vevey, conocié personalmente a un cientifico y luchador social del que tenfa mucha curiosidad. Se trataba de Elisée Reclus, un hombre de caracter gentil que habia estudiado geografia con Carl Ritter y se asumia heredero de las inves- tigaciones de Alejandro de Humboldt. La persecucién desa- tada contra todos los franceses que habfan participado en la '* Frente a los sucesores de Darwin, que habian conyertido la teorfa tle Ii evolucién como resultado de la “lucha por la supervivencia” en un pilldo reflejo, que reducfa esa lucha a la mera “afirmacién del més fuerte”, Hropotkin fue el primero en mostrar que esa lucha muchas veces asumfa Wy forma de la construccién de relaciones de solidaridad, cooperacién ¢ Iieitlependencia, que inician entre los miembros de una misma especie 9s por lazos consanguineos, y luego puede expandinse para formar re- Hiiesw nivel regional, alcanzando a veces a toda una especie, y proyectin- # Yeces de forma excepcitnal para alcanzar a especies diferentes entre Hiopothin es el padre de muchas teorfas que los ecologistas del siglo xx vido, Para el pensador ruso, los pobres que se organizaban, asi, en Stuban siguiendo una tendencia que es propia de todas las formas 14 mejor biografla sobre Kropotkin es la de George Woodcock e vie; El principe anarquissa, Madrid, hiicar, 1971. Una buena el valor cientifico de sus teorfas puede leerse en Lee Alan Woe Prince of Evolusion: Peter Kropotkin’ Adventures in Science , Create Spaces, 2011. Revolucién de 1848 habia obligado al joven gedgrafo a salir del pais. Ast la vida lo convirtid, casi sin querer, en un gran viajero: dejé paginas hermosas sobre Estados Unidos y la tuacién de los negcos en Nueva Orleans; sobre los indigenas de Colombia, los comerciantes ilegales de Centroamérica y sus proyectos fallidos de fundar una comunidad utdpica en la Sierra Nevada de Santa Marta... Reclus viajé por el mundo entero muchas veces a lo largo de su vida. Escribié libros que contaban la vida de los arroyos y las montafias, el funcionamiento de la atmésfera y el movimiento de los océanos, que luego fueron leidas por los nifios. Fundé una disciplina que hoy llamamos geograffa social, que se ocupa de investigar el territorio natural en su relacién con los seres hu- manos, De hecho, en el prefacio a su obra maestra, El hombre jy la tierra, Reclus explica que quiere contar la historia fisica y natural del planeta al mismo tiempo que la historia de la humanidad, pues en realidad ambas son la misma historia y cl set humano no es sino el planeta que toma conciencia de si mismo." 14 Bl libro clisico sobre Flisée Reclus es de Max de Nettlau, Eliseo Reclus, La vida de un sabio justo y rebelde, 2 tomos, Barcelona/ Buenos Aires, Editorial La Revista Blanca/ Ediciones La Protesta, 1929, que me- recerfa ser reeditado porque, como se dijo arriba, es hoy muy dificil de conseguit, En las tilrimas décadas, la obra de Reclus ha sido recuperada por una constelacin perteneciente a la llamada geografia radical (entre ellos puede contarse a Simon Springer y Federico Ferretti). Entre las revisiones Laamistad entre Piocr Kroporkin y Flisée Reclus comen- 26 en aquel viaje de 1877 en donde los dos sz reunieron a conversar sobre la infancia. Ya desde 1867 Reclus habia ins- tado a su amigo, el famoso editor Pierre-Jules Hetzel, a im- pulsar la traduccién de libros para niffos, y se habia ofrecido a traducir la Child History of England de Charles Dickens." En la reunién acaecida diez anos después, los dos sabios anarquistas comenzarian a trabajar juntos en la concrecién de esos anhelos. Kroporkin le comunicé a Reclus una idea de su amigo Paul Robin: era necesario comenzar 2 escribir para los nifos. Pronto, ademas, comenzarian a escribir sobre los nifios Ese mismo afo, la Internacional publicé un calen- dario llamado La Commune. Almanach socialiste pour 1877, qiie incluia textos de varios pensadores radicales. Entre ellos estaba uno de Reclus que quizd estuvo inspirado en la peti- ‘lon de Paul Robin: El porvenir de nuestros hijos. Sus primeras Pilubras son clocuentes y no necesitan nuestro comentario: {Cun egofstas somos! En nuestros anhelos de revolucidn, raro ‘1 que pensemos mas que en nosotros mismos, Zxponemos las ‘lie)as de las clases trabajadoras, sobre todo las de los hombres, ‘eh México deseaca Daniel Hiernaux-Nicolas, La geografia como ie li libertad. Texctos de Eliseo Reclus, México, Plaza y Valdés, 1999. el estudio modélico de Federico Ferretti, Eisée Reclus. Pour le nouvelle, Paris, Editions du errs, 2014, p.78. que son los mas fuertes; reivindicamos para ellos el derecho a los instrumentos de trabajo y al producto integro de su labor; exigimos que se haga justici . Comenzando a saber que somos el mimero y la inteligencia, sentimos surgit en nosotros la vo- luntad de obrar y, en la semiconsciencia de nuestra fuerza, nos preparamos para la proxima revolucién [...] Mas, por encima del hombre hecho, por desgraciado que sea, est el nino, Ese ser débil no tiene derechos y depende del capricho, benévolo o cruel, Nada le protegerd contra la necedad, la indiferencia o la perversidad de los que son sus amos,

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