DOMINGO 1 DE OCTUBRE DE 2006
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La flor de pericón: Tradición y usos
na ceremonia, difundida en el Estado
de Morelos, utiliza ampliamente la flor
de pericón; ya sea en el festejo a San
Miguel Arcángel, Santo Patrón de algunos
pueblos, o porque se agradece la conclu-
sión del ciclo agrícola, que se inicia con
ceremonias de bendición de semillas, el 2
de la Candelaria, siguiendo la “enfloración”
de las cruces el tres de mayo; continúa con
la petición de lluvias, el 15 de mayo, día de
San Isidro labrador. El 15 de agosto, en la
Asunción de María, en las milpas se colo-
can ofrendas a “los aires” y, por último, se
ponen cruces de pericón en las milpas y se
realiza el primer corte de elotes. La flor de
pericón es la especie representativa de es-
tas fiestas. En algunos pueblos de More-
los, al pericón se le conoce por su nombre
náhuatl “yiauhtli, yatli y tecyatli”. Esta plan-
ta crece silvestre, en zonas de disturbio,
en lugares con pastizales y en bosques de
pinos y encinos. Se colecta, principalmen-
te, al norte del Estado, en los poblados de
Santa María, Chamilpa y Ocotepec del mu-
nicipo de Cuernavaca; en Tepoztlán, Tla-
yacapán, Yecapixtla y Temoac; al sur en
Cuentepec y Xoxocotla. Es una hierba que
nace cada año, al inicio del periodo de llu-
vias; llega a medir hasta 80 cm. de altura. Al
estrujarse, las hojas y las flores son muy
aromáticas; huelen a anís. Las flores se dan
en racimos de color amarillo. Florece entre
septiembre y noviembre.
Se le atribuyen varios usos; el princi-
pal y el más difundido, es el ritual. Pero
también como medicina, insecticida, con-
No.
◆ Lizandra P. Salazar Goroztieta ◆
dimento y colorante.
Para el uso ritual se hacen cruces, que
se empiezan a colocar el 28 de septiembre
por la tarde, víspera del día de San Miguel.
Algunas, son puestas hasta el 29, pero debe
ser antes de las 12 del día, si se ponen des-
pués, el “Malo” entra y deja “el hambre y la
enfermedad”. La tradición de “pericona-
da” consiste en colocar cruces de pericón
en las cuatro esquinas, en la parte central
de la milpa, o en cualquier otro cultivo, para
proteger del “Enemigo” la cosecha, ya que
se creé que en la noche del 28 anda suelto
y hace mucho aire. Se dice que las mil-
pas sin cruces, al otro día, están todas
caídas y maltratadas y, en ocasiones, la
cosecha no fructifica como debiera.
También se ponen cruces en puertas
y ventanas de la casa, en rejas de teco-
rral y en árboles, que tienen significado
de protección para las familias, para que
el “Diablo” no entre a las casas y se
eviten problemas y pleitos.
Algunos pueblos hacen las cruces
sólo con pericón; en Cuentepec, las ador-
nan con flores, cultivadas en casa, como
malvón, rosa o rojo, adelfa rosa o blanca,
tulipán rojo, amarillo o anaranjado; bu-
gambilia morada o roja; rosas rojas; be-
gonias rosas, que se ponen sobre la cruz
de pericón para darle colorido.
Para la fiesta del 21 de septiembre, en
Chalcatzingo donde veneran a San Mateo,
los encargados de la iglesia adornan unos
postes con flores de pericón plantadas a lo
largo del atrio en ambos lados, desde la reja
hasta la entrada principal; también adornan
la fachada principal y los árboles que están
en el atrio. El 29 de septiembre celebran a
San Miguel Arcángel en Cuentepec y, en el
barrio de San Miguel en Tepoztlán, donde
adornan con pericón el atrio, la iglesia y las
columnas del kiosco. Se pueden observar
unas esferas grandes, elaboradas con peri-
cón, que cuelgan en el pasillo principal. Los
altares son adornados con gladiola, blanca
o roja; nardos, nube y hojas de palma ca-
medor puestas en floreros.
En otros pueblos, para decorar las en-
tradas, las fachadas principales de las igle-
sias y los altares, hacen medallones y res-
plandores, con pericón y cempasuchitl e
incluyen otra especie, conocida como cu-
charilla, uno o dos días previos a la fiesta.
Otra tradición es la “enflorada” de los
cementerios. Los habitantes de Coatetelco,
Xoxocotla y Alpuyeca tienen la costumbre
de llevar el 28 de septiembre, por la tarde,
flores de pericón para adornar las tumbas
de sus difuntos. También llevan ofrendas
que depositan sobre las sepulturas.
A las cruces de pericón se le atribuyen
ciertos poderes. Después que pasaron el
28 y 29 de septiembre y que la cruz nos
sirvió de protección contra “el mal”, se cree
que adquiere poder de curación y preven-
ción. Cuando hay tormenta muy fuerte, la
gente de los pueblos pone la cruz, junto
con una palma bendita, en medio del patio
para detener la tempestad y para que no
existan desgracias.
Entre los usos medicinales que se le atri-
buyen, de acuerdo a referencias históricas,
el pericón servía para los que “tienen cáma-
ras (diarreas), los que escupen sangre y
para la fiebre” (Sahagún, 1975). En la medi-
cina tradicional mexicana se le considera
como planta de naturaleza caliente. Por esta
cualidad se utiliza para dolores de estóma-
go, diarrea, disentería, empacho, vómito, ti-
foidea y cólicos menstruales; estimula el
embarazo y para baños de las parturientas.
También se usa como insecticida: el peri-
cón seco se quema y sirve para ahuyentar
mosquitos y alacranes. Por su sabor a anís
se emplea como condimento. Las hojas y
flores se agregan a los elotes hervidos, con
el propósito de dar un sabor agradable al
paladar y, además, para que no hagan daño.
Además, desde la época prehispánica esta
especie era utilizada como colorante natu-
ral para teñir las fibras de color amarillo.
Bibliografía:
Hernández, F. 1959. Historia Natural de
la Nueva España. Obras Completas tomo
II. UNAM.
Martínez, M. 1969. Las Plantas Medici-
nales de México. Edit. Botas. México.
Sahagún, Fr. B. 1975. Historia General
de las Cosas de la Nueva España. Edit.
Porrúa, S.A. México, D.F.
Sierra, D. 1988. Los Nahuas de More-
los: una Ceremonia Agrícola. Estudios
Nahuas. INAH, Colección de Divulgación.
México, D.F.
 II
Los aspectos sociales y psicológicos
del liderazgo en una tribu primitiva:
los Nambikwara del noroeste del Mato Grosso*
Traducción de Leif Korsbaek*
oy pocos antropólogos estarían dis-
puestos a admitir que los grupos hu-
manos que demuestran una primiti-
vidad extrema en el campo de la cultura
material o en el de la organización social,
nos puedan enseñar gran cosa acerca de
las etapas tempranas de la evolución de
la humanidad. El nivel primitivo, en un
aspecto, frecuentemente va junto con un
alto grado de sofistificación en otro,
como nos muestra la sutileza de los sis-
temas de parentesco australianos. Ya que
estos pueblos tienen su propia historia,
sería un error muy serio pensar que la
podemos hacer a un lado porque carece-
mos de conocimientos al respecto. Las
similitudes parciales que nos permitan
deducir los materiales arqueológicos en-
tre las sociedades primitivas y las socie-
dades del hombre prehistórico, mientras
permanecen como hipótesis puras, no
excluyen las diferencias tremendas que
pueden haber existido en campos fue-
ra del alcance del arqueólogo. Las an-
teriores consideraciones, que son so-
lamente unas pocas entre muchas más,
han llevado a la mayoría de los antro-
pólogos a considerar a cada grupo hu-
mano como un caso particular que de-
bería de ser estudiado, analizado y des-
crito, desde el punto de vista de su
unicidad, sin intentar utilizar los resul-
tados como medios para una mejor com-
prensión de la naturaleza humana.
Por deseable que pueda haber sido
esta actitud después de las orgías evolu-
cionistas, y por ricos sus resultados, con-
tiene muchos peligros que deberían pre-
◆ Claude Lévi-Strauss ◆
ocuparnos crecientemente. ¿Estamos
condenados, como nuevas danaídas, a
llenar eternamente la coladera de la cien-
cia antropológica; vertiendo sin fin mo-
nografías sobre monografías sin jamás
poder reunir una sustancia con un valor
más rico y más denso? Afortunadamen-
te, las sociedades primitivas no tienen
que ser vistas como etapas ilusorias en
la evolución de la humanidad para ense-
ñarnos una verdad dotada de una vali-
dez general. El hecho de que son –por lo
menos algunas de ellas, y en algunos res-
pectos todas- sociedades más simples que
la nuestra, no se puede tomar como prueba
de su carácter arcaico. Todavía iluminan, si
no la historia de la humanidad, por lo me-
nos algunas formas básicas de actividad
que se encuentran, en todo lugar y a todo
tiempo, como prerequisitos de la existen-
cia de una sociedad humana.
Los organismos más sencillos pueden
proporcionar un mejor campo para el es-
tudio de funciones orgánicas, que aquÉ-
llos que poseen las mismas funciones,
aunque bajo una forma más compleja.
Grupos humanos simples le ofrecen al an-
tropólogo el mismo servicio sin la nece-
sidad de sospechar que representen ves-
tigios de tipos de organización más anti-
guos: Invocar el concepto de función en
el campo de las ciencias antropológicas
no es una novedad. Este concepto, que
fue introducido originalmente por Dur-
kheim en 1894, ha sido demasiado explo-
tado desde entonces, a veces de una
manera sumamente abusiva. Es cierto que
existen funciones de la vida social así
como de la vida orgánica. Pero ni en un
dominio ni en el otro corresponde todo a
DOMINGO 1 DE OCTUBRE DE 2006
(Primera Parte)
su valor funcional, ni lo puede justifi-
car. El postular lo contrario podría lle-
varnos solamente a dos resultados: un
retorno antropológico al providencia-
lismo del siglo XVIII, donde la cultura
ocupaba para el hombre, el mismo lu-
gar como utopía tutelar que la natura-
leza en << Paul et Virginie >>; o la re-
ducción del concepto de función a una
mera tautología –decir, por ejemplo,
que las solapas de los sacos existen
para gratificar nuestro sentimiento es-
tético, carecería de sentido, pues en este
caso es claro que el sentimiento es resul-
tado de la costumbre, y no al revés-. La
costumbre tiene una historia que explica
su existencia; bajo las circunstancias ac-
tuales, no posee función alguna.
Lo anterior puede parecer una intro-
ducción muy poderosa a un texto que
según su título se dirige a discutir los
aspectos sociales y psicológicos del li-
derazgo en una pequeña tribu brasileña.
No creo que los datos que les voy a pre-
sentar merecerían, honestamente, una
hora de su atención si fueran considera-
dos solamente como datos empíricos, en
referencia al liderazgo en una sociedad
hasta ahora poco conocida. Hechos si-
milares han sido registrados muchas ve-
ces, en forma aislada o en conjunto. La
relevancia particular que nos ofrecen los
nambikwara es que nos revelan una de
las formas más simples imaginables de
organización social y política. Los jefes
y el liderazgo existen en todos los gru-
pos humanos en formas muy variadas,
pero sería una pérdida de tiempo asig-
narle un valor funcional especial a cada
una de estas modalidades, hasta en sus
más mínimos detalles. No cabe duda de
que hay una función en el liderazgo; pero
es posible llegar a ésta, solamente a tra-
vés de un análisis del principio que le
subyace a la institución. En otras pala-
bras, la estructura diferente de los órga-
nos digestivos en el hombre, el pescado
y la almeja no nos señalan funciones va-
riadas del sistema digestivo. La función
es siempre, y en todos los casos diferen-
tes, la misma, y es posible estudiarla me-
jor y entenderla más plenamente donde
existe en una forma más simple (por ejem-
plo en un molusco). De la misma manera,
como alguna vez escribió el Profesor Lo-
wie (1920:3), si deseamos que la antropo-
logía sea considerada un estudio cientí-
fico, su objeto de estudio no puede ser
culturas individuales, sino la cultura con-
siderada en general; el papel de las cul-
turas individuales es el de ofrecernos, de
acuerdo a sus características, ángulos
especiales desde los cuales será posible
llegar a estudiar a las funciones básicas
de la cultura con mayor facilidad.
Posiblemente eso nos ayudará a eli-
minar cuestiones preliminares, lo que de
otra manera podría haber sido muy difí-
cil. Los antropólogos en América del Sur
y en otras partes del mundo, han estado
involucrados en una discusión acalora-
da acerca de si esas tribus suramerica-
nas –nómadas que en la mayoría de los
casos dependen de la recolección, con
muy poca o ninguna agricultura, muy
poca o ninguna alfarería y, en algunos
casos, sin ningún otro abrigo que unas
chozas muy rudimentarias- deberían de
ser consideradas como auténticamente
primitivas, y habiendo preservado su ni-
vel cultural, excepcionalmente bajo y a
través del atraso; o si no habrían ante-
riormente poseído un nivel más alto de
organización social y material, para des-
pués regresar a un pseudo arcaísmo bajo
circunstancias desfavorables. Los nam-
bikwara son unas de aquellas tribus que,
junto con los sirionó –al otro lado del
Valle de Guaporé-, los cayapo, los boro-
ro, los baraja del Brasil central y oriental,
y algunas otras, en conjunto forman un
núcleo de primitividad rodeados, en el
oeste, por las tribus superiores de la
Amazonía superior, la planicie boliviana
y el Chaco, y desde el Orinoco hasta las
estuarios de la Plata, por una franja cos-
teña habitada principalmente por las fa-
milias lingüísticas arawak, caribes y tupi-
guaraní. Parece que un tronco lingüísti-
co dividido en un número de dialectos,
los nambikwara, pertenece a una de las
culturas más primitivas en América del
Sur. Por lo menos algunas de sus bandas
no construyen chozas e ignoran por com-
pleto la alfarería y, aún entre los otros,
estas dos artes son extremadamente mal
desarrolladas. No hay tejido, con la ex-
cepción de bandas muy estrechas para la
muñeca y el tobillo hechas de algodón;
 DOMINGO 1 DE OCTUBRE DE 2006 III
no tienen trajes en absoluto, ni para los
hombres ni para las mujeres, no tienen
artificios para dormir, como hamacas o
plataformas, y están acostumbrados a
dormir directamente sobre la tierra, sin la
protección de cobijas, petates o pieles.
La horticultura existe solamente durante
la estación lluviosa, y no les quita la ne-
cesidad de transmigrar durante los siete
meses de sequía en búsqueda de raíces,
frutas y semillas, pequeños animales
como lagartos, serpientes, murciélagos,
arañas y grillos y, en términos generales,
cualquier cosa que los pueda salvar de la
hambruna. De hecho, su ambiente geo-
gráfico que se encuentra en la parte no-
roccidental del estado de Mato Grosso
que incluye las fuentes de los ríos Tapa-
joz, Roosevelt y Gi-Paraná, constituye
una sabana desolada con pocos recur-
sos vegetales y menos animales todavía.
Si me hubiera acercado a mi tema des-
de un punto de vista diferente al descri-
to, no hubiera podido evitar una larga
discusión sobre la historia cultural de
América del Sur, con el fin de aclarar esta
cuestión de la aparente primitividad; si
la supervivencia de condiciones tempra-
nas de vida en América del Sur es autén-
tica o si deberíamos considerarla como
un resultado más reciente –aunque sin
duda precolombino- de encuentros de
culturas diferentes y procesos de acul-
turación. Cualquiera que sea la respues-
ta, no puede cambiar sustancialmente
nuestro problema: que sea tardía o rece-
siva, la sociedad nambikwara funciona,
en la actualidad, como una de las formas
más simples de sociedad que se pueda duos, incluyendo a mujeres y niños. Es matrimonio entre primos cruzados, con der a esta pregunta. Desde un punto de
concebir. No buscaremos información imposible que este colapso demográfico la concomitante distinción entre primos vista económico, la escasez de recursos
acerca de la historia particular que la haya sucedido sin que afectara la estruc- cruzados y primos paralelos en cada ge- de alimentos silvestres y la resultante
mantuvo en su organización extremada- tura de la banda. Pero tampoco en esta neración. Por eso, todos los hombres en cantidad de millas cuadradas relativamen-
mente cruda o los devolvió a ella. Nos problemática tenemos que ocuparnos del una generación son <<hermanos>> o te grande que es necesaria para alimen-
limitamos a estudiar el experimento –den- tipo de organización que haya regido <<primos hermanos>>, y los hombres y tar a un sólo individuo durante el perio-
tro de la antropología social- que ahora anteriormente. Es probablemente más di- las mujeres se relacionan entre ellos o do de nomadismo, casi hace la división
están ejecutando ante nuestros ojos. fícil entender la sociología nambikwara, como <<hermanos>> (reales o clasifica- en bandas pequeñas perentoria. La cues-
Eso es particularmente cierto en lo que ahora que hace treinta años, y es posible torios) o <<cuñados>> (reales o clasifi- tión real no es tanto porque hay una di-
se refiere a su vida social y política. Pues, que la fuertemente reducida banda nam- catorios). De igual manera, los niños son, visión. Ya dije que las bandas son esta-
aunque no sabemos cómo era la cultura bikwara, ahora ofrezca un campo de es- en su relación con los adultos, hijos o blecidas sobre la base de la libre determi-
material de los nambikwara hace cuaren- tudio más privilegiado para la antropolo- hijas (reales o clasificatorios) o sobrinos nación, pero no es arbitraria. En el grupo
ta años (fueron descubiertos solamente gía social que en el pasado. Es mi postu- o sobrinas, lo que es lo mismo que ser inicial hay varios hombres que son reco-
en 1907), sí sabemos que su número fue lado que –exactamente- debido a su ex- hijos políticos, reales o potenciales (Lévi- nocidos como líderes –que probablemen-
tremendamente reducido después de su tremo empobrecimiento, la estructura Strauss, 1943:398-409). En consecuencia, te adquirieron su reputación a través de
contacto con la civilización blanca. El Ge- política nambikwara revele con claridad no existe un surtido muy grande de tér- su comportamiento durante la trashuman-
neral (en aquel entonces coronel) Candi- algunas de las funciones básicas que en minos para expresar relaciones de paren- cia- que constituyen los núcleos relati-
do Mariano da Silva Rondon, quien los sistemas de gobierno más complejos y tesco, lo que explica por qué las relacio- vamente estables alrededor de los cua-
descubrió y estudió, primero estableció más elaborados. nes de parentesco dentro de la banda les se forman los diversos agregados. El
que el número de miembros de la banda Cada año, al final de la estación llu- pueden parecer más estrechas –que es peso del agregado a través de un número
era alrededor de 20,000. Eso fue alrede- viosa, es decir, en abril o en la primera realmente el caso-; y las relaciones de de años, así como su estabilidad, depen-
dor de 1915. Pienso que esta cifra es muy parte de mayo, son abandonados los parentesco entre personas que pertene- de en gran medida de la capacidad de
exagerada, pero aún si se la reduce a la asentamientos semi-permanentes coloca- cen a diferentes bandas pueden parecer cada uno de los líderes de mantener su
mitad es considerablemente más grande dos cerca de las selvas de galería, donde más lejanas a como las genealogías mues- posición y mejorarla. Así que podemos
que la cifra que tiene vigencia en la ac- se ha despejado el bosque para estable- tran. Además, un sistema de matrimonio decir que el liderazgo no existe como re-
tualidad, que probablemente no excede cer las milpas, y la población se divide entre primos cruzados que funciona en sultado de las necesidades de la banda,
los 2,000. Las epidemias se han encarga- en varias bandas que se forman sobre la una tribu relativamente pequeña, tienen sino que la banda recibe su forma, su ta-
do de la diferencia. ¿Qué significa eso base de la libre determinación. Cada ban- forzosamente que producir un estrecha- maño, y aún su origen, del líder potencial
desde el punto de vista de nuestra in- da incluye alrededor de dos a diez fami- miento progresivo, e incluso una multi- que le antecede.
vestigación? Durante la estación seca los lias que por lo regular son relacionadas plicación, de los lazos de parentesco en-
nambikwara viven en bandas nómadas, por lazos de parentesco. Eso puede con- tre dos individuos dados. Eso es una ra- *Traducción de Leif Korsbaek, de
cada una dirigida por un jefe que durante fundir cuando uno encuentra a una de zón más para que las relaciones de fami- <<The Social and Psychological Aspects
la vida sedentaria de los meses de lluvia esas bandas, pues dan la impresión de lia se hagan realmente operativas en la of Chieftainship in a Primitive Tribe: The
puede ser un jefe de aldea o una persona ser formadas como una familia extensa. constitución de la banda. Se puede decir Nambikwara of Northwestern Mato Gros-
de importancia. El General Rondon escri- Sin embargo, uno no tarda mucho en des- que cada uno es un pariente de cualquie- so>>, publicado originalmente en Tran-
bió que en el periodo durante el cual él cubrir que el lazo de parentesco entre dos ra, de prácticamente la misma manera, sactions of the New York Academy of
exploraba el país, con frecuencia se vie- familias que pertenecen a diferentes ban- tanto dentro de la banda como entre las Sciences No.7, 1944: 16-21
ron bandas con un promedio de doscien- das puede ser tan estrecho, o en algunos diferentes bandas que surjan de la mis- De mi conocimiento este artículo es
tos o trescientos individuos. Ahora es casos más estrechos, como entre dos fa- ma aldea temporal. el único texto de Claude Lévi-Strauss ex-
muy raro ver a sesenta o setenta perso- milias que pertenecen a la misma banda. ¿Por qué entonces este proceso de plícitamente dedicado a la antropología
nas juntas, y el tamaño promedio de las Los nambikwara tienen un sistema de separación? Se pueden presentar dos di- política y, que yo sepa, nunca ha sido ac-
bandas es alrededor de veinte indivi- parentesco sencillo que se basa en el ferentes consideraciones para respon- cesible en español.

l látex, es un jugo generalmente
lechoso presente en diversas
plantas. Este jugo lechoso fluye
al realizar una herida en alguna parte
de planta y puede variar de color se-
gún la especie botánica de que se tra-
te: lechoso, amarillo, anaranjado o
rojo. Este jugo es una emulsión. Una
emulsión está formada por un medio
acuoso y por diversas substancias
que son insolubles en ella, principal-
mente de resinas o caucho. En el me-
dio acuoso, se encuentran disueltos
azúcares, gomas y pequeñas cantida-
Foto: Archivo fotográfico Fuentes-Aviles
Arbusto de Ficus carica L.
EL YAUHTLI
HIGO
Ficus carica L.
FAMILIA MORACEAE
◆ Margarita Avilés y Macrina Fuentes ◆
des de otras substancias entre las que se racterística, que las hace fácilmente re-
encuentran los alcaloides. conocibles. Su fruto también es muy fa-
Entre las familias botánicas que tie- cil de reconocerse, adquiere un color
nen látex, están las Moráceas o Mora- morado oscuro, cuando está maduro.
ceae. A la cual pertenece Ficus carica. Ficus carica, es una especie nativa
El higo es una de las plantas mas pre- de Asia menor o del mediterráneo, África
ciadas en el mundo por el sabor exquisi- y Europa. Se le encuentra habitando en
to de su fruto. Es común encontrarlo en climas semicálido, semiseco y templado,
los huertos familiares. asociada a tipos de vegetación como
Puede observársele como un árbol pe- matorral xerófilo, bosque de encino, de
queño o un arbusto, de madera suave, pino y mixto de encino-pino. Ampliamen-
sus hojas son gruesas fácilmente reco- te distribuida en México.
nocibles por presentar de 3 a 5 hendidu- En fuentes históricas como las de Gre-
ras creando una forma palmeada muy ca- gorio López y Juan de Esteneiffer, del si-
glo XVII Y XVIII respectivamente, citan
los usos del higo, como remedio curati-
vo, para resolver diversos problemas del
aparato digestivo, circulatorio y respira-
torio, se empleaba para afecciones de la
piel; era utilizada también, para bajar la
temperatura y desinflamar, quitar dolo-
res y se aplicaba en forma de emplasto
para la hidropesía. Para el siglo XX, Maxi-
mino Martínez lo menciona prácticamen-
te con los usos ya mencionados.
En la región de Morelos, los curande-
ros emplean el higo para curar: tos, dolor
Foto: Archivo fotográfico Fuentes-Aviles
Fruto de Ficus carica L.
Consejo Editorial: Ricardo Melgar, Lizandra Patricia Salazar, Jesús
Monjarás-Ruiz, Miguel Morayta y Barbara Konieczna
Coordinación: Guadalupe Calzada Gutiérrez
Formación: Arturo Mendoza Vázquez
Matamoros 14, Acapantzingo, difusion.mor@inah.gob.mx
de estómago, almorranas, estreñimien-
to, la irritación de la encía y garganta,
bronquitis, catarro, tosferina, callos,
mezquinos, verrugas, hemorragias,
tumores dolorosos y lombrices. El fruto
es utilizado como antinflamatorio.
Como se puede apreciar, se mantienen
los mismos usos.
Desde el punto de vista científico,
en el fruto se han encontrado aceites
esenciales y ácido cítrico. En el látex,
se encuentran vitaminas A, B y C y
minerales entre otras substancias.
El látex presenta actividad ascari-
cida y esta acción se ha validado.
También, es utilizado como cuajo
para la leche. Las hojas, se emplean para
dar un sabor exquisito al cocimiento del
tradicional dulce de calabaza que se pre-
para para día de muertos.
Es importante mencionar, que de
acuerdo a la sensibilidad de las per-
sonas podría resultar tóxico, sobre
todo con la ingestión del látex.
Esta especie forma parte de la co-
lección nacional de plantas medicina-
les del jardín etnobotánico.