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Psicoanálisis y política

OSVALDO DELGADO

"Por tanto, el que imagine que es destruido lo que odia, estará gozoso."
Baruch Spinoza
(Ética)

I
Considero que el núcleo mismo de lo que es posible formular como “Política” hoy en
día, es a partir de lo que J. A. Miller formula como el del objeto a en el cenit de la
civilización contemporánea. Lo que, según mi punto de vista, es la condición para la
realización de modalidades de racismo sin necesidad de un argumento ideológico,
como lo anticipó Lacan.
Esto difiere claramente de las expresiones racistas del siglo XX que poseían
enunciados argumentativos en donde se sostenía lo que Badiou, a propósito de
esta consideración, llamó “pasión por lo real”.
Si el subdesarrollo “es la condición del progreso capitalista”, esto implica
claramente que en nuestra actualidad la figura del llamado por Primo Levi
“musulmán” se extienda a escala mundial.
Esos “musulmanes” son pobres no tanto porque puedan solamente morir de
hambre, sino que fundamentalmente viven solamente para comer, a fin de vivir, en
el mejor de los casos.
El racismo fue posible a partir del Siglo de las Luces, y la discriminación y la
segregación, muy anteriores a él.
El “instinto desmedido de lucro” ya está formulado claramente en “La Política” de
Aristóteles bajo la modalidad de “teniendo el placer necesidad absoluta de una
excesiva abundancia, se buscan todos los medios que puedan procurarlas”.
En la actualidad, la multiplicidad de amos se expresa también en lo que Milner ha
llamado “la política de las cosas”. Las cosas mudas que nombra la indignidad de la
exclusión de la decisión, como verdadero acto político.

II
Sabemos que para Freud no hay en el ser humano desarraigo alguno de la maldad
y que la hostilidad inhibida sólo espera las circunstancias para que se presente la
oportunidad de lograr su satisfacción. Es más, los hombres dan cuenta de sus
intereses para solamente racionalizar, “para poder fundar sus satisfacciones”.
Estas satisfacciones dan cuenta que a nivel de estas pasiones, “extranjero” y
“enemigo” son una misma cosa, y fundamentan la formulación freudiana de que la
humanidad es una gavilla de asesinos.
La “oportunidad adecuada” durante el siglo XX fueron las grandes guerras
mundiales, el fascismo, el nazismo y el stalinismo. Se necesitaba de las multitudes
porque aún funcionaban los S1 en referencia al Ideal. Pero tenemos claro, tal como
lo anticipó Freud, que una idea negativa (el odio como plus de goce) puede venir al
mismo lugar que un S1, y que la caída del Ideal implica la presencia del "proto-
padre" ya sin velos, como retorno en lo real del Nombre del Padre forcluido en lo
social.
Un racismo sin argumentos ideológicos, que confina a vastos sectores al hambre y
la degradación, como un reino entre la vida y la muerte tal como lo formula
Agamben.
Hoy, el estatuto del objeto en el cenit, crea las coordenadas necesarias a tal fin.
Estos “musulmanes” son el residuo mismo del diseño social de nuestra modernidad
tardía, tal como lo aborda Bauman.
Este estado de las cosas da cuenta suficientemente de la aseveración de Lacan en
1967, cuando denomina a los nazis como meros precursores.
El universalismo capitalista articulado a la lógica del para todos que impone la
ciencia, implica la producción de “vidas desperdiciadas” tal como lo formula el ya
mencionado Bauman.
Es posible pensar que los años en que Europa vivió períodos de “paz y prácticas
democráticas” fueron posibles, entre otras cuestiones, por la cruel satisfacción del
genocidio nazi, pero sus instituciones formales revelan el carácter de frágiles
semblantes en el desencadenamiento del odio a las formas democráticas que alojan
a los inmigrantes.
En América Latina, por su parte, el justo reconocimiento a los pueblos originarios y
las luchas emancipadoras no debe expresarse en odio a la democracia misma,
como lo formula Rancière.

III
Freud aborda el complejo del semejante, específicamente en la experiencia hostil.
Sabemos que una parte se presenta como cosa (lo inasimilable), mientras que la
otra da cuenta de los atributos bueno-malo. Este ordenamiento sostiene la
conceptualización del yo-placer originario, que quiere introyectar todo lo bueno y
“arrojar de sí todo lo malo”.
Lo llamado “subjetivo” es interior, y lo denominado “real” dice Freud que está
presente “también ahí afuera”. La clave es el término también. Por lo tanto lo “real”
está en el interior también. Es un interior-exterior, y por este motivo puede advenir
como siniestro. Se trata de la lógica de lo unheimlich.
Fundamento freudiano del concepto de “extimidad”:
Precisamente esta es la perspectiva que toma Miller cuando en su
curso Extimidad aborda el problema del racismo y su carácter insoluble. La fuente
misma del racismo es el odio al propio goce. “Si el Otro está en mi interior en
posición de extimidad, es también mi propio odio”.
¿Cómo se llamó este odio en las elaboraciones conceptuales psicoanalíticas más
allá del narcisismo de las pequeñas diferencias?: Compulsión a la síntesis yoica.
Por este motivo, J. A. Miller tomará de Lacan la formulación “el inconsciente es la
política”, en tanto que es lo que une y opone a los hombres entre sí, esto es, el
inconsciente obedece al lazo social.
En nuestra actualidad nos hallamos con sujetos prácticamente a solas ante la
pulsión de muerte, sin mediaciones simbólicas e imaginarias. Se trata, en términos
de Zizek, de “…una violencia que uno está tentado de llamar violencia del ello, una
violencia que no está basada en razones utilitarias o ideológicas”.

Referencias bibliográficas
ALEMÁN, J. Lacan, la política en cuestión. Ed. Grama.
FREUD, S. De guerra y de muerte. Ed. Amorrortu.
FREUD, S. Nuestra actitud hacia la muerte. Ed. Amorrortu.
LACAN, J. Seminario 16. Ed. Paidós.
MILLER, J. A. Curso Extimidad. Ed. Paidós.

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